Cantabria fiel a sus tradiciones RENACIMIENTO DEL ALUCHE DE ANTAÑO En otoño del año 2005 unos amigos que tenían “fibra cántabra”, encabezados por Rodolfo do Alto, se empeñaron en sacar de su letargo el aluche y algunos otros juegos y deportes tradicionales cántabros olvidados. La primera labor a llevar a cabo consistía en documentar e investigar la existencia real de tal tradición en nuestras tierras, para ello, antes de comenzar un aprendizaje técnico o de emprender otras acciones para su recuperación y difusión, se constató una base histórica con testimonios de numerosos exAlucheros de avanzada edad, de diversos puntos de la región cántabra, que arrojaban datos variados sobre las costumbres de la lucha tradicional en Cantabria. Con esta base sólida que desmoronaba los “argumentos” y criticas sobre la invención moderna del aluche se podían marcar nuevos objetivos. El 26 de Mayo del año 2006 se celebra por fin una Asamblea General Constitutiva en el pabellón municipal Vicente Trueba de Torrelavega, con dos objetivos prioritarios: - Sacar al aluche de su letargo de casi 50 años - Propiciar la creación de una Federación Cántabra de Juegos y Deportes Tradicionales, que oficialice y defienda los intereses de las tradiciones deportivas cántabras en toda su amplitud.
EL ALUCHE, un deporte que se remonta a los albores de la civilización en Europa Europa, 2000 a.C. Un pueblo conocido por los griegos como Keltoi tiene el dominio territorial sobre gran parte de Europa, especialmente la franja atlántica; son los Celtas. Según crónicas de sus coetáneos, una de las costumbres de los celtas era practicar un tipo de lucha de agarre, presumiblemente la madre de muchas variantes de luchas presentes en la actualidad en Europa, que abarca una amplia zona oceánica desde Islandia y Finlandia hasta Galicia, la Finis Terrae, el fin del mundo conocido hacia el occidente. La primera referencia a torneos de estas luchas ya aparece en Irlanda 600 años antes del comienzo de nuestra era. Paralelamente, Estrabon certifica que los kantabroi, así como los demás pueblos montañeses del norte y noroeste de Hispania, comparten tradiciones con el resto de los pueblos celtas europeos. Parece seguro que tras la parcial romanización, todas estas costumbres, entre ellas la lucha, se mantuvieron en los usos y tradiciones de los pastores y labradores de nuestras tierras. Muestra de esta permanencia es la presencia de un relieve en la iglesia de Santa María de Yermo, donde aparece claramente una escena de lucha con idénticas características a la que hoy queremos recuperar, ¡y estamos hablando del siglo IX! Hasta la entrada en escena de la Guerra Civil Española no había romería sin aluches ni pueblo sin campeón.