SUMARIO nº 29(1) - 2018
Artículo Invitado Herpetólogos españoles por el mundo (I): América, Eurasia y Pacífico. Ignacio J. De la Riva, José A. Mateo & Juan M. Pleguezuelos ................... Historia Natural Leucismo en Salamandra salamandra de Galicia. David Dopereiro & Miguel Puras ...................... Actividad trepadora de Anguis fragilis en hábitat atípico. Pedro Galán ........................................ Nuevo caso de mutación leucística en Lissotriton boscai de Galicia. David Dopereiro, Ismael Espasandín & Mar Cuervo ............................... Depredación de Malpolon monspessulanus sobre Anguis fragilis. Javier Talegón & Gonzalo Alarcos ........................................................... Presencia y uso del espacio de una población introducida de Tarentola mauritanica en el norte de Galicia. Pedro Galán ........................ Interacción entre Hoplias malabaricus y Crotalus durissus terrificus en Santa Fe, Argentina: ¿intento de depredación o necrofagia?. Pablo Javier Torres .................................................. Nuevo caso de gigantismo patológico en forma larvaria de Pelophylax perezi. Conrado Tejado .. ............................................. Un caso de cola bifurcada en un adulto de Lissotriton helveticus. Alberto Gosá .............................. Distribución Primeras citas de Salamandra salamandra en la isla de Cortegada, Galicia. Pedro Luis Hernández-Sastre ........................................................ New and recent herpetological records from Soria, Spain. Matthijs Hollanders, Filipe Serrano, Tim Leerschool & Wouter Beukema .......................
Foto portada: Podarcis liolepis. Ordesa (Huesca), España. M. Pérez de Tudela.
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On the presence of Scincopus fasciatus (Squamata, Scincidae) in Mauritania. Pablo Vicent-Castelló, David Herrero-González, Julio J. Rodríguez-Lozano, Pablo García-Antón & Alberto Sánchez-Vialas ................................................ Conservación Algunas anotaciones sobre la presencia de galápagos autóctonos y exóticos en Cantabria (norte de España). Rafael Marquina, Patricia Nieto, Lorenzo García, Juan M. Gómez de Berrazueta, Andrea González, Juan Pardo de Santayana, Fernando Martín & Tomás Martínez ................. Primera cita de Pelobates cultripes en el Parque Natural de L’Albufera de Valencia desde 1995. Ángel Gálvez, Carla Olmo, Iván Alambiaga, Berenice de Manuel & Xavier Armengol .......... Recopilación de nuevos casos de malformaciones en diferentes individuos de Alytes obstetricans en una población de A Coruña, Galicia. Ismael Espasandín .................................................... Efecto de los temporales atlánticos invernales sobre la población de Discoglossus galganoi de los acantilados costeros de Galicia. Pedro Galán & Silvia Rodríguez-Fernández ................... Nuevos datos sobre la reproducción de Trachemys scripta en Galicia. Miguel Domínguez Costas & César Ayres .................................................. Crónica de una ranita meridional (Hyla meridionalis) viajera, o de cómo puede originarse una translocación involuntaria. Mariano Paracuellos, Sergio Mato & Huberto García ................. Recensión bibliográfica .......................................
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Interior contraportada Normas de publicación ........................................
Foto contraportada: Calotriton asper. Cañón del Añisclo, España. Pedro L. Hernández.
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Boletín nº 29(1). Año 2018. Editores: Alberto Gosá (reptiles: agosa@aranzadi.eus) Alex Richter (anfibios: richterboixalex@gmail.com) Andrés Egea (post-aceptación: aegea@um.es) Urtzi Enriquez (post-aceptación: urtzi.enriquez@gmail.com)
Cl. Jose Gutierrez Abascal, 2 (MNCN). 28003 Madrid
Diseño y maquetación: Marcos Pérez de Tudela
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Impresión: igrafic
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Junta Directiva Presidente Juan A. Camiñas Hernández Secretario General Iñigo Martínez-Solano Tesorería Marcos Ferrández Sempere Gerente Enrique Ayllón López Vocales Jorge Sanchez Balibrea (Conservación) Cesar Ayres (Conservación del Galápago Europeo) Adolfo Marco Llorente (Tortugas Marinas) Jaime Bosch (Programa de Seguimiento) Daniel Villero Pi (Base de Datos y SIARE) Responsables de Área Enrique Ayllón López (Catálogo EE. AA.) Miguel Á. Carretero Fdez. (Lista patrón) Francisco J. Diego Rasilla (Página web y Promoción) Basic & Applied Herpetology (Editores) Catarina Rato, Manuel E. Ortiz Santaliestra Boletín de la AHE (Editores) Alberto Gosá, Alex Richter Boix, Andrés Egea Serrano, Urtzi Enriquez Depósito Legal: M-43.408-1990 ISSN: 1130-6939
Editorial Hacer ciencia lleva evidentemente aparejada una importantísima carga de interés personal, pero todo resultado científico debe ser publicado para que el conocimiento científico avance. Para ello, los autores primeramente deben enviar sus manuscritos a las publicaciones científicas de su elección, teniendo las que acaparan la atención de los autores un rasgo en común: han recibido un índice de impacto. El índice de impacto es una medida de la relevancia de una publicación científica calculada atendiendo al número de manuscritos aceptados por la publicación y al número de veces que estos estudios son citados. Mayores índices dan la impresión de mayor calidad de la publicación. Sin embargo, la experiencia demuestra que este índice es un artificio ya que puede estar condicionado por aspectos más relacionados con la política editorial que con ciencia, o porque una disciplina es considerada de interés general. No obstante, dado que el índice de impacto se ha erigido como la herramienta fundamental para evaluar la producción de un investigador, la comunidad científica, de manera masiva, envía sus manuscritos a publicaciones a las que se les ha asignado un índice de impacto. La urgencia por publicar en revistas que presentan un alto índice de impacto implica una serie de consecuencias: las hipótesis de trabajo pasan a estar sujetas a los intereses de las publicaciones (si un determinado tema está más de moda, la probabilidad de publicar un artículo respecto a ese tema aumenta, con lo que se abandonarán otras líneas de investigación menos populares); se corre el riesgo de incurrir en conductas poco éticas o fraudulentas; no se invierte tiempo en revisar artículos científicos de colegas ni en escribir manuscritos breves; y no se envían manuscritos a publicaciones a las que no se les ha asignado un índice de impacto, a pesar de su calidad científica, lo que compromete su supervivencia. Las publicaciones de la Asociación Herpetológica Española no son ajenas a las tendencias expuestas derivadas del sesgo que supone el índice de impacto. Por ello, el equipo editorial del Boletín de la Asociación Herpetológica Española (BAHE) desea reivindicar desde aquí la relevancia de todas las publicaciones científicas de calidad y exhortar a la comunidad científica a que reevalúe el papel del índice de impacto como herramienta evaluadora de la calidad científica de publicaciones e investigadores. Así, invitamos a todos los lectores del BAHE que cuenten con datos inéditos y relevantes en el ámbito de la herpetología a que nos envíen sus manuscritos.
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Herpetólogos españoles por el mundo (I): América, Eurasia y Pacífico Ignacio J. De la Riva1, José A. Mateo2 & Juan M. Pleguezuelos3 Museo Nacional de Ciencias Naturales, CSIC. Cl. José Gutiérrez Abascal, 2. 28006 Madrid. España. C.e.: iriva@mncn.csic.es Black Market. Carrer dels Paraires, 23. 07001 Palma de Mallorca. España. 3 Departamento de Zoología. Facultad de Ciencias. Universidad de Granada. 18071 Granada. España. 1 2
Fecha de aceptación: 12 de junio de 2017. Key words: History of Herpetology, Nearctic Herpetology, Neotropical Herpetology, Palearctic Herpetology, Spanish herpetologists.
La actividad investigadora de zoólogos y botánicos fuera de nuestro país se caracteriza, a lo largo de su historia, por su escasez en términos relativos. España fue en su día, durante el llamado Siglo de Oro, la mayor potencia global, pero su poderosa presencia colonial se fue diluyendo poco a poco para casi extinguirse del todo en los años 70 del pasado siglo. Si la ciencia y el conocimiento hubieran estado entre los mayores intereses de gobernantes, conquistadores, emprendedores y aventureros, quizá todo ello habría dejado un mayor poso y tradición de curiosidad e interés académico por lo exótico. Valgan como ejemplo de lo dicho los lamentos de José Gogorza en 1888, recogidos por González-Fernández (2002), a propósito de la escasa investigación promovida oficialmente en Filipinas. A este territorio asiático, bajo dominio español durante más de tres siglos, ningún científico llegó comisionado por la máxima institución española de Historia Natural, el Museo Nacional de Ciencias Naturales. No obstante, en los siglos XVIII y XIX hubo épicas campañas científicas a tierras lejanas, como la Expedición Malaspina o la Comisión Científica del Pacífico, por citar dos de las más conocidas. Éstos fueron auténticos hitos históricos que rindieron resultados palpables. Destacable es desde
luego, el legado de naturalistas expatriados como Félix de Azara o José Celestino Mutis, que dejaron una obra impresionante en Sudamérica. Pero son estrellas que brillaron en un cielo mayormente oscuro. A finales del siglo XIX y principios del XX, a pesar de las corrientes liberales y la relativa ilustración de la Belle Époque, España seguía arrastrando su secular desinterés por la ciencia, del que ya se lamentara Ramón y Cajal (1920). De todos modos, en aquella época contamos en herpetología con figuras de la talla de Eduardo Boscá y Víctor López Seoane; pero, si bien su herencia permanece, su impulso duraría poco. La Guerra Civil y la posterior dictadura acabaron con toda esperanza de un verdadero renacer científico, aunque en ciertos campos como la entomología, la actividad interna más o menos se mantuvo (Martín-Albaladejo & Sanchiz, 2017). El consabido atraso, ensimismamiento en lo patrio y poca apertura hacia lo exterior, todo ello acompañado de escasas oportunidades económicas, hicieron que las décadas centrales del siglo XX no destacasen por la exportación de naturalistas españoles hacia otros continentes. Además, la naturaleza ibérica estaba aún muy mal conocida. Había bastante tarea por hacer aquí, tanta que en muchos casos la península se convirtió en el área favorita de estudio de científicos
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europeos, fascinados por la biodiversidad de nuestro país, una auténtica mina de oportunidades de estudio todavía por explotar. Sin ir más lejos, centrándonos en nuestra disciplina, mucho de lo que se estudiaba y publicaba entonces sobre los anfibios y reptiles de la península ibérica, Baleares y Canarias, fue obra de herpetólogos alemanes. El siglo XX ahondó, pues, con honrosas excepciones, en el mismo estado de cosas de los siglos anteriores, tal como ilustran los comentarios del fallecido exdirector del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN), Pere Alberch, en su prólogo al libro del padre Barreiro sobre la historia de dicha institución (Barreiro, 1992: 11), cuando se refiere a ella como “… un relato triste, como lo es también la historia de toda la ciencia española. Una crónica de lo que pudo ser y no fue. (…). Al mismo tiempo es sorprendente que tras tan azarosa historia de expolio y abandono la institución haya sobrevivido, que todavía conserve las mejores colecciones de historia natural del país, y que actualmente esté experimentando un esperanzador renacimiento”. Efectivamente, a pesar de todo lo dicho, las colecciones del MNCN albergan bastantes ejemplares de otros continentes, singularmente de Latinoamérica, norte de África, Guinea Ecuatorial y Filipinas. De hecho, en el siglo XVIII las colecciones americanas del “criollo ilustrado” don Pedro Franco Dávila constituyeron la mismísima raíz del Real Gabinete de Historia Natural, precursor de lo que luego sería el Museo (Sánchez-Almazán, 2009). Pero si el material extranjero del MNCN, con todo su indudable valor histórico y científico, es lo que ha de servir como forma cuantificable de evaluar la actividad científica de nuestro país allende sus fronte-
ras, el resultado es claramente desfavorable al compararlo con el volumen de las colecciones de otras naciones europeas. E incluso un país con tan corta historia como Estados Unidos levantó instituciones académicas y museos con gigantescas colecciones, alimentadas por campañas científicas en todos los rincones del mundo (véase, por ejemplo, en lo referente a herpetología, Myers (2000), Rodríguez-Robles et al. (2003) y Duellman (2015)).
Todo este caldo de cultivo sirve para que, en la segunda mitad del siglo XX, cuando las cosas empiezan a cambiar, no lo hagan con la fuerza deseable. Las iniciativas para marcharse a investigar “cosas de fuera” son bastante puntuales y, a menudo, puramente personales. Apenas hay apoyo oficial para fomentar investigaciones en el extranjero, y los tímidos intentos de establecer bases permanentes o estaciones biológicas suelen fracasar por falta de adecuado financiamiento, soporte institucional y continuidad de gestión. La proximidad geográfica y la todavía reciente historia colonial en el norte de África y Guinea Ecuatorial producen cierto interés de algunos zoólogos en estas regiones, a veces con apoyo más o menos oficial. Tenemos aquí el deber de nombrar la labor realizada por el insigne José Antonio Valverde. Con América, sin embargo, los lazos coloniales, aunque no los culturales, se habían perdido mucho antes, y los lazos científicos nunca fueron fuertes. A nivel académico, los escasos herpetólogos españoles seguían manteniendo poco contacto con el resto del planeta. Sin embargo, las palabras esperanzadoras de Pere Alberch respecto al Museo Nacional de Ciencias Naturales también se pueden aplicar a la ciencia española en general. La producción y calidad científica de nuestro país en las postrimerías del siglo XX y en el
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XXI, poco tienen que ver ya con aquel pasado oscuro, en que quienes despuntaban lo hacían casi siempre “a pesar de”, y no “gracias a”, aunque sobre nuestra ciencia no hayan dejado de planear todavía muchos fantasmas amenazantes. El cambio positivo producido durante este periodo se traduce también en un impulso de los naturalistas españoles hacia la exploración de lo exterior, que hoy son ya legión. Esta revisión, aunque menos exhaustivamente, pretende ir en la línea de las muchas publicaciones que han aparecido en los últimos años sobre historia de la herpetología de centros de investigación o países diversos (Myers, 2000; Rodríguez-Robles et al., 2003; Lovich et al., 2012). En este primer capítulo sobre la presencia y el trabajo de herpetólogos españoles en otras regiones del mundo durante los siglos XX y XXI, nos centraremos en América, Europa, Asia y la región del Pacífico, para dedicarnos a África en un segundo capítulo que se publicará en el primer número del Boletín de la AHE del próximo año. Queda pendiente la necesaria tarea de escribir la historia de la herpetología española, tanto por autores locales como foráneos. Siguiendo las recomendaciones de Lovich et al. (2012), sólo hemos incluido a los investigadores que se han dedicado de manera más o menos profesional a la herpetología, usualmente con el grado de doctor (véase también Adler, 2012), y con un cierto bagaje de publicaciones científicas en temas herpetológicos fuera de nuestras fronteras. Descartamos por tanto a aquellos autores que solo muy ocasionalmente han estudiado y publicado sobre los anfibios y reptiles en otros países, aunque con ello, indudablemente, estaremos dejando fuera algunos nombres que merecerían estar en esta lista.
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Herpetólogos españoles en América La presencia y contribución científica de zoólogos españoles en América, aunque notable en algunos casos puntuales, ha estado siempre muy por debajo de lo que debería haber correspondido a un país como el nuestro, de tan intensos lazos históricos y culturales con el continente americano. Al margen de las aportaciones épicas y notables de Marcos Jiménez de la Espada sobre anfibios en el siglo XIX (véase De la Riva, 2000), en los siglos XX y XXI, que son los que nos ocupan, una parte importante de las contribuciones de herpetólogos españoles al conocimiento de la herpetofauna americana ha sido realizada por expatriados que se asentaron al otro lado del Atlántico. La lista de los compatriotas que han contribuido con una o dos publicaciones puntuales a la herpetología americana es, seguramente, extensa, pero es imposible en un artículo de estas dimensiones mencionar a todos, y destacaremos por tanto sólo aquellos de contribución más relevante (tener varias publicaciones sobre herpetos de América, libros, o haber hecho sobre ellos su tesis doctoral). En Norteamérica ha sido escaso el número de contribuciones de españoles, ya que, lógicamente, hubo siempre muchos científicos locales dedicados a la herpetología de la Región Neártica. La mayor parte de las aportaciones españolas vienen de estudiantes pre o postdoctorales que hicieron trabajos puntuales. Un caso interesante es el de Pere Alberch (1954–1998) (Figura 1), brillante biólogo evolutivo que se licenció en la Universidad de Kansas, se doctoró en la de Berkeley y fue profesor en Harvard desde 1980 a 1989, año en que se trasladó a Madrid para dirigir el Museo Nacional de Ciencias Naturales hasta 1995. Pere Alberch no
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fue un herpetólogo al uso, sino que utilizó los anfibios y los reptiles como modelos para sus remarcables e innovadoras investigaciones en embriología, morfogénesis y desarrollo (véase Alcobendas et al., 1998), incluyendo especies de Norteamérica y del Neotrópico, como las salamandras del género Bolitoglossa, que fueron objeto de su tesis doctoral. Su trabajo quizá más famoso, publicado cuando tenía sólo 25 años, Size and shape in ontogeny and phylogeny (Alberch et al., 1979) es un compendio de ideas brillantes que revolucionó el estudio de la heterocronía, con más de 1600 citas en Google Scholar. La Universidad de Berkeley y el Museo Nacional de Ciencias Naturales han mantenido vínculos también a través de estudiantes postdoctorales que, como Mario García París (Figura 2), Íñigo Martínez-Solano y Ernesto
Figura 2: Mario García-París en Marruecos en febrero de 2018.
Foto Alberto Sánchez-Vialas
Figura 1: Pere Alberch en el Museo Nacional de Ciencias Naturales en 1990.
Recuero, han sido autores de algunas publicaciones sobre anfibios de Norte y Centroamérica. García-París (otro alumno de la Complutense), con un pie en la herpetología y otro en la entomología, no necesita presentación en España gracias a sus trabajos sobre anfibios ibéricos, pero además es autor de numerosas publicaciones sobre salamandras de la familia Plethodontidae, habiendo descrito un total de 15 especies centroamericanas pertenecientes a siete géneros reconocidos actualmente. Guillermo Velo-Antón, de la Universidad de Vigo, también publicó sobre pletodóntidos y sobre algunos otros temas (quitridiomicosis, genética de Eleutherodactylus coqui de Puerto Rico, etc.) durante su estancia postdoctoral en la Universidad de Cornell, y Manuel Ortiz-Santaliestra hizo parte de su tesis y una estancia postdoctoral en USA, trabajando sobre todo en ecotoxicología de algunos anfibios norteamericanos.
Foto Archivo MNCN
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Procedente inicialmente de la Estación Biológica de Doñana, donde hizo su tesis bajo la dirección de José Antonio Valverde, María del Carmen Blázquez es una herpetóloga castellano-manchega que se instaló en México donde, desde el Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste (CIBNOR, La Paz, Baja California Sur), se ha centrado principalmente en estudios ecológicos sobre saurios de la región, siendo autora, entre otras cosas, de cerca de 20 trabajos sobre el tema. En Centroamérica ha habido escasa presencia española en el campo de la herpetología. Destaca sobre todo Javier Sunyer (Figura 3), biólogo por la Universidad Autónoma de Nicaragua-León y doctorado en la Universidad Goethe (Frankfurt) bajo la dirección de Günther Köhler, con una tesis sobre taxonomía, zoogeografía y conservación de la herpetofauna nicaragüense. Afincado por varios años en Nicaragua (y hoy en Colombia), ha publicado cerca de 40 artículos científicos y otras tantas notas sobre herpetología de Centroamérica —especialmente Nicaragua—, habiendo descrito cuatro especies de salamandras y un anuro de dicho país, además de seis especies de lagartijas del género Anolis de Panamá. Por su parte, el experto en quelonios Manuel Merchán desarrolló su tesis doctoral sobre Foto Ignacio De la Riva
Figura 3: Javier Sunyer (derecha) y José Manuel Padial en Varadero, Cuba, noviembre de 2008.
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tortugas de agua dulce del género Rhinoclemmys de Costa Rica bajo la dirección de Javier Castroviejo, y la defendió en la Universidad Complutense en 2003, habiendo publicado varios artículos científicos y de divulgación sobre tortugas, serpientes y cocodrilos neotropicales. Ha sido en Sudamérica donde más investigación han llevado a cabo los herpetólogos españoles. De mediados del siglo XX destaca, sin duda, el médico coruñés Avelino Barrio (1920–1979), emigrado a Argentina y asentado en Buenos Aires, donde desarrolló una gran actividad de investigación sobre venenos de serpientes y, fundamentalmente, sobre historia natural, fisiología y sistemática de anfibios y reptiles; fue pionero en los estudios de bioacústica de anfibios en Sudamérica y publicó los primeros espectrogramas de vocalizaciones de anuros de la región. Entre 1942 y 1980, Avelino Barrio fue autor de casi un centenar de publicaciones (Adler, 1989), y entre sus contribuciones destacan el hallazgo de la llamada cloricia fisiológica (que determina el color verde de los huesos de algunos anuros), y la descripción de varias especies de anfibios, de las que 13 son válidas en la actualidad. Las actividades divulgativas en Venezuela del malogrado Félix Rodríguez de la Fuente fueron la semilla de lo que más tarde desembocaría en un amplio programa de investigación en este y otros países de Sudamérica. A Félix lo acompañó Javier Castroviejo (Figura 4), quien quedó prendado de la diversidad y exuberancia del trópico. Como director de la Estación Biológica de Doñana promovió la investigación de vertebrados de la región Neotropical mediante expediciones, colectas de especímenes y la dirección de tesis doctorales, entre las que hubo unas cuantas de herpetología (sólo aquí mencionamos nada
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Bol. Asoc. Herpetol. Esp. (2018) 29(1) Foto Santiago Castroviejo
Figura 4: Javier Castroviejo con su hijo Santiago en un reciente viaje a Bolivia en febrero de 2018.
Foto Celsa Señaris
menos que siete, y dirigió muchas más sobre otros grupos animales). Javier Castroviejo ha publicado varios trabajos sobre herpetofauna neotropical pero, sobre todo, ha sido un extraordinario facilitador de la investigación de otras personas en América. Se puede decir que sin su empuje, empeño e infinita capacidad de trabajo, la huella española en las regiones tropicales de América habría sido casi anecdótica. Las aventuras y desventuras de todo el elenco de enviados suyos, desparramados por la geografía latinoamericana, sea participando en expediciones puntuales, sea pasando meses o años enteros en las más variopintas condiciones, darían para escribir un grueso volumen, que bien merecería ser publicado. De este primer impulso dado por Javier Castroviejo, en una primera fase destacó José Ayarzagüena (1952–2011) (Figura 5), de quien se dice que fue a Venezuela con billete sólo de ida… y allí se quedó. Realizó su tesis
doctoral, dirigida por Castroviejo y defendida en la Universidad Complutense en 1982, sobre la baba o caimán de anteojos (Caiman crocodylus) en los Llanos de Apure (Ayarzagüena, 1983). Posteriormente, ya afincado en dicho país, donde durante muchos años dirigió la Estación Biológica del Hato del Frío, trabajó en taxonomía de otros componentes de la herpetofauna venezolana, describiendo un total de nueve géneros y 30 especies (un saurio, dos serpientes y 27 anfibios anuros). “Ayarza”, como era conocido por sus amigos, fue además uno de los herpetólogos pioneros en el estudio de la fauna de los tepuyes, realizando diversas expediciones a estas impresionantes formaciones precámbricas del Escudo Guayanés. Por la misma época, Cristina Ramo estudió las tortugas acuáticas llaneras (Podocnemis vogli) en los Llanos de Venezuela (Ramo, 1982), defendiendo su trabajo en la Universidad de Navarra. Muchos años más tarde, Castroviejo dirigiría aún otra tesis más en el Hato de El Frío, la de Rafael Antelo sobre el
Figura 5: José Ayarzagüena y Celsa Señaris durante un viaje a Bolivia en 1993.
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Foto Jaime Culebras
cocodrilo del Orinoco (Crocodylus intermedius), presentada en 2008 en la Universidad Autónoma de Madrid. Con Ayarzagüena colaboró intensamente Celsa Señaris (Figura 5), española-venezolana nacida en Caracas, de padres gallegos. Licenciada en Biología por la Universidad Central de Venezuela y doctora por la Universidad de Santiago de Compostela (2001) con una revisión de los centrolénidos de Venezuela codirigida por Javier Castroviejo y José Miguel Rey, “Celsi” fue después directora del Museo de Historia Natural La Salle (Caracas) entre 2003 y 2012, de donde se desplazó al Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC). Experta también en la herpetofauna tepuyana, es autora y editora de numerosos libros e informes sobre herpetología de Venezuela y ha publicado cerca de 90 trabajos científicos, donde se describen un total de 37 especies de anfibios y reptiles. A ella está dedicado el género de ranas de cristal Celsiella Guayasamin, Castroviejo-Fisher, Trueb, Ayarzagüena, Rada & Vilà, 2009. Otro español destacado por el estudio de la herpetofauna de Venezuela es César Barrio Amorós (Figura 6), licenciado en antropología por la Universidad de Barcelona. César, que hoy reside en Costa Rica, tuvo claro desde muy joven que quería irse a vivir al trópico, y se afincó en la ciudad andina de Mérida durante muchos años, donde se dedicó a la conservación, la investigación y el ecoturismo. Además de un excelente fotógrafo, es autor de infinidad de trabajos de divulgación y notas sobre herpetofauna de Venezuela, y de cerca de un centenar de artículos científicos y técnicos que comprenden la descripción de 43 especies de anuros, una salamandra, tres culebras y cuatro saurios. También ha trabajado intensamente en los tepuyes, siendo el primer herpetólogo que accedió a algunos de ellos.
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Figura 6: César Barrio Amorós (en segundo plano) en Costa Rica; en primer plano, una peligrosa matabuey (Lachesis stenophrys).
En una segunda fase del impulso dado por Javier Castroviejo desde la Estación Biológica de Doñana, Ignacio De la Riva (Figura 7), licenciado en Biología por la Universidad Complutense, llegó en 1987 a Bolivia, donde permaneció tres años. Entre otras cosas, estudió la ecología y fenología de la comunidad de anfibios de una localidad amazónica durante la estación lluviosa, tema de su tesis doctoral que, bajo la dirección de Javier Castroviejo y Luis Felipe López-Jurado, defendió en la Universidad Complutense en 1993 (De la Riva, 1993). Posteriormente, como investigador del CSIC en el Museo Nacional de Ciencias Naturales, consagraría casi toda su carrera científica al estudio de la herpetofauna neotropical, sobre todo de la región andina de Bolivia y sur de Perú. En total, De la Riva es autor de más de 130 publicaciones sobre anfibios y reptiles neotropicales, habiendo descrito
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Bol. Asoc. Herpetol. Esp. (2018) 29(1) Foto Ignacio De la Riva
Figura 7: Cuatro pájaros de un tiro: de izquierda a derecha, Ignacio De la Riva, Miguel Vences, Santiago Castroviejo-Fisher y José Manuel Padial en Varadero, Cuba, noviembre de 2008.
cuatro géneros nuevos (uno de reptiles y tres de anfibios), tres especies de saurios y 59 de anuros americanos, destacando sus estudios sobre las pequeñas ranas de desarrollo directo de los páramos y bosques nublados andinos, que desvelan una espectacular radiación evolutiva antes insospechada (véase, por ejemplo, De la Riva et al., 2018). Muchas de sus publicaciones han contado con participación de otros herpetólogos españoles no especialmente centrados en investigar en América, como Jaime Bosch y Rafael Márquez, también del Museo Nacional de Ciencias Naturales, y expertos en bioacústica de anuros. Juntos, estos tres autores han publicado las descripciones de los cantos de decenas de especies de ranas neotropicales (muchas de ellas antes desconocidas), en un total de once trabajos, y un doble CD de cantos de anfibios de Bolivia (Márquez et al., 2002). Además, Rafael Márquez ha trabajado puntualmente en otras zonas de la región Neotropical, singularmente Chile, Colombia y Brasil, habiendo impulsado (a través de la Fonoteca Zoológica Digital [www.fonozoo. com], de la que es fundador y director) la publicación de otros CDs de cantos de anuros, de Cuba y del Sureste de Brasil. Por su parte, Jaime Bosch ha trabajado también en
bioacústica de anuros (sobre todo en Chile y Panamá) y, más recientemente, en estudios sobre quitridiomicosis. Discípulos de De la Riva han sido otros dos herpetólogos, andaluces ambos, que han centrado sus carreras en la herpetofauna de Sudamérica, sobre todo en la región andina y amazónica de Perú. José Manuel Padial (Figuras 3 y 7) (que con 19 años ya había estado en Bolivia, enviado por Javier Castroviejo), estudió en la Universidad de Granada, y allí se doctoró en 2007, con una tesis sobre taxonomía integradora de ciertos grupos de ranas bolivianas. Por su parte, Santiago Castroviejo-Fisher (Figuras 4 y 7) (hijo de Javier Castroviejo; “de casta le viene al galgo…”), estudió en la Universidad de Sevilla y realizó su tesis doctoral en la Universidad de Uppsala (Suecia) bajo la dirección de Carles Vilà. En Suecia coincidió con José Manuel Padial durante la primera etapa post-doctoral de éste, y posteriormente coincidieron de nuevo en el American Museum of Natural History (Nueva York), consolidando allí una fuerte formación en sistemática filogenética. Ambos siguen radicados en América (Nueva York y Porto Alegre [Brasil], respectivamente). José Manuel Padial, que fue conservador de herpetología del Carnegie Museum of Natural History (Pittsburgh, Pennsylvania) entre 2012 y 2017, se ha especializado sobre todo en sistemática de ranas andinas de desarrollo directo (Terrarana; véase, por ejemplo, Padial et al., 2014), habiendo publicado hasta la fecha cerca de 90 trabajos científicos y descrito cuatro géneros y 41 especies de reptiles y anfibios. Santiago Castroviejo-Fisher es un reconocido especialista en ranas de cristal (Centrolenidae), cuya sistemática constituyó el tema de su tesis doctoral (véase, por ejemplo, Guayasamin et al. (2009), donde los autores proponen varios géneros
Bol. Asoc. Herpetol. Esp. (2018) 29(1) nuevos y una nueva clasificación de toda la familia)
y ha publicado cerca de 40 trabajos científicos y descrito 26 especies de anfibios y reptiles. El director de tesis de Santiago, Carles Vilà, hoy en la Estación Biológica de Doñana, es asimismo autor de 15 publicaciones sobre evolución, sistemática y biogeografía de ranas neotropicales, sobre todo Centrolenidae. Dos personas más conforman hasta ahora el elenco de herpetólogos “neotropicales” formados en el equipo de Ignacio De la Riva en el Museo Nacional de Ciencias Naturales, Noemí Goicoechea y Octavio Jiménez-Robles. Noemí Goicoechea (procedente de la Universidad Autónoma de Madrid) ha trabajado en sistemática de lagartijas andinas del género Proctoporus (describiendo tres especies nuevas) y, sobre todo, en una exhaustiva filogenia de Teiioidea —un enorme grupo de saurios americanos que comprende más de 400 especies (Goicoechea et al., 2016)—. Octavio Jiménez-Robles, tras un estudio previo en Ecuador, realizó parte de su tesis doctoral (defendida en 2017 en la Universidad de Granada, donde estudió su carrera) sobre ecología térmica de saurios del género Liolaemus en Bolivia. Otro estudiante también formado en el Museo Nacional de Ciencias Naturales, Francisco Ferri, igualmente llevó a cabo su tesis doctoral (defendida en La Universidad de Alicante en 2016) sobre ecología térmica de especies de Liolaemus, esta vez de Chile, bajo la dirección de Miguel. B. Araújo y del profesor chileno Pablo Marquet. Al estilo de aquellos grandes herpetólogos alemanes del siglo XX que ejercían un dominio casi universal de la disciplina, publicando sobre cualquier grupo de anfibios o reptiles del planeta, el herpetólogo hispano-germano Miguel Vences (nacido en Colonia en 1969)
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(Figura 7) es uno de los más prolíficos zoólogos que ha dado Europa recientemente. Medio gallego medio renano, formado como biólogo en la Universidad de Colonia y doctorado por la de Bonn en el año 2000 bajo la dirección de Wolfgang Böhme, Miguel Vences es, desde 2005, profesor de zoología y biología evolutiva en la Universidad Técnica de Braunschweig, y se ha volcado en casi cualquier tema que tenga que ver con la herpetología, pero fundamentalmente en la sistemática y biogeografía de anfibios y reptiles, y muy especialmente en África (¡ha descrito nada menos que 134 especies y 10 géneros y subgéneros de anfibios y reptiles!). Su trabajo en Madagascar constituye el grueso de su investigación, y es bien conocido. No obstante, su apabullante productividad científica incluye también (entre sus 573 publicaciones científicas a la hora de escribir estas líneas, que, con seguridad, ya serán unas cuantas más cuando este artículo sea publicado), alrededor de 25 trabajos que tratan más o menos directamente sobre herpetofauna americana (Brasil, Cuba, Ecuador, Nicaragua…), destacando sus contribuciones sobre filogenia y coloración de ranas aposemáticas y, recientemente, sobre la evolución y taxonomía de las iguanas marinas de Galápagos (Miralles et al., 2017). Hay otros herpetólogos españoles que, centrando su investigación en otras faunas o regiones, dedican o en algún momento de sus carreras dedicaron parte de sus esfuerzos a los herpetos de diversas zonas de América, como Iván Gómez-Mestre (Estación Biológica de Doñana) en Panamá y USA, Miguel Lizana (Universidad de Salamanca) en Cuba, México y Perú, Mónica Feriche y Juan Manuel Pleguezuelos (Universidad de Granada) en México, Miguel Tejedo (Estación Biológica de Doñana) en Brasil, Argentina y Ecuador, etc.
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Hay quien sólo hizo su tesis en América y después se desentendió de aquello, como un flamante expresidente de la Asociación Herpetológica Española, Luis Felipe López-Jurado, quien para su doctorado, bajo la dirección, una vez más, de Javier Castroviejo, se jugó el tipo persiguiendo crótalos en la Reserva de la Biosfera de Mapimí (México). Defendió su tesis en la Universidad Complutense en 1987, pero enseguida se enredó en otros mil asuntos y la dejó sin publicar. Una contribución reseñable al conocimiento de los ofidios neotropicales se debe al tándem formado por el colombiano-español Carlos Pérez-Santos —doctorado bajo la dirección de Manuel Fernández-Cruz por la Universidad Complutense en 1986, con una tesis sobre biogeografía de las serpientes de Colombia—, y una profesora de la Facultad de Ciencias Biológicas de dicha Universidad, la Dra. Ana García Moreno (especialista, todo sea dicho, en lombrices de tierra). Juntos, son autores de dos voluminosas monografías, una sobre los ofidios de Colombia y otra sobre los de Ecuador (Pérez-Santos & García Moreno, 1988; 1991); además, Pérez-Santos publicó una tercera obra sobre las serpientes de Panamá (Pérez-Santos, 1999). En resumen, se podría decir que la contribución al conocimiento de la herpetofauna americana llevada a cabo por investigadores y naturalistas españoles ha sido importante en términos absolutos, pero escasa si se consideran los fuertes lazos existentes entre España y América, que deberían haberse reflejado en una interacción científica y académica mucho mayor. Esta ha surgido a menudo desde el interés y empeño particular de los propios investigadores, más que desde un verdadero impulso oficial. Por ejemplo, es triste que la burocracia y el desinterés oficial hayan echa-
do a perder los valiosos intentos de creación y afianzamiento de estaciones biológicas conjuntas, como fue el caso en la isla de Coiba, en Panamá, impulsada desde el Real Jardín Botánico (RJB-CSIC) por su entonces director, Santiago Castroviejo (hermano de Javier), y donde se llegaron a hacer importantes estudios preliminares (véase Castroviejo, 1997). Esperemos que los tiempos venideros, bajo la amenaza del cambio global y la crisis de la biodiversidad, pero en un clima de mayor crecimiento económico y estabilidad en muchos países de Latinoamérica, propicien una colaboración cada vez mayor entre los herpetólogos de ambos lados del Atlántico. Herpetólogos españoles en Eurasia y el Pacífico La producción científica de los españoles sobre Herpetología en este ámbito geográfico es bastante reciente, pues comienza hace unos 40 años, y solo para la última década se puede calificar de numerosa; apenas hemos encontrado referencias de españoles para esta área geográfica durante los primeros 80 años del siglo XX. Esta producción deriva de la colaboración de nuestros herpetólogos con equipos de investigación de otras penínsulas mediterráneas, particularmente la italiana, o con equipos centroeuropeos para abordar estudios en Europa o Próximo Oriente. Y como está siendo la regla en los otros ámbitos geográficos de esta revisión, la más numerosa es la producida durante las estancias postdoctorales de nuestros compañeros, desde hace unos veinte años, en centros de investigación europeos. Hay que comentar que este proceso se ha visto favorecido por la elevada biodiversidad de anfibios y reptiles en nuestro país; ha atraído a muchos herpetólogos europeos,
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Foto J. Muñoz / MNCN
propiciando posteriores colaboraciones de nuestros (en algún momento) jóvenes investigadores con otros europeos más senior, tanto dentro como fuera de nuestras fronteras. A continuación, se citan los autores que han publicado sobre herpetología en este ámbito geográfico, ordenados, si ello es posible, de manera cronológica. No incluimos la contribución de los españoles a la herpetología de nuestro “congenérico” país en Europa, Portugal, por ser la más conocida. Francisco de Borja Sanchiz y Gil de Avalle (Figura 8) es un paleontólogo especializado en anfibios anuros. Aunque la mayor parte de su línea de investigación se ha desarrollado sobre material de yacimientos españoles, por su especialización y lo extenso de su conocimiento en este grupo ha sido invitado en numerosas ocasiones para estudiar fauna fósil de batracios europeos y mundiales. Estas invitaciones tienen su origen en el tema que desarrolló en su tesis doctoral: Nuevos anfibios fósiles del Neógeno y Cuaternario de Europa. Origen, desarrollo y relaciones de la batracofauna española, defendida en octubre de 1977 en la Universidad Complutense de Madrid. Los datos de esta memoria provienen de 125 yacimientos en países europeos y asiáticos (Alemania, Reino Unido, Bélgica, Francia, Italia, Grecia, Hungría, Malta, Chipre, Holanda, Eslovaquia, Chequia, Polonia, y China), de los que casi un centenar eran inéditos para este grupo zoológico. Además, combinó el estudio de ejemplares fósiles con muestras de especies actuales. Por primera vez en la Paleontología española utilizó la cladística como metodología sistemática, que permitía el reconocimiento de grupos hermanos y reflejaba de manera mucho más objetiva la filogenia en relación a la llamada sistemática clásica.
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Figura 8: Borja Sanchiz (con boina) junto con uno de los autores, Ignacio De la Riva, en el que ha sido su lugar de trabajo durante varias décadas, el Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid.
Derivado del material en su tesis doctoral, Borja Sanchiz realiza algo pionero en aquel tiempo, como fue la publicación de parte de su memoria de tesis antes de su defensa (Sanchiz, 1977). Continuó con el estudio de los Pelodytidae fósiles, que incluye material de Alemania, y la batracofauna cuaternaria de Cerdeña, y también estudió material fósil en un país con un elevado nivel en Paleontología Herpetológica, Polonia, tanto en trabajos de revisión (Sanchiz & Mlynarski, 1979) como en estudios de yacimientos concretos (Sanchiz & Szyndlar, 1984). Después vendrían sus contribuciones sobre los Hylidae y otra batracofauna de Malta, Chipre y Grecia, los discoglósidos y Triturus de Bélgica, la fauna miocena de Opole (donde analiza material de Francia, Polonia y Austria) y los anfibios fósiles de Alemania, Francia, Austria, Eslovaquia e Italia. Es el material fósil de anfibios de toda Europa el que utiliza en una original conferencia plenaria durante el VI Congreso Luso-Español de Herpetología (Valencia, julio de 2000): “La herpetofauna de la Atlántida: un ensayo crítico sobre paleobiología espacial” (Sanchiz, 2002). Pero quizás las contribuciones de Borja Sanchiz que más perdurarán en la literatura
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Bol. Asoc. Herpetol. Esp. (2018) 29(1) Foto Ana Pérez-Cembranos
Figura 9: Valentín Pérez-Mellado en el islote de Es Vaixell, Ibiza, en el verano de 2015, donde estudia una población de lagartija de las Pitiusas descubierta recientemente.
científica sean sus trabajos de revisión sobre los Salientia fósiles y actuales (Sanchiz, 1998), que incluye el estudio de material de numerosos países. En la época que redactamos estas líneas se jubila de su vida laboral. Valentín Pérez-Mellado (Figura 9) se licencia en Biología en la Universidad Complutense de Madrid, para posteriormente tener una breve dedicación a la Ornitología. Gana una plaza de profesor en el departamento de Zoología de la Universidad de Salamanca, y cambia su dedicación a la herpetología. Realiza su tesis doctoral sobre las Podarcis españolas, bajo la dirección de Alfredo Salvador y, desde entonces, la mayoría de su producción científica se ha dedicado a estos lacértidos. Ha tenido una amplia contribución a la herpetología dentro del territorio español y fuera, especialmente en el entorno del Mediterráneo. Es un ejemplo de científico español que ha contactado y colaborado con centros de investigación allende nuestras fronteras, donde radican destacados investigadores, como Richard P. Brown (Universidad de Liverpool), Janalee P. Caldwell (Sam Noble Museum, Oklahoma, USA), Claudia Corti (Museo de Florencia, Italia), William Cooper (Universidad de Indiana, USA), Dror Hawlena (Universidad Hebrea de
Jerusalén, Israel), Luca Luiselli (Universidad de Rivers State, Nigeria) y Laurie J. Vitt (Universidad de Oklahoma, USA), entre otros. La dedicación investigadora que tuvo y mantiene hacia las lagartijas baleáricas se extendió a las lagartijas de otras islas mediterráneas. Realizó expediciones de trabajo a diversos archipiélagos e islas del Mediterráneo, como Córcega, Cerdeña, Malta, Islas Eolias e Islas del Egeo; considera que estas y otras de sus expediciones herpetológicas forman parte muy importante de su vida personal. Fruto de estos viajes ha publicado sobre la similitud ecológica entre parejas de especies, el factor humano en la presencia de la fauna de reptiles en esas islas, la relación entre lagartijas y vegetales en islas, la ecología trófica de Podarcis raffonei en las islas Eolias, de Podarcis melisellensis en Croacia, un experimento en el que se manejaba la presión de depredación sobre Acanthodactylus beershebensis, comportamiento de escape de Podarcis melisellensis en Dalmacia y la diversidad genética de Podarcis filfolensis, entre otros temas. La última contribución de Valentín a la herpetología europea ha sido el estudio de la historia evolutiva de Podarcis tiliguerta en Córcega y Cerdeña (Rodríguez et al., 2017). Salvador Bailón se licencia en Ciencias Biológicas en la Universidad de Granada (1979). Después de una breve estancia laboral en la Administración Local de esa ciudad trabaja en la gruta de Lazaret, Niza, Francia. En los ratos libres que le deja su labor de guía a los grupos académicos que visitan la cueva comienza el estudio sobre los anfibios y reptiles del Plioceno y Pleistoceno de Francia y España, que constituirá su tesis doctoral, defendida en la Universidad de París VII (Bailón, 1991). Su dedicación a esta temática es fructífera y pasados unos años consigue una
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posición en el laboratorio de Arqueozoología del Muséum national d’Histoire Naturelle del CNRS, en París, donde actualmente continúa. Ha estudiado los anílidos (Reptilia, Serpentes) y otros elementos herpetológicos europeos (p.ej., Agustí et al., 2009); en Francia, los bufónidos del Mioceno, protéidos del Plioceno, lacértidos del Mioceno, herpetos de yacimientos de Córcega, de la gruta de Lazaret y del valle del Ródano, entre otros (p.ej., Rage & Bailón, 2005); en Italia, los herpetos de Apulia y de Cerdeña (p.ej., Delfino et al., 2011); y en Oriente Medio y Próximo los herpetos pleistocenos de Irán y Latonia nigriventer (p.ej., Biton et al., 2016). Begoña Arano defiende su tesis doctoral en 1988 sobre filogenia del género Triturus. Anteriormente había aprendido técnicas moleculares aplicadas a la filogenia en Alemania, con el Dr. Ulrich Joger, y posteriormente se desplazó a la Open University del Reino Unido, donde junto a Tim Halliday realizó una breve pero fructífera carrera sobre los urodelos europeos (p.ej., Halliday & Arano, 1991). En 1991, y gracias a la buena estima que el antiguo ICONA tenía de la AHE, nuestra asociación consigue un proyecto sobre el Estatus de los Anfibios y Reptiles de Europa, coordinado por Begoña Arano. Este proyecto y sus resultados sirvieron para poner el nombre de nuestra sociedad en Europa. Begoña Arano pronto abandona la herpetología, al menos profesionalmente. El que escribe estas líneas se acuerda de las reuniones de la junta directiva de la AHE, donde su presencia se hacía notar por su simpatía y lo acertado de sus observaciones. Marisa Esteban realiza su licenciatura en Ciencias Biológicas en la Universidad Complutense de Madrid (1981), donde también obtiene el doctorado (1990). Sus estudios en herpetología han versado fundamentalmente
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sobre anuros, bajo la dirección de Borja Sanchiz, en el Museo Nacional de Ciencias Naturales (CSIC) de Madrid. Comienza con estudios de osteometría y esqueletocronología, y continua con aspectos genéticos y estrategias autoecológicas en este mismo grupo, tanto de especies actuales como fósiles, sin olvidar su dedicación a la catalogación de las colecciones zoológicas. Aunque la mayor parte de su producción científica se ha centrado en la fauna ibérica, estudia los Ranidae del Oligoceno de Alemania y el tamaño corporal en Rana temporaria de Francia (Esteban et al., 1995). Hace unos 15 años que abandonó la Herpetología. “En el corazón de la península arábiga los grandes desiertos, con las dunas más largas y altas del mundo, constituyen uno de los ambientes más adversos del planeta. Entre sus Foto Margarita Metallinou
Figura 10: Salvador Carranza con un lagarto de cola espinosa en la península arábiga.
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principales características destacan la escasez de lluvia…, una elevada evaporación y temperaturas muy altas durante el día. A pesar de esas condiciones extremas, un grupo de animales, los reptiles, han conquistado con éxito este ambiente”. De esta manera comienzan un artículo Salvador Carranza (Figura 10) y dos de sus colaboradores (Metallinou et al., 2014), que lleva como título “Amantes del desierto”; después de leerlo no queda claro si en el título se están refiriendo a los reptiles o a los investigadores. Salvador lleva muchos años dedicado al estudio de estos animales en el sur de la península arábiga. Licenciado en la Universidad de Barcelona, defiende su tesis en esta misma institución en 1997 sobre taxonomía molecular de gusanos platelmintos. Como investigador postdoctoral obtiene una beca para seguir con la misma temática en el Natural History Museum de Londres. Conoce allí al célebre herpetólogo Edwin Nicholas Arnold, y se anima a aplicar a la herpetología sus conocimientos sobre sistemática molecular. Los inicios de su labor en herpetología en el continente asiático comienzan con motivo de una estancia en el citado museo en el año 2002, donde se integra en un proyecto que Arnold tenía sobre biogeografía de los reptiles de las zonas áridas del norte de África y Arabia. A partir de 2004 se focaliza en el ámbito geográfico de la Macaronesia y Norte de África, pero el material, y en especial las numerosas preguntas acumuladas sobre la península arábiga derivadas de su primer contacto con esta zona, le animan a redactar un proyecto sobre el uso de filogenias para estudiar procesos evolutivos, biogeográficos y ecológicos en la fauna de reptiles de aquella región. A partir de esas fechas ha liderado otros proyectos sobre la misma temática y el mismo entorno geográfico (incluyendo la isla de Socotra), y
ha realizado 17 expediciones a la península arábiga. Atraído por el importante número de endemismos que aparece en zonas desérticas, su primer interés en esta península estaba focalizado en comprender cómo los desiertos generan y mantienen ese nivel de endemismos, lo cual llevaba aparejado un importante trabajo en la mejora de la taxonomía de los grupos afectados, así como en el establecimiento de los primeros datos sobre su estado de conservación. Actualmente, sigue interesado en conocer el origen y mantenimiento no solo del endemismo, sino en general de la biodiversidad en zonas áridas. La península arábiga es un excelente laboratorio para esta tarea, pues es extensa y muestra condiciones extremas de aridez. Si previamente pudo inferir la edad del desierto del Sáhara gracias a sus estudios sobre filogeografía de reptiles, ahora pretende la misma aproximación en los desiertos de la península arábiga. La producción científica de la inacabada historia de Salvador Carranza en el continente asiático es significativa. Cuando escribimos estas líneas asciende a 31 artículos en revistas indexadas. De forma general, todas podrían encuadrarse dentro de la filogeografía, taxonomía y conservación de grupos y faunas de reptiles en la región, aunque se observa la dominancia de publicaciones sobre algunos grupos taxonómicos (gecónidos, lacértidos). Además, ha aprovechado su línea de investigación para desarrollar una importante labor en la formación de investigadores. Ha dirigido las tesis doctorales de Margarita Metallinou, Joan García-Porta y Karin Tamar, sobre filogenia y filogeografía de los géneros Acanthodactylus y Phoenicolacerta. Actualmente está dirigiendo dos tesis sobre la misma zona geográfica; una sobre los reptiles del archipiélago de Socotra, y sobre cómo se ha generado
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y mantenido la diversidad en zonas áridas. Ha descrito ocho nuevos géneros, 25 nuevas especies y tres nuevas subespecies de reptiles, la mayoría en el continente asiático (p.ej., Carranza & Arnold, 2012). La contribución de Salvador Carranza a la herpetología europea es inferior a la que hemos registrado de este autor en el continente asiático. Dentro del marco de un proyecto con Arnold sobre la importancia de las barreras geográficas en la biogeografía histórica y evolución de anfibios y reptiles en el Mediterráneo Occidental, Salvador Carranza publica algunos de sus artículos más citados; sobre sistemática, biogeografía y evolución de los gekos del género Hemidactylus (Carranza & Arnold, 2006), donde encuentra que algunos linajes han cruzado el Atlántico al menos dos veces en tiempos geológicos, o sobre la filogeografía de Malpolon y Hemorrhois (Carranza et al., 2006). En la monografía sobre la tribu Lacertini (Arnold et al., 2007), exploran las relaciones entre las 108 especies de la tribu. Ha mantenido colaboración con herpetólogos serbios, italianos, alemanes y americanos; por ejemplo, para estudiar las salamandras cavernícolas del género Hydromantes, interesante taxón que muestra especies geográficamente tan separadas como las europeas y las de California. Xavier Santos (Figura 11) estudia Ciencias Biológicas en la Universidad de Barcelona, donde pronto comienza a colaborar con los herpetólogos de esa universidad, coordinados por Gustavo Llorente. Tiene el mérito de realizar su tesis doctoral —sobre la culebra viperina en el Delta del Ebro— durante su etapa de profesor de Enseñanza Secundaria. Después de varias becas en centros de investigación nacionales, en el año 2010 obtiene una beca postdoctoral con destino en el CEPHE-CNRS de Montpellier, sur de Fran-
17 Foto Juan M. Pleguezuelos
Figura 11: Xavier Santos con un ejemplar de víbora hocicuda del Magreb en el Atlas Medio, Marruecos, en mayo de 2006.
cia, para trabajar con Marc Cheylan. Durante esta estancia, su investigación se dirige hacia la ecología de los fuegos forestales en ambientes mediterráneos: régimen de fuegos, perturbación del medio, respuesta funcional de los organismos animales y recolonización post-fuego (p.ej., Santos & Cheylan, 2013). En el año 2011 obtiene otra beca postdoctoral (será su tercera postdoctoral) con destino en el CIBIO de la Universidad de Oporto, en Portugal, donde se integra en el equipo de José C. Brito. Un proyecto lo llevará a la isla de Socotra (Yemen), donde desarrolla temas de radiación adaptativa y especiación. Además, dirige dos tesis de máster sobre los mecanismos que producen especiación, utilizando como organismos modelo los reptiles de esta isla, y como herramienta los isótopos estables medidos en las presas de estos reptiles (p.ej.,
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Foto Anamirija Zagar
Figura 12: Miguel Ángel Carretero capturando Iberolacerta monticola en la Serra da Estrela, Portugal, en 2013.
Martin et al., 2017).
De manera resumida podemos decir que tanto en España como fuera de nuestras fronteras, el interés de este herpetólogo ha sido explorar los aspectos biológicos que hacen a las especies de reptiles más proclives a la extinción. Mario García-París ha realizado estudios sobre filogeografía de los sapos parteros (p.ej., Arntzen & García-París, 1995), los sapos de espuelas, urodelos europeos, sapos de vientre de fuego y ranas arborícolas, además de estudios sobre grupos de escamosos que incluyen muestras de una amplia valencia geográfica. Sus estudios sobre la conservación de las ranas ibéricas incluyen, además, consideraciones sobre los mismos más allá de nuestras fronteras (p.ej., a causa de translocaciones; Arano et al., 1995). Miguel A. Carretero (Figura 12) estudió Ciencias Biológicas en la Universidad de Barcelona, donde también defendió su tesis doctoral sobre lacértidos. Posteriormente se desplaza al CIBIO de la Universidad de Oporto, donde ha desarrollado una fructífera carrera. Es uno de los herpetólogos españoles con mayor actividad fuera (y dentro) de nuestras fronteras, donde ha colaborado con grupos de investigación que principalmente están ubicados (así como los organismos que estudian) en la latitud del Mediterráneo, aunque en una
longitud más oriental. Él mismo se denomina como biólogo integrador, que usa los reptiles como organismos modelo para cubrir su interés científico, el cual comprende la ecología, fisiología, comportamiento, morfología, historia natural, biogeografía y conservación. Ha realizado estudios sobre el origen y biogeografía de los géneros Cryptoblepharus, Furcifer, Hemidactylus y Mabuya en la región occidental del océano Índico (p.ej., Rocha et al., 2005). Ha participado de manera asidua en los estudios sobre taxonomía de saurios de penínsulas del Mediterráneo distintas a la Ibérica, como Podarcis tiliguerta, Psammodromus algirus, Archaeolacerta bedriagae, Tarentola mauritanica, Algyroides fitzingeri, Podarcis sicula, Timon y un ofidio, Hierophis viridiflavus, en Europa (p.ej., Carretero et al., 2009). Más hacia levante, ha estudiado la filogeografía de lagartijas de Irán, lagartos verdes en Anatolia, Testudo graeca en la zona transcaucásica, Darevskia praticola en el Cáucaso y región Balcánica, Acanthodactylus beershebensis de Israel y Darevskia en la región del Cáucaso (p.ej., Freitas et al., 2016). Su amplio historial en Eurasia incluye estudios sobre morfología de Vipera ursini en Montenegro, ecología de Podarcis filfolensis y Chalcides ocellatus en Italia, de Podarcis muralis en Serbia y Eslovenia, Iberolacerta horvathi y Podarcis mu-
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ralis en Eslovenia, Lacerta agilis a través de todo Europa, diversificación ecológica de lacértidos en Anatolia y parasitología de Darevskia rudis en Turquía (p.ej., Carretero et al., 2010). La biografía de Miguel Vences, así como su impresionante contribución a la herpetología global, ya ha sido esbozada anteriormente. Aunque su mayor producción se centra en Madagascar, en el ámbito geográfico de Eurasia y el Pacífico, y distando de ser exhaustivos, Miguel Vences ha estudiado marcadores moleculares en camaleones (p.ej., Kosuch et al., 1999), filogenia de anuros (p.ej., Veith et al., 2003), de urodelos (p.ej., Vences et al., 2014), biogeografía en anfibios y en reptiles (p.ej., Rocha et al., 2006), morfología (p.ej., Hendrix et al., 2008), conservación (p.ej., Sabino-Pinto et al., 2015) y microbiota de la piel de anfibios (Bletz et al., 2017). Si pretendiéramos ser exhaustivos, este prolífico autor ha contribuido con más de un centenar de publicaciones a la herpetología de este ámbito geográfico. Después de una etapa como paleontólogo de reptiles en el archipiélago de las Baleares, entre los años 2009–2013, Joan García Porta pasa a colaborar con Terry J. Ord, de la universidad de New South Wales (Sydney, Australia), con quien utiliza diversos grupos de saurios para testar hipótesis evolutivas sobre la complejidad en la comunicación entre animales, la diversificación de los organismos que colonizan islas, particularmente en islas del Pacífico, o sobre la aparición de gargantas de tamaño y color exagerados en iguánidos y agámidos (p.ej., Ord et al., 2015). Consigue una beca para su tesis doctoral en el Instituto de Biología Evolutiva del CSIC, en Barcelona, bajo la supervisión de Salvador Carranza. Trata sobre diversificación de salamanquesas en la península arábiga y el archipiélago de Socotra (p.ej., García-Porta et al., 2016), y sobre la
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resolución de la diversidad críptica dentro del género Anatololacerta. En su estudio sobre el complejo Bufo bufo a nivel de Europa encuentra que la mayoría de la estructura filogenética que ahora podemos ver ocurrió antes del Pleistoceno (García-Porta et al., 2012). Neftalí Sillero estudia en la Universidad de Salamanca, aunque pronto se desplaza al país luso, donde lleva muchos años en el departamento de Geografía de la Universidad de Oporto. Su primer contacto con la herpetología consiste en el cartografiado de la distribución de los anfibios y reptiles de España y Portugal, en el primer atlas de distribución que afrontó la AHE (en 1997). Desde entonces ha realizado estudios sobre la aplicación de los Sistemas de Información Geográfica a la cartografía de los herpetos, principalmente en el ámbito de Europa (p.ej., Sillero et al., 2014) y la modelización de la distribución de estos grupos (p.ej., Sillero et al., 2018). En colaboración con equipos de investigación de los países balcánicos y Oriente Medio, ha participado en estudios sobre filogeografía y biología de reptiles en estos ámbitos geográficos (p.ej., Sillero et al., 2016). La contribución más significativa de Oscar Arribas, investigador independiente, a la herpetología española y allende fronteras, ha sido su estudio sobre los lacértidos montanos de la orilla norte del Mediterráneo, en particular de las lagartijas pertenecientes al género Iberolacerta, Darevskia, Dinarolacerta, o en general sobre los Lacertinos (p.ej., Arnold et al., 2007). También ha contribuido a la sistemática de los Discoglossus del Mediterráneo Occidental, o a estudios sobre envenenamiento por Vipera ursini. Íñigo Martínez Solano desarrolló su tesis doctoral en el Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid, y ha disfrutado de becas postdoctorales y contratos en Portugal,
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USA y diversos centros del CSIC. En este momento es el Secretario General de la AHE. Su investigación ha versado sobre el estudio de la biodiversidad de los anfibios desde una perspectiva integradora (faunística, demografía, morfología, genética molecular), con el objetivo final de la conservación del grupo. Dentro del ámbito geográfico de Eurasia, junto con diversos equipos europeos, ha estudiado la filogeografía de Bombina, Discoglossus, Ichthyosaura alpestris, Alytes obstetricans, el complejo de especies Bufo bufo (p.ej., Trujillo et al., 2017), los cromosomas sexuales en Hyla (Stöck et al., 2011) o la genética de anuros en el sudeste de Asia (Draškić et al., 2018). Además de los citados, hay una nómina relativamente elevada de españoles que han trabajado esporádicamente sobre fauna herpetológica de este ámbito geográfico. Alfredo Salvador, recién jubilado de su vida laboral, ha descrito una cecilia de la isla de Java, e incluye material de Oriente Próximo y Oriente Medio en su estudio sobre los Acanthodactylus (Salvador, 1982). Gustavo Adolfo Llorente, de la Universidad de Barcelona, ha estudiado sobre la persistencia de compuestos organoclorados en un lago de Pakistán, y sobre la historia natural de reptiles en la isla de Socotra, Omán (Pujol-Buxó et al., 2014). Rafael Márquez e Ignacio De la Riva, del Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid, el primero especializado en bioacústica, han estudiado los cantos territoriales de algunos anuros en Nueva Guinea (p.ej., De la Riva et al., 2004). Vicente Roca, de la Universidad de Valencia y anterior presidente de la AHE, ha estudiado un Gnathostomatide de una rana en China, la tasa de parasitación por helmintos gastrointestinales en lagartijas partenogenéticas y no partenogéneticas de Turquía, y los efectos de la insularidad en la tasa de parasitación de una lagartija
en el mar Egeo (p.ej., Roca et al., 2009). Miguel Tejedo, de la Estación Biológica de Doñana, ha analizado el tamaño de Epidalea calamita con ejemplares de Alemania y la morfología del complejo de especies Rana esculenta de Suiza (p.ej., Tejedo et al., 2000). Dentro de la profusa dedicación de Luis F. López Jurado a las tortugas marinas, se incluye el estudio de los juveniles de Caretta caretta en el Mediterráneo Occidental y de la dispersión de estos juveniles por tormentas en el área geográfica de la costa atlántica francesa (p.ej., Monzón-Argüello et al., 2012). Juan A. Camiñas, actual presidente de la Asociación Herpetológica Española, ha publicado sobre el estatus y el impacto de la pesca en Caretta caretta en el Mediterráneo Occidental (p.ej., Bjorndal et al., 1994). Eva Graciá, de la Universidad Miguel Hernández, ha trabajado en la filogeografía de Mauremys caspica en Oriente Medio (Vamberger et al., 2013). Ernesto Recuero, del Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid, ha estudiado a través de Eurasia el complejo de Bufo bufo, Ichthyosaura alpestris y el complejo de ranitas arborícolas europeas (Hyla; p.ej., Recuero et al., 2014). Albert Bertolero, especializado en quelonios, ha colaborado con equipos europeos en el estudio de su filogeografía, metodología de estimaciones poblacionales, ecología de la reproducción y conservación (p.ej., Bertolero et al., 2011). Elena Abella, de la Estación Biológica de Doñana, ha estudiado los patógenos de Caretta caretta en la costa australiana (Sarmiento-Ramírez et al., 2014). Andrés Egea Serrano, formado en la universidad de Murcia y actualmente en la universidad estatal de Santa Cruz de Bahía, Brasil, ha trabajado en ecotoxicología de ranas pardas en el centro y norte de Europa (p.ej., Egea-Serrano et al., 2014). Adolfo Marco, de la Estación Biológica de Doñana y especializado en las tortugas mari-
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nas en los últimos años, ha estudiado sus patógenos en poblaciones de la costa australiana y dispersión en poblaciones de la costa atlántica francesa (Monzón-Argüello et al., 2012). Guillermo Velo-Antón, actualmente en el CIBIO de la Universidad de Oporto, Portugal, ha estudiado la filogeografía de los galápagos
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(Emys) y sapillos pintojos (Discoglossus) europeos (p.ej., Velo-Antón et al., 2011). Agradecimientos: En primer y último lugar, queremos solicitar la indulgencia y el perdón de todos aquellos que, por razones de espacio o intolerable amnesia de los autores, hayan sido omitidos en este artículo.
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SERVIDOR DE INFORMACIÓN DE ANFIBIOS Y REPTILES DE ESPAÑA Se encuentra operativo en la dirección: siare.herpetologica.es El SIARE es el portal de difusión de la información recogida por los diferentes programas de seguimiento de la AHE. Con esta iniciativa, se quiere facilitar a todos los interesados el acceso a la información referente a los anfibios y reptiles de España. Con este proyecto la AHE ha creado un servidor de información herpetológica on-line que permite acceder a la información sobre la biodiversidad herpetológica española al tiempo que ofrece a los usuarios una herramienta para gestionar sus observaciones de anfibios y reptiles. Con esta aplicación la AHE dota a la red de voluntariado, en el ámbito herpetológico en España, de una herramienta de seguimiento a largo plazo de la evolución de las poblaciones de anfibios y reptiles de España y permitir a los voluntarios de los programas tener una herramienta de visualización y gestión de sus datos. Publicidad de la AH E
Historia Natural Leucismo en Salamandra salamandra de Galicia David Dopereiro1 & Miguel Puras2 Avenida das Caldas, 9. 5ºB. 32001 Ourense. España. C.e.: david.dopereiro@gmail.com Rúa do Carballo, 37. 36204 Vigo. España.
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Fecha de aceptación: 23 de febrero de 2018. Key words: amphibians, color patterns, Galicia, leucism, salamander.
Las variaciones en el patrón de coloración de los anfibios han sido ampliamente estudiadas, incluyendo entre estas alteraciones el leucismo, una mutación que se caracteriza por la ausencia total o parcial de pigmentación, originada por un déficit de melanina en los melanóforos (Brame, 1962; Dyrkacz, 1981; Bechtel, 1995). Los individuos leucísticos presentan un color claro en la piel (blanco o amarillo dorado) pero no en los ojos, los cuales muestran su pigmentación habitual. Esta característica es la que permite diferenciarlo del albinismo, donde los ojos presentan un color rojizo debido a los capilares sanguíneos (Dyrkacz, 1981; Mitchell & Mazur, 1998). Se ha descrito este tipo de anomalía pigmentaria en varias especies de anfibios en todo el mundo, como Calotriton asper (Thiesmeier & Hornberg, 1988), Plethodon cinereus (Mitchell & Mazur, 1998), Ambystoma opacum (Mitchell & Church, 2002), Lissotriton boscai (Galán, 2010) o Phyllomedusa bicolor (Olmeño & Cuevas, 2014). En el caso de Salamandra salamandra no existe mucha información sobre la Fotos Miguel Puras
a
presencia de ejemplares leucísticos en la península ibérica (Velo-Antón & Buckley, 2015), aunque referidos al albinismo, han sido citados ejemplares de S. salamandra por Arribas & Rivera (1992), Thiesmeier (1992), Kopetsch (1997), Benavides et al. (2000) y Guiberteau et al. (2012). El 25 de noviembre de 2017, durante un muestreo nocturno en la Serra do Suído (Fornelos de Montes, Pontevedra; UTM 1x1 km: 29T NG4582, 528 msnm) se encontró una hembra adulta de S. salamandra que mostraba una marcada disminución pigmentaria en comparación con el patrón de coloración habitual en la especie (Figura 1). El ejemplar carecía de color negro en la piel, mostrando un aspecto predominantemente rosado, y manteniendo las manchas del color amarillo normal (Figura 1). El individuo se encontraba en el lindero de un camino ocupado por Ulex europaeus, en el interior de una formación boscosa de Quercus robur y Salix atrocinerea como vegetación dominante. Durante este muestreo, b
Figura 1: a) Vista lateral del ejemplar leucístico de Salamandra salamandra. b) Vista dorsal del mismo individuo.
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en la misma zona, de aproximadamente 800 metros de longitud, se encontraron 58 individuos de la misma especie, todos ellos presentando el patrón de coloración habitual. El diseño negro y amarillo de S. salamandra es utilizado como una señal de advertencia dirigida a potenciales depredadores (Cott, 1940). La ausencia de color negro en la piel podría afectar al aposematismo de la especie, lo que reduciría su supervivencia, haciéndola más sus-
ceptible al ataque de predadores. Este hecho, junto con la reducida frecuencia de la mutación y la mayor detectabilidad de individuos leucísticos en estado larvario, podrían ser las razones por las que la observación de ejemplares adultos con esta mutación es inusual. Agradecimientos: Al Dr. P. Galán por su inestimable ayuda a la hora de mejorar este artículo y a J. Antúnez por su colaboración en los muestreos.
Referencias Arribas, O. & Rivera, J. 1992. Albinismo en Salamandra salamandra (Linnaeus, 1758) en el noroeste ibérico. Boletín de la Asociación Herpetológica Española, 3: 14-15. Bechtel, H.B. 1995. Reptile and Amphibian Variants: Colors, Patterns, and Scales. Krieger Publishing Company, Malabar, Florida. Benavides, J., Viedma, A., Clivilles, J., Ortiz, A. & Gutiérrez, J.M. 2000. Albinismo en Alytes dickhilleni y Salamandra salamandra en la Sierra del Castril (Granada). Boletín de la Asociación Herpetológica Española, 11: 83. Brame, A.H., Jr. 1962. A survey of albinism in salamanders. Abhandhungen und Berichte Naturkunde Vorgeschichte, 11: 65-81. Cott, H.B. 1940. Adaptive Coloration in Animals. Methuen and Company, Ltd. London. (Reprint 1966). Dyrkacz, S. 1981. Recent instances of albinism in North American amphibians and reptiles. Society for the Study of Amphibians and Reptiles, Herpetological Circular, 11: 1-31. Galán, P. 2010. Mutación leucística en Lissotriton boscai de Galicia. Boletín de la Asociación Herpetológica Española, 21: 58-61. Guiberteau, D.F., Vázquez Graña, R. & López, J.E. 2012. Variabilidad de patrones y pigmentación en Salamandra salamandra gallaica. Butlletí de la Societat Catalana d’Herpetologia, 20: 115-120.
Kopetsch, J. 1997. Salamandra salamandra bernardezi - Lebensraum in Oviedo, Spanien. Elaphe, 5: 78-80. Mitchell, J.C. & Mazur, J. 1998. Leucistic red-backed salamanders (Plethodon cinereus) from Maryland. Northeastern Naturalist, 5: 367-369. Mitchell, J.C. & Church, D.R. 2002. Leucistic marbled salamanders (Ambystoma opacum) in Virginia. Banisteria, 20: 67-69. Olmeño, A.V. & Cuevas, E. 2014. Un caso de leucismo en larvas de Phyllomedusa bicolor (Anura: Hylidae) reproducidas en cautiverio. Ciencia Amazónica: (Iquitos), 4: 172-175. Thiesmeier, B. 1992. Ökologie des Feuersalamanders. Ökologie, Band 6. Westarp Wissenschaften. Essen. Thiesmeier, B. & Hornberg, C. 1988. Eine leukistische larve von Euproctus asper (Dugès, 1852) (Caudata: Salamandridae). Salamandra, 24: 187-188. Velo-Antón, G. & Buckley, D. 2015. Salamandra común – Salamandra salamandra. In: Salvador, A., MartínezSolano, I. (eds.), Enciclopedia Virtual de los Vertebrados Españoles. Museo Nacional de Ciencias Naturales. Madrid. <http://www.vertebradosibericos.org/> [Consulta: 29 noviembre 2017]
Actividad trepadora de Anguis fragilis en hábitat atípico Pedro Galán Grupo de Investigación en Bioloxía Evolutiva (GIBE). Departamento de Bioloxía. Facultade de Ciencias. Universidade da Coruña. Campus da Zapateira, s/n. 15071 A Coruña. España. C.e.: pgalan@udc.es Fecha de aceptación: 9 de abril de 2018. Key words: Anguis fragilis, atipical habitat, climbing behavior, Galicia, lizards, Reptiles.
El lución común (Anguis fragilis) es una especie de saurio ápodo que vive principalmente en zonas de vegetación densa y baja de herbazales, ocupando también matorrales y bosques abier-
tos (Salvador, 2014). En Galicia se encuentra en prados, linderos, sotos y bosques abiertos (Galán & Fernández-Arias, 1993), siendo más abundante donde existen setos vivos en zonas de agricultura
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tradicional (Galán, 1999). Esta especie habita en los estratos más bajos de la vegetación, en los niveles herbáceos y muscinales, buscando refugio bajo troncos, piedras y galerías de micromamíferos (Völkl & Alfermann, 2007; Galán & Salvador, 2015). Puede llevar una vida semifosorial, siendo capaz de cavar galerías entre la hojarasca y en suelos poco compactos (Gasc & Gans, 1990). Esta especie se encuentra, por lo tanto, muy ligada al suelo, siendo incluso semisubterránea en ciertas ocasiones, y nunca se ha descrito actividad trepadora o su presencia en zonas altas de la vegetación. En la presente nota se exponen observaciones de A. fragilis en lo alto de setos de boj en una zona ajardinada. Las observaciones tuvieron lugar en la localidad de Morzós, ayuntamiento de Cerceda (A Coruña, Galicia; UTM: 29T NH4580; 389 msnm), en el jardín de una casa de campo donde existen setos recortados de boj (Buxus sempervirens) de 45-60 cm de altura, rodeando césped muy bajo, parterres de flores y arbustos ornamentales sobre
Figura 1: Una zona del jardín de la casa de campo en Morzós (Cerceda, A Coruña) con setos de boj. Las flechas indican algunos de los puntos de observación de A. fragilis. Se puede comprobar que en la base y en el entorno de estos setos no existen hábitats adecuados para esta especie, al ser tierra desnuda, arbustos ornamentales, césped muy bajo u hormigón.
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suelo desnudo y una pista de hormigón (Figura 1). En este jardín se realizaban frecuentes labores de mantenimiento, siendo recortados periódicamente los setos de boj y manteniendo el césped que los rodea a muy baja altura. Las observaciones de A. fragilis se produjeron a lo largo de un período de diez años (20072016) y fueron casuales, ya que no se prospectó la zona sistemáticamente. Cada vez que se encontró a un lución en los setos (o en otro lugar del jardín), se anotó la fecha, la hora, el tiempo atmosférico, la temperatura ambiente (siempre que fue posible, no en todas las observaciones), el sexo del ejemplar (si éste se podía apreciar, ya que no se capturaron), así como si se trataba de un individuo adulto o inmaduro. Finalmente se anotó la altura a la que se encontraba sobre el nivel del suelo, en centímetros. Entre 2007 y 2016 se observaron 26 A. fragilis en los setos de boj de un jardín situado en la parte delantera de una casa de campo, en Morzós (Cerceda); seis eran machos adultos, 14 hembras adultas, tres adultos no
Foto Pedro Galán
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Bol. Asoc. Herpetol. Esp. (2018) 29(1)
Tabla 1: Ejemplares de A. fragilis observados en los setos de Morzós (A Coruña). [†] : Depredado por gato doméstico.
19/07/2009 31/08/2009 18/04/2010 10/07/2010
Sexo-edad ♀ adulta ♀ adulta Subadulto ♂ adulto Subadulto Subadulto ♀ adulta ♀ adulta ♀ adulta ♂ adulto Adulto no sexado ♀ adulta ♀ adulta ♂ adulto ♂ adulto ♀ adulta ♀ adulta ♀ adulta ♀ adulta
02/10/2010
♀ adulta
Fecha 14/06/2007 24/06/2007 08/07/2007 25/07/2007
07/10/2007 31/05/2008 13/07/2008 05/04/2009 19/04/2009
12/10/2011 Adulto no sexado ♂ adulto 21/07/2013 ♀ adulta 13/07/2014 ♀ adulta 30/07/2014 27/06/2015 Adulto no sexado ♂ adulto 11/06/2016
Hora Altura en el seto (cm) 18:00 45 17:45 45 40 10:35 50 10:55 50 12:00 25 (zona interior seto) 12:00 50 13:40 50 16:00 50 13:00 55 13:30 60 16:30 55 11:30 50 15:30 45 16:45 50 13:50 35 (zona interior seto) 10:30 25 (zona interior del seto) 13:45 43 17:00 0 (en la base del seto, se introdujo en él) 18:00 50 (mismo individuo, parte alta (hasta las 19:08) del seto) 16:30 0 (en la base del seto, se desplazó hacia la hierba. [†]) 11:00 0 (en la base del seto, se introdujo en él) 17:00 50 18:00 45 16:30 45 15:35 50 17:00 0 (base del seto, muerto accidentalmente por una segadora)
sexados y tres subadultos. De ellos, tres se encontraron en la base de los setos de Buxus y 22 encaramados a ellos. Un ejemplar más fue observado en ambas situaciones, primero en la base del arbusto y una hora después en la parte alta de éste (Tabla 1). Se pudo confirmar que era el mismo individuo por una serie de marcas externas. De los 23 ejemplares encontrados encaramados a los setos, tres se encontraban entre las ramas interiores de éstos (desprovistas de hojas, en un entorno oscuro, encontrados al separar las ramas), a una altura de 25-35 cm,
Estado atmosférico No registrado Cubierto 90% Cubierto 95% Cubierto 20%, tras intensas lluvias los días anteriores. 21-23ºC
Intervalos de sol y nubes, 17-18ºC Intervalos de sol y nubes. 18,5ºC Nubes y claros Nubes y claros Despejado con temperatura fresca. 16ºC Cubierto 85% Nubes y claros Semicubierto, intervalos de lluvia Cubierto 50%. Temperatura aire: 18-22ºC
Despejado, 26ºC Despejado Cubierto 80% Cubierto de niebla alta, 19ºC Nieblas matinales que despejan. 20ºC Semicubierto de niebla Cubierto 40%
y los 20 restantes en la parte superior de los setos (recortados horizontalmente), sobre las hojas de éstos, completamente expuestos (Figura 2) o bien parcialmente ocultos por estas hojas, a alturas sobre el nivel del suelo de 45-60 cm (la altura máxima del seto en cada punto). Todas las observaciones tuvieron lugar entre los meses de abril y octubre. Las condiciones atmosféricas durante estas observaciones en que los luciones permanecían en la parte superior de los setos generalmente fueron de intervalos de nubes y claros, o bien con el
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cielo parcialmente despejado después de lluvia o niebla, con temperaturas poco elevadas, entre los 16-22ºC. Las cuatro observaciones en que los cielos estaban completamente despejados se produjeron en primavera (dos en abril) o en otoño (dos en octubre; Tabla 1). Estas condiciones climáticas son similares a las que predominan cuando se observan luciones activos o fuera de sus refugios en diversos puntos de Galicia (Galán, datos propios inéditos). En las 20 observaciones en la parte alta de los setos los ejemplares se encontraban inmóviles, aparentemente termorregulando. Al cabo de un tiempo, se movían hacia el interior del arbusto, desapareciendo en él (desplazándose hacia zonas inferiores, a lo largo de las ramas interiores). En cuatro ocasiones, el ejemplar volvió a salir a la parte superior del seto, tras permanecer un tiempo oculto en el interior de éste. El 31 de mayo de 2008 se pudieron medir las temperaturas a diferentes alturas del seto de boj, cuando se encontraron dos individuos en su parte superior (entre las 13:00 y las 13:30h, con intervalos de sol y nubes y una temperatura del aire de 18,5ºC). En la zona superior del seto, a 55-60 cm de altura sobre el nivel del suelo, donde se encontraban los individuos de A. fragilis, la temperatura era de 21,5-22,0ºC; a 50 cm (bajo las hojas superiores), 17,5-19,0ºC; a 25 cm (zona media del seto), 14,5-16,0ºC y al nivel del suelo, 14,5-15,5ºC. Nunca se pudo observar cómo estos A. fragilis ascendían por el seto de boj, aunque un individuo fue localizado primero en su base y luego en la zona superior, evidentemente tras haber trepado a ella, y en tres ocasiones en que se separaron las ramas de los arbustos, se pudieron observar luciones encaramados a las ramas inferiores, en la parte interna del seto, a alturas de 25-35 cm (Tabla 1). Estos ejemplares estaban probablemente trepando por estas ramas hacia la
29 Fotos Pedro Galán
Figura 2: Imágenes de un macho adulto de A. fragilis encaramado a la parte alta de un seto de boj, a 55 cm de altura sobre el suelo y expuesto al sol.
parte superior y soleada del seto. En otras tres ocasiones se encontraron luciones en la base de los setos, al nivel del suelo y en la parte externa de él. En dos de estas ocasiones, los ejemplares acabaron muriendo, uno depredado por un gato doméstico y otro accidentalmente, al segar la hierba del jardín, atrapado por la segadora. En todo el entorno de estos setos (tanto en el propio jardín y resto de la finca como en las fincas y casas vecinas) no existen hábitats adecuados para esta especie, ya que se trata, o bien de cés-
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Bol. Asoc. Herpetol. Esp. (2018) 29(1) Figura 3: Ortofoto de Morzós (Cerceda, A Coruña). La flecha indica la situación del jardín con los setos de boj donde se observaron los A. fragilis. En ese punto y en todos los alrededores no existen hábitats adecuados para esta especie, ya que se trata, o bien de céspedes de jardín, segados muy bajos, o zonas de cultivos agrícolas, sin herbazales ni matorrales. Los setos altos arbolados que se observan son de tuyas, tampoco adecuados para la especie. Ortofoto de Iberpix.
pedes de jardín, segados muy bajos (en la propia casa y en las del entorno), suelos de hormigón o asfalto, o zonas de cultivos agrícolas extensivos, sin herbazales ni matorrales (Figura 3). Los setos altos arbolados de la periferia de la finca y de las fincas próximas son de tuyas (Thuja spp.), de crecimiento denso y muy altos, por lo que tampoco son adecuados para la especie. Las características inadecuadas del hábitat para A. fragilis en la zona urbanizada del pequeño núcleo de Morzós hacen que el único punto donde puedan persistir sean los setos de boj. Sin embargo, al tratarse de una zona ajardinada, muy frecuentemente trabajada, en la base de estos setos se mantiene la tierra desnuda o el césped cortado muy bajo, lo que también convierte este entorno inmediato en un medio inadecuado para la especie (Figura 1). Por lo tanto, los A. fragilis han de desarrollar su actividad en el interior de estos setos, ascendiendo a su parte superior para termorregular. Esta necesidad de ascender
por los arbustos para encontrar una zona soleada y al mismo tiempo vegetada (las hojas del boj), les obliga a trepar, encaramándose por las ramas interiores del seto. Las características nudosas y retorcidas de estas ramas internas del boj deben facilitar la actividad trepadora de este saurio, ápodo y de piel rígida (no muy adecuada para la progresión en las ramas), y el ambiente umbrío que existe en el interior del seto (la densa cobertura de hojas periféricas no deja penetrar la luz en su interior) también deben facilitar este comportamiento, al tratarse de una especie umbrófila, posiblemente reacia a desplazarse por un ambiente bien iluminado y expuesto, pero no por su interior oscuro. En este sentido, nunca fueron observados trepando por las ramas externas laterales de los setos ni encaramados a ellas. No deja de ser sorprendente que una especie tan ligada al suelo, hasta el punto de ser semifosorial, desarrolle un comportamiento trepador, conducta que no había sido descrita anteriormente (Völkl & Alfermann, 2007; Salvador,
Bol. Asoc. Herpetol. Esp. (2018) 29(1) 2014; Galán & Salvador, 2015).
Opinamos que las características inadecuadas del suelo del entorno (prácticamente desprovisto de vegetación que permita ocultarse) y su necesidad de termorregular, les obliga a ascender a una altura en ocasiones superior al medio metro, para poder hacerlo. El hecho de que, de los tres ejemplares observados en la parte exterior de la base de los arbustos, dos de ellos murieran, uno depredado por un gato doméstico (Galán, 2013) y el otro atrapado por las cuchillas de una segadora del césped, parece corroborar lo inadecuado del entorno de los setos para esta especie, que carece de refugios por estar el césped cortado muy bajo. La falta de cobertura vegetal y refugios los hace muy vulnerables. En el interior de los setos de boj estos ejemplares, además de refugio y zonas para termorregular, pueden encontrar también alimento. En varias prospecciones realizadas entre las ramas interiores de estos arbustos, así como entre la tierra de su base, hemos podido encontrar una serie de especies de invertebrados (Gasteropoda) que muy posiblemente le sirven de alimento: Cornu aspersum (=Helix aspersa), Cepaea nemoralis, Portugala inchoata, Oestophora barbella, Oxychillus cellarius, Deroceras panormitanum, D. reticulatum y Arion ater. De los gasterópodos de mayor tamaño, probablemente, capturará sus formas
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juveniles, muy frecuentes en el interior de los arbustos. La abundancia de estos caracoles y babosas es muy elevada en el interior del seto, ya que también buscan refugio dentro de él. Además, en la tierra de su base, son frecuentes las lombrices (Oligochaeta), así como los isópodos (Porcellio spp.), júlidos, gloméridos (Diplopoda) y ciempiés (Lithobius spp., Chilopoda), y algunos insectos. Todas estas especies pertenecen a grupos que forman parte de la dieta habitual del lución (Völkl & Alfermann, 2007), lo que debe permitirle alimentarse sin abandonar la protección del seto. Por otro lado, la presencia de estas especies refugiadas en los arbustos de boj contribuye a considerarlos como un medio adecuado para el refugio de la fauna edáfica, en gran parte humícola y lapidícola, como también lo es el lución común. El aislamiento de esta población en los setos es sólo aparente, ya que aproximadamente a 150 m del jardín existe una zona de herbazal natural denso con zarzas (Rubus spp.), donde se han observado A. fragilis en numerosas ocasiones. Y en un radio de 300 m se encuentran zonas de matorral o herbazales densos adecuados. Pese a todo, en la periferia de estos setos y en el propio jardín y su entorno, el hábitat es inadecuado para el lución y los setos de boj parecen ser la única zona donde puede vivir, viéndose obligado a trepar para poder acceder a zonas soleadas seguras.
Referencias Galán, P. 1999. Conservación de la herpetofauna gallega. Situación actual de los anfibios y reptiles de Galicia. Universidade da Coruña. Servicio de Publicacións. Monografía Nº 72. A Coruña. Galán, P. 2013. Depredación de gato doméstico sobre reptiles en Galicia. Boletín de la Asociación Herpetológica Española, 24 (1): 103-107. Galán, P. & Fernández-Arias, G. 1993. Anfibios e réptiles de Galicia. Edicions Xerais de Galicia. Vigo. Galán, P. & Salvador, A. 2015. Lución – Anguis fragilis. In: Salvador, A. & Marco, A. (eds.), Enciclopedia Virtual de los Vertebrados Españoles. Museo Nacional de Ciencias Naturales, Madrid. <http://www.vertebradosibericos.
org/> [Consulta: 6 marzo 2018]. Gasc, J.P. & Gans, C. 1990. Tests on locomotion of the elongate and limbless lizard Anguis fragilis (Squamata: Anguidae). Copeia, 1990 (4): 1055-1067. Salvador, A. 2014. Anguis fragilis Linnaeus, 1758. 661669. In: Salvador, A. (Coordinador). Reptiles, 2ª edición revisada y aumentada. Fauna Ibérica, vol. 10. Ramos, M.A. (eds.). Museo Nacional de Ciencias Naturales, Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Madrid. Völkl, W. & Alfermann, D. 2007. Die Blindschleiche. Zeitschrift für Feldherpetologie, Beiheft 11. Laurenti-Verlag. Bielefeld.
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Nuevo caso de mutación leucística en Lissotriton boscai de Galicia David Dopereiro1, Ismael Espasandín2 & Mar Cuervo3 Avda. das Caldas, 9. 5ºB. 32001 Ourense. España. C.e.: david.dopereiro@gmail.com Cl. Javier López López, 5. 6 ºE. 15009 A Coruña. España. 3 Rúa Veiga do Valo, 9. 36619 Vilagarcía de Arousa. España. 1 2
Fecha de aceptación: 21 de mayo de 2018. Key words: A Coruña, amphibians, Galicia, leucism, newt.
Se han descrito numerosos casos de alteraciones cromáticas en anfibios, siendo el leucismo una de las más habituales. El leucismo es una variedad del albinismo, en el que los organismos que lo presentan se caracterizan por exhibir un color claro en la piel, pero conservando en los ojos la pigmentación normal (Miller, 2005). En lo referente a Lissotriton boscai, se han citado ejemplares con variaciones en el patrón de color en Thorn (1968), Rivera et al. (2001), Salvador & García-París (2001), Pedrajas Pulido et al. (2006), Galán (2010) y Bermejo & Otero (2012). El día 10 de marzo de 2018 se encontró en San Pedro de Visma-A Gramela (A Coruña, UTM 10x10 km: 29T NJ40; 72 msnm), una hembra adulta de L. boscai que mostraba una evidente despigmentación en la piel, pero no en los ojos, lo que se corresponde con el patrón típico de un individuo leucístico (Figura 1a). La zona cuenta con pastos de ganado vacuno y ovino que se inundan cuando las lluvias son persistentes, formándose gran cantidad de Fotos D. Dopereiro e I. Espasandín
a
charcas donde conviven Pelophylax perezi, Discoglossus galganoi y L. boscai. El ejemplar leucístico fue localizado en la proximidad de estos herbazales, donde hay un pequeño manantial de agua permanente con vegetación acuática, predominando la lenteja de agua (Lemna minor), y en su periferia, matorrales de Rubus sp. y agrupaciones de Lamium maculatum. Se trataba de una hembra adulta con unas medidas de 64,14 mm de longitud total, 35,96 mm de longitud hocico-cloaca y con un peso de 1,4 g, estimado con una balanza electrónica de 0,1 gramos de rango de precisión. Este tritón exhibía una coloración amarilla pálida por todo el cuerpo a excepción de la región ventral, que mostraba un color naranja intenso. No presentaba manchas negras ni en el cuerpo ni en la cola, a diferencia de otro individuo observado en el Parque Natural das Fragas do Eume (Galán, 2010) que sí presentaba dichas manchas negras en la región caudal. Sin embargo, este ejemplar tenía marcas de color b
Figura 1: a) Hembra leucística de L. boscai y b) comparación entre un macho con coloración normal y la hembra leucística.
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violáceo con un cierto brillo en el lugar donde se situarían las manchas negras. El iris era dorado, sin diferencias aparentes respecto a un individuo nominal (Figura 1b). Después de haber tomado las medidas oportunas y de fotografiar al animal, se devolvió al manantial de agua donde fue encontrado. En años anteriores, la zona había sido muestreada en varias ocasiones y nunca se había observado un ejemplar leucístico entre los
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individuos de la población de tritón ibérico que allí habitan, lo que parece indicar que se trata de una aparición ocasional, sin que dicha variación de color afecte a más individuos de la especie. Sin embargo, el manantial de agua cuenta con varios metros de longitud que no son transitables, lo que habría podido ocasionar que dicho ejemplar no se encontrara con anterioridad, pasando desapercibido en la zona más profunda del mismo.
Referencias Bermejo, A. & Otero, R. 2012. Dos casos de melanismo en Lissotriton boscai en Zamora. Boletín de la Asociación Herpetológica Española, 23: 41-42. Galán, P. 2010. Mutación leucística en Lissotriton boscai de Galicia. Boletín de la Asociación Herpetológica Española, 21: 58-61. Miller, J.D. 2005. All about albinism. Missouri Conservationist, 66: 4-7. Pedrajas Pulido, L., Ceacero Herrador, F., Rodríguez Ramírez, M. & Villodre Carrillero, A. 2006. Coloración atípica en
un macho de Lissotriton boscai (Lataste, 1879). Boletín de la Asociación Herpetológica Española, 17: 34-35. Rivera, X., Arribas, O. & Martí, F. 2001. Anomalías pigmentarias en anfibios y reptiles. Quercus, 180: 18-22. Salvador, A. & García-París, M. 2001. Anfibios españoles. Identificación, historia natural y distribución. Canseco Editores. Talavera de la Reina. Thorn, R. 1968. Les salamandres d’Europe, d’Asie et d’Afrique du nord. Ed. Lechevalier. Paris.
Depredación de Malpolon monspessulanus sobre Anguis fragilis Javier Talegón1 & Gonzalo Alarcos2 Llobu, Ecoturismo y Medio Ambiente. Cl. Santa María, 139. Bajo izda. 49522 Mahide. Zamora. España. Eos Ingeniería y Consultoría Ambiental. S.L. Cl. Boulevard, 1. 2ºB. 09550 Villarcayo. Burgos. España. C.e.: gonalariz@yahoo.es
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Fecha de aceptación: 1 de junio de 2018. Key words: diet, Montpellier snake, Spain.
La culebra bastarda (Malpolon monspessulanus) se distribuye por todo el noroeste de África, desde la costa atlántica del Sahara Occidental hasta la frontera entre Argelia y Túnez; también está presente en el sureste de Francia, en el noroeste de Italia y en Iberia (Pleguezuelos, 2017). En la península ibérica es, posiblemente, la serpiente con una mayor y más homogénea distribución mediterránea (Pleguezuelos, 1989). Su presencia dominante en ambientes térmicos está relacionada con el ciclo espermatogénico
de los machos (Saint-Girons, 1982), muy dependiente de la temperatura. El 4 de junio de 2016 fue observado en el entorno de San Pedro de las Herrerías, en el término municipal de Mahide (Sierra de la Culebra, Zamora) (QG14, 29T 717346 ; 4641926; 872 msnm), un ejemplar adulto de culebra bastarda de aproximadamente 7080 cm atropellado con restos de una hembra adulta de lución (Anguis fragilis) saliendo de la zona ventral, de entre 15-17 cm de longitud (Figura 1).
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Bol. Asoc. Herpetol. Esp. (2018) 29(1) Foto Javier Talegón
Figura 1: Ejemplar de M. monspessulanus atropellado con restos de A. fragilis.
La observación del atropello en sí mismo forma parte de la estadística que considera a la culebra bastarda como una de las especies de ofidios con mayor tasa de mortalidad anual en las carreteras (Blázquez & Pleguezuelos, 2002), entre otros factores porque presenta una amplia distribución y abundancia en la península ibérica (Segura et al., 2007). Aunque puede practicar el canibalismo, alimentarse de carroña, capturar artrópodos, anfibios, aves y mamíferos, su dieta está compuesta fundamentalmente por otros reptiles (Mellado, 1974; Díaz-Paniagua, 1976; Müller, 1979; Franch & San Sebastián, 2013; Alarcos, 2017).
Si bien es conocida la depredación de la culebra bastarda sobre especies de morfología similar a la del lución, como el eslizón ibérico (Chalcides bedriagai) y el eslizón tridáctilo (C. striatus) (Díaz-Paniagua, 1976), la literatura recoge una sola cita de lución como presa de esta culebra (Bas, 1982). Por tanto, la presente nota constituye la segunda observación sobre este tipo de relación interespecífica. La escasez de citas al respecto quizá se podría explicar porque ambas especies son típicas de pisos bioclimáticos diferentes. El lución posee una distribución eurosiberiana
(Galán & Salvador, 2015), mientras que la culebra bastarda es mediterránea (Pleguezuelos, 1989). No obstante, ambas especies pueden coincidir en muchas regiones en la mitad norte peninsular, como demuestra la base nacional de datos de distribución herpetológica (SIARE, 2018). La tendencia reciente de la culebra bastarda a colonizar ámbitos actualmente menos térmicos, parece indicar que está expandiéndose hacia el noroeste, por el incremento de las temperaturas (Muthoni, 2010); de hecho, en el oriente de Galicia ya se está observando el desplazamiento progresivo de esta especie hacia el norte (Cabana, 2011). En cuanto al lución, ha sido observado en hábitats mediterráneos compartiendo microhábitat (sintopía) con la lagartija colilarga (Psammodromus algirus), lo que podría sugerir en éste una capacidad generalista poco conocida, quizás por ser una especie esquiva dado su comportamiento subterráneo (Gosá & Garin-Barrio, 2016). Por tanto, la presente nota incidiría en la aparente capacidad de ambas especies para habitar regiones que a priori no son las más adecuadas, posiblemente eligiendo cada una de ellas los hábitats más acordes a su biología. Sin embargo, todos los estudios referidos a la dieta de la culebra bastarda (Pleguezuelos, 2017) corresponden al sur peninsular, donde el lución se encuentra ausente. Por tanto, toma cuerpo la idea de que la razón fundamental de la carencia de datos sobre esta relación depredador-presa pueda deberse a la inexistencia de este tipo de estudios en regiones donde conviven ambas especies. En consecuencia, sería interesante su promoción en regiones diferenciadas dentro del área de distribución de cada especie, para tener un conocimiento más acorde a la realidad trófica de nuestros herpetos.
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Presencia y uso del espacio de una población introducida de Tarentola mauritanica en el norte de Galicia Pedro Galán Grupo de Investigación en Bioloxía Evolutiva (GIBE). Departamento de Bioloxía Animal, Bioloxía Vexetal e Ecoloxía. Facultade de Ciencias. Universidade da Coruña. Campus da Zapateira, s/n. 15071 A Coruña. España. C.e.: pgalan@udc.es Fecha de aceptación: 25 de junio de 2018. Key words: distribution, introduced species, invasive species, lizards, Reptiles, use of space.
Tarentola mauritanica es una especie de saurio de la familia Phyllodactylidae que se distribuye por la región Mediterránea occidental, con presencia en otros puntos del Mediterráneo oriental y diversos lugares del mundo a causa de introducciones humanas, generalmente pasivas. En la península ibérica ocupa principalmente las zonas de mayor
influencia climática mediterránea, en el centro, sur y este, con citas muy puntuales en el cuadrante noroccidental (Hódar, 2002; Salvador, 2014). La presencia de diversas poblaciones de esta especie en Galicia, el extremo noroccidental ibérico, es conocida en diversos puntos del sureste y suroeste de esta comunidad (Galán, 1999; Hódar, 2002; Cabana, 2008, 2011).
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Tabla 1: Número de individuos diferentes de cada una de las especies de saurios observados en los microhábitats diferenciados en la zona habitada por T. mauritanica de la ciudad de A Coruña. T. mauritanica Microhábitat 16 Talud de roca (granito) 1 Muros de piedra con vegetación 3 Muros de bloques de hormigón Troncos cortados, tocones y tablas en el suelo Suelo con vegetación, taludes de tierra vegetados 1 Suelo desnudo, taludes de tierra sin vegetación o zonas sin ella en taludes vegetados 21 Total
Cabana (2008) establece una diferencia entre las poblaciones de Galicia, considerando la mayor parte de ellas introducidas, excepto las del extremo sureste de la provincia de Ourense, en la comarca de Monterrei, un área de marcado carácter mediterráneo, a las que considera naturales. Esta especie tiene una elevada capacidad de colonización de nuevos territorios (Salvador, 2014) y el número de citas en Galicia se ha incrementado notablemente en los últimos años (Cabana, 2008; Sociedade Galega de Historia Natural, 2017), si bien su presencia en la mitad norte de esta comunidad es excepcional, lo que se podría atribuir a causas climáticas, al ser esta una especie de marcado carácter mediterráneo y el norte de Galicia, de clima atlántico, con temperaturas más bajas y pluviosidad mucho más elevada que las zonas donde habitualmente se encuentra, podría suponer una barrera natural para su expansión. Sin embargo, el cambio climático podría estar facilitando su asentamiento en las regiones atlánticas ibéricas, donde se vienen constatando poblaciones reproductoras en el último decenio (Gosá et al., 2011). En la presente nota se describe una nueva población de esta especie localizada en la ciudad de A Coruña, en el norte de Galicia, así como los hábitats que utiliza en esta zona, que
P. bocagei 19 7 8 3 36 6
L. schreiberi
A. fragilis
3
2
79
3
2
comparte con otras especies de reptiles autóctonos, especialmente la lagartija de Bocage (Podarcis bocagei). Tras el hallazgo de esta especie en la ciudad de A Coruña, el 12 de mayo de 2018, se realizaron una serie de muestreos para determinar su abundancia y la extensión de su presencia. Estos muestreos se efectuaron durante la mañana, desde las 9:00 hasta las 13:00 h, en días completa o parcialmente soleados. También se realizaron muestreos nocturnos por las mismas zonas, entre las 23:00 h y la 1:00 de la madrugada, en noches en que la temperatura superaba los 18ºC. Sin embargo, el número de salamanquesas observadas durante estos muestreos nocturnos fue muy inferior a las encontradas durante el día, por lo que sólo se consideraron los individuos observados en los muestreos diurnos. Las cifras que se indican en las tablas se refieren al número máximo de individuos encontrados en cada una de las zonas de un transecto de 300 m de largo que recorría todos los puntos donde se habían observado salamanquesas. Se realizaron cinco transectos en diferentes días de mayo y junio de 2018, indicándose el número máximo de ejemplares observados en cada zona, tanto de T. mauritanica como del resto de los reptiles observados. En el caso
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Tabla 2: Número de individuos diferentes de T. mauritanica y P. bocagei en relación a la altura sobre el nivel del suelo y la pendiente del terreno en el punto donde fueron observados. T. mauritanica
P. bocagei (en zona con T. mauritanica)
P. bocagei (en zona sin T. mauritanica)
15 6
2 16 15 21 54 9 13 32 54
Altura sobre el nivel del suelo Zona alta de muros y taludes (>150 cm) Zona media de muros y taludes (10-150 cm) Zona baja de muros y taludes (1-10 cm) Suelo (0 cm) Total
21
5 23 25 26 79
Pendiente del terreno > 45º 25º-45º <25º Total
16 2 3 21
10 15 54 79
de P. bocagei, también se contabilizaron todos los individuos diferentes encontrados en otros transectos realizados los mismos días en una zona vecina sin la presencia de la salamanquesa común, de 240 m de longitud. Para obtener información sobre el uso del microhábitat, tanto de T. mauritanica como de los reptiles autóctonos que se encuentran en la misma zona, especialmente de P. bocagei, cada vez que se observaba un individuo se anotaba el microhábitat donde se encontraba (diferenciado en seis categorías; Tabla 1), así como la altura sobre el nivel del suelo
(en centímetros) y el ángulo de la pendiente del terreno (con un transportador de ángulos) (Tabla 2). Los resultados obtenidos se compararon mediante pruebas de chi-cuadrado. En los muestreos realizados en mayo y junio de 2018 se observaron 21 individuos diferentes (que ocupaban zonas diferenciadas del transecto) de T. mauritanica, 17 adultos y cuatro subadultos, en una zona de, aproximadamente, 7000 m2 (uniendo el triángulo formado por los puntos de observación más extremos), situada en la Estrada dos Fortes, en la periferia sur del
Fotos Pedro Galán
Figura 1: La población de T. mauritanica de la Estrada dos Fortes (A Coruña) es numerosa, observándose en elevado número en algunos puntos. Cada flecha indica un individuo termorregulando en los taludes de roca que habitan.
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Fotos Pedro Galán
Figura 2: Dos ejemplares de T. mauritanica de la población de A Coruña. Las flechas indican la presencia de ácaros rojos (Geckobia spp.) entre sus dedos.
barrio de Os Rosales, en As Pedreiras (ciudad de A Coruña, UTM 29T NJ40; 55-78 msnm). Los ejemplares se observaron en diversos puntos a lo largo de un recorrido de 300 m de longitud, en taludes de roca y muros que rodean una carretera (Estrada dos Fortes) y en una pequeña cantera abandonada inmediata, convertida en aparcamiento. También están presentes en las paredes de bloques de hormigón de una nave industrial, inmediata a la pequeña cantera. Junto a esta especie se encontraron otras tres de saurios, en este caso autóctonos. En la Tabla 1 se indican los microhábitats en que fueron observados cada uno de los individuos de estas cuatro especies de reptiles. La salamanquesa común ocupa principalmente los taludes de roca y secundariamente los muros de piedra o de bloques de hormigón, generalmente a cierta altura sobre el nivel del suelo (Figura 1). La especie de reptil más abundante en la zona, P. bocagei, también fue observada en taludes rocosos y muros, pero se localizó principalmente en zonas de suelo con vegetación y taludes de tierra, o bien en las zonas bajas de los taludes de roca. La presencia en esta
zona de las otras dos especies de reptiles, Lacerta schreiberi y Anguis fragilis, fue muy escasa, ocupando únicamente el suelo en zonas con vegetación. En las inmediaciones de esta zona hemos observado también Timon lepidus y Chalcides striatus (ambos abundantes), pero que sin embargo no aparecieron en la zona de muestreo ocupada por la salamanquesa común. La altura en los taludes, así como los ángulos de pendiente en los puntos donde se observaron las salamanquesas fueron, en general, más elevados y más inclinados que donde se encontraban las lagartijas (Tabla 2). La mayor parte de las T. mauritanica aparecieron en las zonas más altas del talud (ninguna en las zonas bajas o en el suelo) y en los puntos de mayor pendiente. Por el contrario, las observaciones de P. bocagei se produjeron mayoritariamente en las zonas más bajas o en el suelo, y en los puntos de menor pendiente (Tabla 2). Pese a ello, también un cierto número de ejemplares de la lagartija de Bocage ocupaba las zonas más altas y de mayor pendiente, al igual que las salamanquesas. Se compararon las frecuencias en el uso de los diferentes microhábitats entre ambas especies (Tabla 1), agrupados en cuatro categorías: taludes de roca, muros de piedra, muros de hormigón y suelo, tanto el vegetado como el desnudo, encontrándose que diferían muy significativamente (χ 2 = 23,32; df = 3; P < 0,0001). También se encontraron diferencias muy significativas en la altura y el ángulo de la pendiente de los puntos ocupados por cada una de las especies (Tabla 2; altura de la pendiente: χ 2 = 48,71; df = 3; P < 0,0001; ángulo de la pendiente: χ 2 = 35,40; df = 2; P < 0,0001). Por lo tanto, ambas especies parecen ocupar microhábitats diferentes. También comparamos si las frecuencias de ocupación de las diferentes alturas y ángulos de pendiente podían diferir en-
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tre las zonas donde P. bocagei convive con T. mauritanica (los 300 metros lineales de la Estrada dos Fortes y la cantera y construcciones anejas donde ambos saurios están presentes), y donde la lagartija es la única especie de reptil trepador presente (otra zona de longitud relativamente similar, de 240 metros, situada más abajo en la Estrada dos Fortes, donde la salamanquesa no se encuentra, pero donde los hábitats son muy similares), por si se hubiera producido algún tipo de desplazamiento competitivo en el uso del espacio (Tabla 2). Se pudo observar que las frecuencias que mostraba P. bocagei en altura y ángulo de la pendiente entre ambas zonas no diferían significativamente (altura de la pendiente: χ 2 = 0,907; df = 3; P = 0,824; ángulo de la pendiente: χ 2 = 0,558; df = 2; P = 0,558). Tampoco se encontraron diferencias significativas en las frecuencias de uso de los distintos microhábitats entre el transecto donde P. bocagei convive con T. mauritanica y el transecto donde no se encuentra esta especie introducida (agrupados también en cuatro categorías: taludes de roca, muros de piedra, muros de hormigón y suelo) (χ 2 = 2,20; df = 3; P = 0,532). El número de P. bocagei observadas fue además similar entre ambas zonas, incluso un poco superior en la zona donde convive con T. mauritanica (zona de coexistencia entre ambas especies): índice kilométrico de abundancia (IKA) = 263,3 individuos/km de lagartija de Bocage; zona donde P. bocagei no convive con la salamanquesa: IKA = 225,0 individuos/km. Esta especie de lacértido continúa siendo aparentemente muy abundante en las zonas ocupadas por T. mauritanica. Todas las salamanquesas que pudieron ser examinadas de cerca, a menos de 50 cm o mediante fotografía y su posterior aumento (10 de 21),
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mostraban entre los dedos de sus extremidades numerosos ácaros rojos (Geckobia spp.), ectoparásito característico de esta especie (Figura 2), por lo que la introducción del reptil ha conllevado también la de sus parásitos. La salamanquesa común está presente en la actualidad en diversos puntos de la mitad sur de Galicia, donde se considera como una especie introducida, excepto en la comarca de Monterrei, en su extremo sureste, en una zona de marcado carácter mediterráneo, perteneciente a la cuenca del río Duero, donde es supuestamente autóctona (Cabana, 2008, 2011). A pesar del número cada vez mayor de observaciones de esta especie en gran parte de Galicia, fruto de introducciones y colonizaciones muy recientes, su presencia en la mitad norte de esta comunidad es excepcional (Sociedade Galega de Historia Natural, 2017). Pese a esto, la aparición ocasional de individuos de T. mauritanica ya ha sido registrada en las proximidades de la ciudad de A Coruña, en la cuadrícula UTM de 10x10 km NH49 (Sociedade Galega de Historia Natural, 2017), e incluso en la periferia de su casco urbano (R. Vázquez, comunicación personal), pero se trataba de individuos aislados, que no volvían a ser detectados en posteriores muestreos. Sin embargo, en este caso, se trata de una población ya bien establecida, compuesta de numerosos individuos de diversas cohortes, incluso juveniles (lo que parece demostrar la reproducción en la zona) y extendida a lo largo de una superficie relativamente amplia. Esta es además la población más norteña conocida de esta especie en Galicia (Hódar, 2002; Cabana, 2008, 2011; Sociedade Galega de Historia Natural, 2017). Con toda probabilidad, el origen de esta población se encuentra en la nave industrial situada en la Estrada dos Fortes y sobre la pequeña
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cantera reconvertida en aparcamiento, dedicada a la carpintería, la importación y el almacenamiento de madera. Estos acopios de madera tienen muy diversas procedencias, según nos informaron en esta empresa, cuya actividad se remonta a varias décadas atrás. En sus inmediaciones es donde hemos encontrado más individuos de salamanquesa. Es muy probable que los ejemplares de T. mauritanica viniesen en alguno de estos envíos de madera. Por lo tanto, se trataría de una introducción pasiva. A partir de esta nave industrial que almacena madera, la salamanquesa común parece haberse expandido siguiendo los taludes de roca y los muros que bordean la carretera Estrada dos Fortes, en ambos sentidos. La aparición de la salamanquesa común en esta zona debe ser relativamente antigua, remontándose a unos años atrás, pues cuenta ya con una elevada densidad de población (a juzgar por los numerosos individuos que se pueden observar; Figura 1) y está expandida en un área de, al menos, 300 metros de largo y no menos de 7000 m2 (no descartamos que también se encuentre presente en otras naves industriales de la zona y en el vecino barrio de Los Rosales, por lo que su extensión podría ser mucho mayor). Ha pasado desapercibida hasta el momento porque esta zona, suburbana, parcialmente urbanizada, con colegios y naves industriales, es poco atractiva para realizar muestreos de herpetos o ser visitada por naturalistas. Hay que destacar lo sorprendente que resulta que una especie de carácter marcadamente mediterráneo como es T. mauritanica (Hódar, 2002; Salvador, 2014, 2016), llegue a formar una población bien asentada y numerosa en una zona de clima atlántico, como es la ciudad de A Coruña y su entorno. El invierno 2017-2018 y la primavera de 2018 han resultado especial-
mente fríos y húmedos en esta zona y los meses de mayo y primera quincena de junio (cuando se realizaron los muestreos), intensamente lluviosos. Sin embargo, pudimos observar a las salamanquesas salir de sus refugios (que en algunos casos habían resultado parcialmente inundados por la lluvia) en elevado número, aparentemente sin haber sufrido mortalidad por esta causa. La presencia de ejemplares subadultos también parece indicar que la reproducción se produce sin que las características climáticas atlánticas la impidan. Esta especie es muy adaptable, habiéndose descrito la supervivencia a largo plazo, e incluso la reproducción, de unos individuos introducidos en un invernadero en Holanda (Peek, 2012). Al tratarse de una especie alóctona introducida, hay que considerar en primer lugar su potencial efecto invasor dañino sobre la fauna autóctona, en especial sobre la otra especie de saurio que comparte sus hábitats, P. bocagei. Antes de la colonización de esta zona por T. mauritanica, este lacértido era el único reptil que ocupaba los taludes en los que ahora se encuentra la salamanquesa (Galán, datos inéditos), por lo que cabe, dentro de lo posible, que esta especie alóctona compita con ella, llegando a desplazarla. Hay que tomar con precaución los resultados obtenidos sobre el uso del espacio entre ambas especies, debido al bajo tamaño de la muestra estudiado, pero según ellos, la presencia de la salamanquesa común no parece ejercer un efecto de desplazamiento sobre la lagartija de Bocage en cuanto a los microhábitats ocupados ni en cuanto a la abundancia. P. bocagei era muy abundante en esta zona en el pasado (Galán, datos inéditos) y lo sigue siendo en la actualidad, tanto en las zonas no ocupadas por la salamanquesa como en las que está presente la especie introducida. Esto puede ser debi-
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do a la disparidad de preferencias en cuanto a las características del hábitat ocupado: T. mauritanica ocupa las mayores alturas y las mayores pendientes de los taludes, mientras que P. bocagei, por el contrario, las zonas más bajas o el suelo, y las menores pendientes. Es un hecho reconocido que la lagartija de Bocage es una especie muy poco trepadora dentro de su género (Galán, 1986, 2014), lo que puede contribuir a favorecer la coexistencia entre ambas. Naturalmente, la competencia podría darse también por otros recursos, como el alimento, al consumir ambas especies una gama de invertebrados hasta cierto punto similar (Galán, 2014; Salvador, 2014), aspecto que no se ha analizado. Y también es muy posible que el efecto de desplazamiento, si es que tiene lugar, se produzca a más largo plazo. Con respecto al resto de las especies de reptiles existentes en esta zona, la probabilidad de competencia es menor. L. schreiberi y A. fragilis (encontrados en las zonas ocupadas
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por T. mauritanica), ocupan microhábitats diferentes, sobre todo suelo con vegetación, donde no se encuentra la salamanquesa. Otras dos especies de saurios no encontrados en los transectos, pero abundantes en las inmediaciones son T. lepidus y C. striatus. El segundo es también un habitante del suelo con vegetación herbácea y arbustiva, no ocupado por T. mauritanica; sin embargo, el primero sí que utiliza los taludes de roca y los muros, pero su mayor tamaño hace que únicamente las formas juveniles puedan entrar en competencia con la salamanquesa común. Es preciso realizar un seguimiento de esta población introducida de T. mauritanica para comprobar si en el futuro se expande más y si tiene un efecto negativo sobre las especies autóctonas de reptiles. Agradecimientos: A N. Sánchez Maseda, que me mostró una foto de T. mauritanica en Coruña, lo que permitió localizar esta población.
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Interacción entre Hoplias malabaricus y Crotalus durissus terrificus en Santa Fe, Argentina: ¿intento de depredación o necrofagia? Pablo Javier Torres Instituto de Biología Subtropical (IBS), Laboratorio de Genética Evolutiva (CONICET-UNaM). Cl. Félix de Azara, 1552. Posadas, Misiones. Argentina. C.e.: galacticjavier@gmail.com Fecha de aceptación: 29 de junio de 2018. Key words: diet, fish, necrophagy, predation, reptil.
Hoplias malabaricus es un pez neotropical de amplia distribución en cuencas de agua dulce de Sudamérica, excepto áreas transandinas y ríos patagónicos (Fowler, 1950; Oyakawa, 2003). En sus primeros estadios de vida (i.e., antes del primer año o con tallas menores a 50 mm) estos peces se alimentan de algas, microcrustáceos e insectos acuáticos (Bistoni et al., 1995). Respecto a su etapa adulta, numerosos trabajos de dieta afirman su carácter ictiófago (Knoppel, 1970; Carvalho et al., 2002; Correa & Noguez Piedras, 2009), aunque también se han reportado otras presas, como ejemplares del crustáceo Palaemonetes sp., larvas de anuros y adultos de la rana Leptodactylus latrans (Ringuelet et al., 1967; Llamazares Vegh et al., 2012). Grandes depredadores, permanecen quietos y al acecho para lanzarse sorpresivamente sobre las presas; en sus hábitos alimenticios también practican el canibalismo (Ringuelet et al., 1967; Oliveros & Rossi, 1991).
Figura 1: H. malabaricus, cuerpo entero, intentando deglutir a C. durissus terrificus.
El objetivo de esta nota es reportar un hecho casual en el que se ha registrado, mediante fotografía (cámara digital), un pez tratando de ingerir un ejemplar juvenil de serpiente de 32 cm de longitud total. Gracias a este registro y por el hábito comportamental, siguiendo las descripciones de Ringuelet et al. (1967) y Almirón et al. (2015), se estimó que el ejemplar corresponde a un adulto de la especie H. malabaricus. El hecho ocurrió a las 22:40 h del 17 de febrero de 2018, en un canal artificial de agua de baja profundidad al costado de la Ruta Provincial Nº 32 (a 13,4 km al Oeste de la ciudad de Villa Minetti, departamento 9 de Julio, Provincia de Santa Fe, Argentina; datum WGS84: 28°35’47.7”S / 61°45’33.0”W; 72 msnm). En la Figura 1 se puede observar al pez tratando de ingerir al reptil desde la región anterior. Luego de intentarlo durante aproximadamente 20 minutos, y al percibir la presencia de quien reporta, el pez se alejó 2 m y finalmente liberó la presa muerta, por lo que ésta se pudo colectar e identificar, correspondiendo a una hembra juvenil de Crotalus durissus terrificus, que se depositó en la Colección Herpetológica del Instituto de Biología Subtropical (IBS; CONICET-UNaM) con acrónimo LGE 20.702. Crotalus durissus terrificus se caracteriza, además de por su veneno neurotóxico, por poseer una estructura única en el extremo de su cola, el sonajero, que lo utiliza como una señalización sonora defensiva, y por su diseño dorsal
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en rombos (Greene, 1988; Cabrera, 2015). En individuos juveniles el veneno de estos reptiles puede ser más potente que en adultos (Furtado et al., 2003). Dado que el registro fotográfico solo muestra al reptil parcialmente ingerido, y siendo luego éste liberado muerto, la interacción entre ambos podría ser considerada
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tanto un acto de depredación como de necrofagia. Dicho comportamiento deberá ser dilucidado con nuevas observaciones. Agradecimientos: A los doctores D. Cardozo y M. Vera, y al señor S.J. Nenda, por los aportes y comentarios recibidos.
Referencias Almirón, A.E., Casciotta, J., Ciotek, L. & Georgis, P. 2015. Guía de los Peces del Parque Nacional Pre-Delta. Administración de Parques Nacionales. Buenos Aires, Argentina. Bistoni, M., Haro, J. & Gutierrez, M. 1995. Feeding of Hoplias malabaricus in the wetlands of Dulce river (Córdoba, Argentina). Hydrobiologia, 316: 103-107. Cabrera, M.R. 2015. Reptiles del centro de la Argentina. Editorial de la Universidad Nacional de Córdoba. Córdoba, Argentina. Carvalho, L., Velasques Fernandes, C.H. & Sul Moreira, V.S. 2002. Feeding preferences of Hoplias malabaricus (Bloch, 1794) (Osteichthyes, Eryhthrinidae) in the Vermelho River, South Pantanal, Brazil. Revista Brasileira de Zoociências, 4: 227-236. Correa, F. & Noguez Piedras, S.R. 2009. Alimentação de Hoplias aff. malabaricus (Bloch, 1794) e Oligosarcus robustus (Menezes, 1969) em uma lagoa sob influência estuarina, Pelotas, RS. Biotemas, 22: 121-128. Fowler, H.W. 1950. Os peixes do agua doce do Brasil. Arquivos de Zoologia do Estado de São Paulo, 6: 205-404. Furtado, M.F.D., Santos, M.C. & Kamiguiti, A.S. 2003. Age-related biological activity of South American rattlesnake (Crotalus durissus terrificus) venom. Journal of Venomous Animals and Toxins including Tropical Diseases, 9: 186-201.
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Nuevo caso de gigantismo patológico en forma larvaria de Pelophylax perezi Conrado Tejado Departamento de Zoología-Vertebrados. Instituto Alavés de la Naturaleza. Apartado de correos 2092. 01008. Vitoria-Gasteiz. C.e.: conradotejado@gmail.com. Fecha de aceptación: 14 de julio de 2018. Key words: Álava, pathologic gigantism, Pelophylax perezi, tadpole.
Las larvas de Pelophylax perezi se incluyen en el tipo larvario IV (Orton, 1953, 1957), pudiendo llegar a alcanzar un tamaño máximo de 111 mm de longitud total (Salvador, 1985). En la provincia de Álava el tamaño oscila en-
tre los 5 – 7 cm, pudiendo llegar hasta los 10 cm (Tejado & Potes, 2016). La variabilidad de tamaño está vinculada a condicionantes ambientales como pueden ser la disponibilidad de recursos tróficos o térmicos (Álvarez & Nicie-
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Bol. Asoc. Herpetol. Esp. (2018) 29(1) Foto C. Tejado
Figura 1: Ejemplar de P. perezi descrito. Vista lateral donde se observan las malformaciones. za, 2002),
o a hechos circunstanciales como la hibernación en fase larvaria (Walsh, 2008). El hallazgo de individuos excepcionalmente grandes no es frecuente, aunque ha sido descrito en diversas especies de anfibios tanto en fase larvaria (Escoriza, 2006; Milto, 2009; Zamora-Camacho, 2016) como adulta (Means & Richter, 2007). Larvas de anuros con una longitud corporal que sobrepasan los 100 mm han sido descritas en Francia, Gran Bretaña, Suiza, Checoslovaquia, Rumanía, Alemania, Dinamarca, Polonia, Letonia, Rusia, Kazakhstan, Kyrgyzstan y Uzbekistan (Milto, 2009). Los ejemplares con un tamaño corporal inusualmente grande que a su vez presentan ciertas deformidades anatómicas son catalogados como casos esporádicos de gigantismo (Eugster & Pescovitz, 1999). El gigantismo se origina por desequilibrios hormonales que generan especímenes de tamaño exagerado debido al incremento de la secreción de hormona del crecimiento (Pfennig, 1991). Normalmente esta disfunción endocrina se origina en la línea hipotálamo-hipófisis tiroides, siendo descrita con precisión en larvas de Rana esculenta (Borkin, 1982). En la presente nota se aporta un caso aislado de gigantismo patológico con el hallazgo de
una larva de rana común (P. perezi), con una longitud de 161 mm (Figura 1). El ejemplar fue observado el 20 de noviembre de 2016 en un depósito de reciente construcción enclavado en la vertiente sur de la Sierra de Badaia, próximo a la localidad de Nanclares de la Oca (Álava, España), coordenadas: X 515473/ Y 4741172, a 547 msnm. El depósito es de forma rectangular, está rodeado por un vallado perimétrico, tiene paredes lisas de hormigón y está compartimentado en tres secciones unidas por tubos sumergidos. Tiene unas dimensiones de 14,5 x 4,4 m, con fondo no naturalizado cubierto por una fina capa de sedimento. La lámina de agua es superficial, alcanzando una profundidad máxima de 30 cm, y el desarrollo de vegetación sumergida es casi nulo. Está enclavado en un terreno calizo dentro de un hábitat de encina carrasca (Quecus ilex subp. rotundifolia). El hallazgo fue realizado por miembros del Centro de Recuperación de Especies Protegidas de Mártioda durante un recorrido rutinario. Fue trasladado al centro de recuperación por presentar problemas de movilidad. En visitas posteriores únicamente se constata la reproducción en el depósito de P. perezi, Foto C. Tejado
Figura 2: Detalle de región ventral, con disco oral simétrico.
Bol. Asoc. Herpetol. Esp. (2018) 29(1) Figura 3: Aspecto general de la larva. Es patente la notable osificación de la región craneal.
observándose como entomofauna asociada al medio acuático Notonecta glauca y Anax imperator en forma larvaria. El ejemplar fue capturado activo, aunque con claros signos de deficiencias natatorias, con dificultades para sumergirse, presentando un alto grado de flotabilidad. En estado de reposo permanecía flotando sobre uno de sus costados. En el examen anatómico la larva tiene una tonalidad dorsal ocre homogénea y vientre nacarado, las crestas dorsales están ligeramente moteadas con pequeñas manchas difuminadas en grises y pardos. No se describen malformaciones ni asimetrías en la disposición del disco oral respecto al eje transversal del cuerpo (Figura 2), tal y como mencionan otros autores (Bovero & Delmastro, 2009; Zamo-
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ra-Camacho, 2016). Presenta áreas con endurecimientos de tejido en la zona muscular de la cola y en el flanco izquierdo, justo detrás del espiráculo. Se aprecia una notable osificación de la región craneal (Figura 3), patrón descrito en larvas transgénicas de Xenopus laevis que sobreexpresan hormona del crecimiento (Huang & Brown, 2000). Atendiendo a las referencias publicadas la presente cita constituye el primer caso de gigantismo para P. perezi en la Cornisa Cantábrica, así como el espécimen de mayor tamaño observado en la Península Ibérica.
Agradecimientos: A M. Salvador y R. Gutiérrez del Centro de Recuperación de Especies Protegidas de Mártioda, autores del hallazgo.
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Escoriza, D., Comas, M. & Donaire, D. 2006. Gigantismo larvario en Salamandra algira Bedriaga 1883, descripción de un caso. Butlletí de la Societat Catalana d´Herpetologia, 17: 59-63. Eugster, E.A. & Pescovitz, O.H. 1999. Gigantism. Journal of Clinical Endocrinology and Metabolism, 84: 4379-4384. Huang, H. & Brown, D.D. 2000. Overexpresion of Xenopus laevis growth hormone stimulates growth of tadpoles and frogs. Proceeding of the National Academy of Sciences, 97: 962-967.
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Bol. Asoc. Herpetol. Esp. (2018) 29(1)
Means, D.B. & Richter, S.C. 2007. Genetic verification of possible gigantism in southern toad, Bufo terrestris. Herpetological Review, 38: 297-298. Milto, K.D. 2009. A Giant tadpole record of Rana esculenta in Northwestern Russia. Russian Journal of Herpetology, 16(2):143-145. Orton, G.J. 1953. The systematics of Vertebrate larvae. Systematic Zoology, 2 (2): 63-75. Orton, G.J. 1957. The bearing of larval evolution on some problems in frog classification. Systematic Zoology, 6 (2): 79-86. Pfennig, D.W., Mabry, A. & Orange, D. 1991. Environmental causes of correlations between age and size at metamorpho-
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Un caso de cola bifurcada en un adulto de Lissotriton helveticus Alberto Gosá Departamento de Herpetología, Sociedad de Ciencias Aranzadi. Cl. Zorroagagaina, 11. 20104 San Sebastián. España. C.e.: agosa@aranzadi.eus Fecha de aceptación: 16 de julio de 2018. Key words: amphibian malformations, bifurcate tail, morphological abnormalities, Navarra, palmate newt.
La duplicación y bifurcación de colas son anomalías descritas en los estadios larvarios y postlarvarios de los anfibios. Los anuros pueden regenerar la cola en estadios larvarios con presencia de notocorda (Ferretti, 2011), mientras que los urodelos la pueden regenerar en estado adulto. La información al respecto en este grupo es escasa, considerándose la regeneración de colas un fenómeno raro. En una revisión reciente (Henle et al., 2012) sólo se recoge estos tipos de anoFoto Alberto Gosá
Figura 1: Balsa de Irulondi (Goldaratz), en la sierra de Aralar (Navarra).
malías en urodelos europeos para cuatro especies: una larva de Lissotriton helveticus (Giltay, 1932), una larva y un juvenil de Triturus cristatus (Bruch, 1864: cola duplicada), un adulto de T. carnifex (Brandt, 1933; Henle et al., 2012: cola bifurcada) y un subadulto de T. dobrogicus (Henle et al., 2012: cola bifurcada). Posteriormente se ha observado una cola bifurcada en Salamandrina perspicillata (Romano et al., 2017) y Lissotriton montandoni (Smirnov, 2014). También se ha registrado un Foto Alberto Gosá
Figura 2: Hembra de L. helveticus con cola bifurcada y anomalías digitales (sierra de Aralar, Navarra).
Bol. Asoc. Herpetol. Esp. (2018) 29(1)
caso en Ichthyosaura alpestris (Hachtel, 2011). En la península ibérica se tiene registros de cola bifurcada en Calotriton arnoldi (Martínez-Silvestre et al., 2014) y Chioglossa lusitanica (Sequeira et al., 1999). En el trascurso de un censo poblacional de anfibios en la sierra de Aralar (Navarra) el 8 de junio de 2018 se capturó una hembra adulta y grávida de L. helveticus (longitud hocico-cloaca: 35,74 mm) en la pequeña balsa impermeabilizada de Irulondi (30T WN594155; 4755553; 935 msnm), en la localidad de Goldaratz (Figura 1). El ejemplar presentaba un pequeño apéndice de cola de 2,77 mm, originado en el lateral derecho de la cola primaria en un punto situado prácticamente en la base de la cloaca, a tan sólo 1,07 mm de ésta (Figura 2). La cola mostraba síntomas de haber sido regenerada, por su aspecto diferente y sus dimensiones claramente menores con respecto a una cola normal de la especie. La cola primaria tenía una longitud de 18,63 mm, un 52,12% menos que la del tamaño medio en la población adulta de hembras de la balsa de Irulondi, que era de 38,91 mm (error estándar = 0,68; rango = 31,34 – 46,92; n = 23). Este caso constituiría la primera observación de cola bifurcada en un adulto de L. helveticus. Las anormalidades morfológicas en anfibios se han relacionado con una amplia gama de causas, como la contaminación química, radiactividad, radiación ultravioleta, infección por trematodos y otros parásitos, ataques de depredadores, enfermedades y diversas combinaciones de estos factores. Una vez establecido el agente etiológico de la anormalidad con frecuencia se necesita realizar experimentos retirando del humedal la causa hipotética (Lunde & Johnson, 2012). Las causas de la regeneración de colas en uro-
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delos permanecen desconocidas (Henle et al., 2012), aunque las duplicaciones han sido explicadas habitualmente por una hiperregeneración causada por los depredadores (Dawson, 1932; Lynn, 1950). Las dimensiones de la balsa donde se capturó el tritón eran reducidas (27,45 m2), y ésta albergaba en los meses de mayo y junio de 2018, en que se realizaron los muestreos, una abundancia máxima de 1,88 individuos / m2 de L. helveticus y de 1,02 individuos / m2 de I. alpestris. La densidad relativa de ninfas de libélulas Anysoptera en la fecha en que fue capturado el tritón era de 0,71 individuos / m2. El ataque de un depredador en la región proximal de la cola puede ser una hipótesis a tener en cuenta para explicar la producción de una herida en el ejemplar capturado en Irulondi –y tal vez la pérdida y posterior regeneración de la cola– así como la generación de una cola secundaria que estaría en una fase inicial de crecimiento en el momento de la captura, y que se habría originado en el punto del ataque. Las interacciones agresivas entre salamándridos no han sido documentadas, por lo que esta hipótesis tendría menos fuerza para explicar el caso presentado, si bien las superiores dimensiones de I. alpestris frente a las de L. helveticus podrían inducir ataques de depredación de la primera sobre la segunda especie. Al respecto es conocida la captura de larvas de Salamandra salamandra de tamaño notable por adultos de I. alpestris (Gosá, 2016). En algunos casos los contactos entre ambas especies pudieron estar facilitados por las reducidas dimensiones del hábitat (Bogdan et al., 2011), como son las de la balsa del presente caso. Contrariamente a los pletodóntidos, algunas de cuyas especies están capacitadas para autotomizar la cola (Wake & Dresner, 1967), en salamándridos no
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Bol. Asoc. Herpetol. Esp. (2018) 29(1)
se ha descrito este fenómeno. Por otra parte, el ejemplar de L. helveticus capturado en Irulondi presentaba además otros tipos de malformaciones en las extremidades. En la anterior derecha polidactilia, y en la posterior izquierda sindactilia y polidactilia (Figura 2). La sindactilia ya es conocida en algún ejemplar ibérico de la especie (Diego-Rasilla, 2009), y la coincidencia de diferentes anomalías en un mismo ejemplar ha sido descrita en Pleurodeles waltl (Zamora-Camacho, 2016). El ataque de depredadores es uno de los
agentes atribuidos a la regeneración anómala de una extremidad en los anfibios (Borkin & Pikulik, 1986; Viertel & Veith, 1992), por lo que en el caso descrito en la presente nota esta hipótesis resultaría reforzada como causa de las malformaciones. Ni éste ni ningún otro posible agente causal han debido actuar en la balsa de Irulondi sobre el resto de individuos de las poblaciones de ambas especies de tritones, dado que no se observaron más anomalías en los dos meses en que se realizaron los muestreos en dicha balsa.
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Distribución Primeras citas de Salamandra salamandra en la isla de Cortegada, Galicia Pedro Luis Hernández-Sastre Asociación Herpetológica Española. Apartado de Correos 191. 28910 Leganes. Madrid. España. C.e.: patiportico@hotmail.com. Fecha de aceptación: 14 de mayo de 2018. Key words: Cortegada Island, fire salamander, first record, Salamandra salamandra.
A continuación, se documenta el primer registro de salamandra común (Salamandra salamandra gallaica) en la isla de Cortegada. El Parque Nacional Marítimo-Terrestre de las Islas Atlánticas de Galicia se encuentra en la costa noroeste de la península ibérica y está constituido por cuatro archipiélagos: Cíes, Ons, Sálvora y Cortegada, formados por el ascenso del nivel del mar tras la última glaciación hace aproximadamente 8.0009.000 años (Vilas Paz et al., 2006). Cortegada es la isla principal del archipiélago con el mismo nombre y se encuentra ubicada en el interior de la Ría de Arosa casi en el estuario del río Ulla, perteneciente a la parroquia de
Santiago de Carril en el municipio de Villagarcía de Arosa. La distribución conocida hasta el momento de S. salamandra en las Islas Atlánticas de Galicia se limitaba a las Islas de Ons y San Martiño. Con anterioridad, este urodelo estuvo presente en las tres islas del archipiélago de Cíes (Galán, 2003), sin embargo, y según muestreos realizados en los últimos años, la especie ha desaparecido de las dos islas más septentrionales (Monteagudo y Faro), quedando relegada a la más meridional, San Martiño (Galán, 2003; Cordero-Rivera et al., 2007). Anteriores muestreos enfocados a la detección de herpetos no habían revelado la presencia Foto P.L. Hernández
Figura 1: Hembra de S. salamandra observada en la isla de Cortegada.
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Bol. Asoc. Herpetol. Esp. (2018) 29(1) Foto P.L. Hernández
Figura 2: Escena tras parto de un ejemplar de S. salamandra en la Isla de Ons.
de esta especie en Cortegada (Galán, 2003; Cordero-Rivera et al., 2007, P.L. Hernández-Sastre, datos propios). El día 11 de agosto de 2017 se visitó la isla de Cortegada como parte de los muestreos del programa de seguimiento de las poblaciones de anfibios y reptiles dentro del marco del voluntariado ambiental que la AHE realiza en el Parque Nacional. La observación se realizó a las 11:03-h, tratándose de una hembra en avanzado estado de gravidez. El ejemplar se localizó bajo una piedra junto a las ruinas de la aldea situada en la zona sur de la isla (coordenadas: 42º36’57,04’’N / 8º47’5,90’’W) en un ambiente umbrío. En el momento del avistamiento la temperatura ambiental en la zona era de 19,3°C y la humedad relativa del 49%. El hábitat circundante al lugar donde fue hallado el individuo se encuentra formado por bosque de laurel (Laurus nobilis) con algunos robles (Quercus robur) dispersos, acompaña-
dos de helechos comunes (Pteridium aquilinum), hiedra (Hedera helix) y musgos tapizantes. Posteriormente, el día 20 de octubre de 2017, durante el transcurso del siguiente campo de voluntariado en la zona, se realizó una nueva visita a la isla y se efectuaron muestreos específicamente orientados a la detección de salamandra en el paraje donde tuvo lugar el anterior avistamiento. Nuevamente pudimos encontrar un ejemplar de S. salamandra, también bajo piedra. La observación, muy cercana a la anterior, tuvo lugar a las 09:10-h (coordenadas: 42º36’56,30’’N / 8º47’5,69’’W) y las condiciones ambientales fueron de 17,3°C de temperatura y 96% de humedad relativa. La presencia de anfibios en medios insulares resulta de especial interés desde el punto de vista de la investigación en ecología evolutiva y biología de la conservación. De este modo, existen evidencias del viviparismo de S. salamandra en el Parque Nacional (Galán,
Bol. Asoc. Herpetol. Esp. (2018) 29(1) 2003, Velo-Antón et al, 2007),
al igual que en las poblaciones presentes en las montañas de la Cordillera Cantábrica y Pirineos (García-París et al., 2003), a diferencia de la estrategia ovovivípara, común en esta especie a lo largo del resto de su distribución. Futuras prospecciones en la zona se hacen necesarias para aclarar interrogantes como el tipo de estrategia reproductora, tamaño poblacional o el grado de aislamiento de sus poblaciones, y para determinar si es necesario adoptar medidas de conservación inmediatas para evitar la desaparición de la especie en la isla. Actualmente las poblaciones insulares de S. salamandra están catalogadas como “vulnerable” en el Catalogo Gallego de Especies Amenazadas (Xunta de Galicia, 2007). No es descabellado pensar en una situación de contacto entre las poblaciones de la isla y de la costa, puesto que ambas se hallan separadas por un canal de menos de 200 metros de ancho, consistente en un gran banco de arena que presenta una franja expuesta sobre el agua durante la marea baja conocida como el “Camino del Carro”. Además, durante el mismo trabajo en el Parque Nacional, se realizó un muestreo en la isla de Ons el día 17 de octubre de 2017. Durante
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la noche, aprovechando las favorables condiciones de lluvia tras un prolongado período de sequía, efectuamos dos transectos que sumaron 3,6 km de longitud por el norte de la isla y que arrojaron el resultado de 340 ejemplares de S. salamandra, destacando entre las observaciones tres amplexos, un parto y numerosos combates entre machos de la especie. En la isla de Ons, S. salamandra presenta una amplia distribución y densidades muy elevadas (Galán, 2003), sin embargo pese a conocer este hecho, no dejó de sorprendernos el elevado número de individuos detectados. Anteriores estudios detectaron densidades máximas de 0,3 individuos/m en transectos de 428 m de longitud media (Cordero-Rivera et al., 2007) mientras que durante nuestro muestreo fueron detectadas densidades de 0,1 individuos/m en un recorrido de 2.200 m de longitud. Agradecimientos: A los voluntarios que participaron en los muestreos: D. San Segundo, M. Domínguez, C. Ayres, A. Rivero, I. Rodríguez, A. López, A. Martínez, C. García, C. Jiménez, E. Vallespín, C. Cano, M. Huesca, M. Torres y B. Ortega. El Organismo Autónomo de Parques Nacionales desarrolla mediante subvenciones el programa de voluntariado en Parques Nacionales.
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New and recent herpetological records from Soria, Spain Matthijs Hollanders1, Filipe Serrano2, Tim Leerschool3, & Wouter Beukema4 Wageningen University & Research, Droevendaalsesteeg, 2. 6708 PB Wageningen. The Netherlands. C.e.: matthijs.hollanders@gmail.com Department of Ecology. University of São Paulo. Rua do Matão, Travessa 14. São Paulo. Brazil. 3 Mariabad, 216. 6411 MH. Heerlen. The Netherlands. 4 Department of Pathology, Bacteriology and Avian Diseases. Faculty of Veterinary Medicine. Ghent University. Salisburylaan, 133. 9820 Merelbeke. Belgium. 1 2
Fecha de aceptación: 12 de febrero de 2018. Key words: Amphibian, Castile and Leon, distribution, Podarcis syntopy, reptile, Vipera latastei.
Resumen: Presentamos nuevos registros de distribución en malla UTM de 10x10 km para Psam-
modromus algirus, Coronella austriaca y Vipera latastei en Soria, Castilla y León (España). Así mismo reportamos la sintopía de Podarcis muralis y Podarcis liolepis en dicha área. Adicionalmente, proveemos información detallada de la ocurrencia de 17 especies de reptiles y anfibios como contribución al esfuerzo de elaboración de mapas de herpetofauna de Soria. Despite increasing attention for the impact of climate change and introduction of emerging infectious diseases on reptiles and amphibians, habitat destruction remains the first and foremost threat to these vertebrates in many European regions, including the Iberian Peninsula (e.g., Cox et al., 2006; Ribeiro et al., 2009). Herpetofaunal richness and endemism in the Iberian Peninsula is high (Sillero et al., 2014), yet not fully covered by the protected area network (Araújo et al., 2007). It is therefore highly important to obtain detailed knowledge on the distribution of species to conserve them, which may for instance permit informing policy makers in decisions about land management, or set a basis for later macroecological and evolutionary studies. To this end, various mapping initiatives have arisen during recent decades which greatly improved knowledge on reptiles and amphibians across Spain and Portugal (summarized in e.g., Pleguezuelos et al., 2002; Loureiro et al., 2008; Sillero et al., 2014).
Nevertheless, many distribution data remain outdated, or are only available at coarse geographical extent, due to which coSee Annex in <http://www.herpetologica.es/publicaciones/>
llection of new or detailed occurrence records remains of great importance (Jetz et al., 2012). Between 13-15 and 18 April 2014, we visited the northern part of Soria province, Castile and Leon, Spain in order to sample several lacertid species as part of the Portuguese Biodiversity Conservation in a Changing World project, funded by FEDER through the InAlentejo program (2012-2014). We documented several new distribution records for reptiles during this period. Also, we reconfirmed occurrence of various reptile and amphibian species in areas from which only historical records were available, and/or from which distribution information was limited to that at coarse geographical scale (e.g., Schmidtler, 1969; Salvador et al., 1970; Arribas, 1982, 1983; De la Riva, 1985) (Annex 1). The distribution of reptiles and amphibians in Soria has traditionally been mapped at 10x10 km scale (summarized by Meijide et al., 1994), due to which our aim, in addition to presenting the new records, is to provide detailed distribution data for all encountered species as a contribution to future mapping efforts. Distances reported below are measured in a straight line, as the crow flies.
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Syntopy of Podarcis muralis and Podarcis liolepis. Members of the Podarcis hispanicus complex (sensu lato) generally occur in parapatry or sympatry with the distantly related P. muralis across the northern and central mountains of the Iberian Peninsula. Actual syntopy is uncommon, although local co-occurrence has been described in several cases (Llorente et al., 1995; Galán et al., 2013; Carneiro et al., 2015). Syntopy between P. muralis and P. liolepis has been reported from at least Catalonia and Valencia (Llorente et al., 1995; Pérez i de Lanuza et al., 2012). To the best of our knowledge, syntopy of these species in Soria remains unknown (Schmidtler, 1969), but is not unexpected, as occurrence in the same 10x10 km UTM squares was presented by for instance Arribas (1983) and Meijide et al. (1994). On 13 April 2014, P. muralis and P. liolepis (Figure 1) were found syntopically at two locations in the southern Sierra de Urbión ± 14 km NW of Abejar (41°50’24.0” N, 2°56’56.4” W; 41°50’34.8” N, 2°57’07.2” W; 1170-1174 masl). Both species were found along roadsides and streams in Pinus forest, where P. muralis was most abundant but restricted to the vicinity of streams or thickets near water, while P. liolepis occupied drier microhabitats a
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such as exposed stone bridges or dry road banks. Similar niche differentiation has been described to occur in Catalonia, driven by differences in the rate of water loss (Carneiro et al., 2015). The syntopic occurrence of P. muralis and P. liolepis in the Sierra de Urbión could provide interesting opportunities for future local research into niche differentiation and community ecology. Psammodromus algirus. On 14 April 2014, a single juvenile individual was seen ± 5 km westsouth-west of Cueva de Ágreda (41°44’38.4” N, 1°56’38.4” W; 1202 masl) running along a sparsely vegetated rocky southeastern hillside. Other species observed at the same locality include Timon lepidus and Chalcides striatus. Coronella austriaca. On 13 April 2014, one sub-adult female was found ± 4.6 km east of Navaleno (41°50’20.4” N, 2°56’52.8” W; 1170 masl) while basking about 50 cm above the ground on dead branches (Figure 2c). This individual represents the first record within UTM WM03, thereby filling in the last UTM square for the Sierra de Urbión (Meijide et al., 1994). The habitat was located on a north-fab
Photos Wouter Beukema
Figure 1: Dorsolateral a) and ventral b) views of Podarcis liolepis (top) and Podarcis muralis (bottom) found syntopically in Sierra de Urbión, Soria. Figura 1: Vistas dorsolateral a) y ventral b) de Podarcis liolepis (arriba) y Podarcis muralis (abajo) encontradas sintópicamente en la Sierra de Urbión (Soria).
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Photos Matthijs Hollanders
Figure 2: Images of selected new herpetological records. a) Alytes obstetricans pertinax, b) Natrix astreptophora, c) Coronella austriaca, d) Coronella girondica, e) Vipera latastei, f) Vipera latastei emerging from a stonewall. Figura 2: Imรกgenes seleccionadas de nuevos registros herpetolรณgicos. a) Alytes obstetricans pertinax, b) Natrix astreptophora, c) Coronella austriaca, d) Coronella girondica, e) Vipera latastei, f) Vipera latastei emergiendo de un muro de piedra.
cing slope leading down to moist abandoned railroad tracks in a Pinus-dominated forest. Vipera latastei. On 14 April 2014, around 16:30, five individuals of V. latastei were found within 200 m of each other at an altitude between 1000 and 1030 masl in UTM WM61.
These sightings constitute the first records for this particular UTM grid cell. All five individuals were found on a south-facing slope, which was characterized by ruins and large, intensively managed agricultural fields bordered by shrubs overgrowing small stone walls. Four out of five individuals were basking on, or adjacent to, old
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foundations at an air temperature of 23ºC, while the fifth was moving along a small stone wall. Notable is that most individuals were covered by dirt (Figure 2e), perhaps suggesting that they recently emerged from hibernation sites (Figure 2f). Due to the sensitive nature of this locality, exact coordinates are not provided herein, but are available upon request. The discovery of multiple individuals within a short timeframe in heavily-managed agricultural landscape was unexpected, but gives hopeful prospects for
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the potential future discovery of other persisting populations of this threatened viper in intensive agricultural landscapes (Santos et al., 2006). Acknowledgements: The authors were supported by the Portuguese Integrated Program of IC&DT Call Nº 1/ SAESCTN/ALENT-07-0224-FEDER-001755. We are grateful to the regional authority of Castile and Leon for providing permits for sampling lizard communities in their jurisdiction. S. Bogaerts, I. de la Riva and O. Jiménez Robles are thanked for providing valuable literature sources.
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On the presence of Scincopus fasciatus (Squamata, Scincidae) in Mauritania Pablo Vicent-Castelló1, David Herrero-González2, Julio J. Rodríguez-Lozano3, Pablo García-Antón4 & Alberto Sánchez-Vialas1 Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC). Cl. José Gutiérrez Abascal, 2. 28006 Madrid, Spain. C.e.: pablovicent0000gmail.com Cl. Embajadores, 16. 3º C. 28045 Madrid, Spain. 3 Avda. Menéndez Pelayo, 51. 3º B. 28009 Madrid. Spain. 4 Cl. Chopera, 41. 28130 Alalpardo. Madrid. Spain. 1 2
Fecha de aceptación: 9 de julio de 2018. Key words: Geographic range, Mauritania, Scincidae, Senegal.
Resumen: Scincopus fasciatus es un reptil distribuido por la región sureña del Sahara y el Sahel. Debido
a su naturaleza elusiva, los registros de esta especie son raros y dispersos. En esta nota, aportamos la observación de un espécimen adulto en Mauritania (el quinto registro del país). Más observaciones ayudarían a evaluar, entre otros aspectos, el estado de conservación de esta especie. Scincopus fasciatus (Peters, 1864) is one of the rarest skink species from Northwest Africa. It was described by Peters as Scincus (Scincopus) fasciatus (Peters, 1864), based on a specimen from Geryville, Algeria (Sindaco, 1995). Posteriorly, Doumergue (1901) elevated Scincopus to generic status and this has been considered a monospecific genus since then. Phylogenetic relationships based on molecular data (Carranza et al., 2008; Pyron et al., 2013) suggest a close relationship between S. fasciatus and Eumeces algeriensis. This latter taxon appears not closely related to E. schneideri, rendering North African Eumeces polyphyletic. Two subspecies have been described within S. fasciatus: S. f. fasciatus (Peters, 1864), widely distributed throughout the southern region of the Sahara along the Sahel ecoregions, with dispersed populations in Northwestern Africa and S. f. melanocephalus (Lanza & Corsi, 1981) described from a single population located at the east side of the Nile river in Suakin, Northeast of Sudan (Lanza & Corsi, 1981). The western range of the species (Morocco and Mauritania) is formed by dispersed and isolated records. Its occurrence
in Morocco has been reported by a single specimen from Merzouga in 1970, where it has not been observed since then (Bons & Geniez, 1996). Also, its presence in Mauritania was scarcely reported, with one published record at N’Terguent in Adrar province, near Atar, but without
Figure 1: Distribution map of S. fasciatus fasciatus in Mauritania. Orange dots: literature records. Blue dot: present record. Figura 1: Mapa de distribución de S. fasciatus fasciatus en Mauritania. Puntos naranja: registros bibliográficos. Punto azul: registro presente.
Bol. Asoc. Herpetol. Esp. (2018) 29(1) Photo David Herrero
Figure 2: Habitat of S. fasciatus fasciatus. Figura 2: Hábitat de S. fasciatus fasciatus.
precise source (Geniez et al., 2004), and three in Trarza province: La’ Bâra (Le Berre, 1989), 30 km North West of Rosso (Böhme et al., 2001), and Lahouvich (Trape et al., 2012; J.C. Brito, personal communication). Scincopus spp. has been reported from several types of habitats dominated by arid and semi-arid climate in North Africa, from sandy regions to areas of savannah (Geniez et al., 2010; Trape et al., 2012). During a field survey carried out across West Africa, on 21 September 2015 an adult of S. f. fasciatus was observed in Southwestern Mauritania, around El Haédi, North-West Rosso, at 12 masl, coordinates: 16°36’23.53” N, 15°53’51.34” W (Figure 1). The habitat, placed in the Sahelian Acacia Savannah bioregion (Burguess et al., 2004), was dominated by dispersed acacias, shrubs, with the sandy loose soil covered by extensive grassland (Figure 2). This area is characterized by arid and strongly seasonal climatic conditions, with a maximum temperature of 33-36ºC and a minimum of 18-21ºC. It also has an annual mean precipitation of 600 mm (Burguess et al., 2004). The specimen was found active, crawling on the grass during the night with 28ºC of air temperature. It exhibited the typical coloration pattern of the nominal subspecies.
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Snout-vent length was around 25 cm and the tail was regenerated (Figure 3). This record, the fifth for the country based on published records, is placed near to Diawling National Park, but it was not detected during a recent field survey across this region (Sow et al., 2017). Like others skink species (e.g., Scincus albifasciatus), S. fasciatus has secretive habits and is difficult to detect, and probably the scattered nature of their records is due to this. On the other hand, this record, close to Senegal border, suggests that its presence in this country could be highly probable, as the habitat of northern Senegal is formed by a similar Sahelian habitat and several common distributed taxa of skinks and other reptiles are known to occur in both countries (e.g. Chalcides delislei, Chalcides sphenopsiformis, Scincus albifasciatus, Tropiocolotes tripolitanus, Stenodactylus petrii, Acanthodactylus senegalensis; Trape et al., 2012). The lack of biological data for Scincopus sp. from the western range of its distribution makes it the target to develop future expeditions, aimed at increasing the knowledge on the biology, ecology and conservation status of this enigmatic species, currently catalogued as “Insufficient data” in the IUCN Red List (Geniez et al., 2010). Photo David Herrero
Figure 3: Specimen of S. fasciatus fasciatus. Figura 3: Ejemplar de S. fasciatus fasciatus.
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Acknowledgements: We would like to thank
SERT (biodeserts.cibio.up.pt) research group, espe-
P. Geniez and F. Martínez-Freiría for reviewing the
cially to José Carlos Brito, who provided some accu-
manuscript. We are also deeply grateful to BIODE-
rate species records.
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Conservación Algunas anotaciones sobre la presencia de galápagos autóctonos y exóticos en Cantabria (norte de España) Rafael Marquina1, Patricia Nieto1, Lorenzo García1, Juan M. Gómez de Berrazueta2, Andrea González3, Juan Pardo de Santayana3, Fernando Martín4 & Tomás Martínez5 Fundación Naturaleza y Hombre. Avda. España, 25, entlo. 39610. El Astillero. Cantabria. España. C.e.: rafael.marquina@uv.es Sociedad Herpetológica Valenciana (SOHEVA). Apartado de Correos 23. 39100. Santa Cruz de Bezana. Cantabria. España. 3 Fundación Zoo de Santillana del Mar. Avda. del Zoo, 2. 39330. Santillana del Mar. Cantabria. España. 4 FALCONIA. Cl. Rio Mijares, 17. 39612. Parbayón. Cantabria. España. 5 Animal Center UNO+. Cl. General Castañeda, 7. 39300. Torrelavega. Cantabria. España. 1 2
Fecha de aceptación: 22 de febrero de 2018. Key words: biogeography, Cantabria, distribution, freshwater turtles, Northern Spain.
En la presente nota se recogen observaciones de diversa procedencia de dos especies autóctonas ibéricas de galápagos y otras tres especies alóctonas, entre los años 1995 y 2018. Endémico de la península ibérica, sur de Francia y Norte de África (Pleguezuelos et al., 2002), el galápago leproso Mauremys leprosa resulta escaso y esquivo en el norte de la península, apareciendo poblaciones aisladas y posiblemente introducidas en Galicia (Ayres & García, 2006) y estando citado en el País Vasco (Buenetxea & Paz Leiza, 2009). En Asturias y Cantabria se cita
como ausente (Díaz-Paniagua et al., 2015), aunque para Cantabria también se ha dado como presente, si bien escaso, por Da Silva (2002). La única población localizada parece encontrarse en las Marismas de Santoña, concretamente en el Río Clarín, aunque no está claro si su origen es autóctono o introducido, no estando tampoco confirmada su reproducción (Simal Ajo & Fernández Aransay, 2007), lo que sí se ha verificado en otras zonas del norte de España, como Galicia (Ayres & García, 2006). Adicionalmente, la web del Ayuntamiento de Campoo
Citas bibliográficas Nuevas citas Cuadrícula conocida a la que se aportan nuevas citas Emys orbicularis
Mauremys leprosa
Pseudemys concinna
Trachemys scripta
Pseudemys nelsoni
Figura 1: Distribución de los galápagos Emys orbicularis, Mauremys leprosa, Trachemys scripta, Pseudemys concinna y Pseudemys nelsoni en Cantabria, en cuadrículas UTM de 10x10 km.
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Foto R. Marquina Blasco
Figura 2: Ejemplares de Trachemys scripta asoleándose en Pozón de la Yesera (Gajano, Marina de Cudeyo, Cantabria).
de Yuso (2017), localidad al sur de Cantabria, recoge citas históricas de galápagos europeo y leproso en los “grandes humedales, carrizales y turberas de la orilla Sur y Este del Embalse del Ebro”, así como en San Miguel de Aguayo (Reinosa; Figura 1). La bibliografía también indica la presencia en Cantabria del galápago europeo Emys orbicularis, si bien lo hace con carácter general y sin referencia a poblaciones concretas. Los autores sólo han encontrado una cita de esta especie, de un ejemplar adulto en la cabecera de la Ría del Carmen, en Astillero, aunque no se indica el año (Sánchez & Valdeolivas, 1995; Figura 1). Sin embargo, se indica en la misma fuente que se intentó la introducción de la especie americana Malaclemys terrapin en el Pozón de la Dolores, pero sin éxito. A las de estos taxones hay que añadir en Cantabria las observaciones del emídido norteamericano Trachemys scripta. Las primeras citas de la especie en España se dieron a partir de los años 80 del pasado siglo (Martínez-Silvestre et al., 2015). Actualmente T. scripta se encuentra ampliamente distribuida en todo el estado, compartiendo hábitat con las especies autóctonas de galápagos y con las que establece una competencia directa por alimento, lugares de anidamiento y de soleamiento, con
el consiguiente desplazamiento de estas últimas (Cadi & Joly, 2004; Polo-Calviá et al., 2010). En Cantabria las observaciones de ejemplares asilvestrados de T. scripta son escasas (Gómez de Berrazueta et al., 2007; SIARE, 2017), y hasta la fecha no se ha confirmado su reproducción (Gómez de Berrazueta et al., 2007). La prohibición del comercio de esta especie ha provocado que, en los últimos años, se hayan popularizado como mascotas varios taxones alóctonos de galápagos (Balmori, 2014), lo que ha provocado que aparezcan ocasionalmente en la naturaleza ejemplares de estas otras especies, como es el caso de Pseudemys concinna, actualmente citada en diversas zonas de España y cuya reproducción en el medio natural ha sido constatada en el Marjal de Peñíscola (Castellón; Mateo et al., 2011). Cada uno de los autores del presente trabajo ha realizado algunas observaciones o ha recogido datos sobre la presencia de estas especies en diversos puntos de Cantabria. Estas observaciones incluyen animales vistos en libertad o que han sido mantenidos en cautividad por particulares que los han recogido directamente en la naturaleza. En otras ocasiones se han recolectado datos y observaciones de particulares por autores que trabajan en tiendas de animales, a las que han llevado galápagos para
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su identificación y recomendación de un lugar para depositarlos, siendo en estos casos los zoológicos de la región los receptores últimos de los mismos. El Zoo de Santillana cuenta con un pequeño grupo de galápagos leprosos formado por tres machos procedentes en su totalidad de la entrega de particulares, aunque de origen desconocido. Por su parte, en el Parque de la Naturaleza de Cabárceno los galápagos autóctonos entregados (todos ellos galápagos leprosos) han sido liberados en la instalación de los hipopótamos, en el denominado “Lago Sexta”, donde se encuentran en libertad, a diferencia de los animales alóctonos que, hasta hace poco tiempo, eran mantenidos en una instalación específica en la denominada granja del parque, donde se mantenían con fines de educación ambiental. Sin embargo, tal y como nos han comunicado varios cuidadores del parque, el problema de liberar a los galápagos leprosos en el recinto del lago es que ocasionalmente salen del mismo y son encontrados por los visitantes. Aunque es habitual que estos sean de nuevo entregados al personal del parque el riesgo de que se los lleven o los puedan
trasladar a otras zonas es evidente. En otro de los lagos del parque (Lago del Acebo) hemos observado ejemplares de esta especie junto a otros de la subespecie alóctona Trachemys scripta elegans, pero en ningún caso podemos verificar que sean nativos del lago, sino que probablemente hayan sido introducidos. En ocasiones hemos observado galápagos leprosos a la venta en tiendas de animales de Santander, práctica relativamente frecuente a finales de los 80 y hasta mediados de los 90. Los propietarios de los animales en cautividad y de los entregados en los zoológicos siempre han afirmado haberlos encontrado, y nunca haberlos adquirido en establecimientos. En la Tabla 1 se exponen las observaciones recabadas de las especies autóctonas de galápagos. Respecto a T scripta., la presente nota incrementa de forma significativa el número de registros de la especie en territorio cántabro (Figura 1), habiendo observado ejemplares de T. s. elegans y T. s. scripta, y posiblemente de T. s. troosti, no siendo siempre posible diferenciarlo de formas hibridas. Gran parte de las observaciones expuestas se han realizado
Tabla 1: Observaciones de galápagos autóctonos aportadas en el presente trabajo. Autor Gómez de Berrazueta, J.M. Martínez, T.
Pardo de Santayana, J. González, G. Martín, F. González, A.
Año 2004 2005 2007 1990 1994 1996 1999 2003 2010 2012 2006 2007 2000 a 2009 2003
Observaciones
UTM 1x1 km
M. leprosa. 1 ejemplar M. leprosa. 1 ejemplar M. leprosa. 1 ejemplar M. leprosa. Número indeterminado de individuos M. leprosa. Número indeterminado de individuos M. leprosa. 1 ejemplar M. leprosa. Número indeterminado de individuos E. orbicularis. 1 ejemplar. Llevado al zoo de Santillana E. orbicularis. 1 ejemplar M. leprosa. 1 ejemplar M. leprosa. 1 ejemplar M. leprosa. 1 ejemplar M. leprosa. 3 ejemplares Mismo ejemplar de E. orbicularis referido arriba como entregado al zoo de Santillana
30TVP3300 30TVP4304 30TVP0700 30TVP1300 30TVN2364 30TVP2305 30TVN0699 30TVP1609 30TVP2208 30TVN0699 30TVP3605 30TVP2709 Origen desconocido 30TVP1609
Altitud (msnm) 91 45 65 14 834 5 36 0 0 36 9 37
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en pozones, zonas húmedas cuya creación se relaciona con explotaciones mineras a cielo abierto, principalmente de hierro, que durante la segunda mitad del siglo XIX y la primera del XX constituyeron un importante motor económico de la región (Canteras Jordana, 2000). Tras su abandono, estos enclaves sufrieron un proceso continuo de naturalización, siendo hoy día de los puntos más interesantes para la conservación de la naturaleza en la Bahía de Santander. Durante las labores de seguimiento del Pozón de la Dolores (Revilla, Camargo) por el personal técnico de Fundación Naturaleza y Hombre (FNYH) se detectó la presencia de varios individuos de T. scripta (30TVP2804; 116 msnm). La especie está presente en el pozón desde antes de 2009, momento en el que fue detectada durante la monitorización del espacio por FNYH. Actualmente, los datos de observación directa parecen indicar un paulatino descenso en el número máximo de individuos observados por jornadas. En 2009 se avistaron en un mismo día nueve ejemplares, seis en 2010, tres en 2011 y 2012, cuatro en 2013, dos en 2014 y, finalmente, uno en 2016 y 2017. Todas las observaciones se realizaron entre los meses de febrero y octubre. El Pozón de la Dolores alcanza unas dimensiones considerables, con una lámina de agua que ocupa una superficie de 163.700 m2, una profundidad media de 1,5 m y una máxima de 4 m (Canteras Jordana, 2000). En el Pozón de la Yesera (Gajano, Marina de Cudeyo) se observó un máximo de cinco ejemplares pertenecientes a T. s. scripta, T. s. elegans y, posiblemente, formas híbridas entre ambas subespecies (30TVP3806; 8 msnm; Figura 2). El paraje de La Yesera es una zona húmeda originada por la extracción minera de selenita, del que se extrajeron yesos hasta
mediados de la década de los 70 del siglo XX. A su alrededor se encuentra el arroyo Romanillo (también originado por la industria minera), uno de los arroyos que aportan el agua dulce a la ría de Tijero. En la desembocadura del arroyo a la ría el 7 de mayo de 2017 fue observado un ejemplar aislado asoleándose (30TVP3806; 0 msnm). Dada la proximidad entre ambos enclaves, podría pertenecer a la misma población de La Yesera. En abril de 2015 y julio de 2017 se detectó un ejemplar de T. scripta en los Pozos de Valcaba (Pámanes, Liérganes; 30TVP3601; 91 msnm), paraje formado por dos lagunas o pozos de origen minero rodeados por diferentes tipos de formaciones boscosas. El origen de estas observaciones podría estar relacionado con ejemplares dispersados desde el cercano Lago del Acebo, dentro del Parque de la Naturaleza de Cabárceno (Gómez de Berrazueta et al., 2007). El 21 de junio de 2010 se avistó un ejemplar de T. scripta en las Marismas de Alday (Maliaño, Camargo; 30TVP3108; 0 msnm), seguramente fruto de una liberación por algún particular de la zona, que se encuentra muy antropizada. Desde 2007, fecha de la remodelación del Parque de las Llamas (Santander; 30TVP3513; 8 msnm; Figura 1), hemos venido observando la presencia de ejemplares aislados de Pseudemys concinna junto a diversos ejemplares de T. scripta, la especie más abundante del parque. En una sola jornada, en enero de 2018, hemos contabilizado al menos una docena de ejemplares de T. scripta, en su gran mayoría hembras, tal y como cabría esperar en esta especie (Gómez de Berrazueta, 2002). Además, desde marzo de 2014 y al menos hasta abril de 2017 hemos observado en varias ocasiones un único ejemplar de Pseudemys nelsoni.
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Con esta nota pretendemos ampliar el conocimiento de los galápagos autóctonos y alóctonos en Cantabria, donde son prácticamente desconocidos. No podemos ratificar si las especies autóctonas han sido introducidas o son restos de poblaciones originarias de la zona, pero los datos recabados se concentran en los ríos Saja y Pas, y lo hacen de manera relativamente continua en el tiempo. Es probable que sean ejemplares aislados procedentes de las cuencas medias de los ríos. Para determinar la existencia de poblaciones autóctonas y tomar las medidas necesarias para erradicar de la naturaleza los ejemplares de especies alóctonas es necesario seguir prospectando adecuadamente la región.
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Agradecimientos: A G. González por la información aportada sobre la presencia de Mauremys leprosa en Heras (Cantabria). Varios de los autores (RM, PN y LG) han sido parcialmente subvencionados por el proyecto LIFE14 NAT/ES/000699 “Anillo Verde de la Bahía de Santander: conectando la naturaleza y la ciudad”, en el que participan Fundación Naturaleza y Hombre, como beneficiario coordinador, y MARE como beneficiario asociado. Dicho proyecto está cofinanciado por la Comisión Europea y la Consejería de Medio Ambiente, Ordenación del Territorio y Urbanismo; cuenta además con el apoyo de Fundación Biodiversidad. Asimismo, los autores querrían agradecer a A. Gosá (Sociedad de Ciencias Aranzadi) y al segundo revisor anónimo por las claras mejoras del texto gracias a sus observaciones y comentarios realizados durante el proceso de revisión.
Referencias Ayres, C. & García, J.L. 2006. Confirmada la reproducción de Mauremys leprosa en Galicia. Boletín de la Asociación Herpetológica Española, 17 (1): 51. Ayuntamiento de Campoo de Yuso. 2017. <http://www. campoodeyuso.com/datos-de-interes.html> [Consulta: 20 noviembre 2017]. Balmori, A. 2014. Utilidad de la legislación sobre las especies invasoras para la conservación de las especies de galápagos ibéricos. Boletín de la Asociación Herpetológica Española, 25 (1): 68-74. Buenetxea, X. & Paz Leiza, L. 2009. Búsqueda y localización de galápagos autóctonos en la provincia de Bizkaia. 20072009. Diputación Foral de Bizkaia. Informe inédito. Cadi, A. & Joly, P. 2004. Impact of the introduction of the red-eared slider (Trachemys scripta elegans) on survival rates of the European pond turtle (Emys orbicularis). Biodiversity and Conservation, 13: 2511-2518. Canteras Jordana, J.C. 2000. Estudio limnológico del Pozón de la Dolores. Fundación Naturaleza y Hombre y Grupo de Ecología de la Universidad de Cantabria. Da Silva, E. 2002. Mauremys leprosa. 143-146. In: Pleguezuelos, J.M., R. Márquez y M. Lizana, (eds.). Atlas y Libro Rojo de los Anfibios y Reptiles de España. Ministerio de Medio Ambiente – Asociación Herpetológica Española. Madrid. Díaz-Paniagua, C., Andreu, A.C. & Keller, C. 2015. Galápago leproso – Mauremys leprosa. In: Salvador, A., Marco, A. (eds.). Enciclopedia Virtual de los Vertebrados Españoles. Museo Nacional de Ciencias Naturales, Madrid. <http://www. vertebradosibericos.org/> Gómez de Berrazueta, J.M. 2002. Las hembras siempre ganan. Quercus, 201: 28.
Gómez de Berrazueta, J.M., Marrón, T., Perianes, M.J., Gordillo, A.J. & del Moral, J. 2007. Poblaciones asilvestradas en Cantabria de Trachemys scripta elegans, y su potencial reproductor. Boletín de la Asociación Herpetológica Española, 18: 34-37. Martínez-Silvestre, A., Hidalgo-Vila, J., Pérez-Santigosa, N. & Díaz-Paniagua, C. 2015. Trachemys scripta. In: Salvador, A., Marco, A. (eds.). Enciclopedia Virtual de los Vertebrados Españoles. Museo Nacional de Ciencias Naturales, Madrid. <http://www.vertebradosibericos.org/> Mateo, J.A., Ayres, C., & López Jurado, L.F. 2011. Los anfibios y reptiles naturalizados en España: historia y evolución de una problemática reciente. Boletín de la Asociación Herpetológica Española, 22: 2-42. Pleguezuelos, J.M., Márquez, R. & Lizana, M. 2002. Atlas y libro rojo de los anfibios y reptiles de España. Ministerio de Medio Ambiente – Asociación Herpetológica Española. Madrid. Polo-Calviá, N., Gonzalo, A., López, P. & Martín, J. 2010. Predator recognition of native but not invasive turtle predators by native anuran tadpoles. Animal Behaviour, 80: 461-466. Sánchez, C. & Valdeolivas, G. 1995. Guía de Fauna y Flora de un municipio cantábrico. ELABRA Ediciones. Camargo. SIARE. 2017. Especies ibéricas de galápagos. <http://siare. herpetologica.es/bdh/especiesxutm10> [Consulta: 20 noviembre 2017]. Simal Ajo, R. & Fernández Aransay, J.F. 2007. Anfibios y Reptiles de las Marismas de Santoña, Victoria y Joyel. Locustella, 4: 50-56.
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Primera cita de Pelobates cultripes en el Parque Natural de L’Albufera de Valencia desde 1995 Ángel Gálvez, Carla Olmo, Iván Alambiaga, Berenice de Manuel & Xavier Armengol Instituto Cavanilles de Biodiversidad y Biología Evolutiva. Universidad de Valencia. Cl. Catedrático José Beltrán Martínez, 2. 46980 Paterna. Valencia. España. C.e.: galnuez@alumni.uv.es Fecha de aceptación: 2 de mayo de 2018. Key words: Devesa de El Saler, distribution, Pelobates cultripes, Spadefoot tadpole, Toad.
El Parque Natural de l’Albufera de Valencia, situado al sur de la ciudad de Valencia y declarado como tal en 1986, es un espacio protegido de elevado valor natural, tanto por la gran riqueza de especies que alberga como por la diversidad de ecosistemas que lo constituyen. Además del lago de l’Albufera, una gran masa de agua permanente, somera y oligohalina, y los arrozales colindantes, que actúan a modo de sistemas acuáticos estacionales, existe una franja de terreno boscoso, situada en la restinga arenosa que separa el lago del mar Mediterráneo y conocida como la Devesa de El Saler. La Devesa destaca por sus formaciones de pino blanco (Pinus halepensis) y matorral mediterráneo termófilo (Quercus coccifera, Pistacia lentiscus, Chamaerops humilis, Myrtus communis, Rhamnus spp., etc.), situados principalmente en las dunas fijas, y por sus dunas móviles –más cercanas al mar– con vegetación psammófila y adaptada a la abrasión por la brisa marina (Ammophila arenaria, Medicago marina, Lotus creticus, Pancratium maritimum, etc.). En esta zona se forman unas depresiones interdunares, conocidas localmente como “malladas”, que recogen agua freática y de lluvia, formando ecosistemas acuáticos temporales donde crece vegetación acuática y halófila, en función de los ciclos de llenado y secado (Phragmites australis, Typha angustifolia, Sarcocornia fructicosa, etc.; Costa, 1986; Boira, 2012). Durante los años 60 la zona se vio afectada por el desarrollo urbanístico que tuvo lugar en
toda la costa valenciana y por un plan específico para la urbanización de La Devesa, mediante el que se construyeron viales de transporte e infraestructuras básicas de alcantarillado y electricidad. Los ecosistemas más afectados fueron las dunas, que fueron eliminadas, y las malladas, que fueron soterradas, en parte, con la arena de las dunas. Tras la declaración de l’Albufera y La Devesa como Parque Natural se pusieron en marcha varios proyectos destinados a recuperar el funcionamiento ecológico, iniciándose la restauración de estos ecosistemas destruidos (Antón-Pardo et al., 2011). El día 23 de febrero de 2018 se llevó a cabo un muestreo en la mallada del Quarter (cuadrícula UTM 10x10 YJ36). Se trata de una mallada de hidroperiodo relativamente largo, de en torno a cinco meses de duración, restaurada en 1998, y situada en el extremo norte de La Devesa (Servicio Devesa-Albufera del Ayuntamiento de Valencia, 2010). La mallada, de unos 20x20 m y 22 cm de profundidad media, estaba ocupada principalmente por carricera (Saccharum ravennae), carrizo (Phragmites australis), algún ejemplar aislado de masiega (Cladium mariscus) y juncáceas (Juncus sp.). En cuanto a las características fisicoquímicas del agua, presentaba una temperatura de 7,5ºC, un pH de 8,2, una saturación de oxígeno de 77,1% y una salinidad del 3,5‰. En este contexto encontramos varios centenares de larvas de anfibio que no pudi-
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mos identificar in situ por su temprano estado de desarrollo (inferiores a 5 mm). Con el fin de poder determinar correctamente la especie, recolectamos 25 larvas que mantuvimos en laboratorio hasta que adquiriesen características morfológicas que permitieran su identificación. Fueron alimentadas con Raphidocelis subcapitata, algas filamentosas y hojas de lechuga troceadas. Tras dos semanas y suficiente desarrollo, tres individuos murieron por causas desconocidas. Tras observar en la lupa la morfología de su aleta, la disposición de los ojos y el disco oral, concluimos que se trataban de larvas de sapo de espuelas (Pelobates cultripes; Figura 1). El sustrato arenoso del entorno y el hidroperiodo largo de la mallada, necesario para el desarrollo de las larvas, convierten este hábitat en un lugar adecuado para esta especie de anfibio (Jiménez et al., 2002). Podemos descartar una recolonización desde fuera de La Devesa, al encontrarse aislada de otras poblaciones conocidas de P. cultripes y estar rodeada de importantes barreras dispersivas para esta especie, como arrozales, zonas urbanizadas o carretera. Por tanto, cabe suponer que la colonización se ha producido desde otras malladas cercanas. La importancia de este descubrimiento radica en que, por un lado, es la primera cita de esta especie tras 23 años en el Parque Natural de l’Albufera de València. La ausencia de citas desde 1995 (BDB, 2018) puede deberse tanto a la falta de prospección en momentos y hábitats adecuados como a la naturaleza esquiva de esta especie. Por otro lado, la mallada del Quarter fue restaurada en 1998, posteriormente a la última cita conocida, lo que indicaría que se trata de una colonización posterior a la restauración de estos ecosistemas. Aparentemente, el sapo de espuelas ha ampliado el número de puntos de cría desde 1995.
65 Foto Ángel Gálvez
Figura 1: Fotografías a la lupa de una larva muerta. Vista ventral, lateral y dorsal. Detalle del disco oral.
El haber vuelto a citar la especie después de tantos años desde la última referencia indica que es necesario realizar prospecciones específicas con el fin de determinar la distribución actual, no solo de esta especie, sino de toda la batracofauna del Parque Natural de l’Albufera, además de conocer si ha habido expansión o desplazamientos en sus puntos de reproducción y cuál es su estado actual. Por otro lado, a pesar de que se conocen citas de esta especie en casi 30 cuadrículas UTM 10x10 en la Comunidad Valenciana, solo cinco de ellas son citas
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recientes, posteriores al año 2000 (SIARE, 2018), lo que supondría una sexta confirmación actual de su distribución en la provincia.
d’Infraestructuras, Territori i Medi Ambient por el permiso 630/12. Este trabajo está enmarcado en el proyecto Organización de las metacomunidades de lagunas temporales tropicales y mediterráneas: efectos ambientales, espaciales y temporales
Agradecimientos: A L. Albero y V. Sancho, por par-
(METACOM) con el código CGL2016-78260-P, finan-
ticipar en la identificación de las larvas, y a la Conselleria
ciado por el Ministerio de Economía y Competitividad.
Referencias Antón-Pardo, M., Olmo, C., Ortells, R. & Armengol, X. 2011. La restauración de sistemas acuáticos continentales y su interés para la conservación: el ejemplo de las malladas en el Parque Natural de l’Albufera (Valencia). Chronica naturae, 1: 10-19. BDB (Banco de Datos de Biodiversidad de la Generalitat Valenciana). 2018. <http://bdb.cma.gva.es> [Consulta: 11 marzo 2018]. Boira, H. 2012. La vegetación de los humedales litorales valencianos: bases para su conservación. Universidad Politécnica de Valencia. Valencia. Costa, M. 1986. La vegetació al País Valencià. Universitat de València. Valencia.
Jiménez, J., Lacomba, I., Sancho, V. & Risueño, P. 2002. Peces continentales, anfibios y reptiles de la Comunidad Valenciana. Generalitat Valenciana. Valencia. Servicio Devesa-Albufera del Ayuntamiento de Valencia. 2010. Restauración de las dunas litorales de la Devesa de la Albufera. Ayuntamiento de Valencia. Valencia. Disponible online en <http://www.albufera.com/parque/content/ restauraci%C3%B3n-de-las-dunas-litorales-de-la-devesa -de-la-albufera>. SIARE (Servidor de Información de Anfibios y Reptiles de España). 2018. <http://siare.herpetologica.es> [Consulta: 1 mayo 2018].
Recopilación de nuevos casos de malformaciones en diferentes individuos de Alytes obstetricans en una población de A Coruña, Galicia Ismael Espasandín Cl. Javier López López, 5. 6ºE. 15009 A Coruña. España. C.e.: ismaelespasandin@gmail.com Fecha de aceptación: 20 de mayo de 2018. Key words: A Coruña, amphibians, common midwife toad, deformities, Galicia, malformations.
Los anfibios poseen una piel permeable sin escamas, plumas o pelos que la protejan del medio externo. Al igual que sus huevos, no tienen una cubierta externa dura e impermeable, lo que hace que puedan absorber sustancias del ambiente (Blaustein, 1994). La ausencia de estas protecciones hace que ciertos agentes, tanto físicos como químicos, afecten a las larvas o a los adultos, produciendo malformaciones o incluso la muerte del individuo.
En las últimas décadas, se han realizado numerosos estudios tratando de explicar las causas más probables relacionadas con los diferentes tipos de anomalías que afectan a muchas especies de anfibios de todo el mundo (véase Ouellet, 2000; Blaustein & Johnson, 2003; Ankley et al., 2004; Lunde & Johnson, 2012).
La infección por parásitos, pesticidas, fertilizantes agrícolas y la radiación ultravioleta se encuentran entre las causas más probables que ocasionan dichas malformaciones. Los efectos combinados de
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diferentes causas, como el ataque de un depredador y la posterior infección por parásitos, han ocasionado la aparición de extremidades supernumerarias o una mayor proporción de casos de polidactilia (presencia de un número superior de dedos) en poblaciones de algunas especies de urodelos (Johnson et al., 2006). En la península ibérica se han citado varios casos de anfibios con algún tipo de malformación, como por ejemplo en Calotriton arnoldi (Martínez-Silvestre et al., 2014) donde se describe el hallazgo de ejemplares polidactílicos y ectrodactílicos (ausencia de una parte o la totalidad de los dedos), o en un trabajo de Zamora-Camacho (2016) donde explica el caso de una hembra de Pleurodeles waltl con polidactilia, sindactilia (malformación que ocasiona la fusión de los dedos) y braquidactilia (reducción de los dedos). En Galicia, Galán (2011) cita la observación de un ejemplar de Triturus marmoratus con polimelia (número superior de extremidades) y un juvenil de Rana temporaria al que le faltaba la extremidad anterior izquierda, en el Parque Natural das Fragas do Eume (A Coruña, Galicia). También se ha publicado recientemente el caso de un espécimen juvenil de Alytes obstetricans polidactílico, en el municipio de A Coruña (Espasandín, 2017). No obstante, normalmente las citas que se reportan se refieren a observaciones puntuales donde se encontró un único ejemplar con algún tipo de malformación. En la presente nota se recopilan una serie de observaciones llevadas a cabo a lo largo del 2017, cuando se realizaba el seguimiento de una población de A. obstetricans localizada en el entorno del monte da Fieiteira (A Coruña; UTM 10x10 km: 29T NH49) donde fueron encontrados cuatro ejemplares diferentes con malformaciones.
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Foto Ismael Espasandín
Figura 1: Vista ventral del ejemplar de A. obstetricans encontrado el 24 de febrero de 2017 en el entorno del monte da Fieiteira (A Coruña). Nótese la ausencia de dedos en la extremidad posterior izquierda (adactilia).
El primero fue hallado el día 24 de febrero de 2017, en una ladera rocosa de granito con pequeños matorrales dispersos de Ulex europaeus y vegetación de porte herbáceo. El espécimen encontrado presentaba un presunto caso de adactilia (falta de dedos) en su extremidad posterior izquierda mientras que los miembros restantes no presentaron ningún tipo de malformación (Figura 1). El ejemplar se encontraba en buen estado, sin ningún síntoma de desnutrición o enfermedad y su anomalía no afectaba aparentemente al correcto desplazamiento del animal. Presentaba unas medidas de 30,36 mm de longitud hocico-cloaca y tras ser fotografiado se liberó en el lugar donde se había encontrado. El segundo ejemplar se encontró el día 21 de septiembre de 2017 en un roquedo granítico con matorral disperso de Ulex europaeus con escasa vegetación herbácea. Se trataba de un ejemplar adulto de A. obstetricans que presentaba malformaciones en su extremidad
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Foto Ismael Espasandín
Foto Ismael Espasandín
Figura 2: Vista ventral del segundo ejemplar de A. obstetricans encontrado el 21 de septiembre de 2017. Se observa claramente la malformación en su extremidad posterior izquierda, pudiéndose apreciar el desarrollo de un supuesto sexto dedo.
Figura 3: Vista ventral del tercer ejemplar encontrado el 30 de septiembre de 2017 a las orillas de una charca de cantera. Se aprecia la unión entre los dedos (sindactilia) de su extremidad anterior derecha.
posterior izquierda (Figura 2). Se apreciaba la aparición de un supuesto sexto dedo en el miembro, además de presentar una clara deformidad en la extremidad que originaba la torsión del cuarto y quinto dígito hacia el interior de la palma. El animal se movía con soltura y la anomalía no parecía afectarle presuntamente en sus desplazamientos, los cuales eran realizados con normalidad. Presentaba una longitud hocico-cloaca de 43,67 mm. Una vez fotografiado, el ejemplar se liberó en la misma zona. El día 30 de septiembre de 2017, fue hallado debajo de una roca situada a las orillas de una charca de cantera, un juvenil de sapo par-
tero que presentaba signos de sindactilia en su miembro anterior derecho (Figura 3). Los cuatro dígitos se encontraban fusionados formando una extremidad compacta, aunque se podía apreciar la posición de los dedos. Su longitud hocico-cloaca fue de 20,66 mm. El animal era capaz de desplazarse correctamente y con total libertad por la zona, no resultando ser un impedimento dicha anomalía. Tras ser medido y fotografiado, se introdujo debajo de la misma piedra donde había sido encontrado. El cuarto individuo se encontró el día 5 de octubre de 2017 en un roquedo granítico con matorral de Ulex europaeus cercano a una plantación de Eucaliptus
Fot o Ism
ael Espasandín
Figura 4: Vista dorsal del cuarto ejemplar de A. obstetricans encontrado el 5 de octubre de 2017. Nótese la ausencia del miembro anterior izquierdo (amelia), no apreciándose cicatriz o herida alguna en la zona.
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globulus. El ejemplar presentaba signos de amelia (falta de un miembro) en el lugar de la extremidad anterior izquierda (Figura 4). No se observó ninguna cicatriz en el cuerpo del animal que pudiese indicar que la extremidad fuera amputada por el ataque de algún depredador o por haber sufrido un accidente, sino que la causa más probable fue un incorrecto desarrollo durante su etapa larvaria. El individuo era capaz de moverse por el entorno, pero se apreciaba que la falta del miembro no le permitía realizar los desplazamientos de forma normal. Aún así, se encontraba en buen estado y no presentaba síntomas de enfermedad o desnutrición. Su longitud hocico-cloaca fue de 27,6 mm y tras fotografiarlo, se liberó in situ. En nuestro caso, no se conocen las causas que han podido originar las malformaciones observadas en los ejemplares de sapo partero encontrados a lo largo del año 2017, pudiendo ser uno o varios los factores que originaron dichas anomalías. En el entorno del monte da Fieiteira, se encuentra una cantera de áridos activa
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actualmente que presenta dos grandes y profundas charcas donde se han encontrado larvas de A. obstetricans y juveniles recién metamorfoseados a las orillas de dichas charcas. Algún tipo de sustancia vertida en el agua o la infección por alguna especie de parásito podrían ser las causas más probables de la aparición de varios ejemplares malformados. Sin embargo, la población de A. obstetricans comparte hábitats con otras especies de anfibios, como Salamandra salamandra, Lissotriton boscai, Triturus marmoratus, Pelophylax perezi y Discoglossus galganoi, de las cuales, durante los muestreos realizados no se observaron individuos con malformaciones. Serán necesarios nuevos muestreos en el futuro para poder entender las causas que provocan la aparición de dichas malformaciones. Agradecimientos: Al Dr. P. Galán por estar presente en algunos de los muestreos realizados. Dar las gracias a la Consellería de Medio Ambiente e Ordenación do Territorio de la Xunta de Galicia por los permisos (EB066/2017) para estudiar las poblaciones de anfibios y reptiles presentes en la provincia de A Coruña.
Referencias Ankley, G.T., Degitz, S.J., Diamond, S.A. & Tietge, J.E. 2004. Assessment of environmental stressors potentially responsable for malformations in North American anuran amphibians. Ecotoxicology and Environmental Safety, 58: 7-16. Blaustein, A.R. 1994. Chicken Little or Nero’s fiddle? A perspective on declining amphibian populations. Herpetologica, 50: 85–97. Blaustein, A.R. & Johnson, P.T.J. 2003. The complexity of deformed amphibians. Frontiers in Ecology and the Environment, 1: 87–94. Espasandín, I. 2017. Nuevo caso de malformaciones en un ejemplar de Alytes obstetricans en una población de Galicia. Boletín de la Asociación Herpetológica Española, 28: 37-38. Galán, P. 2011. Anfibios con malformaciones en el Parque Natural das Fragas do Eume. Boletín de la Asociación Herpetológica Española, 22: 65-67. Johnson, P.T.J., Preu, E.R., Sutherland, D.R., Romansic, J.M., Han, B. & Blaustein, A.R. 2006. Adding infection to
injury: synergistic effects of predation and parasitism on amphibian malformations. Ecology, 87: 2227-2235. Lunde, K.B. & Johnson, P.T.J., 2012. A practical guide for the study of malformed amphibians and their causes. Journal of Herpetology, 46: 429-441. Martínez-Silvestre, A., Amat, F. & Carranza, S. 2014. Natural incidence of body abnormalities in the Montseny newt, Calotriton arnoldi Carranza and Amat, 2005. Herpetology Notes, 7: 277-279. Ouellet, M. 2000. Amphibian deformities: current state of knowledge. 617-661. In: Linder, G., Bishop, C.A. & Sparling, D.W. (eds.). Ecotoxicology of Amphibians and Reptiles. Society of Environmental Toxicology and Chemistry (SETAC) Press. Pensacola, Florida. Zamora-Camacho, F.J. 2016. Anomalías múltiples en diversas extremidades en Pleurodeles waltl. Boletín de la Asociación Herpetológica Española, 27: 17-19.
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Efecto de los temporales atlánticos invernales sobre la población de Discoglossus galganoi de los acantilados costeros de Galicia Pedro Galán & Silvia Rodríguez-Fernández Universidade da Coruña. Grupo de Investigación en Bioloxía Evolutiva (GIBE). Departamento de Bioloxía. Facultade de Ciencias. Campus da Zapateira, s/n. 15071 A Coruña. España. C.e.: pgalan@udc.es Fecha de aceptación: 27 de febrero de 2018. Key words: Amphibians, atypical breeding ponds, brackish water, Discoglossus galganoi, mortality, water salinity.
Las costas del noroeste ibérico son afectadas con cierta frecuencia por fuertes temporales, durante los cuales las olas barren las playas y los acantilados. Uno de los más fuertes de los últimos años se produjo desde octubre de 2013 hasta marzo de 2014, cuando una serie de profundas borrascas y ciclogénesis explosivas afectaron a las costas atlánticas y cantábricas de la península ibérica. Algunas fueron especialmente virulentas, como las ciclogénesis “Dirk” en enero y “Cristina” en marzo de 2014. La mayor parte de ellas produjeron vientos por encima de los 100 kilómetros por hora y olas de hasta 10 metros (puntualmente de hasta 12 metros). Las costas gallegas se vieron especialmente afectadas, penetrando el mar hasta la parte más alta de los acantilados y arrasando las playas (Agencia EFE, 2014; Becerra, 2014; El País, 2014). Estos fuertes temporales se repiten con cierta frecuencia, habiéndose producido otros en el presente año 2017 (e.g., Rodríguez, 2017). En la costa gallega existen poblaciones de Discoglossus galganoi que se reproducen en las charcas de los acantilados marinos, que se forman en las depresiones de las rocas, alimentadas por agua de lluvia y escorrentías (Galán, 2003, 2007, 2014). Esas charcas se vieron completamente inundadas por agua de mar durante los temporales por la fuerza del oleaje, que desplazó también grandes bloques de roca y arrasó el matorral inmediato a los acantilados. En esta nota describimos el efecto de estos temporales, sobre dos poblaciones de sapillo
pintojo ibérico que habitan y se reproducen en dos acantilados marinos de Galicia. Después de un período casi ininterrumpido de intensos temporales y ciclogénesis que se abatieron sobre la costa gallega durante todo el invierno 2013-2014, a principio de marzo de 2014 (inmediatamente después de su término, en cuanto los servicios de seguridad permitieron el acceso al perímetro costero) se muestrearon los acantilados costeros de la Torre de Hércules y del Monte de San Pedro, ambos en el entorno de la ciudad de A Coruña (UTM 1x1 km: acantilado de A Galera, Torre de Hércules: 29T NJ4804; acantilado de Punta Paredes, A Zambela, Monte de San Pedro: 29T NJ4503), con el fin de evaluar los daños producidos en las charcas de cría de D. galganoi. En estos acantilados existen charcas de agua dulce estacionales, originadas por las lluvias y las pequeñas escorrentías, que se sitúan en las grietas y oquedades de las rocas de los acantilados y donde habitualmente se reproducen unas poblaciones de D. galganoi (Galán, 2014). Este anfibio depende de estos pequeños medios acuáticos para reproducirse, ya que en la parte superior de éstos y en el entorno terrestre, no existen medios acuáticos adecuados o son muy escasos. Estas charcas se localizan en la parte superior o media de los acantilados marinos, sobre un sustrato de roca granítica y prácticamente desprovistos de vegetación, a una distancia de 5-20 metros del mar, dependiendo del nivel de las mareas, y a 4-10 msnm. Se encuen-
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tran, por lo tanto, en la zona supralitoral, en lugares muy expuestos a las salpicaduras del mar en costas abiertas (Galán, 2014). Estas poblaciones de D. galganoi están siendo sometidas a seguimiento desde hace años por uno de nosotros (PG). En los muestreos realizados en marzo de 2014 comprobamos que el oleaje de los temporales había cubierto por completo los acantilados en varias ocasiones, alcanzado la parte más alta de éstos, incluso las zonas de matorral y herbazal circundantes, arrasando la vegetación (Figuras 1a y b). Todas las charcas de cría de D. galganoi habían sido cubiertas por el oleaje, por lo que, en ese momento, en vez de agua dulce, tenían agua marina salada. Todas las larvas y/o puestas de
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D. galganoi que estaban presentes en las charcas (observadas en muestreos no sistemáticos realizados en noviembre de 2013, antes de los temporales), habían desaparecido. Este oleaje había incluso desplazado grandes bloques de roca y arrasado el matorral de Ulex europaeus y Erica cinerea próximo a los acantilados. En diversos puntos había levantado toda la vegetación y parte del sustrato de tierra subyacente situada más al interior que los acantilados, dejando la roca desnuda en algunas zonas (Figuras 1a y b). Se midió la concentración salina (en partes por millón) del agua de las charcas en las rocas de los acantilados y la presencia en ellas de larvas de D. galganoi, diferenciando aquellas que recibían b
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Fotos Pedro Galán
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Figura 1: Aspecto de las zonas de acantilado donde se reproducen poblaciones de D. galganoi, después del efecto de los fuertes temporales del invierno 2013-2014. Las charcas de cría quedaron llenas de agua marina y el efecto de las olas arrasó la escasa vegetación, incluso el matorral de la parte superior de los acantilados (fotografía b). a) y c): Monte de San Pedro; b) y d): Torre de Hércules; todas ellas en A Coruña.
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aportes de agua dulce de escorrentías que descendían de zonas más altas de los acantilados o de las áreas vegetadas, de las que no los recibían y su único aporte de agua dulce procedía directamente de la lluvia. El grado de salinidad del agua en las charcas de los acantilados se comprobó mediante un analizador de agua con microprocesador Wisemann Klein WK056. La búsqueda de larvas en las charcas y las mediciones de salinidad se realizaron en dos momentos: inmediatamente después del término de los temporales (6 de marzo de 2014) y cuando había transcurrido aproximadamente un mes (8 de abril de 2014). Durante los temporales más fuertes, de diciembre de 2013 a principios de marzo de 2014, el agua de las charcas de los acantilados donde se reproduce D. galganoi, habitualmente dulce al proceder de la lluvia o de escorrentías que descienden de las zonas vegetadas, se convirtió en salada, al ser cubiertas repetidamente por las olas. En mediciones puntuales se comprobó que en todos los casos la salinidad del agua de estas charcas superaba las 10.000 ppm (se trataba, por lo tanto, de agua salada marina). En ese período de fuertes temporales (diciembre-febrero) no se encontró ningún anfibio en ellas. Durante el muestreo realizado inmediatamente después de los temporales (el 6 de marzo de 2014), la salinidad en las charcas era todavía muy elevada, ya que la mayor parte del agua que contenían procedía del oleaje marino. Consecuentemente, en la mayoría de las charcas no se encontraron larvas, aunque sí se pudieron encontrar en cinco de ellas (una en el Monte de San Pedro, 6,25%, n = 16 y cuatro en la Torre de Hércules, 22,2%, n = 18). Estas charcas con larvas recibían pequeñas escorrentías de agua dulce proveniente de la zona superior del acantilado, por lo que su salinidad, aunque elevada, era mucho menor que el resto de las examinadas, que no contenían
larvas (diferencias significativas en la salinidad entre las charcas que reciben y no reciben agua dulce; U de Mann-Whitney: U = 3,0; z = -4,403; P < 0,001; Figura 2). Un mes después de finalizar los temporales (el 8 de abril de 2014), el número de charcas con larvas había aumentado considerablemente, especialmente en aquellas que recibían escorrentías de agua dulce, por lo que su grado de salinidad era mucho menor (diferencias en la salinidad entre las charcas que reciben y no reciben agua dulce también significativas; U de Mann-Whitney: U = 46,5; z = -3,661; P < 0,001; Figura 2). En este momento era ya mayoritario el número de charcas con presencia de larvas (Monte de San Pedro: 70,6%, n = 34; Torre de Hércules: 66,7%, n = 54). Como era esperable, la presencia de larvas fue mayor en aquellas charcas que recibían aportes de agua dulce procedente de escorrentías, que en las que sólo la recibían de las lluvias y que, por lo tanto, tenían un mayor grado de salinidad. Pese a esto, es interesante destacar que también se encontraron larvas en charcas con un grado elevado de salinidad (Figura 2). En algunas de estas charcas, este grado es tan alto, que al evaporarse el agua se apreciaba una costra de sal adherida a la roca (Figura 3a). La primera referencia de reproducción de un anfibio ibérico en charcas con un notable incremento de la salinidad debida al agua marina, al estar situadas en acantilados al borde del mar, fue señalada en Pelophylax perezi en Portugal (Sillero & Ribeiro, 2010). Estos autores encontraron larvas de este anuro en charca con un 3‰ y 11‰ de salinidad. También observan una marcada reducción de la salinidad en las charcas que reciben escorrentías de agua dulce. En P. perezi ya se había observado su reproducción en aguas con 0,75 g/l de NaCl en las islas Baleares (García-París et al., 2004).
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Figura 2: Salinidad (en ppm) de las charcas de los acantilados de la Torre de Hércules y Monte de San Pedro (ambos en A Coruña) que utiliza D. galganoi para reproducirse, en dos períodos diferentes: inmediatamente después del término de los temporales (6 de marzo de 2014) y transcurrido aproximadamente un mes (8 de abril de 2014). Se diferencian las charcas donde se observaron larvas de las que no las contenían y las charcas que reciben aportes de agua dulce procedente de escorrentías de las que no las recibían. Las barras indican el valor medio de la salinidad y las líneas verticales el error estándar. También se indica el tamaño de la muestra (N) en cada caso.
La especie de anfibio ibérica que se ha observado reproduciéndose en aguas de elevada salinidad es Epidalea calamita, citándose su reproducción en aguas salobres con una salinidad que oscila entre un 0,2‰ y un 22‰ (Gómez-Mestre & Tejedo, 2003). En nuestro caso, en D. galganoi de los acantilados costeros de Galicia, lo que pudimos comprobar, aparte de su capacidad de reproducción en aguas salobres, es la rapidez con que este anfibio recoloniza las charcas de cría arrasadas por los temporales marinos, ya que apenas unos días después de finalizar éstos, ya se encontraron algunas larvas en las charcas y sólo un mes después (en abril de 2014), habían vuelto a reproducirse en la mayoría de estas pozas, aunque algunas de ellas aún mostraban un grado relativamente elevado de salinidad. Esto resulta más notable si tenemos en cuenta que
el mar también afectó a la orla de matorral que rodea los acantilados, donde el sapillo pintojo vive durante su fase terrestre (Galán, 2014). Es evidente que los adultos reproductores debieron sobrevivir en zonas más alejadas del acantilado, lejos del efecto de las olas y de los temporales. Sin embargo, esto no es tan obvio en la población de la Torre de Hércules, donde hacia el interior de la orla de matorral (que se vio muy afectada por el agua salada y la acción mecánica de las olas; Figura 1b), se extiende un herbazal raso, poco favorable para esta especie. Resulta notable que este anfibio logre reproducirse en charcas con un grado elevado de salinidad, ya comprobado en el caso de las islas atlánticas de Galicia (Galán, 2003). Desconocemos si la capacidad de desarrollarse en aguas salobres es una característica de toda la especie o se ha producido sólo en estas poblaciones que
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se reproducen en acantilados al borde del mar. El agua de las charcas de los acantilados donde crían estas poblaciones, independientemente de acontecimientos como estos fuertes temporales (que de forma puntual las arrasan), de manera continua reciben aportes de agua salada procedente de la nebulización del agua marina a causa del oleaje, debido a su gran proximidad al mar (Galán, 2014). Por lo tanto, sería de esperar algún tipo de adaptación local a nivel de poblaciones a niveles relativamente elevados de salinidad en las larvas como se ha observado en E. calamita (Gómez-Mestre & Tejedo, 2003). También resulta notable la rapidez de recolonización de las charcas de los acantilados, nada más terminar los fuertes temporales, en la misma
estación reproductora. Es evidente que los adultos reproductores sobrevivieron a los temporales en las zonas con vegetación cercanas a los acantilados, pero más alejadas del mar, a pesar de que el oleaje también dañó esta vegetación en la zona inmediata a éstos (Figura 1b), lo que pudo originar al menos una cierta mortalidad. Sin embargo, por el elevado número de larvas y puestas detectadas un mes después de los temporales, se puede deducir que la mortalidad de los adultos reproductores a causa de los temporales no fue elevada, lo que resulta sorprendente dado el estado en que quedó el perímetro costero como consecuencia del oleaje. En un estudio anterior (Galán, 2014) se observó que D. galganoi selecciona para reproducirse b
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Fotos Pedro Galán
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Figura 3: Charcas de los acantilados de A Coruña. Después de descender su salinidad al ser vueltas a llenar por el agua dulce de lluvia y de las escorrentías, se observó de nuevo a D. galganoi reproduciéndose en ellas, aunque su nivel de salinidad era aún elevado. En la foto a) se aprecia la sal seca pegada a la roca, sobre el nivel de agua, donde ya hay larvas de este anfibio
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las charcas que además del agua de lluvia, reciben aportes de escorrentías procedentes de la zona alta de los acantilados. Este aporte de agua dulce disminuye con rapidez la concentración salina del agua de las charcas, lo que permite que sean recolonizadas por estos anfibios poco tiempo después de ser alteradas por el agua de mar. Se ha podido comprobar en el presente trabajo que la concentración salina de las charcas que recibían estas escorrentías era mucho menor que las que no la recibían (Figura 2), lo
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que permite que se vuelvan a alcanzar niveles relativamente bajos de salinidad y se pueda reanudar la reproducción en estos medios en corto tiempo. Naturalmente, también son importantes para contrarrestar la salinidad de las charcas los aportes de agua dulce procedentes de las lluvias, que suelen ser abundantes durante el período invernal y primaveral. A pesar de esto, se ha comprobado que este anfibio también puede reproducirse en charcas con unos niveles de salinidad relativamente elevados.
Referencias Agencia EFE. 2014. El temporal vuelve a cebarse con Galicia y la costa cantábrica. El Mundo. 3 de marzo de 2014. <http:// www.elmundo.es/espana/2014/03/03/5314aaa7e2704ec 9708b457d.html> [Consulta: 5 marzo 2014]. Becerra, J. 2014. El temporal arrasa con el paseo marítimo de A Coruña. La Voz de Galicia. 2 de febrero de 2014. <https:// www.lavozdegalicia.es/noticia/coruna/2014/02/02/temporal -arrasa-paseo-maritimo/00031391340447669924905.htm> [Consulta: 3 febrero 2014]. El País. 2014. El temporal provoca olas gigantes de hasta 13 metros de altura en el Cantábrico. El País. 3 de febrero de 2014. <https://elpais.com/elpais/2014/02/03/actualidad/ 1391412691_659227.html> [Consulta: 3 febrero 2014]. Galán, P. 2003. Anfibios y reptiles del Parque Nacional de las Islas Atlánticas de Galicia. Faunística, biología y conservación. Serie Técnica. Organismo Autónomo Parques Nacionales. Ministerio de Medio Ambiente. Madrid. Galán, P. 2007. Discoglossus galganoi (West Iberian Painted
Frog). Predation. Herpetological Review, 38 (3): 322. Galán, P. 2014. Hábitat reproductor y ciclo anual de Discoglossus galganoi en acantilados marinos de Galicia. Boletín de la Asociación Herpetológica Española, 25 (1): 23-29. García-París, M., Montori, A. & Herrero, P. 2004. Amphibia. Lissamphibia. Museo Nacional de Ciencias Naturales. CSIC. Madrid. Gómez-Mestre, I. & Tejedo, M. 2003. Local adaptation o an anuran amphibian to osmotically stressful environmentes. Evolution, 57: 1889-1899. Sillero, N. & Ribeiro, R. 2010. Reproduction of Pelophylax perezi in brackish water in Porto (Portugal). Herpetology Notes, 3: 337-340. Rodríguez, M. 2017. El temporal sacude Galicia con olas de hasta 10 metros y rachas de viento de 160 km/h. La Opinión, A Coruña. 3 de febrero de 2017. <http://www.laopinioncoruna.es/galicia/2017/02/03/temporal-sacude-galicia-olas-10/1149134.html> [Consulta: 4 febrero 2017].
Nuevos datos sobre la reproducción de Trachemys scripta en Galicia Miguel Domínguez Costas & César Ayres AHE-Galicia. Cl. Barcelona, 86. 6º C. 36211 Vigo. Pontevedra. España. C.e.: sare-galicia@herpetologica.org Fecha de aceptación: 14 de mayo de 2018. Key words: breeding, NW Spain, red eared slider.
El galápago de orejas rojas ha sido introducido en la mayor parte de la península ibérica (Martínez-Silvestre et al., 2015). En Galicia la especie se ha observado en diversos tipos de medios
acuáticos (charcas, remansos de ríos, embalses y explotaciones mineras), en sus cuatro provincias (Ayres, 2001). Se ha comprobado la reproducción de Trachemys scripta elegans en condiciones semi-
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naturales en el Baixo Miño (Pontevedra), desde la segunda mitad de la década de 1990 (Galán, 1999). En Portugal se ha confirmado experimentalmente la capacidad de reproducción en cautividad y en condiciones naturales al norte del país (Alves, 2013), y recientemente se han publicado datos de reproducción en el sur del mismo (Martins et al., 2018). Durante un muestreo herpetológico en el tramo final del río Miño (UTM NG35, Ayuntamiento de Tui) se capturó un neonato de T. scripta (ver Figura 1) en julio de 2016, en una zona inundable temporal adyacente al cauce principal del río. El ejemplar presentaba el patrón de coloración típico de la subespecie T. s. elegans, similar al de los adultos detectados en la zona.
Foto Miguel Domínguez Costas
Figura 1: Neonato de T. scripta capturado en el tramo final del Miño.
Esta cita supone la confirmación de que la reproducción de la especie en el medio natural en Galicia es posible, aunque el número de adultos detectados hasta el momento sea bajo.
Referencias Alves, A. 2013. Estudos sobre a capacidade de reprodução de Trachemys scripta e Pseudemys concinna em condições naturais, no Litoral Norte de Portugal. Dissertação de mestrado em Engenharia Zootécnica. Universidade de Trás-os-Montes e Alto Douro. Vila Real. Ayres, C. 2001. La situación de Trachemys scripta elegans en Galicia. Informe no publicado. Asociación Herpetológica Española, Vigo. Galán, P. 1999. Conservación de la herpetofauna gallega. Universidade da Coruña. Servicio de Publicaciones. A Coruña.
Martínez-Silvestre, A., Hidalgo-Vila, J., Pérez-Santigosa, N. & Díaz-Paniagua, C. 2015. Galápago de Florida – Trachemys scripta. In: Salvador, A. & Marco, A. (eds.). Enciclopedia Virtual de los Vertebrados Españoles. Museo Nacional de Ciencias Naturales, Madrid. <http://www.vertebradosibericos.org/> [Consulta: 12 abril 2018]. Martins, B.H., Azevedo, F. & Teixeira, J. 2018. First reproduction report of Trachemys scripta in Portugal-Ria Formosa Natural Park, Algarve. Limnetica, 37(1): 61-67.
Crónica de una ranita meridional (Hyla meridionalis) viajera, o de cómo puede originarse una translocación involuntaria Mariano Paracuellos, Sergio Mato & Huberto García Grupo de Investigación de Ecología Acuática y Acuicultura. Universidad de Almería. Cl. Conde de Barcelona, 52. El Ejido, 04700. Almería. España. C.e.: mparacuellos@gmail.com Fecha de aceptación: 25 de mayo de 2018. Key words: Hyla meridionalis, Morocco, possible translocation, United Kingdom.
La introducción de herpetofauna exótica ha sido ampliamente descrita para Europa. Si bien desde antes del Neolítico ya se conocen casos, es en épocas recientes cuando, por
la facilidad de los viajes y el transporte, así como por la globalización del comercio, estos acontecimientos se han hecho cada vez más frecuentes (Vigne, 2005; Pascal et al., 2006; Santos et
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Figura 1: Ejemplar de ranita meridional (H. meridionalis) encontrado en la caja de judías verdes (P. vulgaris) probablemente translocada desde Marruecos a Reino Unido mediante transporte hortofrutícola refrigerado.
al., 2015).
Sin embargo, hasta la fecha son pocos y aislados los casos conocidos del proceso material de dichas translocaciones (e.g., Gómez
de Berrazueta et al., 2009; Cabana & Fernández, 2010; Valdeón et al., 2010; Piorno et al., 2017), a pesar de la
importancia que conlleva conocer los mecanismos mediante los cuales ejemplares alóctonos han sido desplazados desde sus áreas originales a las colonizadas (Lever, 2003; Jeschke & Strayer, 2005; Kraus, 2009). La ranita meridional (Hyla meridionalis) es un anfibio para el que parece confirmarse su introducción en algunas zonas de Europa desde África (Recuero et al., 2007), pero se echan en falta evidencias concretas que puedan confirmar las posibles vías de introducción y los mecanismos que hoy en día pueden Figura 2: Reconstrucción del viaje de la ranita meridional (H. meridionalis) probablemente translocada desde Marruecos a Reino Unido mediante transporte hortofrutícola refrigerado. El 9 de septiembre de 2010, junto con la cosecha de judías, el ejemplar probablemente se introdujo en una de las cajas en la localidad inicial (invernadero de origen en Akbate, Kenitra, Marruecos). Después del traslado y manejo de las cajas de judías en el almacén de Akbate (9-10 de septiembre), las cajas de judías se transportaron a lo largo de 587 km hasta el almacén de redistribución (Las Norias de Daza, España; 10-11 de septiembre). Finalmente, las cajas se transportaron durante 2.232 km hasta el almacén de destino en Tonbridge (Reino Unido; 11-14 de septiembre).
seguir actuando en pro de nuevos traslados de individuos entre ambos continentes. En la presente nota se ofrecen evidencias detalladas de un posible caso de transporte indirecto de ranita meridional probablemente acaecido desde las poblaciones nativas magrebíes, a través de su paso por la península ibérica, hasta el sur de Gran Bretaña. Se evita expresamente la mención de los nombres de las entidades implicadas con objeto de respetar su privacidad. El 14 de septiembre de 2010, una empresa de Tonbridge (Tonbridge and Malling, Kent, Reino Unido), de comercialización de hortalizas extratempranas importadas desde Marruecos, dio el aviso a su socio comercial de España, en-
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cargado del transporte intercontinental (Las Norias de Daza, El Ejido, Almería, España), de que a su almacén de destino en Tonbridge (51º11’N / 00º23’W) había llegado un anfibio vivo y en buen estado de salud dentro de una de las cajas empaquetadas de judías verdes (Phaseolus vulgaris) recolectadas en el país norteafricano de origen. La alarma se originó por el hecho de que no es bienvenida en el ámbito de la comercialización hortofrutícola la presencia de elementos extraños en el empaquetado, por considerarse posibles contaminantes que podrían poner en peligro la seguridad alimenticia exigida (Dirección General de Sanidad de la Producción Agraria, 2015). Dada la queja, la empresa española se puso en contacto con uno de los coautores (MP) para preguntar el modo en que tal animal habría podido introducirse en la caja de verdura. El individuo se identificó como un ejemplar adulto de H. meridionalis (Figura 1), una especie cuyo rango de distribución no abarca Gran Bretaña (Sillero et al., 2014), por lo cual el individuo debía proceder de España o Marruecos. La duda se debe a que si bien las cajas de judías procedían de Marruecos, pasaron por el almacén de la empresa de transporte en Las Norias de Daza (España) antes de proseguir su viaje a Inglaterra, de modo que existía incertidumbre acerca de cuál pudo haber sido el lugar de entrada de la ranita a la caja, teniendo en cuenta los dos posibles momentos más factibles: (a) cuando se empaquetaron las judías tras su recolección en Akbate (Kenitra, Marruecos, 34º28’N / 6º29’W), o (b) cuando se redistribuyeron las cajas empaquetadas para proseguir su transporte en el almacén de Las Norias de Daza (36º45’N / 2º43’W), ya que junto a ambas localizaciones existen hábitats propicios de donde pudo haber provenido el ejemplar. No obstante, en el humedal de la cañada de las Norias, contiguo al almacén de manipulado de las cajas de hortalizas de las Norias de Daza, no
existe presencia conocida del anfibio. La población más cercana conocida de H. meridionalis, la de las albuferas de Adra (Paracuellos et al., 2017), se encuentra a un mínimo de 20 km de distancia del almacén. Además, las cajas llegaban de forma reglamentaria (ya empaquetadas y precintadas) a España desde Marruecos, de modo que, con ello, se limita sobremanera la entrada de cualquier elemento externo a su interior (Dirección General de Sanidad de la Producción Agraria, 2015). Por el contrario, los invernaderos donde había sido realizada la recolección y el almacén de empaquetado de las judías verdes se encontraban en la fachada atlántica norte de Marruecos, concretamente en las proximidades de Kenitra, en plena área de distribución de una de las principales poblaciones nativas de ranita meridional, donde la especie es abundante (Schleich et al., 1996; Recuero et al., 2007; M. Tapia, comunicación personal). Dados los distintos escenarios, parece más obvia, por tanto, la entrada del espécimen en la caja de hortalizas en Akbate, Marruecos. Teniendo en cuenta las normas legales de trazabilidad aplicables al transporte hortofrutícola en Europa (Reglamento 178/2002 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 28 de enero de 2002; DO L 31 de 01/02/2002),
puede reconstruirse el probable recorrido del ejemplar transportado mediante camiones refrigerados, que en tan solo cinco días pudo ser trasladado a lo largo de 2.819 km desde Marruecos al Reino Unido (Figura 2). Al estado saludable con el que llegó a destino la ranita translocada pudo haber contribuido el que la verdura, por norma, no debía tener trazas de pesticidas, y se trasladó refrigerada a 4-7ºC (lo cual contribuyó a minimizar el estado de actividad metabólica del anfibio durante el trayecto) y al 95% de humedad relativa ambiente (Duell-
man & Trueb, 1994; Kitinoja & Kader, 2003; BRC Global Standards, 2018; GlobalG.A.P. 2018).
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Dados los condicionantes, la presente contribución se constituiría como un ejemplo pormenorizado de translocación intercontinental descrita para H. meridionalis desde su área de distribución original en África a una zona distante donde se considera foránea en Europa. Por lo tanto, tal cita se encontraría en consonancia con las pruebas genéticas ya encontradas acerca de la introducción de la especie probablemente por
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acción humana, al menos en el norte de España y sur de Francia, mediante ejemplares procedentes del Magreb, lo cual contribuiría a su inusual patrón de distribución filogeográfica, tal y como ya han señalado Recuero et al. (2007). Agradecimientos: Se agradece a J.M. Pleguezuelos y E. González-Miras la revisión de la nota, así como a M. Tapia la aportación de información.
Referencias BRC Global Standards. 2018. <https://www.brcglobalstandards.com> [consulta: 11 marzo 2018]. Cabana, M. & Fernández, D. 2010. Nueva vía de entrada de rana toro (Lithobates catesbeianus) en la Península Ibérica. Boletín de la Asociación Herpetológica Española, 21: 101-104. Dirección General de Sanidad de la Producción Agraria 2015. Guía de buenas prácticas de higiene en la producción primaria agrícola. Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente. Madrid. Duellman, W.E. & Trueb, L. 1994. Biology of Amphibians. The Johns Hopkins University Press. Baltimore, London. Global G.A.P. 2018. <https://www.globalgap.org/es> [consulta: 11 marzo 2018]. Gómez de Berrazueta, J.M., Fernández, A.M., González, C.D. & González, A. 2009. Un polizón en un saco de patatas: transporte accidental de Mauremys leprosa desde Sevilla a Cantabria. Boletín de la Asociación Herpetológica Española, 20: 111-112. Jeschke, J.M. & Strayer, D.L. 2005. Invasion success of vertebrates in Europe and North America. Proceedings of the National Academy of Sciences USA, 102: 7198-7202. Kitinoja, L. & Kader, A.A. 2003. Técnicas de manejo poscosecha a pequeña escala: manual para los productos hortofrutícolas. Series de Horticultura Postcosecha, 8. Universidad de California. Davis. Kraus, F. 2009. Alien reptiles and amphibians: a scientific compendium and analysis. Springer. Dordrecht. Lever, C. 2003. Naturalized reptiles and amphibians of the world. Oxford University Press. Oxford. Paracuellos, M., Fernández-Cardenete, J.R., González-Miras, E., Molina-Pardo, J.L., Ruiz, A., Enciso, J.P., Díaz, J.M., Jankowski, P., Palmero, M., Benavides, S., Cruz, A., Palao, J.M. & López-Acosta, P. (2017). Posible declive de Hyla meridionalis en su extremo de distribución del sudeste ibérico. Boletín de la Asociación Herpetológica Española, 28: 62-69. Pascal, M., Lorvelec, O. & Vigne, J.D. 2006. Invasions biologiques et extinctions: 11000 ans d’histoire des vertébrés en France. Quae. Versalles.
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Recensión bibliográfica
Snakes of Europe, North Africa & the Middle East. A photographic guide. Autor: Philippe Geniez. Princeton Univers. Press. 379 páginas. Idioma: Inglés. Precio aprox.: 28 euros.
This book was originally published in French with the name Serpents d’Europe, d’Afrique du Nord, et du Moyen-Orient (Delachaux et Niestlé, 2015). The present translation widens the readership of the work, which now fully covers both sides of the Mediterranean Sea. The bilingual nature of the full work is a clear advantage. In fact, the present work represents a much-needed update from a previous work of Ulrich Gruber, originally published in German with the name Die Schlangen Europas und Rund ums Mittelmeer (Franckh-Kosmos Verlags-GmbH & Co., 1989). The increasing knowledge in species distribution over the region and the profound changes in the taxonomic and systematics of the group over the last years demanded a rigorous revision and update. This book certainly has the merit of achieving successfully such revision. The book is structured in three main sections. The first introductory section provides an overview of snakes, including concepts on morphology, diet, reproduction, taxonomy and systematics. This section is superbly illustrated with photographs and drawings that help understanding some key-features of snake biology. The text on Reproduction (pg. 16) is particularly appealing and
excellently illustrated. The most relevant aspects of the chemical composition, the physical effects, and the cultural uses of snake venom are given (pg. 25), as well as a very useful instruction list of immediate care following a snakebite incident from a venomous snake. There is also information about habitat use, community ecology, and conservation, but contrarily to the initial texts of this section, these parts are less well developed. For instance, it would have been important to include information (in a headed
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text) about where and when to find snakes in the wild, to help beginners finding easily animals. The need for the development of measures that ensure the conservation of snakes and that contribute for a general change of public attitude towards snakes is highlighted, which is a very relevant and timely subject to which the present book adds another useful contribution. However, the text is relatively short and misses some key information: how many threatened snakes are found among the 123 species presented in the book? Which are the ones most threatened and by which factors? Data on Red List status could have been added to the final summary table (pg. 366). The book also explores basic concepts around keeping snakes in captivity. The colour scheme used to group snakes according to taxonomic properties in the book contents is very useful to find relevant information easily. The second section is naturally the most extensive of the book and presents a detailed account of snakes of Europe, North Africa and the Middle East. Species accounts are ordered following the phylogenetic relationships of the seven snake families recorded in the region. Although an alphabetical order within each family was not strictly necessary, still it was desirable for the sake of readability. In fact, the use of a phylogenetic ordering requires the preliminary presentation of the phylogenetic position of each species. This should have been done either presenting a phylogenetic tree or a simple table with the species order along the book. Without such information, the inexpert reader will need to search around until finding a specific species or to resort constantly to the index of names in the end of the book. For each species, it is provided information on Latin and common names, as well as former designation that were used for many years. This is especially useful to the older readers, who were familiarised with designations that have been discontinued in
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the meantime. The book also provides information about the systematic position of each species, identification features, venom properties (when it applies), ecological requirements, general information about biological traits, including activity, behaviour, diet, reproduction, and distribution. When relevant, information is also given on geographic variation and subspecific status of populations. Distribution maps depict the extent of occurrence of each species as range polygons. The scale of maps varies across species and depends on the range size, with smaller ranges being depicted with zoomed distributions. Although this solution maximizes the visible range area, it forces a continuous identification of map location within the region across species. A standard baseline map, pointing the overall location of the range within the region, accompanying the zoom maps would have facilitated map reading. In most cases, the zooms could even increase over the range. In some cases, the range maps are relatively coarse, as in the Atlas dwarf viper (pg. 306), and depict unsuitable areas for the species inside the range polygon. The use of range polygons is understandable given the nature of the photographic guide, but in some cases suggests extensive continuous areas of species occurrence that are not realistic, such as in the case of the Horned viper (pg. 339) or the Sahara sand viper (pg. 345). Readers should take the range maps as general guiding indications to where the species may be found. Almost all species (with few exceptions of very rare species, e.g. pg. 280) are superbly illustrated by clear photographs that support the identification. Photographs of distinct phenotypes allow visualising the described geographic variation, as in the case of the Latasteâ&#x20AC;&#x2122;s viper (pg. 304) or the Nose-horned viper (pg. 308). As a photographic guide, the quality of the photographs is outstanding and will likely generate the desire in the reader to actually see these beautiful animals in the wild. Supplementary illustrations
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highlight key anatomical features relevant for species identification. The third section provides a useful summary table of all species, country by country, with detailed information on status of observations per country regarding: native, endemic, extinct, introduced, sea snakes, and uncertain. The order of the countries in the columns of the table follows the geographic distribution of countries within the region, which has the advantage of allowing comparisons among neighbouring countries but forces the reader to search around for a specific country. In fact, the last line of the table, providing the total number of species recorded in each country is useful but a second line weighting number of species by the area of each country would allow a much more interesting comparison of snake diversity among
countries. This section also offers a selection of bibliographic references for the readers willing to extend knowledge, indexes of English and scientific names, and the list of photographers. The book provides a fully up-to-date and comprehensive photographic field guide to the snakes of Europe, North Africa and the Middle East, generously illustrated with colour photographs, and certainly deserves its place with both the passionate snake fan and the occasional naturalist.
José Carlos Brito1, 2 CIBIO/InBIO, Centro de Investigação em Biodiversidade e Recursos Genéticos. Universidade do Porto. Rua Padre Armando Quintas, 11. 4485-661 Vairão. Portugal. C.e.: jcbrito@cibio.up.pt 2 Departamento de Biologia da Faculdade de Ciências. Universidade do Porto. Rua Campo Alegre. 4169-007 Porto. Portugal. 1
Snakes of Europe, North Africa & the Middle East. A photographic guide. Autor: Philippe Geniez. Princeton Univers. Press. 379 páginas. Idioma: Inglés. Precio aprox.: 28 euros.
Philipe Geniez, conocido biólogo y herpetólogo francés, autor de varios atlas y guías de referencia sobre la herpetofauna de Europa y el norte de África, así como de multitud de artículos científicos, es autor del libro Snakes of Europe, North Africa & the Middle East. A photographic guide. La obra, publicada anteriormente en francés en el año 2015, se presenta ahora en lengua inglesa, traducida por Tony Williams, contando con casi 380 páginas a color, en formato pequeño (19 x 13,5 cm). Geniez repasa 123 especies de serpientes distribuidas en el Paleártico occidental, introduciendo varias generalidades sobre los ofidios y, posteriormente, listando las especies y detallando diversos aspectos de su historia de vida, biogeografía y ecología. En la parte gráfica, el autor incorpora varios dibujos, mapas de dis-
tribución y, tal y como dice el título del libro, multitud de fotografías ilustrando los ofidios. Muchas de las fotografías son autoría del propio Geniez, mientras que otras han sido cedidas por una veintena de colaboradores. En el primer apartado sobre generalidades se explican brevemente diferentes aspectos relacionados con la morfología, la locomoción, los órganos de los sentidos, la dieta, la fisiología, la reproducción y el comportamiento de las serpientes. Existen a continuación breves apartados sobre el veneno de las serpientes, los biotopos donde se encuentran, sus depredadores, así como otros dos apartados sobre medidas de conservación y el mantenimiento en cautividad. Justo antes de la parte principal del libro, esto es el listado detallado de especies, Geniez explica de manera sucinta la clasificación taxonómica de las
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serpientes. El autor se basa principalmente en el trabajo filogenético de Pyron et al. (2013); es por ello que el número de especies, así como las relaciones entre ellas, se pueden considerar actualizadas hasta la fecha de esta publicación. El listado detallado de especies se hace por orden taxonómico, primero explicando las características de la familia, subfamilia o género, y después pasando a cada especie. El apartado dedicado a cada especie consta de un encabezado con el nombre vernáculo en inglés, el nombre científico y autor de la especie, la familia y subfamilia, y los nombres vernáculos en francés y alemán. También se incluye un pequeño mapa donde se representa un polígono con el rango de distribución de cada especie, delimitado a partir del libro de Sindaco et al. (2013). Cada apartado cuenta con información, variable en extensión para cada caso, sobre la identificación morfológica, el veneno, el hábitat, los hábitos, la dieta, la reproducción, el rango de distribución y la variación geográfica de las especies en cuestión, incluyendo algunas veces un texto final con observaciones. Varias fotografías ilustran la especie en cuestión; muchas veces se trata de fotografías de diferentes coloraciones o las típicas de las subespecies, en otros casos detalles de la cabeza o el cuerpo.
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Tras los textos de las especies, Geniez incluye una tabla señalando los países en los que aparece cada especie, un breve listado de referencias bibliográficas recomendadas por el autor y dos índices con las especies detalladas en la obra, uno con los nombres científicos y otro con los vernáculos en inglés. Estamos ante una obra con gran valor didáctico, útil como libro de consulta en el campo, particularmente para aquellos aficionados que quieran moverse de manera ligera a lo largo de una región tan extensa como lo es el Paleártico occidental. La tabla final con las especies por países parece especialmente diseñada para este propósito. Los textos de identificación y las excelentes fotografías que los acompañan nos permitirán tener una idea inmejorable sobre la variabilidad morfológica de las especies de serpientes. El resto de la información presentada en cada apartado es adecuada, aunque se echa de menos una clave dicotómica para la identificación de las especies y un listado de referencias donde se pueda contrastar y ampliar la información detallada a lo largo del libro.
Fernando Martínez-Freiría CIBIO/InBIO, Centro de Investigação em Biodiversidade e Recursos Genéticos. Universidade do Porto. Rua Padre Armando Quintas, 11. 4485-661 Vairão. Portugal. C.e.: fmartinez-freiria@cibio.up.pt
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