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6 imperdibles de San Petersburgo Caminar por la ciudad más europea de Rusia propone un sinfín de estímulos: desde puentes que se elevan de noche y suntuosas edificaciones de color pastel hasta palacios imperiales que recuerdan épocas de esplendor.
que conviven con imponentes construcciones barrocas y eclécticas. Los estilos coexisten en puentes, iglesias, como la Catedral de Kazán, palacios, monumentos, restaurantes, cafés, museos, librerías (la Casa Singer, esa distintiva esquina art nouveau, es una de las más emblemáticas) y tiendas (destacan los Almacenes Yeliseev) que van apareciendo a lo largo de los casi 5 kilómetros en loa que se despliega todo su esplendor.
2. La iglesia del
Salvador sobre la sangre derramada
La iglesia del Salvador de la Sangre Derramada se impone con sus cúpulas coloridas; en su interior, cientos de mosaicos adornan sus paredes.
1. La avenida Nevski “No hay nada mejor, por lo menos en Petersburgo, que la avenida Nevski; para la ciudad lo es todo. ¿Qué adorno le falta a esta calle, ornato de nuestra capital? Yo sé que ninguno de sus pálidos y jerarquizados habitantes cambiaría la avenida Nevski por todo el oro del mundo”, dice Nikolái Gógol, uno de los poetas rusos más renombrados. Es que esta avenida es escenario de contrastes: hay edificaciones modernas
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Uno de los coquetos almacenes de la avenida Nevski; el edificio solía funcionar como un taller de costura y oficina de la empresa Singer.
La historia de esta iglesia que hoy funciona como museo se remonta a tiempos imperiales; fue Alejandro III quien ordenó construirla y lo hizo sobre el mismo lugar en el que había sido asesinado su padre, el zar Alejandro II, quien fue víctima de un atentado en 1881. De estilo neoruso y ubicada a orillas de uno de los canales céntricos de la ciudad, llama la atención de inmediato: sus cúpulas en forma de cebolla, sus formas asimétricas y su fachada multicolor irrumpen en la ciudad. Este templo ortodoxo, de aspecto similar a la catedral de San Basilio de Moscú, funcionó como almacén durante la Segunda Guerra Mundial y albergó una bomba, que nunca detonó, en una de las cúpulas más altas. Veinte años después lograron sacarla y tras un arduo trabajo de restauración reabrió sus puertas en 1997. En su interior, está decorada con más de 600 mosaicos. La entrada general cuesta 4,7 dólares y es gratuita para menores de 7 años. Abre de jueves a martes, de 10:30 a 18:00 horas (desde mayo hasta septiembre hasta las 22:30 horas). Más información: isaak.ticketnet.ru/en
FOTOS: DR
Pocas ciudades conservan en sus calles ese espíritu que se siente con tan solo caminar por la avenida Nevski, entre tiendas míticas, con construcciones que trasladan a tiempos imperiales. San Petersburgo es de esas grandes sorpresas que regala visitar tierras lejanas, marcada por la historia, los cambios de era, y una arquitectura de cúpulas coloridas magnánimas que se reflejan en las aguas del río Nevá. Se trata de una ciudad que resistió mientras los nazis trataban de destruirla y que a pesar de los bombardeos logró conservar millones de piezas únicas que hoy se exponen en uno de los museos más completos y grandes del mundo, el imponente Hermitage. Puentes levadizos, cafecitos que se preparan dentro de autos acondicionados son la presentación de la excapital de Rusia, que supo llevar el nombre de Leningrado, en honor a Lenin, y que fue fundada por el zar Pedro el Grande, un sitio que vivió tiempos de esplendor imperial y otros de fervor revolucionario. Pasear por la urbe más europea de la ex Unión Soviética, donde algunos encuentran detalles de París y otros se sienten en Venecia, por sus canales, es una experiencia que enriquece tanto cultural como visualmente. No hay otra igual.