Viaje a Ávila
Salimos a las 8,30 de la mañana, un lunes con mucho frío, aunque era 22 de abril. Nos montamos en un autobús gigantesco, era larguísimo, para 72 personas. El autobús era muy cómodo y estable. A mitad de la ruta, paramos en Aldeanueva del Camino, y desde allí se contemplaban una estupendas
vistas, unas montañas con sus picos llenos de nieve. A las doce y media divisamos desde el autobús las espléndidas murallas de Ávila. Al bajar del autobús, vimos unas chicas abulenses muy guapas y simpáticas, con las que hablamos por Waths App todavía. José Antonio, Carmen y Marisa nos llevaron a la catedral del Salvador. Allí nos sentíamos pequeños por la inmensidad de aquello, y también nos sorprendió la luminosidad, la luz que entraba por sus vidrieras.
Salimos de la catedral y nos reunimos todos en la explanada de la plaza junto a la catedral. Tuvimos tiempo libre para comer, unos comieron bocadillos, otros hamburguesas, otros pizzas, que tuvieron una gran suerte, porque había ofertas 2x1, comprándose una pizza familiar regalaban otra. ¡Qué suerte tuvieron algunos!
Observamos la ciudad, era una ciudad pequeña, pero bonita y agradable. Anduvimos también por
el exterior de la muralla. A las cinco nos reunimos todos de nuevo, unos fueron a ver un museo y un convento de Sta Teresa de Jesús, que estaba hecho en la casa en que vivió Sta Teresa. Otros fueron a unas pistas de “Skaters”.
A las 17,45 horas, quedamos en la catedral de nuevo para nuestro regreso. Todos los chicos y chicas y, no tan pequeños, comenzamos a correr para ser los primeros en llegar al autobús y coger los sitios de atrás,
Rubén y yo llegamos los primeros, así cogimos los mejores sitios. Empezamos el viaje de vuelta, las murallas se iban alejando de nosotros, volvíamos a Cáceres. De nuevo parada en Aldeanueva y la las 21,30 el autobús atravesaba la barrera.
Estábamos ya en el centro. Nuestros padres esperaban impacientes para que le contáramos nuestro viaje. Lo habíamos pasado bien.
By:Rubén Jiménez y Abel Jiménez, 2ºE