Soy...
Curso 2013/14 2ยบ A y B
Mi Historia Hola, soy una lata de Coca-Cola, y pensaréis, ¿cómo está escribiendo esto un objeto sin vida? Pero olvidadlo, yo tampoco lo sé, pues no tengo brazos ni manos. Mi historia trata de las latas, como yo, a todas o a la gran mayoría nos han hecho un tatuaje con un nombre al azar
y sin nuestro consentimiento; me daría igual si no nos influyera a ninguna, pero resulta que a mí sí me ha afectado. Me han puesto un nombre que creo que ni existe, y estoy harta de que siempre me cojan y al ver que no tengo el nombre que ellos quieren me tiren al mismo sitio de donde me cogieron. Tengo, mejor dicho, tenía varios amigos y ellos tenían nombres comunes, pero el mío… ¡¿QUÉ CLASE DE NOMBRE ES RESTITUTA?! ¿Es que no había nombres más feos? (Perdón por los que se llamen así, no quiero ofender). Bueno, empezaré desde el principio, desde que me tatuaron el nombre. Todo comienza en una fábrica donde crean lo que contenemos; es un líquido
de un color parecido al negro, su elaboración es secreta y no nos dejan decir nada, lo siento. El proceso de mi nacimiento es muy largo, pero merece la pena; cuando vi la luz por primera vez, me sentí especial y con ganas de vivir por mi cuenta, pero enseguida me llevaron a un lugar en el que me dieron ese color rojo que tenemos, excepto algunas que son negras o grises; quizás los que nos crearon son racistas y por eso las cambian de caja, no lo sé, el caso es que a todas nos ponen los mismos logotipos pero nombres distintos, menuda moda la de los nombrecitos, ya podrían ser todos iguales; bueno yo sigo, cuando me sacaron de ese oscuro lugar supe que
ahora sería mi momento, pero me equivoqué, me metieron en otras cajas más grandes, las cuales empaquetaron. Fueron unas larguísimas horas de viaje, pero al fin llegamos a nuestro destino, Madrid (o eso balbuceaban los que nos desempaquetaban). Unos días más de organización y ya estábamos allí, en la tienda donde nos comprarían; estaba impaciente. Los primero días no faltaba ninguna de nosotras, pero con el tiempo fueron desapareciendo todas, nos cogían, manoseaban y soltaban, o por lo menos a mí. Hasta que un día entraron dos chicas, de las cuales, una parecía maja, me cogió y dijo:- ¡Me la llevo! -¿Has visto el nombre que tiene? Ya encontraremos una con un nombre más
bonito –Le contestó su amiga. -Que no, tengo sed ahora, no voy a esperar a buscar otra, y además, ¿qué más da un nombre que otro? Sirven para lo mismo, ¿no? -Bueno, como quieras. ¡Al fin! Alguien me quería, la chica se bebió mi contenido y me guardo en su mochila. Me extrañó, todo el mundo nos tira y se deshace de nosotras. -¿Por qué no la tiras, Olivia? ¿Qué vas a hacer con ella? –Preguntó la repelente de su amiga. -Me gusta, es un nombre original y divertido. –Contestó ésta. Me colocó en su estantería al llegar a casa, y me mostraba a sus familiares y amigos, al fin y al cabo es bueno ser
original; como yo digo: “Solo los peces muertos siguen la corriente” Esto es todo, un saludo. Laura Arroyo Leo 2ºA
Hola, soy un estuche. Veréis, vivo en una estantería de una bonita librería, rodeado de toda clase de artículos escolares. Entre ellos, algunos cuadernos, archivadores, bolígrafos, carpetas... Aquí todos somos amigos. Normalmente nos codeamos con los que solemos tener más cerca. Por ejemplo: yo hablaba con una carpeta que tenía a
mi izquierda, a mi derecha estaban los cuadernos, en la estantería de arriba los archivadores y en la balda de abajo estaban los bolígrafos. Estos eran con los que mejor me llevaba. Entre nosotros hay un ''buen rollo'' hasta que nos eligen. Cuando nos compran para llevarnos a casa de cualquier persona, alguna oficina o cualquier sitio dejamos de vernos, excepto que coincidamos en algún otro lado. Yo soy bajito, con una cremallera, pero a los lados tengo dos bolsillos y la tela de la que estoy cubierto es de color azul liso, más bien un azul claro. Esta misma mañana ha venido una
mujer y me ha comprado. Me ha costado mucho separarme de mis amigos. Aunque también ha comprado bolígrafos, lápices, rotuladores y un archivador de los que estaban a mi lado, al menos así no estaré tan solo. Luego me han envuelto en un papel muy colorido y ya han pasado unos días. Al cabo de unos tres días más, rompieron el papel en el que estaba envuelto y luego un niño sacó un bolígrafo de mi bolsillo y se puso a hacer lo que parecían sus deberes de Navidad, porque estábamos en el mes de diciembre. Cuando acabó de hacer sus tareas me volvió a meter en su mochila.
No volvimos a ver la luz del día hasta que empezó el colegio. Vaya... el primer día y ya nos ha dejado olvidados en la clase. No debe de ser muy atento el niño. Hacía mucho frío allí. De repente llegó una señora de la limpieza y sin darse cuenta al limpiar la mesa donde yo estaba me tiró al suelo. Me dolió bastante la caída, entonces ella me recogió y me puso encima de la mesa del profesor. Al cabo de un rato pasó por allí un informático que iba a arreglar el ordenador y me apartó de la mesa. Y luego el chico que iba de prácticas con él me llevó a consejería. Eran las siete de la mañana todavía.
Yo esperaba que viniera a buscarme mi dueño, pero no fue así. No sé cómo se habían enterado, pero otro niño vino a consejería y preguntó si había algún estuche perdido y le contestaron que sí. Entonces el niño me llevó con él y empezó a sacar todos los bolígrafos, rotuladores, lápices, etc. que tenía en los bolsillos y los observó, supo que no estaban muy gastados. Este chico me guardó en su mochila y no volví a pasar ninguna noche solo en el colegio. PD: Me enteré de que mi primer dueño no volvió a preguntar en consejería por mí, y al día siguiente ya llevaba otro estuche y se le volvió a olvidar.
Marina Collado 2º ESO A
Pablo llegó muy contento a su habitación con un oso de peluche más grande, más limpio y más bonito que yo, no le tomé mucha importancia ya que yo llegué mucho antes que él a esta casa y pensé que Pablo no me cambiaría por ese otro oso,
pero estaba muy equivocado, en cuanto el niño tuvo la oportunidad me quitó de encima de su cama y pusó al otro peluche en mi lugar. Pasaron los meses y Pablo seguía sin hacerme caso, toda la atención se la llevaba ese oso y pronto llegaría la navidad de nuevo y eso implica que más juguetes llegan y menos atención recibiría yo, estaba pensando en cuan desgraciado sería yo cuando escuché que Pablo hablaba con su madre sobre mí. -Mamá, Ben ya es muy viejo y no me gusta, quiero que lo tires-dijo Pablo. ¡Oh no! -Pero Pablo hijo, siempre te ha encantado ese oso
-¡Pues ya no!-Gritó Pablo a su madre. Ella suspiró resignada y entro en la habitación para recogerme del suelo y llevarme con ella. Justo cuando pensaba que iba a arrojarme a ese contenedor me alejó de él y me volvió a llevar a casa. "A lo mejor Pablo me quiere de vuelta"pensé esperanzado, pero no, cuando llegamos a casa caí en el fondo de una caja de cartón, "¿Qué va a pasar conmigo?" me preguntaba a mi mismo una y otra vez y justo sentí que la caja se movía pero ya estaba muy cansado para ver a dónde iba y me quedé dormido. Cuándo desperté estaba en algo así como un lugar de beneficencia con
muchos otros juguetes parecía una campaña navideña. "Bueno, al menos no acabé en la basura y tengo alguna posibilidad de que alguien me quiera" pensé, pero una vez más me equivoqué, al parecer nadie quería a un viejo y sucio oso de peluche, ya había perdido todas las esperanzas de vivir una nueva vida cuando me tiraron a otra caja en la que ponía en letras grandes "Guinea-África" ¿África? ¿Por qué me llevan allí? estuve todo el camino preguntándome que podría hacer un oso como yo allí en África hasta que por fin llegamos justo la mañana de navidad, todos los niños empezaron a coger un juguete y yo, como siempre, me quedé
el último, ya pensaba que nadie me querría aquí tampoco cuando alguien me cogió, ¡Era una niña! Me abrazó y me llevó a su casa, tenía la más brillante de las sonrisas, ¿Sería por mi? ¡Sí! ¡Era por mi! No me lo podía creer, alguien estaba feliz de tenerme. Hasta día de hoy sigo con esa niña y me trata como el primer día que me cogió de esa casa, juega conmigo,me abraza y me deja dormir en su cama junto a ella es genial pensar que hice feliz a una niña esa navidad. Marta Doncel Amarilla 2ºA
Árbol de Navidad
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Buenas, soy el árbol de Navidad, todos los años soy el más colorido y adornado, soy el lugar donde los niños se asombran porque los reyes magos y papa Noel ponen sus regalos a mis pies. Yo siempre que veo a Noel le pregunto que si algún niño se ha quedado sin regalo en esta casa y siempre me contesta que no, lo que me alegra un montón pero cuando
llegan los reyes es diferente; a veces, como ha venido papa Noel, ellos no vienen y me paso la noche solo y aburrido y me siento triste por los niños que al levantarse no ven sus regalos en mis alrededores; lo peor es ver cuando me desmontan y tengo que esperar un año más a que vuelva la misma alegría y poder ver a los magos de la navidad. En esos meses que vosotros no sabéis de mí los paso fatal: me asfixio con el polvo, el cartón se pone húmedo y paso mucho frío, además de que no huele bien; cuando lo ordenáis no tenéis cuidado me caéis, me pisáis, me dais patadas; es bastante duro así que pensadlo la próxima vez que ordenéis. tenéis que tener cuidado porque un día de estos salgo hecho pedazos literalmente y os tendréis que gastar un
dineral en otro así que ya sabéis: ¡cuidadme! Carlos Arévalo Durán 2º A