Mar Sรกnchez Pulido 4ยบ A
Me gustaría contaros en nombre de todos mis compañeros nuestra experiencia en Londres. Ir a Londres era nuestra recompensa después de nuestros cuatro años en la sección bilingüe, y llevábamos preparando este viaje desde principios de curso. Finalmente, después de casi nueve meses de clase, por fin llegó el tan esperado día 25 de junio, y muchos ya estábamos nerviosos desde hacía varios días. El autobús salía a las dos de la madrugada, pero todavía había que quitarse una cosa de encima: entregarle nuestras notas a los padres. Una vez hecho esto, nos despedimos y nos subimos al autobús que nos llevaría hasta Madrid. Los profesores que nos acompañaban eran Inmaculada Recio, Mª Jesús Vázquez y Ángel Cepeda. Muchos se durmieron en el viaje, aunque la mayoría estábamos demasiado nerviosos como para dormirnos. Finalmente llegamos a Barajas a las seis de la mañana. Por suerte no hubo ningún problema y nos subimos al avión a la hora prevista.
A las diez aproximadamente ya estábamos en el aeropuerto de Gatwick, Inglaterra. Un autobús nos llevó a nuestro hotel: Royal National, cerca de Russell Square. Una vez allí, dejamos las maletas y nos fuimos a comer. Luego regresamos para instalarnos en las habitaciones, aunque nos costó bastante encontrarlas porque el hotel era enorme y había muchos pasillos. Finalmente comenzamos nuestro recorrido por Londres, pero hubo un pequeño problema que hizo que perdiéramos bastante tiempo, así que no pudimos ir a Camden Town ese día. Al final lo solucionamos y empezamos nuestra excursión. Tuvimos mucha suerte con el tiempo los dos primeros días, aunque luego empeoró un poco. Primero fuimos a Trafalgar Square y a la National Gallery. Trafalgar Square era enorme, y la columna de Nelson rodeada de los cuatro leones era impresionante. La National Gallery también era muy grande, y las pinturas en su interior eran muy bonitas. A muchos de
nosotros nos llamó la atención que no hubiera casi papeleras, lo cual era raro porque las calles de Londres por las que pasamos estaban bastante limpias. Luego continuamos andando hasta el Big Ben. Vimos muchas cabinas telefónicas y buzones rojos, además de los típicos autobuses rojos de dos pisos. Cuando llegamos ya al Big Ben, lo vimos iluminado con una luz que le daba un tono un tanto especial. Era más alto de lo que imaginábamos, por lo que nos sorprendió bastante. Después subimos otra vez y fuimos a Picadilly Circus, uno de los lugares más famosos de Londres. Lo que más nos gustó fueron los grandes carteles luminosos de publicidad de un edificio, además de la estatua situada en el centro. Nuestro último destino era Covent Garden, un mercado con muchas tiendas, aunque la mayoría estaban cerradas porque llegamos bastante tarde. Allí nos dejaron aproximadamente una hora para cenar y visitar el lugar, aunque yo ya estaba deseando llegar al
hotel porque tenía un dolor de cabeza horrible. Finalmente nos fuimos al hotel, donde todo el mundo llegó agotado y deseando meterse en la cama, aunque a algunos todavía les quedaba suficiente energía que aprovecharon para irse de una habitación a otra.
Día 26 de junio Hoy es nuestro segundo día en Londres. Mucha gente todavía estaba un poco cansada, pero con muchas ganas de empezar un nuevo día lleno de nuevas experiencias. Terminamos de desayunar y nos fuimos a la estación de metro de Russell Square. Cuando entrábamos y salíamos del metro escuchábamos siempre “Mind the gap”, para que tuviéramos cuidado con el agujero que había entre el tren y el andén. Más tarde llegamos a Buckingham Palace. Allí vimos el cambio de guardia, aunque casi no llegamos a tiempo porque nos entretuvimos bastante en Saint James’s Park, debido a las ardillas y a los jardines tan bonitos que había.
Cuando el cambio de guardia terminó nos montamos otra vez en el metro para ir a Tower of London y al Tower Bridge, desde donde cogimos un barco para hacer un crucero hasta el Meridiano de Greenwich. Una vez allí los profesores nos dejaron tiempo libre para hacer lo que quisiéramos. Algunos se fueron al observatorio, donde se podía disfrutar de unas vistas muy bonitas. Luego nos montamos otra vez en el barco y volvimos al punto de salida para ir al London Eye. Allí tuvimos que esperar otra vez por otro pequeño “percance”, pero al
final nos montamos ya en la cabina de la noria. Inma tenía bastante vértigo y esta era la primera vez que se montaba en el London Eye, y según ella, también sería la última, pero yo creo que acabó disfrutando la media hora que duró el viaje y seguro que lo repite alguna vez. Las vistas desde el London Eye eran impresionantes. Se veía todo Londres: las casas del Parlamento, el Big Ben, la catedral de San Pablo, etc. El viaje se nos hizo muy corto, aunque mereció realmente la pena.
Cuando el viaje terminó fuimos al metro para ir a la Catedral de San Pablo, pero primero nos compramos un helado en un pequeño puesto que había cerca del London Eye. Finalmente llegamos a la catedral, una catedral que nos impresionó bastante por lo grande que era. Luego pasamos por el Millennium Bridge, un puente bastante largo que pasa por el río Támesis. También vimos el teatro The Globe, en el que se representan sobre todo las obras de William Shakespeare. Como todavía nos sobraba un poco de tiempo, queríamos ir a ver algunos edificios como el Big Ben o el Tower Bridge iluminados, aunque no pudimos porque muchos querían irse ya al hotel, así que cogimos el metro y volvimos al hotel, pero antes nos pasamos por un pequeño supermercado para comprar comida o cualquier cosa que necesitáramos. Ya en el hotel cenamos y finalmente nos acostamos.
Día 27 de junio Comenzamos un nuevo día en Londres, un día dedicado especialmente a comprar. Terminamos de desayunar y cogimos el metro para ir al Natural History Museum. El museo era muy bonito por fuera, y también era enorme, pero lo mejor era lo de dentro. Entramos y lo primero que vimos fue el enorme dinosaurio que había en el centro de la sala principal. Luego fijamos un meeting point y cada uno se fue por su lado. Había salas con piedras preciosas, meteoritos que brillaban, ballenas, jirafas, elefantes, esqueletos de dinosaurios, fósiles, bichos, etc. Había muchas salas, pero solo teníamos una hora, así que no nos dio tiempo a verlas todas. Cuando salimos del museo le preguntamos a Inma que a dónde íbamos a ir ahora y nos dijo que era una sorpresa, aunque ya nos imaginábamos que sería a Camden Town. Y no nos equivocábamos. El metro nos dejó en Camden Town, y todos estábamos muy contentos porque teníamos muchas ganas de venir aquí, algunos
para comprarse unas Vans, y otros para visitar este barrio tan interesante y con tanto ambiente. Además los profesores nos dejaron dos horas y media para comprar y comer, por lo que tuvimos tiempo de sobra. Cuando llegó la hora del meeting point todos nos fuimos a la estación de Camden, que era donde habíamos quedado para coger el metro e irnos a Oxford Street, una calle de kilómetros de tiendas. Nos dejaron tres horas libres aproximadamente, aunque se pasaron enseguida. Había tiendas de música, de ropa, de souvenirs, de deportes, etc., y creo que fue en esta calle junto con Camden Town, los sitios donde nos gastamos la mayoría de las libras que traíamos. Después de Oxford Street teníamos pensado ir a Hyde Park, aunque empezó a llover y no pudimos ir, así que decidimos volver al hotel. Como los días anteriores, primero pasamos por el supermercado para comprar. Allí los profesores nos explicaron lo que teníamos que hacer al día siguiente con las maletas, ya que era el último día. Luego llegamos al hotel y
todos aprovechamos la última noche yendo de habitación en habitación, aunque teníamos que tener cuidado porque como hiciéramos mucho ruido el hotel no nos devolvería las veinte libras.
Día 28 de junio Hoy es nuestro último día en Londres. Mucha gente tenía ganas ya de pisar suelo español, aunque otros no queríamos irnos. Después de desayunar y guardar las maletas nos fuimos al British Museum, uno de los museos más famosos del mundo por todas las colecciones de diferentes culturas tan espectaculares que tiene. La primera sala a la que fuimos casi todos fue a la egipcia. Había momias, sarcófagos, objetos egipcios muy famosos, como la Piedra Rosseta, estatuas e incluso animales momificados como cocodrilos y gatos. También estaban la cultura asiática, europea, africana, etc. Cuando
terminamos de visitar el museo nos dieron media hora para ir a una tienda de souvenirs y comprar los últimos regalos. Más tarde estábamos ya en el hotel con las maletas preparadas y listos para irnos al aeropuerto en autobús. Mucha gente se durmió durante las dos horas que duraba el viaje hasta el aeropuerto, pero otros preferíamos echar un último vistazo desde la ventana a una de las mejores ciudades que jamás hemos visitado. Ya en el aeropuerto cogimos el avión hasta España, aunque uno de nosotros embarcó dejando en tierra inglesa una bola de nieve que había comprado y que superaba los doscientos mm permitidos en el equipaje de mano. Finalmente llegamos a Barajas y cogimos otro autobús para ir a Cáceres. Este viaje se nos hizo más corto gracias a Mone y a Roberto, que se pusieron a contar algunos chistes a pesar de que era ya casi la una de la madrugada. Cuando llegamos a la Laboral nuestros padres ya nos estaban esperando con muchas ganas de vernos. Nos bajamos del autobús y fuimos a abrazarlos. Luego nos despedimos todos, ya que muchos de
nosotros no nos veríamos hasta que empezara el nuevo curso. Y aquí acaba nuestra experiencia en Londres. Un viaje que, aunque solo hayan sido cuatro días, nunca olvidaremos. Hemos visitado muchos sitios nuevos, hemos hablado inglés, hemos vivido muchos momentos y recuerdos buenos, y aunque también ha habido pequeños problemas, hemos disfrutado mucho el viaje, un viaje que esperamos repetir algún día, ya sea con la familia o con los amigos.