El Romanticismo 1833-1850 Pronunciamiento de Riego: el rey se ve obligado a jurar la Constitución.
Las Cortes de Cádiz promulgan la primera Constitución Española. Comienza la guerra de la Independencia.
1812
1820 Fernando VII deroga la Constitución.
Carlos IV (1788-1808) 1805 Leandro Fernández de Moratín estrena El sí de las niñas.
José I (1808-1813)
Isabel II es declarada mayor de edad con 13 años.
1832
Los Cien mil hijos de San Luis restauran el absolutismo en España
Ley de amnistía: vuelven los liberales exiliados.
1823
1833
1814
1808
Primera guerra carlista.
Fernando VII (1814-1833) 1832 Larra comienza a publicar sus Artículos.
1843
Segunda guerra carlista.
1847
Regencias (1833-1843)
1835
1837 7
Espronceda El duque de publica Rivas estrena El estudiante Don Álvaro o de Salamanca. la fuerza del sino.
Isabel II (1843-1868) 1844 Zorrilla estrena Don Juan Tenorio.
1859 Bécquer comienza a publicar las Rimas.
Introducción El Romanticismo es un movimiento cultural, estético y literario que tuvo lugar en toda Europa durante la transición al mundo moderno: durante la crisis de finales del siglo XVIII y la primera mitad del s. XIX. En un primer momento, surge como reacción ante el poder de Napoleón y su imperialismo, que había traído consigo un carácter conservador, tradicionalista y demasiado cristiano para algunos. Después evoluciona a un carácter más revolucionario y liberal.
Este movimiento es diferente en cada país y, además, en él conviven corrientes literarias diversas. Sin embargo, si hay un punto en común en todas sus expresiones es el individualismo frente a la norma. El Romanticismo se afirma a sí mismo rompiendo con las convenciones de la época, con todas las normas establecidas en todos los ámbitos.
Es en Inglaterra y en Alemania donde surgen las primeras manifestaciones románticas. En Alemania nace en 1770 el Sturm und Drang (Tormenta e ímpetu), movimiento literario, que también tuvo sus manifestaciones en la música y las artes visuales. En él, escritores y filósofos como Goethe o Schiller defienden la absoluta libertad del artista para seguir los impulsos de la inspiración creativa, en particular, los extremos de la emoción en contraposición a las limitaciones impuestas por el racionalismo de la Ilustración y los movimientos asociados a la estética. Estableció como fuente de inspiración el sentimiento en vez de la razón y tuvo como modelos las obras de William Shakespeare y Jean-Jacques Rousseau. Estos escritores y filósofos descubren en la Edad Media cristiana las raíces históricas de la sociedad moderna: Hamman realizó una lectura intensiva de la Biblia. Según él, Dios no había hablado a la Humanidad en la Biblia apelando a la razón, sino en imágenes y parábolas; por eso la poesía, la literatura, era «la lengua materna del género humano» y se consideraba de origen divino. Es por esto que se alejan de la Antigüedad Clásica y de la Ilustración (el Neoclasicismo).
El vocablo romántico significó desde entonces «la vuelta al pasado medieval en vez de a la literatura clásica».
Características del Romanticismo El Romanticismo supuso una renovación casi total del estilo literario. No sólo se crearon nuevos géneros y se desarrollaron nuevas formas al igual que unas temáticas y un lenguaje propio, sino que, además, se transformó el concepto de creación poética. Encontramos dos vertientes: la de los autores que se refugian en un mundo de aventuras, donde imaginan la felicidad que no encuentran, y la de los autores que manifiestan su depresión y su angustia a través de mundos góticos. 1.
La exaltación del «yo». El artista se coloca en primer plano, se da el culto individualista con una violenta exaltación de la personalidad. El artista les da la mayor importancia a sus sentimientos, no a las normas. Se siente como un genio creador superior a todo aquello que le rodea, y se aísla para crear. Este aislamiento también generará una gran soledad.
2. El individualismo o el subjetivismo. El escritor no expresa ninguna realidad ajena, sino que expresa sus sentimientos, sus emociones y sus pensamientos. El poeta está al margen de las normas, usa su imaginación e ingenio. De esta forma, el autor descubre un universo insospechado, y se convierte en un ser privilegiado. 3. La rebeldía frente a las normas sociales, morales y religiosas. El poeta romántico tiene ansias de libertad, de felicidad infinita y, sin embargo, no encuentra nada en la realidad que le ayude a conseguirlas. El autor romántico rechaza el mundo que le rodea. 4. Evasión hacia épocas y lugares lejanos. El poeta se siente atraído por épocas y culturas antiguas o lejanas en las que cree descubrir el espíritu genuino de esos pueblos. El pasado se idealiza, no interesa presentar una historia fiel a la época. Se utilizan mucho los escenarios medievales, sobre todo en la vertiente gótica, en donde encontramos castillos, ruinas, fortalezas de antiguos caballeros… 5. La angustia metafísica y el sentimiento de no plenitud. En los románticos hay una búsqueda constante de plenitud, pero no la alcanzan. La realidad no se lo permite. De ahí la frustración, el desengaño, la tristeza, la melancolía y el pesimismo. La vida es un problema irresoluble, por lo que les obsesiona la muerte.
6. El paisaje y la naturaleza. Se convierten en un reflejo del interior del poeta, de lo que siente, su estado de ánimo. A los románticos les gusta especialmente la naturaleza en estado salvaje, violenta y agreste (acantilados, montañas escarpadas, bosques impenetrables), así como los escenarios misteriosos, solitarios y sobrecogedores (cementerios, ruinas, lugares abandonados…).
7. El amor y la muerte. El amor se siente como una pasión que va más allá de las convenciones sociales y los códigos morales. Por ello, está condenado a un final trágico, unido muchas veces con el suicidio o la muerte ante la imposibilidad de conseguirlo.
8. La reivindicación de lo propio. Se produce un gran interés por manifestar todo lo que es propio del «yo» del poeta: su idioma, su ciudad natal, sus costumbres… se identifica con su nacionalidad. Esta reivindicación de lo nacional evolucionará más tarde hacia la novela costumbrista de autores como Vicente Blasco Ibáñez.
9. Libertad creadora. Los románticos se enfrentan a la estética neoclásica rechazando sus normas en el arte. Mezclan en una misma obra prosa y verso, fragmentos líricos, narrativos y dramáticos (El estudiante de Salamanca de Espronceda). El lenguaje literario es apasionado con abundancia de exclamaciones e interrogaciones retóricas. Culto al YO Iba solitario como una nube que flota sobre valles y colinas, cuando de pronto vi una muchedumbre de dorados narcisos: se extendían junto al lago, a la sombra de los árboles, en danza con la brisa de la tarde. Rebeldía y Libertad creadora «¿Qué es mi barco? Mi tesoro. ¿Qué es mi Dios? La libertad. ¿Mi ley? ¡La fuerza y el viento! ¿Mi única patria? ¡La mar!
Individualismo y subjetivismo ¡Ay!, pensé; ¡cuántas veces el genio así duerme en el fondo del alma, y una voz, como Lázaro, espera que le diga: «Levántate y anda»!
Mundos lejanos La luna en el mar riela, en la lona gime el viento, y alza en blando movimiento olas de plata y azul; y ve el capitán pirata, cantando alegre en la popa, Asia a un lado, al otro Europa y allá a su frente Istambul.
El paisaje y la naturaleza Mientras algunos sufren el sol, otros la sombra, Unos huyen a la ciudad, otros a la ermita; Sus objetivos son tantos como los caminos que toman En la jornada de la vida; y esta tarea es la mía: Pintar los sombríos horrores de la tumba; El lugar designado para la cita, Donde todos estos peregrinos se encuentran. ¡Tu socorro imploro, Rey Eterno! cuyo brazo Fuerte sostiene las llaves del infierno y la muerte, De aquella cosa temible, La Tumba.
Soledad Del salón en el ángulo oscuro, de su dueña tal vez olvidada, silenciosa y cubierta de polvo veíase el arpa.
Angustia y sentimiento de no plenitud Quiero expresar mi angustia en versos que abolida dirán mi juventud de rosas y de ensueños, y la desfloración amarga de mi vida por un vasto dolor y cuidados pequeños. La pérdida de un amor Volverán del amor en tus oídos las palabras ardientes a sonar, tu corazón de su profundo sueño tal vez despertará. Pero mudo y absorto y de rodillas como se adora a Dios ante su altar, como yo te he querido..., desengáñate, así... ¡no te querrán!
La reivindicación de lo propio En Sevilla, en el mismo atrio de Santa Inés, y mientras esperaba que comenzase la Misa del Gallo, oí esta tradición a una demandadera del convento. Como era natural, después de oírla, aguardé impaciente que comenzara la ceremonia, ansioso de asistir a un prodigio. Nada menos prodigioso, sin embargo, que el órgano de Santa Inés, ni nada más vulgar que los insulsos motetes que nos regaló su organista aquella noche. Al salir de la Misa, no pude por menos de decirle a la demandadera con aire de burla: -¿En qué consiste que el órgano de maese Pérez suena ahora tan mal? -¡Toma! -me contestó la vieja-, en que ese no es el suyo. -¿No es el suyo? ¿Pues qué ha sido de él? -Se cayó a pedazos de puro viejo, hace una porción de años. -¿Y el alma del organista? -No ha vuelto a parecer desde que colocaron el que ahora les sustituye.
Ejemplos de obras del Romanticismo CANCIÓN DEL PIRATA
LA DANZA DE LA MUERTE
Con cien cañones por banda, viento en popa a toda vela, no corta el mar, sino vuela, un velero bergantín: bajel pirata que llaman por su bravura el Temido, en todo mar conocido del uno al otro confín.
El guardián miró hacia abajo en medio de la noche: Sobre las tumbas que yacen dispersas allí, Con su luz plateada la luna llenaba el espacio, Y la iglesia como el día parecía brillar, Entonces vio, primero una tumba, y luego otra que se abría, Y hombres y mujeres fueron vistos al avanzar, Envueltos en pálidas y níveas mortajas.
La luna en el mar riela, en la lona gime el viento, y alza en blando movimiento olas de plata y azul; y ve el capitán pirata, cantando alegre en la popa, Asia a un lado, al otro Europa y allá a su frente Istambul. «Navega, velero mío, sin temor, que ni enemigo navío, ni tormenta, ni bonanza, tu rumbo a torcer alcanza, ni a sujetar tu valor. «Veinte presas hemos hecho a despecho del inglés, y han rendido sus pendones cien naciones a mis pies. «¿Qué es mi barco? Mi tesoro. ¿Qué es mi Dios? La libertad. ¿Mi ley? ¡La fuerza y el viento! ¿Mi única patria? ¡La mar! […]
Apurados por correr pronto doblaron los tobillos, Girando en rondas y danzas tan alegres, El joven y el viejo, el rico y los pobres. Pero las mortajas les molestaban, Y como la modestia no puede perturbarlos, Se sacudieron, y pronto aparecieron los sudarios Dispersos y confusos sobre las tumbas. Entonces agitaron las piernas, estremecieron los muslos, Mientras la tropa con extraños gestos avanzaba, Los gritos y clamores se elevaron alto, Hasta que el tiempo y la danza marcaron el mismo ritmo. La vista del guardián parecía abrumada de maravillas Cuando el villano Tentador le habló así al oído: Aprovecha una de las mortajas que allí yacen. Rápido como el pensamiento la tomó y huyó Detrás del portal de la capilla a toda velocidad; La luna seguía derramando su blanquecina luz Sobre la danza que temerariamente se desarrollaba. Pero los bailarines se fueron retirando uno a uno, Y sus mortajas, mientras se desvanecían, reposaron, Y bajo el césped todo estuvo tranquilo. Pero uno de ellos tropieza y queda tendido allí, E intenta alcanzar el sepulcro con desesperación; Sin embargo, sus camaradas lo ignoraban, Y él percibió el aroma del sudario en el aire. Así que agitó la puerta, pues el guardián se protegía, Para repeler al enemigo, bajo el bendito peso De las cruces de metal. […]
José Espronceda
Johann Wolfgang von Goethe
Géneros literarios del Romanticismo Género lírico En la poesía romántica se dan dos tendencias:
a) Poesía de carácter histórico legendaria (Rivas, Zorrilla y Espronceda). b) Poesía de carácter lírico-sentimental (Bécquer y Rosalía de Castro).
Características de la poesía romántica 1. Subjetivismo: la poesía gira en torno al yo del poeta: sus ilusiones y decepciones, su amor apasionado, su desesperación, su rebeldía, sus miedos…
2. Polimetría:
en sus obras mezclaban verso y prosa o versos largos y cortos. En un poema también podían usar varias estrofas; destacan: la silva, la octava, el romance y la estrofa manriqueña.
3. Lenguaje apasionado. El poeta expresa sus ardientes sentimientos con interrogaciones y exclamaciones retóricas, además del apóstrofe (Invocar con vehemencia y siempre en segunda persona tanto a seres animados como inanimados. ¡Oh, noche cruel!). El léxico utilizado muestra sus inquietudes y angustias con sustantivos como muerte, lamento, soledad…
4. Hay abundantes recursos retóricos y simbólicos.
Se usan imágenes, metáforas, comparaciones entre el mundo natural y el estado de ánimo…
Poesía extranjera Alemanes: Friedrich Hölderlin (destaca la elegía “El archipiélago”, donde se manifiesta la nostalgia por la Grecia Clásica) y Novalis (destaca Himnos a la noche, obra en verso y prosa rítmica inspirados en la muerte de su joven amada).
Ingleses: Lord Byron (destaca Don Juan, un poema inacabado en el que, al contrario que en el Don Juan Tenorio español, el libertinaje del personaje es fruto de la sociedad), John Keats (su obra cumbre es “Oda a un ruiseñor”), William Wordsworth (su poema Iba solitario como una nube es indispensable en estudio de la Literatura inglesa) y Edgar Allan Poe (en su época, el poema “El cuervo” provocó muchas pesadillas).
Franceses:
Alphonse Lamartine (inicia el Romanticismo francés con Meditaciones poéticas) y Victor Hugo (sus Odas y baladas son una mezcla de lírica clásica y poesía romántica).
Poesía española José de Espronceda (1808-1842) Poeta romántico por excelencia. Era exaltado (fue encerrado en un convento por pertenecer a la sociedad secreta los Numantinos, que intentaba derrocar a Fernando VII), rebelde (participó en la Revolución Francesa de 1830) y apasionado (se enamoró de una joven casada a la que raptó). Sus composiciones tienen protagonistas marginales, como la “Canción del pirata” o “El reo a muerte”. Destacan: Sus dos grandes poemas, El diablo mundo y El estudiante de Salamanca. En El diablo mundo, el protagonista, Adán, es un personaje fantástico que, al enfrentarse con la realidad, va sufriendo grandes desengaños. El estudiante de Salamanca es una obra que tiene dos mil versos. El protagonista, don Félix Montemar, abandona a su amada Elvira y ésta muere de pena. Una noche Elvira se le aparece y don Félix, en una visión, contempla su propio entierro. Ambiente gótico. Ambas son obras son básicamente narrativas, pero alternan pasajes líricos y escenas dramáticas. La canción del pirata. Poema muy conocido. El ritmo de sus versos es rápido y alegre, y podría sugerir el movimiento del barco sobre el mar. Representa la defensa de los marginados, identificación con los proscritos, desprecio de las leyes y las riquezas materiales, anhelo de libertad, sentimentalismo.
Gustavo Adolfo Bécquer (1836-1870) Bécquer pertenece a la nueva lírica romántica de la segunda mitad del siglo XIX. Sigue siendo subjetiva y apasionada, pero su vocabulario es más sencillo y natural. Era sensible, introvertido y soñador, de salud poco fuerte y preocupado siempre por sus problemas económicos. A sus desdichas hay que sumarles la tuberculosis, el fracaso de su matrimonio y el que sólo sus amigos íntimos reconociesen su poesía. La primera edición de su lírica apareció póstumamente bajo el título Rimas. Sus temas son básicamente dos: el amor y la poesía. El amor se identifica con la mujer, expresión máxima de la belleza, pero poco más que un ideal porque resulta inaccesible, es un misterio o se desvanece como un sueño. El resultado final es la desilusión, la angustia y la soledad. La poesía se concibe como expresión de emociones íntimas que están más allá del poeta mismo y que sólo esperan al escritor que sepa formularlas. Estos poemas se ordenaron de forma que parecieran una historia de amor con un inicio feliz y lleno de ilusión y acabasen de forma triste y dolorosa.
Su estilo se podría resumir en: 1. Sus obras son intimistas y cercanas. Expresa sus sentimientos con cosas cotidianas. 2. Poesía sintética, normalmente breve y sencilla, natural. 3. Bajo la sencillez de los poemas, se ve una gran elaboración. 4. Esfuerzo por armonizar la poesía culta y tradicional a. Usa a menudo combinaciones de endecasílabos y heptasílabos (silva) pero en estrofas breves (lírica tradicional). b. A veces usa estrofas clásicas (octava real, serventesio, quintilla) y a veces formas populares (copla asonantada, seguidilla). 5. Prefiere la rima asonante para evitar la sonoridad estridente propia del Romanticismo. 6. Buscando esa naturalidad, usa figuras retóricas como los paralelismos y las anáforas, así como comparaciones y metáforas basadas en la naturaleza. Por su simbolismo y su esencialidad, esta poesía ejerció un fuerte influjo en la poesía moderna, especialmente en autores como Juan Ramón Jiménez o en los escritores de la llamada Generación del 27.
Rosalía de Castro (1837-188) Es la poetisa del Rexurdimento galego, su aportación literaria fue decisiva para el resurgimiento de la lengua gallega en el siglo XIX. Al igual que Bécquer, Rosalía pertenece a la poesía intimista de la segunda mitad del siglo XIX. Era la hija ilegítima de una dama de Santiago de Compostela, y este hecho, descubierto a través de rumores y comentarios confusos, hizo infeliz su infancia y volvió su temperamento triste, amargo y melancólico para siempre. Si figura como una de las mejores poetisas de nuestra literatura es por tres libros de versos, dos escritos en gallego: Cantares gallegos y Follas novas (Hojas nuevas); y uno en castellano: En las orillas del Sar. En Cantares gallegos y Follas novas, escritos fuera de Galicia a raíz de su matrimonio, expresa la nostalgia por su tierra. En las orillas del Sar es un libro atormentado en el que expresa sus ideas sobre el amor, el dolor, la injusticia y la muerte. Adoptó un tono sencillo, directo y sentimental, despojando al Romanticismo español de los excesos altisonantes y exaltados que lo habían caracterizado en sus inicios. Sus poemas, al igual que los de Bécquer, tienen un toque más más sincero y moderno. Tomó muchos elementos de la poesía popular y del folclore gallego. También relataba los paisajes y las condiciones de vida de su tierra natal.
Géneros literarios del Romanticismo Género narrativo En las narraciones románticas encontramos varios subgéneros:
a) Cuadros de costumbres. Pequeños relatos que reflejan los modos de vida, usos, costumbres, ambientes y tipos de la sociedad contemporánea del autor. Carecen prácticamente de acción, usan poco el diálogo y usan mucha descripción. Su propósito es didáctico-moralizador o humorístico o satírico (Mesonero Romanos y Larra). b) Novela histórica. Suele estar ambientada en la Edad Media. No pretende reconstruir el pasado, sino usarlo como escenario de los conflictos y los intereses románticos. Su auge se debe al ansia de evasión. (Larra y Gil y Carrasco). c) El folletín. Se difundió en periódicos o ediciones independientes por entregas. En él se narraban unos conflictos sentimentales (llenos de misterio, aventura e intriga) protagonizados por unos personajes tipificados. (en el Romanticismo se dio más en el extranjero con Salgari, Balzac, Dumas, Stevenson o Dickens). d) La leyenda y el relato fantástico. Historias en las que abundan los elementos extraños, misteriosos, sobrenaturales (Bécquer)…
Características de las narraciones románticas 1. Lugares o tiempos lejanos y extraños: evasión de la realidad. 2. Ideal de aventura y heroísmo. El protagonista lucha contra la injusticia y por el honor. 3. Los sueños y deseos oscuros del personaje pueden llevarle a su perdición. El protagonista puede dejarse llevar por su egoísmo y culto individualista llevado al extremo.
4.
En algunos relatos aparecen seres sobrenaturales y elementos del folklore.
Autores extranjeros Ingleses:
Jane Austen y su novela sentimental (Orgullo y prejuicio y Sentido y sensibilidad), Mary Shelley y la novela gótica (Frankenstein o El moderno Prometeo), Walter Scott y la novela histórica (Rob Roy y Ivanhoe), los cuentos de Edgar Allan Poe (“El gato negro” y “Los crímenes de la calle Morgue”).
Franceses: François-René Chateaubriand (El último abencerraje) y Alexandre Dumas (Los tres mosqueteros y El conde de Montecristo).