REPORTAJE
Mi boda vintage
En Lima ya se instauró esta tendencia y hay hasta especialistas en la materia. La idea es que los novios se involucren más en la preparación de sus enlaces y que ese día sea recordado por el resto de sus vidas por los detalles únicos que lo adornaron.
Foto @Getty images
POR Margite Torres Postigo
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“La sociedad limeña de ahora es más atrevida. Los novios buscan romper con las bodas clásicas donde todo era de plaqué o plata, para dar paso a sus propias inspiraciones” (Vanessa González).
Casa Inglesa en York que cuenta con 3 mayordomos Vannessa González, Renzo Vinatea y Betania Tello apuestan por este estilo de bodas.
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na boda es el acto más romántico que existe, es una declaración pública del amor entre dos personas, compartida con los que uno más quiere. Durante casi un año, o hasta más, muchos novios se ven envueltos en una suerte de “ambiente de ilusión”, acompañado de un inevitable estrés en directa proporción a la magnitud del evento. Sin embargo, hay prometidos que en vez de hacer producciones hollywoodenses buscan dejarse llevar cada vez más por sus emociones hacia ceremonias más íntimas y espontáneas, donde todo simplemente fluye. Por ello, un estilo más libre y personalizado como el vintage va pisando cada vez más fuerte en nuestra ciudad entre los que buscan dar el sí. Este estilo ayuda a narrar y compartir historias a través de una decoración con objetos antiguos puestos en valor, donde predominan los tonos pasteles y la mezcla de texturas, que evocan momentos acogedores capaces de crear espacios diferentes y divertidos. La tendencia es que los novios se involucren más en la preparación de sus bodas y que ese día sea recordado
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por el resto de sus vidas por los detalles únicos que los adornaron. Por eso, las bodas vintage son las protagonistas esta vez. Se trata de una palabra inglesa que puede traducirse como “vendimia”, aunque se utiliza en nuestro idioma para designar a los objetos antiguos que aportan a una decoración. El origen etimológico del término proviene del vocablo francés vendage, que a su vez es fruto de la palabra latina vindemina (vendimia). Se dice que en la antigüedad las bodegas usaban el término para nombrar a los vinos que producían con sus mejores cosechas y que eran añejados. El significado del concepto adquiere lógica cuando juega con elementos antiguos, desgastados, combina colores suaves, utiliza algunos toques de modernidad, en donde se mezclan piezas y otros estilos como el Art Deco, el clásico y el rústico. Betania Tello de Backyard Company, especialista en bodas vintage, nos cuenta que para ese tipo de nupcias la decoración es muy romántica, personalizada, creativa e inspiradora. Agrega que la idea de este estilo es contar historias a través de cada objeto. “Desde un jarrón, una bicicleta, hasta una máquina de escribir. Todos tienen una historia detrás”. Coincidimos con Betania en que esta tendencia atrapa cada vez a más novios porque les brinda más libertad y les permite expre-
sar sus emociones a través de los detalles. Desde la decoración, la comida, las invitaciones, hasta la música y los trajes de los novios. “Es un estilo hecho para gente con una sensibilidad distinta”, dice Renzo Vinatea, de Blue Kombi Studios, especialista en crear relatos a la hora de producir “vistosos” videos para matrimonios. Con un estilo fresco y personalizado, Renzo y el equipo elaboran una especie de “mini película”, donde intentan contar la historia de amor detrás de cada pareja, con el objetivo de transmitir emociones mediante la peculiar recopilación de detalles y tomas impredecibles. Una historia que puede tener un toque vintage si se agregan efectos que le dan un look de “filme antiguo”, siempre con toques alegres y espontáneos, y sobre todo buena música, que inmortalizan cada momento y que, por supuesto, rescatan pinceladas que aportan calidez e intimidad. Vanessa González, de Orei Catering, nos comenta que ha decido especializarse en este estilo de bodas porque van más con su personalidad, se siente más libre. Definitivamente, la autenticidad de estas celebraciones necesita de gente inspiradora detrás. “Visualmente es un estilo más romántico por los objetos, la decoración menos rígida y minimalista. Suele ser muy acogedor y hasta conforta”. Vanessa es una
La idea es que cada elemento tenga una historia y refleje el espíritu de la pareja. 127
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convencida de que la gente tiene más libertades. “La sociedad limeña de ahora es más atrevida. Los novios buscan romper con las bodas clásicas donde todo era de plaqué o plata, para dar paso a sus propias inspiraciones. Cada vez la gente se casa mayor, tienen más libertad para decidir, se pagan sus matrimonios y los hacen más a su medida”. Estos enlaces suelen ser en lugares más casuales, como el campo, la playa o alguna casona antigua de Lima. La hacienda Mamacona, la casa de playa de Tomas Leguía en Punta Hermosa, el hotel boutique Second Home -casa de Víctor Delfín- y las casas Miró Quesada y Clark en Barranco o la casona Prado, en Miraflores, son las más pedidas. Cualquier lugar alternativo es ideal para la ceremonia. Hasta la casa de algún familiar es oportuna para dar un giro distinto. Y si es de día mejor, así se aprovecha la luz natural o un buen atardecer, que pueden darle un toque extra de frescura. Reúna objetos antiguos de la familia, como muebles desgastados, joyas de las abuelas, sillas un poco usadas pero que conserven el tono de la madera fina, o algunos portarretratos con marcos avejentados, espejos y maletas antiguas que ya no se usen, etc. Pequeñas pinceladas que contribuirán a generar mayor calidez. Una de las ventajas de la tendencia vintage es que puede mezclar libremente diferentes estilos, épocas y colores neutros. Así que deje volar su imaginación. La idea es que la decoración parezca hecha en casa. Flores naturales, banderines con estampados, jarrones decorativos, velas, farolillos, centros de mesa pomposos, trazos de papel con diseños rústicos, hasta listones, cofres, pizarras, tazas de té, botellas de cristal con diferentes formas, libros antiguos, etc. No podemos dejar de hablar del traje de novia estilo vintage: muy sencillo, pero con un toque distinto. Antiguo, con detalles que le dan personalidad. No solo se utiliza el blanco, sino también gamas de rosas, ocres, con una ligera tonalidad dorada; se acompañan de encaje y pedrería. Imperdibles son las joyas y broches antiguos. El peinado suele ir acompañado de diademas, adornos con pedrería y flores, además de los tocados. Ellos también dan el sí, así que para los novios lo que se impone son las corbatas de moño o las delgadas convencionales. Otra pieza clave son los chalecos y las camisas remangadas. Y si de colores se trata, los tonos grises y cafés son los más usados. Los accesorios adecuados son sombrero, reloj de bolsillo, tirantes, pañuelo en la bolsa del saco, etc. El look del traje de los novios dependerá de la etiqueta de la boda; es decir, puede ser más o menos formal. O simplemente se improvisa y se crea algo más original, que rompa las reglas de lo cotidiano. 128
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