REPORTAJE
POP Magia efímera
UP
Si busca vivir una experiencia distinta no puede dejar pasar un evento pop up. Este fenómeno de creativas propuestas, únicas en el tiempo y en el espacio, ya marca tendencia en Lima. Entérese un poco más de qué se tratan.
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visita a un restaurante ya no es suficiente, buscan vivir experiencias únicas alrededor de la gastronomía y afinar sus sentidos con novedosas creaciones culinarias. Por eso el fenómeno de los pop ups ha calzado perfectamente en este sector. Las propuestas van desde lo homemade hasta lo más lujoso y extravagante. En ostentosidad pocos superan a Dinner in the Sky. Una mesa voladora que viaja por los sitios más sorprendentes del mundo creando experiencias culinarias inolvidables. En España ha proliferado esta tendencia, sobre todo en Barcelona. The Supper Club y We Pop, de la empresa alimenticia CréOlé, que sorprendió a todos cuando tomó un salón de belleza para crear su más famoso pop up –The Secret Room–, son algunas de las propuestas. La tendencia ya llegó a Lima. Restaurantes como Osaka de Diego Herrera y Diego de la
Puente, y Ceviche de Virgilio Martínez, nacieron de esta modalidad. Luego de algunas cenas, creadas entre reconocidos chefs locales e invitados extranjeros de renombre, como la de Gelinaz, entre otras, los pop ups han ido tomando forma. Fue justamente en esta cena que el director de arte y cocinero amateur Ricardo Laca y el chef Denys Yupanqui se conocieron; motivados por querer salir de la “zona de confort” que les brindaba la cocina de un restaurante tradicional, encontraron en los pop ups un nicho por explotar. Poco después se unió Mariano Escobal, otro creativo, para terminar de darle forma a lo que hoy es Lima Pop Up Restaurant. Lima Pop Up se caracteriza por atreverse a romper todo esquema pensado, con creaciones que no tienen límite y performances de alta calidad, donde los insumos peruanos y lo insólito
Foto @Getty images
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eguramente ya habrá oído hablar de los pop ups, aunque quizás no sepa muy bien lo que significan. Este fenómeno nace hace algunos años en Londres y Nueva York, como parte de una corriente de origen underground. La tendencia ha invadido todos los sectores, desde la moda hasta la gastronomía, y ha conquistado a todos aquellos que gustan de experiencias diferentes, divertidas, donde se pueda hacer amigos en lugares inesperados. Una estación de tren abandonada, un sótano, un garaje, un jardín, hasta un salón de belleza, cualquier lugar diferente es elegible. La especialidad de los pop ups es que así como aparecen, desaparecen, y van cambiando de lugar. En el caso de los foodies, la
POR Margite Torres Postigo
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Todo diseñado al milímetro para una sola vez. Así trabajan las chicas de Mascarpone Originale, en Lima.
Lima Pop Up, en una performance nikkei.
La marca Comme des Garçons y una de sus famosas Guerrilla Stores.
Paola y Karina Gery hicieron el primer pop up store de nivel en el país.
El concepto pop up se inspira en el mismo nombre que usamos para denominar las ventanas emergentes en Internet. 126
son los protagonistas principales. Ya dieron su primer paso en el extranjero, creando desafiantes pop ups en Santa Cruz (Bolivia), de la mano del mejor restaurante de la zona: Jardín de Asia. El primero, “Nudos pop-up”, fue un éxito, así que repitieron el plato en Lima con “Yunta pop-up”. Regresarán con un pop up de cocina creativa en vivo. Hasta ahora sus incursiones han sido irrepetibles. La temática, la elección de los insumos, el concepto de la carta, la gráfica, el tema artístico alrededor de la experiencia y la emoción que le ponen a cada presentación son pensados al detalle. Recordamos “Hit n’ Run”, un pop up donde unos foodtrucks recrearon la atmósfera de la comida yanqui callejera, y “Nikkei attack”, inspirado en una especie de “combate a muerte” entre dos itamaes. Eso de eventos irrepetibles y temáticos le encantó a Richars Meza, diseñador gráfico y chef autodidacta, quien después de vivir varios años fuera y experimentar lo que su debilidad por la culinaria le permitió, decidió cocinar para sus amigos en su departamento en Madrid. Ahí,
empezó todo. Cuando decide regresar al Perú lanza IS Creative Kitchen, el primer restaurante pop up en Lima. El IS o “Ingrediente Secreto” de Richars es ofrecer experiencias: “que la gente se deje sorprender con una comida en un lugar diferente y raro… Que sienta que no es lo mismo ir a un restaurante, donde puedes comer cosas distintas pero en un mismo lugar”. Richars y el chef Carlos Salvatierra han organizado seis pop-ups: desde uno inspirado en el mestizaje, una locura de sabores con pollos a la brasa, al cual llamaron “Pollos Hipster”; pasando por un picnic al estilo neoyorquino en una terraza; hasta otro basado en uno de los cuentos de los hermanos Grimm (“La Caperucita Roja”), “La Caperucita Feroz”, en una taberna barranquina. Ya se viene el séptimo… También en la moda Otro de los sectores que ha apostado por esta tendencia es el de la moda. Inspirados en los happenings de los años cincuenta –manifestaciones artísticas que irrumpían espontáneamente en lu-
gares públicos– surgen los pop up stores. Tiendas que se abren durante un determinado período de tiempo, que no solo pretenden vender un producto, sino experiencias y momentos exclusivos. Los pop up stores buscan impactar a los clientes y fidelizarlos. Aprovechan diferentes lugares, como galerías, hoteles y barcos, para crear emociones, comunicar la esencia de las marcas y jugar con el factor sorpresa, con el objetivo de lanzar una marca o liquidar stock. Existen varias teorías sobre su origen. Por un lado se dice que la idea nació tras un viaje a Japón de una agencia de comunicación estadounidense. Observaron cómo en una zona muy cercana al puerto, solo una vez al año, se abría al público un espacio comercial en el que siempre se agotaba todo; pescaron la onda y la llevaron a Occidente. Otros afirman que fue la compañía estadounidense Vacant la que los creó, utilizándolos como una estrategia de ventas. Grandes marcas como Nike, Gucci, Louis Vuitton y Channel ya han probado la onda de los pop up stores. Pocos han superado la originalidad de las Guerrilla Stores de la marca Comme des Garçons, que creó por primera vez estos particulares pop ups en Colonia (Alemania), donde tomaron una antigua carnicería para colgar la ropa en los ganchos de carne. En España estos pop ups llegaron primero a Barcelona y luego a Madrid. Ahora, destacan Pop Up Store Spain, Better –una empresa que organiza pop ups de todo tipo (The House)– e iniciativas como la de la firma Custo Barcelona. En el Perú, Paola y Karina Gery, hermanas apasionadas por la moda y la decoración, vieron la oportunidad de introducir en Lima el primer y único pop up store, Mascarpone Originale. El objetivo: “crear una sensación de compra distinta”, comenta Paola; quien, después de vivir varios años en España, decidió probar suerte en tierras limeñas. Hasta el momento sus pop ups han tenido buena acogida, sobre todo entre las seguidoras de marcas europeas, especialidad de Mascarpone. Para sus pop ups han tomado unas casonas barranquinas y el ex Cinematógrafo, donde montaron una especie de bosque ecléctico y una campiña provenzal francesa, que llevó meses de producción. ¡Pronto, el cuarto pop up! Mascarpone piensa en tiendas efímeras, con decoraciones originales, en lugares distintos, dos o tres veces al año. Con algo de música en vivo y buena comida, para crear aquella “experiencia única”. Si usted es un sibarita empedernido, le encanta la moda o simplemente quiere vivir una experiencia distinta, esté atento a uno de los próximos pop ups. Búsquelos en las redes sociales, no espere que le avisen con anticipación la hora y locación; es de rigor mantenerlas en suspenso hasta el final.
“Yunta”, intervención en el restaurante El Rocoto por Lima Pop Up.
Dinner in the Sky es una propuesta temporal y sofisticada que dura pocos días en distintas ciudades del mundo. 127