Restaurantes pop-up

Novedad

Restaurantes

POP-UP Gastronomía

inesperada

La terraza de un departamento, el garaje de una casa, un sótano, un jardín. Casi cualquier lugar puede servir de escenario para la tendencia gastronómica que va marcando pauta en Lima; los “pop-up restaurants”.

Mucho se escucha de este tipo de experiencias, pero, ¿de qué se trata exactamente? Déjese sorprender.

Por Margite Torres Postigo Fotos Cortesía IS Creative Kitchen y Lima Pop-Up

56

sommelier

Un sótano barranquino fue el escenario de uno de los popups más comentados de IS Creative Kitchen. “Caperucita Feroz”.

Carta del Pop-Up nº1.2 de IS Creative Kitchen, “Spanish Mestizaje reloaded”, inspirado en la historia del mestizaje en el Perú.

Este fenómeno que nació hace algunos años en Londres y Nueva York, con una oferta aderezada por un gran componente artístico, busca sorprender a los comensales con creaciones que ponen a prueba nuestros sentidos.

Y no solo es la gastronomía, sino varias las marcas y los sectores que han apostado por esta tendencia; el mundo de la moda, la cultura y la arquitectura. Y ¿por qué no? En el caso de los “foodies”, la visita a un restaurante a veces no es suficiente; por eso los pop-up restaurants son un escape, una búsqueda de “algo más” que la comida puede ofrecer. Efímeros e itinerantes,

de corta duración, con un tema y concepto detrás, creados en lugares inesperados y divertidos. Su magia está en que aparecen y desaparecen. En algunos de ellos, los detalles sobre la ubicación y el menú se mantienen ocultos hasta el final, agregando un “plus” al factor sorpresa.

Si con esto ya se animó por un pop-up y quiere vivir la experiencia, piense en gastar entre 50 y 60 dólares por entrada. Afine su paladar así como su vista, y vaya dispuesto a conocer gente diversa que busca el placer y la sorpresa de la buena mesa.

57

sommelier

IS CreativeKitchen Eso de eventos nómadas y temáticos le encantó a Richars Meza.

Después de vivir varios años fuera de Lima, en grandes ciudades como Tokio y Madrid y experimentar lo que su debilidad por la cocina le permitió, decidió dejar de soñar y empezó a cocinar para sus amigos en su departamento en la capital española.

Ahí empezó todo. “Quería tener un restaurante, pero no esclavizarme… lo repetitivo me aburre, quería algo diferente”.

Motivado por su padre, experto cocinero, encontró en los popup su escape perfecto.

Richars regresó a Lima y fundó su agencia de diseño, IS Creative Studio, con la intención de no dejar de lado su pasión por la cocina. Por eso, crea IS Creative Kitchen, el primer restaurante pop-up en Lima. El IS o “Ingrediente Secreto” de Richars es ofrecer “experiencias”; que la gente se deje sorprender con una cena en un lugar diferente, y cautivarla no solo por la comida, sino por todo lo que hay detrás.

“Comida, arte, performance. Eso es IS Creative Kitchen”, asegura Richars. “La experiencia es todo en un pop up, un 60% y 40% la comida”. “Eso marca la diferencia. La gente se va feliz.

La intención de todo esto es que cuando las haces con amor, las cosas siempre salen bien”, concluye.

Su primera experiencia en Lima fue en casa de una amiga suya en Barranco y solo para un pequeño grupo de amistades; el tema fue el mestizaje en el Perú, “Sabores que emigran”.

Richars junto a su amigo y chef Carlos Salvatierra, afinaron la decoración, la música, y sobre todo el menú. Este primer experimento de diseño y comida costó trabajo, pero valió la

pena, pues sería solo el primero de muchos. Luego, vendrían más pop-ups, como el de los “Pollos Hipster”. “Fue genial, aderezamos pollos bebés con nuestras recetas y creamos pollos con personalidad propia”, nos cuenta Richars. ¿Qué tal un “Pollo hipster bohemio”, afrancesado, aderezado con mostaza Dijon, o un “Pollo hipster norteño”, con sabores de huacatay? Toda una revolución de sabores inspirada en nueva onda urbana. “Lo llamamos hipster porque era el pollo que se rebelaba contra la norma. Pollos jóvenes, que han viajado mucho, y que traen sabores de fuera".

Hasta ahora Richars y compañía han creado 6 pop-ups. El último lo llamaron “La Caperucita Feroz”, inspirado en el famoso cuento de los hermanos Grimm. “Lo armamos en una especie de taberna y cada personaje iluminó un plato. Para la abuela de Caperucita hicimos una sopa de tomate casera, esa que te conecta con tu niñez y para Caperucita, cocinamos un falso carpaccio, para jugar un poco con la ambigüedad del personaje”. Hasta ahora Richars y compañía han tenido muy buena acogida y sus pasos han sido decisivos. Cuando llegó a Lima no encontró bríos de este tipo y después de preguntarse una y otra vez, “¿cómo es posible que en Lima, capital gastronómica de Latinoamérica, nadie haya hecho un pop-up?”, se lanzó a la conquista de este nicho poco explorado.

A partir de ese momento despertaría una iniciativa que ya da qué hablar. www.iscreativekitchen.com +51 947 876 096

Richars Meza compartiendo con los comensales sus inspiraciones y las de su amigo y chef Carlos Salvatierra.

58

sommelier

1. Creaciones del equipo de Lima Pop-Up. Un team creativo e innovador, compuesto por el chef Dennys Yupanqui y Mariano Escobal.

2. Ricardo Laca dirigiendo “Sacha” Pop-Up, inspirado en los insumos amazónicos.

59

sommelier

Lima Pop-Up Restaurant Al frente de Lima Pop-Up están tres apasionados de la cocina creativa y de intensas experiencias gastronómicas. Tres socios unidos por la ferocidad de “atreverse” a romper con los paradigmas de la cocina tradicional, con creaciones que no tienen límite. Y es que la gastronomía pop-up está hecha para aquellos dispuestos a dejarse llevar por lo efímero de los sentidos, capaces de asumir el reto de ser parte de una vivencia que nunca se repetirá.

Ricardo Leca, cocinero autodidacta y publicista, Mariano Escobal, creativo también, guiados por Denys Yupanqui en la cocina, son el rostro humano de Lima Pop-Up. Entre los tres han encontrado el motivo perfecto para trabajar juntos y enloquecernos con sus ideas: sus ganas de soñar. Hasta ahora han elaborado 6 pop-ups.

Tranquilamente podrían armar un restaurante con la cantidad de platos que han creado, pero la libertad que brinda un pop-up no la cambian por nada. Sus experiencias son todo un “performance”. La creatividad llevada a su máxima expresión: desde la temática, el concepto de la carta, la gráfica, hasta el tema artístico alrededor de la comida, (música y representaciones en vivo), la vajilla, los insumos, y la emoción que le ponen a cada presentación. “La atmósfera de un popup es única, logra que gente de todo tipo, que no se conoce, se junte solo por su amor a la buena mesa”, comenta Ricardo.

“Interactuamos con ellos, compartimos su asombro y alegría, esa es nuestra mayor satisfacción”, agregan.

Proyectos independientes como el de los pop-up gastronómicos, que generan espacios diferentes para que creadores (cocineros, diseñadores, arquitectos, artistas, etc.) y comensales exploren sus ideas y pongan a prueba sus sentidos, van tomando forma en emprendimientos locales como los de IS Creative Kitchen y Lima Pop-Up. La cocina conceptual ya llegó y como verán las paredes de un restaurante ya no son el límite. Lima Pop-up ya incursionó en el extranjero; viajó a Santa Cruz, Bolivia, para crear un desafiante pop-up en conjunto con el mejor restaurante de la zona, Jardín de Asia; (“Nudos pop-up”). Ya lo repitieron en Lima (“Yunta pop-up”) y hay planes de hacer una pequeña “gira pop-up” por algunas ciudades de Europa, siempre con los insumos peruanos como protagonistas. Su apuesta por la investigación y el desarrollo gastronómico va en serio. Y es que como dice Ricardo, “uno se diferencia del otro en el tamaño de sus sueños”.

Si recién se entera de esta genialidad, no espere más, porque ya han hecho varias ocurrencias como la de “Sasha Pop-up”, lleno de sabores, olores y sonidos amazónicos y “Hit n’ Run”, que tomó forma en una calle baranquina para crear la atmósfera de la “comida gringa callejera” con toques peruanos, a bordo de un foodtruck. Pero esto recién empieza y lo que tienen en mente seguro nos sorprenderá. Ese es el objetivo principal de esta sensación gastronómica. www.facebook.com/limapopuprestaurant

60

sommelier