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Paracas Luxury sommelier
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Collection Resort Vientos de elegancia
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El hotel Paracas es uno de los pocos que ocupan la hot list de la famosa revista Condé Nast Traveler. El más lujoso de la zona, recientemente renovado, aún conserva la magia de una bahía única en su especie. Por Margite Torres P. Fotos del hotel.
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aracas alberga más de una sorpresa. Encallado frente a una simpática y pequeña bahía del mismo nombre al sur de Lima, es básicamente un distrito de pescadores. Volví a su encuentro tras casi diez años. Su esencia ha permanecido intacta, pero algunos cambios en el panorama hotelero lo han convertido en una de las zonas más lujosas del sur peruano. En esta oportunidad visité el hotel Paracas Luxury Collection Resort, un remake del acogedor y tradicional hotel todavía encallado frente al mismo mar. Su histórica estructura ha dado pie a un elegante resort. Ahora operado por la cadena Libertadores, ha sido dotado de las comodidades propias de los mejores hoteles del mundo y de los más exclusivos servicios.
Tradición y lujo. Un té helado con rodajas de naranja introduce al visitante a una nueva aventura. A un año de haber sido renovado, todo luce de primer nivel. Sus trazos, decoración y arquitectura mantienen la misma esencia de hace 77 años. Puertas de madera azules, bambú y caña predominan en sus construcciones. Todo armoniza con el mar azul, ese toque especial de siempre, el calor del intenso sol costeño, las laderas de las dunas y un airecillo particular de Paracas. El hotel cuenta con 120 habitaciones y un circuito de spa. Está íntegramente dedicado al descanso, y el aroma del mar se respira desde todos los ángulos. Gaviotas, arena y un viento intenso complementan la escena. Inspirado en la cultura Paracas que floreció entre los 200 y 700 años antes de Cristo, todo el conjunto arquitectónico evoca una sensación de relax. Desde la terraza del bar-lounge que mira al mar, me siento a contemplar aquello que mi esencia citadina tanto anhela.
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Aprecio el mar en toda su inmensidad, y disfruto de la magnífica atención y de la alegría de los huéspedes en la playa, paseando sobre catamaranes y kayaks. Evocando el presente. Pocos hoteles tienen el privilegio de estar ubicados cerca de una de las reservas naturales más importantes del planeta y de brindar un refugio en medio de la naturaleza. De noche la sensación cambia. El impresionante espectáculo de luces le brinda un aire cálido al hotel e invita al descanso. La mezcla de colores terrosos y azules adorna el ambiente. La esencia del antiguo hotel, que muchos limeños guardamos en nuestras memorias, todavía se percibe. Todo ha sido construido con el fin de mantenerla. ¿Recuerda aquel muelle blanco desde donde se partía a las islas Ballestas? Pues ahí está. Intacto, lleno de recuerdos, aguardando por usted. También lo espera el popular y refrescante “Piruchi”, zumo de limón frozen con un toque de jarabe de granadina. Y ahí están, por supuesto, las áreas para caminar, para despejarse y para disfrutar de “eso” tan especial que ha generado este hotel. Aunque viajar es una de mis aficiones preferidas, no siempre tengo el privilegio de hospedarme en hoteles como este: la elegancia del complejo y el trato personalizado de su staff me permiten apartarme del bullicio de la ciudad y hacerme sentir la huésped más especial. Poco se compara a sentir las paracas, vientos huracanados típicos de esta zona, golpeando la puerta de su habitación por la noche. Sentada en la terraza de mi habitación, me maravillo con el color de las buganvilias. Siento la brisa. Contemplo los detalles que invaden cada rincón del hotel: las paredes y las alfombras donde priman imágenes de aves o personajes mitológicos típicos de la iconografía Paracas. ¿Quién dice que todo tiempo pasado fue mejor?
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1. El antiguo muelle frente al Libertador mantiene cierto halo mágico. 2. La decoración del barlounge del hotel es moderna, amigable con el entorno y muy acogedora. 3. El Spa de Paracas invita a intensa relajación. 4. La arquitectura del hotel se mimetiza con la estética de las casas del tradicional balneario de la bahía.
Excursiones y aventura
Para recordar son sin duda las excursiones que ofrece el hotel a través de Tikariy (www.tikariy.com.pe), tour operador que cuenta con oficinas en el mismo resort. Una lancha privada parte, muy temprano por la mañana, rumbo a las islas Ballestas, incorporadas a la recientemente creada Reserva Nacional – Sistema de Islas, Islotes y Puntas Guaneras. Camino a ellas se presenta ante el viajero el enigmático Candelabro, que a pesar del tiempo y de la intervención del hombre todavía se mantiene intacto. Pero lo mejor estaba por llegar. Las aguas heladas de la corriente de Humboldt han generado uno de los hábitats más diversos del planeta. Acoge 216 especies de aves migratorias y estacionarias, además de pingüinos de Humboldt, lobos marinos y aves guaneras. Observar cientos de animales conviviendo en armonía dentro de un mismo espacio es, qué duda cabe, inolvidable. También puede sobrevolar las líneas de Nazca en una avioneta del hotel, conocer el atractivo por excelencia del lugar, la Reserva Nacional de Paracas, navegar en yate, recorrer las dunas en 4x4 o disfrutar de un picnic en medio del desierto. Averigüe con tiempo.
El placer de comer
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Al indagar sobre los platos del emblemático restaurante Ballestas, todo pasa a un segundo plano. Las infaltables conchas calientes con espárragos picantes, la causa de pulpo, cangrejo y langostinos o el trío de papas con salsas peruanas ya se encuentran entre las opciones predilectas. Insumos predominantemente peruanos, trabajados en diferentes texturas y sabores, le dan un estilo propio al restaurante. El mar de Paracas lo provee de manjares como el atún, la corvina, la chita o el mero, convertidos en los preferidos de locales y extranjeros. No se pierda el festival de vinos. Mensualmente se eligen uno o dos vinos servidos por copa, dos copas y media, o más de dos.
Paracas Luxury Collection Resort luxurycollection.com/hotelparacas reservations@libertador.com.pe Avenida Paracas s/n - Paracas (511) 518 6500 / (56) 581 333 El hotel cuenta con 120 habitaciones divididas en cuatro clases: superior, con vista al mar o al jardín, cama king o dos full; Balcony suite, en primer piso, cama king y sofá-cama; Solarium suite, en segundo piso, dos terrazas, sala, sofá-cama y habitación principal con cama king; y Plunge pool suite, con una pequeña piscina, habitación separada de la sala, cama king y sofá. El acceso inalámbrico a internet de alta velocidad cuesta US$ 10 al día. El Spa de Paracas ofrece faciales, tratamientos corporales, exfoliación, masajes orientales y sesiones en el circuito de aguas termales, con piscina, sauna y duchas de esencias. En el restaurante Ballestas podrá disfrutar de almuerzos y cenas a la carta, menú especial para niños y desayuno buffet con vista a la bahía. Hay también una trattoria, dos bares, dos piscinas temperadas durante todo el año y un gimnasio. Puede organizar fiestas y congresos en el business center o en cualquiera de los dos bien equipados salones de convenciones. ¿Cómo llegar? Paracas se ubica 261 kilómetros al sur de Lima. La novísima autopista asfaltada hasta Chincha (kilómetro 200) permite un trayecto veloz y seguro. Viajar en su propio auto es lo más recomendable.
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¿Qué llevar? Durante el verano (noviembre a marzo), en Paracas la temperatura puede alcanzar los 30 grados durante el día. Si bien en invierno (junio a septiembre) aún hay días soleados, por las noches puede llegar hasta los 10 grados. Lleve ropa de verano, protección para el sol y el viento, y algo más apropiado para excursiones en el desierto, como botas y cortavientos.