Eduardo Vernazza, un lápiz en la oscuridad.
Entre 1944 y 1991, en la primera fila de los espectáculos que se estrenan en Montevideo, hay siempre una pareja de artistas. Ella lleva elegantes vestidos negros que él le diseña. Cuando las luces se apagan, él traza velozmente los rictus, los gestos, los desplazamientos de los actores. Mientras, ella sostiene una diminuta linterna sobre la mano del hombre, que dibuja infatigablemente. A veces, hay espectadores que compran localidades cerca de la pareja, para ver ese luminoso lápiz en medio de la oscuridad. A los veinte años Eduardo Vernazza, un joven montevideano nacido en 1910, enfrenta importantes decisiones. Un tío materno lo invita a entrar en un comercio con un buen sueldo de vendedor y porcentaje en las ganancias. Pero también está el ofrecimiento de integrar, con un salario muy discreto, el plantel del diario El Día. Eduardo se transforma, así, en el artista que dibuja criminales. A través de su trabajo en la página policial, surge una ética que permanecerá en su creación estética: la de la compasión a través del arte. Luego, cuando por medio del teatro, Gassman, Cerminara, Santullo lo inviten a adentrarse en la abyección y el sufrimiento, Vernazza recogerá en sus dibujos no sólo dolor, también humor y cierta ternura. En esos años toma cursos de dibujo con su tío, el artista Marcelino Buscasso y estudia en el Círculo de Bellas Artes. En la década de 1940, a través del diario, mantiene una polémica con Joaquín Torres García. Eduardo no integrará nunca una escuela. Su camino es el del artista solitario que experimenta día a día, aventurándose a tientas hacia mundos de singular belleza. Ya no ilustra las crónicas policiales. Se ocupa de la página de espectáculos. Entre 1940 y 1991, documenta con sus croquis, que se transforman muchas veces en pinturas, los espectáculos nacionales e internacionales producidos en Uruguay. Al mismo tiempo, durante cincuenta años, realiza la crítica de arte para el mismo diario. No es un teórico ni tiene formación académica. Pero sabe las técnicas, los materiales, los colores. Y tiene la experiencia de esa aura de arrebato que insufla al arte. Jamás hace críticas negativas. Puede señalar aspectos que, desde su propia estética, no comparte. Sin embargo, en los otros pintores siempre encuentra un flanco a elogiar. Tanto más que, según lo expone en una conferencia dada en París, la condición del artista es la de un hondo desamparo.
Eduardo Vernazza, un lápiz en la oscuridad. Extraído de: EDUARDO VERNAZZA: UN LÁPIZ EN LA OSCURIDAD Por: Dennis David Doty (Kentucky, USA 1953 – Montevideo, Uruguay 2013)
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COMEDIA NACIONAL T E AT R O S O L Í S
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La Comedia Nacional es el elenco teatral estable de la Intendencia de Montevideo, Uruguay. La necesidad de un elenco oficial de teatro era una preocupación de todos los vinculados a la cultura nacional. En 1942 se fundó una Comedia Nacional y una Escuela Nacional de Arte Dramático en el ámbito del SODRE. Participaron en su organización los autores, la Comisión Permanente del Primer Congreso de Teatro Rioplatense y una Comisión Municipal de Teatro. El director de esta primera compañía fue el peruano Carlos Calderón de la Barca. En 1943 se transformó en Teatro del Estado con un elenco integrado por actores uruguayos y españoles bajo la dirección de Margarita Xirgu. En 1947 Ángel Curotto y José P. Blixen, que en 1937 habían formado la Compañía Nacional de Comedias, lograron el apoyo de Justino Zavala Muniz, también dramaturgo y político de gran influencia en el Partido Colorado, para convertir en realidad el proyecto de creación de una compañía teatral estatal. Zavala Muniz logró el interés del recién electo intendente de Montevideo, Andrés Martínez Trueba quien, con fecha 21 de abril de 1947, decretó la formación de la Comisión de Teatros Municipales presidida por Justino Zavala Muniz y resolvió que la futura compañía brindaría sus espectáculos en el Teatro Solís, que en 1937 había sido adquirido por la Intendencia Municipal de Montevideo. La Comisión designó a Ángel Curotto como Gerente General, quien rescató un viejo proyecto que sometió a la consideración de la Sociedad Uruguaya de Actores (SUA), del Círculo de la Crítica y de la Asociación General de Autores del Uruguay (AGADU). Se resolvió realizar una amplia convocatoria a todos los artistas interesados en el tema. El 23 de mayo se reunieron más de 150 artistas en la Sala Verdi, donde se aprobó la creación de dos comisiones: una encargada de actuar como jurado para seleccionar a los futuros integrantes de la Comedia y otra que debía confeccionar el reportorio de obras a representar por la compañía. En brevísimo plazo se expidieron ambas comisiones y comenzaron los ensayos. La primera obra elegida fue El león ciego, escrita en 1911 por Ernesto Herrera. Los fondos con que contaban cubrían el presupuesto de dos meses y, por consiguiente, se debía conseguir el respaldo del público. Gran parte del vestuario y la escenografía fue aportada por gente del ambiente. Carlos Brussa donó parte del vestuario, otros consiguieron los muebles, Zavala Muniz facilitó recuerdos familiares, como la lanza de su abuelo, el general Justino Muniz, que Alberto Candeau luciría en escena. En ese clima se preparó el estreno, que sería el 2 de octubre de 1947. Las entradas para la platea costaban 50 centésimos y se agotaron tres días antes. El elenco fundador de la Comedia Nacional estaba integrado por Flor de María Bonino, Carmen Casnell, Martha Castellanos, Zelmira Daguerre, Mora Galián, Cotina Jiménez, Mary Marchissio, Rosita Miranda, Elsa Ubal, Rómulo Boni, Alberto Candeau, Héctor Coure, Enrique Guarnero, Guzmán Martínez Mieres, Carlos Muñoz, Miguel Moya, Ramón Otero y Horacio Preve. Carlos Calderón de la Barca fue designado director de escena. Ocupó el cargo hasta 1949, año de su fallecimiento. Calderón dirigió casi la totalidad de las obras de autores uruguayos que ofreció la Comedia Nacional en sus primeros años. Entre los grandes nombres que actuaron en la Comedia Nacional vale destacar la década de China Zorrilla (1948-1959), Walter Vidarte, Estela Medina, Nelly Weissel, Estela Castro, Enrique Guarnero, Maruja Santullo, Taco Larreta, Luis Alberto Sobrino, Armando Halty y otras figuras fundamentales del teatro uruguayo. 5
China Zorrilla, Margarita Xirgu y Zelmira Daguerre La loca de Chaillot, 1951 (Comedia Nacional) Tinta y pastel sobre papel 37 x 36cm
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LA LOCA DE CHAILLOT La obra La loca de Chaillot, comedia de Jean Giraudoux, se estrenó el 10 de agosto de 1951 en el Teatro Solís. Esta obra había sido estrenada en París, en diciembre del 1945 por Louis Jouvet, con un elenco de cincuenta y ocho actores en el Théatre de l’Athénée. Es una comedia, una sátira poética con tintes políticos del autor francés Jean Giraudoux (1882-1944), escrita en 1943 durante la ocupación alemana. La pieza gira en torno a la dama excéntrica y loca que refugiada en una elegante decadencia está más cuerda que todos. Representa el triunfo de la bondad por sobre la codicia encarnada en una conspiración y enredos que se suceden a través de la obra. La versión de la Comedia Nacional, bajo la dirección de Margarita Xirgu, contó con un reparto de cuarenta y dos intérpretes pertenecientes al elenco estable y alumnos de la Escuela Municipal de Arte Dramático, entre ellos las actrices China Zorrilla y Zelmira Daguerre, amabas integrantes de la primera generación de egresados de la EMAD.
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Comedia Nacional / La Loca de Chaillot
Imagenes de la obra La Loca de Chaillot por la Comedia Nacional, año 1951, vestuarista Mery Sánchez. CIDDAE/Teatro Solís.
Programa de la obra La Loca de Chaillot por la Comedia Nacional, año 1951. CIDDAE / Teatro Solís.
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Boceto de vestuario de la obra La Loca de Chaillot por la Comedia Nacional, año 1951, vestuarista Mery Sánchez. CIDDAE/Teatro Solís.
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Nelly Weissel, Marina Sauchenco y Estela Castro Los novios de Loches, 1976 Óleo sobre tela 120 x 130cm
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L OS N OVI OS DE LOCHES Vaudeville de tres actos de Georges Feydeau. Con elenco de la Comedia Nacional esta obra se estrenó en el Teatro Solís el 18 de junio de 1976 con la dirección de Wagner Mautone. Feydeau es un dramaturgo francés de la Belle Époque. Es conocido por sus múltiples farsas. Empezó a interesarse por las farsas en 1890, estudiando los trabajos de Eugène Labiche, Henri Meilhac y Alfred Hennequin. Con sus obras ganó fama a nivel nacional e internacional e incluso algunas de ellas eran estrenadas en el extranjero en otros idiomas antes de que fueran presentadas en Francia. Llegó a escribir más de 60 obras. Aunque muchos críticos de la época consideraban que sus obras eran entretenimiento ligero, Feydeau es reconocido como uno de los grandes dramaturgos franceses. Sus obras influyeron los movimientos surrealista y dadaísta y el teatro del absurdo.
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Comedia Nacional / Los Novios de Loches
Programa de la obra Los Novios de Loches por la Comedia Nacional, año 1976. CIDDAE/Teatro Solís. Foto de la obra Los Novios de Loches por la Comedia Nacional, año 1976, vestuarista Guma Zorrilla. CIDDAE/Teatro Solís.
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Boceto de vestuario de la obra Los Novio de Loches por la Comedia Nacional, año 1976, vestuarista Guma Zorrilla. CIDDAE/Teatro Solís.
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Susana Bres, Levón y Armando Halty Técnica mixta sobre arpillera 130 x 100cm
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AMADEUS Con elenco de la Comedia Nacional, Amadeus de Peter Shaffer, se estrenó el 3 de setiembre de 1983 en el Teatro Solís con la dirección de Jaime Yavitz. Amadeus es una obra de teatro escrita por el dramaturgo inglés Peter Shaffer, vagamente basada en la vida de los compositores Antonio Salieri y Wolfgang Amadeus Mozart. La obra fue inspirada por Mozart y Salieri, una obra corta de Aleksandr Pushkin. El autor usó una licencia artística para narrar la vida de Mozart y Salieri. Los testimonios sugieren que, aunque había antipatía entre los dos compositores, es poco probable que Salieri haya sido el causante de la muerte de Mozart. Mientras que históricamente pudo haber una rivalidad entre Mozart y Salieri, también hay pruebas de una relación marcada por un respeto mutuo.1Por ejemplo, Salieri fue tutor de Franz Xaver Wolfgang Mozart, el hijo de Mozart. Shaffer escribió el guion para la adaptación cinematográfica de la obra en 1984. Amadeus fue estrenada en el Royal National Theatre de Londres en 1979, dirigida por Peter Hall y protagonizada por Paul Scofield como Salieri, Simon Callow como Mozart y Felicity Kendal como Constanze. La obra también fue estrenada en Broadway en 1980 con Ian McKellen como Salieri, Tim Curry como Mozart y Jane Seymour como Constanze. La producción permaneció en cartelera durante 1.181 presentaciones y fue nominada a 7 Premios Tony, ganando cinco de ellos, incluyendo el de mejor actor para McKellen. La adaptación cinematográfica de la obra, dirigida por Miloš Forman, ganó el Óscar a la mejor película en 1984. El guion de Shaffer ganó el Óscar al mejor guion adaptado.
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Comedia Nacional / Amadeus
Programa de la obra Amadeus por la Comedia Nacional, año 1983. CIDDAE/Teatro Solís.
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Imagen de la obra Amadeus por la Comedia Nacional, año 1983, vestuarista Guma Zorrilla. CIDDAE/Teatro Solís.
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Escena de Amadeus Tinta y lápiz color sobre papel 37 x 29cm
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Escena de Amadeus Tinta y lápiz color sobre papel 37 x 29cm
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Escena de Amadeus Tinta y lápiz color sobre papel 36 x 28cm
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Escena de Amadeus Tinta y lápiz color sobre papel 37 x 29cm
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Escena de Amadeus Tinta y lápiz color sobre papel 35 x 24cm
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Escena de Amadeus Tinta y lápiz color sobre papel 34 x 23cm
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Escena de Amadeus Tinta y lápiz color sobre papel 34 x 23cm
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Fotografía de la obra Amadeus por la Comedia Nacional, año 1983, vestuarista Guma Zorrilla. CIDDAE/Teatro Solís.
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Armando Halty Marat Sade Óleo sobre tela 90 x 70cm
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MARAT SADE Con elenco de la Comedia Nacional, la obra Marat Sade de Peter Weiss, fue estrenada en el año 1984 en el Teatro Solís. Jean Paul Marat (1744 -1793), uno de los hombres fundamentales de la Revolución Francesa, fue considerado hasta el siglo pasado como el monstruo sanguinario de su época. Recién a principios de esta centuria, al ser revisados sus discursos y escritos por historiadores, como también los hechos ocurridos, se comprueban sus avanzadas ideas políticas, que veían la necesidad de un cambio social total. Fue combatido por estas ideas, adjudicándole los excesos cometidos en aquel momento. Enfermo de una afección a la piel, contraída durante el prolongado refugio en un sótano, se veía obligado durante muchas horas del día a mantenerse en la bañera para aliviar su escozor. Así lo sorprendió con su daga el 13 de julio de 1793 Charlotte Corday, una joven campesina girondina. El marqués de Sade (1749 -1814), uno de los escritores y filosofos más apasionantes y discutidos, tuvo doce condenas por su manera de pensar y actuar, pasando 27 años de su vida en la cárcel. Escribió además de sus grandes obras en prosa, 17 dramas, más de una docena de tragedias, comedias, pantomimas, óperas y piezas rimadas en un acto. Por orden de Napoleón, fue recluido en 1801 en el manicomio de Charenton, hasta el día de su muerte. Este sanatorio no albergaba solamente a enfermos mentales, sino también a indeseables sociales, perseguidos políticos y vagabundos. Allí escenificaba sus obras con los internados, y era de buen tono para la nueva burguesía parisina, asistir a estas “atrevidas” representaciones. Peter Weiss toma el hecho real de estas representaciones como punto de partida, para dar vida a su idea central: el enfrentamiento filosófico de dos posiciones extremas, frente al mismo fin. Marat luchó por un cambio político-social absoluto. De Sade veía la misma necesidad; participó para conseguir tal meta, pero la abandonó por su marcado individualismo y escepticismo. Los conceptos esenciales vertidos por Marat, de Sade y Roux, son extraídos de escritos y discursos de los mismos.
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Comedia Nacional / Marat Sade
Programa de la obra Marat Sade por la Comedia Nacional, año 1984. CIDDAE/Teatro Solís.
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Boceto de vestuario de la obra Marat Sade por la Comedia Nacional, año 1984, vestuarista Carlos Carvalho. CIDDAE/Teatro Solís.
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Comedia Nacional / Elenco
Mary Crespy Actriz Óleo sobre tela 100 x 70cm 30
Alberto Sobrino Óleo sobre tela 100 x 70cm
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Estela Castro Óleo sobre tela 130 x 70cm
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Marina Sauchenco y actor Óleo sobre tela 140 x 80cm
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TEATROS MUNICIPALES SALA VERDI
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LOS BLANES Obra escrita en el año 1973 por el dramaturgo uruguayo Milton Schinca, bajo el título “Nuestra Señora de los Ramos”. Nuestra Señora de los Ramos fue llevada al teatro bajo el título Los Blanes con la dirección del propio autor, Milton Schinca, se estrenó en Sala Verdi en el año 1974. Esta representación forma para de la serie de obras de Schinca que fueron puestas en escena bajo el título “Obras del Autor Sobre Figuras Uruguayas”. Los Blanes, representada en dos actos, se adentra en el triángulo amoroso que conformaron el pintor uruguayo Juan Manuel Blanes, su hijo Nicanor y Carlota Ferreira. El reparto estaba conformado por Estela Medina en el papel de Carlota Ferreira, Dumas Lerena como Juan Manuel Blanes y Delfi Galbiati como Nicanor.
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Comedia Nacional / Los Blanes
Estela Medina Óleo sobre tela 140 x 80cm
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Programa de la obra Los Blanes, año 1974. CIDDAE/Teatro Solís.
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CLUB DE TEATRO INDEPENDIENTE
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El “Club de Teatro”, desde su formación, marcó un estilo claramente diferencial con El Galpón, Teatro del Pueblo o Teatro Libre. Fundado en 1949 por Antonio Larreta y Susana Pochintesta, contó con la dirección del propio Taco, Laura Escalante, Pepe Estruch y José Bergamín, con uno de los elencos más prestigiosos de la época, allí estaban Carmen Avila (cuyo verdadero nombre era Carmen Rodríguez Larreta, hermana de Taco), Dahd Sfeir, Roberto Fontana, Sergio Otermín, Brenda Trillo, Nelly Goitiño, Claudio Solari, Mary Vazquez. El Club se caracterizó en sus puestas por el buen gusto y el refinamiento, hasta el punto que se lo calificó como el grupo teatral de la burguesía. Por aquellos años, en que al teatro asistía buena parte de la población de Montevideo, se generaron en torno a Club de Teatro, varias polémicas. Se lo acusó de hacer teatro para la burguesía y contestó con la puesta de “Madre Coraje”. Se discutía qué versión era más ajustada al espíritu lorquiano si la “Doña Rosita, la soltera” del Club o la de El Galpón, olvidando que en la puesta de El Galpón tuvieron que recurrir a una actriz chilena y que la versión del Club la protagonizó Dahd Sfeir (El Galpón, en aquel entonces, no tenía su fuerte en el elenco femenino), en cambio el Club reunía a un número tan importante de actores y actrices de tal magnitud, que podía darse el lujo de mantener dos salas de teatro simultáneamente, su propia salita de la calle Rincón y el Teatro Odeón. En fin, que la etapa en que Club de Teatro funcionó a pleno no le quitó público a las demás compañías, sino, que por el contrario lo sumó. No debemos olvidar que el Teatro Independiente, como tal, tiene su origen en el Teatro del Pueblo y esto llevó a que un sector de la clase media alta y sin duda de la burguesía, no se sintiera cómodo con las propuestas que hacía El Galpón, Teatro del Pueblo o Teatro Libre y que el Club encontró la fórmula para que ese público no se perdiera y de a poco fuera entendiendo que la propuesta de los teatros independientes era la misma, aunque fuera presentada “en envase diferente”, dar a conocer autores, hacer nuevas propuestas al viejo teatro tradicional, innovar, hacer pensar.
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Dahd Sfeir Óleo sobre tela 130 x 70cm 40
Cármen Ávila (Cármen Rodríguez Larreta) Óleo sobre tela 130 x 70cm
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COMPAÑIAS EXTRANJERAS
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Ana María Casó (Actriz argentina) Óleo sobre tela 130 x 70cm
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Vivien Leigh La dama de las camelias Óleo sobre tela 130 x 70cm 44
Paola Borboni (Actriz Italiana) Óleo sobre tela 130 x 70cm 45
Actriz de teatro italiana Óleo sobre tela 130 x 80cm 46
Actriz de teatro italiana Óleo sobre tela 130 x 70cm
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Actor italiano Óleo sobre tela 140 x 80cm 48
Vittorio Gassman Óleo sobre tela 130 x 70cm 49
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Bajo alemán Óleo sobre tela 140 x 68cm
Simone Signoret Óleo sobre tela 120 x 80cm 51
Mujer mimo Óleo sobre tela 110 x 70cm
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Margot Fonteyn Ballet Ondine Óleo sobre tela 120 x 60cm
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Margot Fonteyn Lago de los cisnes Tinta y acuarela sobre papel 47 x 36cm
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Margot Fonteyn y Rudolf Nureyev Tinta y acuarela sobre papel 46 x 37cm 55
Rudolf Nureyev Tinta sobre papel 50 x 35cm
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Bailarín Tinta y acuarela sobre papel 47 x 37cm
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Danzarina Ballet Giselle Óleo sobre tela 100 x 80cm 58
Rudolf Nureyev Tinta y acuarela sobre papel 40 x 25cm
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Escobero y bailarina Lápiz sobre papel 30 x 22cm
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Danza contemporánea Acuarela sobre papel 32 x 23cm
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CIRCO
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El circo, con sus funámbulos y sus acróbatas es, para Jean Cocteau, la ocasión de desplegar una mitología de la elevación, del movimiento ascensional; una angelología, que se inscribe, perfectamente, en las ambiciones del modernismo y del debate sobre la cuarta dimensión – el tiempo, el movimiento –, que se encuentra en su apogeo en la época de las primeras vanguardias. Por eso, nace ese entusiasmo de Cocteau por el funámbulo, el que se mueve por los aires (voleur) y es a veces un poco ladrón (voleur), como lo sugiere el poema Voleurd’enfants (Volador/Ladrón de niños) (1930). El funámbulo tiene el candor del ángel, vive en la precariedad, entre lo real y lo imaginario, como el Miss Aerogyne, cuyas acrobacias satisfacen el “deseo de alas” del humano concentrado en sus propios límites, en sus zapatos de fango. El cuerpo arqueado encarna la ligereza del ser, las aspiraciones del poeta, pues el poeta es, para Cocteau, un “inválido adormecido, sin brazos ni piernas, soñando que gesticula y que corre“. Aunque el circo sea el tema predilecto de Vernazza, no lo es tanto por sus animales exóticos, por su pista, por sus equilibristas, sino más bien por el payaso quien, por su vulnerabilidad, se hace pariente de los tullidos, con su alegría melancólica. Camina, sin saberlo, al bordo del precipicio; es lunático, pero no idiota, se encuentra “conmovido por el misterio y capaz de alcanzar la verdad que ignoran todos aquellos que se consideran normales”. De hecho, Vernazza hizo un autorretrato en el que se había disfrazado de payaso. Esta figura, emblemática del circo, encarna el sacrificio y también la redención del yo (que estaba tan presente a principios del siglo XX: pensemos en Marcel Proust). Hay que recordar que Vernazza nació en una casa cerca del puerto, que pasaba mucho tiempo en un “Peugeot” pasado de moda, observando las poses y ademanes de la gente, que conoció a presentadores o payasos, que captó la alegría de vivir en las gentes más humildes. Y, así, otra vez, Vernazza, artista universal, nos hace atravesar el océano para encontrarnos con Henri Michaux, poeta y pintor. Eduardo nos invita a volver a leer el poema titulado Clown (Payaso), de Henri Michaux (1939). En el mismo, se traduce la misma fragilidad, la misma humildad que pinta Vernazza en sus cuadros de payasos; y, asimismo, la exquisita libertad de este personaje, que lo libera de sus semejantes, de toda forma impuesta, le dota de una fuerza subversiva y regeneradora sin igual. Extraído de: El arte cinético de Eduardo Vernazza (artista en movimiento y conmovedor) Por Prof. Dr. Nathalie Roelens Catedrático de teoría de la literatura francesa y francófona. Facultad de Ciencias Humanas, Ciencias de la Educación y Ciencias Sociales. Departamento de Ciencias Humanísticas. Universidad de Luxemburgo. 63
En el Circo Óleo sobre fibra 62 x 52cm
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Viejo Payaso Tinta y acuarela sobre papel 48 x 35cm
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Payaso Tinta sobre papel 49 x 33cm
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Eduardo Vernazza, el arte en escena El Proceso Al enfrentar por primera vez este conjunto de obras, pensé que poco conozco sobre el trabajo de Eduardo Vernazza. Conocía sus candombes que son la obra final de la serie Rítmos. Nunca había tenido oportunidad de ver esta serie de obras fantásticas, que comprende óleos de gran tamaño, sobre las artes escénicas. La curiosidad y el deseo de conocer mucho más sobre sobre el maestro Eduardo y su trabajo fueron los sentimientos que me impulsaron a investigar acerca de su trabajo y promover una muestra que acercara al público a esta etapa de su obra. Poder dar a conocer otra faceta de este artista excepcional y también, por qué no, conocer más sobre su persona. Porque no es lo mismo acercarse simplemente a la obra de un artista, que conocerlo, conocer su proceso creativo, como se gesta determinado trabajo, que circunstancias o sentimientos lo llevaron por ese camino creativo. Ha sido muy gratificante poder descubrir esta etapa en el trabajo plástico de Eduardo Vernazza. Un artista autodidacta, con grandes dotes naturales para el dibujo. Tuvo que comenzar a trabajar siendo muy pequeño por los problemas de salud de su padre, lo que hizo imposible que pudiera recibir formación académica, esto no mermó su vocación artística. Dotado de una gran sensibilidad, iba siempre iba acompañado de una pequeña libreta en la cual plasmaba imágenes de su entorno, lo que lo rodeaba, escenas de bar, el entorno del puerto de Montevideo (su familia vivía en Ciudad Vieja), los “tipos” (como así los definiría él más adelante) o personajes del Montevideo cotidiano. Durante este período el joven Eduardo desarrolla un agudo poder de observación y de síntesis que sumados a su gran sensibilidad, éstas son tal vez las características más destacables de su trabajo, hacen que pueda desarrollar una extensa carrera como apuntista para el diario El Día. Fue su tío Marcelino Buscasso quien al advertir sus dotes de dibujante, le dicta clases de dibujo y lo inicia en el arte del apunte. El apunte es la habilidad de sintetizar en una imagen un hecho o acontecimiento sucedido, era un arte muy poco difundido en nuestro país pero que para un hombre sensible, observador y además gran dibujante se ajustaba perfectamente. Llega la gran oportunidad para Eduardo, poder trabajar desarrollando su verdadera vocación, cuando lo invitan como dibujante para la página de policiales en el diario El Día. Posteriormente cuando las autoridades del diario le proponen hacerse cargo de la columna de ocio y espectáculos, se unirán sus dos grandes pasiones, las artes escénicas y las artes plásticas. Eduardo seguirá manteniendo la costumbre de acompañar sus crónicas con pequeños apuntes de las obras representadas en escena. Sentado en la platea tomaba apuntes, pequeños cortes, imágenes de las obras en el escenario. Lo más destacable en su trabajo es la gran habilidad para plasmar el instante preciso, la mueca, el gesto, el movimiento. No son meros retratos, los protagonistas están en movimiento. Al enfrentarse a un cuadro de esta etapa del trabajo artístico de Eduardo Vernaza uno puede adivinar si la obra en escena se trata de un drama o una comedia, por esa gran capacidad de observación del detalle que llevado al papel o al lienzo logra reproducir las emociones volcadas por los artistas en el escenario. 68
Durante este período su trabajo profesional convive de forma natural con su vocación artística. Intenta continuar su formación, no sólo a través de la lectura para adquirir la teoría de las distintas corrientes de las artes plásticas, sino que también toma cursos en el Círculo de Fomento de las Bellas Artes y posteriormente durante su estancia en Europa en la Academia Grande Chaumiere. Podemos definir a Eduardo Vernazza como un artista nato, de personalidad inquieta, curioso, que no se limita sólo a cumplir su labor, sino que busca constantemente la superación, el crecimiento como artista y como cronista de arte y espectáculos. Procura formarse por medio de la lectura, camino que lo lleva a formar una extensa biblioteca. Esa curiosidad y ese conocimiento adquirido se explicita claramente en su obra, en las distintas técnicas que utiliza. Si bien su trabajo es claramente figurativo, se anima a experimentar en el puntilismo, en el impresionismo, utiliza el sgrafiatto para realzar las líneas de las figuras, utiliza espátula para aportar movimiento en los trajes de los artistas y realzar las plumas en sombreros, todo ello conforma un resultado único que dota a la obra de Vernazza de un impacto visual enorme y una armonía muy particular. Se adentra en el cubismo que aparece de forma contundente en la serie de obras de danza moderna. Utiliza una paleta viva, cromáticamente muy alta, no teme al color y lo utiliza realzando a la figura y la obra en escena. Por medio del color también traduce el clima de la puesta en escena, se poya en el color para transmitir sentimientos. Amaba profundamente su trabajo que por fortuna le posibilitó aunar sus grandes pasiones, las artes escénicas y las artes plásticas. Estaba siempre en la primera fila de los estrenos de teatro, ballet, ópera, tomando notas para luego acompañar su crónica con un apunte. Más tarde en el taller muchos de estos apuntes se transforman en magníficos óleos de gran tamaño y presencia arrolladora. Dentro de las artes escénicas la danza era la disciplina que lo cautivaba, un universo mágico de movimientos corporales, de gran riqueza estética que lo llevan a investigar las distintas danzas a lo largo del mundo, un estudio no sólo estético sino también antropológico, estudiando los orígenes de las danzas locales y su desarrollo posterior. Todo esto dará lugar a una serie de obras titulada Ritmos, en la que podemos encontrar ballet clásico, danza contemporánea, ritmos africanos, asiáticos, hasta culminar en el Candombe nacional. Con respecto al conjunto de obras que conforman esta muestra, puedo decir que tuve la enorme fortuna que el trabajo más arduo ya estaba realizado, la selección de las obras, ya que se trata de una colección privada. Salvada esta primera instancia, ante mí se presentaba un gran desafío, que era desentrañar quien estaba plasmado en cada óleo, en cada dibujo; de qué obra teatral o ballet se trataba, el año de su estreno, el escenario o sala teatral. Existían muchas interrogantes que era imprescindible responder para darle el marco adecuado a esta exposición. Este trabajo de investigación llevó su tiempo, es verdad, pero conté con aliados extraordinarios como la Comedia Nacional y el CIDDAE del Teatro Solís, ambas Instituciones pusieron sus archivos a mi entera disposición y no sólo eso, en un óleo en particular colaboraron de manera activa en la búsqueda para determinar la obra en escena y quienes eran las actrices protagonistas.
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Su colaboración y la información que me brindaron fue fundamental. Cada obra que conforma esta muestra es una surte de fotografía, a la cual había que poner en contexto. Por esto quiero destacar el gran trabajo realizado en la conformación de ese archivo tan valioso, en el cual hay fotografías de época, los programas de cada obra, bocetos de vestuario, y también agradecer muy especialmente la generosidad con la que lo ponen al servicio de quien lo solicite. En este punto también es muy importante mencionar el trabajo realizado por el cineasta y documentalista de origen norteamericano, Dennis David Dotty que realizó investigaciones muy completas sobre la vida y obra de Vernazza que fueron de vital importancia para la concreción de esta muestra. Ha sido un recorrido extraordinario, no sólo me permitió conocer esta etapa de la obra de Eduardo Vernazza, también me permitió conocer gran parte de la historia de las artes escénicas en nuestro país. Me atrevo a afirmar que esta muestra trasciende lo meramente artístico, son obras de gran contenido histórico, cada una es una suerte de documento histórico de las artes escénicas nacionales y también de las compañías extranjeras que se presentaron aquí. Por otro lado, la posibilidad de trabajar con este conjunto de obras me ha hecho consciente de todo lo que me queda aún por conocer acerca la obra de este artista extraordinario, su trabajo es muy rico y muy amplio, era una persona con muchos intereses y eso lo hizo explorar distintas áreas de arte en general. En una muy cálida conversación con la Sra. Hilia Moreira, sobrina de Daysi Masiotti la esposa de Eduardo, pude descubrir que la obra de Vernazza es muy extensa y variada en contenido, no podía ser de otra manera por su sensibilidad y su gran poder de observación. Por esto espero en el futuro se me dé la oportunidad de poder mostrar otra faceta del extenso trabajo de este gran Maestro del arte nacional. Por último, quiero agradecer muy especialmente al propietario de esta colección, que tuvo la enorme generosidad de permitirnos exhibirla en Espacio Cultural Edifico Artigas.
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AGRADECIMIENTOS
Comedia Nacional Diseñador, G.C. Marcelo de los Santos Encargado Depósito de Vestuario Sofía Sarlo Encargada de Comunicación CIDDAE Teatro Solís Lic. María Giraud Archivóloga G.C. Marcelo Sienra Encargado
Hilia Moreira Dannis David Doty Por su invaluable contribución para mantener vivo el legado de Eduardo Vernazza
Prof. Dr. Nathalie Roelens
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Eduardo Vernazza, Marzo, 2022. Espacio Cultural Edificio Artigas Rincón 487, Montevideo, Uruguay Dirección: Roxana Pallotta Fotografía: Julio Testoni Postproducción: Aldo Giovinetti Diseño Gráfico: María Victoria López ec.edificioartigas edificio.artigas ec.edificioartigas@gmail.com IMPRESIÓN GRÁFICA MOSCA - D.L: 377.596
AUSPICIA: