PROYECTO�TRANVERSAL
1. Aristóteles define al ciudadano en democracia como quién “tiene parte” en el gobernar y ser gobernado entre iguales 1. Sin embargo, un siglo antes, con las reformas de Clístenes que impulsaron un nuevo trazo del dêmos, la noción de democracia arrastraba un sentido peyorativo creado por aquellos que la adversaban, en tanto le daba voz y participación a los que no tenían “derecho legítimo” a ella. La democracia representativa en Costa Rica resuelve el conflicto: se canaliza a los que no tienen voz ni parte equitativa en ella, a través de la obligación electoral (moral y puntual), para legitimar un gobierno y un parlamento atado a quiénes ya lo han escogido meses antes en cenas de financiación2. Las voces no escuchadas de las costas, las zonas agrícolas, los barrios urbanos marginales, los pueblos originarios, las mujeres, las poblaciones diversas, son citadas y convocadas para maquillar un voto que ya fue resuelto gracias a maletas opacas que cruzan las fronteras con pasaportes diplomáticos, contabilidades paralelas, efectivo en bolsas negras de basura, cenas en clubes de élite, bancos, encuestadoras y medios de comunicación corporativos en contubernio3. Y cuando surgen otras figuraciones en otros espacio de la democracia: pintadas, proclamas en muros, cuerpos diversos, esculturas de piedras y palos que bloquean calles e imágenes subversivas en redes; se proclama una hipócrita indignación (ahora sí importa el estado social de derecho y el patrimonio, no cuando se desangra al país a punta de corrupción, recortes y políticas tendenciosas al beneficio de los acaudalados) … como si el problema de que hablen los que no tienen voz es solo cuando no se canaliza desde el condicionamiento previsto para ellas y encuentran formas autónomas de figurar y contornear el espacio político. 1. Aristóteles. (2015). Política (Libro I y III). Alianza Editorial. 2. Cf. Blanco, R. (2010. Partidos políticos, redes corporativas y formación de gabinetes en costa rica: 1986-2010. Revista de Ciencias Sociales (Cr), vol. IV, núm. 130, 2010, pp. 161-172 3. La Misión de Observación Electoral de la Organización de Estados Americanos (OEA) ha reiterado en 4 procesos electorales que el sistema de financiación de los políticos partidos es la gran falencia del sistema democrático costarricense. Cf. https://semanariouniversidad.com/pais/por-cuarta-ocasion-oea-recomienda-romper-con-dependencia-de-banca-para-financiar-campanas/ o https://www.larepublica.net/noticia/sistema-de-financiamiento-de-partidos-vuelve-a-ser-cuestionado-por-observadores-de-la-oea
Jacques Rancière4 nos recuerda que el trabajo de la política es el trazado y la visualización de su espacio y sujetos a partir del disenso. La presente muestra parte de esta idea en función de evidenciar las grietas inherentes de la democracia, grietas desde las cuales hoy surgen reacciones de creatividad, descontento e indignación que buscan contornear la identidad subjetiva en su propio espacio, proclamando una participación política cotidiana, más allá de las elecciones.
4. Ranciére, J. (2019). Disenso. Ensayos sobre estética y política. Fondo de Cultura Económica.
2. Esta exhibición se divide en cinco partes en las que los y las espectadoras puede confrontar diferentes formas de Gráfica de Humor y Protesta. El propósito es propiciar una reflexión sobre las realidades en las que ésta se incrusta y los diálogos que construye con los medios noticiosos, las redes sociales, la arquitectura, el arte visual y las voluntades críticas de las subjetividades politizadas de artistas, activistas y estudiantes. En la primera parte se muestran antecedentes históricos de gráfica de humor político presentes en medios escritos de Costa Rica del siglo XX, algunos más independientes que otros, evidenciando el amplio espectro ideológico en disputa. Estas imágenes son suficientes para preocuparnos de las historias que se repiten y las problemáticas sociales que en lugar de superarse, empeoran. Esta gráfica es solo una pequeña muestra de una producción basta que hoy custodia La Biblioteca Nacional y que se puede consultar de forma libre a través del portal: https://www.sinabi.go.cr/biblioteca%20digital/ . Para obtener más información sobre las obras expuestas y sus artistas, se ha facilitado un enlace a partir de un código QR situado en las cédulas. La segunda parte recopila gráfica de humor y protesta de dos artistas, Laura Astorga y José Pablo Ureña, quiénes han canalizado su indignación y manifestado su disenso por medio de su mano. Estás imágenes nos trasmiten con bastante detalle una crítica al registro gubernamental y electoral de la realidad costarricense, con sus fallos, incoherencias y lejanías al respecto de los sentires de las personas. Encontrando su espacio de exhibición en redes sociales, los dibujos de Astorga y Ureña no son solo un acto de catarsis sino también de construcción intersubjetiva, donde muchas personas se encuentran para compartir y debatir a partir del espacio abierto que dejan sus trazos. Así, para este segundo segmento se ha buscado exhibir las imágenes en diálogo, no como obras autónomas, sino interrelacionadas y ancladas con el contexto noticioso en el que fueron producidas, mostrado como pequeñas notas al pie de pared.
En un tercer y cuarto apartado se ha buscado problematizar otras formas de expresión que se han depositado en edificios, contrariando su peso simbólico y autoritario por medio de la creatividad. Aquí, la gráfica, el grafiti y la proclama subversiva son un gesto fronterizo que delimita, toma y socava cierta legitimidad para lanzar un grito y resignificar los constructos sociales que representa la arquitectura. De esa manera, por una parte, se muestran intervenciones gráficas realizadas en distintas acciones colectivas y tomas de edificios por parte del movimiento estudiantil universitario del 2019. Estas imágenes han sido recopiladas por el proyecto Gráfica de Protesta, que ha asumido el trabajo de guardar esa memoria y mantenerla vigente como objeto de deliberación. Aquí, en esta exhibición, el propósito es desprenderlas de la pared para alcanzar, de forma más personal e íntima, a los y las espectadoras, entregando esos gestos como un pequeño regalo que podrán guardar en sus carteras, escritorios o habitaciones. De forma complementaria, en el cuarto apartado se recopila el trabajo de “Flash”, un colectivo de artivistas anónimos que proyectó imágenes de protesta y humor en el nuevo edificio de la Asamblea Legislativa. Aquí, la arquitectura diseñada para privilegiar el control policial, opacar los procesos legislativos y mantener a las y los diputados herméticos y lejanos a las manifestaciones y reivindicaciones de la calle, es tomando y resignificado con un pequeño golpe de ingenio. Técnica: “Luz sobre diputados encementados”. Por último, como cierre, en colaboración con la Biblioteca Francisco Amighetti de la Escuela de Artes Plásticas, se ofrece a las personas visitantes de esta exposición una mesa de estudio, en la cuál pueden consultar publicaciones y material académico para ahondar en lo que aquí se presenta como un punto de partida, permitiendo reafirmar el propósito último de esta exhibición: propiciar la discusión y la reflexión que permita profundizar la participación y acción democrática en un espacio político que trasciende lo electoral y la gobernanza estatal.
Sin Autor La Caricatura, 1906, año: 2, nº 55.
Fernando Zeledón La Semana en Serio, 1991, 22 al 28 de Febrero.
Henry Harmony El Látigo, 1902.
https://www.sinabi.go.cr/biblioteca%20digital/
Laura�Astorga
Mi desahogo gráfico responde a acontecimientos políticos, o político-electorales recientes, especialmente aquellos hechos, decisiones o acciones que hacen que me cuestione la falta de seriedad y empatía con la que se legisla, juzga o rige un gobierno, y todo lo que implican esas decisiones para las personas y el medio ambiente. Me apoyo en el dibujo como mi forma de resistir ante la injusticia, el abuso de poder, la inequidad, la corrupción, y todo lo que implique sufrimiento humano y destrucción de nuestro entorno. El enojo o frustración al ver, leer o escuchar noticias, trato de canalizarlas mediante dibujos que comparto en redes sociales, aprovechándome de estas plataformas para decir lo que pienso. Los dibujos son mi forma de catarsis, pero también mi invitación a que más mujeres, especialmente, expresen lo que piensan. Concibo el humor como algo pedagógico, de cuestionamiento propio y colectivo.
José�Pablo�Ureña
La serie de caricaturas que he dibujado desde el año 2020, ya en el contexto de pandemia y de crisis, surge motivada por ese gran dolor de cabeza que provoca la política costarricense, la cual haría mejor en llamarse política electoral costarricense. Cuando unos llegan al poder se les olvida qué es gobernar. Mientras tanto, los opositores entran inmediatamente en campaña, pensando cómo arrebatar el poder en la próxima oportunidad. Ninguno de los bandos piensa qué hacer con el poder, más que diseñar artimañas para succionar los recursos del Estado. La caricatura política la pienso como ese espacio de catarsis gráfica dónde ciudadanos, conocidos y desconocidos, se enteran que tienen muchas ideas y sentimientos en común, también diferencias y discrepancias fuertes, que pueden ser tratadas con un poco de humor y reflexión seria. La caricatura es un vehículo para decir las cosas directamente, honestamente y sin moralismos, algo que a los ticos nos cuesta mucho en la cotidianidad. También es una herramienta sencilla y clara para parodiar, ironizar y ridiculizar, al tiempo que se busca un contrapeso (al menos simbólico) a los desequilibrios del poder, a las actitudes autoritarias, irracionales, injustas y abusivas, que no merecen un trato condescendiente. La ausencia de caricaturas políticas en los medios de comunicación masivos en los últimos años ha reanimado esos moralismos y visiones limitadas que piensan que una caricatura es una fuente de información neutral y objetiva, donde no tienen cabida el humor o el sarcasmo. Esos moralismos sienten cualquier crítica como un ataque personal e ignoran la función social de un dibujo, que no es solo una práctica individual de libertad de expresión o una manifestación estética, sino también el lugar de encuentro para conversaciones y discusiones que permanecen como una memoria gráfica, necesaria para ampliar el imaginario colectivo de la historia e identidades costarricenses.
“La protesta gráfica de les estudiantes fue una manifestación de la potencia colorida de la vida frente al gris neoliberal, mostrando a la sociedad costarricense que otro mundo y otra universidad es posible.”
“Les estudiantes movilizades se apropiaron por un momento de lo que consideraban un bien común suyo, establecieron espacios temporalmente liberados, para la convivencia comunitaria, la deliberación política y la libre expresión de sus malestares y anhelos.”
Flash�Colectivo
Proyecciones gráficas en el nuevo edificio de la Asamblea Legislativa. 2019.
Créditos: Artistas: Laura Astorga Monestel, José Pablo Ureña Rodríguez, Emilia Prieto, Fernando Zeledón, Henry Harmony, Juan Cumplido, Pancho, Roger López, Anónimo (Revista La Caricatura), Flash Colectivo, y Gráfica estudiantil universitaria de 2019. Dirección y curaduría: Pablo Bonilla Elizondo. Asistentes de curaduría: Adriana Mora Norori y Francis Abarca Cuaresma Diseño gráfico: Mónica Lemaitre Madrigal. Colaboradores: Benemérita Biblioteca Nacional: M.Sc. Laura Rodríguez Amador y Licda. Flor Quesada Mata. Biblioteca Francisco Amighetti: Licda. Ericka López Guzmán y Licda. Iris Gamboa Morales. Proyecto Gráfica de Protesta: Dr. Sergio Villena Fiengo y M.Sc. Marialina Villegas Zúñiga.