LA LOCURA DE WILLIAM TURNER COMO UN SÍNTOMA SOCIAL
Joseph Mallord William Turner, fue un individuo caracterizado por su misantropía y su carácter excéntrico, componentes fuertemente influyentes en sus últimas obras contrastadas con sus obras iniciales, aunque desde sus comienzos, siempre fueron anticipadas y controversiales ante ojos pasivos. El inicio de Turner en el Arte fue algo precoz para su edad y para su época, la habilidad que poseía para crear pinturas llenas de detalle y armonía dentro de los estándares académicos era extraordinaria para apenas un niño de 15 años. Posteriores a una serie de sucesos trascendentales en la vida de Turner, sus obras fueron tomando un carácter particular; la reticencia que reflejaba en sus primeras obras fue reemplazada y contrastada por la efusividad y la vertiginosidad en el color y en la composición que empleaba, tanto así que le conocían comúnmente como el "pintor de la luz" por excelencia, con características tan próximas a lo que después conoceríamos como El Abstraccionismo e Impresionismo. El hecho de generar una ruptura tan contundente, tanto con sus obras académicas como con la sociedad clasicista de la época le costó una reputación de loco y enfermo mental, consecuencia no sorprendente para con cualquier individuo que intentase romper lo considerado paradigma principalmente en dicha época (Siglo XVIII Ilustración). La temática más radical que propuso Turner en su época estaba enfocada en magnificar la naturaleza y en escenificar su poder indómito, que ni el hombre, ni toda su maquinaria podría controlar, ésta temática era amenizada por su representación mediante el paisajismo del cual -también- fue precursor significativamente influenciado por la línea de los maestros clásicos, para posteriormente -como ya se mencionó- enfocarse en la entropía natural sobre la condición del hombre paupérrimo y débil frente al esplendor natural, como lo es evidente en una de sus más controversiales obras "El barco de los esclavos" (1840) y "El naufragio" (1789-1862). De la obra de Turner se puede analizar que su emotividad fuerte y corrosiva rompía determinantemente con el carácter represor de la sociedad -al menos una parte-, y con el predominio radical de la pintura racionalista sobre la emotiva, inestable e Impredecible, en la cual radica toda la riqueza subjetiva y su trascendencia. William Turner era un viajero y explorador empedernido, encantado por la naturaleza y su riqueza cromática y dinámica, ésta visión fue ampliamente destacada como un elemento panteístico propio de un Romántico; reconocido como un genio por John Ruskin que describía a
Turner como el artista "que más conmovedoramente y acertadamente puede medir el temperamento de la naturaleza". La influencia de grandes maestros como Albert Cuyp, Rembrandt y Claudio de Lorena son identificables en sus obras, principalmente en su pintura "Las plagas de Egipto" (1800) y en "Sol naciente entre la niebla" (1807, Galería Nacional de Londres), su personalidad observadora y analítica le otorgaban al artista las habilidades necesarias para ser un verdadero genio; en instantes fortuitos en los que la tormenta se avecinaba Turner consideraba fundamental tomar bocetos de las nubes y de la lluvia, para que entonces fueran representados poéticamente mediante el óleo y el lienzo. Así como su talento, su fama también fue precoz, a la edad de 15 es aceptado en la Royal Academy (RA) (1790), grandes coleccionistas compran su piezas, y a la edad de 24 años es elegido miembro oficial de la (RA), muchos de sus dibujos son divulgados y su ingreso económico va incrementando con lo que después formará su propia exhibición con obras inéditas; Turner encarna una de las más extensas y complejas revoluciones mentales e intelectuales, la época de transición hacia la "pintura pura", en Turner podemos hallar a un artista que se resistió ante la mirada y la concepción de la sociedad moderna que se encontraba en medio de la apertura de la Ilustración, sobre el hombre y la naturaleza, y el inherente intento del primero por conquistarla, Alguna vez Turner escribió: "Venecia es una ciudad amenazada por el sortilegio de las aguas; quizás algún día se la trague el mar como a una piedra y todos nosotros (los que verdaderamente la hemos comprendido) bajemos a recorrerla conteniendo el aire en los pulmones” (El cuaderno rescatado, W.T) de sus propios escritos tomamos evidencia de su filosofía con respecto a lo que se ha enfatizado anteriormente y de la relación íntima que percibía Turner que habitaba en su interior con su amada musa. Ahondándonos más en su lectura nos damos cuenta de que su mirada hacia lo circundante es aún más compleja de lo que se pensaría, ciertos matices de repudio por la imagen de divinidad o de deidad se dejan entrever en la descripción de furia, caos y destrucción que le otorga a lo que él interpretaba paradójicamente como Dios. En otro de sus apuntes también tomado del "Cuaderno rescatado" escribió: “Mi corazón también ha sido una tormenta; más de una vez he bebido mis frascos con agua de pinturas. ¿Para qué? No he estado lo suficientemente insano para tragarme mis acuarelas pero le he pensado. ¡De qué serviría una muestra íntima del viejo Joseph a la altura de las costillas”, un malestar constante le acaecía a Turner respectivo a su condición, qué otra manera existiría de manifestarla que haciendo de sus obras un trozo literal de sí mismo, compuesto por su fluido y su movimiento corporal, porque pintó con su
uñas y con sus dedos, actos que ni aún en el siglo XXI se han podido asimilar debidamente. Un aura de crítica y denuncia social permea las magníficas obras del artista, elementos que para los críticos que antes le habían adorado, representaban la disolución de la imagen y la demencia con la que después calificaron a Turner y a su último y más complejo legado, que según decían el propio Ruskin no alcanzaba a comprender. A pesar de que la obra de Turner pareciera no tener estilo ni teoría, realmente ésta trascendió los márgenes para crear una nueva línea enfatizada en la Impresión, dedicada a pintar lo que se ve, y no lo que se sabe; éstas singularidades técnicas influyeron ulteriormente a múltiples artistas como Monet, Alfred Sisley y Van Gogh dentro del Impresionismo y La Abstracción. Aunque en un principio, se pensara que la irregularidad emocional y racional de William Turner supuestamente evidenciada en la mitad de su vida afectaría su talento, éstas "asperezas o grumos", le agregaron la riqueza necesaria para que quien presencie su obra se estremezca ante su lenguaje etéreo e inaprensible. En las dos etapas por las que su trabajo atravesó; las particularidades o más bien dichas irregularidades con las que lo bello se dignifica y resignifica, se fueron acumulando en el transcurso de una etapa a la otra, para que finalmente por medio de la fugacidad, la opacidad y la transparencia empleadas usualmente por el artista confluyeran en una antológica vanguardia, y en una apertura hacia todo lo que vendría a partir de ésta importante ruptura, que no siendo la única en el continente, marcó insondablemente ese paso hacia lo que ya era menester; la prominencia del espíritu en lo que se origina de él, el arte en su cabalidad.