INAH_Correo Culturas 79

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de las Culturas del Mundo

CORREO

Mural de la iglesia de San Juan Bautista en el río Jordán que muestra el nacimiento de Jesucrist

Vol. VIII, número 79, 15 de febrero de 2011.

CEDICULT

Director: Leonel Durán Solís

Penteo descuartizado por las ménades y su madre, Ágave

En este número: • Señal del conejo en el rostro • Piratas en el hospital para dementes de San Hipólito • Viajes con Heródoto, de Ryszard Kapuscinski • Atlas de las civilizaciones y Atlas de las migraciones • Historia mínima de Corea • Hallan piezas robadas del Museo Egipcio • Jornadas Palestina-México 2011, del 1º al 10 de marzo correodelasculturas@gmail.com


Mitologías

Señal del conejo en el rostro por Luis Barjau Dejé campos de Lidia, preciosos por su oro; dejé campos de Frigia y de Persia; dejé a la Bactriana, y tras haber pasado por tierra de Medos, áspera y dura, la Arabia entera y el Asia recostada junto al salado mar, en la que hay tantas ciudades y tantas fortalezas en que moraron pueblos extraños y aun habitan los griegos, llego por fin a esta ciudad helénica.

Eurípides

Con la críptica frase que titula este artículo, los antiguos tlaxcaltecas se referían a la femineidad. Referencia que no prescindía de la peregrina idea de lo femenil como menos resplandeciente. Esto sin embargo tenía un cuño mitológico sobresaliente: dos héroes se echan a una pira de fuego para hacer el sol y la luna, pero el resultado fue que ambos se transformaron en dos soles relumbrantes; así que los dioses que presenciaban dichos resultados se enojaron y arrojaron un conejo al rostro de uno de los soles, para quitarle brillo, y así fue la luna menos resplandeciente. Para aquellos hombres, lo femenino por excelencia mostraba la señal del conejo en el rostro. Y la existencia de esas arcaicas metáforas acerca de la femineidad se comprueba porque los tlaxcaltecas creyeron que sol y luna eran esposos y que cuando se retiraban del cielo e iban a dormir para reponerse de sus fatigas, la luna llevaba en el rostro la señal del conejo con que los dioses la hicieran menos luminosa. Ágave en griego quiere decir “admirable”. Aún es asombroso, tanto como sugerente, el haber designado con esta palabra al maguey mexicano; planta que aun así sigue siendo nombrada con vocablo extraño pues maguey es voz taína en el Caribe según algunos. En náhuatl la planta se llama metl.

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Asombro y sugerencia dichos en cuanto a la designación que los europeos hicieron de la planta crecen si observamos la mitología griega. Según una tradición, Ágave, tía del Dios del Vino y madre de Penteo, rey de Tebas, da muerte a este su hijo, bajo influencia báquica, porque se negaba al culto de su primo el dios. Pues ella, hija de Cadmo y de Harmonía, era hermana de Autónoe, Ino y Sémele, esta última madre de Dionisos por unión con Zeus. Dice una segunda tradición que el padre de los dioses había dado muerte a Sémele por haber tenido una aventura con un mortal y que este hecho había sido una calumnia de las tres hermanas. Y que así el Dios del Vino al causar que Ágave matara a su propio hijo se vengaba de dicha calumnia hecha en contra de sus padres. Una fuente antigua enseña que después de la tragedia la filicida huye a Iliria, donde casa con el rey Licoterses, a quien termina por asesinar para entronizar a su propio padre Cadmo. Antes, Cadmo había sido rey de Tebas y le había sucedido Penteo, su nieto, muerto a manos de su propia madre, como queda dicho. Ágave así, logra simultáneamente destronar y entronizar a su padre valiéndose de su hijo Penteo que se negó al culto de su primo Dionisos. En la obra de Eurípides en cambio, consta que Dionisos la destierra a ella y a su padre a un país extranjero que no se nombra. La mitología nahua relacionada con el ágave muestra cómo el mismo metl (maguey) está integrado al nombre del país mexicano. Que se expresa como el lugar Cultura ibérica. Finales S. III, inicios S. II a.C. de los mexica quienes a su vez se llamaron así por ser los amparados del numen Mecitli, que los hubo representado y guiado en la peregrinación desde Aztlán hasta Tenochtitlan. Mecitli viene de metl, maguey, y de citli, liebre. Así, en la toponimia de “México” constan ambas voces. Dice Sahagún, como ya citamos (Lib.X, cap,XXIX § 12,106:610): “Este nombre mexícatl se decía antiguamente mecitli, componiéndose de me, que es metl por el maguey, y de citli por la liebre, y así se había de decir mecícatl; y mudándose la c en x corrómpese y dícese mexícatl. Y la causa del nombre según lo cuentan los viejos es que cuando vinieron los mexicanos a estas partes traían un caudillo y señor que se llamaba Mécitl, al cual luego después que nació le llamaron

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citli, liebre; y porque en lugar de cuna lo criaron en una penca grande de un maguey, de allí adelante llamóse mecitli, como quien dice, hombre criado en aquella penca del maguey; y cuando ya era hombre fue sacerdote de ídolos, que hablaba personalmente con el demonio, por lo cual era tenido en mucho y muy respetado y obedecido de sus vasallos, los cuales tomando su nombre de su sacerdote se llamaron mexica, o mexícac, según lo cuentan los antiguos.” Ágave entonces, griega o nahua, siempre está relacionada con el vino y con la religiosidad a la vez que su filología se halla inserta en el nombre del país de los mexicanos. Si griega, es conversa al culto de Dionisos; si mexicana, es bebida y objeto de los Tzentzontotochtin o innumerables deidades de la ebriedad. Una variedad de maguey del mundo prehispánico era el teómetl (maguey divino), usado para la recaída de alguna enfermedad. Y teomeyollotl, expresión formada con las raíces anteriores más el añadido de yollotl, corazón, quiere decir “cosa que hace dudar”. Una variedad especial del pulque era el teooctli, “bebida de los dioses”. El maguey así, es la madre divina de los mexicanos. En el siguiente resumen de algunas leyendas de la creación del pulque, constan las posibilidades interpretativas arriesgadas en estas páginas, además de que se esconden muchas más, con seguridad. Se dice en la Histoyre du mechique (y perdóneseme otra vez recurrir a una misma cita) que cuando los dioses terminaron su tarea de creación del mundo observaron un buen rato a los hombres y dijeron entre sí: “He aquí que el hombre estará aína triste, si no le hacemos nosotros algo para regocijarle y a fin de que tome gusto en vivir en la tierra y nos alabe y cante y dance.” El dios del viento Ehécatl-Quetzalcóatl escuchó atentamente lo dicho por las deidades y se preguntó dónde hallaría licor que a los hombres alegrara y fue así que volvió a su memoria la divina virgen Mayahuel. Así que voló hasta el lugar donde moraba y allí la encontró, dormida junto con otras de su estirpe, todas guardadas por su abuela Cicimitl. La despertó y le dijo: vine por ti para llevarte al mundo. Y así convenido Ehécatl descendió llevándola sobre sus espaldas.

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Al llegar a la tierra ambos se convirtieron en árbol de dos ramas, una llamada Quetzalhuéxotl (Ehécatl), la otra Xochicuahuitl (Mayahuel). Cuando la abuela se percató de lo ocurrido y no halló a la virgen, se hizo acompañar de las demás y bajó a buscarla. Encontraron el árbol en el momento en que se desgajaba, y la rama de la virgen fue reconocida por Cicimitl, quien la tomó y la rompió en pedazos: tengan, cómanlos, dijo, y las diosas comieron. Pero no hicieron lo mismo con la rama de Ehécatl sino que se volvieron abandonándola allí. Entonces la rama recuperó su forma primigenia, la del dios-aire, quien al ver lo ocurrido se puso a reunir los huesos de la virgen, los enterró, y de ellos creció después un árbol, llamado metl. De ese árbol hacen los indios el vino que beben “y con que se embriagan”. Sahagún refiere que unos ulmecas de Tamoanchán, Pantécatl y su esposa Mayahuel, “inventaron hacer el pulque”; ella raspando el corazón de la planta hasta obtener el aguamiel y él descubriendo las raíces que se usan para fermentarlo. Si observamos con detenimiento “El Ciclo del Tepoztécatl” del filólogo Pablo

Cultura ibérica. Finales S. III, inicios S. II a.C.

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González Casanova, (1989: 209 y ss), encontraremos que hay una atribución implícita en este mito del descubrimiento del pulque por el héroe cultural que da nombre a aquella población del Estado de Morelos: Una doncella acostumbraba bañarse en los manantiales de Axictla o Tlatlacualoyan, ubicados al pie del monte donde hoy están las ruinas del Tepozteco. De esos baños solitarios, la virgen resultó encinta. Como se avergonzara del hecho, no solamente se encerró hasta que hubo parido sino que quiso deshacerse de la criatura y envió a unas mujeres a ese fin. Éstas dejaron a Tepoztécatl, que así se llamó el niño, sobre un hormiguero, pero nada le pasó, antes bien las hormigas lo depositaron sobre la penca de un maguey y allí lo hallaron de nuevo en el milagro de que la planta había doblado una de sus pencas para hacerle mamar de la punta cual si fuera un pecho materno. Tras muchas peripecias el niño fue hallado por una pareja de ancianos que ansiaban tener un hijo y así lo adoptaron. Cuando Tepoztécatl creció pidió a su padre adoptivo un arco y flechas y con él cazaba con sólo disparar al aire, de donde caían, atravesados, conejos y otros animales con que se alimentaban sus viejos y desvalidos padres. Un día fueron a buscar a los ancianos unos enviados de Xochicálcatl, que era un gigante gerontófago, se puede decir, pues se alimentaba sólo de aquellos que por su edad ya eran inútiles para toda labor. Era el caso de la suerte del viejo padre y entonces Tepoztécatl pidió a los enviados cambiarse él mismo por su padre, a lo que accedieron. Se despidió de los viejos pidiéndoles que aguardaran hasta ver salir del rumbo de Xochicalco una columna de humo, la que si fuera negra sería de malos augurios, pero si blanca sería señal de triunfo sobre el gigante. Una vez en el reino de Xochicálcatl sus sirvientes se dispusieron a cocinar a Tepoztécatl, pero al contacto con el agua, éste se transformaba en gallo, culebra, pescado, y al contacto con el fuego de un horno donde insistieron en cocerlo, se transformaba en venado, gavilán, conejo, coyote, lobo, tigre, con que fracasaban los cocineros. Así que tuvieron que llevárselo vivo al gigante hambriento y éste por petición de Tepoztécatl se lo tragó entero, pero eso le costó la vida porque en el vientre el héroe sacó sus navajas de pedernal y rasgó los intestinos causando terribles dolores. Destajó el vientre por fin, y emergió seguido de una columna de humo blanca como el algodón...

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Éste es sólo un fragmento de un mito más amplio y complejo, pero basta para ilustrar la relación del héroe en cuestión con la invención del pulque. Aún plásticamente parecen confundirse las imágenes del gigante derribado, con una planta de maguey de la que brotara un chorro de pulque o saltara un conejo hasta la luna o se irguiera la propia flor de la planta, el xictli, su ombligo. De los Tzentzontotochtin que eran los cuatrocientos dioses de la ebriedad, Fray Bernardino de Sahagún decía que eran las innumerables maneras de embriagados por el pulque; maneras, se entiende, prototípicas, que eran el resultado de la posesión de las deidades del vino. Al pie de una figura del Códice Nuttall se lee que cuando en Tepoztlán alguien moría borracho “los otros de este pueblo hazian gran fiesta con hachas de cobre con que cortan la leña en las manos”(Apud. Robelo:526). De aquellas deidades de la embriaguez son conocidos sólo algunos nombres con sus atributos y datos escuetos: Mayahuel fue pues la creadora del pulque, con Quetzalcóatl; este último, (aunque nadie lo haya visto así) es asimismo uno de los dichos dioses. Se dice que Ometochtli (Dos Conejo) era dios del vino y de los jugadores. Izquitécatl el segundo de los dioses del vino. Tezcatzoncatl (Cabello de Espejo), principal dios del vino o de la embriaguez, de quien era sacerdote Ometochtli, tenía once hermanos cuyos nombres corresponden a clases de bebidas fermentadas; se le conoció también con los nombres de Tequechmecaniani “el que ahorca” y Teatlahuiani, “el que aniega”. Pantécatl fue el marido de Mayahuel y halló las raíces Cultura ibérica. Finales S. III, inicios S. II a.C. que echan en la miel. Papaztac, uno de los seis inventores del pulque en Tamoanchán. Tepoztécatl, cuya hazaña resumimos. Totoltécatl. Tlilhua, “el que tiene tinta negra”, quizá porque había inventado una variedad especial de pulque de color oscuro, según opinan algunos, y quien perfeccionó la bebida. Yiauhtécatl, de Yauhtlan. Toltécatl. Tlatecavohua. Colhuacatzíncatl, que tiene representación en la lámina 56 del Códice Magliabecciano. El maguey es la planta mexicana por excelencia. Y la secuencia de su integración filológica, como se dijo, es ésta: México, “lugar de los mexica”, que es un pueblo guiado por su dios Mecitli, “ombligo del maguey”, “liebre del maguey” y –aunque

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menos conocido– “nuestra abuela el maguey”. Su nombre no solamente consta como antecedente filológico del país, también es un factor semiótico de la conformación del dios tutelar y guía de los mexicanos por el mundo, Mecitli, que después mudaríase en Huitzilopochtli. También es un mitema o segmento primordial del mito de creación de los antiguos mexicanos, en la medida en que, para la creación del sol y de la luna, esta última es perfeccionada o corregida con el golpe de un conejo que Huitzilopochtli arroja a su rostro: el conejo –o la liebre– es a su vez un factor integral del viejo dios tutelar. Es permisible asociar conejo y liebre no sólo por la obvia semejanza, o porque las cuatrocientas deidades de la embriaguez sean conejos, sino por una referencia de Mendieta a una figura arcaica de la cosmogonía indígena, en donde Citli, liebre, era un dios que dispara sus flechas al sol para evitar su curso (Apud. Robelo:115); igual que en otra fábula se contó cómo un dios avienta un conejo al rostro de un sol con que se disminuye y se vuelve luna. Profundamente, existe en el panteón nahua una sacralización del vino. Los Tzentzontotochtin son los cuatrocientos o innumerables númenes-conejos de la ebriedad. En la fuente Histoyre du mechique se dice que Quetzalcóatl inventó el pulque. ¡Quetzalcóatl!, personaje cuya caída, con su imperio de Tula, se debió al pulque ingerido por insistencia de su alter ego, el Espejo Humeante, Tezcatlipoca. Hay muchas pruebas más de la dicha deificación. El maguey sustenta la bebida nacional, el tequila de nuestros días. Mezcal viene de metl, maguey y de xcalli, aféresis de ixcalli, cocido hervido o cocimiento, cocimiento de maguey o maguey cocido. En el borroso pasado de la mitología, la planta amarilidácea fue cuna y nombre de la primera deidad de los mexica. El bohordo de la erizada planta, enhiesto a los diez años, su flor, es simultáneamente liebre que se fuga hacia el cielo, como el conejo aventado a la luna para acallar su resplandor; es, también, ombligo del mundo: cuna del dios tutelar. Es la emisión del zumo vital. Citli, liebre, es también ombligo, xictli, aunque este último se nombra también, de segundo modo, tocic, que a su vez es tochin, conejo, tochtli. Mexitli, “ombligo del maguey”, “liebre del maguey”, dio en femenino rostro de la luna. Curiosamente, luna se dice metztli, y aunque de hecho no se conozcan raíces de este nombre, parecería que lo habitaran metl y citli, como al propio dios tutelar.

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Pero esto es sólo conjetura. El “menstruo mujeril” se dice, naturalmente, nemetzuiliztli, que incluye, como queda subrayado, metztli. Y liebre, citli, también quiere decir, como afortunadamente reveló Sahagún (X,1,17) en el siglo XVI, “abuela”. Para Molina, citli quiere decir “abuela, liebre o tía hermana de abuelo”. Nuestra abuela, madre de los dioses según constata Robelo (:620) era Toci. Y Toci, aunque se desconozca una posible igualdad de significados, era “ombligo” según define Molina. Robelo documentó (loc. cit) que es Toci quien se mantiene sincréticamente subyacente a la Virgen de Guadalupe y no Tonantzin (“nuestra madre”) como afirman otros. Si esto es verdad, así como en el tequila afonda la vieja deidad Mecitli, bajo la imagen de la Virgen de Guadalupe palpita la arcaica deidad de Toci. Y a través de ambos, el quiote o bohordo erguido de entre las pencas del maguey, se proyecta, sacramente, al cielo. Una parte de la religiosidad de los mexicanos, con un origen vegetal (como es el caso de tantas culturas de la antigüedad, incluyendo la griega), tiene su fundamento en la planta del maguey. El Baco occidental, pero de origen tracio o lidio, está asociado a la vid. El hecho ¿fortuito? de haber designado el metl de los mexicanos con el nombre de la hermana de la madre del dios griego, tendió un puente entre las mitologías, que encontró las mismas raíces vegetales en una enigmática faceta de la religiosidad humana. El espíritu del vino, arcaico, medio oriental, continúase hasta el espirituoso destilado de ágave en tierra mexicana. Dos visiones fugaces aun para el mejor Cultura ibérica. Finales S. III, inicios S. II a.C. catador, entrevistas tanto en las viñas que se enredaban en el mármol funeral de Sémele, madre de Dionisos, allá en la vieja Tebas, como en la campiña mexicana donde se erizaba de pencas; un mismo genio vegetal, ubicuo, lado a lado de la mar inmensa, con guedejas de parra y ojos glaucos y falda de pencas verdes bordeadas de amarillo, hermafrodita flor, entre Baccus y Mayahuel. Mecitli y Tepoztécatl conservan un rasgo en común que bastaría si no para igualarlos del todo, sí para observar en el segundo una reminiscencia del primero. Ese rasgo estriba en que ambos son criados en una penca de maguey. Quizá por ello en otro pasaje del mito tepozteco, que hasta la fecha circula de boca en boca entre los campesinos de Morelos, el héroe va a la Nueva España a colocar, con un gesto

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mágico, la campana de la Catedral que nadie podía subir. Acto fundador de la nueva ciudad, del mismo modo que la guía de Mecitli en la peregrinación azteca culmina con la fundación de Tenochtitlan. El genio vegetal de Ágave, así en el mundo helénico, como en el mesoamericano, tiene una relación directa con el vino, así como una intervención protagónica en la religiosidad. Allá coadyuva a la imposición de nueva religión en la vieja Tebas; aquí es la cuna del dios tutelar de los mexica y se relaciona directamente con otras deidades o con los protocolos sagrados. En Grecia es conversa dogmática de las bacanales, con resultados trágicos y con el merecimiento del castigo de exilio permanente por calumnia a su hermana y al padre de los dioses; es también proselitista activa del ancestral sistema del patriarcalismo. No sólo es madre de una víctima del sacrificio humano, sino ejecutora simultánea. En México es fundamento de la divinidad que guía a un pueblo hasta su destino final y raíz que integra el nombre de la propia etnia. Bajo la advocación de Mayahuel es traída a la tierra por Quetzalcóatl con quien se transmuta en el reino vegetal, y en donde se distingue en la forma del maguey; después, complementariamente con su esposo Pantécatl, crea el pulque. Como Tepoztécatl es progenie del viento y de una virgen (¿otra vez Quetzacóatl y Mayahuel?) y perpetúa la raza humana que estaba a punto de extinguirse, se puede decir, en la figura de sus ancianos padres adoptivos; mata en Xochicálcatl la insaciabilidad humana. Para sustentar a sus protectores le bastaba flechar el cielo de donde caía un conejo atravesado, lo que en otros significados del mito era el inferior resplandor de la luna frente al sol, de modo que iguala a los astros como en el principio de la creación, es decir, antes de que Quetzalcóatl considerara necesario encontrar un

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Ciencias

licor que aligerara la pesadumbre del mundo. Asimismo se transforma en conejo para evitar la muerte por fuego. Y cuando sale del cuerpo del gigante que tasajea con sus pedernales, salta al cielo como un corazón ofrendado al sol y así el pulque (Tepoztécatl) es sangre, primero de la planta (savia), después del cuerpo humano. Agrego este dato, más que evocativo: los sacerdotes eran los únicos que tomaban teooctli (“bebida de los dioses”, una variedad secreta de pulque) antes de sacrificar. Para humanizarse, la deidad, ya fuera Quetzalcóatl, Mayahuel o el propio Tepoztécatl amamantado por la planta del maguey, se integra a la vegetación, se filtra en la vegetación. Así los seres humanos resultan ser infiltraciones divinas por el reino vegetal. ¿Exilio de la divinidad a través del vegetal? De allí que Ágave sea “admirable”.

Bibliografía -Eurípides: Las diecinueve tragedias. Ed. Porrúa, México 1982. -González Casanova, Pablo: Estudios de lingüística y filología nahuas. Edición de Ascensión H. de León Portilla, UNAM 1989. -Histoyre du mechique, en: Angel M. Garibay K. Teogonía e historia de los mexicanos. Ed. Porrúa 1965. -Molina, fray Alonso de: Vocabulario en lengua castellana y mexicana y mexicana y castellana. Biblioteca Porrúa, México 1977. -Robelo, Cecilio A.: Diccionario de mitología nahua. Ed. Porrúa, México 1982. Cultura ibérica. Finales S. III, inicios S. II a.C.

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Historia

Piratas en el hospital para dementes de San Hipólito por José Fierros Millán

Los recursos económicos Desde fines del siglo XVI el hospital de San Hipólito, edificado hacia el poniente de la capital novohispana, se fue perfilando como espacio para la atención de hombres dementes, provenientes de todos los estamentos de la sociedad. Su atención corrió a cargo de los Hermanos de la Caridad, llamados también comúnmente hipólitos, por haber sido éste su hospital originario. Uno de los rasgos característicos de esta orden fue ser limosneros, guardando una lejana tradición medieval. Desde sus primeras constituciones, se estableció su carácter limosnero para efectos del sostenimiento de sus hospitales y por ello enfrentaron muchas carencias para realizar su trabajo. La limosna se solicitaba en las calles o en las casas de las familias ricas. Entre los acaudalados era muy frecuente que por motivo de votos o promesas a Dios, se dieran importantes cantidades a obras pías. La pobreza de los hospitales no era ni nueva ni exclusiva de los Hermanos de la Caridad. En la Nueva España durante los siglos XVI y XVII los nosocomios funcionaron de manera muy precaria, pues no contaban con apoyo de la Corona para su funcionamiento, por ello muchos preferían acogerse a los patronatos ofrecidos por hombres acaudalados o de altos funcionarios de gobierno, a fin de asegurar medios de subsistencia. Pero la ayuda a los hospitales, por parte de las autoridades, no se limitaba al aspecto económico sino también con fuerza de trabajo que aportaban indios, esclavos y reos principalmente.

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Los recursos humanos Los indios dentro de la ciudad española aportaron siempre el trabajo más importante, tanto en la edificación de hospitales, edificios públicos, calles, obras públicas y casas de hombres importantes de la Colonia, por lo cual su esfuerzo muy raramente era utilizado para servir dentro de los nosocomios. Sólo en el Hospital Real de Naturales había indígenas ocupados en diversas tareas cotidianas. El trabajo al interior de los hospitales era agotador y temido, más aún cuando en la capital novohispana azotaban epidemias y pestes, pero en el Hospital de San Hipólito se añadía otro elemento que lo hacía especial: era el lugar de los locos y débiles mentales. En este rubro de los recursos humanos que aportaban su trabajo al interior del hospital de San Hipólito, los frailes contaban con el apoyo de algunos esclavos, pero por la falta de personal los propios locos barrían, cargaban agua, leña y parece ser que hacían mandados a lugares cercanos, cuando estaban en posibilidades de hacerlo, otras, en compañía de algún fraile recorrían las calles pidiendo limosna. Se ha documentado también que los tribunales tanto civiles como eclesiásticos, dentro de sus posibilidades de condena, contemplaban enviar reos al hospital de San Hipólito, tal fue el caso de los hermanos Carbajal, acusados de actividades judaizantes a fines del siglo XVI. El historiador Alfonso Toro en su libro La Familia Carbajal, Ed. Patria, México, reseña en las páginas 359-376 el relato de Luis de Carbajal sobre este hospital en donde sirvió como mozo, purgando condena, vistiendo san Benito amarillo, exhibiendo una enorme cruz de san Andrés de paño rojo, cosida Cultura ibérica. Finales S. III, inicios S. II a.C. sobre el traje. Traer al caso a Luis de Carbajal no es gratuito ya que este hombre, antes de tener problemas con la inquisición, tuvo su intervención en el caso que nos ocupa. Los reos: piratas en el Hospital de San Hipólito Sucedió que en septiembre de 1568 llegaron a San Juan de Ulúa seis barcos ingleses con piratas: el Jesús de Lubeck de la Royal Navy al mando de John Hawkins, el Minion bajo el mando de John Hampton, el William and John, con Thomas Bolton al mando y el Judith, capitaneado por el famoso pirata Francis Drake que viviría muchos años

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más, acumulando una gran fama. Las otras dos naves más pequeñas eran el Ángel y el Swallow que llevaban pirateando cerca de un año en las costas americanas. Al parecer los piratas desembarcaron en el puerto de Veracruz con el propósito de conseguir víveres. Habían engañando a las autoridades locales con banderas españolas, haciendo prisioneros a algunos principales de la ciudad. Por su parte la tripulación pirata se dedicó a hacer desmanes en la población. Sin embargo, para mala suerte de los visitantes, cuando se encontraban en pleno avituallamiento, llegó una flota de escolta de la armada española que contaba con una capacidad de fuego considerable, al mando de don Francisco Luján. Al principio los ingleses pensaron que la tregua, siempre vulnerada por los ingleses, entre Felipe II e Isabel I se respetaría, pero no fue así: en un ataque fulminante resultaron hundidos cuatro barcos piratas, con cerca de 500 marinos ingleses muertos, según el historiador John Barrow. Drake y Hawkins y el Minion se dieron a la fuga, mientras sus hombres se batían contra los españoles, sin embargo, imposibilitados de escapar rumbo a mar adentro por las malas condiciones del Minion, se fueron costeando hacia el norte de Veracruz, viéndose obligados a dejar cerca del río Pánuco a 104 marineros, ya que era imposible cargar con más hombres para cruzar el Atlántico, además que no había comida suficiente para todos. De acuerdo al testimonio, de un tripulante llamado Miles Philips, no había que comer como no fueran “cueros, gatos y perros, ratas y ratones, pericos y monos” . ¿Cuáles fueron los criterios que usaron los jefes piratas para abandonar a 104 elementos? Comenta Jiménez Rueda lo siguiente: “primeramente escogió aquellas personas de cuenta y utilidad que era necesario quedaran a bordo”, después se procedió a elegir los que menos falta hacían e inmediatamente se les puso en un bote para ir a tierra, prometiéndoles que al año siguiente regresarían por ellos. Los abandonados, aunque portaban armas, se las tuvieron que ver con los chichimecas, de los cuales sobran testimonios documentales que hablan de su bravura y odio hacia los europeos y aunque les respetaron la vida, pronto los dejaron desnudos. Errantes en una tierra desconocida y hostil, enfermaron de paludismo y con mil problemas atravesaron la selva, hasta que llegaron a Tampico, en donde, casi gustosos, fueron hechos prisioneros por los españoles al mando de Luis de Carbajal y enviados a la ciudad de México para ser juzgados.

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Cultura ibĂŠrica. Finales S. III, inicios S. II a.C.

John Hawkins

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Pero como se trataba de un asunto de fe, se tuvo que esperar a que llegara un Inquisidor acreditado desde España, por lo que los reos fueron remitidos a diversos trabajos forzados antes de ser presentados ante el Tribunal de la Santa Inquisición, lo cual ocurrió hasta 1871, siendo el enviado don Pedro Moya de Contreras. Por ello los prisioneros fueron recluidos en obrajes y hospitales; tal fue el caso del pirata Robert Barret, que sin Hawkins quedó como capitán del Jesús de Lubeck, trabajó en un obraje durante cuatro meses, hasta que posteriormente fue ejecutado en la Ciudad de México. Unos fueron a parar como sirvientes al hospital de San Hipólito, otros a un obraje de Texcoco, otros más a las minas, algunos a servir a personas de calidad” (sic), y como mozos en los conventos de San Agustín, Santo Domingo hasta la llegada de don Pedro Moya de Contreras, cuando fueron concentrados en las mazmorras de la Inquisición para ser juzgados. Duraron encerrados año y medio, tras los cuales fueron presentados ante el tribunal. Los interrogatorios fueron muy acuciosos y como se trataba del primer caso enfrentado por la inquisición sobre un asunto de fe, aplicado a extranjeros saqueadores, el proceso fue muy duro contra los prisioneros. Para comenzar, todos sus bienes fueron confiscados y embargados, esto sin contar que ya desde Veracruz habían perdido el valioso botín que habían acumulado en sus correrías previas a su llegada a Veracruz. Al fin, fueron condenados por el de la Inquisición bajo la sospecha de ser luteranos protestantes, para lo cual con trompetas y voceros se convocó al pueblo a presenciar el espectáculo. Se les colocaron san benitos amarillos con cruces adelante y atrás y se levantó un tablado para que la gente los pudiera ver bien. De acuerdo al testimonio de Miles Philips los castigos se distribuyeron de la siguiente forma: “El primer llamado fue un tal Roger, armero mayor del Jesús y lo sentenciaron a trescientos azotes y diez años de galeras”. “Luego llamaron a Juan Gray, Juan Brown, Juan Rider, Juan Moon, Santiago Collier y Tomás Browne: la sentencia de éstos fue de doscientos azotes y ocho años de galera” “Tocóle en seguida a Juan Keyes, cuya pena fue de cien azotes y seis años de servicio”. “Después fueron llamando a varios, uno tras otro, en número de cincuenta y tres, y a cada cual le daba su sentencia: a unos doscientos azotes, a otros cien, y luego a galeras por seis, ocho, o diez años”. “Entonces me llamaron a mí, Miles Philips, y me sentenciaron a servir en un convento por cinco años, sin azotes, y a llevar el san Benito todo ese tiempo”.

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Cultura ibérica. Finales S. III, inicios S. II a.C. Francis Drake

“Llegó luego su vez a Juan Storey, Ricardo Williams, David Alexander, Roberto Cook, Pablo Horsewell, Tomás Hull: estos seis fueron condenados a servir en conventos, sin azotes, unos por tres, otros por cuatro años, y a llevar durante ellos el sanbenito”. “Hecho esto, y acercándose ya la noche, llamaron a Jorge Rively, Pedro Monfrie y Cornelio el Irlandés, y los condenaron a ser reducidos a cenizas. En el acto los

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enviaron al lugar de la ejecución en la misma plaza del mercado, cerca del tablado, donde fueron prontamente quemados y consumidos. A los demás sentenciados que éramos sesenta y ocho, nos volvieron a llevar aquella noche a la cárcel”. Los azotes anunciados se cumplieron al día siguiente, viernes santo. Los condenados fueron conducidos desnudos del pecho en caballos, con pregoneros por delante y en una plaza fueron latigueados hasta completar el número de su sentencia. Entonces, se puede desprender lógicamente que entre los siete condenados a servir en conventos estuvieron: Philips, Storey, Williams, Alexander, Cook, Horsewell y Hull los enviados al Hospital de San Hipólito. Esta documentación sobre el caso, se puede consultar en el AGN (de 1568 a 1571). AGN-UNAM, Corsarios franceses e ingleses en la inquisición de la nueva España, siglo XVI, México, 1945 Imprenta Universitaria, Introducción de Julio Jiménez Rueda, p. XV

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Conclusiones La incursión pirata inglesa de 1568 resultó desastrosa. De acuerdo con el historiador Barrow, en Veracruz se perdieron cuatro naves y 500 hombres aproximadamente, luego 104 más fueron abandonados a su suerte en el Pánuco, al no poder el Minion seguir su travesía. Éstos 104 supieron lo que era “amar a Dios en tierra de indios”, como dice el refrán, pues los soldados españoles los hicieron prisioneros encontrándolos desarmados, desnudos, hambrientos y sedientos. Fueron juzgados, encontrados culpables y condenados a diversos trabajos antes de ser ejecutados. Comenta Barrow que a partir de esta experiencia Drake tomó un odio feroz hacia los españoles que lo llevó a hacer grandes daños al imperio español. Por cierto, este personaje volvió a pasar un mal momento en Inglaterra, a la que llegó en 1569, porque tras asegurar que Hawkins había muerto y de dar una versión a su modo de los hechos bélicos contra los españoles, al mes siguiente apareció Hawkins sano y salvo. Por lo que se refiere a la condena impuesta a los piratas en México, se confirma que las condiciones de trabajo en las minas, en los obrajes, en los hospitales, eran deplorables, dignos escenarios para reos. Ignoramos cuántos piratas fueron al San Hipólito pero seguramente en medio de los aullidos, gritos, lamentos y gruñidos, que asegura Carbajal enloquecían a cualquiera, los ingleses conocieron un aspecto humano que jamás imaginaron. Cultura ibérica. Finales S. III, inicios S. II a.C.

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Libros

Viajes con Heródoto, de Ryszard Kapuscinski por Lola Peiró

“…me internaba en el mundo de Heródoto… Así, mis viajes cobraron una segunda dimensión: viajé simultáneamente en el tiempo (a la Grecia antigua, a Persia, a la tierra de los escitas) y en el espacio (mi labor cotidiana en África, en Asia y en América Latina). El pasado se incorporaba al presente, confluyendo los dos tiempos en el ininterrumpido flujo de la historia” R.K.

R

esulta difícil catalogar este libro que Kapuscinski escribió en su periodo de madurez, después de haberse trasegado una vida tan trabajosa. Para justificar algunas de las reflexiones que desea dejar como testimonio de su paso por la tierra, se remonta a las clases de historia recibidas en la Universidad 20


e impartidas por su profesora Biezunska-Malowist sobre la antigüedad. Ahora recuerda a Heródoto, y no por su “Historia” tomada en sentido literal, sino por las similitudes que encuentra con las situaciones de una actualidad insertada en el siglo XX, y que comprende con más conocimiento de causa. Valora a Heródoto por sus sugerencias, por lo que dice entre líneas, por la intención del autor de dejar testimonio -tan valioso para nosotros el de aquellos principios- y por la honestidad con que plantea los hechos: a ser posible, el griego narrará aquello de lo que es testigo y si no, advertirá “que se lo dijeron en estas circunstancias”. Esto es algo de lo que Kapuscinski aprende de sus lecturas: hay que verificar los hechos e interpretarlos, también si es posible, según sus circunstancias. Tras haber optado por el periodismo, allá por los años 50, la agencia para la que trabajaba decide enviarle al extranjero, y esto va a colmar el obsesivo deseo de “cruzar las fronteras” y enfrentarse por primera vez al ancho mundo que hay detrás. Y lleno de entusiasmo, acepta el proyecto que, aún no lo sabe, va a ser un bautismo estremecedor que le llenará de desasosiego: ha de viajar a la India, y él casi no sabe por dónde cae aquel mítico país. ¿Y la lengua?, ¿y las costumbres? ¿y los viajes en avión…? Pero hace su maleta y emprende el camino, no sin antes abrir el regalo que la directora de la agencia le ha ofrecido: un ejemplar de la “Historia” de Heródoto. He ahí el motivo de su reencuentro cuya lectura, al tiempo Cultura que vive los acontecimientos de S.ese convulso mundo ibérica. Finales S. III, inicios II a.C. por donde va a caminar, supone el cuerpo del libro que ahora tienen delante. Pero no crean que van a leer una crónica de guerras, pactos y traiciones al uso; Kapuscinski, al introducirse –cuando las pausas se lo permiten– en el mundo de Heródoto, y afrontar su periodo por excelencia, las Guerras Médicas, nos va a dar una interpretación muy singular de las luchas entre persas y griegos, y seguro que nos sorprenderá con las preguntas que se hace a sí mismo y que nos muestran a un hombre preocupado más por la gente que protagoniza la historia, que por los acontecimientos históricos, que generalmente poseen esa frialdad que encierran fechas y datos. Se pregunta 21


cómo serían las batallas de entonces –el fragor de carros, las ballestas y los gritos de dolor de los soldados; la obligación de morir o regresar vencedor; la sumisión de la esclavitud etc.– y al tiempo, se preocupa por la situación de los taxistas que le acompañan en sus viajes reales, o por comprender la situación de las personas que sufren calladamente viajes larguísimos en un autobús abarrotado a 50ºc, o las que mueren bajo las bombas y los atentados absurdos de hoy… Pero también se entusiasmará cuando llega a Persépolis en un sereno atardecer y desde la cima de la colina, queda extasiado ante tanta belleza: allí imagina la visión del orgulloso rey que lo habitó, de la tremenda impresión producida a los vasallos y plebe en general, para luego regresar a su realidad actual en donde, disfrutando de la soledad y belleza del paraje, no puede evitar el decirse a sí mismo: “¡Cuánta fatiga, cuanto trabajo meticuloso, agotador e ímprobo metieron en ellas durante años miles y miles de hombres! ¿Cuántos cayeron fulminados mientras cargaban esas rocas gigantescas? ¿Cuántos cayeron de extenuación y de sed?” Y mientras regresa a Teherán, sigue preguntándose si no habrá sido el gran arte del pasado, obra de lo que el hombre tiene de malo y negativo. Les aseguro que es tremendamente difícil encerrar en espacio tan corto, tanto vuelo de ideas, reflexiones, entusiasmos y desesperaciones. Tanta vitalidad, tanto deseo de ser ecuánime, sobre todo con los hombres. En fin, nuestra suerte estriba en tener la posibilidad de emprender ese camino no solamente con Heródoto, sino también con Ryszard Kapuscinski. Y háganlo, cuantas más veces, mejor. Buen viaje. Fuente: www.euroresidentes.com/libros/novelas/viajes-con-herodoto.htm

Visite nuestro blog: http://correodelasculturas.wordpress.com 22


Libros

Atlas de las Civilizaciones Inmersos en una época de grandes cambios, este Atlas invita a la reflexión sobre la articulación entre las fronteras políticas y sociales, los efectos de la globalización en la organización del planeta, y la formación de sociedades multiculturales como proceso patente e irreversible, que lleva consigo la necesidad de diálogo y la incorporación de transformaciones sociales, políticas y culturales. Se aportan interesantes elementos de reflexión sobre el complejo concepto de civilización, abordando el debate en torno a las fronteras culturales y analizando la cuestión desde diferentes disciplinas como la Geografía, la Historia, la Filosofía, la Lingüística o la Antropología. Todo ello presentado en una dimensión espacial que ayuda a localizar y comprender su desarrollo a escala mundial. Fuente: www.mondiplo.net

Atlas de las Migraciones “El siglo XXI será el de los pueblos en movimiento” afirmaba Antonio Guterres, alto comisionado de las Naciones Unidas para los refugiados. El fenómeno no es nuevo Cultura ibérica. Finales S. III, inicios S. II a.C. dado que los seres humanos se han desplazado siempre incitados por la búsqueda de recursos o expulsados a causa de conflictos. El Atlas de las Migraciones se ha fijado como objetivo representar y analizar estos desplazamientos, transferencias y circulaciones con sus complejidades justo cuando la cuestión de la inmigración moviliza instituciones nacionales e internacionales. El Atlas analiza las migraciones históricas, las migraciones de hoy en día, las diásporas, los problemas de la integración, las migraciones en el mundo de mañana así como los procesos migratorios en España. Fuente: www.mondiplo.net

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Libros

Historia mínima de Corea Coord. José Luis León Manríquez1 Reseña de Guillermo Ruiz-Stovel2

La primera Historia mínima de México, publicada en 1973 por el Colegio de México, se convirtió rápidamente en obligada referencia general para generaciones de estudiantes. Tras la reinvención de esta síntesis clásica con una edición completamente nueva en 2004, el Colegio de México nos ofrece ahora esta segunda historia mínima, dedicada a la península coreana, a la cual se le suma este año una tercera, en este caso sobre historia china. Que la aparición de la Historia mínima de Corea preceda a otras potenciales compilaciones de la serie, por encima de otras unidades geográficas o enfoques temáticos, puede resultar sorprendente, sobre todo considerando la relati-vamente corta historia de los estudios coreanos (no se diga la historiografía de Corea), no sólo en México o América Latina, sino en el mundo en general.

La academia occidental, con una fascinación por China y Japón cultivada desde

hace siglos, desarrolló en la posguerra un tardío interés por Corea, en gran medida como resultado del crecimiento económico sin precedentes iniciado en los años sesenta, así como de las cuestiones de seguridad en la península. Posteriormente, con la creación de la Korea Foundation por el gobierno de Corea del Sur en 1991, los estudios coreanos lograrían un nuevo posicionamiento en universidades alrededor del mundo. 1 León Manríquez, José Luis (coord.), Historia mínima de Corea, El Colegio de México, México, DF, Centro de Estudios de Asia y África, 2009, 263 pp. 2 Guillermo Ruiz-Stovel. Profesor-Investigador del Departamento de Estudios del Pacífico, Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad de Guadalajara. Vol. 13, núm. 39 / septiembre – diciembre de 2010. Reseña 133 Guillermo Ruiz-Stovel

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Ante este historial, la creación de esta historia mínima, más que un ejercicio de

innovación historiográfica, es una aseveración del grado de madurez de los estudios coreanos en México, lo que los anglosajones describirían como un coming of age. La compilación Korea Old and New: A History, hasta hoy el más cercano equivalente a una historia mínima en lengua inglesa y resultado de un esfuerzo conjunto entre historiadores surcoreanos y norteamericanos, no fue publicada sino hasta 1990. En este contexto, el volumen coordinado por José Luis León resulta particularmente significativo para la evolución de los estudios coreanos en el mundo de habla hispana.

Parecería irónico que esta historia mínima surja de la colaboración entre cuatro

internacionalistas (Alfredo Romero Castilla, José Luis León Manrí-quez, Juan Felipe López Aymes y Alejandro Escalona Agüero), junto con una antropóloga (Silvia Seligson), ninguno de ellos historiadores de oficio. Sin embargo, estos cinco autores, pioneros de la temática coreana en América Latina, brindan una perspectiva multidisciplinara que abarca desde el mito fundacional del rey Tangun hasta la presente crisis del desarrollismo en el Sur y del peculiar modelo socialista en el Norte, pasando por una balanceada discusión del legado del colonialismo japonés, sin duda el periodo más con-trovertido en la historia de la península.

Este volumen nace de la necesidad de una introducción a la historia de Corea

pensada en estudiantes (y estudiosos) de las ciencias sociales, así como los miembros de la “comentocracia”, pero a su vez accesible para el público en general. Se trata, pues, de una visita guiada Cultura a travésibérica. del queFinales León describe comoS. unII“óptimo laboratorio S. III, inicios a.C. para la historia y las ciencias sociales”, que cumple con un doble propósito: no sólo informar sino también inspirar. La Historia mínima de Corea promete convertirse no sólo en obra de consulta esencial sino también en punto de partida para nuevas generaciones de especialistas en el estudio de la península coreana. Fuente: Centro de Estudios de Asia y África de El Colegio de México

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Hallan piezas robadas del Museo Egipcio

L

as autoridades egipcias anunciaron hoy que han encontrado algunas de las piezas que habían desaparecido del Museo

Egipcio a causa de los actos de pillaje registrados durante las últimas protestas contra el régimen de Hosni Mubarak. El ministro de Estado para Asuntos de Antigüedades, el arqueólogo Zahi Hawas, dijo en un comunicado que durante la búsqueda iniciada ayer en el interior y el exterior del Museo Egipcio la estatua antigua de un escarabajo apareció fuera del museo. Al parecer los ladrones llevaron esta estatua y la dejaron en la parte exterior del museo.

También fue hallada una figura que forma parte de un grupo de once estatuas

pequeñas desaparecidas.

Asimismo, las autoridades encontraron a las afueras del museo una parte

pequeña de un ataúd, que data de hace tres mil años y que se encuentra en una vitrina en la primera planta del edificio que acoge antigüedades faraónicas más importantes del mundo.

Por otro lado, por segunda vez en varios días, un grupo de ladrones irrumpió

ayer un almacén de antigüedades en la zona arqueológica de Dahshur, al sur de las pirámides de Guiza, después de haber encadenado a los guardias.

Se ha formado un comité para revisar el contenido de este almacén, añadió la

nota. Otro comité continúa la revisión de las piezas que se encuentran en un almacén en Qantara, que fue saqueado el pasado 28 de enero.

Los ladrones robaron de este almacén varias cajas llenas de numerosas

antigüedades, de las cuales sólo 393 piezas han sido recuperadas. Fuente: EFE/ eluniversal.com.mx/ cvtp

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P


Invitación

‫ﺍﻳﺎﻡ ﺍﻟﺼﺪﺍﻗﺔ ﺍﻟﻔﻠﺴﻂﻴﻨﻴﺔ ﺍﻟﻤﻜﺴﻴﻜﻴﺔ‬

del 1 al 10 de Marzo

saltando el muro Jornadas de amistad

PALESTINA MÉXICO2011 Colegio de Psicoanálisis Lacaniano Universidad Autónoma de Chiapas Universidad Autónoma de la Ciudad de México

Universidad Autónoma Metropolitana Cultura ibérica. Finales S. III, inicios S. II a.C. Universidad Nacional Autónoma de México

Programa

http://mexicopalestina.blogspot.com

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Directorio

INSTITUTO NACIONAL DE ANTROPOLOGÍA E HISTORIA DIRECTOR GENERAL ALFONSO DE MARIA Y CAMPOS CASTELLÓ SECRETARIO TÉCNICO

MIGUEL ÁNGEL ECHEGARAY

SECRETARIO ADMINISTRATIVO EUGENIO REZA SOSA

COORDINADORA NACIONAL DE MUSEOS Y EXPOSICIONES LOURDES HERRASTI

DIRECTOR DEL MUSEO NACIONAL DE LAS CULTURAS Y DEL CORREO DE LAS CULTURAS DEL MUNDO LEONEL DURÁN SOLÍS

EDITOR

MARIANO FLORES CASTRO

correodelasculturas@gmail.com ÉSTA ES UNA PUBLICACIÓN DEL CENTRO DE ESTUDIOS SOBRE LA DIVERSIDAD CULTURAL (CEDICULT) DEL MUSEO NACIONAL DE LAS CULTURAS ©TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS POR LOS RESPECTIVOS AUTORES DE LOS ARTÍCULOS, NOTAS Y FOTOGRAFÍAS.

MÉXICO, D.F., 15 DE FEBRERO DE 2011.

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