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El emblemático fotógrafo de músicos trabajó y trabó amistad con las principales bandas del siglo XX. Así tuvo acceso a su intimidad en cuerpo y cámara, dando a luz algunas de las mejores fotos que ilustran los años dorados del rock & roll. Aquí, las historias de esos íconos en sus propias palabras.
Bob Gruen y el detrás del rock Txt: María Zinn Ph: Gentileza Bob Gruen
“Vivir de noche y morir de día”. Ése era el estilo de vida que quería llevar este muchacho estadounidense que nunca pudo tocar bien la guitarra. Pero encontró otra habilidad que lo unió al Rock & Roll para siempre: la fotografía. Y fueron su talento, su carisma y su indudable buena suerte los que lo ayudaron a convertirse en uno de los más distinguidos fotógrafos de rock de todos los tiempos. Tener la habilidad de disparar en el momento preciso, cuando la luz es perfecta, la velocidad justa y el encuadre insuperable. Tener la suerte de encontrarse a John Lennon y la audacia de hablarle para mostrarle su trabajo: pequeños y certeros pasos que transformaron a este artista aficionado en el fotógrafo oficial de las bandas más influyentes del siglo XX. Dueño de un talento indiscutido, Bob Gruen se fue ganando su lugar como fotógrafo de las grandes figuras musicales de Estados Unidos. Retrató a históricos como Bob Dylan, Led Zeppeling, The Rolling Stones, The Clash, Tina Turner y John Lennon, muchos de los cuales se volvieron sus amigos. Y es que la construcción de un ídolo no se logra solo a través de su música; la imagen también alimenta al mito que gira en torno a la estrella. Así, Bob Gruen ayudó con sus fotografías a engrandecer las leyendas del Rock & Roll. “Bob, vente de inmediato, que pasó Mick Jagger a visitar a John y están los dos tocando el piano, junto a Yoko”, un llamado a las tres de la madrugada que lo haría saltar de la cama, para ir a retratar un momento que no se volvería a repetir en la historia de la música Ésa era la responsabilidad de Bob Gruen y también el privilegio de haber sido el fotógrafo personal de John Lennon, y muy amigo suyo después. Este año, este pictórico de la música vino a Buenos Aires a presentar su nuevo libro “John Lennon: sus años en Nueva York”, que ilustra los felices y oscuros momentos que el ex Beatle vivió en la Gran Manzana, junto al amor de su vida: Yoko Ono. En esta entrevista Bob Gruen congela en imágenes y en palabras, anécdotas inéditas de Lennon que humanizan y nos acercan a uno de los mayores ídolos del Rock.
Contame acerca de tu carrera, ¿planeabas ser fotógrafo cuando eras chico? La pura verdad es que cuando era chico no tenía ningún plan en absoluto. Sucedió que mi madre era una aficionada de la fotografía y ella me enseñó desde muy pequeño cómo usar una cámara. Incluso me regaló mi primera analógica cuando tenía ocho años. Pero en la secundaria, cuando yo me entusiasmé demasiado, mis padres me dijeron que no consideraban que la fotografía fuera un trabajo, sino simplemente un hobbie. Ellos eran abogados y querían que yo fuese a la universidad, que hiciese una carrera y que trabajara en una oficina. Entonces empecé varias carreras universitarias pero a todas las dejé. Mis pobres padres me seguían insistiendo en que estudiase algo. ¿También empezaste y dejaste la carrera de fotografía? Quise comenzar, pero no tenía las calificaciones suficientes como para entrar a esa carrera. Entonces empecé a sacarle fotografías a una banda de Rock & Roll y decidí irme a vivir con ellos. Al principio no tenían ni nombre, pero cuando finalmente firmaron un contrato con una discográfica, usaron mis fotos. Y no sólo eso, sino que a la discográfica le gustó mis fotos y empezaron a contratarme para retratar a más bandas. ¿Por qué decidiste fotografiar músicos? Simplemente porque lo que más me gustaba en el mundo era la música. ¿Tocabas algún instrumento? A principios de los sesenta tocaba la guitarra, más que nada música folk. Pero en ese entonces mis amigos empezaron a tocar cada vez mejor y yo en lo que me estaba volviendo realmente bueno era en sacar fotos. Así que eso fue lo que seguí haciendo. Entonces, ¿fue por pura casualidad que te volviste fotógrafo de rock? Sin duda, yo no quería trabajar de nada y esto se me fue dando. Me gustaba ir a conciertos y llevar el mismo estilo de vida que los músicos: vivir de noche, morir de día. ¿Cómo pegaste el salto para dejar de ser aficionado? Empecé a moverme por el ambiente de la música y una vez me crucé con Tina Turner de casualidad, le hice algunas fotos y resultó que le gustaron mucho.
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Esa foto que le encantó a Tina, llegaste a decir que es una de tus mejores fotos… Sí, es una foto perfecta. Recuerdo que estábamos en su concierto, yo había ido como espectador pero logré subir al backstage. Presentí la foto, disparé como cuatro o cinco veces y todas las tomas salieron sobre expuestas; menos una que salió limpia, impecable y captura muy bien la energía y la vitalidad de Tina. ¿Se la mostraste? Claro, después de ese concierto esperé a que saliera del teatro y cuando se acercaba, un amigo literalmente me empujó hacia ella porque yo no me animaba a hablarle. Fue ahí cuando le mostré esta foto y le encantó. Antes de que pudiera darme cuenta de lo que estaba pasando, empecé a trabajar con Tina Turner junto a su esposo Ike y a viajar con sus giras. Nos hicimos buenos amigos. ¿Crees que fue tu talento, tu carisma o tu buena suerte lo que te llevó tan lejos? Creo que los tres. Tenés que tener talento para hacer algo bueno, tenés que tener el carisma para poder caerle bien a la gente y tenés que tener buena suerte para encontrarte a la persona indicada en el momento indicado. Creo que yo tuve un poco de cada uno. ¿Cómo conociste a John Lennon? Los conocí a él y a Yoko Ono, a través de un escritor que estaba escribiendo la historia de Elephant´s Memory, una banda con la que John & Yoko estaban grabando en ese momento. El autor les iba a hacer una entrevista y me pidió que lo acompañe para sacarles algunas fotos. ¿Cómo te sentías cuando te los iban a presentar? Ellos vivían a dos cuadras de casa, pero nunca los había visto antes. Me acuerdo lo nervioso que estaba mientras subía las escaleras hasta su cuarto para conocerlos. Temblaba. Literalmente no podía mantener el pulso, y pensé: si entro así no voy a poder sacar ninguna fotografía decente. Entonces frené, tomé un gran respiro y traté de tranquilizarme. Yo era un gran admirador de ellos como pareja. Me gustaban Los Beatles, pero ellos me apasionaban, era fanático de John & Yoko. Sus proyectos artísticos como pareja me parecían fascinantes, con el foco siempre puesto en la paz y el amor. ¿Usaron las fotos que sacaste ese día? No pensé que iban a necesitar mis fotos. Imaginate, eran John & Yoko, la pareja más famosa del mundo. Fue un golpe de suerte que tiempo después me llamaran para usar esas fotos. Fue gracias a que yo era el único que tenía una foto de toda la banda, de John & Yoko junto a Elephant´s Memory. Y eso se dio gracias a que yo insistí en ir al estudio de grabación esa noche y fotografiar a todos juntos. Usaron esa foto que yo saqué para la tapa del disco. ¿Cómo te convertiste en su fotógrafo personal? Cuando volví a su departamento para llevarle las fotos, empezamos a charlar y ese fue el principio de nuestra relación. Recuerdo que al final del día, Yoko me dijo que le gustaba mucho mi trabajo y que quería que volviese a visitarlos más seguido y que trabajara con ellos para sacarles fotografías. Es hasta el día de hoy que sigo trabajando junto a Yoko Ono, 40 años más tarde. ¿Cómo eran en la intimidad John y Yoko? Son una de las parejas más lindas que conocí. Yoko Ono era una gran artista y se complementaban muy bien. John era una persona muy graciosa, siempre estaba haciendo chistes y no se mostraba distinto ante las cámaras que con nosotros. Él verdaderamente era lo que veías en una entrevista, siempre muy simpático. Ade-
más, era muy perceptivo, siempre se daba cuenta lo que le pasaba a los demás, estaba muy conectado con la realidad que lo rodeaba. Estar cerca suyo era estar riendo y aprendiendo constantemente. ¿Cuánto duró su amistad? Los conocí en 1972 y fuimos buenos amigos por 9 años. Lo vi a John tres días antes de que lo mataran. Y es el día de hoy que sigo trabajando con Yoko. Contame acerca de su protesta nupcial contra la guerra de Vietnam Fue una protesta brillante que duró dos semanas. Cuando ellos se casaron, como toda pareja normal, querían irse de luna de miel y pasarse horas en la cama juntos. Pero sabían que no encontrarían privacidad en ningún lugar. Porque cuanto más lejos intentasen ir, más los iba a perseguir la prensa. Entonces a Yoko se le ocurrió hacer exactamente lo contrario. Hacer público su lugar más íntimo, dejar que la prensa entre a su cuarto, los vea en la cama y les saque fotografías, pero con un cartel inmenso con la palabra “paz” detrás de ellos. Lo planearon así, pensando exactamente en la foto que la prensa más quería de su luna de miel: la foto de ellos en la cama, pero ahora con “paz” detrás de sus cabezas. ¿Estuviste presente en alguna de las peleas entre Jonh y Yoko? Sí, en más de una ocasión. Recuero que su relación empeoró después de que presentaron juntos su nuevo álbum en el Madison Square Garden. Las críticas fueron muy duras con ellos y eso deprimió a John. Después del recital fuimos a la casa de Jerry Rubin y Jonh se puso muy ebrio. Yoko no bebía pero tampoco le ponía límites y él, cuando bebía, bebía muchísimo. En ese estado John se ponía muy egocéntrico y descuidado, no se preocupaba por quien podía llegar a herir y a veces era Yoko la que salía más lastimada. ¿Cuándo se separaron? Fue en la época en la que John tenía una orden de deportación de Norteamérica, que lo ponía muy nervioso. Y cuando Nixon ganó las elecciones, todo el panorama empeoró. Cada uno empezó a hacer música por su cuenta y John se fue a Los Ángeles a grabar con Phil Spector. Estuve alejado de él durante esa época, pero sé que siempre estuvo intentando volver con Yoko. Estuvieron alejados alrededor de un año, cuando finalmente se reconciliaron y Yoko quedó embarazada al poco tiempo. ¿La orden de deportación generó la idea de fotografiarlo frente a la Estatua de la Libertad? Exactamente, se me ocurrió tomarle esa foto ya que creí que ayudaría a dramatizar su caso y colaboraría con su causa. A John le encantó la idea, entonces decidimos hacerlo. Es una foto muy simbólica por la que siempre me sentí atraído. ¿A qué otras bandas legendarias fotografiaste? A muchas de ellas. Además de los Rolling Stones, también fotografié a Led Zeppelin, Pink Floyd, Bob Dylan, David Bowie, Kiss, Sex Pistols y es el día de hoy que sigo trabajando con músicos. ¿Con qué proyectos estás ahora? Actualmente trabajo con la banda Green Day, soy su fotógrafo pero también su fanático. Me parece que empujan al Punk-Rock hacia adelante y lo acercan a un público mucho más amplio. Además, transmiten un mensaje importante sobre la libertad. Creo que la esencia del Rock & Roll es la libertad misma. Es tener la libertad de expresar tus sentimientos pero a todo volumen.
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