Identidad Memoria Legado
El Archivo Tomás Montero Torres es de carácter privado con una clara vocación pública. En su gran mayoría, los documentos visuales que lo integran fueron concebidos por su autor, el fotorreportero Tomás Montero Torres, para ser difundidos en periódicos y revistas. De ahí que apoyadas por el Programa de Fomento a Proyectos y Coinversiones Culturales del Fonca, en sus ediciones 2009-2010 y 2010-2011, hemos realizado un amplio esfuerzo por establecer los pilares para ponerlo al alcance de investigadores y especialistas de diversa índole; y a la par contamos con un blog que nos permite difundir paulatinamente imágenes extraídas del acervo. 4
Representa un rico y diverso patrimonio visual de uno de los periodos más interesantes de la construcción del México posrevolucionario, un viaje maravilloso de lo que fuimos y somos: hechos cruciales, personajes entrañables, tradiciones, paisajes, modas… Esta publicación es el equivalente a una carta de presentación. Les extendemos una amplia invitación para que se acerquen, conozcan el acervo y hagan uso del mismo para enriquecer sus trabajos, obtener imágenes de referencia, fortalecer sus tesis, acrecentar sus conocimientos, ahondar en facetas de la historia de México…
También, por supuesto, para que se den la oportunidad de conocer a un fotógrafo de gran calidad estética y humana, de ideales claros y altos, de entrega a México, cuyo fruto visual es resultado de una preparación constante y de un trabajo de amplio tesón, con el que abordó prácticamente todos los temas que los años cuarenta, cincuenta y sesenta le ofrecían: Tomás Montero Torres. Queda un largo camino por recorrer en las tareas de envergadura que implican rescatar y difundir un legado de esta naturaleza; pero el compromiso es firme y en el desarrollo continuo de este proceso los beneficios 5
serán compartidos.
Martha Patricia Montero
Directora General
Silvia Sánchez Montero Directora de Conservación
Claudia Montero Patiño
Julieta Sánchez Montero
Proyectos Especiales
Base de Datos y Logística
www.archivotomasmontero.org
Índice
6
M i s i ó n
07
O b j e t i v o s
07
El fotorreportero
08
Di a r i o de un f o t ó gr af o de pr e nsa
13
E l A r c h i v o
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T e m á t i c a s G e n e r a l e s
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Temas emblemáticos y selección de obra
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Base de datos
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S i s t e m a d e C o n s u l t a
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B l o g Agradecimientos
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C r é d i t o s
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A r c h i v o To m á s M o n t e r o To r r e s Misión
Rescatar y difundir un acervo visual de alta significancia para el devenir y la
identidad de México, ejerciendo y promoviendo labores que, además, contribuyan a dar a conocer al fotógrafo Tomás Montero Torres, a fin de que se aprecie su calidad estética, sus aportes a la fotografía y el valor histórico de su obra gráfica.
Objetivos 7
• Ahondar en la trayectoria y obra de Tomás Montero Torres, difundirla de forma permanente y activa. • Efectuar las acciones necesarias para que se reconozca el valor del legado gráfico de Tomás Montero Torres, así como sus aportes históricos y estéticos. • Gestionar fondos que permitan solventar las tareas de limpieza, conservación, digitalización y difusión propias de un archivo fotográfico de gran dimensión. • Velar porque en todo momento se reconozca la autoría de las imágenes captadas por Tomás Montero Torres. • Concretar alianzas que impulsen la capacitación, la mejora de la infraestructura, el estudio y/o la difusión del patrimonio visual legado por Tomás Montero Torres. • Generar conocimiento en distintos ámbitos, teniendo como motivo y/o punto de partida las imágenes del acervo legado por Tomás Montero Torres. • Contribuir activamente a enriquecer la historia de la fotografía en México, con base en la información gráfica y documental que conforma el Archivo Tomás Montero Torres. • Integrar una biblioteca de temas pertinentes y complementarios para el estudio de Tomás Montero Torres y su obra.
El Fotorreportero Dra. Laura González Flores
Empresario de la imagen
H
asta hoy, el michoacano José Tomás Montero Torres ha sido un fotógrafo poco conocido. A pesar de haber reunido el impresionante archivo del que surge esta exposición —una colección de más de 86,000 imágenes en las que se despliega la historia social, cultural y política de México entre 1941 y 1969— y de haber colaborado en esos años para publicaciones tan importantes como La Nación, Impacto, Mañana, Revista de América, Señal, Revista de revistas, El Universal y Excélsior, Montero sólo ha sido mencionado tangencialmente en la historia del fotoperiodismo de nuestro país. Las razones para el práctico desconocimiento de la fotografía de Montero son varias: en primer lugar, la escasez de estudios serios sobre fotoperiodismo por parte de la crítica especializada en México. Salvo algunas excepciones dignas de mencionarse (las investigaciones de John Mraz, Rebeca Monroy Nasr, Alberto del Castillo y Ariel Arnal, entre otras) existen pocos ensayos que analicen el vastísimo legado de imágenes periodísticas producidas en nuestro país durante el siglo XX. Una segunda explicación para la exigua atención prestada a la obra de Montero es su conexión con la política de derecha de aquella época: una orientación censurable, poco susceptible a ser fagocitada por la retórica “revolucionaria” de los gobiernos de esos años, como sí lo era, en cambio, la de otros fotógrafos como Juan Guzmán o, incluso, la de los hermanos Mayo. Pero la razón que explica mejor la práctica ausencia de Montero en los recuentos sobre fotoperiodismo mexicano es la naturaleza plural y poco definible de su trabajo: además de fotógrafo, Tomás Montero también ejerció, conspicua y diestramente, como dibujante, pintor, publicista, redactor y representante de compañías aéreas. Más que ante un fotoperiodista, nos encontramos, pues, ante un verdadero “empresario de la imagen”. ¿Qué sentido tiene la extensa producción fotográfica que nos legó y que ahora, a más de cuarenta años de su muerte, comenzamos a desentrañar? Si bien el impresionante conjunto de imágenes de política, espectáculos, toros, aviación, la cultura, retrato, paisajismo y crítica social se puede entender como el producto natural del oficio de fotoperiodista, en el caso de Montero es preciso comprender el nexo de su fotografía con otras actividades como el dibujo, la pintura y la publicidad. A diferencia de otros fotógrafos con los que compartió las páginas de las revistas ilustradas (Enrique Díaz, Enrique Delgado, Aurelio Montes de Oca, los hermanos Mayo, Juan Guzmán), Montero no sólo realizó estudios formales de bellas artes, sino que continuó combinando el ejercicio fotográfico con el del dibujo y la pintura a lo largo de su vida profesional.
Nacido en Morelia en 1913, Montero se traslada a los 17 años a la Ciudad de México para inscribirse en el programa de Maestro en Artes Plásticas ofertado por la Escuela Central de Bellas Artes (ex Academia de San Carlos). Y si bien en una entrevista publicada en Mañana en 1946 se afirma que durante esos años en Artes Plásticas (1931-1935) Montero estudia fotografía con Agustín Jiménez y Arturo González Ruiseco, tal información no consta en la documentación conservada en el Archivo. En cambio, sí existen pruebas de su paso por el taller de pintura de Germán Gedovius; la influencia de éste será patente en la iconografía y el estilo de Montero, sobre todo, en su paisajismo fotográfico y pictórico. El estilo de las vistas fotográficas de Michoacán, por ejemplo, es muy similar al de las pinturas de la exposición Notas de color presentada en Durango en 1943: tanto en pintura como en fotografía, nos encontramos ante vistas arquitectónicas y paisajes bucólicos de composición armoniosa e intenso sabor romántico. 9 Por razones de índole económica, Montero no puede graduarse de la Escuela Central
de Bellas Artes, la que abandona en 1935. Para 1937, lo encontramos trabajando como agente viajero y representante de publicaciones de Editorial Polis y en 1938, abriendo un despacho de dibujo, “Blancas y Montero”, con su amigo Manuel Montiel Blancas. Probablemente, el despacho no tuvo el éxito deseado, pues hacia fines de ese año se integra como dibujante de cuarta en el Departamento de Gráficas de la Secretaría de Hacienda. Aunque dos años después Montero —“La Resortes”, como le llamaban sus compañeros en Hacienda— ya es dibujante de segunda, en 1941 abandona su trabajo para incorporarse al periodismo. Es La Nación, la revista del Partido Acción Nacional fundada por el periodista Carlos Septién García en 1941, la que le ofrece la oportunidad de convertirse en fotógrafo, además de dibujante. No sólo concebirá Montero el diseño e imagen gráfica de la revista (cuya portada original era azul y no naranja, como después se le conoció), sino que realizará un número impresionante de reportajes para ésta: en los primeros cinco años de la revista (1941-1946) habrá desarrollado cerca de trescientos reportajes. Pero no sólo en La Nación ejercerá Montero una doble actividad como dibujante y fotógrafo, sino también en El Heraldo (en 1948) y en las publicaciones de Aerovías Reforma (a partir de 1951). Que la actividad gráfica de Montero era tan apreciada como su fotografía lo comprueba el hecho de que en 1951 la Revista de América publicara su nombre en la nómina de dibujo y no en la de fotografía (en la que sí aparecen, en cambio, Enrique Díaz, Enrique Delgado, Aurelio Montes de Oca y Manuel Gutiérrez).
La versatilidad profesional de Montero es patente en su colaboración con diferentes diarios y revistas: en 1949 lo encontramos trabajando en Excélsior como redactor gráfico y en El Universal como fotógrafo de toros, y en los años subsecuentes, de 1951 a 1959, simplemente como fotógrafo en Mañana, Señal, Revista de Revistas, Hoy y Lupita. En el caso de algunos reportajes —el del “cura aviador” publicado en Impacto— Montero también redacta el artículo. Desde finales de los años cuarenta es un miembro activo de la Asociación de Fotógrafos de Prensa; en 1954, imparte uno de los primeros cursos formales de fotoperiodismo en la Escuela de Periodismo Carlos Septién García. Hacia fines de los años cincuenta su salud se verá afectada por la diabetes, por lo que decide dejar el trajín diario del fotoperiodista para trabajar como publicista, encargado de relaciones públicas y ayudante de producción de varias líneas aéreas. Tomás Montero tenía la ilusión de “morir en la raya”: casi lo logra, pues trabaja hasta cinco días antes de morir en 1969.
Un fotógrafo de la oposición Publicado de manera anónima en Mañana en 1946 (1), pero escrito por la pluma del portugués Antonio Rodríguez, el artículo de la serie “Ases de la cámara” dedicado a Tomás Montero llevaba el revelador subtítulo de “Con su Leica hace tremendas acusaciones políticas”. Que Rodríguez, comunista y uno de los más fieros críticos de la época, alabara a Montero por encontrar “lo negro en donde los demás no advierten o no quieren advertir sino lo blanco” y lo definiera como “el fotógrafo de la oposición” resulta significativo. ¿Pero qué significaba ser de oposición en esa época? Desde principios de los años treinta y, sobre todo, a partir del control directo del suministro de papel por parte de la Productora e Importadora de Papel (PIPSA), los distintos gobiernos revolucionarios ejercieron un sutil —pero real— control de la prensa. El ámbito del fotoperiodismo al que se integró Montero en 1941 estaba, pues, regido por estrategias directas o tácitas de manipulación de la información que iban desde la amenaza, censura y los golpes hasta la asimilación de la información gráfica a la doctrina del gobierno a través de “chayas” o “embutes”, es decir, de sobornos. En tal entorno gubernamental de banderas “revolucionarias” de izquierda, no podía pasar desapercibida ni la adscripción de Montero al Partido Acción Nacional (al que pertenecía desde su fundación en 1939), ni su responsabilidad como práctico creador único del concepto gráfico y la fotografía de La Nación, producto de su cercanía con Carlos Septién García. Hasta su muerte en un accidente en 1948, éste tendría una significativa influencia en su formación y desarrollo como fotoperiodista: de ahí el carácter frontal y sin ambages o adornos de su fotografía política y social. Y si bien en razón de sus responsabilidades económicas Montero tuvo que cubrir los encargos típicos de todo fotógrafo de prensa —sociales, espectáculos, noticias, retratos
para entrevistas—, fueron aquellos en que pudo expresar sus valores políticos y como católico en los que llegó a desarrollar ensayos de excelencia: los reportajes de crítica política, religión y pobreza en México. Si algo caracteriza a Montero es su profundo sentido de compasión y de preocupación social: es ahí donde coincide con Antonio Rodríguez o Francisco Mayo, quienes a pesar de desplegar una tendencia política diametralmente opuesta a la suya, lo respetarán personal y profesionalmente. Rodríguez alabará su tesón por mantener vivo “el fuego del combate” a través de su fotografía: “… en vez de fijarse sólo en las actividades desanalfabetizadoras, capta escenas de escuelas destruidas, en los ferrocarriles, descubre la incuria, la desorganización, el caos; en las elecciones, denuncia el fraude, la violación, la ilegalidad; en los retratos de los políticos presenta lo grotesco, lo ridículo…”(2) Justo en ese año de 1946 del artículo de Rodríguez sobre Montero, éste había dejado testimonio de la violencia en las elecciones y, cuatro años antes, del robo de urnas. Probablemente fue lo conspicuo de la actitud crítica de su fotografía lo que ganó a Montero el respeto de críticos y colegas de distintas orientaciones políticas: en las fotografías de archivo de la inauguración de la exposición Palpitaciones de la vida nacional. México visto por los Fotógrafos de Prensa en agosto de 1947, (3) se ve a Montero mostrando sus fotografías a Antonio Rodríguez, por un lado, y a Carlos Septién García, por otro: dos iconos del periodismo mexicano de la época, pero de tendencias opuestas. Ante Rodríguez, Montero deja clara su posición como fotógrafo: “Sirvo mejor a México criticando, que escondiendo la realidad bajo un manto hipócrita de adulación.” (4) Si la fotografía de Montero no es nueva, afirmará Rodríguez, por lo menos se distingue de la restante fotografía que se hace en los otros periódicos de México: es “fuerte, dinámica, impresionante, plena de intención política y extraordinariamente combativa”.(5)
“Hit” vs. reportaje Hacia los años cincuenta, Montero comienza a colaborar con otras publicaciones ilustradas además de La Nación y dejará de ser sólo “el fotógrafo de la revista de la oposición”. Su entrada en El Universal, Impacto, Revista de América, Mañana y Revista de Revistas produce un cambio en su fotografía, que se abre a nuevas técnicas y formas de composición. Mientras que los reportajes taurinos para El Universal le exigen sofisticar su capacidad de captura instantánea, Revista de Revistas le permite experimentar con el Flexicrom, un nuevo material de color que utilizará exitosamente para portadas y en el que Montero se volverá el experto. Ya cerca de los años sesenta Tomás Montero Torres colaborará casi exclusivamente con revistas de moda y compañías de aviación.
Sus fotografías de esos años estarán marcadas por el estilo publicitario: composiciones dinámicas y de líneas limpias que acentúan la “imagen” moderna del tópico en cuestión (sea un avión de Aerolíneas Reforma o una modelo para Lupita). Al describirse a sí mismo, Montero sostiene que no es un fotógrafo de hits: su intención no es lograr fotografías únicas que contengan una historia completa en un instante detenido. Él se considera un fotógrafo de reportajes: por ello, su archivo está lleno de secuencias de imágenes fragmentarias en su composición o parciales en su información. Como piezas de un rompecabezas, estas imágenes deben ser armadas —editadas— para contar una historia. ¿Hit o reportaje? Mientras que los lectores que tuvieron en sus manos las revistas en las que publicó Montero percibieron —seguramente sin darse cuenta— la eficiencia gráfica e informativa de sus fotorreportajes, hoy también podemos valorar aquellos hits que estuvieron escondidos en cajón durante más de cuarenta años y que esperaban a ser sacados a la luz. 1• La entrevista la realizó el crítico Antonio Rodríguez y la publicó de manera anónima como parte de la serie “Ases de la Cámara” con el título “Montero Torres. Con su Leica hace tremendas acusaciones políticas”, en Mañana, no. 160, 21 de septiembre de 1946, pp. 38-42 2• Ibid., pp. 38. 3 • Palpitaciones de la vida nacional. México visto por los Fotógrafos de Prensa fue una exposición organizada por la Asociación Mexicana de Fotógrafos de Prensa, patrocinada por la revista Mañana y presentada por el Instituto Nacional de Bellas Artes en el Palacio del mismo nombre. 4• Montero cit. por Rodríguez, idem. 5 • Idem.
Diario de un Fotógrafo de Prensa
Epapel, n 1952 Tomás Montero Torres tomó una hoja de la metió en su máquina de escribir y tecleó en mayúsculas “DIARIO DE UN FOTÓGRAFO DE PRENSA”; luego lo subrayó. Es una de varias pistas para asegurar que era la vocación con que se identificaba, aún cuando era diestro y reconocido en otras disciplinas.
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En esa primera hoja, fechada el 15 de junio, acota que sus impresiones versarán sobre una entrevista que Salvador Ferret, Jefe de Redacción de la revista Nuevo Mundo, hizo a Don José Vasconcelos; después hace su propia crónica del suceso, intercalando notas de buen humor y ciertos visos de ironía. Ahí se informa que Montero Torres conoció a Vasconcelos diez años antes y le tomó fotos con sus nietos. Esto se deduce porque en este nuevo encuentro Don José le comenta que la mayor ya se casó, y también porque las fotos de referencia, rodeado de nietos y en el patio de una hacienda, se conservan en el Archivo. Nos parece oportuno compartir estas 17 hojas, porque además de que en ellas se intercalan en pequeño algunas de las imágenes tomadas por Montero Torres durante los hechos a que él refiere, sus opiniones contribuyen a revelar parte de su carácter y de su mirada como fotógrafo de prensa. Al final se queda uno, como lector, con ganas de más…. Ahí ya contribuirá la mirada y el análisis de los expertos que se acerquen a la vasta obra de este reportero gráfico.
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EL ARCHIVO I. Salir a la luz
El acervo está integrado por 86,144 mil negativos, producto del trabajo que el
fotorreportero Tomás Montero Torres realizó de finales de los años treinta a 1969, año de su fallecimiento. Por cuarenta años fueron conservados por su viuda, la señora María Luisa Butzmann Gómez, en un archivero metálico que el propio Montero Torres utilizaba. A mediados de 2009 decidió legarlo a cuatro de sus nietas, vinculadas de un modo u otro a labores de comunicación y cultura, con el afán de que continuara custodiado. Para algunos resulta asombroso que la familia no se hubiera percatado antes del valioso contenido que significan las imágenes; hay una clara explicación: Montero Torres ejerció, paralelamente y de forma ininterrumpida, el dibujo y la pintura, afanes que, además, desarrollaba en casa; mientras que el oficio de reportero gráfico –como le gustaba identificarse– era una labor que desenvolvía tanto en sus despachos como en otros ámbitos, aquellos donde los personajes y los hechos le exigían estar. El primer universo lo compartía en el hogar, el segundo lo llevaba fuera del mismo… Al cederlo y dar con ello autorización a ahondar en los cajones, el engranaje de la revelación comenzó a funcionar, mostrando una faceta por demás rica e interesantísima del abuelo. La gran mayoría de los negativos se preserva en sobres carta de papel manila amarilloso: todos indican su contenido, muchos la fecha, algunos la cantidad y medidas de los materiales. Una parte estaba ordenada alfabéticamente, el resto, la mayor cantidad, no. Existen dos libretas que trataban de reproducir ese orden y registran poco más de 18 mil negativos; así que muy al principio se calculó que el total podía rondar los 30 mil. Más tarde, en una labor intensa de conteo y con la meta de clasificarlos y darles un número de inventario, se llegó a la primera y asombrosa cantidad de 73,350 negativos, más del doble de lo calculado. Poco a poco se fue contando el resto: negativos guardados en latas, en rollos metálicos o en cajitas. Ahora suman un total de 86,144 y aunque puede haber ligeras diferencias – por si al contar algunos negativos permanecieron pegados – puede considerarse por el momento la cifra final. Los negativos están en muy distintos formatos: 35mm, 6x6, 8x10, 4.5x4.5… producto del propósito que cada imagen tenía y de las cámaras fotográficas con las que Tomás Montero Torres captaba el mundo, entre otras: Leica III, Speed Graphic con un dispositivo para flash de bulbos intercambiables, una Rolleiflex de doble objetivo, una Mamiya C330…Cabe resaltar que cada negativo ya contabilizado posee un número de inventario y una clave alfanumérica para facilitar su ubicación, manejo y empatía con otros archivos.
II. Revelarse
A
demás de la extraordinaria cantidad de negativos que legó, Tomás Montero Torres conservó documentos que aparecieron en tres tiempos. El primero, al poco de abrirse el archivero, un legajo de 17 páginas fechadas en junio de 1952 bajo el título Diario de un Fotógrafo de Prensa. Combinando pequeñas fotografías con breves escritos de reflexión sobre su trabajo, aporta un acercamiento más íntimo a lo que Montero Torres pensaba sobre su oficio… Algunas semanas después, una caja –del estilo de las que guardan camisas nuevas– y con ella un cúmulo importante de documentación: boletas de pago, calificaciones y credenciales de estudiante de Bellas Artes de la UNAM, su credencial de afiliación al PAN con el número 69 y signada en junio de 1939, papelería de sus primeros trabajos como dibujante, numerosos gafetes y acreditaciones de las publicaciones para las que trabajó, por lustros, de forma simultánea: La Nación, Mañana, Nuevo Mundo, Revista de Revistas, La Lidia de México, El Clarín, Alas, Pegaso, Atisbos, Señal, Reforma Universitaria, Revista de América, El Universal, Excélsior, Impacto… Y después de más de un año, en casa de su viuda se encontró una caja de mayores dimensiones, casi como salida de la nada, ya que en tantos años nadie se había percatado de ella. Anudada y etiquetada por el propio Montero Torres, contenía numerosas revistas y periódicos de época donde fueron publicados sus reportajes gráficos, menciones de él como el primer maestro de fotografía de la Escuela de Periodismo Carlos Septién García, catálogo y diploma de su participación en la primera exposición de fotografía de prensa en Bellas Artes, constancia de algunos premios, catálogos elaborados por él de sus exposiciones de pintura en Durango y La Habana, Cuba; así como poemas, libros y fotografías con dedicatorias para él, entre otros, del abogado y político Manuel Gómez Morín; el crítico de la fotografía Antonio Rodríguez; el músico Carlos Chávez; los toreros Antonio Velázquez y Carlos Arruza; el escultor Afredo Just o el escritor Víctor Cuesta... Esta parte hemerográfica y documental merecerá dedicación y acomodo en una segunda etapa de las labores del Archivo, pero sin duda es esencial para completar la visión sobre un fotorreportero nodal en la historia de la fotografía en México, su visión y aportes.
I I I . Tr a s c e n d e r
Un tesoro visual interesante, estético, propositivo… y
privado. Un patrimonio familiar, cierto, pero de interés nacional. Posee una diversidad temática singular y diversa: política –la historia de los inicios del PAN pero también comunistas, sinarquistas, enriquistas, líderes sindicales, presidentes…– la aviación civil; personalidades de la cultura, los espectáculos, la academia y el periodismo; religión, tradiciones populares, paisaje; la tauromaquia; campañas de salud; la construcción de escuelas… Un fragmento importante del gran caleidoscopio que es el devenir de la Historia de México.
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De ahí que una meta al constituir formalmente el Archivo Tomás Montero Torres es priorizar tareas que permitan ponerlo al alcance de investigadores, estudiantes y público interesado; en paralelo a labores para asegurar su conservación en situaciones óptimas. A la fecha se cuenta con 5 mil negativos limpios, digitalizados y en materiales antiácido; así como con 14,418 negativos reprografiados. Casi 20 mil negativos que hoy son visibles y que pueden consultarse en una Base de Datos que estará alimentándose en forma constante, hasta que contenga todas las imágenes, la documentación personal y la hemerografía existente en el acervo. Sólo en la medida que se procure apertura, análisis, difusión, es que este patrimonio visual –gestado por Tomás Montero Torres– podrá contribuir a enriquecer el imaginario colectivo, las reflexiones históricas y la identidad visual de México.
TEMÁTICAS GENERALES T E M A S
TOTAL DE NEGATIVOS
Accidentes Alimentos Anatomía Animales Aparatos de televisión o teléfonos Aviación Civil Bellas Artes Campo Ciudad de México: teatros, arquitectura, calles… Club España Comunicaciones Congresos Cultura Popular Danza Deportes Desfiles Días festivos Dinero Electricistas Escuelas Espectáculo Estados de la República Mexicana Eventos Extranjeros importantes Familiares Ferrocarriles Flores y plantas Imprenta Incendios Industria Moda
8 122 63 91 35 5,951 1,666 473 3,343 306 19 363 1,075 151 638 398 491 266 42 2,033 1,337 5,626 1,066 188 4,323 251 98 22 49 569 199
T E M A S
TOTAL DE NEGATIVOS
Muebles Mujer Museos Niños Obras pictóricas de Tomás Montero Torres Oficios Otros países Paisajes de México Periodistas y fotógrafos Peritajes Personajes Petróleo Pinacoteca Pobreza Política Por Definir (* verlos en negativo sin referencia hace compleja su clasificación por el momento) Publicidad Radio Religiosos Reportajes de diversa índole Reproducciones Revistas Salud Sociales Tauromaquia Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) Varios Vendedores ambulantes
24 69
Total General
86,144
129 46 419 845 253 272 774 143 2,576 224 13 347 15,914 12,953 673 7 5,134 4,029 961 431 945 945 5,304 975 415 62
TEMAS EMBLEMÁTICOS y selección de obra
C
omo se acota en el desglose general de los temas abordados por Tomás Montero Torres, los asuntos a los que les dedicó mayor atención profesional son, por cantidad de registros, los siguientes:
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Política (*) Aviación Civil Estados de la República (**) Tauromaquia Religiosos Reportajes diversos Ciudad de México Personajes Escuelas Bellas Artes Espectáculo Cultura Popular Eventos varios Salud Sociales UNAM Oficios Periodistas y fotógrafos
15,914 5,951 5,626 5,304 5,134 4,029 3,343 2,576 2,033 1,666 1,337 1,075 1,066 945 945 975 845 774
Dada la diversidad e importancia de estas temáticas, nos permitimos ofrecerles una breve selección de imágenes que permitan atestiguar, además, la calidad estética del trabajo de Tomás Montero Torres. (*) De esta cantidad un porcentaje importante corresponde a la historia y eventos trascendentales del Partido Acción Nacional. El resto abarca presidentes, comunistas, sinarquistas, enriquistas, legisladores, líderes sindicales, manifestaciones… (**) Un porcentaje considerable corresponde a su estado natal: Michoacán.
Benigno Rivas Cid, pintor MĂŠxico, D.F., ca. 1950
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Inundación de la Ciudad de México México, D.F., julio de 1952
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Inundaci贸n en Salamanca Salamanca, Guanajuato, 1958
Inundaci贸n en Salamanca Salamanca, Guanajuato, 1958
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テ]gel caテュdo Mテゥxico, D.F., 28 de junio de 1957
Paseo en canoa Mテゥxico, D.F. 1951
Vista de una vivienda comunitaria MĂŠxico, D.F., agosto de 1951
David Alfaro Siqueiros, pintor MĂŠxico, D.F., ca. 1950
Francisco Gabilondo Soler “Cri-Cri”, compositor México, D.F., ca. 1945
Familia cat贸lica en peregrinaci贸n al Cerro del Cubilete Silao, Guanajuato, 1953
Fot贸grafo de pueblo Janitzio, Michoac谩n, ca. 1955
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Niño del internado Santa María Ozumbilla, Michoacán ca. 1945-1955
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Gabriel Figueroa, cinefot贸grafo M茅xico, D.F., ca. 1955
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Retrato de dos mujeres junto al lago lavando maĂz Janitzio, MichoacĂĄn ca. 1950-1955
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Pescador Michoacán, ca. 1950
Gerardo Murillo, “Dr. Atl” Viejo San Juan Parangaricutiro, Michoacán ca. 1943
El líder ferrocarrilero Valentín Campa en la penitenciaría de la Ciudad de México, México, D.F., 1959
Motin en el Zócalo México, D.F. 1951
Acarreados México, D.F. julio de 1946
Base de Datos
La base de datos que se ha comenzado a implementar este
2011 en el Archivo Tomás Montero Torres es Cumulus, diseñada para gestionar material documental de volúmenes amplios y de diversa índole – imágenes, hemerografía, presentaciones multimedia, gráfica, piezas visuales… – facilitando su clasificación ordenada y/o búsquedas con entrecruzamiento de datos.
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Estas dos de sus varias características son particularmente importantes; primero, por la cantidad mayúscula de negativos y el acervo documental y hemerográfico que se trabajará en una etapa posterior; y segundo, porque hay negativos que bien pueden estar ubicados en más de una clasificación. Por ejemplo, se cuenta con diversas series fotográficas sobre Agustín Lara, pero unas están en el rubro de “Aviación Civil”, otras dentro de “Espectáculos” y otras en “Tauromaquia”, dependiendo del lugar y/o del criterio del fotorreportero. Físicamente pueden estar en lugares distintos, pero un uso correcto de Cumulus permite enlistarlas dentro de un mismo conjunto. Cumulus es una herramienta eficaz de catalogación porque también permite visualizar cada imagen e insertar metadatos, es decir, la información que acompañaba a cada negativo en sus sobres originales –año, lugar, personaje, tamaño de negativo… – así como otros agregados – descripción de la fotografía, ficha documental del hecho registrado, semblanzas de los personajes retratados, estado físico del negativo, medios donde fue publicada... –. Cabe subrayar que los metadatos, además de enriquecer la información, otorgan más variables eficaces para la localización ágil de las imágenes y pueden irse enriqueciendo conforme se avance en proyectos específicos de investigación.
Sistema de Consulta
A
unque en el mediano y largo plazo el propósito es contar con un sistema de consulta en línea, para que desde cualquier punto de México o de otros países y sin importar horarios sea factible consultar el acervo, esto implica un esfuerzo económico de mayor aliento que por ahora no es viable. La dinámica de uso de la base de datos es posible –en y exclusivamente– la estación de trabajo localizada en las oficinas del Archivo Tomás Montero Torres. Por tanto, para cualquier consulta se requiere concertar citas con anticipación, a fin de poder programar horarios con los responsables. Cabe subrayar que se cuenta con todos los pormenores legatarios en regla, y que la acreditación de la autoría de las imágenes está registrada y protegida por el Instituto Nacional del Derecho de Autor (INDAUTOR). 52
Los servicios de consulta son gratuitos, y el uso de las imágenes llega a tener costos de requerirse para usos comerciales, conforme los tabuladores vigentes en la materia. Para tramitar citas de consulta: Archivo Tomás Montero Torres www.archivotomasmontero.com archivotomasmontero@gmail.com
Danzante rarámuri Chihuahua, 1950
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omo nuestra Misión establece, son dos nuestras grandes líneas de acción: Rescatar y Difundir. El patrimonio visual que significa el acervo generado por Tomás Montero Torres apuntala la memoria y la identidad de un público amplio, ya sea por vivencias personales o por remitir a un imaginario colectivo que ha contribuido a generar una concepción sobre lo que fuimos y somos como mexicanos. Para facilitar la tarea de ir dando a conocer las imágenes capturadas por Montero Torres, y con ello tender puentes para promover diálogos, se activó un blog el 17 de agosto de 2010. Desde ese momento, la notificación de cada nueva entrada se ha enviado a una lista integrada por familiares, amigos y especialistas que, paulatinamente, ha ido creciendo porque se ha multiplicado de forma natural y al generar un interés auténtico. Una virtud del blog es que ha permitido acercar las fotografías a personas no necesariamente especialistas, despertando recuerdos o emociones que se comparten ya sea en el área de comentarios o vía correo electrónico. Un ejemplo: en septiembre de 2010 se publicaron imágenes de desfiles del 20 de noviembre y de la primavera de finales de los cuarenta y principios de los 50 y Xavier Reyes, un lector, comentó: “me removieron la lejanísima infancia, cuando trepados en la azotea de la casa veíamos pasar allá abajo los contingentes y mi padre nos hablaba de los Héroes y de la Patria con tanto orgullo…”; o Angela, una lectora adolescente que expresó: “¡Amé la ropa que usan las mujeres, con una cinturita y una caderota!”. Con otro tipo de imágenes Javier Sánchez Reyes, mexicano radicado en Escandinavia, quien dio con el blog, nos comentó: “mi corazón y mi pensamiento están ahora en México, gracias a estas fotografías maravillosas que he estado viendo”. Varios agradecieron el blog porque las imágenes eran parte de una historia compartida y, por lo tanto, ven al acervo como un patrimonio común. Este espacio online también facilita que todas las personas que encuentren vínculos con las imágenes, ya sea porque conocieron al retratado o porque saben otras aristas de los temas, participen como colaboradores especiales. Aquí hemos podido contar con aportaciones de Verónica Bernal sobre su abuelo, el compositor y director Miguel Bernal Jiménez; María Elena Rico Covarrubias sobre su tío, Miguel Covarrubias; Elena Guiochins sobre Rosario Castellanos – vida en la que profundizó para crear una obra teatral inspirada en la poeta –; Miguel Ángel Morales sobre Medel, parte de sus personajes de estudio por su especialidad en cómicos de México; Elisa Lozano, investigadora abocada al cine mexicano, sobre Leticia Palma; y los escritores Raúl
Casamadrid sobre las tradiciones de Día de Muertos en Michoacán; y Joao Barrera acerca de las pulquerías en la Ciudad de México. El blog también se ha abierto a colaboraciones de estudiantes, egresados de Historia, Historia del Arte y Comunicación, respectivamente: Víctor Flores, Cristina Morán Zandy Reyes Palafox y Jonathan Telles Corvera. Como buen espacio de difusión, nos permitió dar a conocer una exposición de formato pequeño que, con apoyo del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (FONCA), el Fondo de Cultura Económica (FCE) y el director del Centro de Estudios, Documentación e Información sobre el Partido Acción Nacional (CEDISPAN), Gerardo Ceballos, se logró montar en diciembre de 2010 en la Librería Bella Época. De los lectores que llegan por azar al blog, cinco circunstancias interesantes:
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1) Fernando Morlet, impulsor de una iniciativa para crear el Museo de Mexicana, quien desde que vio imágenes sobre la forma de iluminar las pistas aéreas en otras décadas se ha convertido en un promotor entusiasta del blog, en el surculo de su especialidad. 2) Alfonso Flores, Presidente de la Sociedad Mexicana de Estudios Aeronáuticos Latinoamericanos, A.C., quien además de hacer comentarios puntuales en algunas notas ya contribuyó con una colaboración sobre Mario Moreno Cantinflas y su afición por la aviación. 3) Fernando Leal Audirac, artista plástico mexicano radicado en Italia e hijo del muralista Antonio Leal Ortiz, quien descubrió con gusto fotografías sobre su padre en pleno acto creativo, y nos enriqueció con varios datos de las publicaciones que las incluyeron en su momento. 4) René Manning Duarte, quien desde Hermosillo, Sonora, compartió emoción y anécdotas por ver fotos de un joven caricaturista Jorge Carreño, quien por un tiempo fue su mentor. 5) José Antonio Aspiros Villagómez ha resultado el más especial de los lectores, ya que fue alumno de fotografía de Tomás Montero Torres en la década de los cincuenta, en la Escuela de Periodismo Carlos Septién García. Hemos tenido diálogos fructíferos con él, y en el blog ya está una colaboración suya sobre los tiempos en que Montero Torres fue su maestro.
Agradecimientos
Los resultados y satisfacciones que hemos cosechado del 2009 a la fecha reflejan
la labor de un equipo que ha sabido hacer sinergia, así como una importante red de apoyos de diversa índole que han estado presentes desde el principio, comenzando por la familia: ¡a cada uno de ustedes, gracias de todo corazón! A los amigos y especialistas que, con su pasión por su trabajo han sido fuentes de inspiración, guía y motor de entusiasmo, ¡gracias! Carlos Mora, Francisco Mata Rosas, Elisa Lozano, Laura González Flores, Pedro Valtierra, Anasella Acosta, Pedro Meyer, Nadia Baram, Ernesto Peñaloza, Miguel Ángel Llamas, Rebeca Monroy, Alberto Del Castillo, John Mraz, Pedro Ángeles, Gabriela González, Juan Carlos Valdez Marín, Mayra Mendoza, Mauricio Maillé, Fernanda Monterde, Fernando Osorio, Trisha Ziff, Alberto Verjovsky, Soledad Loaeza, Julio Mayo, Armado Ávila Sotomayor y Hugo Gutiérrez Vega. A especialistas, investigadores y amigos que han hecho equipo con nosotras para ahondar en la información, curar, escribir, generar conocimiento, dar difusión, digitalizar, limpiar, hacer memoria, ser cómplices y soñar juntos, ¡gracias!Arturo Betancourt, Iván Mejía Fabela, Maribel Fonseca Herrera, Rafael Osorio, Ivonne Ortega, Gerardo Ceballos, Jaime Hernández Díaz, José Guadalupe Escamilla, Yazmín David Parra, Luis Gabino Alzati, Gabriela Anguiano, Vicente Guijosa, Liviere López, Daniel Fernández, Ricardo Espinoza, Carlos Olguín Uribe, Natalia Estrada Hernández, Raúl Casamadrid, Alfonso Flores, María Elena Rico Covarrubias, Verónica Bernal, José Antonio Aspiros Villagómez, Joao Barrera, Alberto Solís, Miguel Ángel Morales, Elena Guiochins, Fernando A. Morlet, Glinsi Romero, Sergio Raúl López Mejía, Alejandra Gómez Morín, Angélica Olivier, Ernesto Gutiérrez Cortés, Lorena Díaz, Heike Söns y Adrián Román. Al director del Instituto Latinoamericano de la Comunicación Educativa y su equipo, por contagiarse de entusiasmo y emprender la tarea de hacer un documental sobre Tomás Montero Torres y el rescate de su archivo, ¡mil gracias! José Luis Espinosa Piña, Carmen Soriano, Alberto Zuñiga, Luis Enrique Villegas, David Díaz, Cristina García, José Peña, Armando Ramírez, Marco Ochoa, Eduardo Ramírez, Claudia Gutiérrez, Liliana Reyna, Alejandra Espinosa, Rafael Ramírez, María Juárez, Lilia Alfaro y Cesárea González. A todos los estudiantes que se han acercado al Archivo Tomás Montero Torres hasta este momento, y que con su dedicación, compromiso y entrega nos otorgan alicientes para que detrás de ustedes se involucren muchos más, ¡mil gracias! Cristina Morán y Víctor Ángel Flores González hicieron su servicio social con nosotros, pasantes de licenciatura de Historia del Arte e Historia de la Universidad Iberoamericana, respectivamente, y el
último con un texto para el blog, resultado de una amplia investigación para dar con los datos sobre fotos de manifestantes por una matanza en Tapachula; Zandy Reyes Palafox y Jonathan Telles Corvera, egresados de la carrera de Comunicación de la Universidad de Occidente Unidad Los Mochis y Culiacán, Sinaloa, respectivamente, ambos colaboraron en nuestro Proyecto de Rescate y Difusión con una ardua investigación hemerográfica como parte del XVI Verano de la Investigación Científica y Tecnológica del Pacífico 2011, realizado en el Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM; además, la primera nos brindó para el blog un artículo sobre el centenario del natalicio de Mario Moreno Cantinflas, y el segundo un interesante texto sobre las esculturas que se encuentran en la Plaza de Toros México, comparando su situación actual con el momento en que fueron inauguradas, retratado por Montero Torres. De forma muy especial, gracias a Sabrina Baños Poo, Amanda de la Garza Mata, María Marines De Mária y Campos, Karen García Quintero, Brenda Ledesma Pérez, Elva Peniche Monfort, Edgar Sensores Arias, Marisol Corona Plascencia, miembros del Seminario de Investigación en Fotografía del Instituto de Investigaciones Estéticas y del Posgrado en Historia del Arte de la UNAM, quienes contribuyeron de forma excepcional a que en el Archivo pasáramos de ver 5 mil negativos a poder tener ahora cerca de 20 mil ya visibles al reprografiarlos con una velocidad y empeño excepcionales. Su participación, bajo la guía de la Doctora Laura González Flores, logró que en la tierra natal de Tomás Montero Torres se concretara la exposición A vuelo de Cámara. Fotografía periodística de Tomás Montero Torres. De ellos, Marisol hizo su servicio social y está por iniciar su tesis de licenciatura en Historia, egresada de la Universidad Nacional, y Edgar está haciendo su tesis de Etnohistoria, cursada en la ENAH. A empresas, asociaciones civiles e instituciones que nos han otorgado apoyos de diferente índole, y que con su confianza han fortalecido nuestro compromiso en este proyecto, ¡gracias! Fondo Nacional para la Cultura y las Artes, Banco de Ideas, Muévete por Tu Ciudad, Instituto Latinoamericano de la Comunicación Educativa (ILCE), Fototeca Nacional, Fundación Cultural Televisa, Instituto de Investigaciones Estéticas y el Posgrado en Historia del Arte de la UNAM, Secretaría de Cultura de Michoacán, Centro Cultural Clavijero, RedLab, Antecámara Ediciones, Fondo de Cultura Económica, CEDISPAN y el Centro Cultural Manuel Gómez Morín. A todos ustedes, cuyo apoyo y cariño ha sido un aliciente constante a lo largo de este tiempo: ¡Gracias de todo corazón!
Créditos Concepto y Coordinación
Martha Montero Patiño
Diseño de catálogo
Maribel Fonseca Herrera
Selección de imágenes y digitalización
Silvia Sánchez Montero
Retoque de imágenes
Natalia Estrada Hernández
Operación de la base de datos
Julieta Sánchez Montero
Producción y logística
Claudia Montero Patiño
Textos
Laura González Flores y
Martha Montero Patiño
Este publicación se realizó con apoyo del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes a través del Programa de Fomento a Proyectos y Coinversiones Culturales, en su edición
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2010-2011, dentro del área de Estudios Culturales.
Identidad Memoria Legado Se imprimió en Servicios Publicitarios Lakshmi Calle E manzana 6 , numero. 31 Colonia Educacion C.P. 04400 México D.F., Tel. 55 44 22 60. Con un tiraje de 500 ejemplares en couche de 135 grms. y forros en couche de 300 grms. Para su composición tipográfica se usaron los tipos Goudy Sans ITC.
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Visita de Silvana Pampanini a MĂŠxico Ixtapa-Zihuatanejo, Guerrero, ca. 1958