TRASTORNOS DEL SUEÑO EN ADULTOS

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Introducción. La presente investigación, tratará sobre las principales problemáticas que provocan los trastornos del sueño, asociadas a la cotidianidad laboral, el valor que le otorgan socialmente al sueño, al igual que los síntomas, las consecuencias físicas y sociales de no dormir adecuadamente. Esta se llevará a cabo, estudiando los datos de los últimos siete años, es decir, del 2010 a la actualidad, dentro de la Ciudad de México, tomando solo a la población adulta, de 20 a 40 años, se examinarán los principales padecimientos del sueño, además de la influencia social que somete al trabajador y el cómo afecta en su convivencia. Al escuchar la palabra “dormir”, es probable que venga a la mente, la inactividad del cuerpo, sin embargo, se trata de un estado de reposo necesario que ha sido subestimado socialmente, sobre todo en el área laboral. Personalmente este tema me parece de lo más básico y elemental en calidad de vida, ya que los problemas de sueño son de lo más común en la vida cotidiana, aun así, no se le ha dado la atención que merece. No es un tema al que se le considere de suma importancia, lo que puede desencadenar una serie de mitos y creencias sobre el sueño, e incluso, provocar trastornos que no son tratados adecuadamente. Esta investigación se dividirá en cuatro secciones. En el primer apartado se indagará sobre los problemas del sueño más comunes, en la ciudad de México y su influencia social; puesto que las personas adultas se ven obligadas a llevar una vida atareada, en la que priorizan actividades productivas antes que a su propia salud.

En el segundo, se

presentarán los mitos frente a los trastornos mal atendidos del sueño; aquí se observarán, los mitos y creencias colectivas, la generación de problemas que estos pueden provocar y la falta de intervención médica especializada. En la tercera parte, se detallará la falta de educación sobre el tema en tiempos de tecnología; dentro de lo más básico que se necesita saber sobre mejorar la calidad de vida, aun actualmente no hay suficiente información verídica sobre el sueño sano, la escasa educación temprana del sueño y la desinformación en estos tiempos de tecnología, más la confusión con problemas reales. Y en la última parte, se detallará la higiene del sueño; la forma correcta de dormir, las consecuencias en el uso de somníferos, y el manejo de los horarios.

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Hipótesis. ¿Cuáles son los principales problemas del sueño en adultos, según la información recopilada? ¿Qué provoca los transtornos del sueño en adultos? ¿Cuáles son los cuidados necesarios para prevenir o tratar los transtornos del sueño?

Objetivo. Exponer los principales problemas del sueño en adultos estudiando los datos de los últimos años, es decir, del 2010 a la actualidad, dentro de la Ciudad de México, tomando solo a la población adulta, de 20 a 40 años. Describir las causas principales del transtorno del sueño en adultos. Explicar los cuidados necesarios que ayuden a prevenir o en tratar los transtornos del sueño en adultos.

Los trastornos del sueño e influencia social en la población adulta de la ciudad de México. Actualmente, los trastornos del sueño, son uno de los problemas de salud más frecuentes en las grandes ciudades, así como en México. Los jóvenes hacia su adultez comienzan a tener dificultades por los cambios en su ritmo de vida, ya sea por cambios fisiológicos, socioeconómicos o incluso emocionales. Ya en la adultez, el incremento de personas con problemas de sueño, es notable. En El Universal (13/09/2016), tras una entrevista a Haro Valencia, director del Instituto Mexicano de Medicina Integral del Sueño, se señalaron los trastornos más comunes, entre los cuales se encuentran, el insomnio, la parasomnia y finalmente el síndrome de apnea/hipopnea obstructiva del sueño. El insomnio, es la repetitiva dificultad para conciliar el sueño. Los síntomas suelen ser “fatiga o sensación de malestar general; dificultad de atención, concentración o memoria; cambios en el rendimiento escolar o socio-laboral; alteraciones del ánimo o del carácter; 2


somnolencia; disminución de la energía, motivación o iniciativa; propensión a cometer errores en el trabajo o en la conducción de vehículos; síntomas somáticos como tensión muscular o cefalea; y preocupaciones, obsesiones o miedos en relación con el sueño.” (Velayos, 2009, p.101-102) Mientras que la parasomnia consiste en la conducta durante el sueño, este implica movimientos, comportamientos, emociones no naturales, durante las fases del sueño o durante la privación del sueño. Puede ser más común en niños que en adultos. El síndrome de apnea/hipopnea, o mejor conocida como, síndrome de apnea del sueño, “deriva de la oclusión intermitente y repetitiva de la vía aérea superior, secundaria al colapso de las paredes faríngeas o a la interrupción del esfuerzo respiratorio. Da lugar al cese parcial (hipopneas) o total (apneas) del flujo aéreo mientras la persona duerme” (Torres, 2011, p.40) este es el que comúnmente provoca fuertes ronquidos durante el sueño. Los trastornos del sueño, son provocados por diversos factores, no solamente físicos, algunos se encuentran ligados a problemas sociales. La función de la influencia social, se ve reflejada cuando las personas sienten la necesidad de trabajar sin descansar, cuando se conforman con el escaso descanso después de múltiples actividades y esfuerzos, también puede verse al dejarse persuadir por personas de su vida cotidiana en su misma condición. “La influencia social ocurre, inclusive, cuando conscientemente intentamos no dejarnos influenciar. Paradójicamente el no querer ser influidos indica el peso de influencias previas pues es con base en nuestras experiencias que decidimos acoger o no, nuevas posibilidades. Tal vez tengamos libertad de elección sobre las influencias a las que nos exponemos, pero no somos libres de no ser afectados” (Murillo, 2000, p.19) Mientras que el conformismo “puede entenderse como el proceso mediante el cual un individuo o una minoría acepta o se acomoda a la norma imperante y manifiesta por la mayoría” (Murillo, 2000, p.21), dentro de un empleo o varios empleos, esto suele suceder y más cuando se sufre una enfermedad del sueño, por más leve que esta parezca. Normalmente las personas jóvenes adultas, tienen al menos una ocupación, en la que pueden incidir los trastornos del sueño, a partir de problemas económicos, intereses 3


personales, la dificultad del empleo, el horario laboral, el estrés, u otros problemas personales. Ahora bien, al imaginar a una persona tiene un empleo en una fábrica, de cualquier cosa, en la que a pesar de que no le dan un gran sueldo, le dan todas las prestaciones, seguro y de más, pero el horario en el que se encuentra es nocturno, es decir, llega a su casa a altas horas de la madrugada, y se va en al antes de anochecer, contado el tiempo del transporte, obviamente el cansancio se verá reflejado al instante y por una vez que la persona desee descansar apropiadamente es muy probable que se le dificulte, causando aún más cansancio y estrés. Por lo que los especialistas explicarían que el reloj biológico del ser humano es el que se mal acostumbra, pero los problemas reales empiezan cuando las dificultades al dormir siguen y no se atienden apropiadamente, al contrario, las personas adultas, se ven influenciadas al estar en contacto con sus compañeros de empleo que, si bien podrían estar padeciendo lo mismo, prefieren aguantar como los demás lo hacen, y tal vez puedan creer que si los demás “están bien” ellos igual lo estarán.

Mito del sueño: creencias colectivas y falta de atención médica. Actualmente, se cree que gracias a él internet y la fácil accesibilidad a la información, uno puede estar muy bien informado sobre la correcta forma de dormir, y como solucionar sus problemas paso a paso, sin embargo, estamos cada vez más alejados de encontrar información fiable y verídica. La verdad, es difícil encontrarla, cuando hay información que apoya las creencias de ciertos grupos de personas, y hay otras fuentes donde les contradicen. En el artículo de Salud pública de México, se habla sobre el famoso mito, de dormir ocho horas. En donde citan a Ekrich, historiador, quien “describe cómo antes de la Era Industrial, la gente dormía dos periodos de cuatro horas (el “primer sueño” y el “segundo sueño”), separados por un periodo de vigilia tranquila a altas horas de la noche.” (2010, p.473) Comprobaron científicamente, que la salud de una persona no se ve afectada por esta forma de dormir y que, de hecho, la luminosidad a la que estamos expuestos actualmente es la que nos afecta al dormir, e incluso puede provocarnos serias enfermedades. Por lo tanto, no se les debe exigir a los adultos la dificultosa tarea de dormir durante ocho horas seguidas, de un tirón, como nos lo han vendido continuamente, Pues, es cierto que lo normal es dormir

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de entre seis y ocho horas diarias, pero en realidad lo más sano es. simplemente mantener un horario fijo, es decir, sin alternar o modificar continuamente la hora de dormir. En la información que gira en torno al dormir mejor, rondan un montón de mitos. Uno de ellos es, el sueño reparador, el cual supuestamente es para recuperar toda una serie de malas noches. Otro es la loca idea de que una copa, o dos, te pondrán a dormir fácilmente. Y qué tal la creencia de que entre más edad se tiene menos sueño necesitas. Está bien si de vez en cuando se quiere dormitar antes de lo habitual para recuperarse, pero no es sano dormir más de 10 horas, ya que nuestro organismo se relaja a tal punto que la capacidad de respuesta se vuelve lenta. En cuanto al alcohol, se puede decir que como relajante funciona, pero el ritmo cardiaco puede disminuir, además de que es probable que uno se despierte para ir al baño debido a que es un diurético. Por último, el hecho de si la cantidad de sueño disminuye con la edad, es completamente mentira, pues es cierto, que los bebés deben dormir más que un adulto, pero al crecer el adulto no cambia la necesidad de dormir, de hecho, las personas mayores pueden tener dificultades al dormir, por lo que aparentemente deben dormir más. (Velayos, 2009, p.81-199) Si se tiene dificultades para mantenerse dormido las ocho horas seguidas, no es tan alarmante siempre y cuando se vuelva a dormir después de cualquier interrupción. Cuando se trata de problemas del sueño, entonces se debe entender que solo pueden ser producidos después de que pase un largo lapso de tiempo sin dormir adecuadamente, por ejemplo, en una persona que al estar en constante actividad se ve sometida a pasar un año durmiendo solo unas cinco horas diarias, y al terminar el año ya no puede seguir un curso normal del sueño, o peor aún su falta de sueño aumenta. “La disminución en la cantidad y calidad del sueño, puede indicar un menor nivel de alerta y vigilancia diurno, cambios de humor… se producen también cambios en el ritmo circadiano y, en general, las personas mayores tienden a acostarse una hora más temprana” (Ibídem, p.79) La falta de atención médica, se ve reflejada en situaciones similares a la anterior, donde los síntomas se dispersan en el adulto sin mínimo conocimiento de su padecimiento, y de forma un tanto contraproducente pueden recurrir a los consejos de familiares, vecinos, o incluso buscar información poco confiable en internet, cuando en realidad son muy pocas las instituciones que están realizando estudios al respecto como el 5


Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER), Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición, el Instituto de Neurobiología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la clínica del sueño de la UNAM, la Universidad Autónoma Metropolitana y la Universidad Panamericana (El Universal, 13/09/2016), si bien, aunque puedan informarse sobre el concepto de alguna enfermedad del sueño es muy probable que no encuentren “remedios” efectivos, ni mucho menos una cura que pueda ayudar en su calidad del sueño.

Falta de educación en tiempos de tecnología; escasez de información fiable y verídica. A pesar de que los trastornos del sueño son una enfermedad muy frecuente, la información comprensiva para el público en general, sobre todo en adultos, es imprescindible, ya que de esta forma podemos enfrentar el padecimiento a tiempo, tratándolo debidamente. La Dra. Torres, menciona en su artículo de investigación que “El conocimiento de la fisiología del sueño normal es prioritaria para la comprensión de las alteraciones del sueño” (2011, p.29) Aunque la doctora se refiera a un contexto académico-científico, en el que el conocimiento es estrictamente necesario en una investigación o tesis, también se puede intentar comprender como una enseñanza necesaria, como cualquier otra enfermedad de alto riesgo. En el caso de enfermedades peligrosas o contagiosas como las de transmisión sexual, al igual que el cáncer, se pueden encontrar instituciones de tratamiento, apoyo y prevención, mientras que, en trastornos del sueño, generalmente, no hay divulgación de información y no se brinda apoyo o prevención tan abiertamente, sobre todo en México. En las escuelas públicas es mucho más complicado que la prevención a una enfermedad común, pero poco conocida, pueda darse, ¿entonces debemos enfocarnos a que medios de comunicación masivos empiecen a interesarse por los trastornos del sueño? probablemente solo sea en función de mercadotecnia o publicidad de productos, en donde nos venderían almohadas milagrosas, o calmantes “naturales” que curen una enfermedad fácilmente dejando de lado cualquier factor interno o externo de la persona que lo padezca, o el nivel socioeconómico en el que se encuentre. Por lo tanto, podemos enfocarnos simplemente en la información que encontramos en medios masivos, como internet. 6


En México, así como en otras ciudades grandes en el mundo, la necesidad de buscar todo lo que se quiere cambiar, comprar o quitar es mayormente una tarea que se deja al internet, pues ahí circula información de manera rápida y directa, no obstante la información que a la que podemos acceder hoy en día es cada vez menos confiable, pues con los avances tecnológicos, como ejemplo el Smartphone, se ha establecido una accesibilidad para “subir”, “bajar”, manipular o editar y compartir distintos tipos de artículos, o páginas web que divulgan información de diferentes temas. En el periódico La Nación, se ha investigado sobre este tema, donde mencionan que las redes sociales se han convertido, actualmente en el principal medio de comunicación “La gente está consumiendo más medios, más información y dedica más tiempo a redes sociales actualmente, según Guanes. Sobre los otros medios, afirmó que la televisión sigue siendo referente para los eventos en vivo como partidos deportivos o shows, por lo que hay que entender el comportamiento de la gente con los diversos medios y actuar en base a esta métrica.” (16/07/2016) Es así, como las páginas de “noticias” han invadido el internet, aunque no todas sean falsas e intente convencer a las personas con sus argumentos mal planteados, es cierto, que la mayoría no contiene información verídica. Incluso aquellas páginas que dicen ser de salud, y ser escritas por profesionales, pueden tener información errónea, y equivocadamente las personas terminan asumiendo como verdadero lo que leen en este tipo de sitios web, hasta el punto de compartirlo, difundiéndolo en sus redes sociales. Ahora, si suponemos que una persona con un padecimiento del sueño, desee consultar sus síntomas en una de estas páginas web, es de comprender que con tanta información pueda encontrar algún nombre o referencia de lo que cree padecer, sin embargo, este tipo de “auto-diagnóstico”, podría ser contraproducente causándole un peor daño o provocándole otro tipo de enfermedad. Es comprensible que no todas las personas puedan pagar por un diagnóstico preciso de su padecimiento, pero en cualquier caso lo ideal sería consultar a un médico especialista el área, y así resolver de forma precisa y sin riesgo alguno su problema. También debemos contemplar que no hay una educación en la que se enseñe la correcta forma de buscar información en internet, pues es necesario aprender a diferenciar una

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información fiable de una errónea. De este modo no tendrían tanto riesgo de empeorar un padecimiento del sueño en una búsqueda de posibles síntomas o de la enfermedad en sí.

La higiene del sueño; el uso de somníferos, el manejo de horarios. Para seguir una correcta higiene del sueño, es necesario comprender en lo que consiste. En la investigación de Torres se muestra una lista en la que se pueden apreciar las distintas recomendaciones útiles, para una higiene del sueño. “Acostarse siempre a la misma hora. Limitar la permanencia en la cama a un máximo de ocho horas. Mantenga la habitación en las mejores condiciones posibles. Separar la hora de acostarse de la cena y evitar cenas copiosas. Leche o queso antes de acostarse puede ser beneficioso (contiene triptófano que es un aminoácido inductor del sueño). Si precisa levantarse muchas veces por la noche para orinar, restrinja los líquidos antes de acostarse. Evitar sustancias estimulantes, como alcohol, tabaco, café, etc. Evitar también estímulos mentales; preocupaciones, discusiones. No utilizar el dormitorio como cuarto de trabajo ni de televisión. Ayudarse si es preciso con medidas relajantes, como lecturas intrascendentes. Evitar las siestas durante el día. Realice ejercicio físico durante el día, pero no antes de acostarse. Evite la utilización de hipnóticos sin una prescripción médica. Si no concilia el sueño en 30 minutos, levántese y entreténgase con una actividad tranquila.” (Torres, 2011, p.36) Es muy importante seguir estas recomendaciones, pues con ellas se pueden evitar muchas enfermedades no solamente del sueño, sino que también padecimientos mentales, de aprendizaje y memoria que son vitales en la vida laboral y personal. Entrando ya en un trastorno del sueño, como ya ha sido mencionado, es importante no consumir ningún tipo de sustancia estimulante ya sea un somnífero o un narcótico. Pues esto solo puede perjudicar la salud o causar algún otro daño en su organismo. Por lo que, en caso de un fuerte padecimiento, se debe consultar a un médico profesional, en vez de intentar solucionar la enfermedad de esta manera. En cuanto al horario es vital que se haga una especie de agenda o bitácora en la cual, según las necesidades de cada persona, se controle la hora de dormir. “Llevar un horario fijo de acostarse y levantarse regularmente (aunque se haya dormido poco) es muy recomendable; 8


si hay problemas de insomnio, incluso a pesar de que se provoque ligero déficit de sueño, incluidos los días del fin de semana y vacaciones, no conviene variar más de dos horas el horario.” (Velayos, 2009, p.202) Suponiendo que haya alguna necesidad de dormir tarde, está bien siempre y cuando se duerma lo necesario, es decir, al menos siete horas. El problema, está en las personas que no pueden estar dormidas más de cuatro horas, ya sea por cuestiones laborales o por problemas personales. Como ya se ha mencionado anteriormente, no se trata solo de dejar de lado los estímulos de distintas sustancias, también se requiere de saber priorizar las necesidades personales y evitar las preocupaciones que suelen afectar en horarios nocturnos.

Algunas conclusiones finales. El cuidado y la mejora en la calidad de vida en el adulto es un tema que debe ser divulgado para ayudar no solo a los adultos sino, a toda la comunidad. Dentro de la calidad de vida, el sueño es uno de los factores más significativos, pues dormir es una actividad fisiológica, necesaria para poder realizar distintos tipos de acciones durante el resto de día. Los trastornos del sueño son enfermedades, en su mayoría incurables, que solo pueden ser tratadas con medidas de higiene del sueño, o medicación recetada por un especialista, dependiendo de su gravedad. En el caso de tener un trastorno ya diagnosticado es de suma importancia, mantener cada uno de los cuidados descritos en la higiene del sueño, aun si se toma algún tipo de medicación. Es natural que en la población adulta resulte más complicado deshacer los malos hábitos y cambiar sus actividades diarias por otras más sanas. Sin embargo, es necesario para quienes padecen problemas de sueño, por muy mínimos que estos sean, para evitar un trastorno peligroso. En las grandes ciudades, como en México, la facilidad de comunicarse y la tecnología actual puede ayudar en problemas, en el trabajo o en la escuela. En estas también se puede ver reflejada la influencia social, en la que el adulto decide autodiagnosticarse, o mantenerse conforme como sus círculos sociales le sugieran.

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La priorización en la vida cotidiana de un adulto promedio puede reclinarse más hacia sus asuntos laborales, por lo que la importancia por el sueño queda por muy por debajo, provocando problemas a largo plazo. Personalmente, considero que en cualquier tema sea de salud o no, los mitos siempre salen sobrando, pues actualmente la información con la contamos en su mayoría viene del internet, que si bien, no toda es mala, es necesario aprender a buscar y como buscar correctamente. Finalmente, los trastornos del sueño no son un tema concurrido en el sector salud, ni siquiera se tiene lo necesario para divulgar información real, fiable y verídica. Pues durante esta investigación note que la mayoría de los sitios web en los que supuestamente se habla sobre estos temas no tienen ningún tipo de base que fundamente lo que dicen. Además de que existen libros, de una categoría parecida al tipo de superación, donde dan información delicada de consejos caseros donde usan sustancias para “dormir mejor”, cuando esto podría ser perjudicial para la salud de cualquier persona. Incluso en donde dirían que hay mejor información, no la hay.

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Bibliografía. Murillo M. Javier, Granada E. Henry, 2000, Guía Didáctica: Aspectos psicológicos del conflicto, Universidad del Valle, Santiago de Cali. Sin autor,2010, Extrañando la oscuridad; los efectos de la contaminación lumínica sobre la salud, Environmental healt perpectives, Salud pública de México, vol. 52 no. 5, México Torres E. Verónica, Monteghirfo Raquel, 2011, Trastornos del sueño, Revista Archivos de Medicina Interna, Universidad de la República, Facultad de Medicina, Montevideo, Uruguay. Velayos J. Luis, 2009, Medicina del sueño: enfoque multidisciplinario, Ed. Médica panamericana, Buenos Aires, Madrid. El Universal, 13 de septiembre del 2016, Compañía Periodística Nacional S. A. de C. V. La Nación, 16 de Julio del 2016, disponible aquí: http://www.lanacion.com.py/2016/07/16/las-redes-sociales-principal-medioinformarse/ Consultado el: 20/10/2016

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