Los esteoreotipos de género que se encuentran detrás del trato diferenciado recibido por mujeres que ocupan altos cargos públicos, pueden rastrearse desde muy temprano. Con el surgimiento de las democracias modernas se construyó la barrera entre lo público y lo privado, y con ella, la diferencia de roles entre hombres y
mujeres en el proceso de toma de decisiones. Mientras que para los primeros fue destinado el espacio público, desde donde se discute y se ejerce el poder, a las segundas se les entregó el espacio doméstico.