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ECONOMÍA FÁCIL | Guaraníes o Dólares: ¿Cómo determinar en qué moneda invertir?
Lo que comenzaba como un año fructífero se vio marcado por las dificultades económicas derivadas de los contratiempos climáticos, como también los conflictos externos en el este de Europa, influyendo de manera contundente para que el país entrara dentro de un túnel lleno de incertidumbres en estos seis primeros meses del año.
El 2022 recién comenzaba a zarpar hacia la famosa isla llamada “recuperación económica” y tratando de abandonar el puerto del 2021, las primeras olas de frustración golpearon el bote de Paraguay.
La primera sería la importante reducción del volumen agrícola en general, en donde se registró una pérdida de más del 50% de la producción a causa de la sequía que azotó a finales del año pasado, poniendo en una encrucijada a este sector y afectando de sobremanera a la exportación y al ingreso de divisas en el país.
Si bien esta primera oleada ya dejaba una gran secuela a su paso, la avalancha de crisis recién comenzaba. En el mes de febrero ya estallaba el conflicto geopolítico entre Rusia y Ucrania; lo que parecía ser una disputa leve, terminó siendo la tormenta que puso en penumbra a la economía mundial.
Para el mes de marzo, las autoridades locales ya anunciaban la suspensión de envío de carne bovina a Rusia, debido a la cancelación del método de pago por parte de Estados Unidos, perdiendo así Paraguay a su segundo mercado más importante de exportación, ya que tan solo en el 2021 este representaba el 20% del total de sus mercados.
Con estos choques, parecía ser que el panorama para el país se estaba ensombreciendo cada vez más, pero esto tan solo era la boca del túnel en el que entrábamos, ya que en las próximas semanas el combustible registró su primer incremento a nivel internacional, lo que más tarde haría que en el país los emblemas privados y estatal remarcaran los precios del carburante en sus tableros.
Esta acelerada suba del petróleo trajo consigo un sinfín de nuevos problemas, como el aumento de los productos de la canasta básica familiar, y por ende una alta tasa de inflación en el país.
En este sentido, de acuerdo al último informe del Banco Central del Paraguay (BCP), la inflación acumulada de enero a junio se ubicó en 6%, por encima del 1,5% verificado en el mismo periodo del 2021, y se va acercando a lo proyectado por la banca matriz para el cierre de este año, del 8,8%.
Cabe recordar que dicha cifra se encuentra también muy por encima del 4% de meta que se fija el BCP y ya está al límite del rango de 2% a 6% en que se deja fluctuar a este indicador.
Debido a estos choques, la banca matriz recortó a solo 0,2% su proyección de crecimiento para el Producto Interno Bruto (PIB) local de este 2022, desde la proyección original del 3,7% que se tenía.
Igualmente, como una forma de controlar la inflación en estos primeros seis meses del año, el BCP incrementó varias veces su tasa de referencia, hasta ubicarla en 8% tras la reunión de julio.
Todo esto puso aún más en cuestionamiento el destino que estaba tomando el barco, sin tener a la vista un norte fijo que seguir, pero como tiene un punto de quiebre, pareciera ser que el segundo semestre representaría la “luz al final del túnel” o la “claridad después de la tormenta”, ya que todo indica que este nuevo ciclo estaría marcado por un buen porvenir, logrando que el bote pueda seguir de nuevo su curso normal.
Desde el sector agrícola comentaron que debido al buen clima de los últimos meses, la cosecha de la soja y maíz zafriña se perfila a gozar de un repunte relevante en cuanto a sus rendimientos, lo que representaría un ingreso importante de divisas nuevamente al país.
Además, el precio del crudo a nivel internacional se ha mantenido estable por algunas semanas e incluso se redujo en algunas ocasiones, para ubicarse hasta por debajo de los USD 100 por barril, lo que proyecta un panorama bastante más alentador para la economía mundial y local.
Por su parte, desde el BCP comentaron que la alta tasa de inflación irá convergiendo lentamente en los próximos meses, hasta llegar al rango meta estimado por la banca matriz. Así también, se prevé que la tasa de referencia se mantenga hasta fin de año.
Pareciera ser que el segundo semestre muestra de nuevo un norte fijo que seguir, pudiendo llegar a desembarcar hacia el crecimiento del país, pero no nos debemos de olvidar de las elecciones del mes de diciembre, que podrían nuevamente afectar a la economía local y poner de nuevo en penumbra a Paraguay.
Con todos estos nuevos posibles escenarios de desarrollo y avance hacia la luz al final del túnel, solo queda pensar y esperar si estos seis últimos meses del año ¿serán realmente fructíferos para llegar a la meta de crecer?