Energía peruana para un mundo mejor
Caña Brava www.cañabrava.com.pe
La proeza agroindustrial de la costa norte
El Proyecto Era el año 2007 y un primer grupo de ingenieros y obreros piuranos, a la cabeza de Ángel Irazola avizora las tierras, en ese entonces eriazas, donde comenzarán su gesta agrícola en la región Piura. Con tractores todo terreno, picos y palas, comienzan los trabajos de nivelación de los terrenos, que Caña Brava en septiembre del año 2006 mediante subasta pública había adquirido al Proyecto Especial Chira Piura (PECHP). Otras tantas hectáreas eriazas fueron compradas a propietarios privados. Hoy, Caña Brava tiene 7 mil hectáreas,
de cuyos fundos y gracias a seis máquinas cosechadoras obtienen a razón de 4 mil toneladas diarias de caña de azúcar, para lograr una producción promedio de 350 mil litros de etanol por día en la moderna fábrica, recientemente inaugurada. Así cerca de 2 mil trabajadores laboran en Caña Brava; el proyecto agroindustrial más grande del Perú de las últimas décadas. Caña Brava, del Grupo Romero se ubica en la zona norte del país, exactamente en el distrito de Ignacio Escudero (Sullana), aunque también tiene fundos en el distrito de La Huaca (Paita) y en el distrito de Bellavista (Sullana).
Han transcurrido tan solo tres años y ya está lista la primera planta productora de etanol en el Perú. Los piuranos en tiempos de crisis seguimos apostando por el país.
DIMENSIÓN AMBIENTAL
Los “bichitos” versus la contaminación En Caña Brava la producción de etanol se enfoca a reducir la emisión de gases de efecto invernadero. Y ello incluye la no utilización de pesticidas. En el Área de Sanidad Vegetal, a través del Centro de Producción de Insectos Útiles (CPIU) se producen insectos que son los parasitoides de las plagas que afectan a la caña. Se producen moscas y micro-avispas que luego son liberadas al campo y eliminan al cañero, principal enemigo de la caña.
Máquinas que 'cosechan en verde’ Cerca de 4 mil toneladas diarias de caña de azúcar son cosechadas en Caña Brava, gracias a seis cosechadoras de caña traídas de Estados Unidos, que trabajan las 24 horas del día, en tres turnos. No sólo cortan la caña de azúcar, sino que también la trozan, limpian y descargan a vagones de traslado. Así una humareda tóxica es evitada, no afectando a la población aledaña. Y para el Perú, el proceso resulta novedoso. Tan solo en Laredo, Trujillo, existe una experiencia calcada de cosecha de caña sin necesidad de quema.
Cuidando el agua gota a gota Mientras en los campos de cultivo el impulso es verde, en los nueve reservorios del proyecto se convierte en azul. El riego por goteo es la primera piedra para evitar el desperdicio hídrico. Aquí la plantación recibe su dosis hídrica diaria directo en la raíz, cargando consigo los fertilizantes y evitando que estos se diseminen en la tierra. Además los reservorios han sido revestidos por una geomembrana, que es un polietileno de alta densidad resistente a los rayos ultravioletas. La geomembrana actúa como un impermeable contra el suelo, evitando que el agua filtre al subsuelo.
Una Fábrica ecológica Con tecnología brasileña y construida al 100% por manos peruanas, la fábrica de etanol es única en el Perú; no sólo por ser la primera planta de etanol, sino porque es considerada en todos sus sentidos como una planta medioambiental por sus modernos procesos, controles de calidad rigurosa, la automatización de sus componentes y el reciclado de sus residuos. En la fábrica, las 4,000 toneladas de caña que se cosechan a diario pasan a convertirse en 350 mil litros de etanol, haciendo de Caña Brava la mayor planta productora del país. Sin embargo, no todo queda allí. Cuando en el primer proceso se separa el jugo del bagazo, este último se utiliza para la producción de energía eléctrica para el consumo propio. Con la energía producida por el bagazo se logra autoabastecerse para el consumo energético de la fábrica y para el riego por goteo. Actualmente se genera 12 megavatios: la planta necesita de 4 MW y los otros 8 MW son para la red de riego.
DIMENSIÓN SOCIAL
Generando empleo y progreso “Por suerte conseguí trabajo. Antes que llegase Caña Brava era muy difícil”, comenta Vannesa García de solo 18 años, recién egresada del colegio Montelima del anexo del mismo nombre, en el distrito de Ignacio Escudero. Vannesa hace cinco meses que trabaja en el laboratorio de la fábrica; y así como ella 15 ex alumnos de distintos colegios de Ignacio Escudero, en Sullana y La Huaca en Paita de entre 15 a 18 años de edad, se les ha capacitado y ahora trabajan como laboratoristas en la planta de etanol. La relación de la empresa con las comunidades vecinas siempre ha sido muy cercana. El desarrollo que ha arribado a la zona que aloja a los poblados de San José, Montelima, San Miguel y La Huaca, entre otros, no se circunscribe solamente a aquellas familias que han obtenido un trabajo en la empresa. Buscando darle un nuevo brío de limpieza, Caña Brava dispuso la contratación de un grupo de 60 madres de familia para que limpien los desechos que se acumulaban año a año en la carretera y alrededores de los fundos. Estas madres que se turnan mensualmente entre toda la población ya suman más de 250 las beneficiadas.
Impulsando la educación Hasta el momento de acuerdo al Plan de Arborización aplicado por Caña Brava se ha sembrado 4,000 plantones en todos los fundos y comunidades vecinas. Al final de este año se llegarán a sembrar 18 mil plantones más. Asimismo se puso en marcha el programa Matemática para Todos, capacitando a profesores para que brinden una mejor enseñanza al alumnado. Esto ha beneficiado a más de 400 niños, sumando el resto de colegios. A esto debe sumársele el apoyo a la cultura deportiva, habiendo organizado una bicicleteada masiva a nivel de Piura, con más de mil participantes; y el primer campeonato de fulbito con equipos locales.
Nuestros profesionales En las modernas oficinas de Caña Brava profesionales de distintas ramas trabajan por aportar su granito de arena a favor de la producción de energías renovables que necesita el mundo; visionan, planifican, crean estrategias, y aplican procedimientos en pos de un desarrollo sostenible. Todo ello dentro de un clima laboral saludable; en el que todos colaboran. Aquí laboran ingenieros, economistas, contadores, entre otros, quienes desempeñan funciones y responsabilidades de acuerdo a su profesión.
Una juventud que crece con mรกs opciones y mรกs optimismo.
Energía para el mundo En busca de reducir la contaminación ambiental en el Perú, el Estado peruano desde el año 2003 ha venido promoviendo una serie de políticas a favor de la preservación del medio ambiente. Es así que dispuso que a partir de enero del año 2010, la gasolina que se comercialice en el país, contenga 7.8% de Etanol (combustible ecológico). Este nuevo producto, denominado GASOHOL (mezcla de gasolina con Etanol), llegará al consumidor final a un precio promedio similar a lo que hoy cuesta el galón de gasolina de 90 Octanos; es decir a un precio competitivo y no por encima del precio promedio de las gasolinas tradicionales, consideradas altamente contaminantes. Este nuevo cambio al que muchos países ya han ingresado en el mundo como Suecia, Estados Unidos, Canadá, Japón, Brasil, Colombia, México, Argentina, y otros, es importante ya que este combustible es un recurso renovable, que disminuye la dependencia del petróleo; además de ser energéticamente eficiente, porque produce un tercio más de energía que la que requiere su elaboración y transporte. Por otro lado tiene altas ventajas comparativas con los combustibles fósiles, porque produce menos emisiones de contaminantes: según el Departamento de Energía de EE.UU el etanol produce menos monóxido de carbono e hidrocarburos que la gasolina común y corriente. Su uso como combustible para automóviles reduce la producción de gases de efecto invernadero en un 85%, por lo que es el principal candidato para reemplazar y renovar los estándares de los países firmantes del Protocolo de Kyoto.
Su uso como combustible para autom贸viles reduce la producci贸n de gases de efecto invernadero en un 85%
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