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Escena de la obra «La Danza del Adiós» (fragmento) —  Ángel Lorenzo


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Escena de la obra La Danza del Adiós Ángel Lorenzo La portada de este número está dedicada a la obra La Danza del Adiós, del dramaturgo Francisco Gámez, quien es profesor y encargado del área de noticias del iest. La fotografía, cortesía de Ángel Lorenzo, muestra una escena del primer acto; en ella puede verse a Yenitza Vega y a Luis Miguel Fernández de Lara, en los papeles de Margarita Valdés y Don Manuel Peralta. La Danza del Adiós se estrenó el 21 de noviembre de 2010, en el Teatro Experimental del Espacio Cultural Metropolitano, como parte de los festejos del Centenario de la Revolución Mexicana que organizó el iest. El montaje estuvo a cargo del Taller de Teatro de esta casa de estudios, con la dirección del Lic. José Romualdo Cruz, el diseño de vestuario de la LDG Dora Ferreira y un elenco conformado por alumnos, profesores y egresados. La obra presenta las vivencias de una familia regiomontana cuando el Porfiriato llega a su fin y aparecen los primeros estragos de la Revolución Mexicana. En el número anterior se ofreció el primero acto de esta historia, ahora se presenta la conclusión de la misma con la publicación del segundo y tercer acto.


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Directorio / Contenido

Rector C.P. David Gómez Fuentes Vicerector académico Dr. Alejandro Montano

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Prólogo José Luis Villaseñor Dáva los

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La Danza del Adiós Fr a ncisco Gá mez Va ldés

Comité editorial José Villaseñor Alberto Bazaldúa

46

La Univesidad Empaca Maletas José A lberto Baza ldúa Za m arripa

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La Metrología y la Ingeniería Q.F.B. Sa ndr a L. Suastes Acosta, MC

Enrico Martínez Emilio Lamadrid

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El Postmodernismo como diagnosis de la época contemporánea (2.ª parte) José Luis Villaseñor Dáva los

Francisco Gámez Diseño

Ernesto Peña Form ación

Martha Eileen Ramírez Rocha (ldg 60.) Berenice Romero R ev isión y corrección de estilo

Martín Castillo

Pharus Academiæ, Revista de divulgación e investigación del Instituto de Estudios Superiores de Tamaulipas. Número 8, año iv. Este número se terminó de editar en junio de 2011, el tiraje total de esta edición es de 1 000 copias. Reserva de derechos: 04-2008-062316205000-102

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Así hablaba Zaratustra Gustavo Hernández


Pharus Academiæ Prólogo 1. Explicación de la temática:

1

2

Bermúdez Guerra, Francisco; El papel del Abogado ante la Crisis Global; <http:// juridicofbermudezg.blogspot. com/2008/10/el-papel-delabogado-ante-la-crisis.html>; octubre 8 de 2008; p. 1 de 2. Capella, Juan Ramón; La Fruta prohibida. Una aproximación histórica teorética al estudio del Derecho y del Estado; Editorial Trotta, S. A.; 2.ª Edición; Madrid: 1999; p. 238.

Una fuerte crisis afecta la economía mundial; algunos abogados esperan que los economistas y financieros den soluciones salomónicas para enfrentar los problemas y posiblemente salir menos perjudicados; sin embargo, tal crisis no afecta sólo la economía sino también la vida misma, pues se vive una crisis de valores, de equilibrio moral, lo bueno se transmuta en malo y lo malo en bueno. Si el abogado «global» no reconoce su profesión, posiblemente la Justicia le pase factura, por ser inferior a los deberes como operador de los principios más sublimes de la especie humana.1 1.1. Una gran transformación. Ésta se produce en forma acelerada; aproximadamente en 1975, y con posterioridad a 20 años de tal fecha, se origina un «mundo nuevo», es decir, «una Babel de características propias».2 Tal transformación se compone de dos macro-fenómenos vinculados entre sí: 1. Una «mundialización desigual o deforme» de las relaciones sociales; y 2. Una nueva revolución industrial, la tercera. El primero conforma una «globalización multifacética» que, entre otras cosas, consta de un Sur del mundo infradotado, cuya periferia se hunde en la miseria, y un Norte trifocal —alrededor de USA, el Japón y la Unión Económica— con su propio entorno. El segundo lo constituye la tercera revolución industrial, cuya diversidad de materiales como la química, la tecnología, la informática, permite innovar en todas las ramas de la producción, y desarrollar nuevas técnicas de organización productiva y empresarial. 1.2. Nuevas competencias del abogado.

3

Echaiz Moreno, Daniel; Las Nuevas Competencias del Abogado; <http://www. derechoycambiosocial. com/revista012/nuevas %20 competencias%20del%20 abogado.htm>; diciembre 12 de 2007; p. 2 de 2.

El profesional del derecho —el de hoy, inserto en el siglo x xi—, requiere «nuevas competencias» que lo habiliten para actuar con toda solvencia moral; lo cual supone una sólida formación jurídica, de alcance multidisciplinario y con «vocación internacional», y con apoyo en el uso de tecnologías de información, acompañada de un eficiente entrenamiento constante, que persiga objetivos por resultados y que propicie soluciones preventivas, antes que el enfrentamiento.3


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Habrá que estar actualizándose, pues son muchas las novedades «jurídicas», entre otras: producción de normas de lex mercatoria, atribuida a sectores muy precisos de la profesión jurídica. Debido a ello, se han creado las llamadas «multinacionales del derecho», en las que llegan a trabajar centenares de abogados, a quienes se debe la autoría de normas de lex mercatoria; que asesoran a grandes empresas transnacionales y que están a cargo de cualquier operación financiera supervisada por ellos, desde todos los puntos de vista, jurídicos o no. Estos abogados constituyen una variante de los ejecutivos de «usar y tirar». Y otra novedad destacable es el «voluntariado jurídico al servicio de las ong’s».4 El uso de tecnologías de la información resulta «imprescindible» en el contexto de «maximización de beneficios/minimización de costos»t, para el acopio de información, el procesamiento de datos (bases de datos), la gestión de los estudios de abogados (el management jurídico), la conferencia en tiempo real (la videoconferencia y el Skype), el marketing corporativo (los banners) y la seguridad contra el ataque informático (los hackers), entre otras cuestiones. A la hora de llevar la teoría a la práctica de los conocimientos jurídicos, traerá consigo otras competencias como el razonamiento, el proceso de análisis y síntesis, la argumentación, la comunicación y la retroalimentación. Por otra parte, en contra de la distorsionada concepción del abogado picapleitos, donde sólo gana uno de los contendientes, esto se ve superado, según Daniel Echaiz,5 por la mediación, la conciliación y el arbitraje —donde dizque ganan todos. 2. El postmodernismo y sus car acterísticas. Cuando se habla de posmodernidad, se considera que la modernidad ya terminó (1453-1945), que ya no existe, es decir, ya no es posible hablar de la historia como unidad —o entidad unitaria—, porque implica hablar de un centro a cuyo alrededor se ordenaban y resumían los acontecimientos, como por ejemplo el nacimiento de Jesucristo, o al derredor de Occidente, que representa el lugar propio de nuestra cultura. Pero como hoy todo es comunicable, un gran número de subculturas se hacen presentes, lo cual conlleva a nuestra sociedad a la posmodernidad. Este producto mediático hace posible una au-

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4 Capella, Juan Ramón; Op. cit.; p. 287.

5

Echaiz Moreno, Daniel; Op. cit.; p. 1 de 2.


Pharus Academiæ 6 Vattimo, Gianni; Posmodernidad, ¿una sociedad transparente? En torno a la Posmodernidad; Editorial Anthropos; Barcelona: 1998; p. 9. 7

García San Miguel, Luis; «Weltanschauung» y derecho; <http://books.google.com. mx/books?id=4qNP0tkhzUoC &pg=PA17&lpg =PA17&dq=W eltanschauung+y+derecho>; noviembre 13 de 2010; p. 1 de 1.

8 Val, Juan Antonio del; El Cristiano de los años 2000; Ediciones Sal Terrae; Bilbao: 1994; p. 146.

9 Grün, Ernesto; El Derecho Posmoderno: un sistema lejos del equilibrio. Revista Telemática de Filosofía del Derecho; No. 1, 1997/1997, issn 1575-7382; p.p. 16-25.

10 Bochaca, Joaquín; El Descrédito de la Realidad o La Dimensión Desconocida; Ediciones Cerro Manquehue, S.A.; Santiago de Chile: 2004; p. 175.

toconciencia perfecta de toda la humanidad; en otras palabras, la conciencia de lo que acontece, la historia y la conciencia del hombre.6 Además, toda filosofía política descansa en cierta concepción del mundo —o Weltanschauung. El ejemplo de tal punto de vista que ofrece Luis García San Miguel,7 es el de la República de Platón, donde encontramos: una teoría del conocimiento —o intuicionismo—, una metafísica, una ética y hasta una filosofía de la historia. Pero de ello no se puede deducir que a una Weltanschauung le corresponda una teoría política, o a la inversa. Lo que sucede es que de una W. salen varias teorías políticas diferentes, e incluso contrapuestas. Así, del Catolicismo han salido la justificación (de Derecho Divino) de la monarquía, la democracia Cristiana, la teología de la liberación, por señalar algunas, sin que por ello se quiera decir que estoy de acuerdo con ellas, como es el caso —entre otras— del marxismo, del cual han salido la social democracia, el comunismo, etc. Por ello, se hace notar que no debemos dejarnos engañar del hecho que algunas teorías políticas presenten algunas W.W. como exclusivamente suyas, o viceversa. Todo esto se trata para indicar que el posmodernismo es una Weltanschauung que comprende los siguientes factores, que tipifican al hombre posmoderno, a saber: narcisismo individualista; nihilismo, pasotismo y el retorno a lo Sagrado.8 2.1. Derecho Posmoderno. Lo que hemos narrado hasta este numeral, o los acontecimientos de los últimos 60 años, entre ellos la globalización económica, la sobre explotación de los recursos naturales, etc., etc., han ocasionado fuentes materiales de un nuevo derecho: el derecho posmoderno, es decir, nuevas funciones que el derecho debe asumir, pues se han dado todas las condiciones para que regule a todas estas influencias del entorno social y natural, aunque este sistema jurídico mundial —y sus elementos— esté otra vez lejos del equilibrio proporcionado, que es la Justicia. Así, los sistemas jurídicos nacionales e internacionales se interrelacionan cada vez más, y han sido orientados a constituir un sistema jurídico mundial.9 3. Globalización o mundialización. Esto consiste, a corto o mediano plazo, en la interdependencia o imbricación de las economías de todos los países, empezando por el sector financiero y terminando con la uniformización general —a todos los niveles— de los sectores social, cultural, racial, ético y jurídico.10 La base doctrinal de tal globalización es lo que se conoce como neoliberalismo, cuyo origen está marcado por una señalada e indiscutible inmoralidad, cuyo equívoco ético radica en poner su fin en el éxito macroeconómico, haciendo caso omiso de sus reper-


08 cusiones en lo microeconómico, y en que descuida la finalidad misma de la economía que es el hombre, la sociedad entera y su bienestar en equidad y justicia. En consecuencia, en el Estado neoliberal, el poder político no termina en las fronteras de los organismos gubernamentales, sino que se derrama hasta la Banca y los centros de control financiero. Muy lejos está la dinámica de fundamentar la democracia en la auténtica y consciente participación del pueblo.11 La globalización en su forma actual, es el relato histórico neoliberal impuesto por las fuerzas que piensan que el mercado debe organizar la economía y la sociedad. Se trata entonces de una ideología dominante, porque todos los centros de poder apuntan en esa dirección. La competencia es — además— la nueva regla de comportamiento, y no necesariamente la ética o el derecho. EI hecho de ser competitivos confiere derechos y legitimidad para gobernar el mundo y decidir sobre sus prioridades.12 La ideología cuyo sustrato es la soberbia hecha hábito social es difícil de cambiar, lo cual implica importancia histórica, pues si muere una ideología por agotamiento, será sustituida por otra. Muchos se ilusionaron con el final del liberalismo radical o del marxismo soviético. Ramiro Sáenz13 cree que hay que esperar otra nueva ideología que se está gestando, que vuelva a satisfacer las pasiones masivas del mundo moderno. Una ideología no se destruye con otra contraria, pues «contraria sunt in eodem genere» —los contrarios pertenecen al mismo género— decían los antiguos.

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11 Martín del Campo Mena, José Luis; El Neoliberalismo de América Latina; U. Pontificia de México, A.C.; México: 1993; p. 83. 12 Sáenz, Ramiro, Pbro.; De la Soberbia a la Ideología. El espíritu capital de la soberbia en el orden individual y social; Biblioteca del Pensamiento Católico; Gladius Nº 66, Año 24; Buenos Aires: 2006; p. 67. 13 Ibídem; p. 67.

3.1. Mammonismo. Con la relativamente naciente economía mundial, con el tráfico también mundial, se impuso la idea de la economía del interés internacional, y aquí llegamos a la raíz más profunda. Aquí damos con la fuente de energía más íntima, de la cual la internacional dorada recibe su fuerza irresistible. Hoy a este fenómeno se le denomina bajo el eufemismo globalización. Aquel eufemismo se puede «sinonimizar» por el término mammonismo, que según Gottfried Feder14 es una afección económica y moral. Es el imperio siniestro e «invencible» de las fuerzas internacionales del dinero. Además, se trata de una disposición del espíritu, es la adoración de los poderes del dinero por parte de aquellos que están infestados por su veneno. Es la exageración desmedida del instinto adquisitivo —en sí sano— del ser humano; es una brutalidad sin paragón, trata de forzar a todas las energías del mundo a su servicio y conduce a la esclavización económica, a la explotación de la fuerza productora de todos los pueblos de la tierra. Este estado espiritual ha llevado a una declinación de todos los conceptos éticos. Más concretamente, hay que ver en el mammonismo el deliberado juego acordado por los supercapitalistas ávidos de poder sobre todos los pueblos.

14 Feder, Gottfried; Manifiesto para el quebrantamiento de la servidumbre del interés del dinero; <http://ar.geocities. com/ condo.../feder.doc>; p. 5.


Pharus Academiæ 3.1.1. Antecedentes veterotestamentarios del mammonismo.

15 Guardini, Romano; El Señor; Ediciones Espiritualidad; Argentina: 1991, Tomo i; p. 258.

16 Palabra Viva. Una Iglesia para vivir; El Becerro de Oro; <http://palabraviva.org. mx/2008/mensajes/biblia. asp?lectura=220>; p. 1 de 10.

17 Castellani Leonardo, R. P.; Por la conversión de los que injurian a Dios; <http:// www.statveritas.com/ar/ Autores%20Cristianos/ Castellani>; noviembre 7 de 2008; p. 36 de 82. 18 Estudio sobre los cuatro Evangelios; <http://www. unav.es/capellania/fluvium/ textos/predicacion/031109. htm>; p. 1 de 3.

Mientras Moisés se encontraba en las cumbres del Monte Sinaí, ayunando 40 días, orando intensamente ante Dios y recibiendo de Él Las Tablas de La Ley, se produjo un incidente terrible en donde acampaba el pueblo Israelita. Aarón, el sumo sacerdote, a petición de tal pueblo, les ha fundido con sus joyas un ídolo, un becerro de oro. Al descender Moisés de la montaña los halla en plena orgia idolátrica. El golpe es tan duro para Moisés, que arroja al suelo las tablas de la ley (Ex 32,19). Por ello, Romano Guardini,15 considera a Moisés como un símbolo, pues ha recibido la misión de imponer la voluntad de Dios a ese pueblo endurecido, a pesar de su oposición voluntaria de librarlo de sus enemigos, pese a su espíritu servil. Esa es la razón de que tal profeta y legislador se le ha llamado el hombre más vejado de la humanidad. Además, Moisés parece que se ve obligado a llevar el peso de Dios, cuando Éste, ardiendo en cólera, le dice: «Deja que los extermine». Y el profeta defiende, no obstante, al pueblo ciego y rebelde. Pareciera que Dios pide permiso a Moisés, pues a pesar de ser Dios soberano absoluto, que puede hacer cuanto desee, amorosamente solicita la intervención de su siervo: quiere que lo detenga y quiere enseñar a su hijo como defender al pueblo hasta de sí mismo.16 3.1.2. Antecedentes neotestamentarios del Mammonismo. Cristo nuestro Señor nos ha enseñado el uso que se ha de hacer de la ira y la indignación —que son pasiones humanas ciertamente refrenables, pero no suprimibles—, cuando se levantó como un león y como un nuevo Moisés con los mercaderes del Templo de su Padre, que injuriaban a Dios con sus palabras y acciones, que le puso en peligro y más tarde le costó la vida; Cristo sabía perfectamente que con su látigo no iba a derrotar a los soldados de Caifás ni de Pilato, pero sabía también que era parte de su misión, hacer aquel gesto de indignación en defensa de la honra de su Padre, y luego sostener con su vida la autoridad de aquel gesto; que fue lo que hicieron luego los mártires, cuando volteaban un ídolo y después se dejaban atar para ser conducidos a las fieras.17 En el intento de comprender esta lección, consideramos la intransigencia ante los abusos que se habían hecho habituales y, por eso —tal vez—, ya no llamaban la atención: es ciertamente un peligro convivir con conductas desviadas del bien y la verdad.18 Luego, en otro pasaje del Evangelio de San Mateo (Mt 6,24), Cristo les dice


08 a sus discípulos que «No podéis servir al mismo tiempo a Dios y al Mammondinero, porque odiarán al primero y amarán al segundo, o bien, preferirán al primero y despreciarán al segundo.» En los tiempos anteriores a la caída de los ángeles, Mammon era un serafín al servicio de Dios. Sin embargo, se llenó con el deseo del dinero y se asoció a Lucifer en la rebelión contra Dios. En cuanto terminó la guerra en el cielo, los pecados de Mammon eran peores que los de cualquiera de los otros ángeles caídos. El príncipe de la codicia es uno de los más poderosos en el infierno. No obstante, tal príncipe posee pocos enemigos, debido a que sus favores pueden ser comprados a precio justo. Gran cantidad de príncipes terrenos tienen deudas con Mammon, el cual —se dice— no esperará pocos milenios para cobrar dichas deudas.19 Lo anteriormente narrado ha evocado las estrofas de don Francisco de Quevedo y Villegas,20 que son de una candente actualidad, pues hacen a la universal psicología humana: «Madre, yo al oro me humillo, él es mi amante y mi amado pues de puro enamorado, anda continuamente amarillo. Que pues doblón o sencillo, hace todo cuanto quiero, poderoso caballero es Don Dinero.» Al día de hoy, la única institución que aún nos advierte sobre la globalización es la Santa Sede.21 Uno de los numerales —el 366— del Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, advierte: «La globalización no debe ser un nuevo tipo de colonialismo. Debe respetar la diversidad de las culturas, que en el ámbito de la armonía universal de los pueblos, constituyen las claves de interpretación de la vida. En particular, no tiene que despojar a los pobres de lo que les es más valioso para ellos, incluidas sus creencias y prácticas religiosas, puesto que las convicciones religiosas auténticas son la manifestación más clara de la libertad humana.»

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19 Bardet, Jean-Gaston; Quien controla el dinero controla las naciones, hasta el mundo entero; <http:// www.voltairenet.org/ article125225.html>; p. 9 de 10.

20 Salbuchi, Adrián; La Democracia… ha muerto; El traductor gráfico, Proyecto…; <www.eltraductorradial. com.ar/ eltraductorradial@ fibertel.com.ar>; p. 4, nota 4.

21 Pontificio Consejo «Justicia y Paz»; Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia; Ediciones cem; México: 2005; p. 203.


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«Educar quiere decir fortificar.» —  Justo Sierr a


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La Danza del Adiós La Danza del Adiós Melodrama en 3 actos Por: Francisco Gámez Valdés Segundo Acto 14

Fr a ncisco Gá mez Va ldés Licenciado en Contaduría por el iest, con estudios de Literatura por la Universidad Iberoamericana de Puebla y el cedes del iest. Periodista, dramaturgo y maestro.

Sala de la casa de la familia Valdés. Se agregó un teléfono al mobiliario. La acción transcurre hacia las dos de la tarde del 25 de mayo de 1911. El acto inicia con Carmen, tocando al piano Serenata Mexicana, de Manuel M. Ponce. Le acompañan en la habitación, sentados: Don Manuel, Josefina y Doña Dolores; el primero escucha con atención y aprobación, la segunda hojea un libro, la tercera borda un pañuelo con sumo interés. También se encuentra Valentina, sacudiendo los muebles. Afuera se escucha el pregón de un ropavejero. Doña Dolores, molesta por la interrupción, le hace una seña a Valentina dándole a entender que lo calle. Valentina se acerca a una ventana, la abre y de espaldas habla con alguien. Los gritos del ropavejero disminuyen y se pierden. Valentina cierra la ventana y continúa con su actividad. Suena el timbre. Valentina sale a abrir. Después de unos momentos entra Alfredo, seguido por Valentina. Esta última continúa absorta y pensativa con su labor; de vez en cuando suspira.


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Alfredo: Doña Dolores y Don Manuel: Alfredo:

(Con buen volumen) Buenas tardes. (Molestos, callándolo) ¡Sh! (Apenado) Perdón. (Se sienta).

Carmen termina de tocar y todos le aplauden. Ella agradece y toma asiento en uno de los muebles de la sala.

15 Doña Dolores: Carmen: Don Manuel: Carmen: Josefina: Carmen: Don Manuel: Doña Dolores: Josefina: Don Manuel: Josefina: Don Manuel: Alfredo: Don Manuel: Alfredo: Don Manuel: Alfredo: Don Manuel: Alfredo: Josefina: Alfredo: Don Manuel: Alfredo:

¡Bravo hija! Gracias, mamá. (Entusiasmado) ¡Muy bien, Carmelita! Ha tocado usted como toda una artista. Favor que usted me hace. ¡Qué bella melodía! Según Don Manuel, es lo que se está componiendo hoy en día. Por fin algo con sonido mexicano. ¿No les parece? Indudablemente. (A Don Manuel) ¿Cómo se llama esta canción? Aún no tiene título. Es una composición inédita de Manuel M. Ponce. ¿En serio? Así es. La terminó hace unos días. (A Don Manuel) ¿Y usted cómo la obtuvo? Tengo un colega que estuvo en México la semana pasada y lo fue a visitar. Ponce me envió este boceto con él para que le diera mi opinión. Entonces conoce al compositor. Así es. ¿Es su amigo? Bueno, no es amigo, pero hay un cierto respeto. Yo también lo conozco. ¿En serio? ¡Claro! Mire que bien. Lo entrevisté hace un mes.


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Josefina: Alfredo: Josefina: Alfredo: Don Manuel: Doña Dolores: Alfredo: Doña Dolores: Alfredo: Don Manuel: Alfredo: Don Manuel: Alfredo: Don Manuel: Alfredo: Doña Dolores: Alfredo: Doña Dolores: 16

Don Manuel: Alfredo: Doña Dolores: Carmen: Doña Dolores: Valentina: Doña Dolores: Valentina: Doña Dolores: Carmen: Doña Dolores: Carmen: Don Manuel: Josefina: Doña Dolores: Valentina: Doña Dolores: Valentina:

(Con interés) ¿Y de qué hablaron? De las nuevas tendencias en la música mexicana. ¡Qué interesante! El tipo es un extraordinario pianista y su fama está creciendo. Sí, lo sé. (Un poco incrédula) ¿Dónde entrevistó al compositor? En la Ciudad de México. ¿Y pudo llegar hasta allá sin problemas? Ya ve cómo se puso el país. No fue tan difícil viajar a la capital. (Minimizando la situación) Bueno, hemos de reconocer que los combates fuertes sucedieron más al norte. Prácticamente ahí estaban los únicos sublevados. No olvide usted a los zapatistas en el sur, que también dieron mucha batalla. Pero, no me negará que quienes trajeron en jaque al gobierno fueron los villistas, los maderistas, los orozquistas y toda esa caterva de maleantes norteños. (Un poco molesto) Pues esos «maleantes norteños» liberaron a este país. (Retador) ¿Ah, sí? ¿De qué? De la odiosa dictadura. (Interrumpiendo a Alfredo, un poco molesta) Mire Señor Ceballos, le suplico que mientras esté en mi casa se abstenga de hacer semejantes comentarios. Señora, ¡por favor! Don Porfirio está por renunciar. Eso no me interesa. Lo único que sé es que esa dichosa revolución trajo más problemas que soluciones. (Tranquilizándola) No se preocupe Doña Dolores, todo se arreglará. Por supuesto. Con el gobierno que luego encabezará Madero… (Interrumpiendo) Cambiemos de tema, ¿les parece? Me duele un poco la cabeza. ¿Se siente usted mal? No te preocupes, no es nada. Valentina… (Como saliendo de un pensamiento profundo) ¿Sí Señora? Antes que se haga más tarde, ve por favor con Doña Tranquilina y págale los dos litros de leche. (Dejando el sacudidor sobre una mesa) ¿Qué litros de leche, Señora? Los que nos fió hoy en la mañana. (Con asombro) ¿Era fiada la leche? No nos quedó otra. El lechero no pasó hoy. ¡Qué raro! Tengo entendido que hay escasez de leche en la zona. ¡Vaya! Así que la vaca de Doña Tranquilina salvó nuestro desayuno. Así fue. (A Valentina, entregándole un billete) Ten Valentina, aquí tienes el dinero. Sí Señora. Ya sabes lo que hay que hacer. (Distraída) ¿Pagarle a la vaca de Doña Tranquilina?

Los demás ríen. Doña Dolores: Valentina: Doña Dolores:

A la vaca no, sólo a Doña Tranquilina. (Avergonzada) Sí Señora, perdone. Ve y no tardes, que todavía falta el postre favorito de Don Aurelio.


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Valentina:

No tardo. Con su permiso.

Valentina sale por la izquierda. Doña Dolores: Carmen: Doña Dolores: Carmen: Doña Dolores: Carmen: Doña Dolores: Josefina: Doña Dolores: Josefina: Doña Dolores: Alfredo: Doña Dolores: Alfredo: Doña Dolores: Alfredo: Doña Dolores: Alfredo: Doña Dolores: Alfredo: Doña Dolores: Don Manuel: Doña dolores: Josefina: Doña Dolores: Josefina: Carmen: Doña Dolores: Josefina: Doña Dolores: Alfredo: Doña Dolores: Alfredo:

Doña Dolores: Alfredo: Doña Dolores: Alfredo: Doña Dolores:

Josefina: Doña Dolores:

Esta muchacha está en las nubes. Está enamorada. ¿Ah, sí? ¿De quién? Ya sabe, del tal Juan. ¿Sigue con ese obrero revoltoso? Claro. Ya cumplieron el año. Esta muchacha no sabe elegir bien. El día menos pensado va a resultar embarazada. No diga eso, mamá. Pues es muy probable, ya ves la clase de novio que tiene. ¿Qué pero le pone usted a Juan? Pues… (Interrumpiendo) Juan es un poco inquieto, pero es muy trabajador. (Con asombro) ¿Lo conoce? Claro, somos grandes amigos. Ya veo… ¿Se asombra que tenga un amigo obrero? Un poco, sí. Son tiempos de cambio y transformación, Doña Dolores. Dirá usted tiempos de confusión. ¿De confusión? ¿Por qué dice eso? (A todos) ¿Han visto la última ocurrencia de la moda? ¿Cuál ocurrencia? Pues la dichosa «falda-pantalón». (Con entusiasmo) ¡Ay sí! ¡Se ve muy bien! ¿No les parece? (Sorprendida) ¡Josefina! ¡Pero qué dices! No tiene nada de malo, mamá. Es tan sólo una moda. Pues es una moda espantosa. El otro día vi a una de las Milmo usando una de esas faldas. No puedo creerlo. Pues créalo, Doña Dolores, créalo. Pues hasta donde yo sé: el hombre lleva los pantalones, la mujer no. Siempre ha sido así. Los tiempos son otros, el siglo x x está trayendo muchas sorpresas. (Con intención) Algunos se aferran a un pasado de costumbres caducas; otros en cambio, queremos traer aire fresco a nuestra sociedad. (Un poco molesta) Ya empezó otra vez, Señor Ceballos. ¿Empezar? ¿Con qué, Señora? Con su discurso político. No es esa mi intención. Sólo deseo que usted y yo, como buenos ciudadanos, lleguemos a un punto de acuerdo. (Molesta) Si quiere llegar a un punto de acuerdo hable entonces con mi marido, a él le encanta «debatir» con usted… Precisamente él lleva los pantalones en esta casa. (Deja por un lado el pañuelo que bordaba) (Apenada) ¡Mamá, por favor! (Poniéndose de pie. Digna) Con su permiso, tengo cosas qué hacer.

Doña Dolores sale por la derecha. Breve pausa.

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Josefina: Alfredo: Don Manuel: Alredo: Don Manuel: Carmen: Don Manuel: Carmen: Josefina: Carmen: Don Manuel: Carmen:

No debiste poner el dedo en la llaga, Alfredo. ¿A qué te refieres? (Molesto) ¡Hágase el desentendido! Mire caballero, el que Doña Dolores no quiera aceptar que el gobierno de Díaz se acabó… (Interrumpiendo) No sólo ella, caballero. (Cortante) No discutamos más, por favor. Está bien. Seré el primero en aportar algo de sensatez a esta conversación. Me parece muy bien. Y hablando precisamente de sensatez, iré a ver si se ofrece algo. Son más de las dos y no tarda en llegar el padre Mariano. ¿También está invitado a la comida? También. (Se pone de pie) Con su permiso. (Poniéndose de pie) ¿Le puedo ayudar en algo, Carmelita? Ahora que lo menciona… Venga conmigo y ayúdeme a poner la mesa.

Carmen y Don Manuel salen hacia la derecha. Alfredo: Josefina: Alfredo: Josefina: Alfredo: 18

Josefina: Alredo: Josefina: Alfredo: Josefina: Alfredo: Josefina: Alfredo: Josefina: Alfredo: Josefina: Alfredo: Josefina: Alfredo: Josefina: Alfredo: Josefina: Alfredo: Josefina: Alfredo:

Pues es cosa de minutos. ¿Cosa de minutos? ¿Para qué? Para que en la cámara de diputados lean la renuncia del «Señor presidente». Si no es que ya lo hicieron. ¿Y cómo sabes eso? Hace un par de horas recibí un telegrama de uno de nuestros corresponsales en México. El mensaje decía que la cámara iba a cerrar la sesión con la lectura de la renuncia. Alfredo… ¿Sí, Josefina? ¿Podríamos cambiar de tema? Pero, ¿por qué? ¿No te entusiasma que después de 27 años cambiemos de presidente? No entiendo mucho de política… Toda mi vida he conocido un solo presidente. Antes que tú y yo naciéramos, Porfirio Díaz ya estaba ahí. ¿No te parece eso vergonzoso? Tal vez… ¿Tal vez?… ¡Claro que es vergonzoso! Mejor háblame de tu viaje a la Ciudad de México. Dime… ¿Me trajiste el libro de poemas que te pedí? ¿Cuál libro de poemas? ¡Alfredo! El de Amado Nervo. Amado Nervo… No sé cómo te puede gustar su poesía. ¿Por qué? No sé quién es peor, si Amado Nervo con su Guadalupe la chinaca o Salvador Díaz Mirón con aquello de: «Mamá, soy Paquito, no haré travesuras». Nervo tiene más cosas que Guadalupe la chinaca. Sé que ha escrito poesía religiosa. Bueno sí, tiene algo de eso, pero… (Con un poco de misterio) Yo te he traído otra cosa. ¿Ah, sí? Un poema de amor. (Con interés) ¿Un poema de amor? Sí, de Luis Urbina.


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Josefina: Alfredo:

(Con entusiasmo) ¡Ah, qué bien, déjame leerlo! ¿Dónde lo traes? (Tocándose la frente) Aquí… Escucha…

Alfredo se pone de pie y recita con gran pasión el poema. De vez en cuando toma la mano de Josefina. Ella comparte su emoción. Alfredo:

Era un cautivo beso enamorado de una mano de nieve que tenía la apariencia de un lirio desmayado y el palpitar de una ave en agonía. Y sucedió que un día, aquella mano suave de palidez de cirio, de languidez de lirio, de palpitar de ave, se acercó tanto a la prisión del beso, que ya no pudo más el pobre preso y se escapó; mas, con voluble giro, huyó la mano hasta el confín lejano, y el beso, que volaba tras la mano, rompiendo el aire, se volvió suspiro.

Alfredo y Josefina permanecen en silencio unos instantes, viéndose el uno al otro; el primero se acerca, se sienta y la besa castamente en los labios. Entra en escena Margarita por el lado izquierdo, carga unos libros y un muestrario con mariposas disecadas. Margarita: Josefina: Margarita: Alfredo: Margarita: Alfredo: Margarita: Josefina: Margarita: Josefina: Alfredo: Margarita:

Disculpa Josefina, ¿has visto…? (Ve la escena del beso y reacciona) ¡Josefina! (Coloca los libros y el muestrario de mariposas sobre una mesita) (Asustada se separa de Alfredo) ¿Eh? ¿Ah? ¿Sí Margarita, necesitas algo? Necesito que los dos se separen. (Acercándose a Alfredo) ¿Qué es lo que pretende, Señor Ceballos? ¿Yo? Pues… Mostrarle a su hermana las nuevas tendencias de la poesía mexicana. ¡No me diga! ¿Y esto qué es? ¿Un «ejercicio práctico»? Siempre he sido un hombre de acción. Veremos si dice lo mismo delante de la policía. No exageres Margarita, no es para tanto. ¿Te parece bien lo que acabo de ver? Bueno… pues… A mí me parece bien. Los dos nos queremos. A usted todo le parece bien.

Suena el timbre. Josefina: Margarita: Alfredo: Margarita: Alfredo: Margarita: Alfredo: Suena el timbre.

Y a mí me parece que tocan el timbre. No trates de desviar la conversación. Yo adoro a su hermana. ¿No se ha dado cuenta de eso? Todos lo hemos notado. Sólo le pedimos que respete esta casa. ¿Respeto? ¿Le parece a usted que he sido irrespetuoso? Sí Señor, un poco. ¿Tanto lío por este «cautivo beso enamorado»?

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Pharus academiæ

Josefina: Margarita: Josefina: Margarita: Alfredo: Margarita: Alfredo: Josefina: Margarita: Alfredo:

Están tocando. Lo sé Josefina, lo sé. Pero, para eso está Valentina. Salió a pagarle a Doña Tranquilina la leche de esta mañana. ¡Qué inoportuna! ¿Qué acaso usted nunca se ha enamorado? No se desvíe del tema, caballero. (Con intención) Posiblemente su actitud severa se deba a la falta de un amor en su vida… Bueno, eso me ha dicho su hermana. ¡Alfredo! (Ofendida) ¡Caballero, no sea usted insolente! En realidad sólo estoy siendo directo.

Vuelve a sonar el timbre. Margarita:

(Molesta) No sé cómo mi padre le ha permitido cortejar a mi hermana. (A Josefina) Y no sé cómo tú has podido contar algo tan íntimo.

Carmen asoma la cabeza por el lado derecho. Carmen: Margarita: Carmen: Margarita: 20

(Molesta) ¿Podría alguna de las dos abrir la puerta? Tengo ese timbre metido en la cabeza. ¡Ya voy! Pero no tardes. (Molesta) Está bien, ya voy… (A Alfredo y a Josefina) Luego hablamos. (Sale por la izquierda)

Alfredo se pone de pie. Alfredo: Josefina: Alfredo: Josefina: Alfredo: Josefina: Alfredo: Josefina: Alfredo: Josefina: Alfredo: Josefina: Alfredo: Josefina: Alfredo: Josefina: Alfredo:

Eso será otro día. ¡Qué malo eres! ¿Cómo pudiste decirle eso? Ella empezó. Pero es mi hermana y yo la quiero. Necesitaba que alguien la pusiera en su lugar. ¡Le echaste en cara su soltería y además, en mi nombre! No puede estar controlando nuestro amor. Exagera. Se preocupa por mí. Si tu papá ha dado el consentimiento para que nos tratemos, tu hermana Margarita no tiene nada qué decir al respecto. Es mi hermana, Alfredo. Y yo, ¿qué culpa tengo? Esa no es una respuesta apropiada. Si tu hermana desea permanecer soltera, dando clases e investigando insectos y mariposas, es su problema, no el nuestro. ¡Qué insensible eres! (Se pone de pie) No exageres. No quiero volver a verte. (Sale hacia la derecha) Josefina… ¡Josefina!

Alfredo sigue a Josefina. Sale. Breve pausa. Entra Margarita a escena, va leyendo una carta. Está muy entusiasmada, aunque con una alegría algo forzada. Entra en escena Carmen por el lado derecho. Carmen: Margarita: Carmen:

¿Tú sabes qué les pasa a esos dos? (Levantando la vista. Con ironía.) Pues… parece que se aman, ¿no? A mí me pareció que discutían.


Junio 2011, número 8

Margarita: Carmen: Margarita: Carmen: Margarita: Carmen: Margarita: Carmen: Margarita: Carmen: Margarita: Carmen: Margarita: Carmen: Margarita: Carmen: Margarita: Carmen:

Hay mejores cosas de qué hablar. Mira. (Le muestra la carta) ¿De quién es? (Sonriendo) De Arturo. (Con emoción) ¿De Arturo, nuestro hermano? ¡Claro! ¿De quién más? Es que no me lo creo. Y ¿qué dice? Que está muy contento, que ha recorrido todo México con la compañía de un tal Pardavé y que se ha presentado en los mejores teatros. Qué bien. (Dobla la carta con cierta tensión y la guarda entre sus ropas) ¡Qué gusto por él! ¿No crees? Está logrando su sueño. Así parece. (Evocadora) ¿Recuerdas cuando papá nos llevó a San Francisco a ver a Caruso? ¡Claro que lo recuerdo! ¿A qué viene eso? Sólo me estaba acordando… Arturo fue el único que salió de aquella función extasiado. Fue una gran experiencia. Parecía que había visto a Dios. ¡Qué cosas dices! Vio a un extraordinario cantante de ópera, eso fue todo. Bueno, quiero decir que en ese momento Caruso era todo para él. Y ya ves… Sí, ya lo veo. He aquí el resultado: nuestro hermano trabaja en la farándula. 21

Breve pausa. Margarita suspira hondamente. Carmen: Margarita: Carmen: Margarita: Carmen: Margarita: Carmen:

¿Qué tienes? Nada. (Se sienta) ¿Por qué el suspiro? Te digo que no es nada. A ti te pasa algo. Te conozco muy bien. (Agarrando aire) ¿Por qué las cosas que valen la pena no pueden permanecer más o menos quietas? ¿De qué hablas?


Pharus academiæ

Margarita: Carmen: Margarita: Carmen: Margarita: Carmen: Margarita: Carmen: Margarita: Carmen: Margarita:

Hasta hace poco éramos una familia unida y más o menos feliz. Luego sucedió lo de Arturo y… ya viste la actitud que tomó papá: no le habla ni le escribe. Ha sido un golpe duro para él. Supongo que no ha de ser fácil para un padre tener un hijo que es artista y anda de ciudad en ciudad cantando y actuando. Eso no suena «respetable». (Con fatalismo) Y luego está este asunto de la Revolución. Ah, sí… «La Revolución». Hace un año éramos un país estable, próspero y hoy… Un total caos. ¡Y los sublevados vencieron al gobierno! Según Alfredo triunfó la democracia. Alfredo… (Un poco molesta) Alfredo está loco y además es un tipo desagradable. Es cierto que México necesitaba un cambio, pero creo que ésta no era la forma. ¿Había otra? No lo sé… Pero me parece que violentar al país y dañar su prestigio frente al mundo no fue la mejor opción.

Las dos permanecen pensativas. Breve pausa.

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Carmen: Margarita: Carmen: Margarita: Carmen: Margarita:

¿Por qué dices que Alfredo es un hombre desagradable? (Esquiva) Por nada. ¿Qué te hizo? Nada. ¿Y por «nada» te molestas? El tipo no me agrada. Eso es todo.

Suena el timbre. Carmen: Margarita: Carmen: Margarita:

Valentina no está. Lo sé. (Extrañada) Y ya se tardó. (De pie) Es mejor que vaya a ver quién es.

Entra Don Manuel por la derecha. Margarita lo ve con gran atención, suspira y luego sale por la izquierda. Don Manuel observa esto con extrañeza y luego se acerca a Carmen. Don Manuel: Carmen: Don Manuel: Carmen: Don Manuel: Carmen: Don Manuel: Carmen: Don Manuel: Carmen: Don Manuel: Carmen: Don Manuel: Carmen:

¿Por qué me deja usted solo? Disculpe Don Manuel. Tuve que venir a la sala para atender unos asuntos. La mesa ya está puesta. Muchas gracias. Ha sido un placer. Siempre tan servicial y tan atento. (Sumamente cortés) Es lo menos que puedo hacer por usted. Casi parece de la familia. (Animado) ¿En serio? Por supuesto. Tantos años de conocernos y de ser mi profesor de piano… (Con interés) Pero usted no sólo me ve como su profesor de piano… ¿O sí? ¡Claro que no! Usted representa algo más. (Seductor) ¿Alguien muy querido, quizás? Bueno, sí… tan querido como…


Junio 2011, número 8

Don Manuel: Carmen: Don Manuel: Carmen: Don Manuel:

¿Sí? Como un tío. (Decepcionado) ¿Como un tío? ¿Le parece poco? ¿Le parece a usted que estoy viejo?

Se escucha a lo lejos que Don Aurelio discute con alguien. Carmen: Don Manuel: Carmen: Don Manuel: Carmen: Don Manuel:

Comprendo sus intenciones, Don Manuel. ¿Mis intenciones? No se haga el que no sabe. En estos momentos no puedo corresponderle. Y eso, ¿por qué? El deber de la educación me lo impide. (Tomándola de la mano) El trabajo no debe anteponerse al amor.

Carmen se suelta y reacciona, le pide a Don Manuel que guarde silencio. Don Aurelio: Margarita: Don Aurelio:

¡Joder compadre! ¡Qué no! ¡Papá, qué lenguaje es ese! El lenguaje que los hombres cabales entendemos.

Entran Don Aurelio, Don Jacinto y Margarita por la izquierda. Don Jacinto: Don Aurelio: Don Jaciento: Don Aurelio: Don Jacinto: Don Aurelio: Don Jacinto: Don Aurelio: Don Jacinto: Don Aurelio: Don Jacinto: Don Aurelio: Don Jacinto: Don Aurelio: Don Jacinto: Don Aurelio: Margarita: Don Aurelio: Margarita: Don Aurelio: Margarita: Don Manuel:

Las cartas están echadas, compadre. No hay nada que se pueda hacer. ¡Más que someternos a un grupo de bandoleros! ¿No? No son bandoleros, son demócratas. ¡Bonitos demócratas! ¡Dando de tiros, tomando ciudades, haciendo destrozos! Han liberado al país de la dictadura. (Molesto) Mejor guarde silencio, compadre. Que usted vivió de esa «dictadura». Ha triunfado la revuelta que encabezaba Madero, entiéndalo de una vez. (Desesperado) ¿En qué momento se salió de control el país? Los revolucionarios y el gobierno ya firmaron un armisticio en Ciudad Juárez. No puedo creer que Don Porfirio haya permitido todo esto. Don Porfirio tendrá que renunciar hoy y abandonar el país mañana. Ese fue el trato. No lo creo. El viejo debe tener algún as bajo la manga. Mañana tomará posesión Francisco León de la Barra, como Presidente Interino. (Molesto) ¡Francisco León de la Barra, Francisco Madero, Francisco Villa! (Muy molesto, gritando) ¡Carajo! ¡Demasiados Franciscos para una misma historia! (Se sienta molesto en un sillón) No se sulfure, compadre. ¿Cómo quiere que me ponga? ¡Si todo anda mal! (Acercándose) ¿Quiere que le traiga un jerecito? (Molesto) Quiero que me traigas paz y progreso. Papá, por favor. (Comprendiendo su actitud) Perdona hija. No se preocupe. Cálmese Don Aurelio, no todo está perdido.

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Pharus academiæ

Carmen: Don Jacinto: Don Aurelio: Carmen: Don Aurelio: Carmen: Don Aurelio: Margarita: Carmen: Don Aurelio: Margarita:

(Acercándose) La vida sigue en Monterrey y en el estado. La industria está produciendo, nuestras escuelas están abiertas. A Dios gracias, no hubo un solo tiro en Nuevo León, compadre. Hasta eso fueron respetuosos. Sí… No hubo un solo tiro. (Con ironía) Ahora resulta que debo agradecer eso a los revolucionarios… ¿También debo agradecerles que la economía se haya venido para abajo? Vea lo positivo papá: estamos vivos, seguimos juntos. No todos Carmelita, no todos. Bueno, es cierto. Gabriel está en Tampico y... (Interrumpiendo bruscamente) Y le va muy bien. Está ganando lo que quiere… (Con satisfacción) Gabriel es mi mayor orgullo. Pero tiene otros hijos fuera de esta casa, papá. Margarita, por favor, no empieces. Tienes razón, me olvidé del pobre de Enrique. Como está en Chicago con tus tíos, pues… ¿Y Arturo?

Breve pausa. Don Aurelio: Margarita: Don Aurelio: Margarita: Don Aurelio: 24

Margarita: Don Aurelio:

(Sombrío) Arturo solía ser mi hijo. No diga eso. (Un poco molesto) Él se lo buscó. Arturo también es exitoso, papá. (Intenta mostrarle la carta) Mire usted… (Serio y seco) Margarita. De ese tema no se habla… Y menos hoy, que es mi cumpleaños. Pero papá… (Cortante) ¡Basta!

Entra Doña Dolores por la derecha. Doña Dolores: Margarita: Don Aurelio:

Escuché unos gritos. ¿Qué es lo que pasa? (Apesadumbrada) Mi padre que… (Interrumpiendo) Tu marido, que se está quejando de lo que pasa en este país.

Margarita se sienta lejos de todos, seria y abatida. Desde su lugar observa con gran atención a Don Manuel. De vez en cuando suspira. Doña Dolores: Don Jacinto: Doña Dolores: Don Jacinto: Doña Dolores: Don Jacinto: Doña Dolores: Don Jacinto: Doña Dolores: Don Jacinto: Doña Dolores: Don Jacinto: Doña Dolores:

(Percatándose de la presencia de Don Jacinto) ¡Compadre, qué gusto verlo! (Acercándose a Doña Dolores). El gusto es mío, comadre. (La saluda de beso en la mano) Sea usted bienvenido. Gracias. Aurelio, no hagas corajes con el compadre aquí presente. No se preocupe comadre, ya estoy acostumbrado. Bueno, eso sí… ¿Y cómo ha estado? Muy bien, gracias. Qué bueno. ¿Y la comadre Merceditas? Se quedó en casa. ¿Y eso? Un dolor en la espalda. Le vino de repente. ¡Qué barbaridad!


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Don Aurelio: Doña Dolores: Don Aurelio: Doña Dolores: Don Aurelio: Doña Dolores: Don Aurelio: Don Jacinto: Don Aurelio: Doña Dolores: Carmen: Doña Dolores: Don Aurelio: Doña Dolores: Don Aurelio: Doña Dolores: Don Jacinto: Doña Dolores: Don Jacinto: Don Aurelio:

Desde hace años padezco algo semejante y es terrible. (Se toca ligeramente el pecho) ¿Qué tienes Aurelio? No sé… Me dio un dolor. (Acercándose) ¿Te sientes mal? Deben ser los problemas del día. Este cumpleaños número 61 no me está tratando nada bien. ¿Quieres que llame al doctor? No es nada, mujer. Sólo un dolor muscular. (Preocupado) ¿Todo bien, compadre? Todo bien. (A todos) ¿Ya regresó Valentina? Aún no, mamá. Qué raro. Ya debería estar aquí. ¿Hace mucho que se fue? (Un poco molesta) Mucho. No te preocupes. Seguramente ya viene en camino. (A Don Jacinto) Siéntese por favor, compadre. (Sentándose) Gracias. ¿Gusta una copita? Por supuesto, comadre. También tráeme una.

Doña Dolores se acerca a una mesita donde hay una licorera y algunas copas pequeñas. Sirve el licor. Carmen: Don Aurelio: Don Manuel: Don Aurelio: Don Manuel: Don Aurelio: Don Manuel: Don Aurelio: Carmelita: Don Manuel: Don Aurelio: Don Manuel: Don Aurelio: Don Manuel: Don Aurelio: Don Manuel: Carmen: Don Aurelio:

(Acercándose a Don Aurelio) ¿Gusta que Don Manuel interprete algo al piano? Pues… Es su cumpleaños y seguramente querrá escuchar algo. No lo había pensado. ¿Qué le gustaría que tocara? ¿Cómo se llamaba aquella melodía que tocó el año pasado? ¿Cuál? Aquella, cuando Carmelita presentó su examen de maestra. Fueron varias melodías, papá. ¿Nebulosa? No, esa no…. La danza aquella. ¿Adiós? Sí, creo que así se llamaba. ¿Le gustó? Mucho. Muy bien. (Se dirige al piano) (Abrazando a Don Aurelio) Disfrute su cumpleaños, papacito. Hago lo que puedo, Carmelita, hago lo que puedo.

Doña Dolores entrega las copas a Don Aurelio y Don Jacinto. Carmen se sienta junto a Don Aurelio. Margarita se pone de pie e intenta hablar con Don Manuel. Este último la rechaza un poco apurado, pues va a tocar el piano. Margarita regresa a su lugar molesta. Doña Dolores: Don Jacinto: Don Aurelio:

Aquí tienen. Gracias. Gracias, mujer. (A Don Manuel) Adelante, maestro.

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Pharus academiæ

Don Manuel se sienta al piano, toca los primeros compases de «Adiós». Entra Valentina por la izquierda, viene un poco agitada. Doña Dolores: Valentina: Doña Dolores: Don Aurelio: Doña Dolores:

(Poniéndose de pie. Molesta) ¿Dónde andabas? (Seria) Con Doña Tranquilina. Hace media hora que te fuiste. Doña Tranquilina no vive tan lejos. (A Doña Dolores, calmándola) Mujer… (Le hace una seña de que guarde silencio) No tarda en llegar el Padre Mariano y faltan varias cosas.

Don Manuel deja de tocar. Valentina: Doña Dolores: Valentina: Doña Dolores: Valentina: Doña Dolores: Don Aurelio:

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Valentina: Doña Dolores: Valentina: Doña Dolores: Don Aurelio: Valentina: Doña Dolores: Valentina: Doña Dolores: Valentina: Doña Dolores: Valentina: Doña Dolores: Don Aurelio: Doña Dolores: Don Aurelio: Valentina: Doña Dolores:

Doña Dolores, me encontré con Juan y… (Interrumpiendo a Valentina) A todo esto. ¿Cómo entraste? No escuché el timbre. Usted me dio una llave el día de ayer. Cierto. Señora, le decía que me encontré… (Interrumpiendo) Tenemos muchas cosas pendientes y tú te andas paseando por ahí. Dolores, ya no discutas con Valentina, deja que continúe con su trabajo. (Seria, imponiéndose) Señores… Me voy de esta casa. ¿Qué cosa? Me voy de esta casa. Más al rato vendrá Juan por mí y nos iremos. ¡Cómo se te ocurre! ¿Por qué, Valentina? Mañana nos casaremos en su pueblo. Ya me lo temía… (Sobándose el estómago con intención) ¿Hay algo que les apura? (Seria) No es lo que usted está pensando. ¿Ah, no? ¿Entonces? Mi Juan quiere celebrar doble. ¿Doble?... Explícate. Que se va Don Porfirio y que me quiere para esposa. (Molesta) ¡Valentina! (Poniéndose de pie, conteniendo el enojo) Déjala que se vaya. Pero Aurelio. (Molesto) Déjala ya. Ella no quiere estar aquí y yo tampoco quiero verla. (Seria) ¿Puedo pasar por mis cosas? Ve. Toma tus cosas.

Valentina sale por la derecha. Don Aurelio:

(Molesto) Está visto que este país no sabe lo que hace.

Entran Alfredo y Josefina por la derecha. Esta última está más tranquila. Alfredo: Don Aurelio: Alfredo: Don Aurelio: Alfredo: Don Aurelio:

¿Por qué dice eso, Don Aurelio? Mi estimado periodista. Y poeta. No lo había visto por aquí. Estaba charlando con su hija Josefina en el jardín… Por cierto, felicidades por su cumpleaños. Muy amable, gracias.


Junio 2011, número 8

Alfredo: Don Aurelio: Alfredo:

Decía usted algo sobre este país. Que México y los mexicanos no saben lo que hacen. ¡No me diga!

Josefina toma asiento. Don Aurelio se acerca a Alfredo y lo encara. Don Aurelio: Alfredo: Don Aurelio: Alfredo: Don Aurelio: Alfredo: Don Aurelio: Alfredo: Don Aurelio Alfredo: Don Aurelio: Alfredo: Doña Dolores: Josefina: Don Aurelio: Alfredo: Don Aurelio: Alfredo: Don Aurelio: Margarita: Don Aurelio:

Alfredo: Don Aurelio:

Alfredo: Don Aurelio: Alfredo: Don Jacinto: Don Aurelio: Alfredo:

¿Por qué echan del país a uno de sus mejores gobernantes? ¿De quién habla? ¡De Porfirio Díaz! ¿Le parece? ¿Qué les ha hecho el pobre viejo? ¿Gobernar más de lo necesario? Piense usted en la difunta Reina Victoria, en el Káiser Guillermo o en Don Alfonso XIII. México no es una monarquía, Don Aurelio. Claro que no. Mi ejemplo era para demostrar que se necesitan gobiernos largos para que haya logros significativos. Porfirio Díaz no sólo es alguien que se eternizó en el poder, sino un dictador. (Apasionado) ¡Es un héroe de guerra! Él defendió a México de los franceses. Eso ya es historia… Además, no lo hizo solo. Mire Alfredo… Usted todavía no había nacido cuando yo llegué a este país. (Irónico) ¿Cuando vino «a hacer la América», como buen conquistador español? ¡Señor Ceballos! ¡Alfredo! Déjenlo. (A Alfredo) Permítame continuar. Continúe. Yo llegué a un México donde todo era caos. Los primeros tres años los pasé en Veracruz, trabajando como estibador en una compañía naviera. Perdone, ¿eso qué tiene que ver? (Un poco agitado) ¡Déjeme continuar! Papá, no se agite. Luego probé suerte en Tampico y más tarde en Monterrey. Aquí, con la ayuda de un empresario, asturiano como yo, empecé a ganarme la vida. Al poco tiempo me ascendió y más tarde fui el hombre de todas sus confianzas… Sin embargo, no todo era fácil en esta zona. Eran muy comunes los asaltos entre Monterrey y Saltillo o entre Monterrey y Tampico… ¿A dónde quiere llegar Don Aurelio? ¡A que no había orden, joder! Los caminos eran peligrosos, el transporte de mercancías tardaba semanas. México era un país totalmente rural y deshecho por las guerras… ¡Yo lo vi! ¡A mí nadie me lo cuenta! ¿Y? (Un poco molesto) Y llegó Porfirio Díaz a someter a los caciques y a los sublevados, y a eliminar a los salteadores de caminos. Él hizo que este caótico país se pusiera de acuerdo. ¡Pero sus métodos fueron dictatoriales y antidemocráticos! (Interrumpiendo) ¡Por favor, Señor Ceballos! ¡Cuándo ha habido democracia en este país! No interrumpa, compadre. Por favor. Y luego vino la entrega del territorio nacional a los extranjeros.

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Pharus academiæ

Don Aurelio: Alfredo: Carmen: Don Manuel: Doña Dolores: Don Aurelio: Don Jacinto: Margarita: Don Aurelio: Alfredo: Don Aurelio: Alfredo: Don Aurelio: Alfredo: Don Aurelio: Alfredo: Don Aurelio: Alfredo:

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Porque era necesaria la inversión extranjera. Sin ella no se hubieran creado industrias, ferrocarril, drenaje, telégrafo, teléfono… Así funciona en otros países. Pero vivimos en México, no en otro país. (Con intención) Y no necesitamos que los extranjeros nos digan lo que debemos hacer. ¡Señor Ceballos! Caballero, está usted excediéndose. Acabemos con esta discusión, por favor. (Molesto, gritando) ¡Déjenos continuar! ¡Coño! Cálmese, compadre. Se está usted agitando, papá. Cuando yo diga que me estoy agitando, así será. Les pido a todos que no interrumpan. Mire Don Aurelio, si lo desea aquí le paramos. No me gustaría que usted… (Serio y molesto) ¡Entienda que me siento bien!… Le decía. ¿Sí? Porfirio Díaz trajo a México algo que era necesario. ¿Y era? ¡Paz, progreso y mano dura! Sólo así triunfa un país. Usted habla de paz y progreso, que no los discuto, ¿pero a costa de qué? Dígame usted. (Apasionado) De los pobres. De los miles de campesinos atados a las tiendas de raya, de los peones miserables de las haciendas, de los obreros... A costa de encarcelar a aquellos que no estaban con el régimen y que lo criticaban.

A lo lejos se escucha un murmullo de gente. Don Aurelio: Alfredo: Don Aurelio:

Alfredo: Don Aurelio: Alfredo:

Los gobiernos no son perfectos. Claro que no son perfectos, pero este gobierno tuvo tiempo de sobra para cambiar. (Agitado) Y lo ha estado haciendo… Madero, su candidato, pidió mayor participación democrática, cambios en el gabinete, no reelección. Don Porfirio publicó la semana pasada un decreto garantizando todo esto. Demasiado tarde. Llevábamos años pidiéndolo. (Desesperado) Pero aún se puede hacer algo. (Contundente) No hay garantía de que Díaz cumpla. Además… ya se va.

A lo lejos se escucha una banda de metales que interpreta la Marcha Zacatecas. Todos los presentes reaccionan. Doña Dolores: Don Aurelio: Alfredo: Margarita: Alfredo: Margarita:

¿Y ahora? Temo lo peor. (Apasionado) Se acabó el autoritarismo. Vienen tiempos de libertad, de democracia. ¿Y usted cree que México esté preparado para la democracia? Aunque no lo crea, los mexicanos también sabemos gobernarnos. Eso si el pueblo está educado.

Entra Valentina por la derecha.


Junio 2011, número 8

Valentina: Alfredo: Valentina:

(Viendo a Alfredo. Alegre) ¡Hemos ganado, Señor Ceballos! ¡Hemos ganado! ¿Cómo sabe eso, Valentina? Juan me dijo que iba a traer a la banda de su pueblo para celebrar. Yo creo que ya ganamos.

Suena el timbre. Valentina sale a abrir. Todos los demás, a excepción de Alfredo, están en una actitud de duelo. Don Aurelio se sienta abatido en un sillón. Doña Dolores se le acerca y trata de calmarlo. Entra Juan a escena por la izquierda, casi viene corriendo, le sigue Valentina. Juan: Alfredo: Juan:

(Alegre, a Alfredo) Compañero, ya renunció. ¡El viejo ya renunció! ¿Cómo lo sabe, compañero? La gente en las calles anda diciendo eso.

Suena el timbre del teléfono. Todos reaccionan. Josefina, que está cerca, contesta. Josefina:

Bueno. ¿Con quién desea hablar? Sí. Aquí está… Alfredo, te hablan del periódico.

Alfredo se acerca y toma el teléfono. Alfredo: Margarita: Alfredo: Margarita:

Gracias… ¿Sí? ¿Ramírez?... ¿Ya está?... ¿Hace una hora? ¡Qué buena noticia! Tenemos qué celebrar… Bien. Gracias, gracias por la información. Nos vemos al rato. (Cuelga) (Con fatalismo, a Carmen) Sospecho que todo está consumado. (A todos) Hoy es un día histórico. Hoy, 25 de mayo de 1911, renunció el Ciudadano General Porfirio Díaz a la Presidencia de la República. El rey ha muerto, viva el rey.

Don Aurelio se toca el pecho y se desvanece. Valentina abraza con emoción a Juan. Doña Dolores: Carmen: Margarita: Josefina:

(Muy preocupada) ¡Aurelio! ¿Qué tienes? ¿Qué te pasa? (Acercándose) Papacito, ¿qué tiene? (Muy preocupada) ¡Papá, por favor! (Desesperada) Alfredo, rápido, llama al Doctor Rocha.

Alfredo telefonea. Carmen, Margarita, Josefina y Doña Dolores están alteradas. Don Manuel descorre el nudo de la corbata de Don Aurelio, intentando que le dé más aire. Don Jacinto trata de ayudar torpemente. Valentina y Juan continúan abrazados, ajenos al escándalo. La música va en aumento. TELÓN

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Pharus academiæ

Tercer Acto 30

Sala de la casa de la familia Valdés. Sólo quedan unas cuantas sillas y el piano. El teléfono ha desaparecido. La acción transcurre en la madrugada del 21 de octubre de 1913. El acto inicia con música de fondo, que indique tensión, misterio y cierto romanticismo (Se sugiere el fragmento La Noche, de Estampas Nocturnas de Manuel M. Ponce). El escenario está casi a oscuras, excepto por la luz de la luna que se cuela entre las cortinas de los ventanales. Valentina entra por el lado izquierdo, viste como una campesina, recorre con cuidado la sala para no tropezarse. Doña Dolores entra por la izquierda, usa ropa de viaje oscura.


Junio 2011, número 8

Doña Dolores:

Carmen… ¿Carmen, estás ahí?

Doña Dolores se acerca a un apagador y enciende la luz de la sala. Doña Dolores: Valentina: Doña Dolores: Valentina: Doña Dolores: Valentina: Doña Dolores: Valentina: Doña Dolores: Valentina: Doña Dolores: Valentina: Doña Dolores: Valentina: Doña Dolores: Valentina: Doña Dolores: Valentina: Doña Dolores: Valentina: Doña Dolores: Valentina: Doña Dolores: Valentina: Doña Dolores: Valentina: Doña Dolores: Valentina:

Doña Dolores: Valentina Doña Dolores: Valentina: Doña Dolores: Valentina: Doña Dolores:

(Sorprendida) ¡Valentina! ¿Qué haces aquí? ¿Cómo entraste? Con la llave que alguna vez me dio. Debí habértela pedido cuando te fuiste. ¿Qué buscas en esta casa? Busco comida, Señora. ¿Comida?... Pero, ¿no estabas en Linares con tu marido, cultivando la tierra? (Triste) ¡Ay Señora! Si le dijera. (Acercándose a Valentina) Te veo muy delgada. ¿Qué vida te está dando ese mequetrefe? No es culpa de Juan. Es la mala suerte que hemos tenido. No lo defiendas. Si no lo defiendo. Así ha sido… Se acordará usted que íbamos a tener nuestra parcelita. Algo recuerdo. Juan estaba seguro que el Señor Madero haría repartición de tierras, pero se quedó esperando. Y tú con él. Sí… Pasaron los meses y nada. Aquella idea de tener una tierrita para sembrar nunca llegó. «Ya la tendremos, ya verás», me decía Juan, «por eso luchó el Señor Madero, por eso hizo la revolución». Y ya ves lo que le pasó. Sí, lo mataron… No se puso abusado. El pobre era muy inocente… Y, ¿qué hicieron tú y Juan después? Nos fuimos a trabajar a una hacienda. No nos quedó de otra. ¿Por qué no volviste aquí? ¿Por qué Juan no regresó a Monterrey, a La Fundidora? Juan es muy orgulloso, Señora. Primero muerto que aceptar que se había equivocado. Él dijo que tendríamos una vida en el campo y así sería. Pero llena de privaciones. Hasta eso no. Nuestra vida en la hacienda fue muy feliz. Comíamos bien, Juan era el caporal, yo me encargaba de limpiar y arreglar las habitaciones. El problema vino después. ¿Después? Sí… Cuando mataron al Señor Madero y Don Venustiano se pronunció contra el supremo gobierno. Cierto, desde entonces no hemos tenido paz. Pues no, porque por todos lados ha habido levantamientos. Hay mucho bandido metido en esto. A cada rato nos llegaban revolucionarios pidiendo dinero y alimentos para la causa. Nos acostumbramos a darles a todos, fueran del bando que fueran… Un día llegó un grupo dizque de carrancistas y… (Se contiene) ¿Qué pasó? Cuenta. (Triste) Uno de ellos era coronel y venía bien borracho. Se puso a discutir con mi patrón y lo mató. Ese día andaba de fierro malo. (Asombrada) ¿Y después? ¡Quemó la hacienda! ¡Santo cielo! Y, ¿ustedes qué hicieron? Huir. No fuera que también nos mataran. ¡Qué barbaridad!

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Pharus academiæ

Valentina: Doña Dolores: Valentina: Doña Dolores: Valentina: Doña Dolores: Valentina: Doña Dolores: Valentina: Doña Dolores: Valentina: Doña Dolores: Valentina: Doña Dolores: Valentina: Doña Dolores: Valentina: Doña Dolores: 32 Valentina: Doña Dolores:

Hace dos semanas volvimos a Monterrey. Dicen que aquí es más seguro que en los alrededores. Ni tanto. Ya ves: el tal Pablo González viene para acá con su ejército. Pues, eso sí. Y, ¿cómo les está yendo ahora? Muy mal… A la mera hora mi Juan intentó buscar trabajo en La Fundidora, pero no encontró nada. He escuchado que están despidiendo gente. Juan nunca debió dejar su trabajo como obrero. Tal vez podría trabajar en otra cosa. (Desesperada) No se puede. No hay trabajo, no hay comida. Es cierto, todo está escaseando. ¡Y todo está tan caro! (Se suelta llorando) (Acercándose para consolarla) Ten calma Valentina, así no lograrás nada… Ven conmigo. (Guiándola hacia la cocina) Vamos a la cocina, te daré lo que nos queda. Muchas gracias, Señora. No tienes qué agradecerme. (Dando un vistazo a la sala. Recuperándose) Veo que tiene menos muebles. ¿Qué pasa? Pues… Nos vamos a Tampico, con mi hijo Gabriel. Según él allá estaremos más seguros. ¿Usted cree? En esa ciudad hay muchos intereses extranjeros… Ya sabes, están las compañías petroleras y esas son intocables. Dicen que hay un grupo de guardias especiales que cuidan toda la ciudad. Según Gabriel: «Podrá caer todo México en manos de los revolucionarios, pero Tampico, jamás». ¿Cuándo se van? Hoy, en el tren de las seis.

Tocan a la puerta. Valentina: Doña Dolores: Valentina:

¿Espera a alguien? A las señoritas Garza y a su mamá. Pero creo que es muy temprano. No abra, puede ser peligroso.

Breve pausa. Vuelven a tocar a la puerta. Doña Dolores: Valentina:

¿Y si se hubieran adelantado?… Voy a ver. Voy con usted.

Salen hacia la izquierda. Entra Josefina a escena por la derecha, viste ropa de viaje; da un vistazo a las sillas de la sala. Entra Enrique a escena por la derecha, también viste ropa de viaje. El personaje ha cambiado físicamente: la forma de peinarse es más la de un joven que la de un muchacho, ya usa pantalones largos y su comportamiento es casi el de un adulto. Enrique: Josefina: Enrique Josefina: Enrique: Josefina:

¿Qué buscas, Josefina? (Muy seria) Mi libro de Amado Nervo. ¿El que te regaló Alfredo? (Molesta) No. El que me compré yo. ¿Y eso? A Alfredo le choca Amado Nervo.


Junio 2011, número 8

Enrique: Josefina:

Pensé que le gustaba todo tipo de poesía, con eso que además de periodista es poeta. (Irónica y molesta) Alfredo tiene de poeta lo que yo de duquesa.

Se escuchan gritos de Doña Dolores fuera de escena. Enrique y Josefina reaccionan. Doña Dolores:

¡Hijo mío! ¡Esto es un regalo del cielo!

Entran por la izquierda Doña Dolores y Arturo. Este último viste un abrigo de viaje, usa el cabello ligeramente largo; está muy emocionado. Doña Dolores:

¡Josefina, Enrique! Miren quién ha llegado.

Enrique y Josefina corren al encuentro de Arturo. Lo abrazan. Enrique: Josefina: Doña Dolores: Arturo: Enrique: Josefina: Arturo: Enrique: Arturo: Josefina:

¡Arturo! ¡Hermano, qué alegría! (Emocionada) ¡Mi artista! ¡Mi artista querido! (Gritando. Emocionada) ¡Carmen! ¡Margarita! Va a despertar a los vecinos, mamá. No te preocupes, no pasa nada. Ya se fueron todos. ¿Cómo? Ya nadie vive por aquí. ¿Y eso? La mayoría huyó hacia Tampico.

Entran Margarita y Carmen por la derecha. También usan ropa de viaje. Arturo: Margarita: Carmen: Margarita: Doña Dolores: Arturo: Doña Dolores: Arturo: Doña Dolores: Arturo: Margarita: Arturo: Doña Dolores: Carmen: Arturo: Margarita: Arturo: Margarita: Arturo: Margarita: Carmen: Josefina: Arturo: Carmen: Josefina:

¡Margarita! ¡Carmen! (Corre a abrazarlas) ¡Qué gusto verte, Arturo! ¡Qué grata sorpresa! ¡Cuánto tiempo he deseado este regreso! La Virgen nos hizo el milagro. (Soltándose poco a poco de los abrazos) Es como un sueño estar en casa… Tantos meses de andar de ciudad en ciudad, de un teatro a otro, con públicos diferentes… Exponiéndote a las balas. ¡Eso es lo emocionante! (Un poco molesta) Arturo… Es broma. No les negaré que a veces la hemos pasado mal… ¿Y Valentina? Ya no trabaja aquí. (Desconcertado) Pero hace un momento… (Recordando) ¡Valentina! (Sale hacia la izquierda) ¿Qué pasa? Mamá fue por Valentina. (Extrañada) ¿Por Valentina? Estaba aquí en el vestíbulo. No puede ser. Pensé que todavía trabajaba con ustedes. Se fue de aquí el día que renunció el Presidente Díaz. Fue el día que a papá le dio el primer ataque. (Con molestia) ¡Qué gusto el tuyo de estarte acordando! (Triste) ¿Hace cuánto que murió papá? Ayer cumplió 2 años exactos. ¿Ayer? ¿No es hoy?

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Pharus academiæ

Carmen: Josefina: Arturo: Margarita:

No, hoy es 21 de octubre. Papá murió el 20. Como sea. (A Arturo) Sus últimos días se estuvo acordando mucho de ti. (Con interés) ¿En serio? (Interrumpiendo) ¿Qué hace Valentina aquí?

Entra Doña Dolores con Valentina. Esta última se ve sumamente apenada. Doña Dolores:

Vino por comida, Margarita. Ella y su marido no tienen nada.

Silencio incómodo.

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Valentina: Margarita: Valentina: Doña Dolores: Valentina: Carmen: Josefina: Margarita: Carmen: Doña Dolores: Margarita: Valentina: Doña Dolores: Valentina: Josefina: Doña Dolores: Valentina:

Sé que la última vez que estuve aquí no les dejé buenos recuerdos. (Sin saber qué decir) Bueno… Eso fue hace mucho tiempo. Mejor me retiro. (Se dispone a irse por la izquierda) ¿A dónde vas? ¿Qué vas a hacer? Me siento apenada por lo que ocurrió. (Acercándose, conciliadora) No te preocupes Valentina. Fueron las circunstancias las que nos separaron. Así es. Las ideologías políticas. Además, necesitas ayuda. La estás pasando mal. Te ves muy delgada. Llevo dos días sin comer. ¿Y Juan? ¿Qué está haciendo? Se fue a Linares a buscar ayuda con sus parientes. En la cocina creo que todavía quedaba algo de comida. Vamos. Gracias… Gracias a todos.

Doña Dolores y Valentina salen hacia la derecha. Margarita, Carmen, Josefina y Enrique rodean a Arturo. Margarita: Enrique: Carmen: Josefina: Arturo:

Enrique: Arturo:

Enrique: Arturo: Enrique: Arturo: Josefina: Margarita: Carmen:

(A Arturo) ¿Cómo llegaste a Monterrey? ¿De dónde vienes? ¿Te obligaron los militares a unirte a ellos? Déjenlo hablar. (Sentándose) Terminamos la temporada en San Luis Potosí y decidí venir a visitarlos. Le pedí permiso al director de la compañía y en un inicio se negó, por lo peligroso que resulta viajar hacia el norte. Y luego, ¿cómo le hiciste? A la mera hora aceptó. Tomé el primer tren que encontré y en el camino me enteré que Monterrey iba a ser invadido por los revolucionarios. Al entrar a la ciudad me di cuenta de la magnitud del asunto: torres de defensa, barricadas por varios lados… Los militares me detuvieron en varias ocasiones y yo les dije que venía a ayudar a mi familia. Me dejaron pasar y me recomendaron que no saliera de mi casa. ¿Entonces? Vengo a ayudarles en lo que se ofrezca. Pero ya nos vamos. ¿A dónde? A Tampico, con Gabriel. Él dice que allá es más seguro. Ven con nosotros.


Junio 2011, número 8

Arturo: Josefina: Margarita: Josefina: Arturo: Enrique: Arturo: Enrique: Arturo: Josefina: Arturo: Enrique: Carmen: Arturo:

Josefina: Arturo: Carmen: Arturo: Enrique: Arturo: Enrique: Arturo: Enrique: Arturo: Enrique: Arturo: Josefina: Enrique: Arturo:

Sólo podría estar con ustedes un tiempo. Debo regresar con la compañía. (Con interés) Y a todo esto… (Sentándose) ¿Qué dice la farándula? Josefina, creo que este no es el momento. Pero no tarda nada… (A Arturo) ¿Verdad que no? Pues... (También con interés. Se sienta) Cuéntanos cómo te ha ido. ¿Has conocido a alguien famoso? (Entusiasmado) ¡Conocí a Esperanza Iris! ¿La cantante? La misma. ¿Dónde? Fue en México, durante nuestra temporada en El Principal. Cuenta, cuenta. Qué tal si después. Ahorita… (Interrumpiendo) Aunque las circunstancias no fueron precisamente las mejores, pues fue el día que los militares se levantaron contra el Presidente Madero. Estaba desayunando con un amigo en un café del Zócalo cuando empezó el tiroteo. ¡Dios mío! ¿Y después? Nos escondimos debajo de las mesas. ¡Jesús! ¡Qué peligro! (Emocionado) Traté de deslizarme hacia un lugar más seguro, lejos de las ventanas. Mientras andaba a gatas por entre las mesas, pude distinguirla a lo lejos. ¿Y luego? Estaba debajo del mostrador… Quise acercarme a conversar con ella, pero me salió al paso un «viejo verde» que la acompañaba. ¿Qué hiciste? Nos limitamos sólo a vernos. Yo le sonreía y ella a mí… Así estuvimos un buen rato hasta que pudimos salir de aquel café. ¿No pudiste hablar con ella? Imposible, te digo que el viejo aquel no me dejó. ¿Y la volviste a ver? (Abatido) Claro que no… Al poco tiempo nuestra compañía salió para San Luis. ¡Qué aventura! ¡Conociste a la gran Esperanza Iris! ¡La mejor voz de México! (Con orgullo) Tarde o temprano, en la farándula, todos nos conocemos.

Entra Doña Dolores por la izquierda. Doña Dolores: Josefina: Doña Dolores: Josefina: Arturo: Doña Dolores: Josefina: Arturo:

¿Todavía aquí? No tardan en llegar las Garza. ¿Y cuál es el problema? (Molesta) Que tan pronto lleguen ellas nos vamos. ¿Ya guardaste todo? Casi. Yo no tengo nada qué guardar. (Poniéndose de pie) ¿Les ayudo con algo? Pues… Si pudieras traer mi equipaje y colocarlo en el vestíbulo, te lo agradecería. (A Arturo. Poniéndose de pie) Ayúdame también con el mío, por favor. De acuerdo. (A Josefina) De paso me cuentas todo lo que ha pasado y cómo te ha ido.

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Pharus academiæ

Josefina: Enrique:

(Con cierta molestia) Sí… claro. (Poniéndose de pie) Les acompaño.

Salen Arturo, Enrique y Josefina por la izquierda. Doña Dolores: Margarita: Carmen: Doña Dolores: Margarita: Doña Dolores: Carmen: Margarita: Carmen: Margarita: Doña Dolores: Carmen: Doña Dolores: Margarita: Doña Dolores: Carmen: 36

Margarita: Doña Dolores:

¡Pobre Josefina! ¿Por qué pobre? Ella se lo buscó. Ya conocía la ideología de Alfredo. De todas maneras me duele... Después de andar de novia durante más de dos años y ya próxima a casarse… (Con preocupación) No ha sabido nada de Alfredo desde abril pasado. Justo cuando se largó y se fue con el ejército de Venustiano Carranza. Según él, para salvar al país de un tirano usurpador. Bueno, era obvio que las cosas acabarían así. ¿Con el asesinato de Madero y el gobierno de Huerta? No, me refiero a Josefina y Alfredo. Son muy diferentes: ella totalmente alejada de la política y él un apasionado de la misma. No son tan diferentes: los dos son un par de soñadores. (Suspirando un poco angustiada) ¡Ay hijas! ¿Qué pasa mamá? Esto se está poniendo muy feo. ¿La situación del país? La misma. Sinceramente yo creí que con el tal Victoriano Huerta volvería el orden, pero las cosas se han puesto peores. Creímos en su «honorabilidad» y… ya ven la canallada que le hizo a Madero. (Moviendo negativamente la cabeza) Algunos políticos son capaces de traicionar a la patria por el poder. (Suspirando) Por favor terminen de empacar. Voy a ver si a Valentina se le ofrece algo. (Sale hacia la cocina)

Breve pausa. Margarita cuida que Doña Dolores se haya ido. Margarita: Carmen: Margarita: Carmen: Margarita: Carmen: Margarita: Carmen: Margarita: Carmen: Margarita: Carmen: Margarita: Carmen: Margarita: Carmen: Margarita: Carmen: Margarita: Carmen: Margarita:

¿Qué? ¿No me vas a contar? ¿Qué cosa, perdón? ¿Por qué no me habías dicho? (Intrigada) ¿A qué te refieres? (Con intención) Ayer los vi juntos. ¿A quiénes? A Don Manuel y a ti. (Sonriendo) Ah… Nos estuviste espiando. (Ofendida) ¿Espiando? No seas absurda… Iba caminando por la calle y los vi a lo lejos en la alameda. Estaban juntos en una banca. Sólo estábamos platicando. Bueno, no hay nada de qué avergonzarse. (Sonriendo con malicia) Pero, no es lo que imaginas. No te preocupes, yo entiendo. Es amigo de la familia y… (Interrumpiendo) Margarita… (Interrumpiendo) Me da gusto que por fin se haya decidido. ¡Margarita! ¿Qué pasa? Estás equivocada. ¿De qué hablas? No sé si decírtelo, pero… ¿Que ya son novios? Lo puedo adivinar.


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Carmen: Margarita: Carmen: Margarita: Carmen: Margarita: Carmen: Margarita: Carmen: Margarita: Carmen: Margarita:

No. (Breve pausa) Don Manuel está enamorado de ti. (Atónita) ¿Qué? Sí, está enamorado de ti. Me lo dijo ayer en el parque. No te creo. Hermana, yo no te mentiría. (Nerviosa) No es posible… Pero, ¿por qué? ¿Cómo que por qué? Si siempre se fijó en ti. Cambió de opinión. No puede ser. Algo no está bien aquí. Mejor vamos a terminar nuestras maletas y te cuento. (Extrañada) ¿Enamorado?... ¿De mí?

Margarita y Carmen salen por la izquierda. Breve pausa. Entran Josefina y Arturo por la izquierda también. Josefina: Arturo: Josefina: Arturo: Josefina:

(Molesta) ¡No tienes idea del sufrimiento por el que he pasado! Desde entonces no sé nada, ni una carta, ni siquiera un telegrama. Alfredo es un hombre de fuertes convicciones. Tal vez su error fue no haberte avisado lo que iba a hacer. ¿Entonces apruebas su conducta? Francamente, sí. No podemos permitir la presencia de alguien como Huerta en la presidencia. Lo que le hizo a Madero fue una asquerosa traición. (Molesta) Y a mí, ¿qué me importa eso? ¡Yo me quería casar!

Sale por la derecha llorando. Arturo:

Perdona Josefina. No quise ser tan brusco.

Entra Enrique a escena por la izquierda. Enrique: Arturo: Enrique: Arturo: Enrique: Arturo: Enrique: Arturo: Enrique: Arturo: Enrique: Arturo: Enrique: Arturo: Enrique: Arturo: Enrique: Arturo: Enrique: Arturo:

Está así desde que se fue Alfredo. Sí, ya lo sé. Este asunto de la Revolución nos ha traído muchos problemas. A todos… Pero era necesaria. De eso me convenzo cada día que pasa. Si te escuchara mamá. No tiene por qué enterarse, ¿o sí? No, claro que no. (Viendo la sala) ¿Qué le hicieron al resto de los muebles? Los vendimos… Incluyendo el piano. Mañana vendrán por él. ¿Por qué? Nos quedamos sin dinero. Vendimos la zapatería. ¿Vendieron la zapatería? ¿No hubo quién la atendiera? (Con cierto reproche) Papá te estaba preparando a ti, pero ya ves... No empieces con recriminaciones. No. Yo nada más digo… Después que murió papá, mamá le vendió el negocio a Don Jacinto, mi padrino. Durante algunos meses nos estuvo pasando una pensión. ¿Y luego? (Triste) Murió. ¿Y eso? Ya ves que era muy apasionado de la maldita política. La política no es maldita, sólo algunos de los que participan en ella.

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Pharus academiæ

Enrique: Arturo: Enrique: Arturo: Enrique:

Como sea. El caso es que un buen día se hizo de palabras con un tipo que era maderista y recordarás que él era reyista. Sí, lo recuerdo. Se batió en un duelo y perdió. Pensé que los duelos estaban prohibidos. Fue clandestino… Mamá estaba muy consternada. Mi madrina, Doña Mercedes, ni se diga. A partir de ahí todo se vino para abajo y tuvo que cerrar el negocio.

Tocan a la puerta.

Arturo: Enrique: Arturo: Enrique: Arturo: Enrique: Arturo: Enrique: Arturo: Enrique:

(Consultando su reloj de cadena) Son las cinco. ¿Quién podrá ser? Seguramente Doña María y sus hijas. (Ansioso) ¿Qué vienen a hacer aquí? Se van con nosotros. ¿A Tampico? No. Ellas van a Cd. Victoria, pero viajamos en el mismo tren. ¿Por qué viajan con nosotros? Doña María quiere sentirse protegida. Desde que enviudó ha estado… ¿Enviudó? Sí, hace unos meses. A su marido lo mataron unos carrancistas. Bueno, es lo que dicen. Paula también enviudó. ¿Quién? Paula, su hija. Ah… (Preocupado) Seguramente vendrá Amanda con ellas. Obviamente. No puedo verla. ¿No puedes o no quieres? Después de lo que pasó, no podría mirarla a la cara. ¿Por qué? Debe odiarme porque la abandoné y nunca le escribí. Bueno, pero ella ya…

Arturo: Enrique: Arturo:

Ve a abrir. Pero Arturo… Voy a ver qué se le ofrece a mamá. (Sale por la derecha)

Arturo: Enrique: Arturo: Enrique: Arturo: Enrique: Arturo: Enrique: Arturo: Enrique:

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Vuelven a tocar.

Enrique sale por la izquierda. Breve pausa. Se escucha su voz fuera de escena. Enrique:

Dejen su equipaje aquí, por favor.

Breve pausa. Entran por la izquierda Doña María, Paula y Amanda seguidas de Enrique, las dos primeras visten ropa de viaje negra. Enrique:

Voy a avisarle a mamá que ya llegaron. Tomen asiento, por favor.

Enrique sale por la derecha, las tres mujeres se sientan en las sillas. Doña María y Paula tienen un semblante triste. Paula: Amanda: Paula: Amanda:

(Viendo alrededor. Suspirando) Ya no es la casa que era. Tampoco la nuestra. Pero aún nos quedan muchas cosas. Que no podemos llevarnos.


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Paula: Amanda: Doña María

No te preocupes. Luego vendremos por ellas. Eso si los revolucionarios dejan algo. Cállense las dos. No quiero que estén hablando de ese tema.

Entra Doña Dolores por la derecha. Doña Dolores: Doña María, Amanda y Paula: Doña Dolores: Doña María: Doña Dolores:

Buenos días. (Con desánimo) Buenos días. Ya estamos listos. En un momento más nos vamos. No se preocupe. Todavía queda tiempo. No mucho. En unos minutos llegan los coches.

Tocan a la puerta muy fuerte. Doña María: Doña Dolores:

Parece que ya están ahí. Voy a abrir.

Doña Dolores sale por la izquierda. Vuelven a tocar fuerte. Paula: Doña María:

¡Qué modales! La gente ahora no tiene educación.

Breve pausa. Gritos de Doña Dolores fuera de escena. Doña Dolores:

¿Qué está haciendo aquí? ¡Hey! ¿A dónde va?

Entra Juan a escena, seguido por Doña Dolores. Juan viste como revolucionario norteño: las clásicas carrilleras, botas y sombrero de cuatro pedradas. Doña María y sus hijas reaccionan con miedo. Juan: Doña Dolores: Juan: Doña Dolores: Juan:

(Gritando) ¡Valentina! ¡Valentina! ¡Lárguese de aquí! ¡Déjela en paz! (A Doña Dolores) ¿Dónde está mi mujer? ¡Valentina no es propiedad suya! ¡Valentina! ¡Valentina!

Entra Valentina por la derecha, corre emocionada a abrazar a Juan. A partir de aquí empiezan a asomarse por la derecha e izquierda todos los que salieron de escena. Valentina: Juan: Valentina: Juan: Valentina: Juan: Valentina: Juan: Valentina: Juan: Valentina: Juan:

¡Juan! ¡Mi Juan! ¿Dónde andaba? Buscando ayuda. ¡Y la encontré, mi alma! (Viéndolo de arriba abajo) ¿Qué hace vestido así? Me uní a la bola. (Con orgullo) Desde hace dos días soy de las tropas de Pablo González. ¿Y anda vestido así por la calle? ¿Qué tiene? (Preocupada) ¡Los federales le pueden dar un plomazo! Eso si me ven. Además… (Saca un revólver y se lo muestra) ¿Qué hubo? Juan, guarde eso. (Grita) ¡Viva la Revolución! ¡Se le va a salir un tiro! (Guardando el revólver) No se inquiete, mi reina. (Abraza efusivamente a Valentina) Si me han de matar mañana, que me maten de una vez y con usted.

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Valentina: Juan: Valentina: Juan: Valentina: Juan: Valentina: Juan: Valentina: Juan:

¡Está reloco Juan! (Emocionado) ¡Estoy contento de verla, mi alma! ¿Cómo supo que estaría aquí? Soy adivino. ¿Y ahora? Se viene conmigo. (Fanfarrón) ¡Vamos a darle en toda su madre a estos catrincitos mustios! ¡Por favor Juan, no sea así! Ellos me ayudaron. (Impulsivo. Dejando a Valentina y vociferando a todos) ¡Se acabó el gobierno de unos cuantos! ¿Escucharon? Juan, no grite. (Autoritario) Ahora gobernaremos nosotros y tendrán qué obedecernos, les cuadre o no. ¡Ahora seremos los reyes de este país!

Doña María, agarrando valor, se acerca a Juan. Doña María:

(Retadora, con desdén) En tiempos de la «odiosa dictadura», la basura fue siempre la basura. Hoy, en plena «democracia», la basura se ha vuelto «aristocracia».

Juan se acerca con odio a Doña María y le da una cachetada que la tira al suelo. Doña Dolores, Amanda y Paula se acercan a ayudarle a levantarse. Todos los presentes reaccionan con miedo.

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Valentina: Juan: Margarita: Juan: Doña Dolores: Juan: Margarita: Juan: Valentina: Juan: Margarita: Juan: Margarita: Juan: Valentina:

(Alarmada) ¿Qué le pasa Juan? ¿Por qué hace esto? (Serio) Está visto que ustedes los ricos no tienen remedio. Por eso ahora van a gobernar los pobres. (Acercándose, con valor) Pero ellos no pueden. ¿Cómo? Cállate Margarita, te lo ruego. (A Margarita) No la escuché señorita. Que los pobres no nos podrán gobernar, porque desgraciadamente les falta educación. Mire señorita, con todo respeto, me importa una... (Interrumpiendo, molesta) ¡Juan, ya basta! (Gritando) ¡La educación no sirve de nada en estos momentos! (Debatiendo) Si estamos en este predicamento es por falta de educación. Una nación educada no habría hecho este tipo de revolución. Primero hay que comer, primero hay que repartir la tierra, primero hay que sacar a los extranjeros… Primero hay que repartir el dinero entre todos los que tenemos hambre. (Reiterativa) La educación es lo más importante. La educación es la solución a todos nuestros problemas. (Acercándose, retador con el revólver a Margarita) ¿Según quién? (Angustiada) ¡Juan, ya párele!

Arturo se interpone entre Margarita y Juan. Arturo: Juan: Arturo: Juan: Arturo:

¿Qué pretende amigo? ¿Amigo? Yo también creo en la Revolución. (Burlón) ¡Sí, claro! Admiro lo que está haciendo Don Venustiano para sacar al usurpador de Huerta. Sin embargo, no comparto el odio y el


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Juan: Arturo: Juan: Valentina: Juan:

revanchismo con el que se comportan algunos de sus soldados. (Sin entender) ¿Revanchismo? ¿Por qué nos trata así? ¿Qué le hemos hecho? (Serio) Ustedes nada. (Voltea a ver a Doña María) El problema son los de su clase… Y no voy a alegar más. ¡Valentina, nos vamos al campamento! Pero Juan. (Exaltado) ¡Nos vamos a la Revolución! Tome sus cosas.

Valentina se dirige a la cocina. Juan: Valentina: Juan: Valentina: Doña Dolores: Valentina: Doña Dolores: Valentina: Juan:

Espere… (Viendo la casa) En dos días volveremos aquí y nos llevaremos lo que queda. En la cocina hay un poco de comida y… (Autoritario) ¡En el campamento hay comida de sobra! Está bien. (A Valentina) ¿Por qué lo sigues? Es mi esposo. Pero te vas al peligro, a la muerte. No importa. Por él hago lo que sea. (Gritando) ¡Viva la Revolución!

Salen por la izquierda Juan y Valentina. Doña María Amanda: Doña María: Paula: Doña María: Paula: Doña María:

(Molesta) ¿Viva la Revolución? (Trágica) ¿Y todos los muertos? ¿Y mi marido? (Llorando) ¿Quién me va a regresar a mi marido? (Acercándose a Doña María) Mamá, por favor, cálmese. ¿Quién me va a regresar a tu padre? (Tranquilizándola) Ya no siga, le hace daño. ¿Quién te va a regresar a tu marido? (Trágica) Calle usted, por favor. (Gritando) ¡Asesinos!

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Pharus academiæ

Amanda y Paula calman a Doña María. Breve pausa. A lo lejos se escucha el silbato de un tren. Doña Dolores: Arturo: Doña Dolores: Carmen: Margarita:

¡El tren! ¿Qué hora es? (Sacando su reloj de cadena) Son las cinco treinta. Y no han llegado los coches. No se preocupe mamá, de aquí a la estación no hacemos mucho. Pero tenemos el tiempo justo.

Se escuchan los cascos de un caballo. Carmen: Doña Dolores: Amanda: Doña María: Arturo: Amanda: Arturo: Amanda: Arturo: Amanda: Arturo: Doña Dolores: Arturo: 42

Doña María:

(Asomándose a la ventana) Ya llegó el primer coche. Arturo, ayuda a Doña María, por favor. (Con intención, a Arturo) Ella puede caminar sola, gracias. (Débil) Amanda, deja que me ayude. No me siento bien. (A Amanda) Comprendo que estés molesta por lo que pasó. ¿Molesta? Por tenerte esperando todos estos años. (Un poco molesta) ¿Crees que aún sigo así? Para tu conocimiento me casé con un importante general. (Burlón) ¿Ah, sí? ¿Y dónde está? En batalla. (Con intención) Enfrentando los problemas, como todo un hombre. Mira Amanda… (Interrumpiendo) Arturo, no discutas que se hace tarde. (Tragándose el orgullo) Sí, mamá. (A Doña María) Señora… ¿puedo ayudarle? Por supuesto. (Le da la mano) Vamos.

Doña María, Amanda, Paula y Arturo salen por la izquierda. Se escuchan otros cascos de caballo. Margarita se asoma a la ventana. Margarita: Doña Dolores: Enrique: Doña Dolores: Enrique: Josefina: Enrique:

Ya llegó el otro. Enrique, ayuda a Josefina a subir su equipaje al coche, por favor. Sí, mamá. Y también sube el mío. Sí. (Pensativa) ¿Crees que alguna vez volveré a ver a Alfredo? No lo sé.

Josefina y Enrique salen por la izquierda. Margarita: Doña Dolores: Margarita: Doña Dolores: Carmen: Margarita: Doña Dolores: Carmen: Margarita: Carmen: Margarita:

Nosotras vamos por nuestro equipaje. Díganle a uno de los cocheros que les ayude. Está bien. Por cierto… ¿Guardaron todos sus libros? (Seria) Los que pudimos, mamá. No fue fácil. Me imagino. (Muy Triste) Tampoco fue fácil dejar la escuela, los niños, los amigos y… (Consolando a Carmen) No te preocupes, en Tampico encontraremos todo eso. Claro. Vamos.


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Margarita y Carmen salen por la izquierda. Doña Dolores recorre con la mirada la sala de su casa. Está triste. Breve pausa. Entra Arturo por la izquierda, ve con extrañeza a Doña Dolores. Arturo: Doña Dolores: Arturo: Doña Dolores:

(Abrazándola) ¿Qué le pasa? ¿En qué piensa? En este adiós forzoso a mi casa, a mi gente, a mi lugar. No se preocupe, algún día volveremos. ¡Quién sabe, hijo! ¡Quién sabe!

Doña Dolores y Arturo se disponen a salir por la izquierda. Doña Dolores: Arturo: Doña Dolores: Arturo:

Por cierto… ¿Ayudaste a Amanda y Paula con su equipaje? Por supuesto. Me da gusto ver que, a pesar de todo, sigues siendo un caballero. Vamos.

Salen. Breve pausa. Entra Margarita por la izquierda. Margarita:

Mamá, ya colocaron… (Se asoma hacia la salida derecha) ¿Mamá?

Entra Don Manuel en escena, por la izquierda. Don Manuel: Margarita: Don Manuel: Margarita: Don Manuel: Margarita: Don Manuel: Margarita: Don Manuel: Margarita: Don Manuel: Margarita: Don Manuel: Margarita: Don Manuel: Margarita: Don Manuel:

Margarita: Don Manuel: Margarita: Don Manuel: Margarita: Don Manuel: Margarita: Don Manuel:

Buenos días. (Volteando asustada) ¡Jesús! Perdone. ¡Qué susto me ha dado! No era mi intención. (Nerviosa) Supongo que no. (Sonriendo) Vengo a despedirme de todos ustedes. (Sonriendo, nerviosa) ¿Sólo a eso ha venido? Y a desearles buen viaje. (Un poco desilusionada) Ah… ¿Eso es todo? En realidad no… Hay algo que… ¿Sí? Margarita, yo… ¿Diga? (Acercándose) Bueno, yo quisiera decirle que… (Emocionada) Dígalo pronto, pues ya nos vamos. ¡Qué caray! (De rodillas, cantando) Los ojos que tú tienes son luz de mis amores; cuando yo me fijo en ellos, ellos no me corresponden. En un momento quiero decirte lo que siento, que te juro serte fiel hasta el morir si me amas tú. Esa canción le gustaba mucho a mi papá. (Desilusionado) ¿Es todo lo que tiene que decir? ¿Espera usted una respuesta? (Poniéndose de pie) Francamente, sí. (Acercándose) ¿Por qué tardó tanto? ¿En qué? En darse cuenta que le quiero. Porque soy un idiota. Siempre creí que le gustaba a Carmen y

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Margarita: Don Manuel:

Margarita: Don Manuel: Margarita: Don Manuel:

jugué a hacerme el interesante con ella. Después me di cuenta de… ¿Sí? (Acercándose a ella y tomando sus manos) Margarita… Hace un año, cuando usted empezó a tomar clases de piano y yo la traté más, pues… (Enamorado) Me di cuenta que es una persona maravillosa. (Viendo hacia la sala) Desgraciadamente el piano ya no estará y en unos minutos nosotros tampoco. Lo sé. (Suspirando) Hemos coincidido un poco tarde. No diga eso.

Se escuchan gritos fuera de escena llamando a Margarita. Margarita: Don Manuel: Margarita: Don Manuel: Margarita: Don Manuel: Margarita:

Me están llamando. Tengo que irme. ¿Podré volver a verla? (Casi llorando) No lo sé Don Manuel, no lo sé. ¿Qué le pasa? Me emocionan las despedidas. Eso no es cierto. Usted llora por otra cosa. Tiene razón. No puedo engañarlo… Me doy cuenta que se me va la oportunidad de mi vida.

Entra Arturo corriendo. Arturo: 44

Don Manuel: Margarita: Don Manuel: Margarita: Don Manuel: Margarita: Don Manuel:

Margarita, sólo faltas tú… Don Manuel, por favor cierre cuando nos vayamos. Sí Arturo, pierda cuidado. (Despidiéndose) Me voy Don Manuel. (Besando su mano) Que le vaya bien, Margarita. Escríbame, por favor. Lo haré. Adiós. Adiós.

Margarita y Arturo salen por la izquierda. Después de una breve pausa, se escuchan los relinchos de los caballos y sus cascos alejándose. Don Manuel se acerca a una de las ventanas y observa hacia la calle; posteriormente recorre la sala con nostalgia y tristeza, se sienta al piano e interpreta «Adiós», de Alfredo Carrasco. Mientras esto último ocurre cae el… TELÓN FINAL


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La universidad empaca maletas: Tendencias hacia la Internacionalización en la Educación Superior

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José Alberto Bazaldúa Zamarripa Licenciatura en Psicología y Maestría en Desarrollo Organizacional. Maestro de materias de Psicología Industrial y Coordinador de Investigación del iest

En las últimas décadas se ha estudiado ampliamente la internacionalización de la educación superior, como una tendencia en el medio ambiente y como una estrategia de las universidades. La tendencia hacia la internacionalización en el contexto de la educación superior ha sido cuantificada y descrita en diferentes reportes. El objetivo del presente trabajo es analizar los indicadores y descriptores de esta tendencia en tres reportes, y analizar sus implicaciones, como estrategia, para las Instituciones de Educación Superior (ies). Primer reporte: Didou (2006) En una presentación realizada por Sylvie Didou (2006) durante un evento de iesalc-unesco, se describen cuantitativa y cualitativamente algunos datos y hechos sobre la internacionalización y el ofrecimiento de servicios educativos por proveedores extranjeros. Se señala que la preocupación por la internacionalización se inició por el tránsito en Latinoamérica de recursos humanos calificados, lo cual llevó a diversos acuerdos inter-regionales, primero a nivel de gobiernos, como Comunidad Andina (can), Comunidad y Mercado Común del Caribe (caricom), Mercado Común Centroamericano (mcca), Mercado Común del Sur (mercosur) y el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (tlcan), y después entre las ies. El modelo inicial consistió en la movilidad de larga duración (cursar programa completo), que fue sustituido por la movilidad corta, consistente en créditos transferibles o carreras cortas de dos años, ya sea con apoyo de diversas fundaciones o por iniciativa de «free movers». Para el ciclo 2002-2003, se reporta que 140,179 estudiantes latinoamericanos se habían matriculado en una institución extranjera, principalmente en EE.UU., Inglaterra, España, Francia y Alemania, mientras que la matrícula en otros países latinoamericanos, asiáticos y africanos fue baja. Por otro lado,


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América Latina sólo ha tenido 19,785 estudiantes extranjeros matriculados en sus ies, de modo que se considera una región más expulsora que receptora. En cuanto a la movilidad académica, se reporta que ha consistido en programas de formación docente universitaria con componente internacional, programas de movilidad intra-regional y creación de redes de investigadores. Con respecto a la cooperación académica, algunas universidades firmaron convenios con sus homólogas para proponer licenciaturas o posgrados con doble titulación. Estas alianzas han tenido mucha variabilidad en sus costos, cantidad y perfil de las partes involucradas, formas de instrumentación, duración, etc. Sin embargo, se señala que ha habido poco avance en las reformas curriculares que permitan a los egresados su desempeño profesional en diferentes mercados de trabajo. Hasta ese momento de análisis se indicaba que sólo había llegado a incluir materias como idiomas o computación, y a ofrecer carreras como Relaciones, Economía, Derecho y Comercio Internacionales. También se resalta que las alianzas pasaron de la relación solidaria de los 90’s a la relación con fines de lucro de inicio de milenio, reflejada en las coinversiones en los programas de internacionalización o en otras formas de servicios educativos ofrecidos por proveedores transnacionales, que agregaron la actualización profesional (por ejemplo, Oracle University) a las licenciaturas, posgrados y carreras cortas. Estas ofertas empezaron en los 90’s, pero se consolidaron en este milenio y llevaron a que se incluyeran en las discusiones sobre el gats (General Agreement on Trade and Services) de la Organización Mundial de Comercio. Entre esta provisión de servicios de educación superior se incluyen los Masters on Business Administration (mba) en alianzas, los servicios en inglés y en español ofrecidos por proveedores latinoamericanos con cercanía geográfica (itesm, Universidad Católica de Salta, la Diego Portales, la Alfonso Ibañez, Universidad de Buenos Aires, Universidad de las Américas, Universidad Católica de Valparaíso, Universidad Central de Venezuela, etc.). También hay servicios latinoamericanos ofrecidos a comunidades latinas en Europa o EE.UU. (unam, UdeG, Universidad César Vallejo de Perú, Universidad Técnica de Loja de Ecuador). Sin embargo esta oferta sólo ha logrado captar el 1% de la matrícula en la. Se cuentan como factores a favor la incapacidad de acceder a la educación pública, la creencia de que la inversión será más redituable, la flexibilidad y accesibilidad de horarios y la esperanza de obtener un título con poco esfuerzo. Como limitación se menciona la regulación en el país de destino, ya que en algunos estaba prohibida, en otros no está regulada, en otros deben cumplir con el régimen de las privadas y en otros se deben asociar con universidades locales. La parte más difícil de regular y de cumplir es el aseguramiento de la calidad. Otra línea ha sido la compra de ies por empresas transnacionales de servicios educativos como Laureate, que ha comprado la Universidad del Valle de México y otras universidades en diversas partes del mundo. Ante todas estas situaciones, se indica que la ocde y la unesco han creado unas «Directrices para la provisión de calidad en la educación superior transfronteriza».

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Segundo reporte: García Guadilla (2005) Este artículo relata acontecimientos que han influido en el contexto de la internacionalización de la educación superior. Señala las facilidades proporcionadas por el desarrollo de las tics al ofrecimiento transnacional de educación, pero también obstáculos como una declaración conjunta entre asociaciones americanas y europeas contra el gats en 2001, la petición de la III Cumbre Iberoamericana de Rectores a sus gobiernos, de no firmar compromisos sobre educación superior, y la advertencia de la udual (Unión de Universidades de América Latina) sobre las consecuencias negativas del gats para las universidades latinoamericanas. A pesar de estas resistencias iniciales, en países de América Latina se encuentran diversos proveedores extranjeros de servicios educativos, como se puede apreciar en la tabla 1.

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EUA

Europa

America Latina

Otros

Total

Educación a distancia

28

54

19

1

102

Sede campus/franquicia

28

9

13

-

50

Programas articulados

55

59

11

-

125

Convenios

112

271

392

-

816

La autora resalta que estos proveedores no se encontraban en América Latina unos años antes. También menciona que Europa está más presente mediante la modalidad de educación a distancia, mientras que EE.UU. domina en sedes y franquicias. En programas articulados y alianzas, EE.UU. y Europa están en un nivel similar, pero en convenios predominan los realizados entre países latinoamericanos. Se advierte que es difícil cuantificar la educación a distancia extranjera, ya que la inscripción y las clases se realizan en forma privada en internet. En oferta europea predominan varias universidades de España como la unaed, la Autónoma de Barcelona, y la Politécnica de Madrid. La única no española es la Open University de Inglaterra. En la oferta de EE.UU. aparecen Phoenix University (del grupo Apollo), Pacific Western University, New York University, Harvard, Atlantic International University y Oracle University. El itesm es la única ies latinoamericana que ha ofrecido educación a distancia en otros países de la región. En sedes o franquicias, se enlistan instituciones estadounidenses como Endicott Collage, Sylvan Learning System, Nova Southeastern University y Florida State University. En la oferta europea figura la Universidad de Boloña con sede en Argentina. En las modalidades de programas articulados y convenios se encuentran varias universidades de las modalidades anteriores, y se pueden agregar algunas latinoamericanas como El Instituto Superior Politécnico y el Centro Nacional de Perfeccionamiento de Cuba, la Universidad de Chile, la Universidad de las Américas y la Universidad Técnica Federico Santa María, de Chile, y algunas instituciones regionales como la Universidad Andina, clacso y flacso.

Tabla 1. Instituciones de educación superior extranjeras en países latinoamericanos, según región de origen y modalidad de internacionalización. Fuente: García Guadilla (2005)


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Tercer reporte: Czinkota (2005) Este documento analiza el futuro de la educación superior global, y en particular el de la internacionalización. Menciona como impedimentos a la internacionalización, el rechazo a la entrada de extranjeros, el cuestionamiento de la calidad, la equivalencia y comparabilidad de los estudios. Divide la internacionalización en cuatro tipos: •

• •

Movilidad estudiantil, reportando que en 2003, los estudiantes extranjeros dejaron en EE.UU. una ganancia de 10.7 billones de dólares. El número de estudiantes internacionales en países de la ocde se dobló a 1.6 millones en 20 años. Como resultado del ataque a las torres gemelas, se reportó un decremento en los estudiantes extranjeros de 2.4 por ciento entre el período 2002-2003 y 2003-2004. Movilidad académica, que cubre a maestros investigadores y personal administrativo, y se ha enfrentado con algunas dificultades culturales y de adaptación. Movilidad de programas, que implica el ofrecimiento de un estudio en otra zona, lo cual ha sido facilitado por la tecnología e implica la adaptación en estilos de enseñanza y de aprendizaje. Se destaca la oferta del Open Courseware System del mit. Movilidad institucional, que implica el establecimiento de instalaciones en otro país y una gran inversión o endeudamiento por préstamos.

Conclusiones Estos tres reportes presentan panoramas distintos, pero complementarios, sobre los cambios que ha tenido en los últimos años el contexto de las instituciones de educación superior, como resultado de los primeros pasos en la internacionalización. Didou (2006) describió las «importaciones y exportaciones» de estudiantes y de programas de estudio, García Guadilla (2005) amplió la relación de los proveedores transnacionales de educación en cuatro modalidades, y Czinkota (2005) clasificó los cuatro tipos de movilidad que pueden estar involucrados en la internacionalización. En México se tiene el caso de la Universidad del Valle de México, que fue adquirida por un grupo internacional (Laureate), y que a su vez ha integrado más instituciones educativas del país (Rodríguez, 2004). Estos primeros pasos de algunas instituciones líderes, plantean a las demás instituciones el cuestionamiento de elegir una estrategia similar de internacionalización en algunas de sus modalidades y tipos de movilidad, o de mantenerse en el nicho que actualmente satisfacen. Cada decisión estratégica, en los distintos niveles identificados por Mastenhauser (1998), tiene sus costos, beneficios y probabilidades de éxito, en función de sus fortalezas, debilidades, amenazas, oportunidades y ecología organizacional, las cuales deberán ser valoradas por las universidades para tomar la decisión adecuada.

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Referencias Czinkota, M. R. (2005). Loosening the shackles: The future of global higher education. Symposium on crossborder supply of services, World Trade Organization, Geneva. Didou, S. (2006). Internacionalización de la educación superior y provisión transnacional de servicios educativos en América Latina: Del voluntarismo a las elecciones estratégicas. [Versión electrónica]. Seminario Internacional iesalc-unesco. Conferencia de Rectores. Panamá. García Gua dilla, C. (2005). Complejidades de la globalización e internacionalización de la educación superior: Interrogantes para América latina. Cuadernos del cendes, 22. Consultado en <http://scielo.org.ve/scielo.php?pid=S1012> Mestenhauser, J. A. (1998). International education on the verge: In search of a new paradigm. International Educator, 7, 2-3. Consultado el 20 de febrero de 2009, en <http://www.nafsa.org/ publicatons/ie/spring98/verge.html> Rodríguez, R. (2004). La educación superior transnacional en México: El caso Sylvan – Universidad del Valle de México. Educación y Sociedad, 25,1044-1068.

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La Metrología y la Ingeniería «Un poco de ciencia nos aleja de Dios, un mucho de ciencia nos acerca a él.» —Joseph Lister

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Q.F.B. Sa ndr a L. Suastes Acosta, MC Química Farmacobióloga por la une. Coordinadora del Centro de Investigación y Tecnología en Saneamiento Ambiental del iest, además de Profesora de Ingeniería Química y de la Licenciatura en Gastronomía de esta universidad. Miembro del Subcomité Nacional de Evaluadores de la ema, como titular de la academia.

El concepto de medición, quizá más que cualquier otro, es actualmente la razón del tremendo avance que ha hecho el hombre, desde las primeras civilizaciones de aquellos llamados cazadores, hasta la presente, compleja, avanzada y tan configurada civilización industrial. El estado del arte da paso a la ciencia y la tecnología de las mediciones, desde el núcleo propio de los procesos, hasta ser permeada en todo un país, ya que es un importante indicador de su eficiencia tecnológica y de su avance en la estructura material. Para entender el inicio de este texto, hemos de considerar que aproximadamente 3000 años a.c., quedó establecida la unidad de longitud egipcia. El Codo Real de Egipto fue determinado como la longitud del antebrazo, tomado desde el codo hasta la punta del dedo medio extendido, más el ancho de la palma de la mano del faraón gobernante. La gran pirámide de Giza fue concebida para construirse aproximadamente a 230 metros de altura. Esta aproximación de los constructores en la medición fue de 11 cm, considerando una fantástica exactitud de 0,05%. Por otro lado, la agricultura Maya, basada en un profundo comportamiento religioso, se apoyaba en predicciones precisas del tiempo, así como de la adaptación a los ciclos de la vida en la selva, identificada por sus climas como tropical. La religión Maya se basó en la adaptación de la humanidad a los ciclos del universo. Su pensamiento: «El Universo funciona en una forma lógica, cíclica y predecible»; los seres humanos pueden explotar para su beneficio la naturaleza cíclica, mediante la adaptación de sí mismos a estos ciclos. Esto nos lleva a reflexionar sobre la creciente globalización de la economía, posicionando a muchas empresas, no excluyendo a las que se dedican a la educación, para entrar en mercados internacionales donde la abundancia de productos es de baja, media o alta complejidad tecnológica; e incluso de calidades diferentes. Adicional a este pequeño contexto de medición, se considera lo que llamamos producción, por ejemplo para la exportación y búsqueda del acúmulo de capital.


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Tenemos el ejemplo de China, que considera un 40% de exportación que la posiciona como potencia exportadora durante el 2010, siendo el mayor vendedor del mundo; por otro lado, EE.UU. y Alemania, que han quedado desplazados. Z, Alemania y China participan con más del 25% del comercio internacional. Pero, ¿quién o quiénes permiten que ésto pase? ¿Cómo influye la medición en ésta pequeña descripción de comercialización? En función de lo anterior, los siguientes son ejemplos de potenciales barreras técnicas al comercio, en el que la parte de la medición y las atribuciones ingenieriles participan, entre ellos: • • • • •

Límites permisibles de trazas de biocidas en la importación/exportación de productos agrícolas y textiles. Límites de elementos químicos tóxicos en plásticos, pinturas y alimentos enlatados. Requisitos de reciclabilidad de computadoras, artefactos electrónicos y otros productos. Recomendaciones sobre aspectos sanitarios y fitosanitarios. Límites especificados en la elaboración de materiales y su entorno social.

Es así que, en condiciones de reflexión, definimos una variable que permite conocer para luego juzgar, lo que nos lleva a entender que medir: es la comparación de una magnitud desconocida con una magnitud de la misma naturaleza, tomada como referencia (patrón de medición), que se expresa por un valor numérico acompañado de una incertidumbre. Y definimos, pues, incertidumbre de medición, como: el parámetro asociado al resultado de una medición, que caracteriza la dispersión de valores que podrían ser razonablemente atribuidos al mensurando. Justamente dentro de la metrología, la medición de magnitudes físicas, químicas y biológicas, es una actividad que incide en todos los aspectos de la vida de una sociedad civilizada y moderna, por ejemplo: • • • • • • • •

Mejoramiento general de la calidad de vida. Optimización de procesos en la industria. Correlaciones contractuales. Equidad en el comercio (protección de los derechos del consumidor). Reducción de costos en el beneficio de mantener y preservar la salud. La protección del medio ambiente. La investigación científica, educativa y tecnológica. La globalización y su impacto mundial.

De acuerdo con la experiencia del International Measurement Evaluation Program, (imep), sólo utilizando un valor de referencia reconocido se pueden lograr resultados comparables internacionalmente, y agregamos que para que esto suceda se requiere conocimiento. «Cuando puede medir aquello de lo que está hablando y expresarlo en números, empieza a conocer algo del sujeto, pero si no puede cuantificarlo, su conocimiento será pobre e insatisfactorio; puede ser el principio del conocimiento, pero habrá avanzado escasamente en sus ideas, desde el punto de vista científico, cualquiera que sea el tema». — Sir William Thompson, Lord Kelvin. (Circa 1848) Este último comentario arrastra consigo a la investigación científica, para no olvidar que es la observación precisa y el ordenamiento de fenómenos, aislados de complejidades ajenas, del objeto de estudio.

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El objetivo de la investigación científica es la comprensión de esos fenómenos en términos de principios de naturaleza universal. Se pretende entonces, evaluar la cuestión del fenómeno contra la ley, es así que la ingeniería empieza a relacionarse con el principio más cercano a la medición: el conocimiento de la propia medición. La filosofía de la ciencia mantiene que esos principios sólo pueden ser conocidos por medio de observaciones adecuadamente determinadas, cuantificadas, es decir, simplemente bien medidas. Tal como se muestra en la siguiente ilustración, donde se puede observar la interacción de la ingeniería con la medición, en su plano más puro.

Fuente: <http://www.oest.oas.org/ engineering/ingles/documentos/ ppt/Nava%20Jaimes.pdf>. Pág. 26

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El avance de la ciencia y la tecnología van paralelos y se topan en el cruce del plano cartesiano con la ingeniería, la cual podemos definir como una profesión basada en el uso de los conocimientos científicos para transformar ideas en acción. De cada orientación depende la especialidad que se enseñe con más intensidad; pero, dado que la ingeniería trabaja con el mundo real, las áreas de la física y la química son comunes a todas las carreras, conjuntamente con la matemática, que sirve para modelar los fenómenos que se estudian. A diferencia del objetivo de las ciencias puras, que es el conocimiento por el conocimiento en sí mismo, la ingeniería se basa en la aplicación del conocimiento científico en la solución de problemas reales medidos. En muchos aspectos se puede asociar la ingeniería a un arte, porque requiere de capacidad creativa y de imaginación para concebir cosas que aún no existen. Luego aplica los conocimientos científicos de manera sistemática para transformar esa idea en una realidad. Emplea la ciencia como un medio, pero está íntimamente ligada con la experimentación y la gestión. Su objetivo final es lograr resultados con el mejor uso de los recursos. Pero ahora, esos resultados bien logrados, se cruzan en el eje tridimensional con la medición. Entonces encontramos que: Y=Ciencia, X=Tecnología y Z=Medición o metrología aplicada para la mejora.


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La metrología avanza en la misma dirección de esta vertiginosa dinámica, para lo cual se recurre a principios básicos fundamentales: el observador que usa los patrones de medición los cuales se relacionan con constantes físicas que derivan de fenómenos cuánticos. De hecho, el método científico requiere de mediciones de gran exactitud, bajo los postulados de que: • • •

Los ingenieros deben participar en el desarrollo de bienes y servicios innovadores. Los ingenieros necesitan saber medir bien. Las técnicas de medición dependen cada vez más de fenómenos ópticos y cuánticos. Entonces, la formación de ingenieros debe:

• • • •

Incluir necesariamente la metrología como disciplina inherente a la propia ingeniería y establecerla como una capacidad requerida para toda su práctica profesional. Fortalecer su conocimiento en ciencias. Desarrollar la visión metrológica y creativa. Por supuesto, no olvidar la profunda razón humana que lo convierte en un profesionista capaz.

Es así que la metrología, desde sus primeras manifestaciones, ha estado normalmente incluída en todas las actividades del hombre. Así, pues, dentro de la antropología general, pasando por la arquitectura y la agrimensura, hasta las transacciones comerciales, la propiedad de la tierra y el derecho a percibir rentas, donde rápidamente se encuentra el rastro de alguna operación de medida, la metrología, al igual que hoy, ha formado parte de la vida diaria de los pueblos. Y podemos entonces reflexionar que antes del Sistema Métrico Decimal, los humanos no tenían más remedio que echar mano de lo que llevaban encima, su propio cuerpo, para contabilizar e intercambiar productos. Desde ahí se concreta la ingeniería como parte de la estructura de las mediciones. Uno de los aspectos que han permitido el avance de la ingeniería en nuestro tiempo es indudablemente la mejora en la capacidad para medir. La ciencia que analiza las unidades, equipos, instrumentos y métodos de medición, es conocida como metrología, que en los últimos años ha tenido avances notables. Las mediciones se pueden hacer de manera directa, como en los casos en que medimos una distancia con un metro, o de manera indirecta como cuando deducimos la distancia que recorre un objeto, conociendo el tiempo y la velocidad. Para ambos casos, se requieren de instrumentos de medición y conocimientos de matemáticas, física o mecánica. Anteriormente, en los talleres mecánicos se utilizaban aparatos llamados micrómetros, con los que se medían con gran precisión milésimas de pulgadas o centímetros; en la actualidad, en casi cualquier taller se puede medir la profundidad de las rayas que deja una lija fina en un metal, lo que se hace en milésimas de milímetro o micras (μ). Tal ha sido el avance en la metrología, que se han tenido que fraccionar o multiplicar notablemente las unidades base del Sistema Internacional de Medidas: metro, kilogramo, segundo, amperio, kelvin, mol y candela. Los ingenieros, sobre todos aquellos relacionados con las mediciones finas, deben conocer de manera reflexiva los diferentes instrumentos o equipos que sirven para medir, y además los prefijos que se aplican a las unidades básicas del sistema oficial de medidas. Por ello, a continuación se presenta la tabla de los prefijos del sistema decimal y su significado:

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Prefijo

Símbolo

Significado

Notación cientíca

Atto

a

un trillonésimo

10-¹⁸

Femto

f

un milbillonésimo

10-¹⁵

Pico

P

un billonésimo

10-¹²

Nano

N

un milmillonésimo

10-⁹

Micro

μ

un millonésimo

10-⁶

Mili

m

un milésimo

10-³

Centi

c

un centésimo

10-²

Deci

d

un décimo

10-¹

Unidad

unidad

1

Deca

da

una decena, diez

10

Hecto

h

un centenar, cien

10²

Kilo

k

un millar, mil

10³

Mega

M

un millón

10⁶

Giga

G

mil millones, un millardo*

10⁹

Tera

T

un billón

10¹²

Peta

P

mil billones

10¹⁵

Exa

E

un trillón

10¹⁸

* para los países de habla inglesia mil millones significa un billón

Como ejemplo de lo que significa medir con precisión y cómo se aplica la tabla de prefijos, a continuación se dan algunos ejemplos sobre la medición de lo grande y lo pequeño: 56

• • • • • •

En laboratorios de investigación se han logrado crear pulsos de luz, generados por un láser de alta velocidad, que llegan a durar 250 as. El radio de un protón es de un am; El tiempo que tardan en reaccionar los pigmentos en la retina a la luz (proceso que permite la visión) toma 200 fs; Un microprocesador de una computadora toma de dos a cuatro ns en ejecutar una operación simple; El tiempo de exposición de una cámara fotográfica se mide ms; Un colibrí mueve siete veces sus alas cada décimo de segundo (7 aleteos /ds). La distancia de la Tierra al Sol es de 149 millones de kilómetros, que si se expresa en la unidad internacional de longitud (el metro), nos daría 149 x 109 m, lo que significa que son 149 mil millones de metros o 149 millardos de metros. (Para los vecinos del norte esto equivale a 149 billones de metros)

Se cree que el Universo se formó hace 15 mil millones de años y que sistema solar lo hizo hace 4,600 millones de años, que la Vía Láctea contiene más de dos billones de veces la masa de nuestro Sol, y que éste último está situado a unos 30,000 años luz del centro de la Vía Láctea. Para medir las distancias grandes se han establecido otras unidades. Con éstas se pueden expresar las cantidades con menos ceros y prefijos. Así, en astronomía se usan las Unidades Astronómicas (ua), que equivalen a la distancia que hay entre la tierra y el Sol (149 millones de km.); también se utilizan los Años Luz, unidad de longitud que es igual a la distancia que recorre la luz en un año; el Pársec equivale a 3.26 Años Luz o 206,265 Unidades Astronómicas. Como se ha de observar, medir amplía los horizontes del hombre; por ello, cada vez que se logra conocer con mayor exactitud la distancia a una galaxia o la duración de la existencia en atto segundos de una partícula subatómica, el hombre está creciendo en su saber y, sin darse cuenta, se acerca al conocimiento más puro de la propia medición.


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Los estudiantes de ingeniería deben entender con facilidad de qué se habla cuando se está midiendo. Por ejemplo, podrán resolver sin ninguna dificulta este problema de distancia: Si se sabe que la velocidad de la luz es de 299,792 km/s y que la estrella número 47 de la Osa Mayor (47 Uma) se encuentra a tan sólo 51 Años Luz. ¿A cuántos kilómetros nos encontramos de ella? Y si una nave pudiera viajar a 150,000 Km/h ¿Cuánto se tardaría en llegar? El motivo del interés por viajar a la 47 Uma se debe a que es una estrella cercana a la Tierra, más o menos del tamaño de nuestro Sol, y que además tiene dos planetas, uno del tamaño de Júpiter y otro 2.5 veces más grande, ambos con órbitas circulares como las de nuestros planetas. En términos generales se puede decir que el ingeniero siempre trabaja con números, los que por lo regular son producto de lo que mide. La medición no necesariamente debe expresarse con unidades estandarizadas, ya en algunas ocasiones se establecen unidades de conteo como el número de días-hombre necesarios para efectuar un trabajo determinado, o se define el rendimiento de un vehículo en caballos de fuerza por litro de cilindrada. Esto quiere decir que el ingeniero puede construir indicadores que tienen sus propias unidades de medida. Adicionalmente mide para saber capacidades instaladas, de producción, de competencia, entre otras. Se puede establecer con toda seguridad que una gran cantidad de ingenieros mide más que contar. Así, vemos que por lo regular los ingenieros miden tiempos, longitudes, volúmenes, fuerzas o energía. Por esto es que debe conocer los sistemas de medidas, los aparatos con los que se mide y las precisiones que se pueden lograr. Debido a la creciente necesidad de mejorar la precisión de las medidas, la definición de las unidades de medición se ha convertido en una tarea muy compleja y especializada. Por ejemplo, la unidad de longitud, el metro (m), en sus orígenes se definió como una fracción de un meridiano. Con lo anterior se generó un patrón que consistía en la distancia entre dos rayas finas sobre una barra hecha de una aleación de platino e iridio. Esta barra se conserva aún en la oficina de pesos y medidas de París. En la conferencia mundial de pesas y medidas de 1960, se redefinió el metro como 1,650763.73 longitudes de onda de la luz anaranjada-rojiza emitida por el isótopo criptón 86. En 1983, el metro volvió a definirse como la longitud recorrida por la luz en el vacío, en un intervalo de tiempo de 1/299,792458 de segundo. «Medir no es cosa de juego, se requiere conocimiento y habilidad». Aún cuando en la actualidad se ha establecido como oficial el sistema métrico, de manera frecuente se utiliza el sistema inglés. Por ello, el ingeniero debe conocer los factores de conversión de las principales unidades de medida. Esto lleva a una conclusión, no errónea, de que las épocas en que la ciencia crece coinciden con el espíritu en el avance de las civilizaciones; es decir, nos permite entender el pensamiento y el método para progresar en los estudios y los resultados, desde la más sublime de las posturas: el profesionista que aprende a medir. Para desarrollarse en el mundo de la ingeniería y, lo que es mejor, aplicar la medición con un enfoque de mejora, se requiere interés y aptitud hacia las ciencias básicas y las matemáticas; habilidad para aplicarlas a los problemas prácticos; visualizar hechos, imaginarse el camino andado y aún no trazado, e interpretar los resultados en términos de objetivos. Pero, fundamentalmente, lo que se requiere es una mente analítica, creatividad y sentido común. El propósito de la enseñanza de la ingeniería es liberar, desarrollar y entrenar, estas habilidades y aptitudes, pero ahora con un fuerte mástil que permita entender el fundamento de la propia mejora, que es, sin duda alguna, la medición.

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Referencias Gr a na dos, Carlos. Introducción a la Historia de la Metrología. Apuntes Cursos de Doctorados, E.T.S. Ing. Industriales, Univ. Politécnica de Madrid. Pachon Veira Ramón Francisco y Manzano Agugliaro Francisco (2008). Metrología en las civilizaciones de Mesopotamia, Egipto, Fenicia, Israel, Grecia, Cartago, Roma y otras culturas de la antigüedad. XIV Congreso Internacional de Ingeniería Gráfica, Santander, España. Centro Nacional de Metrología. México. Lafuente, A ntonio (2000). La medida de la figura de la tierra como experimento crucial. Exposición «Las Medidas y las Matemáticas». Palacio del Senado. Madrid. Laboratorios de calibración y ensayo, nmx-ec-17025-2006. http://www.aprendizaje.com.mx

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El Postmodernismo como diagnosis de la época contemporánea. Segunda Parte El presente artículo constituye la segunda y última parte que el Dr. José Luis Villaseñor Dávalos, autor de la primera, presentara en el número seis de esta revista. Se enuncian y explican los paradigmas sobre los cuales descansan las cuatro tipificaciones sociales -o modos de vida- propios de la postmodernidad, que con sus derivaciones representativas de tales modos, contribuyen a clarificar el diagnóstico que propone la hipótesis principal de este trabajo. 60

Dr. José Luis Villaseñor Dáva los Licenciado en Derecho y con Maestría en la misma disciplina. Doctorado en Educación por la Universidad de Houston, Texas, EE.UU. Actualmente funge como Director de Investigación en el iest, en donde se imparte además, algunas materias de licenciatura y posgrado.

1  Kuhn, Thomas S.; La estructura de las Revoluciones Científicas; Fondo de la Cultura Económica; 2a. Ed.; México: 2004; p. 38.

2  Ibídem; p. 40.

3  Vernette, Jean; Op. cit.; p. 13.

4  Gil, Juan Carlos y Nistal, José Ángel; «New Age». Una religiosidad desconcertante; Editorial Herder, S.A.; Barcelona: 1994; p. 107.

3.3. Nuevos paradigmas. No pensamiento. El autor contempor áneo Thomas S. Kuhn, fue el que elaboró el nuevo sentido del término «paradigma». Así, cuando se refiere a dicho concepto, explica que paradigma son los logros especializados de la ciencia, que tienen las características de carecer de precedentes y de apertura de un grupo de profesionales de la ciencia en todo tipo de problemas por resolver. Explica Kuhn que al elegir tal término, su intención fue sugerir que algunos ejemplos aceptados de práctica científica efectiva, surgen o suministran modelos de los cuales emergen tradiciones particulares y coherentes de investigación científica.¹ En otras palabras, las transformaciones de los paradigmas constituyen revoluciones científicas, y las sucesivas transiciones de un paradigma a otro, mediante una revolución, constituyen el patrón usual de desarrollo de la ciencia madura.² Un «nuevo paradigma» es una nueva manera de ver las cosas, un nuevo modo de pensar en los viejos problemas; y, una vez que se acepta tal perspectiva, se opera el cambio, que se mantiene hasta el momento que aparezcan nuevos elementos y se cree un nuevo consenso en torno a un campo de pensamiento más amplio y abarcador.³ Sin embargo, no hay que olvidar aquello de Kuhn sobre el material que utiliza el nuevo paradigma, que no es otro que el antiguo paradigma, pero dotándole de más contenido y perspectivas; que no obstante puede llevar al hombre a un estado de indefinición (relativismo), imprecisión y falta de identidad tal, que lo convierta en un extraño para sí mismo; una especie de esquizofrenia meditada y cósmica que lleve al más absoluto de los vacíos y sin sentidos.⁴ El más lamentable caso de postmodernidad como «nuevo paradigma» es el referente a la New Age.


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El «nuevo paradigma» del no pensamiento siempre ha coexistido con la vida del espíritu, pero es la primera vez, advierte Alain Finkielkraut,⁵ en la historia europea, que se aloja en el mismo vocablo y disfruta del mismo estatuto. Es decir, cuando el odio a la cultura pasa a ser a su vez cultural, la vida guiada por el intelecto pierde toda significación; pues hoy la duda y la crítica proceden de la cultura misma. Ya no tenemos confianza en ella, ya no podemos aceptarla como lo hizo la Edad Moderna, como esencial marco de vida y su estructura fiel y auténtica; hoy, nos vemos obligados a colocarnos en actividad de prevención frente a ella, y no sólo porque encierra errores o haya sido superada en el orden histórico; sino porque su voluntad fundamental y su ideal son falsos; porque no se puede confiar en la obra del hombre con la confianza que puso en ella la Modernidad,⁶ ya que se trata de una cultura no cultural; pues le falta precisamente lo que constituye la cultura en sentido antiguo: la fecundidad tranquila, la prosperidad, el carácter bienhechor. Es decir, la cultura significaba un freno a las fuerzas sofocantes, y que hiciera posible la vida donde aumentaba la seguridad. Así, el hombre de hoy, domina los efectos inmediatos de la naturaleza; sin embargo, no domina los indirectos, el dominio mismo; tiene poder sobre las cosas pero no lo tiene sobre su poder.⁷

5  Finkielkraut, Alain; Op. cit.; p. 122

6  Guardini, Romano; Op. cit.; p. 145.

7  Ibídem; p. 99.

3.3.1. Los nuevos paradigmas de la experiencia y del sentimiento. La posmodernidad busca una nueva captación de lo real en tales paradigmas; pues la base del yo no es el pensamiento, sino el sufrimiento, que es el más básico de todos los sentimientos.8 La experiencia sensible juega un importante papel en el campo de una nueva religiosidad. El Instituto Esalen de California, U.S.A., trata de inducir por medio de la experiencia del sentido —masajes, música, gimnasia, meditación, danza, creatividad, etc.— a niveles superiores de conciencia. Las doctrinas de tales experiencias pueden ser el yoga, budismo zen, meditación trascendental, el Tantrismo, que son auspiciadas por tal instituto y otras entidades del mismo talante, e indican las vías que quieren llevar de lo sensible a experiencias más profundas. En referencia a la espiritualidad cristiana, J. Sudbrack9 siente tristeza al constatar cómo esas vías —de los sentidos a la profundidad personal— estuvieron presentes y se han perdido. Los casos más sonados y conocidos se relacionan con la mística cristiana, como lo han sido el de Santa Teresa de Jesús y el de San Juan de la Cruz, llamada «experiencia de los sentidos espirituales», y que son vías pero para el encuentro con Dios; y no con la naturaleza o consigo mismo. También San Ignacio de Loyola pone al final de sus Ejercicios Espirituales, la denominada aplicación de los cinco sentidos. Las mencionadas «vías» para la expansión de la conciencia hoy son propuestas por la New Age, y muchas de ellas producen estados alterados de conciencia. Tales «técnicas» proceden de tradiciones orientales, de África, de América Latina, y generalmente son de corte pagano y ocultista; en cambio, otras, se han desarrollado bajo el Movimiento del Potencial Humano del Instituto Esalen, en California U.S.A. Ante tal invasión de prácticas y técnicas de meditación orientales, la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe, por conducto de —en aquel tiempo— su Prefecto, Monseñor Cardenal Joseph Ratzinger, dirigió el 15 de Octubre de 1989, festividad de Santa Teresa de Jesús, una carta a los Obispos de la Iglesia Católica, sobre algunos aspectos de la meditación cristiana, que conviene conocer para ubicar mejor la actitud del cristiano ante aquellas técnicas de oración.¹⁰ 3.3.1.1. Allendismo o aquendismo. La modernidad en crisis, que no es otra cosa que posmodernidad, reduce la condición de creatura humana a cuerpolatría, la cual se despoja mayoritaria-

8  Val, Juan Antonio del; Op. cit.; p. 146.

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9  Sudbrack, Josef; wz; Ediciones Paulinas; Madrid: 1990; p. 163.

10  López Padilla, Luis Eduardo; «New Age». ¿La religión del siglo xxi?; Centro de Formación, Educación y Cultura, cefec; México: 1995; p. 79.


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mente de su dimensión trascendente; ya que esa preocupación renaciente por lo oculto, la ufología, el más allá extraterrestre, la magia o —en resumen— el allendismo, no es sino un aquendismo renovado, en el que todo se reduce a buscar el climaterio emocional, la sensación electrizante, la voz de ultratumba, los fantasmales arrastres de cadenas, todo eso que tenebra y horripila, pero cuya explicación se «encuentra en la parapsicología como variante nocturna de la psicología, pero sin novedad en la razón, pues el pensar en un ser trascendente como lo hacían las religiones clásicas o del misterio luminoso de la relación con un Dios personal, está en la antípoda de este allendismo.»¹¹ Podemos continuar citando: el espiritismo, los juegos de aberrancia para comunicarse con un más allá desde un más acá domesticado, redúcense a divertimiento para un «weekend» que a la postre, deviene en decaimiento que recala definitivamente en el catre. No confundamos el «masallismo» de hoy con la interpretación escatológica cristiana, pues aquel es una praxis lúdico-hedonista entre apariciones hórridas y espantosos sepulcralismos. Es la línea de la «dark side of life», de la cara oscura del deseo tan pregnante en el subconsciente freudiano y en el estructuralismo.12

11  Díaz, Carlos; Op. cit.; p. 24.

12  Ibídem; p. 25.

4. Su sentido amplio: tipificaciones en el contexto social.

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La guía que anunciamos en la explicación inicial de este trabajo, tiene que abordar ahora el segundo elemento del diagnóstico del posmodernismo, el cual abarca no sólo las ideas sino también los modos de vida típicos de la posmodernidad, que no se encuentran únicamente en los libros sino sobre todo en la calle, es decir, forman parte de lo que pudiéramos llamar el contexto social. Tales tipificaciones se pueden sintetizar en las cuatro siguientes: el narcisismo individualista, el nihilismo, el pasotismo y la vuelta a lo sagrado.¹³ Le dedicaremos un apartado a cada una de ellas.

13 Val, Juan Antonio del; Op. Cit.; p. 146.

4.1. Narcisismo individualista. El origen lingüístico de dicho término procede del mito griego de Narciso, joven enamorado de su propio reflejo en las aguas. En la orientación de la sexualidad es sinónimo de autoerotismo, por el cual el sujeto se ama a sí mismo o a sus propias imágenes. El psicoanálisis freudiano distinguió entre el narcisismo primario, propio de los periodos pregenitales y caracterizado por la adhesión exclusiva de la energía libidinal al yo; y el secundario, que deposita la libido en otros objetos y vuelve nuevamente al yo; sin embargo, Freud afirmó que constituye un proceso permanente del sujeto normal.¹⁴ Simultáneamente a la revolución informática, las sociedades posmodernas conocen una revolución interior asociada al narcisismo, es un inmenso «movimiento de conciencia», conocido como «awareness movement», un entusiasmo sin precedentes por el conocimiento y la realización personal, como lo testifica la proliferación de los «organismos psi», es decir, técnicas de expresión y de comunicación, meditación y gimnasias orientales. Esta «terapia psi» aparece teñida de corporeidad y de filosofía oriental, que genera una figura inédita de Narciso que se identifica con el «homo piscologicus».¹⁵ Tanto el inconsciente como la represión son operadores cruciales del neonarcisismo, pues constituyen una provocación que desencadena una irresistible tendencia a la reconquista del yo. Así, al ampliar el espacio de la persona, incluyendo las escorias en el campo del sujeto, el inconsciente abre el camino a un narcisismo sin límites o narcisismo total. Por otra parte, al querer asimilar el narcisismo al psicologismo, el cuerpo queda promovido al rango de objeto de culto. Tal inversión narcisista en el cuerpo es visible en mil prácticas cotidianas, como por ejemplo: angustia de la edad y las arrugas; obsesión por la salud, por la línea, por la higiene; rituales de control o chequeo y mante-

Narciso

14 Diccionario de las Ciencias de la Educación; Santillana, S.A.; México: 1990; Tomo ii; p.p. 1009 - 1010. 15 Lipowetsky, G.; Op. cit.; p. 53.


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nimiento; masajes, sauna, deportes, cultos solares y regímenes terapéuticos. La representación social del cuerpo ha sufrido mutaciones cuya profundidad puede compararse con el desmoronamiento democrático de la representación del prójimo; el advenimiento de ese nuevo imaginario social del cuerpo que produce, en consecuencia, el narcisismo.¹⁶

16 Ibídem; p. 60.

4.1.1. Cuerpolatría. En nuestra época posmoderna, el cuerpo humano se ha convertido en una verdadera hierofanía, es decir, en una manifestación de lo sagrado, que recibe diversas formas de culto y exaltación ritual. Son múltiples las manifestaciones de ese culto, por ejemplo: La cosmetología exagerada por la mercadotecnia; y la obsesión por lograr una condición física óptima, aunada al afán de obtener una piel suave y sin arrugas, un cuerpo bien moldeado y una apariencia joven. Los lugares como los parques, los centros de recreación, o los restaurantes vegetarianos o macrobióticos. Las vestimentas sagradas son los trajes deportivos y los zapatos tenis de marcas prestigiadas. Los rituales de purificación consisten en dietas bajas en grasas y carbohidratos y altos niveles proteínicos, así como la práctica de un deporte que hace recordar más bien un rito que un ejercicio. Detrás de tal exaltación del cuerpo parece encontrarse el deseo de alcanzar la fuente de la eterna juventud. El otro aspecto de la cuerpolatría es la sexualidad, la cual representa la puerta de entrada al placer y a lo profundamente misterioso de la persona humana, que pretende fundarse en el mito del andrógino, que representa la pareja humana perfecta.17 Como bien advierte Carlos Díaz,¹⁸ estamos yendo desde el «cogito ergo sum» cartesiano, al «coito ergo sum» postmoderno; pues una especie de cuerpolatría del músculo define a su vez la obsesiva preocupación nutricionista, y una nueva manía de «efebato» produce sustanciosas ganancias a los gimnasiarcas que explotan la acusada vocación física, en que lo mismo vale el yoga oriental que la gimnasia sueca occidental o el «footing» de los Estados Unidos de Norteamérica.

17 Sánchez Carrión, Miguel Ángel; La Nueva Era. ¿Sacralización de lo Profano o Profanación de lo Sagrado?; Cuadernos de fe y cultura; No. 9; Universidad Iberoamericana e iteso; México: 1999; p. 30. 18 Díaz, Carlos; Op. cit.; p. 21.

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4.2. Nihilismo: cultura del vacío. Vattimo¹⁹ indica que el nihilismo de Nietzsche ha llegado a su consumación, arribando al sin sentido de la realidad; es la carencia de la validez de los valores supremos, y así nada es verdad ni nada está bien. Con la muerte de Dios queda la vaciedad y la incoherencia. En cuanto al hombre, ha sido reemplazado por la estructura del lenguaje sin sujeto. Se llega al indiferentismo religioso, pues a los posmodernos no les interesa el problema de Dios, ni la fe religiosa, ya que no admiten tampoco el valor de la razón y la existencia de valor alguno. En consecuencia, ha caído con ello el ideal de la libertad, y la única libertad posible es la de la disgregación, que no implica ninguna responsabilidad o sentido de autenticidad. La tarea urgente de hoy es llenar ese gran vacío dejado por la muerte de Dios, con nuevos ideales y valores. Sin embargo, en ese vacío se instala la nada como ausencia absoluta de sentido. El ateísmo de Nietzsche, hay que advertirlo, es radicalmente postulatorio, es decir, se basa fundamentalmente en el deseo de que Dios no exista, no sin razón alguna de tipo metafísico. Como dice José Antonio Sayés,²⁰ el ateísmo nietzscheano es simple teofobia, que al igual que el ateísmo de Feuerbach, viene postulado por una exigencia de humanismo. Es muy ilustrativo a este respecto, el pasaje de la obra «La Gaya Ciencia» de Friedrich Nietzsche, que en el numeral 125, presenta a uno de los protagonistas de la obra en cuestión, el cual es El Loco, quien en pleno día corría por la plaza pública con una lámpara encendida, gritando sin cesar: «¡Busco a

19 Sayés, José Antonio; Op. cit.; p. 384.

20 Ibídem; p. 75.


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Dios!» Los presentes al escucharlo, y porque no creían en Dios, se burlaban del loco. Pero éste se encaró con ellos diciéndoles: «Os lo voy a decir, le hemos matado, vosotros y yo, todos nosotros somos sus asesinos». Luego se pregunta: «¿Flotamos en una nada infinita?... ¿Nos persigue el vacío con su aliento? ¿No sentimos frío? ¡Dios permanece muerto y nosotros le dimos la muerte!»21 4.2.1. La nada irracional: cábala, tarot y masonería.

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Al no existir Dios, en consecuencia no habrá valores absolutos legitimadores. Incluso todo absoluto es inútil y perjudicial, sea Dios, la razón, la ciencia, la raza, el derecho o el Estado. El efecto es que el hombre queda en el aire, sin agarraderas, sin ningún sentido, sin nada que le ayude a distinguir el bien del mal, la virtud del vicio. Es la cultura del vacío.²² Lleno y vacío, bueno y malo, al igual que claro y obscuro, en definitiva: el sí y el no, son contradicciones. Querer unir tales conceptos sería una chapucería espiritual; las síntesis de las contradicciones tal como son propuestas por la posmodernidad y por el Monismo posmoderno, responden al hecho de que ningún concepto es pensado hasta el fin, ninguna esencia es vista con claridad, ningún límite es nítidamente trazado. Todo queda a medias y es rodeado de una capa viscosa cuya finalidad más pérfida, y a la vez despreciable, consiste en definitiva, en agrupar —bajo ciertas formas de «unidad»—, palabras cormo Dios y lo diabólico.²³ Con todo lo anterior, se prepara la caída de la razón, que lleva a la irracionalidad, de la cual el satanismo representa una manifestación típica; igualmente la desconfianza y la desilusión de la sociedad de hoy, con relativos sentimientos de disgusto y mal humor, instintos de rebelión y deseos de evasión.24 Un ejemplo palmario de tal síntesis de contradicciones, que genera confusión y la falta de discernimiento entre el bien y el mal, luz y obscuridad, es el caso de la fundadora del Teosofismo moderno, H. P. Blavatsky, la cual, en su conocida obra: «La Doctrina Secreta», expresa lo siguiente:

21 Nietzsche, Friedrich; La Gaya Ciencia; Coedición: Edivisión−Compañía Editorial, S. A. de C.V.; México: 2000; p. 120.

22 Val, Juan Antonio del; Op. cit.; p. 148. 23 Guardini, Romano; Op. cit.; p. 178. 24 Balducci, Corrado; Adoradores del Diablo y Rock satánico, Editorial Distribuidora Lumen, S.R.L.; México, 2002; p. 142.

«Aún en el Génesis [Gn 1, 2], que confunde a la razón y fatiga a la ciencia, la luz es creada de las tinieblas —y las tinieblas permanecen sobre la faz del abismo— y no viceversa. […] Puede llegar un día en que los ojos humanos se abran, y entonces comprenderán mejor el versículo del Evangelio de Juan, que dice: «Y la luz brilló en las tinieblas, y las tinieblas no la comprendieron» Verán entonces que la palabra «tinieblas» no se aplica a la visión espiritual del hombre, sino verdaderamente a Tinieblas, lo Absoluto, que no comprende (no puede conocer) la luz transitoria, por trascendente que sea para los ojos humanos. Demon est Deus inversus.»25 Mme Blavatsky acusa a la Iglesia Católica de ser la autora de tal inversión, cuando continua diciendo: «Al diablo le llama ahora la Iglesia «tinieblas», mientras que en la Biblia, en el Libro de Job, se le da el nombre de «Hijo de Dios», la estrella resplandeciente de la mañana, Lucifer. […] Fue transformado por la Iglesia en Lucifer o Satán, porque era más antiguo y de rango más elevado que Jehovah, y tenía que ser sacrificado al nuevo dogma.»26 Aquella autora, termina la cita expresando: «Cuando el ocultista dice que «el Demonio es lo inverso de Dios» —el mal, el reverso de la medalla—, no pretende significar dos realidades separadas, sino los dos aspectos o facetas de la misma Unidad».27 El fundamento esencial del nihilismo nietzscheano es la Cábala. Este es un término hebreo que significa tradición recibida, del verbo KBL, indicativo de ciencia, considerada por los rabinos como una enseñanza tradicional. Tradiciones que se remontan a las épocas más antiguas, hasta Moisés y aún más, hasta Adán. El legislador del pueblo hebreo ha recibido de Dios, no sólo

H. P. Blavatsky

25 Blavatsky, H. P.; La doctrina secreta. Síntesis de la ciencia, la religión y la filosofía; Berbera Editores, S.A. de C.V.; México: 1996; Tomo i; p. 166.

26 Ibídem.

27 Ibíd.; p. 417.


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la ley escrita sino también la ley oral, es decir, su interpretación, tanto legal —esto es, talmúdica—, como mística y cabalística. Sin duda, se han deslizado muchas tradiciones apócrifas o desnaturalizadas, por las cuales los fariseos falsificaban el sentido de la ley santa, y que nuestro Señor condenaba severamente.28 Respecto de la Cábala se conocen al menos cuatro interpretaciones: una, la cristiana, expuesta por Santo Tomás de Aquino en la Suma Teológica;29 la segunda, conocida como naturalista, que elabora el sabio judío Gershom Scholem;30 una tercera interpretación es la oculista, propia los autores esotéricos y ocultistas, como Papus y Eliphas Levi;31 y una cuarta, la judaica y demoníaca, tal como la expone el sabio jesuita, Monseñor León Meurin, en su obra Filosofía de la Masonería.32 En términos generales, hay una segunda Cábala, la Cábala mala o pervertida, iniciada desde Adán pecador, y que se perpetúa en la Cábala Cainita, antes del Diluvio, y con la Cábala Camita, después del Diluvio. Esta Cábala se va desarrollando en tres grandes épocas o fechas: la primera, en el siglo vi a.C., que coincide con el exilio de los judíos en Babilonia; la segunda, es del tiempo alrededor de la aparición del Cristianismo, que culmina con Simon ben Jochai, en el siglo ii de la era cristiana; y la tercera, que reúne las fabulosas elucubraciones del judaísmo medieval del Chasidismo alemán, y termina con la elaboración del Sepher–ha–Zohar, por Moisés de León.33 En la Kábala, la doctrina filosófica de los judíos heterodoxos, se encuentra el Ensoph (infinito), que es, según aquella doctrina, la fuente de donde proviene todo lo que ha existido, existe y existirá por toda la eternidad. De ella emanan en primer término, una triada: La Corona, La Sabiduría y La Inteligencia, mejor conocidas como Sephirot (números) superiores; en segundo lugar, hay otros siete Sephirot, que con los tres anteriores, constituyen el Hombre Primordial (Adam Kadmón). El Ensoph y los siete Sephirot componen, en el cielo, el famoso número once, que se repite en los espíritus que habitan «en medio de los aires», tanto como en el mundo material sobre la tierra, completando de este modo el número treinta y tres. Los cabalistas estiman mucho los números, sobre todo el once. Un fragmento de su libro principal llamado «Zohar» (luz) se titula «Idr a R aba», es decir la «gran asamblea», porque comprende los discursos dirigidos por Simon-ben-Jochai a todos sus discípulos, que eran en número de diez; de ese modo, el maestro representaba el Ensoph entre los diez Sephirot.34 De lo anterior se desprende la unidad que contiene racionalmente la década, y la década contiene Unidad. El sistema hermético restablece la conocida Santísima Trinidad bíblica de los judíos, pero pervierte la verdadera doctrina revelada, estableciendo una distinción: la que existe entre la Unidad y la Trinidad, y enseñando que el Universo emana de la substancia divina. Esta falsa doctrina les bastaba para preparar el espíritu egipcio, para que fuera dominado intelectualmente por los judíos, impidiendo así la propagación de la doctrina cristiana en este país.35 Lo que la filosofía egipcia ha sido para el Egipto de su tiempo, deberían ser otros sistemas filosóficos para otros países y otros tiempos. Sin embargo, si los judíos engañan al mundo con la Kábala, ellos son a su vez engañados por Satán, a quien le es indiferente el nombre con el que se le honre, siempre que se le honre a él y no al verdadero Dios. En la Kábala se llama Kether, en la doctrina hermética toma el nombre de Inteligencia y de Poimandres, del griego pastor de Hermes.36 Pareciera una sorprendente coincidencia la relación del personaje del Loco de la obra de Nietzsche que ya citamos, con una de las cartas o arcanos mayores que conforman el Tarot. Y la relación que guarda éste último con la Cábala, pues en ella ocupa el sendero undécimo, es decir, el número once, conocido como la inteligencia centelleante, porque es la esencia de esa cortina que

28 Menvielle, Julio; De la Cábala al Progresismo; Editorial Calchaquí; Salta, Argentina: 1970; p. 51.

29 Aquino, Santo Tomas de; Suma de Teología; Biblioteca de Autores Cristianos; B.A.C.; Madrid: 1994; Cinco Tomos. 30 Scholem, Gershom; Los orígenes de la Cábala; Ediciones Paidós Ibérica, S.A.; Barcelona: 2001. 31 Levi, Eliphas; Dogma y Ritual de la Alta Magia; Berbera Editores, S.A. de C.V.; México: 2002. 32 Meurin, León, S.J.; Filosofía de la masonería; Editorial Nos; Madrid: 1957; Dos tomos.

33 Menvielle, Julio; Op. cit.; p. 35.

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34 Meurin, León, S.J.; Op. cit.; p. 32.

35 Ibídem; p.137.

36 Ibíd.; p. 128.


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se sitúa próxima al orden de la disposición. Tal sendero es el elevado nivel de conciencia por el cual se puede ver a Dios, la experiencia espiritual de Kether, la unión real con Dios. En Kether está el plan y disposición de la vida creada. Volviendo al Tarot y al arcano el Loco, éste es el más poderoso de todos los arcanos, pues no tiene un número fijo. Según Carolina Ruiz Chávez (Kala),37 dicho arcano puede viajar y cambiar el orden establecido. En la Cábala, el cero es la nada [¿nihilismo?], Ayn-Sof. Nada —o cero— ocupa un espacio y un poder que lo contiene todo, inherente a su forma circular. El círculo tiene características únicas: indivisibilidad, indestructibilidad y —por tanto— inmortalidad. Para algunos ocultistas, el cero es el huevo cósmico. La palabra «cifra» conecta con el vocablo hebreo sephirot (los diez puntos del árbol cabalístico de la vida donde se manifiesta el poder divino). En el alfabeto hebreo, le corresponde al Loco la letra Aleph, que significa buey, principio motriz usado en agricultura, y ésta es la base de la civilización. Así que Aleph simboliza el poder cultural, energía creadora, poder vital. La palabra fool —en inglés— procede del latín «follio», que quiere decir fuelle, saco de aire, globo. Su significado esotérico es el amor, pues encarna la magia de Eros. Es la clave de todos los demás arcanos. Representa al dios de la primavera.38 En el Tarot, el Loco tiene dos lecturas: es un modelo y al mismo tiempo encierra una advertencia, pues por un lado enseña la libertad de conciencia y por otro avisa del peligro que implica tal elevación, en donde no caben insuficiencia, irresponsabilidad, flojera e ilusionismo, porque todos ellos pueden llevar a la locura. Algunos cabalistas colocan al Loco en el arcano x xi, por su conexión con la letra hebrea shim, que simboliza al Cristo Cósmico. Representa entre sus muchos disfraces al inconsciente, quien sólo tras haber sido adiestrado convenientemente puede aflorar sin dañarseo.39 Los canales usados por el mundo espiritual comprenden las personas que usan las cartas del Tarot, la bola de cristal, el Reiki, el Péndulo, etc. Están usando objetos que pueden ser instrumentos para la acción de los seres malignos. Las personas que leen el Tarot, con mucha experiencia ciertamente ven cosas; y no es porque las cartas les digan algo, sino que espíritus les sugieren esas cosas, les sugieren en la suerte esas interpretaciones cuando están viendo esas cartas. La sucesión de las imágenes de las cartas es aleatoria, pero la interpretación que se haga se va a realizar bajo esas sugerencias invisibles. De ahí que la adivina o pitonisa que lee el Tarot afirma que las cartas le hablan.40 Hay que tener en cuenta que el nuevo hecho de practicar la adivinación, basta para invocar a determinadas entidades espirituales. Los demonios se acercan allí donde se practica cualquier tipo de adivinación, bien sea la del futuro o la de lo oculto. Lo mismo sucede con la astrología, la cual supone un mero método de proporcionar elementos al adivino para interpretar. En sí mismo tales elementos son vanos, no son portadores de ninguna información acerca del futuro, pero en la medida en que están más abiertos a la interpretación, dan más posibilidades a los espíritus para sugerir al astrólogo.41 Los adoradores del diablo son gratos a la masonería, aunque los masones niegan toda relación con el satanismo. En una poesía de Felipe Reyna42 intitulada Los Masones, en la quinta cuarteta se lee: «El vulgo calumniándoles pretende, ignorando lo real de sus acciones, que el masón al demonio su alma vende, pidiendo así de Dios sus bendiciones».

37 Ruiz Chávez, (Kala) Carolina; Tarot Hermenéutico-Alquímico. La revelación de todos sus símbolos; Editorial Grijalbo, S.A. de C.V.; México: 2000; p. 71. 38 Ibídem.

Cartas de Tarot

39 Ibíd.; p. 72. 40 Fortea, José Antonio; Exorcística…; Editorial el Arca, S.A. de C.V.; México: 2007; p. l54. 41 Ibídem; p. 155. 42 Santos, Luis Umbert; Los Poetas de la Masonería; Editorial Humanidad; México: 1998; p. 103.


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Sin embargo, hay varios indicadores que muestran no sólo sus simpatías, sino que también son adoradores del demonio, por lo siguiente: 1.

Es reconocido el himno a Satanás, del famoso gran maestre italiano Giosuè Carducci 2. Cuando en 1917, se celebraron los 200 años del nacimiento de la Masonería, una procesión de adeptos se dirigió a la Plaza de San Pedro, en Roma, enarbolando banderas satánicas y estandartes sobre los que se expresaba por escrito: «Satanás debe reinar en el Vaticano, el Papa será su esclavo» —el testimonio es de Maximiliano Kolbe— 3. La así denominada «masonería cristiana», que se concibe como la continuación de la Orden de los Templarios, adora a Baphomet, el cual es una imagen hórrida del demonio que adoraban los Templarios, por lo cual fueron denunciados a las autoridades eclesiásticas y civiles de aquel tiempo, siglo xi; 4. Cualquiera que llegue a los altos grados masónicos, encontrará que son adoradores de Lucifer, lo cual demuestra la relación entre satanismo, masonería, New Age y los cultos sectarios de Satanás.43 La secta masónica, que siempre se infiltra allí «donde late la historia» —en palabras del escritor Cesare Pavese—, sabe que el Vaticano es, desde siempre, una audaz antena que capta y trasmite avanzados mensajes acerca de todo; el hecho de conseguir contagiar la epidemia al espíritu, significa indirectamente destruir las defensas inmunológicas de la razón humana. La consigna es, como dijo José de Maistre, «creer lo menos posible, sin ser hereje, para obedecer lo menos posible, sin ser rebelde». El cuerpo de este centro —El Vaticano—, que por mandato divino tiene que ser un faro, alberga en su interior unos tumores que lo descomponen.⁴⁴ 4.2.2. Los sustitutos: activismo, drogas y viajes. El vacío dejado por el nihilismo, por la nada postmoderna en el alma humana y social, provoca la necesidad sentida de llenar o de colmar aquel hueco. Éste se pretende colmar ahora, principalmente, con tres de los muchos sustitutivos de la vaciedad sentida por la cultura del vacío. Aquí sólo nos ocuparemos de los citados en el enunciado de este numeral. La doctrina que se conoce como activismo, parte del concepto de «homo faber» y ve en la acción el origen y criterio de todo conocimiento; y, por tanto, el pensamiento queda reducido a instrumento de la acción, que sólo es verdadero en cuanto útil para la vida. La imprecisión del término actividad, identificada ingenuamente con el movimiento muscular, y también con la actividad manual, ha tenido grandes consecuencias.45 Es decir, toda esta urgencia de psicomotricidad es pura motoricidad, pero sin movimiento de la psique; pálido reflejo del alma griega de Terpsícore, en esta sociedad consumista que carece de gusto para mayores profundidades.46 El ansia de experiencias se puede transformar en «manía de experiencia», porque, en efecto, sobre ésta hay que construirlo todo. Luego, su falta puede fácilmente ser interpretada como carencia personal de relevancia ética. Cabe entonces preguntarse si una manía de experiencias no puede tener efectos semejantes a los de la búsqueda de drogas; en ambos casos se trata de una absolutización de experiencia.47 Cuando se hace alusión a la droga como sustituto de la vacuidad posmoderna, es prioritario considerar el móvil económico e ideológico de la droga. En tal sentido, el narcomenudeo y la pederastia —como doble asalto a la sociedad—, cuentan con promotores bien cuidados y apadrinados por redes de gran influencia internacional. Desde 1964, el ciecus, Consejo de Educación

Maximiliano Kolbe

43 Balducci, Corrado; Op. cit.; p. 131.

44 Los Milenarios; El Vaticano contra Dios. «Via Colvento in Vaticano»; Editores B.S.A.; 2.ª Reimpresión; Barcelona: 2000; p. 265.

45 Diccionario de las Ciencias de la Educación; Op. cit.; Tomo i; p.p. 42 - 43.

46 Díaz, Carlos; Op. cit.; p. 21.

47 Sudbrack, Joseph; Op. cit.; p. 201.

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e Información Social, puso las bases para difundir el sofisma de que «es lícita toda clase de expresión sexual», con el patrocinio de personas influyentes como Lester Kierkendall, Isadore Rubin, Lester Doniger, Hufh Hefner, Steven Rockefeler y James Warburg; además de la sociedad secreta Fabiana de Inglaterra. El móvil ha sido debilitar la sociedad tradicional cristiana. La droga se utilizaría para romper los parámetros de la moral, al igual que el uso de la homosexualidad. Un tercer paradigma sería imponer en la educación pública el dogma de la evolución, con el fin de acabar con la percepción de que la vida es obra de Dios.48 En México, el narcotráfico puso la mira sobre los millones de adolescentes mexicanos. Según datos oficiales, en el año 2000 había en el D.F. 700 puntos de distribución de droga en dosis pequeñas. Para mediados del 2005 ya se habían detectado 2111 puntos de distribución en aquella entidad. En toda la República existirían 35 mil narcotienditas, con un total aproximado de mil millones de dosis personales de cocaína. Según datos oficiales, la mafia del narcomenudeo está obteniendo 16 mil millones de pesos al año. Por otra parte, las llamadas de denuncia a las narcotienditas que se reciben diariamente, como no constituyen prueba, hay que investigar las denuncias y luego solicitar una orden judicial de cateo. Por último, una de las ventajas obtenidas recientemente por la Internacional del Narco, S. A., es la cesión que obtuvo, de la facultad o derecho que consagra el artículo 22 constitucional, de aplicar la pena de muerte, pues ahora sólo los narcos la pueden aplicar.49 Parece que la droga por sí misma facilita la inclinación al culto satánico, porque por una parte altera y por otra debilita las facultades mentales, y vuelve a la persona menos lúcida y más débil frente a las tentaciones y estímulos e invitaciones —internas y externas—, para negar el bien y hacer el mal. Por ello, el papa Pablo VI, en su discurso sobre el Diablo, de Noviembre 15 de 1972, pone a los estupefacientes entre las fisuras a través de las cuales el Maligno puede fácilmente penetrar y alterar la mentalidad humana. Por otra parte, no se trata en sí de la droga —consumida o no— de las reuniones de sectas demoniacas, sino de la droga misma que da la vida a grupos satánicos particulares. Es aquello que el investigador Massimo Introvigne,50 denomina «satanismo ácido» (de ácido, droga), el cual es de tres tipos: 1. Satanismo de contracultura californiana, al estilo de M. Manson; 2. Satanismo de los años 70’s del siglo pasado, o del folklore satánico de los consumidores de droga en grupo, como los caballeros del círculo Negro, o los grupos Iiderados por Patricia Hall y Steven Curd, que realizaban crímenes rituales; 3. El satanismo de los 80’s, también del pasado siglo, que involucra no a consumidores sino a traficantes o mitología de los traficantes de drogas. Corrado Balducci, para vergüenza o la honra de los mexicanos, cita el caso de Adolfo Jesús Constanzo, el «padrino» de Matamoros, responsable junto con su «pareja», la bruja Sara Alderete Villarreal, y su banda, de haber sacrificado ritualmente al menos 24 personas, para obtener la protección de Satanás para su grupo de narcotraficantes y otros más. Constanzo, muerto el 6 de mayo de 1989, a pedido de él mismo y mientras la policía rodeaba su departamento en el D.F., enseñaba que comer el cerebro y beber la sangre de las víctimas de los sacrificios humanos, hubiera vuelto invencibles a los narcotraficantes. Así, en este tercer tipo de satanismo ácido, los narcos fundan sus sectas personales para obtener protección mágica. Pero éstos son criminales y, en sus manos, los cultos devienen mucho más violentos, verificándose una peligrosa mixtura de criminalidad y primitivismo religioso.

48 Borrego, Salvador; Op. cit.; p. 103.

49 Ibídem; p. 104.

50 Balducci, Corrado; Op. cit.; p. 136.


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Volviendo a México, se han dado aquí más casos semejantes al de Constanzo, publicitados en países extranjeros, como lo fue el de Olayo Soto, quien sacrificó a dos de sus hijos, y además confesó haber inmolado a su propio hermano al dios demoniaco, por haberse negado a cultivar marihuana.51 El tercero de los sustitutos que hemos seleccionado, que se usan para llenar el vacío posmoderno, es el relativo a los viajes. Estos conforman una de las tres funciones del ocio, el cual ha sido definido por Dumazedier,52 como el conjunto de ocupaciones a los que el individuo puede entregarse voluntariamente para descansar, para divertirse o para informarse desinteresadamente, tras haberse liberado de sus obligaciones profesionales, familiares o sociales. Precisamente es en esta definición donde se encuentran las tres funciones del ocio, entre las cuales destacan los viajes, que son estimados como diversión para liberar del tedio, como búsqueda del complemento o de compensación o de huida por entretenimiento, por evasión hacia un mundo contrario al de todos los días, por cambios de lugar. Y yendo a lo más específico, el turismo representa esta segunda función del ocio, que se manifiesta por experiencias de dilatación del entorno o experiencias de esparcimiento por cambiar de lugar, por medio del viaje.53 Este tipo de ocio y diversión actúa en extensión, y distiende en nivel superficial; en consecuencia, dispersa al oponerse al recogimiento, que es propulsión hacia lo profundo; sitúa al hombre a un nivel en que sólo es posible la defección y la amargura. Pues como toda entrega obsesiva a la diversión relaja el sentido de lo profundo, lo originariamente cualitativo, dejando al hombre nacido para el valor, en situación de desamparo.54 4.3. Pasotismo: desencanto por la vida, neorromanticismo. El término «pasotismo» es usual quizá en España, y significa el sentimiento de desengaño, de desilusión, de desencanto por la vida, que se traduce por la falta de deseo de compromiso.55 Es posible que en México asuma el significado de «valemadrismo», es decir, de indiferencia o desinterés ante la necesidad o extrema urgencia del prójimo. En cuanto a la época postmoderna que estamos soportando, la postmodernidad desencantada está acentuando el escepticismo o indiferencia frente a las injusticias y atropellos contra la persona. Por eso, lo que se presenta como postmodernidad sin sujeto, no es tal, sino una postmodernidad hinchada del «yoismo», más bien neorromántica, pues el neorromanticismo hipertrofia al yo. Los románticos, según Carlos Díaz,56 eran especialistas de la depresión, el desencanto, la melancolía, porque se confía mucho en sí mismo e hipertrofia el yo. El romántico exigirá mucho de la realidad, hecho bien visible en su famoso afán de gloria; pero, exigir mucho dista un paso de exigir demasiado, y no será difícil que tal paso se dé. Lo mismo que el idealismo y el materialismo, también el romanticismo es una manifestación de presunción racionalista, por falta de sentido de la realidad. En todo materialista —de alguna manera— se oculta un romántico. Desprecia desde luego, el espíritu frío, romo y metódico de los demás; pero lo posee en cantidad suficiente para incurrir en la misma presunción, con los mismos medios. El romanticismo no es señal de instintos fuertes sino de un intelecto débil que se odia a sí mismo. Los románticos son todos infantiles, hombres que han permanecido demasiado tiempo siempre niños, sin fuerza para la autocrítica, pero en perpetuas inhibiciones, producto de la oscura conciencia de su debilidad personal y movidos por la idea morbosa de transformar la sociedad, que les resulta demasiado viril, demasiado sana y demasiado sobria; no desde luego, con cuchillos y pistolas, como en Rusia, sino con noble palabrería y teorías poéticas.57

51 Ibídem; p. 137.

52 Dumazedier, Joffre; Realidades del Ocio e ideologías. Ocio y Sociedad de Clases; Fontanella Ediciones; Barcelona: 1971; p.p. 13 - 17.

53 Villaseñor Dávalos, José Luis; Derecho Mexicano del Turismo; Editorial Harla, S. A. de C.V.; México: 1992; p. xxiii.

54 López Quintas, Alfonso; Diagnosis del Hombre Actual; Ediciones Cristiandad; Madrid: 1966; p. 52.

69 55 Val, Juan Antonio del; Op. cit.; p. 146.

56 Díaz, Carlos; Op. cit.; p. 45.

57 Spengler, Oswald; Años Decisivos; Editorial Nuevo Orden; 4a. Edición; Buenos Aires, Argentina: 2003; p. 17.


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4.3.1. Acentuación del escepticismo.

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Por lo que corresponde al escepticismo, tiene dos vertientes: por un lado, es consecuencia de una educación puramente experimental que olvida la dimensión filosófica y trascendente de la vida, y por otro lado, una filosofía tan en boga como la analítica del lenguaje, no es capaz de conducir a la trascendencia de Dios ni del hombre mismo como espíritu, por la sencilla razón de que carece de metafísica.58 Otro efecto atroz del escepticismo es el sustituir al dogmatismo, sustitución realizada dentro de los mismos dogmáticos, es decir, que los mismos ex−dogmáticos son ahora escépticos, y así toda queda —de cierto modo— en familia. Así, no hay fe más exigente y rígida que el escepticismo, sobre todo para los nuevos conversos, que condenan jubilosos a quienes proponen alguna esperanzadora reforma al orden social o a la injusticia reinante, pues ahora no ven más que autoritarismo y ambición. De tal manera, uno de los más lamentables «cálculos» en la historia del pensamiento, fue el de los dos que pretendieron laicizar la escatología cristiana para sustituirla por referentes intramundanos, pues Carlos Díaz59 pregunta, y con razón: ¿Qué pasó con los paraísos marxista y positivista? ¿Quién asienta al superhombre nietzscheano con sus tres Dionysos? Contesta el autor citado, empezando con el primer paraíso, es decir, el marxismo, que luego de producir abundante marxiología, devino en Kremlinología y burocracia; el positivismo, no contento con entronizar a la razón como deidad, vio cómo ésta degeneraba en racionalidad, hasta que finalmente, a su vez —baile de las tres metamorfosis—, la ética devino en dietética, la antropología en trofología, y la teología, en teofobia o ateología —sin contar la psicología, que ahora, sin la «p» y con permiso de la Real Academia de la Lengua, deviene en sicología o ciencia del higo, si hacemos caso a las etimologías. Aún más, si nos dejamos llevar por la mercadotecnia supermoderna, se ha convertido —con perdón de los psicólogos— en ciencia del condón; y el nihilismo, incapaz de anidar en nada, propuso toda una nada como alternativa frente al todo que, no contento con situarse por cuenta propia «más allá del bien y del mal», se afinaba como nueva metafísica, más allá de la realidad física misma.

58 Sayés, José Antonio; Op. cit.; p. 395.

59 Díaz, Carlos; Op. cit.; s. p.

4.4. Vuelta a lo sagrado: tres direcciones. El hombre contemporáneo al sentir hambre y sed de la trascendencia, de lo divino, de lo firme y bello, de lo seguro y noble, tiene necesidad de Dios. Quiere regresar a lo sagrado. Esta vuelta a lo sagrado se realiza hoy en tres orientaciones o caminos diferentes, a saber: 1.

Por la proliferación de sectas y «nuevos» movimientos religiosos, nuevas religiones a cuál más variadas y esotéricas 2. La New Age o neopaganismo, con su carga de relativismo 3. Nueva Evangelización.60 A la mayoría de los arreligiosos, a los hombres sin religión, no se ve que estén liberados de un comportamiento religioso, de teologías o de mitologías. A veces los aturde, como diría Mircea Eliade,61 una algarabía mágico-religiosa, pero degradada hasta la criatura, y por lo cual difícilmente reconocible. El proceso de desacralización de la existencia humana ha desembocado en formas híbridas de magia ínfima y de religiosidad simiesca. Sin pensar en las innumerables «pequeñas religiones» que pululan en las ciudades modernas, en las iglesias, en las sectas y en las escuelas pseudo−ocultistas, neoespiritua-

60 Val, Juan Antonio del; Op. cit.; p. 147.

61 Eliade, Mircea; Lo Sagrado y Lo Profano; Ediciones Paidós Ibérica, S.A.; Barcelona: 1998; p. 150.


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listas y sedicentes herméticas, pues todos estos fenómenos pertenecen aún a la esfera de la religiosidad, aunque se trate de aspectos aberrantes de oscuromorfosis. En fin, la modernidad pareció disimular, si no ocultar, la pertinencia y relevancia de las cuestiones religiosas. Al final descubrimos —juegos del lenguaje— que quien retorna realmente no es la religión, que nunca se fue, sino que vuelve el interés de la filosofía por la religión. Dicho retorno tiene un carácter de «lectura de síntomas», pues quiere auscultar algo de lo que parece estar sucediendo en el mundo del pensamiento; se ha pasado de un rechazo o minusvaloración de la religión a una atención creciente. Se diría incluso que para pensar la razón hay que pensar la religión. Pero los síntomas no son más que indicios de un posible cambio, pues la sintomática puede enunciar tanto el conocimiento de un gran río como la aparición de un arroyuelo. La racionalidad actual ofrece nuevas dificultades a la religión.62 Por lo pronto, como decía Henry de Lubac:63 «cuando lo sagrado está en todas partes ya no hay nada sagrado en ningún lugar». Parece una paradoja, pero a menudo es verdad, pues ocurre que en el trascurso de la existencia de un alma consagrada, inmersa en lo sagrado, ésta acaba por no encontrar espacio para lo sagrado ni en su interior ni en su devenir, si no tan sólo en la carrera. Lo sagrado y lo profano se distinguen por un rompimiento de nivel. Esta ruptura se comprende a partir de la diferenciación entre la vida cotidiana, entendida como vida intramundana. La irrupción de lo sagrado en la vida intramundana le confiere un orden superior que afecta la existencia de una manera definitiva, total y última. Esta ruptura se expresa en algunas manifestaciones religiosas de diferente índole, las cuales J. M. Velasco64 agrupa en cuatro categorías:

62 Mardones, José María; Síntomas de un retorno. La Religión en el Pensamiento Actual; Editorial Salterrae; Santander, España: 1999; p. 10. 63 Los Milenarios; Op. cit.; p. 254.

71 64 Sánchez Carrión, Miguel Ángel; Op. cit.; p. 11.

1. La experiencia de lo numinoso —misterio tremendo y fascinante— 2. Los ritos de la iniciación, como paso de la vida natural a una nueva en el ámbito de lo sagrado 3. La conversión y la iluminación —ritos de iniciación—, tal conversión está ligada a las religiones proféticas, mientras que la iluminación se vincula a las religiones de carácter místico como el Budismo 4. Los tabúes y la sacralidad. Lo sagrado es al mismo tiempo santo y maldito, puro y manchado. Por eso el hombre adopta ante su presencia como actitud ambivalente que sorprende y le horroriza, le fascina y le aterra. Sin embargo, estas manifestaciones no constituyen el elemento determinante del ámbito de lo sagrado, más bien son expresiones que patentizan la ruptura de nivel que permite distinguir lo sagrado y lo cotidiano.65 Según Antonio Velasco Piña,66 el año de 1992, Octubre 11 en México, significó otro avance en el cambio que conduce al retorno de lo sagrado, por la realización de rituales enmarcados de una conciencia planetaria y ecuménica, que es la principal característica de la New Age, ya que corredores provenientes de Alaska y Machu Pichu convergieron en Teotihuacan. Y a nivel personal, la simple tarea de preparar el té, se transforma en un auténtico ritual..., la cocina convertida en santuario, musitando Aves Marías y Mantra Tibetano; dicha sacralidad se pondrá de manifiesto en todas las actividades de la vida ordinaria, pues esta sacralización de la vida cotidiana es la que constituye la peculiaridad distintiva de las etapas sagradas de todas las culturas.

65 Ibídem; p. 12. 66 Velasco Piña, Antonio; El Retorno de lo Sagrado; Editorial Grijalbo, S.A. de C.V.; México: 1997; p. 111.


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4.4.1. Sectas y movimientos religiosos.

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El ritmo creciente de sectas e iglesias que invaden América Latina es verdaderamente impresionante, su aumento se estimaba hacia finales de los años 90’s del siglo pasado, en 11 % anual de la población de aquel territorio. El comparativo histórico de los no católicos en América Latina era, en los inicios del siglo XX, de 50 mil, a finales de tal siglo ascendió a 40 millones. Se estima que por cada día hay un promedio de 8 mil católicos latinoamericanos que se hacen protestantes en su variedad de sectas.67 En cuanto a México, se sabe que el 8% de la población a finales de los 90’s del pasado siglo se declaró protestante. Cerca de dos y medio millones de mexicanos se confesaba pertenecer a alguna de las 185 sectas que actuaban en el país. Su estrategia consistía y sigue consistiendo en desprestigiar a la Iglesia Católica. Así por ejemplo, para ello la fundación Alexander Janssen destinó —en aquellos años— 25 millones de dólares para imprimir libros de doctrinas protestantes, cuyos destinatarios eran y son los hogares mexicanos;68 independientemente de la fabulosa fortuna de ciento de millones de dólares que le redituó a las «sectas» la venta de la novela El Código da Vinci, del autor Dan Brown. Dentro de ese universo sectario no van a la saga las sectas de corte satánico que oscilan entre mínimos y máximos exagerados; sin embargo, se puede constar la existencia preponderante de este tipo de grupos demoniacos en U.S.A., donde se estiman entre un millón y 10 millones el número de adeptos. Así, particularmente se confirman 20 mil sólo en San Francisco; 10 mil en Chicago. Además, 250 mil en Francia, integrados en 150 sectas; en España ascienden a más de tres mil; y en Italia, se sabe que existen los llamados «seminarios negros», que son escuelas de formación de sacerdotes y sacerdotisas de Satanás.69 Son muchas las causas que los demonólogos le atribuyen al satanismo contemporáneo; coinciden en señalar —entre otras— a la profunda crisis de principios y valores religiosos y éticos, crisis agravada por el permisivismo, por el consumismo y el laicismo, promovidos a veces por no pocos gobiernos occidentales. Añádase la fascinación por lo oculto, el afán de evasión de lo ordinario y rutinario; el incremento de los desequilibrios psíquicos, la necesidad de venganza; la novedad y el afán de sensaciones nuevas; sobre todo el irracionalismo y la explosión del sentimiento religioso. Destaca además, el acostumbramiento a lo satánico por medio de la música rock’n roll, los videojuegos con elementos esotéricos y demoniacos e iniciadores de ocultismo y en la magia. En todo este clima, cuaja fácilmente el satanismo como medio de evasión de lo religioso tradicional, como contracultura y contra−religiosidad, como recurso para obtener sensaciones fuertes e inexperimentadas anteriormente.70

67 Zanuso, Hermenegildo P.; Iglesias y Sectas en América Latina. Son desviaciones de la fe católica; Librería Parroquial de Clavería; 2.ª Edición; México: 1989; p. 5.

68 Baduí Dergal, Julio; Las Sectas: Movimientos Religiosos, Herejías y Cismas; Editorial Minos, S.A. de C.V.; 2.ª Reimpresión; México: 1998; p.p. 12 - 13.

69 Guerra, Manuel; Diccionario Enciclopédico de Sectas; b.a.c.; Madrid: 1999; p. 89.

70 Ibídem; p. 86.

4.4.1.1. La aldea global. En la década de los 90’s del siglo pasado irrumpe la globalización, que puede caracterizarse como un mundo en busca de modalidades de desarrollo económico que, aunado al crecimiento acelerado de las nuevas tecnologías, transformaron los modos de producción. Cualquier trabajo intelectual o de servicios podía desplazarse, surgiendo una «pseudo nueva economía» dedicada a la información y a la producción virtual, pero sujeta a las mismas estructuras de las demás empresas, a menudo como óbice del neomarxismo, que implicaría —como le es típico— una explotación mayor de los asalariados. Y, en este contexto nuevo globalizado, despliegan su poder las sectas, manipulando las carencias creadas progresivamente por la sociedad.71 Con motivo de tal «progreso», ya se ha puesto también de moda, la triste expresión «aldea global»,

71 Fournier, Anne y Picard, Catherine; La Falsa Espiritualidad y la Manipulación de los Individuos. Sectas, democracia y manipulación; Editorial Paidós Ibérica, S.A.; Barcelona: 2004; p. p. 20 y 23.


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expresión que está en vías de realización. Por ello, expresa el escritor español Joaquín Bochaca,72 es que el gran «Dada» de la globalización intelectual es el dogma de la igualdad; pero la tozuda realidad es que la igualdad es una idea, mientras que la desigualdad es un hecho. Y los hechos, decía Pascal, citado por aquel escritor, son tozudos, pues toda la escritura globalizadora pretende imponemos la idea de la denominada «aldea global». Los teorizantes de esta entelequia tienen asignada una misión narcotizante, destinada a los pueblos que directa o indirectamente les paga su miserable pitanza —ración alimenticia—, pues su trabajo consiste en hacer aceptar por los más, la idea de un mundo y una humanidad globales. En realidad, la globalización o mundialización es —a corto o mediano plazo—, la interdependencia o imbricación de las economías de todos los países, comenzando por el factor financiero, que domina la esfera económica; pero también es la uniformización general a todos los niveles: social, cultural, racial.73

72 Bochaca, Joaquín; El Descrédito de la Realidad o La Dimensión Desconocida; Ediciones Cerro Manquehue, S.A.; Santiago de Chile: 2004; p. 176.

73 Ibídem; p. 175.

4.4.2. La New Age (N. A.) o Nueva Era. Este vocablo —como expresión conceptual— es un término polisémico que «designa una espiritualidad difusa para un hombre vacío y como tal, un mito globalizante fundando en las mancias, el ocultismo y el pensamiento gnóstico». Si partimos de unos tantos de sus fundamentos que, como vimos en el numeral 4.2.1., su autora, Mme Blavatsky, desnaturalizando el Evangelio de San Juan, establece como centro de su culto a Satanás, predicando que éste es el verdadero dios, pero invertido: «Demon deus inversus est». Además, una de sus brillantes discípulos, Annie Bessant, confesó que uno de los propósitos del teosofismo era «combatir ante todo a Roma y a sus sacerdotes, arrojar del cielo a Dios y barrer de la tierra al Cristianismo». En suma, que Satanás esté presente aquí, revestido como ángel de luz. Sin embargo, el escritor Mauricio Carlavilla aclara que el teosofismo ha repetido la noción de dios invertido que así lo defino antes el kabalismo, para referirse al demonio. Tal definición es inexacta en cuanto al sujeto, o sea el Demonio, éste no es Dios, ni siquiera invertido al revés, que por su voluntad y estado pretende serio, y hasta objetivamente o efectivamente resulta de ese Deus Inversus Kabalístico y teosófico; Satán a la inversa que Dios, logra con el asentimiento del hombre —al igual que Dios—, hacerlo a su imagen y semejanza en su obra terrena y —también como Dios—, con el humano asentimiento y en virtud de su desgracia —como Dios con su gracia—, consigue su infortunio eterno. Lo radical, esencialísimo y trascendente de la posesión diabólica es trasformar el poseso en imagen de Satanás. La sociedad teosófica fundada por los principios que se acaban de reseñar, constituye la base principal de la Nueva Era, la cual representa un reservorio muy basto de potenciales adoradores del Demonio, ya que proclama entre, otras cosas, una sola religión universal, la que tiene como dios a Lucifer y como su Mesías a un tal señor Maitreya, que vive o vivía en Londres, a donde llegó de la India, desde Nueva Delhi, el 19 de julio de 1977. Tal movimiento, estima Corrado Balducci, es una verdadera epidemia, tanto en el campo religioso como en el político. Por su parte, Carl Raschke, profesor de la Universidad de Denver, U.S.A., denomina al mismo movimiento «el sida espiritual». Los representantes más conspicuos de la Nueva Era, como son David Spengler y Alice Bailey, han declarado que es Lucifer quien dio vida (?) a tal movimiento. Spengler ha sido un líder eminente del movimiento N. A.; además, por varios años codirector de la Fundación Findhorn, que en conjunción con el Instituto Esalen, de Big Sur California, son los centros espirítales de ese movimiento. En especial Findhorn, ha sido —según Spengler—, la luz de Lucifer que ha de iluminar al mundo. Sin embargo, el centro oculto de propaga-

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ción del movimiento es el Lucis Trust; originalmente instituido como Lucifer Publishing Company —Sociedad Editorial de Lucifer. El Trust de Lucifer tiene además otras acciones para contribuir a la construcción de un mundo nuevo, como es el World Goodwill (Solidaridad Mundial) y la Escuela Arcana, la cual ofrece cursos por correspondencia sobre la enseñanza de la Nueva Era. Esta renovación religiosa que revela al racionalismo como concepción del Universo, contiene ante todo la posibilidad de la génesis de nuevas religiones: Las almas fatigadas, cobardes y seniles, quieren huir de esta época y refugiarse en algo que, por la singularidad de sus doctrinas y sus usos, las meza en el olvido. El «credo quia absurdum» está de nuevo en auge, dice Oswald Spengler. El absurdo de la historia y la crueldad de la vida no proceden de las cosas mismas, si no de un enfermo pensar sobre ellas. Es el juicio aniquilador sobre el valor y la fuerza del alma propia. Una visión profunda del mundo no ha de estar forzosamente anegada en lágrimas.74 Para Joseph Ratzinger, la nueva fundamentación de la religión se efectúa por vía pragmática, con tonalidades bien éticas, bien políticas. Pero hay una respuesta conscientemente anti−racionalista ante la experiencia de «todo es relativo»; una respuesta que se sintetiza bajo el título que abarca muchos niveles de la New Age. La salida del dilema de la relatividad se basa en la superación del sujeto, al igual que la antigua gnosis, cuyo camino tiene conciencia de hallarse en armonía con lo que la ciencia enseña, pretendiendo con ello utilizar conocimientos científicos de toda índole, y al mismo tiempo ofrece un modelo —enteramente anti−racionalista— de religión, una mística moderna: no hay que creer en absoluto, hay que experimentarlo; Dios no es una persona que se halle frente al mundo si no que es la energía intelectual que domina en todo. La religión significa la identificación de mi yo con la totalidad cósmica, la superación de todas las separaciones... La ratio, la razón —objetivamente, nos dice la N. A.—, nos obstaculiza el camino para llegar al misterio de la realidad; el ser nos separa de la plenitud de la realidad cósmica, destruye la armonía de la totalidad, y es la verdadera razón de nuestra irredención. La redención consiste en la eliminación de los límites del yo, en el sumergirse en la plenitud de lo vital, es el retorno al todo. Se va buscando, el éxtasis, la embriaguez de lo infinito que se efectúa en música embriagadora, en ritmo, en danza, en el frenesí de la luz y de la oscuridad, en la masa−hombre. Después de la tendencia racionalista y puritana —continua diciendo Ratzinger— de los años 70’s, incluso todavía de los 80’s del siglo x x; hoy en día se experimenta un cansancio de una Liturgia de la Palabra, y se desearía celebrar una Liturgia de Vivencia que muy pronto se acerca a las tendencia de la N. A.; se busca lo embriagador y lo extático, no la «Rationalibus oblatio», el culto divino plasmado racionalmente y conforme al Logos, de la que Pablo habla en Rm 12, 1 —y con él, la liturgia romana. Por último, la N. A., según un notable estudioso, Massimo Introvigne, tiene estructuradas cuatro fases para penetrar en nuestros ambientes, a saber: Cristo sí, iglesia no; muchos de los llamados cristianos se encuentran ya en esta fase. II. Dios sí, Cristo no; aquí entran aquellos que admiten la existencia de Dios y aceptan otras religiones. III. Religión sí, Dios no; aquí se excluye la existencia de Dios y se fabrican ceremoniales religiosos equivalentes. IV. Fase que declara: Sacro o sagrado sí, Religión no; ésta es la Nueva Era propiamente dicha; aunque cada fase se pone en actitud de crítica a la precedente con «sabor a verdad», como sucede con la crítica al materialismo, al desenfreno, por el éxito. I.

74 Spengler, Oswald; Op. cit.; s. p.

Joseph Ratzinger, Benedicto XVI. Actual papa de la Iglesia católica


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Además, si bien cada fase critica a la anterior, lo hace no para volver a la verdad sino para alejarse más. Por ello, la N. A. no es menos peligrosa que los movimientos que le precedieron. Por otra parte, es necesario insistir en que los movimientos representados en aquellas cuatro fases, constituyen un aspecto de agresión externa e interna a la Iglesia Católica. Así, la N. A. está influyendo en el catolicismo, en lo que se llama «Teología de la Autoliberación»; cuyos exponentes principales son: el dominico Mathew Fox y el jesuita hindú Antony de Mello, con su libro «Autoliberación Interior». En fin, tales etapas no aparecen y desaparecen para dar lugar a la siguiente, sino que pueden estar presentes las cuatro simultáneamente.75 Un sector de la N. A. que ha encontrado mayor influencia y recepción es el educativo, en el que los jóvenes y niños son invadidos por medio de un alud de juegos de fantasía, videos, películas, cassettes, historietas, libros y juegos grupales y juguetes. Es por demás muy significativa la relación de la N. A. con organismos internacionales orientados a la educación, como son: la onu, la unesco, El Concilio Mundial de Iglesias, el Club de Roma, la Fundación Rockefeller, la Fundación Ford, la Fundación Trilateral y el grupo Bilderberg.76

75 Ibídem; p. 54 y sigs.

76 Balducci, Corrado; Op. cit.; p. 158.

4.4.3. La Nueva Evangelización con Magisterio de la Iglesia. Evangelizar significa para la Iglesia Católica llevar la Buena Nueva a todos los ambientes de la humanidad y, con su influjo transformar desde dentro, renovar la misma humanidad. La finalidad de la evangelización es —por consiguiente— este cambio interior. Cuando la Iglesia evangeliza, trata de convertir al mismo tiempo la conciencia personal y colectiva de los hombres, la actividad en que ellos están comprendidos, su vida y ambiente concretos.77 La Nueva Evangelización emprendida por la Iglesia enfrenta en la época contemporánea grandes desafíos, como el aumento de la incredulidad en el mundo moderno; el secularismo; las nuevas formas de ateísmo, como el ateísmo antropocéntrico pragmático y militante, que parecen desprenderse de aquel; la civilización del consumo; el hedonismo como valor supremo; la voluntad de poder y de dominio; las discriminaciones de todo género; que constituyen otras tantas inclinaciones inhumanas de este «humanismo».78 Ante tales retos, la Iglesia asume su responsabilidad que parte de la obligación y su derecho a enseñar a todas las gentes, que le viene de su fundador y maestro, que no se funde sólo en ese origen divino, sino que está justificado también por aquel principio de la recta razón, según el cual toca aprender al que ignora y enseñar al que más sabe. «De manera que si la Iglesia no hubiera recibido del Señor este soberano magisterio, todavía estuviera autorizada para ejercerle por el solo hecho de ser la depositaria de los únicos principios que tienen la secreta y maravillosa virtud de mantener todas las cosas en orden y en concierto, y la de poner concierto y orden en todas las cosas. Cuando se afirma de la Iglesia que tiene el derecho de enseñar, esa afirmación es legítima y razonable, pero no es completa del todo, sino se afirma al mismo tiempo del mundo, que tiene derecho ser enseñado por la Iglesia».79 Además, por lo que respecta a la interpretación de la palabra revelada, este oficio de tal interpretación auténtica de la Palabra de Dios, oral o escrita, ha sido encomendada sólo al Magisterio vivo de la Iglesia, el cual lo ejercita en nombre de Jesucristo, es decir, a los obispos en comunión con el sucesor de Pedro, el obispo de Roma. Este Magisterio no está por encima de la Palabra de Dios, sino a su servicio, para enseñar puramente lo transmitido, pues por mandato divino, y con la asistencia del Espíritu Santo, la escuela devotamente, lo custodia celosamente, lo explica fielmente; y de este único depósito de la fe, saca todo lo que propone como revelado por Dios, para ser creído.80 Los destinatarios de la Nueva Evangelización, como dice Juan Pablo II, son: los que no conocen a Cristo, lo cual se designa como «pre-evangelización

77 Juan Pablo II; «Evangelii Nuntiandi». Acerca de la Evangelización del Mundo Contemporáneo; Exhortación Apostólica; Ediciones Dabar, S. A. de C. V.; México: 1996; p. 16.

78 Ibídem; p. 43.

Juan Pablo II 79 Donoso Cortés, Juan; Carta al Cardenal Fornari. El pensamiento Político Hispanoamericano; Ediciones Depalma; Buenos Aires: 1965; p. 541. 80 Santa Sede; Catecismo de la Iglesia Católica; Asociación de Editores del Catecismo; 2.ª Edición; Nos. 85 y 86; Madrid: 1992; p. 31.

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o primer anuncio»; luego, el mundo descristianizado, sobre todo las personas que habiendo recibido el bautismo, viven al margen de toda vida cristiana. También se dirige a los inmensos sectores de los fieles en su fe, que está enfrentada al secularismo o ateísmo militante; es una fe expuesta a pruebas y amenazas, por asfixia o por inanición, si no se alimenta y sostiene cada día. Por tanto, evangelizar debe ser —con frecuencia— comunicar la fe de los fieles.81

81 Juan Pablo II; Op. cit.; p. 40.

4.4.3.1. El magisterio paralelo.

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José Stalin, quien dentro de los ejércitos mejor armados del mundo, temía por encima de cualquier otro al de los fieles bajo el mando del Papa, al percatarse de que la persecución bolchevique contra la Iglesia había tenido hasta entonces resultados escasos, decidió cambiar de táctica: para alcanzar unos efectos más devastadores, era necesario corromperla y desgarrarla por dentro. Los frutos fueron tan abundantes, que las demás organizaciones que todavía difunden y propugnan el ateísmo social en todo el mundo, se han apropiado de la estrategia stalinista.82 Un caso que documenta aquella estrategia es el que relata José Alberto Villasana,83 asunto muy sonado en Francia, de Marie Carré, una enfermera que atendió a una víctima de un accidente automovilístico que murió horas después de ingresar al hospital. El hombre llevaba un maletín con notas e información sobre la forma en que el Partido Comunista lo había comisionado, para entrar al sacerdocio y agitar a la Iglesia desde dentro. La enfermera publicó los documentos en el libro «A A-1025. Las memorias de un anti− apóstol». Tal libro contiene: el relato de la época que pasó tal individuo en el seminario, a principio de los años 40’s del siglo pasado; información sobre el plan sistemático para socavar a la Iglesia; el asesinato de un Obispo polaco que descubrió el plan; la lista de templos cerrados en Rusia; datos sobre la infiltración de sacerdotes en altos puestos de la Iglesia; el objetivo de reducir todas las religiones a una sola universal; la red de escritores que promovían tales puntos de vista. Cuando ese hombre fue reclutado, era el número 1025 de un programa que enviaba seminaristas a todo el mundo. En Polonia se configuró una red de espionaje y sabotaje llamada pa x, misma que fue denunciada por la jerarquía católica polaca en un memorando de once puntos enviado a la Santa Sede, que lo remitió el 6 de Junio de 1963, a toda la jerarquía católica de Francia. En este documento se advertía que la pa x no era un movimiento de católicos progresistas como se quería hacer creer, sino una red de infiltración, espionaje y sabotaje, que además estaba actuando en varias naciones de cultura católica en el mundo occidental, principalmente en Francia, a través de diversas instituciones y publicaciones. El responsable de tan vasta operación fue Boleslaw Piasecki, un destacado espía al servicio de los nazis, que al ser atrapado por los soviéticos logró salvar la vida comprometiéndose con el general Serov, jefe de los servicios secretos rusos, a dirigir el espionaje contra la Iglesia en varias naciones europeas y durante el Concilio Vaticano II. Los frutos fueron la aparición de la Red idoc, que operó la desinformación del Concilio a nivel mundial, y coordinó la red mundial de publicaciones que surtían la documentación que pronto quedó identificada como el «magisterio paralelo», que buscaban la coexistencia pacífica entre la Iglesia y el Estado, y tenían concedido, además, el monopolio de la edición y venta de todo tipo de publicaciones, artículos de culto religioso, y un diario (Slowo Powszechene) que creaba enormes confusiones entre los católicos.84 La jerarquía en Polonia —encabezada por el Cardenal primado Stephan Wyszynski, Arzobispo de Varsovia y Arzobispo de Cracovia, Karol Wojtyla, luego Juan Pablo II— cerró filas, y entonces vino el sutil reclutamiento de clé-

82 Los milenarios; Op. cit.; p. 258. 83 Villasana Munguía, José Alberto; Entre el Caos y la Esperanza, Contracultura y convulsiones mundiales a inicios del Tercer Milenio; Editorial Diana, S. A. de C. V.; México: 2000; p. 92.

84 Müggenburg, Federico; Fuerte Coletazo de la Red Pax en Polonia; <http://www. coparmex.org.mx/upload/bibVirtualDocs/ RS156%2015ENE07%20FUERTE%20 COLETAZO%20DE%20LA%20RED%20 PAX%20EN%20POLONIA.pdf>; p. 1.


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rigos jóvenes ambiciosos, que operaron como espías informantes. También en la Universidad de Lovaina y en el Instituto Católico de París se reclutaron becarios latinoamericanos, que pronto asimilaron los esquemas del progresismo, que consideraban compatibles el cristianismo y el marxismo, dando luego forma a lo que se conoce como «teología de la liberación», sostenida, entre otros, por Silva Enríquez, Hélder Pessoa Câmara, Marcos Gregorio McGrath y Sergio Méndez Arceo, de México. Además, aquí se impulsaron centros de información como el cidoc de Iván Illich —en Cuernavaca—, y el Centro de Reflexión Teológica de Recife, Brasil, quienes colocaron entonces sus piezas claves en el celam.85

85 Ibídem; p. 2.

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Así hablaba Zaratustra: Crónica de la muerte de Dios o el bluff del superhombre «Pero cuando Zaratustra quedó solo, habló así a su corazón: ¿será posible? ¡Ese santo anciano no ha oído aún, en su bosque, que Dios ha muerto!» —Nietzsche 78 Gustavo Herná ndez Licenciado en Filosofía por el iest, con estudios de Literatura por la Universidad Iberoamericana de Puebla. Profesor universitario en el iest, donde actualmente cursa la Maestría en Gestión del Capital Humano.

1  Cfr. Urdanoz, Teófilo; Historia de la Filosofía VIII; BAC 2ª Ed; Madrid MCMXCV III; p. 503.

2  Cfr. Nietzsche, Friedrich; Así Hablaba Zaratustra; Porrúa 8ª Ed; México 2002; p. IX. 3  Cfr. Nietzsche, Friedrich; Así Hablaba Zaratustra; Porrúa 8ª Ed; México 2002; p. 149. 4  Nietzsche, Friedrich; Así Hablaba Zaratustra; Porrúa 8ª Ed; México 2002; p. 5.

Quien haya viajado un poco más allá de los clásicos y trillados textos de los usureros del pensamiento literario y de los robustos libros «de venta en Sanborns», habrá —al menos— contemplado la silueta de los inmensos bigotes de Nietzsche asomados por cualquier librero. Asimismo, quien haya notado dicha figura se habrá topado con el paradigmático mito del «anticristo» que se desprende del nombre de aquel alemán que proclamó la tan manoseada consigna: Dios ha muerto. Así hablaba Zaratustra no es la excepción, menos aún si recordamos que hay quien precisa que la obra de Nietzsche es solamente una, pero escrita de modos diferentes¹. El libro nos presenta al Nietzsche apasionado que descarga todas sus emociones en un texto. Un escritor asistemático —pero estructural— que vierte en cada texto un grito de reclamo a una sociedad pietista²: un grito de rebelión diseminado en las cuatro partes que lo conforman, iniciando con los discursos de Zaratustra, quien es en Nietzsche, el profeta³ que proclama y anuncia la idea del Superhombre, y que a lo largo de más de doscientas hojas (como buen filólogo) va utilizando un perfecto arsenal de simbolismos y alusiones literarias que redundan en la supremacía del hombre y en ese renacer que, según el personaje central de la obra, deben tener los más fuertes: «Yo os anuncio al Superhombre. El hombre es algo que debe ser superado. ¿Qué habéis hecho para superarle? […] ¡Yo os exhorto hermanos míos […] a no dar crédito a quienes os hablan de esperanzas supraterrenales!».⁴


Junio 2011, número 8

Entre las líneas, poemas y aforismos que tejen el libro, encontramos lo que es quizá la herencia más grande que Nietzsche ha legado a la humanidad, la idea de un hombre que debe abandonar su tradicional escala de valores e «ir más allá», pues «Es inmundo bendecir cuando nos maldicen»5: La propuesta de una nueva escala de valores en la que el poder está por encima de todo, y donde lo que se entendía como bueno deja de entenderse así para comprenderse como lo más vil. Los valores son invertidos. En medio de un mundo que no se arrepiente —ni se avergüenza de sus crímenes—, no es difícil adivinar la influencia que el alemán del enorme mostacho —que falleció el 25 de agosto de 1900 sin haber recobrado la razón—, ha tenido en términos reales a lo largo de la historia; tampoco es difícil adivinar su permanencia en los libreros de investigadores, críticos y lectores bien educados; y mucho menos difícil es encontrarlo en los supuestos «argumentos» de algunos individuos que, agobiados por alguna pena jamás resuelta, usan sus textos como estandarte para insultar a la religión o autoproclamarse «superhombres», ya sea por conflictos emocionales o simplemente por el bluff que otorga el «sepultar a Dios». Sin embargo —y aunque estos desinformados ateos lo nieguen—, surgen entre las paredes del supuesto ateísmo del filósofo, extraños vestigios como:

Friedrich Wilhelm Nietzsche

«¡Todos los riachuelos de mis lagrimas Corriendo van a ti! ¡Y de mi corazón la postrer llama arde por ti! ¡Oh, vuelve a mí, mi Dios Desconocido! ¡Mi Dolor! ¡Mi última dicha!»6 En Nietzsche, detective de bajos fondos, de Jorge Manzano, publicado en 2002 por la Universidad Iberoamericana, Mauricio Beuchot describe que Nietzsche es —presentado por el autor— como «alguien que aprecia la virtud en su justa medida, en su equilibrio, pero ataca la hipocresía y la virtud fingida». Más adelante subraya que «no sólo respeta la vida, la promueve». Y finalmente Beuchot concluye: «Yo no sé si algún día Nietzsche será canonizado (o tal vez eso sería contrario a su espíritu irónico); pero lo que sí sé es que, al unir a Dionysos y a Cristo, Nietzsche operó una hibridación, un mestizaje, una acto analógico que nos dejará meditando mucho tiempo»7 y, en efecto, el espectro del Nietzsche es un virus que se adapta a las condiciones de la historia y que promete no ser olvidado, al menos durante largos años.

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5  Nietzsche, Friedrich; Mas allá del bien y del mal-Genealogía de la moral; Porrúa; México, 1987; p. 55. 6  Nietzsche, Friedrich; Más allá del bien y del mal-Genealogía de la moral; Porrúa; México, 1987, p xii: El verso citado aparece en el prólogo Op. Cit. Escrito por Johann Fischl quien concluye: «¿Son tal vez sus blasfemias una oculta declaración de amor? ¿Se burla porque querría creer y no puede? ¿Descansa tal vez con razón junto al muro de la Iglesia, en que se rompen las oraciones y cánticos de los creyentes?». También a este hombre trágico se le pueden, sin duda, aplicar las palabras de Harnack: «El que una vez ha sentido el paso de Cristo por su alma, no lo pierde ya nunca del todo.» 7  Manzano, Jorge; Nietzsche, detective de bajos fondos; Universidad Iberoamericana, a.c. 1ª Ed. 2002; México, 2002 p. 10.


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