Los nuevos datos lo confirman
Los incendios forestales están empeorando
Los nuevos datos sobre los incendios forestales confirman lo que tanto temíamos, los incendios forestales se están expandiendo, quemando ahora casi el doble de la cobertura arbórea que se perdió por causa de incendios hace 20 años
Con los datos de un nuevo estudio desarrollado por investigadores de la Universidad de Maryland, calculamos que los incendios forestales de la actualidad resultaron en más de 3 millones de hectáreas de pérdida de cobertura arbórea al año comparado con el año 2001 (un área del tamaño de Bélgica).
Esto equivale a más de una cuarta parte de toda la pérdida de cobertura arbórea de los últimos 20 años.
De hecho, el 2021 fue uno de los peores años para los incendios forestales desde principios de siglo, puesto que provocó una pérdida de cobertura arbórea alarmante de 9,3 millones de hectáreas a nivel mundial (más de un tercio de toda la pérdida de cobertura arbórea ocurrida ese año).
Las pérdidas que no fueron causadas por incendios pueden ocurrir por una tala mecánica para la agricultura y explotación forestal, así como también por causas naturales, como el daño por vientos y ríos sinuosos. El promedio variable de tres años puede representar una imagen más exacta de las tendencias de los datos debido a la incertidumbre en las comparaciones entre los años. Todas las cifras se calculan con un 30 % de densidad de dosel de cobertura arbórea mínima.
Por qué empeoran los incendios forestales
El cambio climático probablemente sea un factor importante en el aumento de la actividad de incendios. En la actualidad, es 5 veces más probable que ocurran olas de calor extremo comparado con hace 150 años, y se espera que aumente su frecuencia a medida que el planeta continúa calentándose.
Las temperaturas más cálidas secan el paisaje y crean el ambiente perfecto para que ocurran incendios forestales más extensos y frecuentes. Esto, a su vez, genera mayores emisiones producidas por los incendios forestales, lo que agrava el cambio climático y contribuye a generar más incendios como parte de un ciclo de retroalimentación entre el clima y los incendios.
Este ciclo de retroalimentación, combinado con la expansión de las actividades humanas como la agricultura en las áreas forestales, es un factor importante en el aumento de la actividad de incendios que vemos en la actualidad, como los recientes incendios récord en Francia y otras partes de Europa.
Aquí puede ver algunos de los lugares más afectados por los crecientes incendios forestales, de acuerdo con los datos más recientes. Los incendios agravados en bosques boreales amenazan con liberar importantes emisiones de carbono del suelo
En las últimas dos décadas, la mayor parte de la pérdida de cobertura arbórea relacionada con incendios (aproximadamente el 70 %) se produjo en las regiones boreales. Aunque los incendios son una parte natural del funcionamiento ecológico de los bosques boreales, la pérdida de cobertura arbórea relacionada con incendios aumentó a una tasa de 110 000 hectáreas (3 %) al año en los últimos 20 años, lo que equivale a la mitad del aumento global total. Es probable que el aumento de la pérdida de cobertura arbórea relacionada con incendios en los bosques boreales se deba al hecho de que las regiones norteñas de alta latitud se están calentando a una velocidad mayor que el resto del planeta. Esto contribuye a temporadas de incendios más prolongadas, incendios más frecuentes e intensos, y mayores áreas quemadas en estas regiones.
Pérdida de cobertura arbórea anual causada por incendios por dominio climático, 2001-2021
Todas las cifras se calculan para un mínimo de 30 % de densidad de dosel de cobertura arbórea.
Por ejemplo, en 2021, Rusia sufrió una impresionante pérdida de cobertura arbórea de 5,4 millones de hectáreas a causa de incendios, la cifra más alta en los últimos 20 años y un aumento del 31 % con respecto al 2020.
Esta pérdida sin precedentes se debió, en parte, a las olas de calor prolongadas que hubiesen sido prácticamente imposibles sin el cambio climático provocado por los humanos.
Esta tendencia es preocupante, puesto que los bosques boreales son uno de los depósitos de carbono terrestre más importantes del planeta, donde se almacena gran parte del carbono bajo tierra, inclusive el permafrost.
Históricamente, este carbono quedaba protegido de los incendios naturales que sucedían con poca frecuencia.
Sin embargo, los cambios en el clima y la actividad de incendios están derritiendo el permafrost, lo que genera que el carbono del suelo sea más vulnerable a los incendios.
Estas dinámicas forestales cambiantes podrían convertir a los bosques boreales, que son actualmente un sumidero de carbono (un área que absorbe más carbono de lo que emite), en una fuente de emisiones de carbono
Los incendios forestales boreales emiten grandes cantidades de carbono a la atmósfera principalmente a través de la combustión de materia orgánica del suelo. Durante cada incendio, una porción de este suelo debajo de la capa quemada puede escapar de la combustión, lo que lleva a una acumulación neta de carbono en los bosques durante múltiples eventos de incendio.
El calentamiento climático y la sequía han provocado incendios forestales más graves y frecuentes, que amenazan con cambiar el balance de carbono del ecosistema boreal de la acumulación neta a la pérdida neta, lo que resulta en una retroalimentación climática positiva.
Esta retroalimentación ocurrirá si el carbono orgánico del suelo que escapó de la quema en incendios anteriores, denominado "carbono heredado", se quema. Aquí utilizamos la datación por radiocarbono del suelo para evaluar cuantitativamente la pérdida de carbono heredada en los incendios forestales de 2014 en los Territorios del Noroeste de Canadá.
No encontramos evidencia de la combustión de carbono heredado en bosques que eran más antiguos que el intervalo histórico de retorno de incendios de los bosques boreales del noroeste.
En los bosques que estaban en paisajes secos y con menos de 60 años en el momento del incendio, se quemó el carbono heredado que había escapado de la quema en el ciclo de incendios anterior. Estimamos que 0,34 millones de hectáreas de bosques jóvenes (<60 años) que se quemaron en los incendios de 2014 podrían haber experimentado la combustión de carbono heredada.
Esto implica un cambio a un dominio del ciclo del carbono en el que estos bosques se convierten en una fuente neta en lugar de un sumidero de carbono a la atmósfera durante incendios consecutivos.
A medida que los incendios forestales boreales continúen aumentando en tamaño, frecuencia e intensidad, el área de bosques jóvenes que experimentan combustión de carbono heredada probablemente aumentará y tendrá un papel clave en el cambio del balance de carbono boreal.
Bomberos combaten un incendio forestal en Barnaúl, Rusia, en 2021. En el 2021, Rusia perdió 5,4 millones de hectáreas de árboles por incendios forestales, la pérdida relacionada con incendios más alta registrada en el país en los últimos 20 años.
La expansión agrícola y la degradación forestal aumentan los incendios en los bosques tropicales
A diferencia de los bosques boreales, los incendios capaces de reemplazar masas forestales no son una parte habitual del ciclo ecológico de los bosques tropicales. Sin embargo, los incendios igualmente están aumentando en esta región.
En los últimos 20 años, la pérdida de cobertura arbórea a causa de incendios en los trópicos aumentó a una cifra aproximada de 36 000 hectáreas (alrededor del 5 %) al año y representó casi el 15 % del aumento global total en la pérdida de cobertura arbórea causada por incendios.
Aunque los incendios causan menos del 10 % de la pérdida de cobertura arbórea en los trópicos, los factores más comunes, como la deforestación asociada con la producción de productos básicos de consumo y la agricultura cambiante, hacen que los bosques tropicales sean menos resilientes y más susceptibles a los incendios. La deforestación y la degradación de los bosques asociadas a la expansión agrícola generan mayores temperaturas y vegetación más seca.
Además, es habitual que en esta región se utilicen incendios para despejar el suelo para establecer nuevas pasturas o campos agrícolas una vez que los árboles se han caído o secado.
De acuerdo con los nuevos datos, esto no se considera una pérdida de cobertura arbórea provocada por incendios, puesto que los árboles ya se han talado.
Sin embargo, durante los períodos de sequía, estos incendios pueden expandirse accidentalmente a los campos libres y los bosques circundantes. Como consecuencia, la mayor parte de los incendios que ocurren en los trópicos son iniciados por personas y no así por fuentes naturales tales como rayos. Se exacerban con las condiciones más secas y las temperaturas más altas, y pueden salirse de control.
Además de los cambios en el clima y el uso del suelo, el riesgo de incendios forestales en los trópicos aumenta con eventos como El Niño, ciclos climáticos naturales que ocurren cada 2 a 7 años y provocan menor cantidad de lluvias en regiones del sur de Asia y América Latina. Durante la temporada 2015-2016 de El Niño, la pérdida de cobertura arbórea debida a incendios aumentó 10 veces en las selvas tropicales del sur de Asia y América Latina.
De manera similar a los bosques boreales, la pérdida creciente de cobertura arbórea debida a incendios en los trópicos también trae como consecuencia mayores emisiones de carbono. Estudios previos indican que, en algunos años, los incendios forestales registraron más de la mitad de las emisiones de carbono en la Amazonia brasileña.
Esto sugiere que la cuenca amazónica próximamente estará o ya se encuentra en un punto de inflexión para convertirse en una fuente de emisión de carbono neto.
En Brasil, la pérdida de cobertura arbórea causada por incendios se disparó en el 2016 y el 2017
Las pérdidas que no fueron causadas por incendios pueden ocurrir por una tala mecánica para la agricultura y explotación forestal, así como también por causas naturales, como el daño por vientos y ríos sinuosos. Todas las cifras se calculan para un mínimo de 30 % de densidad de dosel de cobertura arbórea.
¿Cómo medimos la pérdida de cobertura arbórea causada por incendios?
Los investigadores de la Universidad de Maryland utilizaron imágenes satelitales de Landsat para representar el área de pérdida anual de cobertura arbórea causada por incendios forestales que reemplazan masas forestales (incendios que acaban con todos o la mayoría de los doseles vivos en un bosque), entre el 2001 y el 2021
Los incendios capaces de reemplazar masas forestales provocan cambios a largo plazo en la estructura del bosque y la química del suelo.
Además, difieren de los incendios en los sotobosques de baja densidad que brindan numerosos beneficios ecológicos a muchos bosques. Los nuevos datos proporcionan una perspectiva a largo plazo de estos tipos de incendios en los últimos 20 años, con la resolución más alta hasta el momento. A partir de ellos, los investigadores pueden distinguir el impacto de la pérdida de cobertura arbórea causada por incendios de la pérdida provocada por otros factores tales como la agricultura y la silvicultura.
Cómo reducimos los incendios forestales
Las causas de los incendios forestales crecientes son complejas y varían según la geografía. Son muchos los textos sobre cómo gestionar los incendios forestales y mitigar el riesgo de incendios, pero no existe una solución perfecta.
Está claro que el cambio climático desempeña un papel fundamental en los incendios más frecuentes e intensos, en especial en los bosques boreales.
Como tal, no existe una solución para devolver la actividad de incendios a los niveles históricos sin reducir las emisiones de gas de efecto invernadero y romper el ciclo de retroalimentación entre el clima y los incendios. Aun así, es posible mitigar los peores impactos del cambio climático, pero se deben realizar transformaciones rápidas e importantes en todos los sistemas.
Además del cambio climático, la actividad humana en los bosques y alrededores los deja más susceptibles a incendios y es un factor importante que provoca mayores niveles de pérdida de cobertura arbórea a causa de incendios en los trópicos. Es fundamental terminar con la deforestación y la degradación de los bosques para mejorar su resiliencia y así evitar futuros incendios; también se deben limitar las quemas aledañas que puedan expandirse a los bosques, en especial durante períodos de sequías.
Si bien los datos por sí solos no pueden resolver este problema, estos nuevos datos de pérdida de cobertura arbórea causada por incendios de Global Forest Watch, junto con otros datos de monitoreo de incendios, nos pueden ayudar a rastrear la actividad de incendios a lo largo del tiempo, identificar las tendencias y desarrollar respuestas objetivas a largo plazo.
Martin Eduardo Lucionehttps://facebook.com/Ecoalfabetización
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Extraído Global Forest Watch