CONFIRMACIÓN… Hch 8,14–25: Cuando los Apóstoles que estaban en Jerusalén supieron que los samaritanos habían aceptado la Palabra de Dios, les enviaron a Pedro y a Juan; éstos bajaron y oraron por ellos para que recibieran el Espíritu Santo, puesto que aún no había descendido sobre ellos y sólo habían sido bautizados en el nombre del Señor Jesús; entonces les impusieron las manos y de esta manera los de Samaria recibieron el Espíritu Santo” No es el ministro ordinario del lugar quien administra este sacramento, sino un Apóstol; al igual que hoy en la Iglesia Católica dicho sacramento no es administrado por los sacerdotes Párrocos, sino por los Obispos
CONFIRMACIÓN… Hch 19,8-9: “Pablo entró en la sinagoga y durante tres meses hablaba con valentía, discutiendo acerca del Reino de Dios e intentando convencerles. Pero como algunos se obstinaban, no se dejaban persuadir y hablaban mal del Camino ante la gente, rompió con ellos y formó grupo aparte con los discípulos, discutiendo diariamente en la escuela de Tirano.” Situaciones como ésta hacen constatar que después del bautismo se requiere de un Sacramento que fundamente y madure la fe de las personas.
UNCIÓN DE LOS ENFERMOS… Stgo 5,14-15: “¿Hay alguno enfermo? Que llame a los presbíteros de la Iglesia, que oren por él y lo unjan con aceite en el nombre del Señor. La oración hecha con fe salvará al que no puede levantarse y el Señor hará que se levante; y si ha cometido pecados, se le perdonarán”. Mc 6,13: “Y ungiendo con óleo a muchos enfermos, los curaban¨ Mc 16,18: ¨... pondrán las manos sobre los enfermos, y éstos se encontrarán bien.¨
MATRIMONIO… Gn 2, 18: “No está bien que el hombre esté solo, hagámosle una compañera semejante a él” Gn 1, 27-28: “Dios creó al hombre a imagen de Dios, lo creó varón y mujer, y los bendijo diciéndoles: procread y multiplicaos y llenad la tierna” Mt 19, 6: “El hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá con su mujer, y serán los dos una sola carne? De manera que ya no son dos, sino una sola carne. Pues bien, lo que Dios ha unido, no lo separe el hombre.” Ef 5,23-33: Cristo es a la Iglesia lo que el esposo es a la esposa. Un solo cuerpo, su salvador.