2 minute read

EL PESO Y EL AUTOESTIMA

Se amable con tu cuerpo, aliméntalo sanamente, ejercítalo y consiéntelo.

Advertisement

La mayoría de las mujeres lucimos diferente a las mujeres que los medios nos muestran como “perfectas”, y esto despierta en nosotras inseguridades, pues es innegable que el entorno ejerce una fuerte presión. La sociedad pone una enorme cantidad de imágenes suficientes como para influir y convencernos de necesitar tener un peso o aspecto específico para ser felices. Lo cierto es que tal y como eres, dispones de lo necesario para ser feliz, y explotar esas características que te hacen diferente y bella, así que deja de sabotear la perfección que hay en ti mediante falsas creencias que te repites a diario sobre tu imagen. Es importante que empieces a reconocer en ti un ser único y verdaderamente especial. Sé por experiencia que es difícil sentirse conforme al 100% y parar esa voz interna que te hace querer más, pues solemos ser nuestros peores verdugos. Generalmente vemos en medios que aquellas mujeres que son felices, que reciben el beso del galán, que consiguen lo que quieren, que son populares, son las personas más atractivas. Bajo esa filosofía, muchas pasamos nuestra adolescencia y gran parte de nuestra etapa adulta buscando ese cuerpo ideal, para poder sentirnos a gusto con nosotras y lo peor de todo es que muchas veces hasta las modelos que idolatramos desearían tener ese mismo cuerpo que buscamos. Esto me recuerda a Cindy Crawford que una ocasión le preguntaron a quién le gustaría parecerse y contestó “a Cindy Crawford”, refiriéndose a que aquella modelo que nosotros vemos en la portada de la revista sin poros y ni un gramo de grasa, no existe sino que es producto del photoshop y otras maravillas. Es distinto poseer o buscar un cuerpo saludable a buscar cumplir “la mujer ideal” y que muchas veces ni es sano o hasta anatómicamente imposible de forma natural. No discuto que es bueno cuidar el cuerpo. Si hacemos ejercicio y tenemos una alimentación balanceada, estaremos más sanos y por consecuencia nos sentiremos mejor. Además, estoy consiente de que preocuparnos por nuestro físico y por la imagen exterior que presentamos a los demás es algo natural, pues todos deseamos ser aceptados y agradar. El problema radica en no caer en la exageración y obsesión. Lo único que necesitas para estar bien contigo misma es aprobarte y modificar tus afirmaciones negativas, por unas que exalten tus atributos. Nos encanta compararnos o anhelar aquello que no tenemos, pero aprendamos a identificar cuando las cosas se salen de control ya que las severas críticas repercuten en nuestro autoestima. Te invito a evaluar tu posición y si es necesario, pide ayuda profesional, ¡se vale! Créelo, nadie está tan al pendiente de nuestros defectos como nosotras mismas y finalmente, eres mucho más que una apariencia. Nada hace a una mujer más hermosa que esa seguridad que le brinda el que ella crea que es hermosa, y si hay algo en tu cuerpo que no te gusta y puedes trabajar para que sea mejor ¡adelante! Se amable con tu cuerpo, aliméntalo sanamente, ejercítalo y consiéntelo. En general los excesos son negativos y el obsesionarnos por nuestro cuerpo es tan nocivo como el no cuidarlo. De nada sirve tener la apariencia que deseamos si no cuidamos aspectos como el intelectual, afectivo o espiritual. En resumen, está bien que cuidemos nuestra imagen externa pero detengámonos a reflexionar cómo está nuestro interior también.

Redacción por Yamile Abdel / Consultor en Imagen Pública

This article is from: