MassCultura - Nº 30

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El ACONTECIMIENTO DEl CINE Del Wandem al Salón de Ginesa NEPTAR ESTUDIOS. El templo de la acústica lADRONES DE AlMAS Retratos de la Colección Ordoñez Falcón ¿A QUÉ SUENAN lAS ESTREllAS? Astronomía divulgativa ATRAPADOS EN lA RED la irrestitible tentación de Facebook y Tuenti

Lanzarote (1950-1960)

una década de contrastes


Editorial

EN PORTADA 1950. El joven Juan Luzardo se refresca en Punta Mujeres, sin tenerle ninguna envidia a Burt Lancaster. Él ya está en el Edén.

Próxima apertura

Fondeando por los bares de Arrecife 6 Cafetines y tascas de los años 50

El Personaje: José Jacinto Camejo Gutiérrez 10

Un imprescindible del cine nos lleva hasta el callejón de los Wanden

El arte de ‘arrimarse’ 16

Los mandamientos del flirteo, en el Lanzarote antiguo

El hombre que siempre estuvo aquí 26

J.D. Salinger, o cómo descubrir el mundo en uno mismo

Neptar Estudios: el templo de la acústica 30

Un lujo de la producción discográfica, en la barriada de Tenorio

Retratos de energía 36

El MIAC reune 22 fotografías de la colección Ordoñez Falcón

Ejercicios de memoria Sabiendo que la memoria se hace añicos conforme pasa el tiempo y conforme nos vamos pareciendo más al polvo de la huertita de atrás, deberíamos deshacernos de nuestros recuerdos para que le sirvan al siguiente. Esto, que parece tan lógico, no se había tenido en cuenta hasta ahora. Los Archivos Históricos de Lanzarote han sido el farolillo rojo de un pelotón de servicios municipales que luchaban por llevarse la mayor porción de la tarta presupuestaria. Puede que esto cambie con la llegada de Memoria Digital de Lanzarote, una iniciativa del Centro de Datos y del historiador Mario Ferrer que se propuso crear una base de datos digital (he aquí la diferencia) sobre la historia del siglo XX en esta isla. El Cabildo de Lanzarote ha apostado por esta herramienta, financiando un proyecto que acaso nació con temor de quedarse en estado embrionario. Bien podría hacerse algo parecido con los archivos de cada municipio, que suelen estar coordinados por amantes de la historia local, personas con auténtica vocación de recuperar el blanco y negro del pasado con intención de que de luminosidad al color del futuro. Nosotros, que nos propusimos recuperar el Lanzarote de los años 50, lo hemos hecho. Pero sólo gracias a las palabras de quienes caminaron por aquella década de fuertes contrastes sociales, porque han hecho el esfuerzo de hilar con la rueca de la memoria y abrirnos la puerta de su casa para contárnoslo. Y gracias a los que nos prestaron sus fotografías para atestiguar, para decirlo todo con una cara. Especialmente al fotógrafo Javier Reyes, cuya colección de instantáneas resulta tan espontánea como descriptora de aquellos tiempos. Hemos buceado en los años 50, porque fueron años de aguas intermedias, años de transición como ahora. Se dejaba la posguerra más trágica, y todavía no llegaba el turismo. No se abandonaban las altas tasas de analfabetismo, pero nacían experiencias artísticas de vanguardia. Se avanzaba hacia ninguna parte y, al mismo tiempo… hacia todas. ¿Les suena?

Atrapada en la Red 40

Facebook y Tuenti. La irresistible tentación de las redes sociales

Diseño-protesta 41

AYUNTAMIENTO DE ARRECIFE

Agitadores de Conciencia. Gráfica comprometida, en abril en la sala de exposiciones Charco de San Ginés Directora M.J. Tabar / redaccion@masscultura.com

Colaboran en este número Talí Arenao, Luis Arencibia, Marco Arrocha, Carlos Battaglini, Rafael Cabrera Díaz, Laura Cabrera, Iñigo Franco, Benchomo Guadalupe, Mario Alonso Hernández, José Hernández, Syra Jiménez-Pajarero, Antonio Lorenzo, Nuria Magrans, Carlos Matallana Bravo de Laguna, Sergio Murillo, Oscartienealas, Eusebio Placeres y Andrea Tonetti.

Agradecimientos: Memoria Digital de Lanzarote, Rafael y Amparo Cabrera Díaz, Lina Molina, Francisco Armas, Amparo Romero, Hospital Insular y Servicio de Patrimonio Histórico del Cabildo de Lanzarote Edita Publigestión Canarias S. L. Perú, 31 B. 35500 Lanzarote T. 928944954 / 607224559 publigestion@publigestioncanarias.es / administracion@masscultura.com

colaboradores@masscultura.com

Coordinación Publicitaria Dulcenombre Rodríguez T. 928 94 49 54 / 607 67 22 15

Agradecimientos Sebastiana de la Hoz, Servicio de Patrimonio Histórico del Cabildo de Lanzarote, Jose Farray, Pescadería Lanzapesca, Familia Betancort Rodriguez, Museo de Cetáceos de Canarias (MCC) y Centro de Datos del Cabildo de Lanzarote.

Diseño y maquetación Natividad Betancor / creatividad@masscultura.com

Ilustraciones Elena Betancor,Francisco García Cabrera y Begoña Izarra Portada Juanje Luzardo Fotografías Guillermo Rodriguez, Natividad Betancor y Javier Reyes. Web web@masscultura.com

Imprime Imprenta El Tablero Distribución 606 380 582 Depósito legal GC 1066/2007 ISSN 1889-0520 © Mass Cultura no se identifica necesariamente con las opiniones expresadas por sus colaboradores. Todos los derechos reservados. Prohibida la reproducción total o parcial de los contenidos de este número por cualquier medio o procedimiento, sin autorización expresa y por escrito del editor.

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3 Grupo de personas en la Romería la ermita de las Nieves. Los fieles, a pie; los monjes franciscanos, bendecidos por la tracción camellar. Fotografia de Javier Reyes.

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uando en 1950, Telmo Zarra marcó el gol al portero de la selección inglesa (dejándolo

descompuesto y sin semifinal de la Copa del Mundo), el padre del futbolista vasco estaba jugando a las cartas en un bar. Enterado por unos amigos de la gesta de su hijo, se limitó a balbucear un “¿Ah, sí?”, para continuar sin demora con la sagrada partida de mus. Quizás sirva esta anécdota para explicar la actitud que impregnaba el ambiente en el Lanzarote de los años 50, una isla que había ganado algo en calidad de vida (más no se podía perder tras la trágica posguerra de los 40) pero no la suficiente como para sentirse optimista. Las diferencias económicas y sociales entre el ámbito rural y el úrbano eran abismales. Mientras los apellidos más adinerados de Arrecife se dejaban servir por camareros enguantados con bandejín de plata; en Máguez uno tenía que pensar si lamer la ubre de la cabra para no desperdiciar ni gota de leche. Era la nuestra una sociedad de hambre, pero de chocolatines. Sin agua corriente y con turistas. Muy religiosa, muy ociosa. Fue un momento de enorme contradicción en el que, a pesar del incierto mañana, la gente disfrutaba y participaba de la música, el cine, el vino, el baile, el teatro y el arte con un pasión que hoy parece inusitada.


años 50

Fondeando por los bares del Arrecife

Fondeando por los bares del Arrecife

5 Un grupo de amigos en el Bodegón Feliciano de Haría. Fotografia de Javier Reyes.

5 El bar La Marina, en su antigua ubicación de la calle Real Fotografía Archivo de Arrecife

5 El grupo de música tradicional canaria `Los Huaracheros´ en el bar Teide. Fotografía Colección Francisco Armas

Por Benchomo Guadalupe Hablar de la trayectoria de los bares, cafetines y cantinas de nuestro Arrecife sería un ejercicio de harta complejidad, máxime cuando para tal empresa deberíamos calzarnos las botas de siete leguas y ejecutar un salto de algunos siglos, ya que es al amparo del florecimiento comercial y económico del Puerto del Arrecife, y de la huida de la población isleña hacia este Puerto en busca de una oportunidad, cuando surgieron los bares, alambiques y destilerías. Muchos de los bares de los años del auge pesquero y las industrias conserveras tuvieron una vida efímera y otros no son recordados y se extinguieron con la memoria de los que ya no están. No obstante, nos quedan aquellos locales que fueron auténticos por las anécdotas que entre sus paredes se gestaron. A merced de la nostalgia de quienes, andando por las calles aurorales del Arrecife, son capaces de retrotraerse en el tiempo y recuperar aquellas charlas, olores y hechos que allí acontecieron y que, gracias a ellos podemos re-vivir. La realidad social del Arrecife antiguo, de estratos sociales férreamente demarcados, donde existía una masa infortunada o paupérrima frente a una minoría burguesa mercantilista, no es posible concebirla hoy día, en un contexto donde todos podemos acudir a cualquier local sin necesidad de credenciales. Por eso, al referirnos a los lugares de esparcimiento hay que diferenciar entre los frecuentados por la clase pudiente o por la mayoría marinera y pesquera. La burguesía arrecifeña, asistía a las sociedades recreativas, el Casino donde se realizaban esos suntuosos bailes o a la Democracia. En éste último no se empleaba dinero, sino que se apuntaba en una cuenta lo consumido y al mes se cobraba. Más tarde debido a la picardía de alguno que otro, que dejaba cuentas extensas y se marchaba, se cambió al sistema de los vales.

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El Parral Por entonces, la gente adinerada solía hablar y referirse a categorías o clases inferiores. Así que, si algunos de estos jóvenes querían en manifestación de rebeldía experimentar en otros lugares, se escapaban, procurando no ser advertidos por nadie, e iban al bar El Parral, denominado con anterioridad En la esquina te espero. El Parral, bar de de gente marinera, de costeros, tenía una puerta de dos hojas como la del oeste; ahí estos jóvenes de “clase alta” contemplaban esa otra realidad que les era y es tan lejana, donde como divertimento puntual y ciertamente exótico, tomaban vino abocado, –una jarrita mitad de vino seco y mitad de vino dulce– y comían pescado frito. Mucho se podría decir de los entresijos de estos bares, de la insalubridad que tenían. Dicen que había uno en las postrimerías del Charco que en vez de gato por liebre, daba gato por cabrito. Por no querer entrar, los “niños de clase alta” se veían obligados a miccionar desde la puerta del servicio. Debajo de la casa abalconada, frente al Cabildo viejo, estaba el prestigioso y selecto Bar Janubio, que había sido antes un almacén de los Sáenz y donde no recalaban marineros, ni comerciantes sino la élite social arrecifeña. Los camareros usaban guantes blancos y había piano y vocalista; no desmerecía a aquellas tertulias de sociedad donde se departía de temas grandilocuentes. Tal vez quepa reparar el eco que rezumaban aquellos sitios de marineros donde las risas y los exabruptos nos animan a entrar. El Arrecife marinero recuperaba su sosegada vida cuando, acabada la zafra, regresaban los costeros ansiosos por fondear en esos puertos de calma y temporales que representaban las cantinas del Puerto del Arrecife y los bailes del Torrelavega. Caminando por la Marina, pasando El Parral encontramos el famoso bar

La Marina, y en la calle Real el Bar del manco, que en realidad se llamaba Alhambra, pero que nadie lo denominaba así. Fuera, en la puerta, siempre estaba Manolo el Partío con su mal carácter. Siendo fiel a la realidad, no es que el manco fuera tal, sino que adolecía de una malformación que le había dejado pequeños deditos en la mano, que a pesar de todo tenía perfectamente adiestrada a la hora de cortar la pata asada. Hacia dentro de la calle estaba el bar de los de Máguez que se incendió y poco más sabemos. El bar La Marina tuvo dos épocas; una en la que fue una casa de pisos de madera, que era más baja que la calle, y otra posterior en la que se le realizó una reforma cuando los socios se separaron, quedándose uno con El Parral, y el otro con La Marina. Es entonces cuando le realizan una suerte de reformas, suscitando que se reciba otro tipo de público y donde empiezan a acudir parejas, ya que antes no iban mujeres a ningún bar. Siguiendo por la avenida, estaba el Bar Universal, que también era una casa (casi todos eran casas, cuyas estancias se aprovechaban como bar). De alta barra, ponían comidas y la podías llevar. Mas adelante encontramos el Cafetín de Bonilla, frente a la casa de Luís Ramírez (hoy conocida como Casa de la Cultura) transitado por la clase rica, y a donde acudían también los oficiales de milicias; no era bar de parrandas. Un birón, haga el favor El Quitapenas, que quienes recuerdan lo sitúan frente a las actuales ferreterías de Puerto Naos, era donde concurrían las familias a comer y era regentado por Alifonso. Hacia el final de la Calle Real está el bar Los Canarios, y el desaparecido El Guanche, próximos a donde bullía la vida de verdad: las Cuatro Esquinas, punto neurálgico del hombre de la mar, descanso embriagador

5 Dos amigos en un bar de Haría, echándose unos vinos. Fotografia de Javier Reyes.

de los marineros, donde ya secos y bien “arranchados” se ponían el terno, lucían su pelo con brillantina o fijador y escarminador al bolsillo, iban a anegar sus almas al bar de Elías, el de Rául, al de Señó Juan (el de las Vacas) o las cantinas de Joaquina en Puerto Naos, a casa Lola, a casa Andrea, etc. Habiendo cambiando para gastar el dinero del “gara portal”( lo que el marinero pescaba pro su cuenta) en un “birón” (un buchito pequeño de ron o de “vino perrero”, que no alcanzaba al chupito). Aún recuerdan muchos cuando llegó una partida de alcohol metílico que provocó la ceguera en muchos y la muerte en algún otro. El costero cambiaba el duro en pesetas, y las pesetas en perras; de este modo, cuando entraban en los bares hacían sonar el bolsillo para hacer que lo escuchasen y que les prestasen atención al parecer que tenían dinero, luego sacaban el peine del bolsillo y se repasaban el pelo acompañado de la otra mano. Era muy frecuente que se produjera una pelea donde iban y venían “piñas”. Así, muchas veces, empezaban a pelear en los bares de las Cuatro Esquinas y terminaban en la boca del muelle, a la altura de El Parral, La Marina o El Manco, donde acabarían tras la gesta, dándose la mano, decidiendo quién había sido el más fuerte y echándose la penúltima. ¡Había verdaderos artistas del “trompeteo”! Como Juan Figueras o Pepe Lambú. Un lugar emblemático de fondeo del marinero era también Las cuarenta brazas , hoy conocido como Las Rapaduras. Tiempo después aparece el Rincón del Majo, de piso de rofe, donde recuperando los valores tradicionales, los fines de semana a ritmo de timple y bandurria se sirven pejines secos calentados con alcohol, papas con mojo, etc. Y donde se tomaba vino de la bodega El Rincón —de ahí el nombre del bar— de uno de sus socios fundadores don Heraclio Oliva conocido como Don Polo. Mucho después fue ampliado hacia las estribaciones del Charco, pero ya no fue lo mismo. Actualmente, de aquella algarabía marinera no nos queda más que el lejano quejido de las cuadernas de algunos barcos, que van muriendo sobre sus panzas en el astillero, el pasacalle anunciador de un pasado espectral de la mítica Parranda los Buches, el tono dulce de una habanera de los amigos de Puerto Naos, o un vasito vino con “chochos” en el cafetín de Enrique al final la calle Liebre.

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El estadio viejo Por Antonio Lorenzo (*)

Hello, turismo

El Parador es una de las obras cumbres de la década de los 50. Supuso una bienvenida al incipiente turismo.

Según una publicación de la época, nacía con el pomposo nombre de Estadium Olímpico y su tribuna estaría rematada por un águila imperial, como no podía ser menos en la etapa política del momento. Pero se quedó en esqueleto de campo de fútbol. Esqueleto porque sus paredes de cantos de tosca de la Montaña Mina nunca fueron encaladas; esqueleto ya que los “vestuarios” de los equipos, por llamarlos de alguna manera, no llegaron nunca a tener techo; esqueleto porque los postes de las porterías estaban cambados; esqueleto, en fin, entre otras muchas cosas, porque el reglamentario césped fue siempre una capa de tierra pedregosa y la caída de un jugador le producía el derrame de sangre en sus rodillas. Pero, esqueleto y todo, con los vestuarios al aire libre; regado con el agua del pozo de las antiguas salinas; con las gradas reparadas de vez en cuando y con la tierra que se amontonaba en la esquina sureste –que convertía a los espectadores en verdaderas esculturas de barro– vivió seguramente una de las etapas más gloriosas del popular deporte futbolístico. Su rectángulo dio lugar al desarrollo posterior de las calles Triana, Portugal, Doctor Fleming y posiblemente Paraguay de hoy. No puedo nombrar, por numerosos, a los muchachos que desinteresadamente fueron los protagonistas de aquellos domingos, entre riqui racas, madrinas, cantos alusivos y riadas de aficionadas calle Fajardo arriba, camino del espectáculo, y calle Fajardo abajo, una vez concluido. Caras de satisfacción y de resignación o coraje. Protagonistas que hoy pudieran ser el orgullo de esos manirrotos equipos nacionales, con sueldos millonarios a galácticos y a otros que ni siquiera lo son. Recuerdo la conmoción que produjo en el ambiente deportivo insular cuando se supo que un jugador había fichado por otro equipo a cambio de un “terno”, o sea de un traje, lo que supongo fue el primer caso de profesionalismo deportivo local. Lo que puedo atestiguar es

5 De izquierda a derecha; Francisco González, Francisco Armas y Pedro Barreto, árbitros de fútbol en un partido en el antiguo Estadio de Arrecife. Fotografía Colección Francisco Armas

la pasión de los seguidores del Torrelavega, representante del popular barrio, Marino, Arrecife, formado por militares del batallón de Infantería, Educación y descanso, Osborne, patrocinado por la empresa del coñac y que desembocó en el Lanzarote. Ni siquiera la iglesia fue ajena a la fiebre futbolera, pues el Arrecife era presidido por el párroco Lorenzo Aguiar. Quiero terminar con una anécdota de las infinitas que se produjeron en el ambiente apasionado. El enfrentamiento de dos grandes rivales del momento, creo que el Marino, aunque no estoy muy seguro, pero sí desde luego el Osborne, patrocinadora del derrotado, que fabricaba coñac bajo la denominación de Tres ceros. Terminado el partido, una voz anónima pregunta por Juan Sierra, representante de la marca y presidente del equipo vencido: “Don Juan, ¿tiene coñac tres ceros?. (*) Escritor y columnista de pluma f ina. Autor de Historia menuda de Arrecife (volumen I y II). A ciencia cierta, y en breve, futuro Cronista Of icial de Arrecife.

5 Imagen tomada el 26 de octubre de 1962 del Parador de Turismo de Arrecife cuando se encontraba en pleno funcionamiento. Fotografía Servicio de Patrimonio Histórico de Lanzarote.

Por Sergio Murillo El arquitecto tinerfeño José Enrique Marrero Regalado (1897-1956) trabajó en Arrecife durante la época franquista y fue el artífice del Parador de Turismo, un edificio que recuperó el estilo neocanario (con espirales que imitan las del Convento de San Francisco de Teguise; y grandes chimeneas) y el primero construido en esta isla con fines turísticos. De la ornamentación mural se encargó a César Manrique. En 1946 se aprobó su construcción. Se bautizó Parador-Club Náutico de Turismo de Arrecife. La obra se presupuestó en algo más de 712.000 pesetas. La empresa madrileña Elejabeitia S.A. se encargó de construirlo. Entre el muelle de la Pescadería y el de la Cebolla se proyectó la construcción de una avenida. Se inaugura el 1 de junio de 1950. En la planta baja: una gerencia, un bar, salón de estar, y un lujoso y amplio salón. En la planta alta: 14 habitaciones para huéspedes (con teléfono, ducha de agua fría y caliente y amplias terrazas mirando el mar), tres habitaciones para el servicio y una para el administrador (más tres cuartos de baño). También hay habitaciones para bañistas, y el placer de tener al lado la piscina natural que forma la rada de la Pescadería, donde hoy se alza el quioscó de las timbas de dominó. Pronto cumple con sus expectativas y en 1953 se aprueba su ampliación. La Dirección General de Turismo concede 810.000 pesetas para tal efecto, pero la electricidad, el agua y el alcantarillado son proyectos deficientes en Arrecife que dificultan el desarrollo turístico. En ese mismo año, Arrecife inaugura el abastecimiento de agua, gracias a que se termina la canalización de agua de las galerías de Famara. El parador estuvo 3 años funcionando sin agua. Finalmente, en 1956 se lleva a cabo la ampliación. Las mejoras se ven recompensadas con el aumento de visitantes: 2.193 almas en 1952, 2.786

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el año siguiente, 3.329 personas en 1955, etc. Pero en sólo 20 años, el edificio vio truncadas sus expectativas: se le consideró inadecuado dentro de las directrices de la nueva modernización y el 1 de marzo de 1976 se cerró al público. En un principio se decidió demolerlo, y edificar un nuevo parador frente al castillo de San Gabriel donde estaba la fabrica de hielo Betancort y Coll. Pero ni se demolió, ni se construyó el nuevo. Hoy es un edificio de usos múltiples, “poco valorado por la ciudad”, opina la historiadora Francisca Perera, y mal conservado.

FonDo DocUmentAl 5 Francisco Romero Ortega (Pacuco), Domingo Ortega González, Antonio Romero Mellado y otros familiares en el Parador de Turismo de Arrecife. Fotografía Colección Amparo Romero

ArcHIVo HIStÓrIco De teGUISe Nuestra historia, también en imágenes Horario: de 9.00 a 13.00 C/ Carnicería, 8 T. 928 84 54 77

AYUNTAMIENTO DE TEGUISE


años 50

El

acontecimiento del cine Por dEbAsO v.m. / Fotografía Guillermo Rodríguez y cedidas

El invento del cine se dio a conocer en Lanzarote algo en 1903, en los salones de la antigua Sociedad Democracia, tal cual recogen los historiadores Falero y Montelongo. A partir de ahí, las proyecciones debieron ser siempre ocasionales y ambulantes, como parte de un programa de fiestas o como una atracción más del algún espectáculo de circo, donde se habilitaba un almacén cualquiera para hacer desfilar el prodigio de las imágenes en movimiento sobre una lona o una sábana blanca a la que se le notarían las costuras. Por entonces en Arrecife también se hacían proyecciones en el Díaz Pérez, que nació como un gigantesco Salón de Actos allá por 1914 y llegó a contar con un aforo de más de 600 butacas. Así hasta que se produjo un hecho decisivo, histórico: la inauguración del Teatro-Cine Atlántida el 1º de mayo de 1951, construido sobre la antigua fábrica de la luz por el empresario Francisco Sáenz Infante (que llevaba la cerveza Tropical) y otros socios. Fue un punto de viraje porque la exhibición cinematográfica se hizo al fin regular en la isla y se sentaron las bases de una pequeña industria del ocio, para consumo estrictamente local, en un tiempo en que pasadas las penurias de la posguerra se aventuraba cierta bonanza económica gracias a la industria pesquera y sus derivados, y más tarde la del turismo. Pequeña industria del ocio, sí, porque los cines generaron mucho, mucho dinero. Ir al cine en esa época era sencillamente un acontecimiento. La gente sacaba sus mejores galas del ropero y hacía una cola larguísima para asistir al espectáculo. Se proyectaban tres o cuatro películas a la semana en días alternos, pero en vista de los llenazos se fue haciendo cosa de a diario. Venía gente caminando de los campos, o en bicicleta, hasta que los cines se extendieron también por los pueblos (de este capítulo tratamos en un aparte). Téngase en cuenta que aquellos cines podían tener una capacidad, unos más y otros menos, para 300 personas. Las salas eran enormes, de dos pisos. La categoría de “teatro-cine”, con el teatro por delante, que se adjudicó por ejemplo el Atlántida, justificó también la disposición interior en patio de butacas, anfiteatro, unos palcos y, cómo no, el gallinero para las entradas más baratas. Era tan lujoso, de un lujo aterciopelado como pocos en el Archipiélago, que algunos que tuvimos el privilegio de pisar este esplendoroso teatro-cine no podíamos evitar cierto temor a romper algo en cualquier momento. Todavía es recordado por los más mayores el estreno allí de Lo que el viento se llevó, un pequeño hito que tendría lugar a mediados de los 50. Imposible que no les suene la cara de este señor de la foto moderna. Él se llama José Jacinto Camejo Gutiérrez, pero todo el mundo lo conoce desde siempre, desde que se le tiene en conocimiento, como Camejo, que es el nombre que seguramente se le queda a uno, el del apellido borrando todos los demás, cuando desde chico hay que salir a ganarse la vida y asumir responsabilidades de la gente mayor. Camejo empezó muy pronto, en el Arrecife que lo vio nacer hace 63 años, haciendo recados por aquí y por allá. Trabajó una buena temporada en el supermercado de los hermanos Guerra, y antes todavía se dedicó a montar neumáticos, para los coches. Hasta que un día alguien tuvo a bien hacerle una oferta que no pudo rechazar: trabajar en el cine. No en el cine haciendo películas, que muy bien hubiera podido figurar, por ese porte a lo Carrancho que todavía conserva, haciendo algún papelito en un “spaghetti western”. Trabajar en los cines, en las salas, acomodando a los espectadores en las butacas. Sí, seguro que ya han caído: este es el señor que nos recibe en la puerta y nos recoge la entrada en los Multicines Atlántida últimamente. O el que nos acompaña en la oscuridad de la sala guiándonos con la luz

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5 Retrato de Paco Rodríguez, operador de cine de la zona de Haría. Fotografia de Javier Reyes.

de una linternita, para que no nos estampemos, que él maneja con una soltura y un jeito de otros tiempos. También es el que se queda al final de las proyecciones a recoger los cartones relingados de las palomitas y los vasos plásticos y adecentarlo todo para una nueva función. Lo podrán ver también, ahora sólo los viernes, recorriéndose Arrecife a paso ligero, colocando los carteles con los estrenos del día, los horarios y los próximos estrenos. Imposible que no lo reconozcan, porque lleva desempeñando este trabajo, siempre en Arrecife, desde hace más de treinta años, cerca de cuarenta. “Yo es que enseguida me aficioné a toda esa traquina de las películas y del cine”, nos relata con sus palabras Camejo para explicar cómo fue que se metió de cabeza en el oficio. Podía pagarse la entrada con su sueldo de hombrito y de ahí nació una fascinación a la que él no duda en ponerle nombre y apellido: don José Wanden. Camejo lo describe como un “showman” legendario que arribó a la isla con su compañía de dramas y comedias y conquistó a todo el pueblo conejero. A finales del 58 montó el Teatro-Cine Wanden en el pasaje Julio Blancas (de vida efímera, y del que no queda ni rastro), que Camejo conoció más propiamente como el cine del Callejón, y donde Wanden proyectaba

películas tanto como organizaba combates de boxeo o representaba episodios de la vida de Cristo. En una de ésas se recuerda Camejo entre bambalinas, haciendo con unas luces los efectos de rayos y truenos para una Pasión. Es un recuerdo muy vivo que le queda. “Las cosas se hacían diferente”, asegura Camejo. Un timbre avisaba a los espectadores que se habían quedado rezagados en el baño o en la barra del bar para que fueran ocupando sus localidades. Las luces se apagaban una a una hasta que sólo quedaban encendidas las de la marco de la pantalla. Lentamente se iba descorriendo un telón. “Todo el mundo con los ojos abiertos como chernes”. Los ojos como chernes y los corazones como centellas. Y entonces… salía el No-Do, que siempre lo ponían antes de las películas, motivo por el que mucha gente llegaba razonablemente tarde a las salas y se hicieron indispensables los acomodadores y las linternitas. “Antes no había otra cosa para distraerse, no existía la televisión. Y la gente se conformaba con cualquier machangada del oeste o de kungfú”. Camejo cita también a Cantinflas, por supuesto. Jorge Negrete. El revuelo que armaron los pechos de doña Sara Montiel en El último cuplé. En este punto de la conversación nos acordamos de nuestra machangada particular, una película titulada La guerra de las galaxias que vimos hace muchos, muchos años en el cine Díaz Pérez. Fue tal la conmoción que nos envalentonamos para cometer un pequeño hurto: le levantamos a Camejo el cartel de la película en un lugar no demasiado transitado donde estaba expuesto, cerca del antiguo garaje de las guaguas. Fue muy fácil: subirse

a la peta de otro socio y abrir nada más que un fechillo. Y tirar como motos con el botín en la mano. Al día siguiente el pobre Camejo tuvo que colocar otro cartel. Y otro. El póster de La guerra de las galaxias parecía mucho más grande extendido en el suelo de casa, con algunos desgarros por los dobleces. De cerca, muy de cerca, la imagen se descomponía en un montón de puntitos. Eso también lo aprendimos con el cine: que todo en la vida, hasta nosotros mismos, todos no somos más que puntitos. Había que echarse hacia atrás para recomponerle la cabeza a Luke Skywalker, apuntándote con una pistola láser. Pero no nos atrevemos a contarle nada a Camejo, por no romper el encanto de la entrevista. Ni que el tocho de carteles fue engordando con los años, y que no había más que perseguirlo por Arrecife y esperar a que se diera la vuelta. Hasta que los fechillos fueron sustituidos por cerrojos a cal y canto. Frente a frente, Camejo nos parece un hombre más alto, más ancho. Se le nota en la cara el cansancio de los años, el peso de tiempos mejores y peores. El cine ya no le interesa, lo tiene aborrecido. Libra un día a la semana y lo último que se le ocurriría, lógicamente, es ir al cine con su señora. A Camejo le apasiona ahora mismo el fútbol, el Barça. “La gente ya no le tiene ningún respeto al cine: hablan como si estuvieran en casa, usan el móvil, entran y salen todo el rato”, se queja Camejo. Y nosotros le replicamos que es el cine el que se ha perdido el respeto a sí mismo, y que la prueba viviente son estas modernas multisalas: nos hacen entrar como ganado por una puerta; la película salta como si alguien

hubiera subido una palanca; y se hace difícil no escuchar los alaridos de alguien que están matando en la película de al lado. Qué buena falta le harían a estas endebles paredes unos buenos cartones de huevo. Cuando finaliza la proyección nos expulsan por otra puerta para desalojar rápido la sala y que entre otra remesa. Se entiende que al quedar relegado como apéndice de los centros comerciales el cine haya dejado de ser un acontecimiento para ponerse a la altura de cualquier otro quehacer cotidiano: arrastrar el carro de la compra, mirar un escaparate, poner una quiniela. Le preguntamos a Camejo, sin asomo alguno de sorna, por los carteles, por si los colecciona o conserva alguno. No, nada de nada. A veces, cuando es posible, se los regala a quien se lo pide. Él nunca se quedó con nada. Nosotros también los perdimos todos, en idas y venidas. Nos despedimos apresuradamente. Le hacemos la entrevista en los Multicines y Camejo tiene que seguir trabajando: ha terminado la proyección en una de las salas. No acer tamos a transmitirle que él ha sido una persona muy importante. Que somos unos cuantos los que hemos crecido viendo películas al lado suyo, mientras nos acomodaba en las butacas o nos despachaba una chuchería. O acechándolo de lejos al menor descuido. Sólo da tiempo de estrecharle bien fuerte la mano y darle las gracias por todo. Nos hubiera gustado despedirnos con un “Que la Fuerza lo acompañe”, pero a lo peor no lo hubiera entendido. Que la Fuerza lo acompañe a usted, señor Camejo. Y que no lo abandone nunca.

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Las salas de Arrecife La vida profesional de Camejo estuvo vinculada desde el primer momento al empresario Juan Perdomo, un chico de Tinajo que tuvo el atrevimiento de montar un cine en el pueblo con tan sólo 20 años, en el 59. Las cosas no le fueron bien al principio y tuvo que emigrar a Venezuela. De allá volvió sobre el año 70, con los bolsillos llenos y dispuesto a comerse el mundo. Muchos cines se levantaron en Canarias con esos “dóllares” frescos que se trajeron los emigrantes, que lo habrían visto como cine un negocio prometedor que les reportaría beneficios inmediatos. No fue el caso del cine Costa Azul, por mano del comerciante Bernardo Morales Méndez (a finales del 61). Pero sí de otro con nombre aún más exótico: el cine Hollywood, fundado en la emergente barriada de Titerroy por Carlos Hernández Viera, peón de albañil natural de La Asomada, recién llegado de Venezuela en el 64. Hubo un penúltimo cine: el Triana que montó Francisco Ramos de León allá por el 68 en la calle del mismo nombre, un cine que fue pionero en exhibir películas no tan habituales en el circuito comercial en “semanas de cine” de toda índole. Todos estos negocios se abrieron como iniciativas empresariales independientes, pero fue Juan Perdomo el que terminó explotándolos casi todos. Y Camejo trabajando en ellos. Empezando por el Díaz Pérez. Camejo también hizo sus perritas con los cines. Se hizo cargo de los bares de algunos de ellos, como el del Hollywood, que generalmente eran cedidos en subarriendo, vendiendo como dice él “papas fritas y cornetos”. No hizo ninguna fortuna. Perdomo, sí: se quedó rico perdido. Además de películas, se trajo a Lanzarote artistas como Antonio Machín, Joselito, Fórmula V. Se trajo a Julio Iglesias que fue amigo personal suyo y asistía a sus cumpleaños. Julio le regaló un Cadillac Sevilla que a duras penas cabía por las calles de Arrecife. Perdomo lo conducía tocado por un sombrero como los que usan los vaqueros, a menudo de color blanco. Parecía un potentado. Tiempo después, quiso extender sus dominios por Fuerteventura y compró el cine Marga en Puerto del Rosario.

Pero a Perdomo le había salido ya a esas alturas un competidor serio en el negocio de la exhibición: Panchito Spínola, que se había hecho cargo en el 74 del Atlántida. La pugna entre los dos llegó a ser encarnizada, en palabras de Camejo: por las salas, por los mejores estrenos… En Arrecife todavía se abrió una sala más en esa mitad de los 70: el cine Toledo en el barrio de Altavista, propiedad de una familia del norte, Luciano Rodríguez y Carmen Toledo, que se trajeron del cine de Haría un peculiar sistema para insonorizar la sala: forrar las paredes con cartones de huevo, reflejo de cierto ingenio campesino con el que hicieron muchas chanzas los gurfines del Puerto. Ciertamente los cines viejos se sintieron heridos de muerte en cuanto los aparatos de televisión empezaron a formar parte del mobiliario habitual de los hogares, incluso los más humildes. Todavía conocieron un breve repunte, un balón de oxígeno, cuando se estrenaron en España las películas que había prohibido el franquismo, o que habían

En el cine del Callejón, Wandem lo mismo proyectaba películas que organizaba combates de boxeo” sido manipuladas por la censura. Y sobre todo con el boom del destape, de las películas clasificadas “S”. Panchito Spínola, tan religioso él, se negó en rotundo a explotar este filón y le dejó la vía libre a Perdomo, que especializó al cine Triana en este tipo de películas y concibió la idea de refundarlo como “sala X”. Pero no hubo tiempo para más. La fiebre de los videoclubs significó la puntilla definitiva. Hay una fecha clave que marcó el fin de una época: el incendio en extrañas circunstancias del Teatro-Cine Atlántida el 2 de mayo de 1984, treinta y tres años después, la edad de Cristo, de ser inaugurado. El Atlántida fue el principio y el fin. Los demás fueron cerrando uno a uno. El pobre cine Triana todavía permanece tapiado, esperando como cadáver insepulto a que

alguien decida qué hacer con él. El Costa Azul y el Hollywood han venido a demostrar que los gimnasios son mucho más rentables que los cines. El viejo Díaz Pérez, después de muchos años cerrado, es hoy una flamante tienda de cortinas regentada por un cinéfilo de pro, don Andrés Martín, por lo que se puede decir que ha caído en buenas manos. Del cine Toledo apenas puede reconocerse el huequito donde estaba la taquilla. El Atlántida fue el único que se reconvirtió en un multicines, pasando de la calle Real a abrirse de cara al Charco, con su lujo de imitación. Juan Perdomo no pudo hacer frente a la debacle por más que intentó adaptarse a las nuevas circunstancias con uno de esos multicines, el Odeón. Pero se le acumularon los problemas, los impagos, y tuvo que ceder ante su gran rival. Le vendió el Odeón a Panchito a cambio de que se hiciera cargo también del personal, de la nómina de empleados que le habían sido fieles toda la vida. Así fue como Camejo terminó trabajando para la competencia. “Podía haber sido multimillonario. Todo fue por culpa de la mala cabeza”, opina Camejo de su antiguo jefe. Pero hay un epílogo para esta historia. Mientras que se rumorea que los multicines de la familia Spínola, el Atlántida y el Deiland, pueden cerrar agobiados por la crisis, cosa que Camejo ni confirma ni desmiente, Juan Perdomo sobrevive en Corralejo con el pequeño multicines Tamaragua y ya le está bullendo en la cabeza un proyecto nuevo: abrir otro multicines en un páramo cerca de Puerto del Rosario. Nos quedamos pensando en el futuro de los cines, que es tan incierto porque todo se sucede demasiado rápido. Nos quedamos pensado que quizá el futuro esté en el pasado, y esperemos que esto no se tome como una soflama reaccionaria. No en los tiempos de los cines viejos, de los cines de barrio, que ya cumplieron su jornada y pasados están. Nos referimos a una época muy anterior: cuando las películas eran ambulantes y se proyectaban sobre una sábana blanca, más bien amarillenta y recosida. Entonces, entonces sí, ver una película volverá a ser un pequeño acontecimiento.

5 De izquierda a derecha, detalle de un proyector y fachada e interior del Cine de teguise.

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La serie B en los pueblos Por dEbAsO v.m. Cuenta Juan Perdomo que él se entusiasmó con esto de traer y poner películas por una novia que tuvo cuando hizo el cuartel en Tenerife. El padre de la muchacha era dueño de una sala en San Andrés, y los chicos se pasaban las tardes-noches metidos en la cabina. De allí no salían. Así fue como Juan empezó a cogerle el tranquillo al proyector y a cambiar de bobina. Cuando volvió a Tinajo se dio cuenta de que lo que faltaba en el pueblo era un cine y se puso manos a la obra. Juan consiguió sacar unas rentas comprando y vendiendo mercancía, que era a lo que se dedicaba, y levantó el edificio en unos terrenos que le cedió don Tomás el cura, un personaje que según se dice cobraba hasta por la velas que se les ponía a los santos y pedía un vaso de estiércol al que quisiera casarse; y que fue amasando así una fortuna. Es curioso, en todo caso, el papel de los curas en la exhibición de cine, presentes en las ciudades y en los pueblos, conformando casi un circuito paralelo al comercial, más interesado (suponemos) en la instrucción pública afín al Régimen que en el puro entretenimiento. Pero Juan Perdomo, como siempre, apuntó todavía más alto. Según su propia versión, encargó los planos sobre los que más tarde construiría los cines de San Bartolomé y La Villa, al arquitecto Antonio Cardona, que era de Las Palmas. Lo que sucedió entonces es que Perdomo se fue a pique por culpa de un negocio ruinoso con una partida de tabaco y tuvo que emigrar a Venezuela. Del cine de Tinajo se tuvo que hacer cargo su señora madre, doña Carmen. Mientras tanto, él se abrió nuevos horizontes trabajando con los profesionales de la radio y televisión caraqueña. El resto ya lo conocen. Los llenazos en los cines de Arrecife decidieron a algunos empresarios a abrirlos también en los pueblos, muy pronto, en los primeros sesenta. Eran independientes de los del Puerto, con sus contratos propios con los distribuidores de Las Palmas, a través de los que se traían las películas. En San Bartolomé hubo dos al mismo tiempo: el del cura en el Salón parroquial (ahora Teatro municipal), que cobraba dos pesetas y media; y el de don Daniel (por Daniel Armas, uno de sus dueños), que era a tres pesetas. En La Villa, como en la mayor parte de los pueblos, sólo se proyectaba los fines de semana. Por la vuelta de abajo estaban los cines de don Paquito el canario (curioso que buena parte de estos exhibidores se llamaran Paco) en Tías y en Uga. También por muchos años en La Tiñosa, junto a otro más de los curas. Se recurría a motores para proyectar porque no había corriente eléctrica. Y los vecinos acudían en masa por las noches alumbrándose el camino con linternas. En Güime no hizo falta empresario: el pueblo se constituyó en cooperativa y compró un proyector. Por la vuelta de arriba, el cine se asentó gracias a don Francisco Rodríguez Toledo que lo llevó por todos los rincones, en las sociedades y en los colegios de Máguez, Mala… También en Guatiza, en la sociedad El Imparcial, o en Tao. En Yé se sentaban a ver las películas sobre sacos de millo. En Haría, Francisco empezó haciendo proyecciones en el salón de Ginesa, donde hoy está el supermercado de la Plaza, hasta que por fin cumplió el sueño de construir un cine, que se conoció también como cine de don Paco. Murió muy joven, al poco tiempo, a mediados de los 70, se dice que en la cabina, a pie de proyector. No ha sido escrita una historia de los cines en Lanzarote, salvo algunos breves apuntes. Los datos se agolpan, las fechas se atropellan. Es difícil establecer una cronología a partir de múltiples y diversos testimonios orales (por lo que pedimos disculpas anticipadas por los errores u omisiones que hayamos podido cometer). Pero una cosa es segura: a quien quiera que se le pregunte


años 50 Por M. J. T. / Ilustración elena betancor por los cines viejos se le ilumina la cara y se le dibuja una sonrisa. En los pueblos el impulso del cine cedió pronto, en cuanto los vecinos se pudieron permitir un coche y prefirieron desplazarse a ver las películas de estreno de Arrecife, que en realidad llegaban a veces con años de retraso respecto a su estreno oficial. Con muchos menos recursos, llegó un momento en que los exhibidores de los pueblos repetían una y otra vez las mismas películas de serie B o Z que llevaban por título Una bala para el diablo o Kung-Fú contra los siete vampiros de oro. A fuerza de proyectarlas las cintas se partían o se quemaban y terminaban perdiendo secuencias enteras por el camino. Aun así, estos cines llegaron hasta bien entrados los ochenta. El de San Bartolomé pasó a carnicería antes de cerrar definitivamente y convertirse en el edificio viejo y abandonado que es hoy. Los actuales propietarios del cine de La Villa lo han convertido en una tienda de antigüedades, pero han tenido el buen gusto de respetar casi íntegramente el edifico e incorporarlo

como un elemento decorativo más, de visita obligada. Justo a la entrada, a la izquierda, han colocado el antiguo proyector. Y detrás están expuestos los planos en planta y alzado del cine, firmados por Antonio Cardona en diciembre del 56. El inmueble del cine de Haría lo comparten hoy un restaurante y una academia de idiomas. En un cuarto trastero junto a la academia todavía pueden admirarse, y tocar con las manos, las paredes forradas con cartones de huevo.

AGRADECIMIENTOS: Ita y Pancho Martín, Jesús Perdomo Ramírez (Archivo de Haría, muchas gracias), Orlando el Conejo, Javier Camejo, Marcial el folklorista, Monzo, Antonio y Gloria, Paco y Carlos Hernández, Vitillo Díaz, Rafael Pérez, familia Perdomo Rodríguez, Paquillo Fernández, Manolo Reina. Para cualquier información: marco@debaso.es · marco@debaso.es · marco@debaso.eshttp:/debasovm.blogspot.com

El cine de La Graduada Por M. J. T. / Fotografía cedida por ildefonso aguilar

5 Tomás Aguilar estudia con su hijo Ildefonso.

Cuando Tomás Aguilar trabajaba como maestro nacional dando clase a los niños de La Graduada –actual colegio de La Marina, en Arrecife– el Ministerio de Cultura tenía reservada una dotación económica para actividades docentes. El padre de Ildefonso Aguilar, que era un apasionado del cine y de la fotografía, sugirió que el dinero se destinará a comprar un proyector de 16 milímetros para que los niños, que no podían asistir a las sesiones del Díaz Pérez o del Atlántida que costaban peseta y media, pudieran disfrutar del acontecimiento que entonces era el cine en clase. Así se hizo. Y todos los chinijos de Lanzarote se trasladaban hasta este centro para gozarse clásicos cómicos de Charles Chaplin y de Oliver Hardy y Stan Laurel (el Gordo y el Flaco, respectivamente). Había sesión todos los días. El Cine Atlántida, en su original ubicación en la calle Real, era de los mejores –si no el mejor– cine de toda Canarias. Asistir a una sesión suponía la ilusión de ir a un sitio mágico, ponerse la camisa más bonita, el vestido más entallado, la sonrisa más verdadera. Las películas tenían forzosamente descanso, para que el proyectista cambiase de bobina, con que se aprovechaba esos minutos para dar vida al bar del cine. Tomás Aguilar se encargaba del proyector y de dibujar las publicidades de los Atlántida. Su hijo Ildefonso Aguilar le ayudaba en aquella labor escrupulosamente artesanal. Eran diapositivas hechas con filtros de papel de colores, con letras rotuladas en tinta china. Todo lo hacían a mano, claro está. Sobre la mesa de casa, unían las pequeñas ‘teselas’ de celofán con cinta adhesiva transparente. El resultado era un diseño de

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una viveza espectacular, muy llamativo como necesita la publicidad ser. Se anunciaban refrescos como el Orange Crush o el canario Clipper, cuya fábrica de Lanzarote se alzaba donde hoy está el instituto Agustín Espinosa. El señor Aguilar tenía reservadas –qué menos, habida cuenta de que no cobraba por su trabajo– dos butacas en el Cine-Teatro Atlántida. Así Ildefonso o cualquier otra persona de su aprecio podría asistir gratuitamente a la sesión de 19.30 o de 22.30 que había todos los días. Los domingos se aumentaba a cuatro sesiones. También se encargaban padre e hijo de pintar las carteleras del cine, que antaño consistían en grandes pizarrones, como los encerados escolares, que se colgaban en una esquina de la calle Real, donde el bar La Marina. Se pintaban los nombres de los estrenos y dibujos alusivos a las películas con pigmentos de colores. En casa de los Aguilar también había cine casero, gracias a la inversión que el padre hizo en un proyector casero, que arrojaba luz sobre una película hecha de papel cebolla semitransparente, de siete centímetros de alto por dos metros de largo, que solía mostrar secuencias de divertidos dibujos animados. El padre le daba a la manivela, y los niños... gozaban. Era un juguete muy popular. El cine en los 50 tenía clamorosos aficionados. También es cierto que era el único entretenimiento del que se disponía. No había wii, ni Emule, ni TDT. El cine era un ritual. Es terrorífico saber que el cine no se ha sabido adaptar a los tiempos. Padecer la falta de respeto a su esencia. Porque el tiempo ha incrementado el precio de la entrada sin aumentar la calidad del servicio. Porque algunos pequeños exhibidores han hecho tremendos esfuerzos por adecuar las salas con equipos de sonido que permitieran escuchar los disparos en THX, pero han fallado en algo fundamental, igual que el público: se han cargado el cine y todos los detalles que lo hacen único. Ahora la cinta se para y no deja los títulos de crédito (con el consecuente cine interruptus que le supone al espectador, que aún está asimilando el final), las luces se encienden pronto y se apagan tarde, los cartuchos de palomitas (sabrosísimos por otra parte) no se comen con inteligencia sino en Dolby Sorround, a veces se escuchan los tiros de la sala de al lado (consecuencia de multicines con demasiadas salas y paredes finas), suenan los teléfonos móviles y uno, en general, entra en la sala como quien va al trastero a coger unas mantas. La entrada vale más de seis euros. En el precio debería estar incluido un mimado servicio para que al espectador le siga compensando la inversión semanal, y no prefiera ahorrar para comprarse un monitor de tremebundas pulgadas, con sus correspondientes altavoces.

Con un entrañable optimismo pre-capitalista. Así se anunciaba el refresco Clipper que se fabricaba en una casa ubicada donde hoy se alza el IES Agustín Espinosa, en el corazón de Arrecife. Pero eran los alcoholes, junto con los tabacos, los productos más anunciados en la prensa local de la época. Ultramarinos Guerra servía a domicilio “el artículo más fino, al precio más económico”, y sólo con marcar el número de teléfono 35 (sí, sólo dos dígitos). Oval 46 se prodigaba en la prensa como un cigarrillo de alta calidad, en aquellos tiempos en que echar nubecitas de humo por la boca era cosa sensual y literaria. Cualquiera con edad sabía que el tabaco mataba, pero para darse por aludido no necesitaba que la cajetilla estuviera ilustrada con desagradables bodegones anatómicos (como los prometidos pulmones carbonizados).


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El arte de arrimarse

pastelera para chuparse los dedos. El paseo por la calle Real era un entretenimiento diario para la gente del centro y un ocio restringido al domingo para los habitantes de los barrios, más ocupados en la faena el resto de la semana. El ambiente en los espacios públicos era infinitamente mayor que el actual. Los chicos de las milicias eran objeto de deseo. Ellas, reunidas en casa de alguna, los veían venir por la calle y se apresuraban a abrir la puerta del zaguan. Se sentaban en la escalera a esperarles. En los periódicos salían las listas con los nombres de los reclutas: Feliciano, Anacleto, Florentino… Alguna de las chicas les respondía con rechufla, pensando que, de puro feos, eran nombres inventados: “Y yo, Filomena”. Iban al cine, al Atlántida, y al fumador a hablar un rato en el descanso, mientras el proyectista cambiaba la bobina. En los pueblos, la cosa adquiría otro cariz. Los bailes de los pueblos tenían también su modus operandi. Las madres seleccionaban a los candidatos y se lo hacían saber a las hijas con una palmadita en el muslo que venía a significar “Ese sí, m´ija’, sal a bailar con él”. En las verbenas el vino corría a mansalva. A fin de cuentas, los bailes en la Democracia y las verbenas del Norte guardaban la similitud de las ganas de afecto. Más remilgados eran los de la capital, más espontáneos los de los pueblos. Pero el peso del rosario era igual para todos.

Los mandamientos del flirteo en el Lanzarote antiguo

Por M. J. T. El paseo dominical de la post-misa era una costumbre irrenunciable. A la iglesia no se podía entrar sino con velo negro de tul y blusa de manga larga. Luego, a pasear por la boca del muelle o a trepar por los cañones del Castillo de San Gabriel. Los padres les daban un ‘tanto’ todas las semanas. Dinero que muchas de ellas capitalizaban en la hucha porque no tenían necesidad ninguna de pagar consumiciones en los cafetines. Si alguien había de pagar, ese era el pretendiente que estuviese colocado. Les invitaban a chocolatines que el profesional camarero del café Janubio les traía sobre un platito. Aún recuerda alguna de ellas como el hijo del ‘Aceituna sin pipa’, le invitó a su futura novia a una tapa consistente en dos caramelos en los famosos bailes de la luz de San Bartolomé. Aún se están riendo. El cortejo entre hombres y mujeres de clase acomodada era cosa de enciclopedia. Tenía sus reglas irrompibles. El primer mandamiento: siempre (siem-pre) se salía en grupo. Era impensable disfrutar de momentos de intimidad en público. Al menos, así rezaba el reglamento. Ellos se acercaban para entablar conversación. Era la forma de empezar. Los noviazgos acostumbraban a ser largos, de 10 ó 12 años, porque constaban de diversas

fases: primero, había que arrimarse; si se tenía éxito, había que conocerse durante largo tiempo y con muchos amigos de por medio; si la cosa iba en serio, él tenía que demostrar su compromiso con un “te quiero” formalizando así la relación. Eran tiempos terribles para los tímidos o los impacientes. Así se frustraron muchos matrimonios, como el de aquellos que estuvieron enamorados durante más de un lustro sin decírselo. Dejándolo para nunca. Diciéndoselo con miradas. Él le escribía cartas desde Tenerife y nunca las enviaba por correo. Cuando se encontraban en Arrecife, le decía que le había escrito, y sacaba el sobre del bolsillo para demostrárselo, pero nunca leía el contenido. Hasta los más juerguistas o los más viajados, se escandalizaban con las costumbres sociales más modernas de capitales europeas como París: “Van por la calle, se paran, ¡y se besan!”, narraba un joven arrecifeño a sus amigos. En el Arrecife, si había un beso era fugaz y antes de las nueve de la noche. Ellos comían tapas de pescadito frito en El Parral, y ellas tomaban café y jugaban a las cartas en La Marina. Los géneros también se separaban entre el bar Bonilla (para ellos) y la dulcería Bonilla (para ellas) que daba unos bizcochitos y unos petisus rellenos de crema

5 Francisco Armas bailando con una joven en la antigua Democracia. Fotografía Colección Francisco Armas 5 Dos amigas pasean por la calle Real comiendo almendras garrapiñadas. Fotografía Colección Rafael Díaz Cabrera

6 Jugueteo de miradas entre un grupo de amigos de Arrecife, en un día de baile en Haría. Fotografia de Javier Reyes.

La solución para los tuertos

5 De abajo a arriba, Rafael Cabrera Díaz, Sebastián Jiménez Sánchez (Comisario Provincial de Excavaciones Arqueológicas) y Gerardo Morales Martinón, miembros de la asociación `Amigos de los Castillos`, retratados en la Torre del Águila. Fotografía de la Colección Rafael Cabrera Díaz

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Por Rafael Cabrera Díaz A un pueblo en el que en dos ocasiones, documentadas, las propias instituciones públicas proyectaron derribar el castillo de San Gabriel, incluso hacer desaparecer el Charco de San Ginés, y otras lindezas; a un pueblo donde las instituciones derribaron un conjunto como el que formaba la recova, casas consistoriales, juzgados, escuelas y otras construcciones del siglo XIX; que hizo desaparecer el muelle de Porto Naos, con sus cañones/norais incluidos; o borró del entramado urbano todo un arbolado parque... la única opción que le queda para su memoria histórica, es su patrimonio fotográfico. En los años sesenta, la ilusión joven de un grupo de entusiastas creó los cimientos para un museo en Arrecife. Incluso, descubrieron un castillo incrustado dentro del propio castillo de San Gabriel... Se creó el museo y se aprovecharon las dependencias descubiertas. Hoy, ni existe el museo, ni nadie se explica el significado laberíntico del interior del castillo. Mientras tanto, se pregonan valores inexistentes creando bastardas zonas históricas, o encausando al pueblo y visitantes a supuestos retazos de nuestra historia local. Más le valiera a este pueblo nuestro, limpiarse de los ya inútiles vestigios de nuestra corta trayectoria en la historia insular. Renovarse de una vez por todas, borrando de nuestro paisaje urbano la constancia diaria de una ciudadanía indiferente y codiciosa, que ni respeta el pasado ni se abre al futuro.

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Valterra,

1954 La democratización del arte Por Eusebio Placeres / Fotografía GuXXXXXX Sorprende, rebuscando entre papeles, toparse con un catálogo perteneciente a una exposición de arte celebrada a mediados de la década de los años cincuenta del pasado siglo. Y sorprende porque entre los artistas participantes se encontraban Manolo Millares, Martín Chirino, Juan Ismael, Felo Monzón y Tony Gallardo que arribaron a Lanzarote procedentes de Gran Canaria. Produce un verdadero shock descubrir un acto cultural de tal calidad compartiendo época con una España aislada y empobrecida bajo la ‘autoridad’ de una dictadura. Las Islas Canarias vivían dentro de un verdadero páramo artístico donde primaba los monumentos exaltadores de la ‘victoria’ de los golpistas y se procuraba cubrir el vacío dejado por el exilio; todo bajo la atenta mirada de la represión y la censura del franquismo. Por cierto, y aunque resulte paradójico, no podemos obviar la militancia izquierdista de los principales autores que exponen en las salas del Cabildo y del Grupo Escolar de la Marina. También es llamativa la disparidad de calidad en las obras expuestas, aún dentro de la trayectoria del propio artista, siendo el caso más relevante el de Martín Chirino que cuelga tres óleos académicos que contrastan fuertemente con su producción escultórica abstracta que en ese mismo período lo sitúa como uno de los más prometedores escultores del archipiélago. El conjunto de la exposición es heterogéneo: copias de cuadros de maestros clásicos entremezclados con caricaturas y lienzos de marcado carácter vanguardista.

En cuanto a la nómina de artistas gratificados por el jurado reseñar que fueron: Cándido Aguilar, Eduardo Millares, Felo Monzón y Félix Cabrera. Por último, queremos recordar que la historia del arte canario considera a la década de los cincuenta del siglo XX como años de Diáspora por haberse producido durante éste periodo una sangría de talentos artísticos que prueban fortuna -y exilio- en la Península, Europa y Sudamérica. La lista es larga pero es necesario enumerarla para tener una cabal idea de la importancia y trascendencia que para nuestra cultura tuvo la enorme fuga de talentos que produce en nuestra tierra durante aquellos tiempos grises dominados por la ‘autarquía’ no sólo económica sino cultural: Francisco Borges, Juan Jaén, Pancho Lasso, César Manrique, Eduardo Gregorio, Manolo Millares, Martín Chirino, Tony Gallardo, Elvireta Escobio, Cristino de Vera, Juan Ismael, Pedro González, Antonio Torres, Manuel Padorno y Juan Hidalgo. La década de los sesenta será escenario de la apertura al mundo de la sociedad española y los artistas canarios cosecharan éxitos en las principales exposiciones artísticas españolas, europeas y americanas. Algunos de aquellos famosos creadores desembarcaron en Lanzarote durante el verano del 54 para exponer sus cuadros mientras se celebraba las populares Fiestas de San Ginés. Bibliografía: Las exposiciones de arte en Arrecife (1950-70). Francisca María Perera Betancort y José Díaz Bethencourt.

5 Muro. Técnica mixta sobre arpillera. Obra de

5 Manolo Millares y Felo Monzón.

EXPOSICIÓN FOTOGRÁFICA

más de medio siglo proa al horizonte

A mitad del siglo XX, el arte dejó de estar recluido en iglesias y salones privados, para exhibirse en recintos públicos. En 1954, la I Exposición Provincial de Arte reunió a los mejores autores del momento en arrecife.

Valterra, 1950. Un barrio en blanco y negro. De vecinos cultivados por la mar. De reuniones en la plaza, de radio en los postigos. Valterra, 2010. Un barrio que consolida sus infraestructuras: alumbrándose, creciendo en aceras y zonas verdes. Con el trabajo y el material de la gente de Lanzarote. Un barrio generador de empleo.

5 Cándido Aguilar con sus dos hijos.

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5 Tragedia, óleo de Freddy Szmull. Fotografía Colección Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias.

PLAN DE BARRIOS Lugar: CSC Valterra Inauguración: 5 de marzo, a las 18.30 Hasta el 19 de marzo Horario de visita: de lunes a viernes, de 17 a 21h

AYUNTAMIENTO DE ARRECIFE Obras y Servicios

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Amanecer en San Bartolomé Por José Hernández González / Fotografía colección josé Hernández Las familias de San Bartolomé despertaron el primero de enero de 1950 muy contentas pues hacía ya años –fueron eternos– que había terminado la guerra civil española, un enfrentamiento que dejó en Lanzarote tantos hogares rotos, además de la sangrienta guerra europea. Los Corujos, con José María Gil y más componentes, habían cantado en esa primera misa de Año Nuevo, y al salir de dicha celebración con el Rancho actuaron en la Plaza. Muchas truchas no se habían hecho, pues en esos últimos años una gran restricción de aceite no las dejaban confeccionar, pero algo nuevo se adivinaba de cambio. ¿Fue una década buena o mala en San Bartolomé? San Bartolomé se destacaba por lo trabajadoras que eran y son sus gentes; todo el pueblo trataba de sobrevivir y la cercanía de Arrecife era una suerte para el pueblo, y en efecto; fue ese municipio la despensa de Arrecife y de casi toda la isla, el hombre estaba trabajando en la agricultura otra parte de ellos en La Costa. ¿Y las mujeres? A estas creo que hay que hacerles un gran reconocimiento, pues la base de economía del pueblo fue de ellas. Las habían que vendían leche, las famosas lecheras de San Bartolomé, otras que vendían verduras, granos, batatas, papas, hierbas para tisanas, flores, hierbas aromáticas, un cabrito, una gallina, huevos, etc. Salían para estar en La Recova a las cuatro o cinco de la mañana, después de haber estado todo el día anterior por los pueblos cercanos comprando, para tener qué llevar para Arrecife. La Sociedad El Porvenir seguía funcionando. En esa primera década de los cincuenta habían comprado un motor para dar luz a ese Casino que hacia veinte y pico de años que estaba funcionando. No sé si era presidente Juan Chicano, uno de los tantos militares del Batallón de Lorca; se había casado en San Bartolomé y se adaptó muy bien a la vida de los lanzaroteños, trabajando en nuestros “enarenados” mientras su suegra vendía leche en Arrecife. ¿Qué más pasaba en San Bartolomé? Se comentaba de la fortuna de Luis Ramírez González que fue de peregrinación a Roma en ese

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año Santo del 1950, y se falleció en Barcelona. Los albaceas se habían hecho cargo de esa fortuna y habían dado la actual Casa de la Cultura de Arrecife a los Padres Salesianos, para que estudiara un niño hijo de cada Parroquia que tenía Lanzarote. Comprar el motor para esa sociedad del Porvenir era un acierto pues abrían los jueves, sábados y domingos; y era una suerte tener “luz eléctrica”; una parte para reunirse la juventud y más socios del pueblo, lo mismo que los famosos Bailes de la Luz que se celebraban el 14, 15, 16 y17 de septiembre y los de la Fiesta de la Vendimia, sobre el 22 de julio, aparte los de Pascuas y Carnaval y “domingo sí y otro no”. Estos últimos eran hasta la media noche, los otros duraban como máximo hasta las tres de la mañana. En 1957 deja la alcaldía Blas Ferrer Díaz. Bajo su mandato se pusieron las tuberías para la traída del agua desde las Maretas de Guaticea y se había hecho el reparto de Las Parcelas a los pobres del pueblo. Las Parcelas eran unas 300 fanegas de terreno que Juan Martín Castrillo, dejó en su testamento al municipio para que pastasen los ganados. Eran tierras que estaban por el Monte de Zonzamas. Con gran acierto se les dio también a las seis escuelas que tenía el municipio, para que con el dinero de su cultivo comprasen material escolar. También dicho alcalde terminó la ermita y la escuela de Montaña Blanca, lo mismo que la Plaza Baja o Paseo y la carnicería en lo que había sido antes la Cueva de Rojas –donde hoy se encuentra el Archivo municipal– pues San Bartolomé fue un pueblo de muchos carniceros. Dejaba el pueblo esos años 50 con el “follón” que se había montado entre el nuevo alcalde César Carrasco Cabrera con motivo de las fiestas Patronales de 1958, y la suspensión también de la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús y San Pedro el 29 de junio de 1959, pues ese año tuvimos en el pueblo unas Misiones Populares y los Padritos estaban todavía por el municipio y el párroco tuvo que suspender dicha fiesta religiosa pues en la Sociedad El Porvenir había anunciado en el programa unos bailes. El agua no llegó al río; al Párroco lo trasladaron a Arrecife.

5 Fotografía tomada durante una intervención quirúrgica en el Hospital Insular. Obsérvese cómo los únicos que llevan mascarillas son los médicos que están realizando la operación. Fotografia Colección Hospital Insular

Por Mass Cultura Hasta que existiera el Hospital Insular, las andanzas sanitarias eran muchas y muy desventuradas. El hospital del Espíritu Santo fue el primero que se construyó en Lanzarote, en el siglo XVIII, en la Villa de Teguise. Se clausuró por escasez de recursos. En el XIX, la isla sólo contaba con un médico y con nueve barberos sangradores, profesor sanitaria reconocida en España desde el XVII y que describía a aquel que era ducho en el arte de sacar dientes y muelas, sangrar y poner ventosas y sanguijuelas; más tarde fue homologable a lo que hoy conocemos como “practicante”. Años después, el Islote del Francés se habilitó como lazareto, una suerte de dispensario dedicado fundamentalmente a quienes padecían enfermedades infecciosas. Hoy, parece que se ha renegado de su uso sanitario y se le preven destinos más ociosos. También cerró. Y la salud de la gente quedó en manos de la medicina popular, compuesta fundamentalmente por cataplasmas e infusiones, que si bien atinaban en algunos casos (a fuerza de haber practicado el empirismo en el cuerpo de uno) eran recetas peligrosas y poco útiles para combatir a los virus que llegaron a la isla en el siglo XX. La gripe del año 20 causó estragos entre los lanzaroteños, que no dejaron de besarse ni de saludarse con abrazos. De hecho, las

señoritas que ya en la década de los años 50 acudían a Acción Católica para atender a los enfermos que lo necesitasen, visitaban con cuidado, pero sin psicosis. La tuberculosis se cebó con familias enteras que vivían de la mar. También había en Arrecife enfermos de lepra a los que se aisló en unas caseta ubicadas en un terreno baldío, en los futuros terrenos del aeropuerto. En 1951, se inauguró el Hospital

“La tuberculosis se cebó con familias enteras, gente con pocos recursos, que vivían de la mar” Insular, gracias a la batalla que libró el doctor José Molina Orosa. A él se le debe el mayor avance en la sanidad que ha vivido esta isla. Y también los pasos más pequeños y firmes, cuando era un médico joven que cobraba en puñaditos de legumbre, siempre sentado junto a quien estuviera enfermo, sin confundirle el nombre, ni la historia. Cuando abrió sus puertas el Hospital Insular, la jornada de José Molina empezaba a las seis de la mañana. Hacía un desayuno ligero –vasito de agua y leche condensada– y se entregaba a un esmerado aseo que culminaba con el vaciado

casi completo de un tarro de colonia. A las ocho menos cuarto estaba como un clavo en la calle, montándose en el coche que le llevaría hasta el centro de trabajo. Como vivía en la calle Real, el trayecto duraba escasos 10 minutos. En el hospital, ejercía como director y médico. Las tareas administrativas nunca le intoxicaron la cabeza, y ni un sólo día dejó de preguntar a los residentes de la Sala de Hombres –la que le estaba asignada– cómo se encontraban. Las Siervas de María primero y las Amantes de Jesús después vinieron a hacerse cargo de los enfermos. Si las familia ahorraban para algo, era para pagar los servicios del hospital. No obstante, si por algo se conoce y reconoce a Molina Orosa es por cobrar en gofio o en otro tipo de productos perecederos. Cuentan quiénes le conocieron que cuando pasaba consulta a domicilio, dejaba dinero entre los dobles de la receta. Sin que el enfermo se enterase, y para que no tuviera que hacer esfuerzos malos para la salud. De don Román, el practicante, se dicen cosas igual de bonitas. Los médicos antaño eran médicos las 24 horas del día, y por delante ponían el sentido común y la solidaridad con los pacientes, generalmente mucho menos favorecidos que ellos. Sin menospreciar a la vital penicilina, ellos mismos eran los auténticos medicamentos.

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años 50

Potaje de ingenio

el ojo de guillermo topham La posguerra en Lanzarote se vivió de forma arisca y angulosa. Gofio para calmar el hambre, cartillas de racionamiento y estraperlo con los alimentos de primera necesidad.

El cronista lanzaroteño protagoniza el primer volumen de la colección ‘islas de memoria’, editada por la fundación césar manrique.

Islas de Memoria

Islas de Memoria conformará una biblioteca básica insular, y servirá para ofrecer una más que necesaria oportunidad a los investigadores locales, preferentemente jóvenes. Se prevé dedicar monografías, a razón de dos por año, a personajes tan diversos como Agustín de la Hoz, Aquiles Heitz, Leandro Perdomo o Jesús Soto, entre otros muchos. Se fomentará así la investigación rigurosa sobre personajes que fueron y son relevantes en el mundo de la ciencia y la cultura lanzaroteña. La Fundación César Manrique apuesta otra vez por la investigación. Por Laura Cabrera / Fotografía coleccion archivo de arrecife

Por Mass Cultura / Fotografía javier reyes En la más cruda posguerra –corría 1940 y sólo habían pasado dos años desde el abrupto final de la Guerra Civil–, Franco declaró el régimen de racionamiento en toda España. El Estado controlaba todos los alimentos y la Delegación Insular era la encargada de establecer qué artículos se repartían, cuánta cantidad y a qué precio. El gofio fue el aporte nutritivo al que se agarraron los más desfavorecidos en Lanzarote (casi todos). La restricción se prolongó hasta 1953. La del agua potable continuó a rachas. En 1957, la sequía hizo que se restringiera el consumo de agua potable: cinco litros por día y por persona. Años antes de llegar a la década que nos ocupa, en 1946, Guillermo Topham escribió una escalofriante editorial en Pronósticos. Hablaba del estraperlo de la leche, un alimento fundamental que se vendía adulterada a los pobres y bajo manga a los que podían dar

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algo a cambio. El periodista, que firmó con su seudónimo habitual (Guito) denunciaba así la dramática situación: “Existen en Arrecife centenares de familias modestas que por no disponer de dinero suficiente y, por qué no decirlo, por no disponer tampoco de suficientes amistades entre los revendedores de leche, se ven en la imposibilidad de adquirir las más mínimas cantidades de este imprescindible producto con que atender a la alimentación de sus numerosos hijos, muchos de ellos enfermos, mientras en los bares y cafés de la ciudad se toma leche por espuertas y mientras en muchas casas de familia se toma leche diariamente y en abundancia gracias, repito, a las buenas ‘amistades’ con las lecheras”. Lo más grave de aquella situación es que ocurría ante la mirada, desviada e impasible, de las instituciones. El periodista exigía

una distribución equitativa y pública: que la la leche fuese intervenida y distribuida en la Plaza del Mercado dando prioridad a enfermos y niños. Lamentaba el cronista que Arrecife siempre fuese la deshonrosa excepción del país (“diariamente la prensa nos muestra casos de mejoramiento de la vida en numerosas poblaciones, gracias a las severas y justas medidas adoptadas por el Gobierno en estrecha colaboración con los Municipios: vigilancia, sanciones, etc. ¿Por qué Arrecife ha de ser siempre la única excepción?”). Mientras continuaba el trapisondo mercadeo, las familias hacían magia con papas y berros, chícharos y algo de manteca. La huerta familiar era fundamental (aunque el sol quemaba muchas cosechas) y desde las cinco de la mañana, había que tener listos pies y brazos para cultivar o vender los alimentos. Fueron años de supervivencia y de ingenio.

La figura del periodista Guillermo Topham marcó un antes y un después en la corriente literario-periodística de Lanzarote. El historiador y periodista Mario Ferrer ha ahondado en el significado de la obra de Topham, un hito en la historia del periodismo de Lanzarote y Canarias. Descendiente de un irlandés que en el siglo XIX se estableció en Arrecife para sacar provecho de la agilidad económica que destilaba su puerto, Topham nació en el periodo de entreguerras, en 1916, en una casona situada frente a la iglesia de San Ginés. Conocido familiarmente como Guito, el virus del periodismo le infectó cuando se embarcó en un proyecto económicamente suicida –Pronósticos–, junto a su amigo Leandro Perdomo. El semanario murió pronto, pero en 1953 él se incorporó a la agencia EFE y montó el semanario Antena. Sus líneas se vertebraban según un principio ético insobornable: la salvaguarda de Lanzarote. Era un habitual en todos los eventos que se fraguaran en la isla, desde los más luctuosos a los más felices. En el puerto o en el Cabildo, en la calle o en su mesa reservada, siempre tomando notas y entrevistándose con sus fuentes. Se mantuvo en activo hasta que su cuerpo le falló. Fue un “cronista impenitente”, nos dice Mario Ferrer en sus páginas. En 1997, Topham fue nombrado Cronista Oficial de Lanzarote, título que no resulta baladí en su caso, ya que él sí aunó por primera vez el oficio periodístico con la labor historiadora. Durante 50 años persiguió la actualidad y la pesó en la balanza del contexto histórico. Escribió historias en las que se observaba el orden de los tiempos. En una isla tan precaria en medios de comunicación a mediados del siglo XX, sus crónicas son hoy la fuente de información principal para seguir la huella de medio siglo de historia.

El otro personaje analizado en Islas de Memoria, Miguel Pereyra de Armas (1841-1908), fue escritor, periodista agudo, crítico teatral, traductor, director de la Escuela Náutica de Tenerife, defensor de ideales liberales, animador de tertulias y eventos culturales, así como un profundo conocedor de la literatura y del pensamiento de su época. Nos lo cuenta José Betancort Mesa, técnico del departamento de Educación del Cabildo y, fundamentalmente, un consumado investigador de la intrahistoria lanzaroteña. No es la primera vez que estudia a Pereyra de Armas, y motivos no le faltan para interesarse, porque el lanzaroteño fue una figura “inusual”. Nació en una familia de terratenientes lanzaroteños (Armas Cabrera) y de adinerados comerciantes tinerfeños (Pereyra). Vivía en el entonces bullicioso puerto de Arrecife, que crecía gracias al comercio de la barrilla y el vino, en esos inicios del siglo XIX. Lo encarrilaron en una educación militar, pero él “truncó las aspiraciones paternas”. No quiso participar de la economía caciquil de Lanzarote, y decidió viajar por Europa. A su regreso, se dedicó al mundo de la cultura. Un tipo progresista, liberal, amigo de la ciencia y la democracia era un garbanzo negro en una sociedad dominada por las teorías católicas y conservadoras; con que se ganó ciertas enemistades después de publicar su primera novela, Tipos de mi tierra (1897). Por su estética naturalista –en la línea de Zola o Pardo Bazán– la catalogaron como una obra “inmoral” y como un “escándalo obsceno”. En esa obra, Pereyra “realiza la visión más extraña e inusual que de Arrecife se había hecho hasta la fecha”. Y es que el escritor describe la ciudad a través del análisis de una curiosa galería de personajes arrecifeños de mediados del siglo XIX, lo más genuino de esa visión de Arrecife.

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Hace medio siglo Por J.J. ROMERO Fotografía Gjavier reyes y Francisco Armas

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i Mass Cultura hubiese nacido hace 47 años y la dictadura franquista lo hubiera permitido, habría dado cuenta de estos datos. Aparecen recogidos en La cronología de Canarias (Centro de la Cultura Popular Canaria, 2006)

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a subsistencia diaria es el problema más acuciante con el que se enfrenta la población. Corren tiempos de autarquía económica y penuria. 60.000 isleños emigran a Venezuela entre 1951 y 1958, la mitad de los que emigrarán entre 1956 y 1970.

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l 22´7% de la población isleña es analfabeta. Ese indicador impulsa iniciativas educativas emblemáticas, pero su influencia queda circunscrita a sectores reducidos de las áreas urbanas, que disfrutan de condiciones de vida muy distintas a la gran masa empobrecida que habita las zonas rurales. 2

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n 1951 se crea la Fundación de la Casa de Colón (Las Palmas), impulsada entre otros por el artista Néstor Álamo. Es referente de la vida cultural y científica.

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n 1956, se abre la primera biblioteca pública en Valverde. Se potencia el hábito lector de la población.

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n 1956 nace el que será un extraordinario novelista y poeta: Felix Francisco Casanova, al que identificarán como el Rimbaud canario.

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n 1954 se rueda en Gran Canaria la coproducción hispano-italiana Tirma, con la actuación de Silvana Pampanini y Marcello Mastroianni. En 1956 se estrena la película Moby Dick, del director John Huston, cuyos exteriores se rodaron en Las Palmas de Gran Canaria.

4 1 Familiares del párroco de Haría, Enrique Dorta. 2 Grupo de amigos pasando el día en el islote de Alegranza. 3. Juan Trujillo, Francisco Armas y Juan Reguera junto al carrito de los helados. 4. Procesión de la virgen del Carmen en la isla de La Graciosa. 5 Hermanos de León,del pueblo de Mala, tocando el timple. 6 1953. Divertimento funambulista

5 Familia de José Mª Perdomo, del pueblo de Mala. 5

durante un asadero en Punta Mujeres. Aparecen varios amigos de Haría: Adolfo Acuña, José Domingo Rodríguez, Jaime Romero y Pedro Cabrera, entre otros.


comic

literatura

libros recomendados Señales que precederán el fin del mundo Yuri Herrera Ed. Periférica

Una historia fabulosa. Un viaje que transcurre sobre la tierra y bajo ella. Este es el viaje de Makina en busca de su hermano. Yuri Herrera expone las falacias humanas, el mundo de los arrabales, las cantinas, los prostíbulos y sus lacras, la droga, las armas, la muerte… Una temprana sabiduría que sólo se adquiere con el dolor.

El libro de los otros

Zadie Smith (VV.AA) Ed. Salamandra

Veintiuna historias asombrosas escritas por autores de ambos lados del Atlántico. Los protagonistas: humanos, monstruos con crisis de identidad, un gigante que sufre por amor, un cachorro en busca de hogar… Textos de la propia Zadie Smith, Nick Hornby (ilustrado por Posy Simmonds), Hari Kunzru, etc. Una fabulosa antología. El mundo sin las personas que lo afean y lo arruinan Patricio Pron Ed. Mondadori

Una escritura incisiva, certera y poderosa. 18 relatos que componen un libro y dan carpetazo a todas los convencionalismos sobre los géneros literarios. Esta es una exploración de la identidad, la memoria y la mentira. La escritura como profesión, arte y, sobre todo, forma de vida.

Aire nuestro

Manuel Vilas Ed. Alfaguara

Esto es una novela, pero también la mejor cadena de la nueva televisión española independiente. En sus once canales caben desde reportajes, entrevistas del futuro, cine X y Teletienda. Johnny Cash recorre España en un Dodge rojo; Sergio Leone hace sus descargas desde el Más allá contra los directores que menospreciaron sus spaghett-westerns… Una ficción mutante de un autor arriesgado y original.

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El hombre que siempre estuvo aquí Por Carlos Battaglini El ser humano siempre acaba decepcionando. Sale el sol. Eres un montón de huesos, un conjunto de células bañado por un río de sangre. Estás inundado de agua. El día es de playa. Tarde o temprano, tendrás que ducharte otra vez, tomar un café con leche, dar los buenos días, abrocharte un cordón, sentarte frente al ordenador, enviar un e-mail, recibir un sms, ir al dentista, esperar una cola, comprar naranjas, querrás que echen al gordo de Gran Hermano, esa cervecita, ya tengo el currito, ahora hipoteca, me caso, coche grande, hijos, pasta, más tranquilidad… Quieres además reconocimiento, deseas ser guay. Nada ha cambiado. Memez es una diosa poderosa que domina las conversaciones, Messi es el mejor, como aquí, no se vive en ningún lado. La realidad, el día a día, es una sinfonía estática amenizada de una rutina transparente que te susurra, “ojalá consiga aparcar”. Una cabeza, dos ojos, dos piernas, dos orejas. No podemos hacer más, esto es lo que hay. El sol reluce redondo, altísimo, colosal. En su interior. Jerome David Salinger tenía 32 años cuando huyó de Manhattan. Ocurrió justo después de publicar y arrasar con su novela magna, El Guardián entre el centeno, en 1951. Nada más salir a la calle, las vivencias del protagonista, Holden Caulfield se convirtieron en la referencia de la adolescencia norteamericana, a la vez que el estilo del texto renovaba la esfera literaria mundial, introduciendo un lenguaje juvenil, fresco, cargado de una implícita erudición. Ese lenguaje que nos resulta hoy tan corriente, tan familiar, emana en gran parte de un río caudaloso, torrencial, pacífico, llamado J.D. Salinger. Y bastó. J.D. conoció el éxito con 32 años y bastó. Eso era todo lo que había ahí fuera. Bigotes, calvos, cinturones. Salinger ya había recibido su ración de vida y exhausto se liberó de Manhattan para descubrir el mundo en Cornish, New Hampshire. Para descubrir el mundo. Era el momento de mirar hacia el interior. Era la ocasión del espíritu, la oportunidad de la realización, un nirvana absoluto. Empezó la fiesta continua, individual. Más allá. Mientras, sobre un tráfico ruidoso de taxis amarillos, y desde el rascacielos de la redacción del semanario que descubrió su talento, el New Yorker, se rumoreaba, “ermitaño, egocéntrico, díscolo”. ¿Dónde está Salinger? clamaba toda la prensa mundial. Desde Cornish, mirando hacia el interior, despidiéndose de la razón, eligiendo el nombre de las cosas, sabiendo

Repóquer de rarezas Cinco experimentos, cinco autores, cinco ensayos, cinco obras maestras. Si vas buscando tebeos convencionales, pasa la página ahora mismo y olvídate de esto. Cinco tebeos, a cada cual más raro. Hay cómic para todos los gustos.

Por Iñigo Franco / Ilustraciones cedidas

CATÁLOGO DE NOVEDADES DE ACME F. C. Ware El que vaya buscando un tebeo al uso, que ni lo abra. Esto no es un tebeo, es un mundo por descubrir. Un mundo de obsesiones, un catálogo de ironía y cinismo, páginas llenas – y cuando digo “llenas” significa “llenas”; no queda el más mínimo espacio en blanco– de anuncios surrealistas, tales como “perros en miniatura explosivos“ o “globos fetales”, desplegables, minúsculas e incontables viñetas de perdedores sin remedio, un planetario que se ilumina en la oscuridad, recortables… Un ataque feroz al consumismo exacerbado de esta época y a este modo de vida americano que nos venden en todas partes. Se lee en posición vertical, horizontal… algo completamente diferente a lo que habías visto hasta ahora. Y con una encuadernación que ya vale el precio que cuesta el libro.

que sólo existe el camino de uno... desde Cornish volando… En la calle, desde fuera, estaba claro: J.D. era un bicho raro que se había despedido del mundo demasiado pronto. Pero sólo Salinger sabía que ahora precisamente estaba por fin, viviendo, descubriéndose. Lleno de energía continuó desgarrando con los avatares de la familia Glass, con Seymour, los carpinteros, con ese relato superior, infinito, de título Teddy. Raro, huraño, sí, y J.D. volando, carteándose con jovencitas, rodeado de mujeres, casándose varias veces, escribiendo para sí mismo. Días de playa en el estómago. El sol saliendo por los intestinos. J.D. siguió siempre celebrando un cumpleaños diario donde sólo asistía un invitado: él. Dos ya eran multitud, volando… Sabía J.D. que no era necesario aparecer para aparecer. Sabía sí, J.D. que daba igual salir o no a diario en la prensa, ser entrevistado, ganar aquel premio, ese dinero, obsesionarse con el protagonismo y el autobombo. Era inútil. Sabía J.D. que la buena literatura se quedaría, que el tiempo escribía; que el talento nunca pasaría inédito, la calidad es eterna, da igual cuando se descubra: la mediocridad se desvanece aunque se insista… nadie recordará a Belén Esteban en 2053. Por eso, a J.D. lo seguiremos leyendo en el 3245, en el 7687, porque todo sigue, nunca hubo principio ni final, el tiempo es ingrávido, el buen arte omnipresente. Más allá del aparcamiento. Ya sabes, como decía Nietzsche, “donde tu no ves nada, yo digo, oh”.

GEORGE SPROTT (1894-1975) Seth Seth nos narra la vida de George desde su nacimiento hasta su muerte. Pero no es una narración de presentación, nudo y desenlace, sino el montaje de un puzzle de diferentes voces: desde historias del propio George Sprott, hasta un narrador que nunca parece saber lo suficiente, pasando por una hija del protagonista, una sobrina, un farmacéutico, televidentes de su programa… y así un interminable periplo por variopintos personajes. Cada uno nos regala una pequeña pero imprescindible información para que nos hagamos a la idea de la personalidad que tenía y de la vida que vivió. Deudor del estilo de Ware, de la línea clara y de las viñetas pequeñas, Seth nos ofrece una obra llena de nostalgia y sus colores ocres y apagados nos meten de lleno en la cabeza, el cuerpo y el corazón de George Sprott.

GÉNESIS Robert Crumb Robert Crumb es el epítome de la autobiografía en cómic. Sin ocultar nada, nos ha mostrado desde siempre sus más profundas obsesiones y sus más oscuras fantasías. Ahora ha trasladado el primero de los libros de la Biblia a imágenes. Atención: no es una sátira. De hecho, él se ha definido como un ilustrador del texto. Es una trascripción exacta de las primeras escrituras. Más de 200 páginas y casi cinco años de trabajo han dejado a un Crumb exhausto por la confección de este trabajo, una obra que se sale de lo común, con la que aprendes que la Biblia que nos enseñaron de pequeños estaba adulterada, aunque no por ello es menos interesante, porque es una historia de asesinatos, incestos, favoritismos, envidias… todo magníficamente dibujado, ambientado y documentado por Robert Crumb.

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comic

INSIDE MOEBIUS Moebius Moebius ha dejado de fumar hierba y emprende no se sabe muy bien qué. ¿Un diario, una liberación, un enfrentamiento? Lo que está claro es que hay que haber leído la obra de Giraud-Moebius para entenderlo y hay que estar dispuesto a leer conversaciones filosóficas. De todo el mundo. Del autor, de sus personajes, de Bin Laden, de Bin Laden cambiado de sexo… Giraud-Moebius es uno de los mejores dibujantes de cómic de todos los tiempos (por no decir el mejor) y sin guión, ni bocetos, ni preparación previa, con la rapidez de un estilográfico y un poco de color, nos regala los altibajos de su vida a raíz de haber dejado las drogas y una muestra de su talento como dibujante y narrador. Excepcional.

TAMARA DREWE Posy Simmonds Posy Simmonds empezó a escribir Gemma Bovary, una especie de serial por entregas diarias basado en Madame Bovary, en The Guardian. Como el espacio del que disponía variaba a diario, tuvo que empezar a insertar texto para que todo cuadrase en la página del periódico y para que la cosa avanzase más rápido. Fue un éxito y Gemma Bovery se convirtió en libro/cómic/novela gráfica. Posy siguió escribiendo para el periódico y comenzó otro culebrón: Tamara Drewe. Es como Gran Hermano. Los personajes están metidos en un pueblo donde no pasa nada. Ya de por sí hay engaños, mentiras, envidias, recelos, adulterios… y en medio de todo llega Tamara para multiplicar todo eso. Intercalando viñetas y texto, Simmonds nos hace una descripción del género humano, con todas sus angustias y debilidades. Un dibujo fresco y desenfadado que recuerda al de las tiras cómicas antiguas para mostrar amor, humor británico y un sorprendente final.

Secuestro de Cuadernos

Una historia dentro de la historia

Mercado de A ecife ¡Por un mercado sano y saludable! Nace un nuevo punto de venta especializado en alimentación. Un mercado donde el artesano y productor vende los productos frescos del país. Carnes, pescados, frutas, verduras, repostería, quesos y un largo etcétera de productos con garantía de calidad. Una oportunidad para desarrollar el sector primario de Lanzarote y llenar la cesta de la compra con calidad autóctona.

Por Luis Arencibia Descubrí Cuadernos del Sureste viviendo en Tenerife, ya habiendo abandonado, afortunadamente, la carrera de Química, y estudiando (esta vez de mi bolsillo) la de Educación Social. Mi compañero de casa tenía un ejemplar, creo que el 9, y creo que no dejé un artículo sin leer. A veces es difícil reconstruir el camino de las propias ideas e inquietudes ‘intelectuales’, pero recuerdo perfectamente el placer de la lectura en aquellas tardes lluviosas. Existía una conexión entre el puñadito de ensayos que me había metido entre pecho y espalda y las problemáticas de una isla que aún entonces detestaba por rancia. Aquella creatividad (sostenida milagrosamente en el tiempo) era más de lo que yo le suponía hasta entonces, y un pequeño motivo para la esperanza. Ya de vuelta a Lanzarote (y de paso a Barcelona) otro amigo me introdujo en la revista. Realmente plantearlo así es quizás mucho decir. Simplemente asistía a las semanales reuniones en las que se fraguaban los contenidos de la publicación, escuchando bastante más que hablando y desenterrando dos pequeños tesoros. El primero, parte de esa otra cara de la sociedad insular en la que se fraguaban e intercambiaban ideas y, el otro, confirmar que los ejercicios del seso no estaban reñidos con el cultivo de la amistad ni con la cerveza. Simplemente había que guardar un orden preciso. Sólo algo después fui consciente de la repercusión y trascendencia de lo que había acontecido justo antes de mi llegada, con el número 11 de la publicación. Me refiero, para quien a estas alturas no lo sepa, a uno de los raros casos de secuestro judicial de un medio escrito acontecidos en la historia democrática española, con motivo del artículo, dentro de la carpeta central dedicada a

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la corrupción, referido a las actividades profesionales de Felipe Fernández Camero, antiguo secretario del Ayuntamiento de Arrecife, expulsado posteriormente de su cargo por el Ministerio de Administraciones Públicas, e imputado actualmente en dos procesos judiciales. Tras leerlo por primera vez, pasó bastante tiempo hasta que volví a releer el mencionado artículo, y confieso que tras ese lapsus de tiempo la segunda sensación fue algo decepcionante. Lo que redescubrí fue un artículo bastante corriente y moliente en su tono y contenido, de esos que aparecen en los suplementos dominicales de la prensa nacional semana sí y otra también, como todos esos que vienen poniendo a la luz la costra que durante varias décadas se ha acumulado en las tuberías del (ex) ‘milagro económico español’. Como muchos lectores también saben, el recorrido judicial que se inició con el secuestro aún no ha acabado, y, tras la victoria de Fernández Camero en el Tribunal Supremo, la “guerra” continuará en el Tribunal Constitucional y, si es preciso, en Estrasburgo. Por el camino, el colectivo ha tenido que hacer frente una multa de 15.000 euros, por lo cual se ha iniciado una campaña de recogida de fondos. Por lo que a mí respecta, sólo me queda expresar a aquellos que siguen en esta lucha mi agradecimiento por todos los momentos. Cuando se junta el cariño con un puñadito de convicciones, las cosas tienen bastante sentido. A pesar de las consecuencias. Para leer el artículo en cuestión y saber como colaborar en la campaña: www.laopiniondelanzarote.com/cuadernos

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música

Neptar Estudios: el templo de la acústica La producción discográfica en Canarias pretende llevarle la contraria al mundo. Ante la caída brutal de las ventas, este archipiélago contraataca con una especie de huelga a la japonesa. Canarias multiplica grupos como Jesucristo panes y peces. Lanzarote está a la vanguardia por muchas razones. Analizamos una de ellas: los Estudios Neptar.

vino al principio y al final de la construcción del estudio, además de la realización del proyecto”, explica Guely. “Todos los materiales, tanto de construcción de los muros como de equipamiento posterior, lo elige la empresa de Newell. Nosotros sólo pusimos el local -una nave industrial ubicada en Tenorio, Arrecife-, mucho trabajo y la piedra volcánica del muro frontal, que fuimos a buscar en una finca privada. Es el toque local del estudio, Newell siempre elige para esta pared rocas autóctonas de cada lugar, pero que tengan cierta porosidad, como la volcánica”. Incluso la mano de obra llegó de fuera, “nos enviaron a cuatro chicos vascos que trabajaron a un ritmo brutal”. Tanto Ane como Guely recuerdan a Newell como un tipo “muy peculiar, con sus manías, pero muy profesional”. En Neptar han grabado su disco algunos de los grupos más notables del rico panorama musical que ahora circuita por Canarias. Los discos de debut de Oscartienealas (Como terminar de una vez por todas con Oscartienealas, 2008) y Monstruobot (Monstruobot, monstruobot, 2009) son quizás los mejores ejemplos dentro del rock. Ahora trabajan en las mezclas finales del tercer disco de Zürych, pero también han grabado discos de new age (Lanzarote notebook), funksoul-jazz (Maiensy, Feel my swing)… Las maquetas de casi todos los grupos de la isla (Cumbia Ebria, Cuarto Ambulante, Perro Cuántico, Franco ha Muerto...) también tienen el sello de Neptar. Ane se encarga de la producción, masterización, mezclas y acaba casi siempre tocando algún instrumento (teclados, guitarras...). Guely se encarga de la parte administrativa: redactar proyectos y conseguir recursos. Les resulta difícil de entender que existiendo Neptar, los grupos canarios se vayan a la península a grabar, incluso aquellos que parten de subvenciones públicas o patrocinios de las instituciones de las islas:

“Puedo entender que haya grupos que busquen un sonido concreto y que sólo lo puedan encontrar en un estudio muy puntual o que se lo proporcione un productor especializado en un estilo. Hay un estudio en Euskadi, también diseñado por Newell, que se ha especializado en el punk y sus subgéneros, y casi todos los grupos nacionales graban allí. O también hay bandas que prefieren grabar en analógico y buscan sonidos más primitivos o sucios. Pero para todo lo demás no hay razones para irse fuera, tanto aquí, en Neptar, como en otros estudios de las islas, hay medios y profesionales cualificados que pueden hacer ese trabajo”, asegura Ane. “Se trata también de crear una industria y ser solidarios con los que dedicamos nuestro tiempo y esfuerzos a la música, dar trabajo a la gente de aquí, pero no por que seamos canarios”, no es una reflexión endogámica, sino porque “estamos en disposición de hacer un buen trabajo, tan profesional como cualquier otro”, afirma Guely. Las nuevas tecnologías, los estudios caseros, la filosofía del punk que arenga al ‘háztelo todo tu mismo’ es otro de los obstáculos a los que se enfrentan hoy los estudios de grabación. “Está muy bien que la gente tenga la posibilidad de recortar gastos y minimizar recursos, pero el resultado no es el mismo porque además de un estudio en condiciones y de todo el equipamiento técnico que ofrecemos, también aportamos nuestra experiencia en el sector, como músicos y en calidad de productores. Una opinión externa siempre favorece, suma en el resultado final”. Hasta la fecha, la experiencia ha sido “muy gratificante, es cierto que la inversión no la vamos a rentabilizar, pero estamos muy orgullosos del trabajo hecho, de los discos que se han grabado aquí”. Hay

Por Mario Alonso Hernández (*) / Fotografía Natividad Betancor Sus prestaciones, su equipamiento, su acústica (aquí está el secreto mejor guardado) y la mano que mece la cuna –Ane Fernández y Guely Robayna–, hacen que Estudios Neptar presente al mundo mundial lo que suena en Lanzarote como si se hubiera grabado en Londres (un suponer). Las excelencias de esta caja de música tienen dos lecturas o explicaciones: una científica que tiene como responsable al ingeniero inglés Philip Newell, un tipo curioso y que merece un reportaje en exclusiva, pero ahora no toca; la segunda, la cara amable, es la humana que representan sus dos gestores. Newell es una especie de gurú de la acústica que ha desarrollado un concepto que bautizó como non enviroment, y que consiste en la “colocación de ‘trampas acústicas’ de forma estratégica orientadas milimétricamente de tal manera que se logra un sonido plano, libre de reverberaciones y sin reflexiones de ondas incontroladas que podrían incidir negativamente en la grabación, mezcla y en definitiva en la escucha”. Esta teoría está basada en la reflexión controlada del sonido en un entorno cerrado y la capacidad real de absorción de frecuencias en todo el espectro; con especial incidencia en las frecuencias más graves. Para captar todos estos sonidos y transformarlos adecuadamente, el estudio tiene unas condiciones arquitectónicas especiales. “La sala principal de grabaciones cuenta con 70 m2, cinco metros de altura y muros construidos con dos tramos de pared articulados. La pared frontal está terminada en piedra volcánica, que por su porosidad proporciona una enorme versatilidad a la hora de recoger el sonido. Esta sala se conecta a la de control a través de un pasillo preparado acústicamente, por lo que se pueden realizar grabaciones de forma simultánea, es decir, con músicos tocando al mismo tiempo en la sala principal y en la de control”. Y para completar la información técnica de Neptar, la música se regula y se recoge en la sala de control con los monitores Reflexión Arts. 234, diseñados también por Philip Newell, específicamente para este tipo de salas.

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Cerrado el capítulo más farragoso y que colmará la inquietud de los más exigentes, abrimos el humano, que tiene capital importancia en este caso concreto. Ane Fernández y Guely Robayna han volcado toda su experiencia y sus conocimientos de más de 30 años compartiendo proyectos musicales en este estudio de grabación. A estas alturas del partido, deberían sobrar las presentaciones, ya que ambos forman parte de la historia del rock conejero. Para los no iniciados, Ane y Guely militaron (y aún militan) en bandas como Cesaguely y los Músicos, Papita Rala, Besos y Rasguños, La Isla o Zürych. Su culto a la música explica, primero, la gran inversión que han realizado en la construcción del estudio; y segundo el celo y la implicación en cada proyecto que llega hasta Neptar.

“El estudio usa una tecnología inspirada en la acústica de los castillos medievales ingleses”

“Cualquier grupo encontraría aquí todo lo que necesitase: tranquilidad, hoteles, un excelente clima y anonimato” Hablar de música con ellos implica dedicación, tiempo. Les apasiona tanto el tema que el reloj se para. Sería absurdo plantear que la construcción de estos estudios no tenía, a priori, un objetivo comercial. Sin embargo, tanto Ane como Guely son sumamente realistas y saben que para rentabilizar esta inversión tendrán que reencarnarse en ellos mismos durante un par de vidas más. Pero como sarna con gusto no pica, ellos siguen firmes al frente de un negocio que no da para mucho en lo monetario, pero que sin embargo les alumbra cada día. Meterse en un proyecto discográfico es para ellos una bocanada de oxígeno que les permite abordar sus respectivas obligaciones laborales (las que llenan la nevera cada mes) con otra perspectiva. El proceso de realización del estudio tiene miga. “Newell sólo

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música anécdotas para todos los gustos, “grupos que llegan con las ideas muy claras, otros comienzan prácticamente de cero; otros que de repente, en el momento final, con el disco terminado, te dicen que quieren que sea más punk, por ejemplo”, pero en líneas generales, “todos acaban siendo muy permeables, llegan con esquemas muy cerrados y poco a poco se dejan aconsejar”. Cuando el trabajo finaliza, Guely cuenta que Ane les da el disco en mano y les dice: “Señores, ahora a ensayar en el local”. Estudios Neptar ofrece sus servicios casi a la carta: “Somos muy flexibles. Si un grupo quiere trabajar con su propio productor, o prefiere mezclar o masterizar en otro estudio no ponemos impedimentos. Y al revés, ponemos toda nuestra experiencia al servicio de los grupos para financiar la grabación, pedir ayudas o subvenciones, producir... También

tenemos nuestro propio sello discográfico, Neptar Records”. Aceptan todo tipo de trabajos, desde grabaciones de particulares para felicitar la navidad a maquetas o discos. Su sueño, que un gran grupo elija su estudio para grabar su disco, “Lanzarote es una isla que tiene un gran atractivo, cualquier grupo encontraría aquí todo lo que necesita, hay grandes hoteles, un excelente clima, tranquilidad e incluso si lo desea, anonimato, pueden pasar desapercibidos si así lo desean”. Recuerdan con cierta tristeza que en el momento en el que comenzó a caminar el proyecto, en Lanzarote se celebraba el Festival de Música Visual –en el que llegó a actuar el mismísimo Brian Eno–, “la idea era vincular los Estudios Neptar a los músicos del festival, pero todo se fue al garete”. Que no decaiga. Si U2 eligieron Marruecos para grabar su último disco, no todo está perdido.

Philip Newell, un tipo singular Nacido en Inglaterra en 1949, comenzó a interesarse por el rock después de descubrir a los Rolling Stones. Comenzó llevando el sonido de una pequeña sala de conciertos para grupos como The Who, Booker T & The M.G.S., Wilson Picket, Arthur Conley etcétera. Como aquello se le daba bien, volcó toda su energía en un sector que por aquel entonces daba sus primeros pasos. En 1969 construyó para Mike Giles (King Crimson) un estudio de 8 pistas; en 1970 montó el primer estudio móvil multipista en Gran Bretaña. Y al año siguiente entró en la Virgin para coordinar la construcción del primer gran estudio residencial. Trabajó con artistas de la talla de Ron Wood (Rolling Stones), John Cale (Velvet Underground), Steve Winwood y Jim Capaldi (Traffic)… En 1973 entró a formar parte del accionariado de Virgin y creó la primera máquina de 24 pistas en Europa. Produjo a Crosby Stills Nash & Young, Jethro Tull, Genesis, Queen, Little Feast, John Lord ( Deep Purple ) y Mike Oldfield, con el que trabajó codo con codo en la grabación del Tubular Bells, un disco que nunca le sedujo por su complejidad, pero del que vaticinó que vendería millones de copias. Con el éxito llegó también el despilfarro (se hizo coleccionista de coches y de hidroaviones). En 1981, con la llegada del punk (Virgin publicó el Never mind the bollocks de los Sex Pistols) y la decisión del propietario de la compañía, Richard Branson, de no secundar su idea de construir un gran estudio en el Caribe (donde Newell había montado su propio negocio de transportes con hidroaviones), vendió sus acciones de la Virgin y se dedicó a diseñar estudios de grabación. En 1992 Newell se instaló en Moaña (Pontevedra), donde mantiene su residencia. Junto a Sergio de Castro montó los estudios Planta Sónica y la empresa Reflexion Arts. Algunos de los estudios que llevan su firma son el Soundtrack (Barcelona), Pink Museum (Liverpool), Blackwing (Londres) Sonobox (Madrid), Rockway (Castellón), Metrópolis (Vigo), Lamiña (Laukariz, País Vasco), Crash (Manresa), Neo Musicbox (Aranda de Duero), Tío Pete (Urduliz, País Vasco), Calma Studis (Manacor) o Cinemar Films (Milladoiro). Su sistema, el non enviroment, está inspirado en la acústica de los castillos medievales ingleses.

(*) Periodista apasionado y apasionante. Especialista en música. Acumula ya 20 años de de experiencia en prensa (RNE, La Gaceta de Las Palmas y desde hace 11 años, Canarias 7) y coordina desde hace cuatro el suplemento cultural del periódico Canarias 7, El Perinqué. Es un apasionado de la música, un habitual en las pinchadas de los locales grancanarios y un imprescindible en todos los festivales de este Archipiélago y de la Península. Pueden seguirle a diario en su blog: La Destilería , un rincón que palia la indiferencia que sigue existiendo ante el trabajo que realizan las bandas canarias. [http://www. canarias7.es/blogs/destileria/]

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5 Carlos Ortega (voz) graba las mezclas finales del que será el próximo disco de Zürych, cuyo lanzamiento está previsto para el mes de abril. Mientras tanto los podremos ver actuar el 13 de marzo en el Café Quilombo (Tenerife).


discos recomendados Por Carlos Matallana Bravo de Laguna

música

música

Corrientes

Pildorazos musicales

La Habitación Roja Universal

(Mushroom Pillow, 2010, España) LHR ya no es aquel grupo indie que desde su Valencia natal no paraba de fabricar rock del bueno y trabajos aún mejores para el goce de un reducido (pero loco) grupo de fans. Ahora siguen rockeros, aunque los podemos incluir en el mainstream del panorama nacional, sin que tenga que verse como algo negativo. Y es que me parece perfecto, sobre todo si no se disimula, y en este sentido es fantástico el sinceramente pretencioso título del nuevo disco, Universal. Como de costumbre buenas guitarras y buen gusto, ¡no fallan!

Javier Álvarez tocó en L anzarote el 29 y 30 de enero de 2010. El público que fue a verlo al P ub Tsunami y al concierto solidario con Haiti quedó noqueado. Porque cantó a capella. Óscartienealas lo acompañó en varios temas y logró calmar la ansiedad concurrencia .

www.myspace.com/lahabitacionroja

En

‘guitarrosa’

de la

este texto el músico

lanzaroteño narra cómo se conocieron en

Famara (1997). Dos

Olimpic Dirty towels

tipos corrientes con

un modus operandi poco sobornable.

(Cuac Música, 2010, España)

Por Óscartienealas / Fotografía cedida ¿Puede algún grupo presumir de haber tocado en el Festival Internacional de Benicassim y girado en el extranjero sin tan siquiera haber editado su primer disco? ¿A qué no? Pues Olimpic sí, y no por suerte sino por calidad. Vencedores del prestigioso Proyecto Demo hace tres años, Olimpic beben del sonido electrónico del Norte que tanto he mencionado por aquí. Este primer trabajo es toda una declaración de intenciones, no deja a nadie sin bailar, y además viene acompañado de un segundo CD lleno de remezclas que merecen mucho la pena. ¡Danke en directo tiene que ser espectacular!

www.myspace.com/olimpicsound

Massive Attack Heligoland

(Virgin Records, 2010, Reino Unido) Grupos como Massive Attack y Portishead demuestran aquello de que quien mucho abarca poco aprieta, con lanzamientos puntuales cada tres o cuatro años para hacer las cosas como en palacio, despacio (pero bien). Heligoland es sin lugar a dudas el trabajo menos eléctrico (que no electrónico) de la banda, donde los ingleses repiten su fórmula de temas de larga duración y voces decadentes made in la ‘aburrida’ Bristol. Te gustará si te hace tilín el trip-hop (renieguen lo que renieguen ellos).

www.myspace.com/massiveattack

Vampire Weekend Contra

(XL Recordings, 2010, Estados Unidos) Que Vampire Weekend no son un grupo convencional es bien conocido porque sólo ellos pueden empezar un disco con un sonoro “in December drinking horchata...” y quedarse tan panchos. Este segundo trabajo no hace más que confirmar lo que Vampire Weekend (su primero) prometía, una mezcla de música tradicional del Oeste norteamericano y sonidos africanos, pero base popera. Destacan sobremanera Horchata, White sky… ¡y el diseño de portada!

www.myspace.com/vampireweekend

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Noticias breves y últimas horas sobre lo que acontece en el panorama del rock canario: Fito, The Godfathers, La Phaze, una nueva productora (Rockthrone Producciones) que dará mucho que hablar, etc.

La casualidad quiso que en el 97, días después de un concierto en el terrero de lucha de Tias, Javier Álvarez se acercara a la Caleta de Famara a tomar un café. Animado por una amiga, me acerqué a su mesa para pedirle que me firmara mi guitarra. La respuesta de Javier: «Por supuesto». Tras contarme que su primera guitarra se la había firmado Emylou Harris años atrás, nos fuimos a cenar junto a su corista Nieves Arilla y otro amigo. Javier Álvarez andaba por aquel entonces inmerso en la gira de su segundo disco, Dos, un álbum arriesgado que dejaba atrás el camino abierto por su primera obra, el disco que pasó de sonar a guitarra y voz en El Retiro a ser el pan de cada día en todas las emisoras del país, convirtiendo a Javier en parte visible de una nueva ola de cantautores en la que nadie le preguntó nunca si quería nadar. Años después la casualidad quiso que durante una visita a Lanzarote, Javier encontrara una foto mía en un artículo de la prensa local y exclamara: «¡Yo conozco a este chico!». Supo que yo seguía moviéndome de un lado para a otro, guitarra en mano, y que incluso tenía un trabajo discográfico en la calle firmado como Oscartienealas. El disco llegó a sus oídos y la casualidad forjó el reencuentro. Él, menta-poleo y leche y leche; yo, leche y leche y Jägermeister con hielo. Tras el reencuentro y más de una hora de risas y anécdotas, comenzamos a hablar de nuestras respectivas trayectorias en esto de grabar discos y exhalar el alma en los escenarios. Le hablo de mi corta experiencia, de cómo conseguimos grabar nuestro único disco y de nuestra manera de trabajar: directa y sin tramites ni terceros entre los promotores de conciertos y el artista. Lo curioso del caso es que uno no espera que alguien que ha forjado su carrera con sendos contratos en EMI-Chrisalys y DRO te cuente que el punto al que quiere volver es el punto exacto en el que nos encontramos nosotros ahora: la no dependencia de discográficas que siguen aferrándose al cadáver de la gallina de los huevos de dólar. Javier no guarda rencor a las grandes discográficas, pero desde luego no les tiene ningún cariño. Lo que cuenta me produce un profundo terror, una de las peores cosas que le puede pasar a un artista es que un contrato le obligue a crear lo que se espera de él y no lo que realmente quiere hacer. La compañía siempre le pidió que volviera a ser el Javier Álvarez de los 40 Principales y él simplemente quiso ser Javier. Su ultimo trabajo, Guerrero Álvarez, editado por el pequeño sello Rosevil Productions, ha sido elegido mejor álbum de pop alternativo en los Premios de la Música de este año. El disco se expone de boca en boca, de sala en sala, sin la omnipresencia que provoca los acuerdos comerciales entre las discográficas y los medios de comunicación; sin la necesidad de apuntarse a la última moda de la fotocopia anglosajona de lo que todos adoramos como “indie”. Cualquiera puede darse cuenta de que nadar en el mismo pelotón de lo que se supone la corriente alternativa actual resulta un hecho contradictorio en sí mismo. Javier no brasea en ese pelotón, hace años que cruzó la meta. Guerrero Álvarez (Rosevil Productions, 2009). Puedes escucharlo en www.myspace.com/guerreroalvarez

Por Talí Arenao A puntito de mandar esta revista a imprenta, podemos confirmar la actuación de Fito y los Fitipaldis el próximo 26 de marzo. Justo cuando empieza la Semana Santa, llega al estadio de fútbol de Altavista, Fito presentando su último trabajo, Antes de que cuente diez. Además, no estará sólo, ya que les teloneará La Cabra Mecánica, banda que lidera El Lichis, que ya ha anunciado su disolución una vez acabada la gira con Fito. Y todo esto, por sólo 10€ gracias a Tunera Producciones y el Ayuntamiento de Arrecife. No hay excusas. El trío francés La Phaze, que tan buenas críticas cosechó tras su actuación en el pasado Costa de Músicas, vuelve de nuevo a las islas, en concreto a Gran Canaria el próximo 7 de marzo de la mano de Salán Producciones. Y ésta misma reputada productora se trae el 1 de abril a Las Palmas a los mismísimos The Godfathers, todo un clásico en pleno Jueves Santo. Ya saben nazarenos del rock, la procesión está en la capital grancanaria. Se están preparando unas cuantas cosas interesantes en Lanzarote para los próximos meses que pintan muy bien. Los chicos de AC/RC andan en varias propuestas rockeras en diferentes fechas; una conocida productora tiene en cartera un evento de marcado carácter canario del que conoceremos más detalles el próximo mes; y se están moviendo muchos hilos para animar el verano con todo tipo de actuaciones. Atentos a la pantalla. Los yankis The Muggs, el trío más feo del mundo, al menos ellos se definen así, estarán tocando en el Honky Tonk Express (Santa Cruz de Tenerife), el próximo 18 de abril de la mano de

una nueva, pero experimentada productora conejera, Rockthrone Producciones. Seguro que algo molón tendremos en Lanzarote más pronto que tarde gracias a Rockthrone. Brutalizzed Kids siguen imparables con su segundo disco, y tras parir otro vídeo más (y ya van 4), los días 19 y 20 de marzo andan por tierras vascas descargando su tralla bruta. El FMAC vuelve a la carga. En ésta quinta edición, el Festival de Músicas Alternativas de Canarias se pasea por distintas islas y en Lanzarote tenemos dos citas. Por un lado, el día 6 de marzo, ST Fusión y La Dinamo Sonora mostrarán su peculiar propuesta en el no menos peculiar Charco de San Ginés. Y la segunda cita será el 20 de marzo en el pub Tsunami, en donde los chicharreros Comsat estarán tocando por primera vez en la isla. Habrá que darse un saltito. Pero también nuestros grupos se mueven con motivo del FMAC. El 19 de marzo estará el trío punk-rockabilly Zombierocker en La Carpintería, en la vecina isla de Fuerteventura, junto al Dj Markés, mientras que al día siguiente Mr. Paradise estará en los platos liandola un poco. Los chicos de Zürych marchan el 13 de marzo a Tenerife (Cafe Quilombo) para ir desgranando los temas de lo que será su nuevo disco en una noche que seguro que dejarán un buen sabor de boca. Como seguro que también lo harán los incombustibles Cumbia Ebria el 26 de marzo en el Blanco Bar de la capital chicharrera. Una buena representación de bandas conejeras que poco a poco demuestran la excelente calidad de los nuestros que viven un dulce momento.


fotografía

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ladrones de almas

BIOGRAFÍAS DE LA HABANA La creadora cubana Suzet Ávila lleva hasta la sala de exposiciones Bodegas Rubicón fotografías sobre el paisanaje de la La Habana. La muestra, que ha sido impulsada por la Sociedad de Promoción de Canarias en Europa, enseña una capital construida con guiños, pieles y esquinas. Un lugar donde el ser humano construye la calle con su presencia. Santeras, niños, mujeres esperando tener algo que esperar. Un estilo “sereno”, que no fuerza las normas. Gente de todos los colores, edades y profesiones. Es un paseo al natural por las calles cubanas. Suzet Ávila se graduó en la Academia de Artes Plásticas de San Alejandro, en 2008, en la especialidad de escultura. Actualmente trabaja como profesora en la Escuela Taller de Restauración Gaspar Melchor de Jovellanos. ¿El transfondo de la exposición? La “diversidad sociológica” de la población cubana, una característica que la isla caribeña ha adquirido con el paso del tiempo y las encrucijadas poblacionales. Algo sabe Canarias al respecto.

El MIAC estrena ‘Individuo e Identidad’, una muestra de 22 retratos fotográficos pertenecientes a la Colección Ordóñez Falcón de Fotografía (COFF)

Por Laura Cabrera / Fotografía Pierre Gonnord Hay miradas que se nos pierden detrás de las orejas. Y también hay arrugas que no se perciben o que si se ven, no significan nada, porque el que mira suele hacerlo a trompicones. Para curar nuestra tartamudez visual, está Pierre Gonnord (Cholet, Francia, 1963), un fotógrafo francés afincado en Madrid que se ha especializado en escrutar almas, en el dificultoso género del retrato fotográfico. Profesionalizó su afición sin darse cuenta. Y de darle el empujón que a veces se precisa en estas lides se encargaron sus amigos, el diseñador David Delfín y la polifacética Bimba Bosé. Su primer comprador fue el mismísimo Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. Obtuvo el reconocimiento de la reconocida galerista Juana de Aizpuru y expuso en Arco. Desde entonces, sus obras ruedan por las salas expositivas de Europa. Dice que le gusta sacar la energía de los rostros, a los que siempre busca fondos y escenarios para convertirlos en protagonistas absolutos. Podremos ver el trabajo de Gonnord el próximo 19 de marzo, en la muestra Individuo e Identidad, que recopila 22 fotografías de la excelente Colección Ordóñez Falcón de Fotografía (COFF). Junto a él, creadores internacionales como el neoyorkino Zhang Huan que presenta la serie Family Tree, una tipología de retrato familiar y simbólico (su propio rostro cubierto por los nombres de su árbol genealógico) o Andrés Serrano (Nueva York, 1950), uno de los creadores contemporáneos más mitificados, quizás porque ha incluido fluidos corporales en sus obras o porque una de ellas fue portada de un disco de Metallica (Reload). Material que la prensa fagocita con deliberado placer. Para conocer su obra y no sus mitos, podremos ver su serie América, que considera su mayor logro: más de 100 retratos de 127 por 152,4 centímetros que representan la diversidad cultural de América, un país de inmigrantes. Tres años de trabajo para retratar a famosos (Arthur Miller, B. B. King) y a ciudadanos corrientes (un boy scout, un médico, un obispo de la Iglesia ortodoxa rusa...). Todo, bajo la mirada crítica de Serrano. La muestra está comisionada por Javier González de Durana, director artístico del Tenerife Espacio de las Artes (TEA). La Colección Ordóñez Falcón de Fotografía (COFF) comenzó a formarse a finales de los años 70 y actualmente es una de las más demandadas por los museos. En virtud de un acuerdo de depósito alcanzado entre el Cabildo de Tenerife y la Fundación COFF, las obras que conforman esta colección, antes distribuidas por diferentes museos contemporáneos, estarán depositadas en el Tenerife Espacio de las Artes (TEA) durante diez años. Este centro se encargará de su exhibición y conservación durante ese periodo de tiempo. El conjunto fotográfico abarca 1.300 obras. Lo que veremos en el MIAC será una cuidadosa selección: únicamente rostros humanos indagados. Retratos... Ese género para la introspección psicológica.

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Criaturas de la isla Hasta el 27 de marzo Lugar: Bodegas Rubicón (Ctra. Teguise-Yaiza, 2. La Geria) Horario: de 10 a 17, de lunes a domingo. www.vinosrubicon.com

agenda de cultura y ocio marzo ’10 ISLAS DE MÚSICA, TEATRO Y DANZA FMAC. Festival de Músicas Alternativas de Canarias

LANZAROTE 6 de marzo St. Fusión + La Dinamo Sonora Lugar: Charco de San Ginés Hora: 22.00

26 de marzo COMSAT Lugar: Pub Tsunami Hora: 23.00 FUERTEVENTURA 19 de marzo Zombierocker + DJ Markés Lugar: La Carpintería (Puerto del Rosario) Hora: 23.30 Individuo e identidad Colección Ordóñez-Falcón de Fotografía Inauguración: 19 de marzo Lugar: Museo Internacional de Arte Contemporáneo (MIAC). Castillo de San José.

20 de marzo Flooding + Mr. Paradise Lugar: La Carpintería (Puerto del Rosario) Hora: 23.30 Festival de Ópera de Las Palmas de Gran Canaria 14 de marzo La Sonnambula Lugar: Teatro Pérez Galdós (Las Palmas) Hora: 19.30 16, 18 y 20 de marzo, Hora: 20.30

Festival Musitemático La Orotava. Del 1 al 21 de marzo Pablo Milanés Sábado 6, 21.30, Auditorio Teobaldo Power Fabiola Socas

Un payaso canario en el mundo Timbiriqui Teatro Lugar: Colegio de Tinajo Viernes 12 Hora: 11.00

Exposiciones Pipo Hernández Rivero Jueves 11, 21.00, Jardines Victoria

Ignacio Encinas & Maya Dashuck Viernes 12, 21.30, Auditorio Teobaldo Power Dublín Gospel Choir Sábado 13, 21.30, Iglesia de San Agustín Tango Siempre Jueves 18, 21.00, Auditorio Teobaldo Power María Dolores Pradera Viernes 19, 21.30, Teatro Liceo de Taoro El Sueño de Morfeo Sábado 20, 22.30, Jardines Victoria

Circuito Canario LANZAROTE 4 de marzo Los mares habitados 2RC Teatro. Lugar: Teatro de San Bartolomé. Hora: 21.00

www.gobiernodecanarias.org/cultura

Sala de Arte Contemporáneo. Museo Municipal de Santa Cruz de Tenerife Hasta el 21 de marzo

En lugar del cuerpo Raquel Ponce. Tragaluz Digital. Museo Municipal de Santa Cruz de Tenerife Hasta el 21 de marzo Scanner Daniel Canogar. Espacio Cultural El Tanque. Santa Cruz de Tenerife Del 12 de marzo al 9 de mayo


arte

agenda cultural de la concejalía de cultura. marzo de 2010

Acogidos a sagrado Por Sergio Murillo / Fotografía natividad betancor La Iglesia Católica fue durante varios siglos el mejor cliente para los talleres de arte, que hasta finales del siglo XVII estuvieron formados por artesanos que trabajaban fuera de Canarias, en la Baja Andalucía o en Flandes. Se producían imágenes religiosas, pinturas, ornamentos para sacristías, piezas de orfebrería, etc. Hoy, el Museo de Arte Sacro de Haría (MASH), ubicado en la parroquia de Nuestra Señora de la Encarnación recoge en una exposición algunas de los mejores ejemplos de la iconografía de la Virgen en Canarias. Algunos de los objetos que conforman la muestra estuvieron guardados en la antigua Iglesia de Haría. Su derrumbe provocó que en 1956 se decidiera su derribo, ante el peligro de ruina, y los fondos del futuro museo sacro se guardaron en almacenes municipales y en casas particulares. Varias vicisitudes técnicas con los edificios hicieron que los vecinos de Haría buscarán soluciones. La lucha derivó en una escuela-taller que reformó el edificio donde hoy se ubica el Museo. La Virgen de las Mercedes. 200 años de camino podrá verse en el MASH hasta el 20 de marzo. La Virgen de la Encarnación, de uno de los mejores imagineros del Archipiélago, el escultor José Luján Pérez, es junto a la Virgen de Guadalupe la estrella de la exposición. Junto con la contundente pintura barrocha de José González Aguiar. La exposición se ha organizado para celebrar los 200 años de historia de la ermita de Las Mercedes de Mala y puede visitarse los sábados, de 10.00 a 14.00 horas. La Virgen de las Mercedes. 200 años de camino. Lugar: Museo de Arte Sacro de Haría (Plaza de Haría) Horario de visita: sábados, de 10 a 14h. Visitas fuera de horario: 928 529 660 (Miguel) y 928 83 50 11 (Pablo)

cultur Ayuntamiento de Arrecife Concejalía de Cultura

música

exposiciones > SALA CASTILLO DE SAN GABRIEL LA UTOPÍA ENERGÉTICA. PLANES DE DESARROLLO INDUSTRIAL EN LANZAROTE A MEDIADOS SIGLO XX Comisarios: Mario Ferrer, Félix Delgado. ORGANIZA: Concejalía de Cultura LUGAR: SALA DE EXPOSICIONES del Castillo de San Gabriel. HORARIO DE VISITA: de Lunes a Viernes de 10.00 a 16.00 h. Sábados de 10 a 14.00 h. > SALA CHARCO SAN GINÉS CON MOTIVO DEL DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER TRABAJADORA RAQUEL BETANCORT FAJARDO, ITZIAR ÁLVAREZ TOLOSA, CRISTINA G. TEMPRANO ORGANIZA: MARARÍA COLABORA: Concejalía de Cultura. Ayuntamiento de Arrecife INAUGURACIÓN: 4 de marzo de 2010. 20.30h. FECHA: del 4 al 31 de marzo de 2010 LUGAR: SALA DE EXPOSICIONES Charco de San Ginés HORARIO DE VISITA: de martes a Viernes de 10.00 a 16.00 h. Sábados de 10.00 a 16.00 h.

FMAC. Festival de Músicas Alternativas de Canarias ST FUSIÓN + LA DINAMO SONORA ORGANIZA: FMAC COLABORA: Concejalía de Cultura FECHA: 20 de marzo LUGAR: Charco de San Ginés HORA: 22.00 h. FECHA: 20 de marzo LUGAR: Tsunami HORA: 22.00 h.

artes escénicas MALPAIS 2010. Festival de las Artes Escénicas Del 26 de marzo al 22 de mayo de 2010. Organiza: Tunera producciones Patrocina: Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Arrecife

RED DE BIBLIOTECAS MUNICIPALES DE ARRECIFE e-mail: bibliotecas@arrecife.es Teléfono: 928 806 776 Fax: 928 801 509

Biblioteca Arrecife Plaza de la Constitución Nº 5 -1 A – Arrecife Teléfono: 928 803 198 Horario de 09.00 a 13.00 y de 17.00 a 20.00 h.

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Biblioteca Infantil C/ La Inés s/n - Arrecife Teléfono: 928 805 595 Horario de 17.00 a 20.00 h.

SERVICIOS PERMANENTE

ACTIVIDADES MARZO

* Novedades y boletin la biblioteca recomienda. * Viajeteca. * Internet ( en toda la red) wifiteca biblioteca central * Encuadernación. *Plastificadora.

* Una semana una palabra. * Mención día de la mujer trabajadora. “Actuación cuentacuentos”. * Mencion día del padre. * Mencion dia de la discriminacion racial. * Creación mural de la primavera. * Mi biografía lectora. * Rincón de la poesía. * Colorín colorado. * Rincón del día de las letras canarias


diseño

ciencia

Imagen-protesta

¿A

Una innovadora exposición mostrará en abril 120 carteles reivindicativos, realizados por 25 diseñadores gráficos

Por NU.N. / Ilustración cedida Existe la generalizada idea de que el diseño gráfico consiste en elegir líneas y colores, siempre bajo las directrices de un mensaje. Que el diseño es una disciplina secundaria, un tanto frívolo y dirigido a una clase restringida de estetas; siempre bajo el yugo de las letras. Un embellecedor de productos. Concepción errónea. La Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) celebra su 25 aniversario con un proyecto de diseño social y crítica titulado Agitadores de conciencia. Gráfica Comprometida y compuesto por obras de diseñadores internacionales que “van más allá de los parámetros formales, estéticos o mercantiles que genéricamente definen la profesión del diseñador gráfico”. Obras de responsabilidad social, con principios éticos. Es la cuota de participación en la lucha por comunicar ideas que tienen

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los diseñadores gráficos; una muestra de “talento creativo y de compromiso social”. En abril, la Sala de Exposiciones Charco de San Ginés albergará esta muestra. Un total de 120 carteles concebidos por 25 diseñadores internacionales (España, Francia, Méjico, Israel, A lemania, Argentina, Inglaterra, Polonia, Rusia y Zimbabwe) para inf luir, para gritar en voz alta o susurrar suavemente mensajes de calado. La muestra está comisariada por el diseñador canario Ofelio Serpa, profesor de diseño gráfico de la Escuela de Arte y Superior de Diseño Fernando Estévez y habitual colaborador de la UIMP. Entre los temas: el conflicto palestinoisraelí, el cambio climático, el hambre, la guerra, la violencia doméstica o los niños soldado en África. Diseño con mensaje para agitar la conciencia.

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strellas? e s a l an

Reflexiones desde la IV Conferencia Internacional Helas (Red Europea de Heliosismología y Antrosismología)

Por Laura Cabrera / Ilustración Francisco García Cabrera La divulgación científica es una asignatura pendiente. En los medios de comunicación generalistas y entre las inquietudes de la población española en general. Si nos adentramos en el mundo de la astrofísica, ciencia que todavía hoy se confunde con la astrología, vemos que la oscuridad es casi total. El colectivo Amigos de la Astronomía de Lanzarote organiza observaciones astronómicas, charlas y documentales sobre cuestiones tan fundamentales como ese modelo físico llamado Teoría de las Cuerdas. Es un haz de luz en medio de un panorama más bien yermo. Hace un mes, Arrecife acogió la V Conferencia Internacional Helas (Red Europea de Heliosismología y Antrosismología), un encuentro donde se dieron cita más de un centenar de científicos internacionales. La creme de la creme en el campo de la heliosismología, una disciplina que estudia los movimientos sísmicos que se producen en el Sol. Ocurren de forma constante: las ondas se propagan desde las capas más profundas hasta las más superficiales, y cada 11 años, estos seísmos se embravecen provocando tormentas solares que afectan a los vecinos de este planeta llamado Tierra de una forma extraordinaria y poco conocida: se producen auroras boreales en latitudes mucho menores que las habituales (Reino Unido), se producen sobrecargas en las redes electricas de los países más cercanos al Polo, los GPS dejan de funcionar correctamente y se dañan las comunicaciones por satélite (afectando a la recepción de la señal televisiva, internet, etc.). La astrofísica nos hace girar la mirada hacia un horizonte más amplio, menos antropocentrista. Nos lo explica Sebastián Jiménez Reyes, investigador del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), que pronostica un evidente cambio de mentalidad en las instituciones y en la sociedad cuando se agoten las reservas de hidrocarburos de la Tierra. “Por dentro el sol es un gran reactor nuclear. Cuando los hidrocarburos se terminen, se mirará hacia la estrella para buscar posibilidades de obtención de energía”. La tecnología actual nos permite observar los movimientos sísmicos que se producen incluso en el lado no visible del sol. Haciendo una alegoría musical: podemos escuchar el sonido de las estrellas. Poque cada una de ellas oscila de una forma particular. Es su frecuencia. Igual que podemos identificar un fagot sólo por su sonido, la astrofísica puede identificar los rasgos de una estrella si escucha su frecuencia. Hace dos años, el IES Zonzamas y el IES Arrecife conocieron estos conceptos gracias a un laboratorio práctico llamado La ciencia de los sonidos, realizado por Sebastián y otro compañero al que le interesa la divulgación científica. Sólo sabiendo un poco más el trabajo que desempeña este conjunto de científicos, podremos comprender mejor el cielo y nuestro extraño lugar en el Universo. Baste con saber que no son posibles las explosiones en el espacio, aunque algunas películas de ciencia ficción se tomen la licencia de rodarlas (si no hay oxígeno, no puede haber fuego; es un concepto que se enseña en educación Secundaria). Quizás si conociéramos más el nexo de unión que tiene la vida cotidiana con la astrofísica, apoyaríamos la construcción del E-ELT en La Palma, el mayor telescopio del mundo, con una superficie cercana a tres estadios de fútbol y 932 espejos de 100 kilos cada uno. El otro país candidato es Chile. No se decidirá hasta finales de año. http://www.gtc.iac.es/ Gran Telescopio Canarias. http://www.iac.es/ Instituto de Astrofísica de Canarias http://www.academiadelanzarote.es/AALAD.htm Amigos de la Astronomía de Lanzarote http://www.eso.cl/elt.php Observatorio Europeo Austral (ESO) http://www.nasa.gov/ NASA http://ksnnsp.larc.nasa.gov/21Century/ El Explorador del Siglo XXI (información educativa para niños).

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breves & opninón

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ARRIBAJOS

OPinamos sobre noticias culturales Por Mass Cultura

Revista de Occidente El número 342 de la Revista de Occidente dedica su último número a las islas del mundo: Islas. La exuberancia del límite. Coordinado por Jorge Lozano, participa el poeta canario Andrés Sánchez Robayna, Santos Zunzunegui, Umberto Eco y un largo etcétera de profesionales que trabajan las áreas del pensamiento, la ciencia, y la creación plástica y literaria.

Lancelotto Malocello Lanzarote se prepara para celebrar la llegada a sus costas, hace 700 años, del navegante genovés que le dio nombre: Lancelotto Malocello. El Cabildo de Lanzarote, el Ayuntamiento de Arrecife y la Asociación de Italianos Amigos de Lanzarote han comenzado a trabajar en los actos de conmemoración del séptimo centenario del redescubrimiento de la isla y de Canarias por parte del marino italiano, que tendrá lugar en el año 2012.

¿Vuelve el Festibar? La Concejalía de Juventud del Ayuntamiento de Arrecife tiene el próposito de poner en marcha un “circuito de Música Joven” por lo barrios de Arrecife. El objetivo es facilitar la difusión de la música realizada por los jóvenes, en todos los géneros musicales (rock, pop, hip-hop, rap, etc). Ya han empezado las reuniones con las bandas.

Visita en abril Si marzo viene cargado de buenas noticias expositivas y la visita de Fito, sus Fitipaldis y el gran Lichis (que por fin llegan a Lanzarote, tras haber pasado varias veces por la vecindad de Gran Canaria y Tenerife), abril nos depara la llegada de una banda de rock que es un clásico nacido en el Norte de la Península y que ya nos visitó el año pasado… ¿Adivinan?

El aroma de Doña Inés Una voluta de su aroma (olor a ser humano recién hecho, a sabrosísima y tierna humanidad), se elevó el pasado 22 de febrero para no volver a bajar. Falleció Doña Inés, la cocinera de Haría, a los 94 años y en la misma casa donde nos dio de comer arvejas de cariño y mimos. Hasta siempre, doña Inés.

Silencio, se rueda La Muestra de Cine de Lanzarote –que este año logra por fin categoría de Festival– organizará una exposición sobre los rodajes cinematográficos en la isla. Desde los Los Enanos (1969) de Werner Herzog, hasta Náufragos (2002), considerada como la primera película de ciencia ficción “científicamente creíble” del cine español. El equipo estuvo asesorado por el astronauta Pedro Duque y contó con un planeta Marte de excepcional credibilidad: Timanfaya.

Carlos Rivero en Madrid Juegos y reflexiones sobre un jugoso sustrato: el imaginario infantil. El pintor tinerfeño Carlos Rivero presenta dos óleos de su última serie, Ciénaga, en la exposición colectiva Polimorfo(s) Perverso(s). Podrá verse en la galería Fernando Pradilla. Está comisariada por Andrés Isaac Santana, periodista y crítico de arte.

Grafiti glu-glu Ya tenemos finalistas del I Concurso de Grafiti organizado por Aquapark de Costa Teguise: Eduardo Luque, Juan Sánchez & Mayte Arjona (Málaga), José Guerrero (Madrid), José Manuel Rodríguez (Alicante) y Diego Castro (residente en Lanzarote). Se presentaron más de 130 propuestas de toda España. Los seleccionados tienen dos semanas para realizar los bocetos presentados en las paredes del centro. El ganador se conocerá en la apertura del parque acuático: el 19 de marzo. Foto: diseño de Eduardo Luque.

Congreso de Patrimonio Del 9 al 11 de junio, Lanzarote acogerá el VII Congreso de Patrimonio Histórico, que girará en torno a la investigación de las inscripciones rupestres y el poblamiento de Canarias. Una gran noticia para la divulgación de la arqueología y la historia indígena.

Prostitución. Compra-venta de intereses Definición de prostitución de la que parte esta muestra: “Venderse por dinero o por obtener beneficios específicos a cambio”. Adonay Bermúdez comisaría esta exposición que reunirá en la sala de arte Ermita de San Antonio a creadores con mucha libertad creativa y calidad plástica: el escritor Antonio Gala, Atchen Pounapal (técnica mixta), Fátima Lemes (escultura), Colectivo DNI-Arte (ilustración), Fernando Barbarín (diseño), Guadalupe Carracedo (técnica mixta), el IED (moda), Miguel Pérez (pintura), Nuria Meseguer (técnica mixta) y Rubén Acosta (fotografía). La inauguración: el 5 de marzo, a las 20.30.

Creación literaria Atención, porque tenemos nuevo libro del periodista lanzaroteño José María de Paíz: Bailé con la luna. Está editado por Baile del Sol y el diseño de portada es del creador Fernando Robayna. Una novela corta sobre huidas posibles y los torcidos vericuetos de la mente. Otro libro de cariz bien distinto es La melodía de las ballenas, del escritor Vicente Valiente (Playa Blanca, Lanzarote, 1952) editado por Beginbooks: una fábula sobre el cuidado de la mar.

Museo de la Historia El Ayuntamiento de Arrecife ha iniciado las consultas necesarias para fabricar un almacén en el Castillo de San Gabriel y unos baños anexos, obras necesarias si la fortaleza quiere convertirse en el cacareado Museo de la Historia de Arrecife. José Miguel Márquez Zárate, arquitecto experto en restauración de conjuntos históricos es uno de los asesores de la obra. El edificio está catalogado como BIC, con lo que se necesita el visto bueno del área de Patrimonio del Cabildo para acometer las obras. Buena noticia, pero con sabor agridulce, por el tremendo retraso del proyecto.

Domingo Abreu El tiempo se nos llevó también al maestro Domingo Abreu, profesional de las maderas y las carpinteras. Figura fundamental en la construcción del segundo (y actual) Quiosco de la Música que jalona el Parque Ramírez Cerdá de Arrecife. Hasta siempre, maestro.

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internet

medio ambiente

Un rollo de papel higiénico (cómo ser ecológico en el baño)

Atrapados en la red

Por Andrea Tonetti Santi / Fotografía natividad betancor

Facebook, Tuenti... La irresistible tentación de las redes sociales

Por Nuria Magrans / Ilustración Begoña Izarra “Tengo una nueva solicitud de amistad”. Rápidamente cliqueo en la bandeja de entrada y me sorprendo al encontrarla a ella, casi 30 años después, con su vida más que hilvanada, sonriendo ante la cámara. La misma con la que, compartiendo pupitre, me carteaba. Era común el trasiego de correspondencia entre familiares y amigos y hasta con las compañeras de colegio. Nuestros dedos se encallaban a menudo por el uso constante del bolígrafo y guardo en la memoria el sabor cosquilleante de la goma de los sobres y de los sellos (recuerdo en ellos a un señor casi calvo y después a un hombre más joven con corona: la historia misma reflejada en un pequeño cuadrado de papel timbrado). Las cabinas telefónicas, ataúdes de cristal transparente, tragaban pesetas mientras avisabas que llegabas tarde a casa. Casi sin darnos cuenta, como quien no quiere la cosa, los avances tecnológicos y las ganas de comunicarnos puso en mis manos al primer ordenador (nada que ver con la ruidosa pero apañada máquina de escribir). Sonrío rememorando la reticencia de muchos a ostentar los imprescindibles teléfonos móviles, que distaban entonces de la comodidad del tamaño actual. Y un día se produjo un milagro al que llamaron Internet, con el que se inicia el cambio en la vida de millones de personas. Allí se encontraba toda la información, sin restricciones, una ventana abierta al mundo con infinitas posibilidades. Abro mi cuenta de correo electrónico y el intercambio es fluido y rápido, sin intermediarios. Los de mi generación hemos tenido que adaptarnos a toda velocidad, seducidos por sus múltiples ventajas. Para los que han nacido en décadas posteriores, toda esta historia les sonará a “batallita” . Ellos manejan los teclados casi como una prolongación de su cerebro, y en todo este avatar de descubrimientos, emergen las redes sociales, que van atrapando a gentes de todas las edades. Tal es la proliferación, que surgen dudas sobre su control,

aunque no se diseñaron pensando en la defensa de la privacidad de los usuarios, sino todo lo contrario. Se trata de un sistema abierto y en construcción permanente en el que cada nuevo miembro que ingresa transforma al grupo en otro nuevo. Los más jóvenes han hecho, por ejemplo del Tuenti, su quedada general. Quien no está, no existe. Chatean, se intercambian datos y fotos y pueden abrir su abanico de amigos sin importar las distancias geográficas. En este pasatiempo invierten su tiempo niños cada vez más pequeños y las agencias de protección de datos de los distintos países se afanan por regular esas autopistas de información, en la que algunos inician todo tipo de negocios aprovechando nuestro deseo de tener cuantos más contactos, mejor. Su potencial ha sido probado ya por la clase política, que anda siempre espabilada ante cualquier posibilidad de ganar adeptos. Así lo hizo Obama y consiguió la presidencia de los Estados Unidos. Redes como Facebook permiten el reencuentro con antiguos compañeros, casi olvidados, y al mismo tiempo mantener viva la amistad con los nuevos. Vídeos, imágenes, viajes, chistes, propuestas, sentimientos, afinidades y controversias llenan mi configuración personal. Y atención, parece que las chicas dominan en el social media, como recogen los datos sobre las principales redes mundiales. Su poder está en la independencia. Sólo yo ante mi pantalla, libre ante mis pensamientos, me posiciono sobre mis creencias y deseo encontrar personas que sueñen con minimizar las injusticias que nos separan. Así descubro que en esa idea no estoy sola, ni mucho menos. Mis palabras azules favoritas: “Me gusta compartir”. Les dejo, tengo una notificación.

Hacer caca es una de las primeras cosas que aprendemos a hacer en esta vida, y es un acto absolutamente privado, en cualquier cultura. En cada país nos encontramos distintas formas de limpiarse después de defecar. En los países árabes, cuando iban a hacer sus necesidades al desierto se llevaban dos ‘callaos’, que usaban por dos razones: primera, para ahuyentar a los animales (el golpeteo de las piedras los mantenía alejados) y segunda, para limpiarse (obviamente buscaban piedras muy lisas). En Extremo Oriente y en los países tropicales, que disponen de grandes cantidades de agua, se lavan. Hasta los baños más pobres tienen una manguerita para lavarse después. Fijémonos por último en los occidentales, que en el 1857 inventaron el sistema para ganar dinero hasta con la mierda, importándoles muy poco las masas forestales que tuvieron que cortar, el agua potable gastada y la contaminación generada para fabricar el papel higiénico. Dicen que cada occidental gasta entre 10 y 13 kilos anuales de este ‘sacro’ papel. Prefiero no calcular los árboles que se han tenido que cortar para su producción durante esos 153 años, desde su invención. Estamos hablando de bosques enteros. Antiguamente, también los occidentales se lavaban después de evacuar. Pero después la Iglesia Católica nos enseñó que no podíamos tocarnos el ojete, porque aquel era aun acto impuro. Gran medida de marketing para vender papel higiénico. Si calculamos que sólo la población occidental suma aproximadamente 1.000 millones de

personas (anticipo que nunca he estado en China y no conozco sus costumbres en este menester ni en ningún otro). Bien. Si 1.000 millones de sanos occidentales hacen de cuerpo a diario, gastan de 1 a 3 gramos de papel higiénico en cada deposición. En total, obtenemos una media de 2.000 millones de gramos de papel, es decir, 2.000 toneladas diarias de papel. wUn árbol del que se extrae la celulosa con la que se hacen los mencionados rollos pesa cerca de 1.000 kilos. Con que, son cerca de 2.000 árboles los que tiramos a diario por el retrete en el civilizado mundo occidental. Tremendo negocio para las papeleras y tremendo destrozo para la Naturaleza. Si optáramos, por lavarnos en vez de usar papel higiénico, gastaríamos menos agua y energía. Las fábricas de papel deben ubicarse en las orillas de los ríos o de los lagos, porque la industria papelera necesita mucha agua; agua que luego se devuelve a los ríos con una temperatura mucho más elevada, con un alto contenido en cloro y el añadido de otra sustancias. Resultado: se cargan el río o el lago donde estaban instaladas. Esta es una de las cosas que pasan por usar papel higiénico. Uno de los inventos que resultaron premiados en la Exposición de Paris del 1900, a parte de la Torre Eiffel, fue el bidé. Prueben a usarlo en vez del papel higiénico. Si creen que es un acto impuro, puede confesarse acto seguido, y recibir la absolución. Nos ahorraríamos la tala de 700.000 árboles al año.

1 Es mucho más económico e higiénico (para el ser humano, y para la naturaleza) lavarse con agua, que limpiarse con papel higiénico. 2 Se gastan aproximadamente 2.000 árboles para producir el papel higiénico que los occidentales gastan en un día. 3 El papel higiénico no se puede fabricar del papel reciclado, sale más caro.

4 No tenga asco a sus propios desechos corporales porque son totalmente biodegradables; es decir: con un poquito de agua desaparecen y no queda olor ninguno en las manos.

* http://nuriamagrans.blogspot.com (**) pinturasdepalo@gmail.com

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La Pintadera

gastronomía

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la vida más confortable en Lanzarote Promoción, venta y alquileres * Viviendas totalmente amuebladas, con la calidad de Hormiconsa

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Por Syra Jiménez-Pajarero Arias / Fotografía NATIVIDAD BETANCOR Bibiana (A Coruña) reside en Lanzarote desde hace 14 años. Desde pequeña aprendió el oficio ayudando en el bodegón de sus padres, y lo hizo durante dos décadas. La similitud de la simbología celta –cultura que lleva bien arraigada en el corazón– con los sellos elaborados por los aborígenes canarios motivaron la elección del nombre para su local. Inauguró La Pintadera el 30 de enero de 2010. Nada más abrir la puerta de este caserón de Mácher, se enamoró del sabor de antaño. Es una casa canaria de más de 200 años de antigüedad, que conserva el estilo rústico que tanto atrae al que ama la tradición. Nos recibe una terraza acristalada con capacidad para 60 personas. Su distribuidor nos conduce hacia un patio canario, el Salón Fuerteventura, con el techado cubierto, muy luminoso, con un gran helecho en el centro y una zaranda, una típica destiladera y figuras de terracota como el ídolo de Tara, identificado con el culto a la fertilidad. A la izquierda nos encontramos con la zona de barra y el Salón El Hierro decorado con un original grifo (mírenlo atentamente, se dará

cuenta de que representa una meiga, hecha en cerámica de Sargadelos, un bello pueblo de la provincia de Lugo en el que a principios del siglo XIX se inauguró la fábrica que lleva su nombre). La pared del Salón Lanzarote llama la atención por la perfección de su piedra volcánica. La luz crea un espacio muy agradable sobre las mesas redondas y sus taburetes, a menuda bien nutridas gracias al servicio de pintxos. En la cocina se encuentra siempre María, de Las Palmas, siempre creando e innovando. Bibiana le dice cariñosamente “la abuela en la cocina” por la sabiduría que ha adquirido en su larga trayectoria. Ha pasado sólo un mes desde su apertura y ya se habla de su comida canaria casera y asequible. Sugerimos la ensalada Pintadera, llena de color y sanos ingredientes (lechuga, tomate, cebolla, queso de cabra, salmón ahumado, atún, huevo, aguacate, millo, espárragos…), la tapa de quesos de El Hierro, ahumados, a la plancha con mojo rojo; las raciones puchero (garbanzadas, ropa vieja, estofado, caldo millo, escaldón de gofio); las

carnes (cabrito, cabra, chuletitas de cordero, cochino en adobo); los pescados (gueldes, morena, lapas, pulpo plancha, pulpo a la gallega, puntillas de calamar)… Prácticamente todo. Entre los postres destacan el mousse de higo y gofio, el frangollo y el bienmesabe. Para regar la comida: vinos Rioja, Riberas y canarios. La carta se cocina basándose en la tradición oral isleña. Cada fin de semana se sirve un plato distinto de cada isla. Tomen nota porque próximamente La Pintadera organizará cenas benéficas y actuaciones musicales. Tiene un amplio aparcamiento, un parque infantil protegido y acceso para minusválidos. Los niños serán protagonistas en la programación cultural y lúdica que se está sancochando para 2010. En proyecto: juegos de mesa para animar la sobremesa y una biblioteca. Carretera Arrecife-Mácher T 656 83 00 99 · 656 83 02 14 Horario: de martes a jueves, de 12 a 22h, viernes y sábados, de 12 a 0h, Domingos, de 12 a 18h. Lunes cerrado la.pintadera@hotmail.com

HORMICASA

Sorteamos una comida para 2 personas en La Pintadera

Rellena este cupón y mándalo por correo a nuestra redacción (C/ Gaviota, 3 local 9. Arrecife) o tráelo hasta aquí. Nombre

DNI

¿Dónde compraste la revista? El sorteo se realizará en la redacción el día 20 de marzo. No entrarán en el sorteo los cupones recibidos después del día 19 de marzo.

El ganador del sorteo, realizado el 20 de febrero, de una comida para 2 personas en el Museo del vino ha sido TALLER DE NELA. Que los disfrute.

Teléfono de contacto

Galería Comercial Arrecife Gran Hotel 35500 Arrecife- Lanzarote. 928 800 543 - 660 947 146

www.hormicasa.es



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