Paisajes latentes - Pilar Llop Ripollès 2016-2018

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PAISAJES LATENTES

Una lectura cartográfica de la costa valenciana Pilar Llop Ripollés_MAP 2017-2018


Me gustaría agradecer a todas las personas que han hecho posible esta tesina: -En primer lugar, a mis profesores del Máster, por todos los conocimientos que han compartido con nosotros y por la pasión que han transmitido en cada momento con sus explicaciones y correcciones. -A Marina Cervera, mi tutora de tesina, por sus grandes consejos, su sabia perspectiva, sus correcciones y la motivación que nos ha transmitido desde el principio. -A Abel Regal, ingeniero agrónomo de Burriana, apasionado de las marjales, por dedicarme su tiempo para enseñarme y desvelarme las maravillas de un territorio como el de Burriana. -A Nacho Díez, por estar siempre dispuesto a ayudar, con cualquier duda o consulta. -A Miriam García, por compartir conmigo su experiencia en el mundo de las cartografías y por luchar siempre por las nuevas miradas. -A Maria Goula, mi tutora de prácticas, mi mentora y mi amiga, por ser una persona tan inspiradora para mí, por toda la sabiduría que desprende y que comparte altruistamente. Por su ilusión y su optimismo por hacer las cosas mejor. Por todo el apoyo que me ha ofrecido y por confiar en mí. Gracias Maria. -A mis compañeros de Máster, en especial a Lara del Valle, Maria Jo sé Gaspar, Elena Ribes, Juan Cruz e Ibon Doval, porque su pasión es contagiosa, y sus ganas se imponen a cualquier tipo de cansancio. - Por supuesto, a mis padres, a mi hermano y a Alberto, las piezas clave en mi vida. Gracias a ellos, he tenido la oportunidad y el apoyo para estudiar este máster y no rendirme nunca, han hecho posible que mi sueño se hiciera realidad. Siempre me han ofrecido una palabra de ánimo y de cariño y han compartido conmigo esta pasión. Muchas gracias. -Por último, un gracias especial a mis abuelos, mi luz y mi motivación.


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Introducciรณn

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Bienvenidos al Antropoceno

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El litoral valenciano: Una muerte anunciada

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Instrumentos cartogrรกficos

ร NDICE 04

Nuevas lecturas del territorio

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Aceptar el reto

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Aproximaciรณn metodolรณgica

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El caso de Burriana


00 Introducción

Abstract El objetivo de este estudio es cartografiar las dinámicas de transformación, la variabilidad, la evolución y los procesos silenciados del litoral mediterráneo, para leer y comprehender la costa como un paisaje del agua o “waterscape”. Actualmente, las cartografías de paisaje y de la costa, se limitan a cartografiar realidades medibles, áreas de influencia, límites o polígonos, a escalas que dificultan la comprensión de esos procesos latentes y exceptúan cualquier posibilidad de registrar e interpretar dinámicas del agua. La aproximación metodológica que se propone, parte del estudio detallado de cartografías antiguas y cartas náuticas, que revelan ecosistemas que actualmente se han borrado debido al afán urbanizador, a las prácticas agrícolas insostenibles y a la especulación territorial del turismo masivo de costa, que sigue sin cambios en sus patrones de ocupación. Estos descubrimientos a través de la cartografía histórica, se superponen con datos actuales obtenidos de Gis, y se implementan con un barrido fotográfico del territorio en busca de evidencias y pistas, como rastros de humedad o vegetación, que desvelen la existencia de esos ecosistemas. En el caso de estudio, la costa de Burriana (Castellón), estos indicios revelan un ecosistema de albufera antigua que se repite como patrón en el litoral valenciano. El resultado son cartografías sensibles, unas radiografías de los paisajes latentes que nos ayudan a interiorizar estas dinámicas del agua y a asimilarlas como oportunidad de generar diseños mucho más resilientes para los escenarios de cambio climático y la reflexión del futuro de la costa mediterránea.

Foto superior: Chaoscapes_Fotomontaje de elaboración propia. Suma de escenarios de catástrofe de la playa de Burriana (Castellón), aparecidos en prensa.

Foto inferior: Desembocadura del río Mijares en Almazora (Castellón).El rosario de albuferas y marismas de la Comunidad Valenciana. (Imagen propia)


01 Bienvenidos al

Antropoceno Paul Crutzen, premio Nobel de química en 1995, introdujo dentro de la comunidad científica el concepto de Antropoceno, neologismo que define una época geológica en la que las actividades humanas producidas sobre los ecosistemas tienen un efecto irreversible capaz de alterar el curso del Planeta Tierra. La huella que el ser humano está dejando, quedará para siempre reflejada en el ciclo vital de la tierra, afectando a las generaciones futuras con alteraciones y variaciones de los ritmos naturales. Una huella imborrable que se ceba con los paisajes y ecosistemas más frágiles, como por ejemplo, los costeros. La costa es una interfaz entre dos medios; terrestre y marino, por tanto, es un espacio indefinido, variable y dinámico. Consta de un sin fin de casuísticas ambientales que lo coronan como un ecosistema complejo. Es refugio para muchas especies de aves que nidifican en los humedales, amparo para una flora exigente con los ambientes salinos o lugar de desarrollo de dinámicas sedimentarias, entre otros. Por otra parte, la costa es un territorio codiciado y anhelado por los agentes y especuladores que lo consideran una fuente de ingresos. Este espacio costero está dentro del imaginario colectivo de las familias que lo


buscan en el periodo vacacional para disfrutar de las virtudes de los baños en el mar y los paseos relajantes sintiendo la brisa marina y la arena húmeda en los pies. El fenómeno “turismo de costa”, tan practicado en España, sobretodo en la zona mediterránea, ha desencadenado un conjunto de procesos antrópicos (urbanización, aumento de superficies artificiales, agricultura poco sostenible, etc) que han borrado y silenciado muchas dinámicas naturales de nuestros paisajes de costa, dando lugar a la transformación de zonas húmedas, marismas, dunas, playas, etcétera; en zonas artificiales.(1) El turismo es pues, un motor de perturbaciones. Desde organizaciones como Greenpeace, se genera anualmente un informe con el título de “Destrucción a toda Costa” (2), en el que se investiga a escala municipal y a escala autonómica, cuál es la evolución de los procesos urbanizadores en la costa española y qué efectos tienen en el territorio. Un dato desalentador es que desde hace más de dos décadas, en la costa española se destruyen al día, el equivalente a 2 Has. Hoy en día, el desarrollo urbanístico convencional es incongruente con la salud y los peligros de la zona litoral. Incluso cuando las ciudades han redescubierto y puesto en valor sus waterfronts, las fuerzas dinámicas del océano siguen siendo un reto frente a la infraestructura urbana estática. (3)Topos 87. Coastal strategies. “Resiliency for the city and the sea” Jennifer Bolstad, Walter Meyer. La ocupación inmediata y masiva de la primera línea del litoral tiene graves consecuencias sobre el flujo de materiales en la costa, la biodiversidad y las playas, e incrementa el riesgo en escenarios de temporales, tormentas, etc. Además, estos riesgos se acentuarán con el escenario previsible de cambio climático. Dentro de este panorama, ¿por qué no protegemos y gestionamos adecuadamente este territorio tan valioso? Rosa Barba decía “Cada paisaje lleva impresa la huella de quienes lo han precedido y deja para el futuro otra huella que otros reconocerán en él. Por ello el paisaje continúa”. El ser humano vive en un diálogo con la naturaleza, la cual es el escenario de su vida, por esto es indispensable conocer sus procesos. Para que el diálogo continúe, ambas partes deben asegurar su supervivencia. El conocimiento de nuestros territorios y de las dinámicas y procesos que se llevan a cabo, es un reto que deberíamos ser capaces de asumir y cartografiar para el futuro de nuestros paisajes y en general de nuestro planeta.

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Una muerte

anunciada En el caso del litoral valenciano, la costa es el activo económico por excelencia. Las virtudes de la costa valenciana, el clima, la gastronomía y la variedad de paisajes, han situado este litoral entre los más solicitados para el ocio vacacional. Es un territorio que no sólo se explota durante la época estival, sino que se mantiene activo casi todo el año, aprovechando las benevolencias de un clima suave y soleado. Según datos del INE, el 15% del PIB de la Comunidad Valenciana, se genera en la franja litoral de 500 m desde la ribera del mar. (4).Desde que el turismo mediterráneo se puso de moda a principios del siglo XX con el modelo de “Sol y Playa”, el proceso de litoralización (1) del mediterráneo ha desencadenado una pérdida significativa de territorio natural de costa, transformándolo en terreno artificial a través de cambios en la ocupación del suelo. Las actividades económicas, los asentamientos y la población se han desplazado a la costa. Actualmente, los 60 municipios costeros de la Comunidad Valenciana concentran un 53% de la población total (4), aumentándose ésta en la época estival con


densidades hasta 1000 habitantes por kilómetro cuadrado. Este aumento demográfico estacional debido al turismo, genera unas necesidades de infraestructuras de alta capacidad que el territorio no puede ofrecer por sí mismo y requiere ser transformado para poder asumirlas. Infraestructuras tales como diques, puertos, azudes, presas, espigones, carreteras, urbanizaciones, etc, que han alterado por completo las dinámicas fluviales y costeras del litoral.

urbano resiliente y sostenible. Hace unos días aparecía en las noticias el caso del temporal de la costa onubense. Una intensa tormenta de agua y los fuertes vientos han acarreado numerosos incidentes en el sur de España, centrándose especialmente en las playas. Incluso se han registrado olas de 5 a 7 metros en el golfo de Cádiz que han cubierto la playa de agua, dejando múltiples desperfectos.

El patrón de ocupación de la costa valenciana no ha atendido a ninguna lógica territorial. La urbanización del litoral ha sido muy agresiva con los ecosistemas costeros, los cuales registran una cantidad de hábitats protegidos, algunos de ellos, únicos en el mundo. El rosario de humedales y marismas que cose la franja costera valenciana (90% de la superficie de humedales catalogados de la Comunidad Valenciana (4)) está sometido a una constante presión urbanística que los hace desaparecer silenciosamente.

Estos escenarios de destrucción producen pérdidas materiales importantes e incluso en casos extremos, pérdidas personales. Son episodios costosos ya que los gobiernos deben suplir económicamente los daños producidos; pero por fortuna, estos temporales son puntuales. Aunque se repiten con una cierta recurrencia, son escenarios ocasionales que se pueden prevenir y mitigar si se presta atención a sus dinámicas y se cuantifican sus efectos.

Sin embargo estos ecosistemas palustres (pantanos, lagunas litorales, prados húmedos, marismas, etc), juegan un papel fundamental en la prevención de riesgos de inundación ya que ayudan a mantener la dinámica del ciclo del agua, regulan la temperatura y son capaces de mitigar los impactos producidos en los escenarios de cambio climático.

Los nuevos proyectos que entienden la costa como una infraestructura ecológica de protección y moderación de las catástrofes naturales utilizando los elementos naturales que la matriz ecológica nos aporta, como por ejemplo las marismas, son esperanzadores y nos auguran un futuro sólido y preparado para estos acontecimientos climáticos.

Estos paisajes activos entre la tierra y el mar pueden repensarse como un buffer de protección frente a los incrementos de las mareas, o a las devastadoras tormentas, y además pueden asentar las bases para nuevos patrones de ocupación que generen un frente

Foto superior: Playa del Grao de Burriana (imagen propia) El frente edificado de la playa de Burriana sobre antiguas marismas. Pérdida de los paisajes del agua.


03 Instrumentos cartográficos Como dice Ian McHarg en su libro Desing with Nature, “Un mínimo de percepción puede dar resultados increíbles”(5). Precisamente esa percepción es la que buscamos en este estudio, ese proceso de desgranar los componentes del territorio litoral para descubrir unas dinámicas del agua que son las que moldean y configuran el paisaje. Es importante reivindicar el papel de los recursos cartográficos como mecanismos para el conocimiento de nuestra costa y en general de nuestros territorios. Las cartografías son aproximaciones gráficas que analizan la realidad y la cuentan con una intención, para luego ser interpretada y reflexionada. Las cartografías son la antesala de los planos de proyecto, las que dan pie a interpretaciones y a posibles líneas estratégicas. (6) Por eso, la reflexión sobre las cartografías se enfoca buscando qué elementos deberíamos emplear con el objetivo de narrar, cómo se describen las características de un territorio, cómo se incluye la narrativa de las dinámicas de transformación en el planeamiento y qué escalas son las óptimas para grafiar procesos. Dentro de la reflexión por el futuro de la costa española, las cartografías pueden ayudarnos a imaginar fragmentos de un nuevo paisaje. Un paisaje del agua que sea flexible, que permita el desarrollo de las ciudades de manera responsable y que proteja de estos escenarios de catástrofe. En España, son muchas las energías que se han volcado en la protección y regulación de la costa a través de herramientas legislativas que tratan de preservar los valores intrínsecos de los ecosistemas litorales. La información cartográfica asociada a estas herramientas legislativas, trata de identificar los recursos naturales dentro del soporte, delineándolos con líneas o polígonos, y describir mediante fichas sus valores ecológicos. Sin embargo, la representación necesita ser reenfocada para conseguir narrar las virtudes de estas realidades, pormenorizar las características de un territorio particular incluyendo incluso una narrativa de las transformaciones o las dinámicas de cambio que acontecen. El primer paso para afrontar esta tesina ha sido investigar qué planes, normas, convenios o catálogos nos hablan del espacio costero valenciano y de sus ecosistemas y cómo lo cartografían. Para ello se ha

Cartografía: Humedales incluidos en la Lista Ramsar: Sin embargo, debemos ser conscientes que la mirada de estas “herramientas”, tales como planes especiales y leyes, es un tanto superficial y se enfoca siempre desde el punto de vista urbanístico y de la ocupación del suelo.

recurrido a cuatro escalas de aproximación: la internacional, la comunitaria, la estatal y la autonómica. En primer lugar, de alcance internacional, disponemos de las normas y convenios internacionales, entre las que se encuentra el Convenio de Ramsar. El objetivo principal de este convenio es “la conservación y el uso racional de los humedales mediante acciones locales, regionales y nacionales y gracias a la cooperación internacional, como contribución al logro de un desarrollo sostenible en todo el mundo”.(7) El convenio Ramsar es interesante por ser el primero que subraya la importancia de los humedales. El hecho de abogar por la conservación de un espacio supone un entendimiento de su valor y de su dinámica, así como de su importancia a nivel mundial. Muchos de los humedales dentro de la lista Ramsar forman parte del litoral. (8) Actualmente en España tenemos 74 humedales catalogados dentro de esta lista, de los cuales tan sólo 6, se encuentran en el litoral valenciano. El primer problema relativo a la manera de cartografiar se nos plantea al comprobar el mapa de España con la lista Ramsar. Es un mapa físico en el que aparecen números situados en los puntos donde se localizan los distintos humedales catalogados. Diríamos que se trata de un mapa de localización; sin embargo no encontramos el ámbito que éstos ocupan, ni se cartografían con algún tipo de criterio que nos haga entender su relevancia, su textura o sus virtudes. Junto con el plano aparece una leyenda que relaciona cada número con el humedal correspondiente. Como complemento a este mapa, el Convenio de Ramsar elaboró unas fichas analíticas y descriptivas donde se describe minuciosamente el tipo de humedal que es, el carácter ecológico de la zona, la hidrografía, las jurisdicciones, etc. En general, da una información muy concreta y detallada subrayando sus valores tanto ecológicos como sociales, pero es todo literatura. Se echa en falta una cartografía en la que podamos apreciar estas virtudes y que se muestre cuáles son las áreas de influencia de estos humedales, cómo están comunicados, qué zonas son más húmedas o qué zonas tienen una topografía más deprimida y acumulan más agua, qué intolerancias tienen con la presencia del ser humano, etc. Todas estas sensibilidades gráficas nos aportan información valiosa que


ayuda a comprehender la importancia de este humedal y su necesidad de preservarlo. Por último, el MAPAMA ofrece la posibilidad de descargar un archivo .WMS para introducirlo en sistemas GIS en el que aparecen los ámbitos que ocupan los humedales de la lista Ramsar marcados con una simple línea que configura un polígono. De esta observación surge el primer dilema cartográfico y uno de los más complicados: ¿cuál debería ser la escala adecuada de representación teniendo en cuenta el nivel de detalle que necesitamos para empezar a plasmar texturas, dinámicas del agua, virtudes y fragilidades? Como vemos, una escala estatal no funciona para apreciar sensibilidades. Es apta para localizar elementos, pero no nos narra valores, fragilidades o texturas. La escala que sucede a la internacional, es la comunitaria, aplicable a todos los países de la Comunidad Europea. En este marco, la Comunidad Europea redactó la Directiva 92/43/CEE de Conservación de los hábitats naturales y de flora y fauna silvestres, de la cual emanan la Directiva (79/409/CEE) ZEPA (Zonas de Especial Protección para Aves) y las Listas LIC (lugares propuestos de importancia comunitaria). Ambas establecen zonas especiales de conservación que conforman la Red Natura 2000. Estas dos direc-

tivas van más allá del Convenio Ramsar. Identifican cualquier tipo de espacio natural que tenga un interés ecosistémico y que pueda considerarse un hábitat interesante tanto para la fauna como para la flora. En nuestro caso, al analizar el territorio costero valenciano, apreciamos que hay muchos más espacios identificados en estas dos directivas que en el Listado Ramsar. En concreto, 93 LIC en la Comunidad Valenciana, de los cuales 31 se encuentran en la costa y en el caso de la directiva ZEPA, 40 zonas están identificadas de las cuales 17 forman parte de la costa y coinciden con los LIC. Identificar estos espacios dentro de la costa es muy relevante a la hora de definir el espacio costero. Se aprecia que la costa no es una frontera entre tierra y mar, sino que abarca un sinfín de espacios que aprovechan las dinámicas de la interfaz tierra-mar para desarrollarse. Esta identificación de lugares naturales de interés comunitario viene acompañada de mapas informativos, en los que se muestra la ubicación y el ámbito que abarca su protección pero no se muestra su morfología ni su apariencia. Al menos en este caso, una escala menor nos ayuda a delimitar los ámbitos de los espacios de interés, delimitar su perímetro. Algo muy común en las cartografías es la representa-


ción de áreas con manchas opacas. En este caso, los lugares LIC y ZEPA vienen marcados por una mancha colorida que no deja ver la realidad del elemento delimitado. Es decir, sería interesante restarle opacidad a la mancha y dejar apreciar la textura del elemento marcado, si es un bosque, un prado o un río. Este método nos habla de texturas y ambientes. Aunque estemos representando elementos a una escala elevada, podemos ver a simple vista de qué se tratan, cuál es su estructura paisajística. La tercera escala que vamos a analizar es la estatal. En esta escala es en la que realmente apreciamos el gran problema surgido en España con las políticas públicas por su falta de planificación, previsión y transparencia. La gestión de la costa es compleja ya que engloba a 500 municipios y a fin de cuentas, la toma de decisiones última en el planeamiento y uso de suelo recae en los técnicos municipales. La Ley de Costas de 1988 es la legislación que define y regula el dominio público marítimo terrestre. En el año 2013 aparece una modificación (Ley 2/2013, de 29 de mayo, de protección y uso sostenible del litoral y de modificación de la Ley 22/1988, de Costas) en la que se aboga por un uso mucho más sostenible de la franja costera después de la ocupación descontrolada y de los procesos litoralizadores que se han llevado a cabo. Sin embargo, esta intención por el uso sostenible entra en contradicción al analizar las nuevas servidumbres que modifican a las que previamente se habían establecido en la ley del 1988. La zona de protección tiene una anchura de 100 metros contados desde el límite interior de la ribera del mar. La modificación exceptúa a aquellos tramos litorales que antes de la entrada en vigor de la ley de costas del 1988 ya estuvieran calificados como urbanos o tuvieran un plan parcial ya aprobado con anterioridad al día 1 de enero del 1988. Para todos estos tramos exceptuados, la servidumbre de protección es de 20m. Ha pasado de 100 m a 20 m. Una reducción considerable que favorece la urbanización del frente litoral en esos 80 m que han quedado desamparados.

Cartografías izquierda: Mapa de la Comunidad Valenciana con los Lugares de importancia comunitaria (LIC) y con las Zonas de Especial Protección para las aves (ZEPA) Cartografía superior: Imagen extraída del Geoportal del MAPAMA con las líneas de servidumbre de dominio público marítimo terrestre de la Ley de Costas.


La cartografía que presenta la Ley de Costas es una representación de dichas servidumbres a través de líneas paralelas a la costa. Al comprobar estas líneas apreciamos la contingencia de este criterio de servidumbre. ¿Qué significa la franja 100 m de protección? La costa es un territorio vivo y variable. Existen puntos de la costa en los que sus dinámicas abarcan mucho más que 100 o 200m. El hecho de permitir la construcción a partir de 100m de costa está sentenciando a muchos espacios de marisma a su desaparición. Un posible ejercicio para cualificar y cuantificar el espacio de estas franjas de protección, consistiría en la elaboración de unas cartografías completas de los espacios estratégicos y de valor de la segunda costa. El resultado hablaría de una franja con un espesor variable, no paralela a la costa; un rosario de espacios que se van concatenando y van dibujando los trazos de este espacio litoral. El planteamiento de una Ley de Costas es realmente positivo para el litoral Español, dado que supone un esfuerzo por proteger un territorio valioso. Por desgracia, existen trasfondos especulativos que de alguna manera marcan el desarrollo interesado de esta legislación. Dentro de esta línea del análisis de las dinámicas litorales, existen en España Las Estrategias para la protección de la Costa, un estudio integral que permite que se analicen de forma conjunta todas las variables de este litoral, incluyendo sus valores ambientales y socioeconómicos, junto a los aspectos relacionados con la urbanización que se asienta en la zona.(9) La Dirección General de Sostenibilidad de la Costa y del Mar ha desarrollado Estrategias para la Protección de la Costa en las zonas donde se han detectado a

día de hoy mayores problemas de erosión. En este caso es para las zonas de Huelva, el Maresme, Castellón Sur, Valencia Sur y Granada. En estas Estrategias de dinámica litoral para mejorar los problemas de defensa y erosión, la metodología que se utiliza consiste en: -En primer lugar, en analizar cada uno de los tramos en los que se sectoriza cada zona de estudio (Huelva, Maresme, Castelló, Valencia y Granada). Se define y recopila la información existente con el análisis de las actuaciones que se han realizado, caracterizando morfológicamente la costa, analizando su dinámica litoral y evolución, y detectando las zonas con problemas y las variables que los definen. La autoría de la mayoría de estudios y soluciones adoptadas con anterioridad es de consultorías que realizan de una manera muy analítica y científica, informes de evolución de las costas por las dinámicas litorales. En este caso es interesante ver como esta Estrategia trata de reunir todas las actuaciones previas realizadas por tramos y las coloca en un mismo plano. Sería muy interesante comprobar de manera cartográfica cómo estas actuaciones han influenciado de manera progresiva al deterioro o al desarrollo de la costa según su efectividad. -A continuación se analiza el impacto que el cambio climático puede tener en la costa, basado en datos extraídos del estudio realizado por la Universidad de Cantabria para la Dirección General de Sostenibilidad de la Costa y del Mar: Impactos en la costa española por efecto del cambio climático, y también en el trabajo denominado “Elaboración de los Mapas de Peligrosidad y Riesgo requeridos por el Real Decreto 903/2010 en la Costa Española”. Los datos extraídos


son realmente reveladores. Se vislumbran los efectos del cambio climático en datos reales. Por ejemplo, para la costa de Burriana (Castellón) en el año 2100 se estima un aumento del nivel del mar de 0,93 m, casi 1 m de retranqueo, lo que se traduce en un avance peligroso de la línea del mar de 115 metros aproximadamente debido a la condición de costa plana. Estos datos que son de un interés primordial deberían ser dibujados y cartografiados con precisión para saber qué zonas quedarán afectadas por este retroceso de la línea del mar y cómo afectarán a la población o a los espacios urbanos. Los datos numéricos y las gráficas son claves para cuantificar los efectos, pero si se complementaran con cartografía podrían servir para implementar los planes generales de ordenación urbanística de las ciudades costeras, de manera que cada municipio pudiese ver qué efectos tendría el cambio climático sobre su localidad en un futuro. De esta manera, las propuestas urbanísticas y los futuros desarrollos tendrían en cuenta este factor y se proyectaría con más conciencia del largo plazo. -Con todo lo analizado previamente se presentan propuestas de actuación para cada sector. Las propuestas siguen la lógica de la defensa. Aunque tratan de enmendar los errores del pasado que han alterado las dinámicas litorales, siguen apostando por soluciones fijas, cerradas, para nada flexibles o adaptativas. El problema de estas estrategias es que resolverán el conflicto local de manera temporal, pero en pocos años volverán a necesitar de una interacción humana para resolverse. Habrá que volver a hacer un estudio y volver a proponer soluciones. ¿No sería más lógico proponer unas estrategias en conjunto, al igual que en Holanda, que resuelvan los problemas a largo plazo teniendo en cuenta todas las dinámicas que están por venir? Resulta difícil de creer que tras un detallado estudio de las consecuencias del cambio climático, las respuestas de esta Estrategia para la protección de la Costa, sean de nuevo construcción de diques, aporte de sedimentos, vertidos de arena o excavaciones. Aún nos queda mucho por reflexionar en España En cuanto a la cartografía, los planos de las propuestas que vemos en la imagen, son bastante simplificados, dibujados con líneas sobre las ortofotos de los tramos. La escala entra en contradicción de nuevo con el mensaje de la cartografía. -Finalmente, el último paso de este método, son las fases de ejecución mostrando las prioridades de actuación. Estás fases marcarán el ritmo de actuación y priorizarán las intervenciones más urgentes para actuar con rapidez. Recogiendo toda esta información, vislumbramos cierta intención de empezar a pensar en la costa

como un territorio frágil que va a sufrir las amenazas del cambio climático. Que haya una estrategia en España que plantee estos temas, es un paso cualitativo hacia el futuro. Sin embargo, este pequeño avance debe seguir madurándose ya que los planteamientos de resiliencia costera aún no entran en los planes de nuestras instituciones. Es un reto arduo tratar de cambiar una mentalidad que lleva décadas enfrentándose al mar, combatiéndolo y defendiéndose de él, en vez de vivirlo y asimilarlo a través de los ecosistemas costeros, como hacen los holandeses y como reivindica Anuradha Mathur con su frase “The accomodation of the sea, not a war against it” (10) Por último, la última escala de análisis de las herramientas cartográficas es autonómica. En la Comunidad Valenciana existen varios planes de acción territorial interesantes. Sin duda el que mejor se adapta a este estudio es el PATIVEL (Plan de acción territorial de infraestructura verde del litoral). El principio general del PATIVEL es la conservación activa del litoral, en el sentido establecido en la Estrategia Territorial Europea, es decir, compatibilizando la protección de sus múltiples valores ambientales, territoriales, culturales, paisajísticos, de protección frente a riesgos, con la puesta en valor de los mismos (4). El PATIVEL parte de la premisa de que la franja litoral presta una serie de servicios muy beneficiosos para el conjunto de la sociedad, unos de mercado, como la oferta hotelera y la agricultura, y otros mucho más ecosistémicos, como la biodiversidad, la protección y mitigación frente a riesgos de inundación, la protección frente a la intrusión salina, etc. Estos suelos litorales se plantean como áreas estraté-


Cartografías superiores: Mapas de las Estrategias para la protección de la Costa. (1_Mapa de riesgos, 2_Proyectos, 3_Superposición de la variación de la línea de costa de 2004 a 2012.)

gicas de conexión entre el sistema litoral y el territorio de interior, facilitando la creación de una infraestructura verde de conexión entre el mar y el interior. Debido al desarrollo urbanístico de los últimos años, estos espacios son escasos y deben protegerse para evitar que el ciclón especulativo prolifere y los destruya como hace unos años. En comparación con la Ley de Costas, el PATIVEL define un ámbito de estudio mayor. El ámbito estricto es una franja de 500m medidos paralelamente a la ribera del mar, que coincide con el área de influencia definida en la legislación de costas. Sin embargo, es un límite flexible, ya que se amplía cuando existe un elemento de conexión territorial que puede incorporarse a la infraestructura verde. Además existen dos ámbitos más: el ámbito ampliado o de refuerzo, de 1000 m desde la ribera del mar y un ámbito de conexión de 2000 m que sirve de estudio de la franja litoral y permite la materialización de la conectividad de la infraestructura verde litoral. Posiblemente esta franja de 2000m sea la más sugerente, donde sucede realmente el fenómeno de la segunda costa (11). Este concepto, expuesto por Maria Goula en su investigación, propone la idea de multiplicar la línea de costa (incluido todo aquello que está asociado a ella, como por ejemplo sus servicios, su paisaje y su programa) y de estudiarla por su potencial intrínseco para nuevos desarrollos turístico. El paisaje del interior se ha reconocido y valorado como paisaje cultural pero nunca antes se había planteado como estratégico para el desarrollo turístico. La segunda costa se da en unos espacios donde la presencia del agua no es tan evidente como en la costa, y sin embargo, es fundamental para la morfología de esos paisajes de manera imperceptible forman parte

del sistema costero. Estas áreas suelen estar colonizadas por agricultura debido a la fertilidad de sus tierras, y se asientan sobre antiguas marismas, llanos aluviales, marjales, etc. La calidad y el valor de estos paisajes los convierten en lugares idóneos para nuevos asentamientos turísticos de calidad que sean responsables y sostenibles con el territorio. Un tipo de turismo reinventado, a caballo entre el mar y montaña, que cosa la fractura física entre el interior y la costa. El Pativel, con su ampliación del ámbito de estudio, permite identificar nuevas zonas traseras capaces de consolidar la infraestructura verde litoral. Se proponen como zonas de conectividad que se conectan a los suelos estratégicos localizados en la línea de costa. Es un avance que un Plan de Acción Territorial establezca una regulación de los usos y actividades permisibles en los mismos suelos con el fin de garantizar un uso racional y sostenible de este espacio, que preserve sus valores pero que, al mismo tiempo, dote de mayor calidad al espacio urbano ya construido y permita satisfacer las demandas de los segmentos turísticos del litoral que, ante la gran competencia de escala mundial, valoran la presencia de espacios verdes y abiertos que permiten convivir con un paisaje de calidad en la primera línea del mar, y desarrollar actividades recreativas complementarias a la modalidad tradicional del turismo de sol y playa. Cada vez este mercado turístico es más exigente por lo que respecta a un medio ambiente adecuado y unos paisajes de elevada calidad. (4) Como podemos ver, el PATIVEL es una herramienta de dinamización territorial, no un elemento de protección ambiental. Permite ciertos usos y edificaciones, siem-


pre y cuando éstas sean respetuosas con el paisaje y no menoscaben el valor ecológico y estratégico de los suelos. En este aspecto, deja abiertas las puertas a posibles desarrollos hoteleros sostenibles, que si se gestionan bien pueden aportar nuevos patrones de ocupación beneficiosos para el territorio litoral; pero por otra parte, si se obvian estas directrices y se sigue edificando como hasta ahora, se repetirá el error y se artificializarán estos suelos con un valor incalculable. Lo interesante del PATIVEL es esa condición de plan supramunicipal, en el que los suelos que se identifican y se ponen en valor son importantes por su posición dentro del territorio, por ser potencialmente piezas de conexión para una infraestructura verde a escala autonómica. Hay una visión estratégica del litoral, que actúa en varias escalas. En las cartografías se aprecian estos saltos de escala que son los que permiten desgranar el territorio sin perder la visión estratégica del conjunto. Este Plan incluye muchísimas cartografías, las más detalladas a escalas 1/20.000. Como se aprecia en las cartografías de la parte superior, son escalas que abarcan el ámbito de varios municipios. La información que se plasma es la relativa a las zonas húmedas catalogadas, a las franjas de estudio entre 500 y 2000m y a la calificación del suelo según los criterios del PATIVEL. También junto a estas cartografías aparecen unas fichas en las que se describe la importancia de los suelos protegidos por este plan. El PATIVEL requiere de un estudio del paisaje que ayuda a delimitar las grandes unidades paisajísticas del litoral, según los requerimentos de la LOTUP. El territorio se empieza a dibujar desde una lógica estratégica. Es interesante la puesta en valor de los humedales que como podemos apreciar, en muchos casos, sobrepasan esta franja de 2000m, convirtiéndose en una parte fundamental de los territorios antes nombrados de la segunda costa. Estas cartografías empiezan a asentar las bases de una posible estrategia conjunta que pone en valor la infraestructura verde territorial de la Comunidad Valenciana. Siendo un paso cualitativo, podría ser muy interesante plasmar estas virtudes que las fichas describen y el estudio paisajístico en un sólo plano, ya que se podría extraer más información. Sin embargo, es comprensible que la dificultad de estas escalas siempre obliga a grafiar de una manera mucho más general, y no olvidemos que este plan es de naturaleza urbanística, por tanto, las cartografías satisfacen los requisitos de esta disciplina.

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Nuevas lecturas

del territorio En los últimos años, dentro del debate profesional sobre el futuro del desarrollo urbanístico, los enfoques paisajísticos están germinando con fuerza. Las nuevas investigaciones que se están llevando a cabo optan por una metodología en la que el análisis del paisaje y su caracterización ayudan a comprehender el territorio gracias a una lectura mucho más detallada, lo que desencadena en unas estrategias o guías proyectuales que entran en consonancia con las dinámicas de dicho territorio. Estas cuestiones se han manifestado en el marco de una situación urbanística insostenible causada por un patrón de ocupación ajeno a las dinámicas y los procesos naturales. La preocupación por un urbanismo incoherente con las leyes naturales se ha acentuado recientemente con los últimos episodios de catástrofe producidos por perturbaciones naturales, en los que los espacios litorales han sido, con diferencia, los más castigados. Los nuevos enfoques aluden a la relevancia de los ecosistemas litorales y su valor como sistemas resilientes, así como a la necesidad de una nueva mirada mucho más sensible y profunda del territorio.

Cartografías superiores: Cartografías del PATIVEL de las zonas de Burriana y Nules. Escala 1/20.000// Foto derecha: Proyecto “Living with the Bay” de H+N+S para el concurso Rebuid by design


En el caso de los Estados Unidos, tras los devastadores efectos del Huracán Sandy en 2012 que dejaron una cicatriz imborrable en el noreste del país, el ex-presidente Obama convocó la plataforma “Hurricane Sandy Rebuilding Task” para buscar respuestas efectivas frente a la destrucción que este huracán había dejado en las regiones de New York y New Jersey. Una agrupación multidisciplinar formada por diez equipos, encabezó el ambicioso proyecto de investigación (Rebuild by Design) en busca de propuestas para crear un territorio más resiliente frente al cambio climático. El denominador común de las soluciones estudiadas, fueron proyectos en los que se optaba por infraestructuras ecológicas de protección capaces de mitigar el riesgo, sistemas que se adaptan a las necesidades cambiantes y que sean capaces de recuperarse por sí mismos tras un episodio de catástrofe. Una forma de repensar la costa como un territorio flexible que ayude a crecer a las ciudades y a protegerlas a través de estos paisajes de aguas poco profundas como las marismas y humedales o incluso a través de las playas con sus extensos desarrollos dunares. Otro ejemplo muy ilustrativo de debate sobre el futuro de la costa, es el que se está generando en el Wadden Sea (Mar de Frisia), situado entre las islas Frisias


y el mar del Norte por un lado, y la costa neerlandesa, alemana y danesa, por el otro lado. Desde siempre, los habitantes de estas tierras han entendido que su supervivencia dependía de un entendimiento de las condiciones naturales del paisaje del agua que los acogía. Un paisaje fértil de islas, marismas salinas, humedales, del que podían sacar provecho, pero que a su vez se inundaba creando ecosistemas únicos. En un principio, sus habitantes construían casas en las partes más altas de los terraplenes naturales o artificiales, pero más tarde la construcción de diques gracias a la ingeniería hidráulica ha propiciado el desarrollo más extensivo de asentamientos que han ido poblando estos territorios. Estos métodos de defensa artificiales, están acentuando el efecto de las tormentas y de las crecidas del nivel del mar, ya que la presión que se ejerce en los diques está siendo cada vez mayor. La solución artificial a este problema consiste en aumentar la altura de los diques o su espesor. Gracias al debate de expertos en la materia y a concursos como el Hallig 2050, equipos de paisajistas como Studio Urbane Landschaften están proponiendo estrategias mucho más flexibles y adaptativas. Este equipo destaca la importancia de las áreas entre el mar y el dique, y entre el dique y los asentamientos. Las pone en valor como áreas de mitigación a través de ecosistemas que pueden reducir las fuerzas de las mareas. Para ello proponen que el suelo del Wadden Sea debe incrementarse para que aunque aumente el nivel del mar, no se pierda este frágil hábitat entre la tierra y el mar. En Holanda, se ha redactado una Estrategia Nacional de la Costa en la que un equipo de investigación, a cargo del Delta Programme, diseñó propuestas para tratar de aprovechar las dinámicas naturales de la costa para su futuro desarrollo. El punto de partida de esta investigación fue el estudio detallado de todos los aspectos que han afectado al litoral holandés hasta hoy y todas las perturbaciones que pueden afectarle en las próximas décadas hasta el año 2100. La costa holandesa es un escaparate de métodos utilizados para mitigar la erosión y prevenir las inundaciones. Si estas medidas de protección, que condicionan el uso del suelo, no se colocan con responsabilidad y coherencia, los efectos negativos inciden sobre los waterfronts y reducen la calidad espacial de éstos. (12)Coastal Strategies Lo más positivo de este estudio es que se exploran propuestas a largo plazo. Hay un esfuerzo por buscar estrategias que se enfrentan a la problemática futura y tienen en cuenta todos los posibles escenarios. El objetivo final es una estrategia capaz de reducir los riesgos de inundación y que a su vez aporte una calidad espacial que fomente el desarrollo de sus comunidades costeras. Todo este estudio se ve plasmado en unas cartografías y mapeos que surgen de un análisis detallado de

las dinámicas litorales. La lectura dinámica de dicho litoral motiva cuatro estrategias que sirven como directriz para los futuros planeamientos del litoral holandés, para asegurar su permanencia, seguridad y el desarrollo urbanístico responsable. -En primer lugar se aboga por reforzar la costa de manera que las dinámicas naturales(corrientes, sal, mareas, vientos, etc) sean capaces de crear una costa estable. - En segundo lugar, el principio de adaptación: Se pretende crear diseños que tengan la habilidad de crecer y adaptarse a los incrementos del nivel del mar, que según datos del instituto meteorológico holandés se estiman crecidas de 93 centímetros entre 2011 y 2100. Estos diseños serán cambiantes, flexibles y para nada definitivos. -Desde una perspectiva ecológica y económica, la base costera es un sistema muy productivo y rentable. El refuerzo costero debe crear espacio para optimizar este rendimiento. -Por último, pero no menos importante, las medidas de refuerzo y gestión que se apliquen en la costa, deben de potenciar la multiplicidad de espacios y áreas, así como la diversidad de paisajes. De esta manera se obtienen identidades distintas a lo largo de la costa


el CRPP (Centre de Recerca i Estudis del Paisatge) por un grupo de investigación compuesto entre otros por Maria Goula, Anna Zahonero o Jordi Bellmunt. Maria Goula sostiene que hubo mucho interés en plasmar unas cartografías de los valores intangibles del paisaje, pero al final, el objetivo de que estos catálogos sirvieran como base para los planes territoriales fue el factor decisivo para fijar la escala de los catálogos y esto conllevó a que se cartografiaran morfologías y no dinámicas. La escala utilizada fue la 1/10.000. En el periodo de 2008-2011, se redactó el POL de Galicia (Plan de Ordenación del Litoral), un plan territorial integrado que surge como un instrumento capaz de favorecer una gestión integral del territorio costero. Es una herramienta eficaz para dirigir los usos del suelo con el objetivo de avanzar hacia una sociedad más justa y competitiva pero al mismo tiempo más comprometida con la sostenibilidad y el paisaje. Un paisaje que necesita de un nuevo modelo para seguir viviendo en un territorio que ha experimentado en las últimas décadas, más que ningún otro de Galicia, una fuerte presión urbanística. El plan utiliza el paisaje como herramienta de aproximación a la realidad territorial y al mismo tiempo como proyecto mediante la caracterización del ámbique potencian la biodiversidad ecológica (paisajísticamente hablando) y la diversidad cultural en términos más sociales. En el caso de España, existen ejemplos recientes que utilizan esta metodología basada en el análisis del paisaje para ejercer nuevas miradas sobre el territorio costero que construyan unas bases con criterios de sostenibilidad y resiliencia. En 2005, la Ley de Protección, Gestión y Ordenación del Paisaje de Cataluña creó el Catálogo de Paisaje como un instrumento nuevo para la introducción de objetivos paisajísticos en la planificación territorial en Cataluña, así como en las políticas sectoriales, y de esta forma adoptó los principios y estrategias de acción que establecía el Convenio Europeo del Paisaje promovido por el Consejo de Europa.(13) Los Catálogos de Paisaje se utilizaron como unas herramientas que permitían conocer cómo era el paisaje, qué valores tenía, qué factores explicaban las tipologías de paisaje y cómo evolucionaba éste en función de las dinámicas sociales, ambientales y económicas. El objetivo de estos catálogos era aplicar una nueva política paisajística en Cataluña que potenciara estos paisajes catalanes y los gestionara de manera adecuada. El catálogo de la comarca de Girona fue realizado en


to y las distintas unidades de paisaje y elementos que lo conforman. (14)POL. Dicha aproximación territorial se consigue gracias a un análisis detallado, a partir del cual se extraen las estrategias, una serie de normas que regirán el desarrollo de futuros proyectos de crecimiento urbano costero. El análisis holístico de la costa, entendiendo los procesos de dinámica litoral, se realiza de manera multi-escalar, de modo que estos enfoques en distintas escalas facilitan un entendimiento mucho más profundo y eficiente del territorio. El modus operandi utilizado hasta ahora que abogaba por inventariar los valores del paisaje y los valores culturales, se reemplaza por un método de entendimiento de las dinámicas de estos elementos paisajísticos y de la relación que se establece entre ellos. Miriam García, una de las arquitectas urbanistas redactoras de este plan, afirma que debido a que el objetivo último de este POL era ser utilizado para la planificación territorial, las escalas a las que se debía trabajar eran las propias de un plan regional, esto es, una escala como máximo de 1/10.000. Sin embargo, aunque los planos publicados se presentaron a esta escala, el análisis se realizó a escalas inferiores entorno al 1/5000, de manera que los elementos del paisaje se podían desgranar más y se llegaba a una precisión mayor. Este proceso se hubiese cerrado de una manera coherente si el planteamiento urbanístico hubiese tomado estas cartografías como base y se hubiesen precisado a una escala local (1/1000 aproximadamente). De esta manera estas cartografías hubiesen configurado una especie de catálogo de paisaje local, muy completo, que se hubiese complementado con esta caracterización a escala regional de las unidades y elementos de paisaje que el POL identifica. Ambos equipos redactores manifiestan su deseo por haber podido profundizar más, llegar a escalas más concretas, no estipuladas por la planificación territorial, que hubiesen permitido encontrar esos valores intangibles, esas dinámicas del paisaje que son transformadoras. “Cuando parece que está todo cartografiado, encontramos otras maneras de mirar y reconocer lo que nos envuelve. A la hora de proyectar encontramos otros territorios disciplinares que [...] nos descubren otros paisajes.” (15) Rosa Barba

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Cartografía superior: Cartografía para el Delta Programme desarrollada por el estudio H+N+S en 2011-2013 Cartografía derecha: Cartografías de los catálogos del paisaje de Girona. L’Empurdà i Platja d’Aro Página actual:

Cartografías del Plan de Ordenación del Litoral de Galicia

05 Aceptar

el reto El análisis y la reflexión de todo este despliegue de información, plantea la necesidad de abordar los proyectos territoriales y los nuevos desarrollos urbanísticos, a través de una comprensión del paisaje y de sus dinámicas para asegurar la persistencia de nuestros sistemas naturales y por ende, la nuestra. Como hemos visto, la existencia humana se basa en un diálogo con el paisaje. Cada acción antrópica tiene un efecto en el medio natural. Por desgracia, estos efectos están alcanzando tal magnitud que se han vuelto irreversibles y es fundamental plantear una nueva manera de aproximarse al territorio, que entienda las lógicas naturales y las incluya en el diseño. Debemos evitar repetir los patrones ocupacionales fortuitos y empezar a optar por proyectos que lean el territorio y lo respeten. El cambio viene al entender que pasamos de proyectar sistemas urbanísticos permanentes “destructivos” a proyectar sistemas variables, flexibles, cuyas bases


afloran del propio soporte. Unos sistemas resilientes que, además, se adapten a los escenarios de cambio climático que están por llegar. Los nuevos métodos de caracterización del paisaje han entrado con fuerza dentro del debate actual, y están siendo muy bien acogidos por los profesionales del sector, ya que son efectivos y coherentes. El análisis que desarrollan de los elementos del paisaje existentes es exhaustivo y trascendente. Sin embargo, en el marco de esta tesina, se sugiere la posibilidad de indagar también en los paisajes antiguos y en los paisajes potenciales que puede haber en un futuro, para generar un entendimiento total de las dinámicas del territorio: Un palimpsesto temporal que mezcle las capas transitorias del paisaje, desvele los paisajes latentes o silenciados del agua y que pueda aportar nuevas guías proyectuales interesantes que requieran energías mínimas para activar un paisaje costero de calidad.

La voluntad y el deseo con esta nueva mirada paisajística, es la de poder crear un catálogo de radiografías del territorio, que recoja todos los valores, las sensibilidades, las dinámicas, los procesos y las variaciones de la costa; que se llegue a valorar este territorio como un paisaje del agua complejo, frágil y de un elevado valor. Incluyendo estas cartografías en los planeamientos urbanísticos municipales y autonómicos, se podría repensar el frente costero con nuevos patrones de ocupación que respetaran y potenciaran todos los valores de la costa. No se trata de negar un desarrollo urbanístico o turístico, sino permitirlo con cautela y coherencia. Es todo un reto para los paisajistas de hoy en día, encontrar nuevos patrones de ocupación responsables para el litoral que hagan prosperar las comunidades costeras y que las potencien a través de un turismo sostenible racional. Un reto complejo, pero no imposible.


06

Aproximación metodológica El filósofo francés Maurice Merleau-Ponty dijo que “Ver es, por principio, ver mucho más de cuanto se pueda ver, acceder a un estado de latencia” . Precisamente, este es el objetivo de esta tesina, reflexionar sobre la importancia de las cartografías como métodos de aproximación al territorio que nos ayude a desvelar esos paisajes latentes de la costa que las dinámicas del agua han definido y moldeado. Estas cartografías tratarán de ver “mucho más de cuanto se pueda ver” para facilitar la lectura de las complejidades de un territorio ,que necesita ser entendido, para evitar que se siga transformando sin criterio como hasta ahora. Toda esta reflexión se complementa con una aproximación metodológica que busca esas latencias a través de la superposición de cartografía antigua con la actual para buscar indicios de elementos del paisaje del agua que han desaparecido y además, la superposición de capas que se estima que sucederán en un futuro y que muestran escenarios de riesgo en los que el agua marcará una nueva relación de las personas con el paisaje. Se trata de una recomposición del paisaje del agua a través de los tiempos. La capa histórica del agua es muy interesante ya que es la causante de situaciones actuales en las que aparece una vegetación determinada o un tipo de fauna vinculados a ese exceso o defecto de humedad. El paisaje del agua que vemos en la actualidad es el resultado de unas dinámicas transformadoras que lo han moldeado en el pasado. Por tanto, reconocer esa humedad latente revela la capacidad de ese territorio para acoger nuevos episodios de agua, como inundaciones. Es por esto que el conocimiento de los futuros episodios de aumento del nivel del mar, o alteración de las dinámicas por temas de cambio climático, juega un papel fundamental en estas cartografías, ya que descubrimos nuevos paisajes en los que el agua es la generadora de nuevas situaciones.


Cartografías antiguas: 1_Provincia de Castellón por Francisco Coelho en 1852 (IGN) 2_Zoom de la cartografía de Castellón. Zona de Burriana 3- Carta Náutica de Rafael Pardo en 1878 (IGN)

naturaleza del territorio de estudio. En el caso de estudio de esta tesina, la bibliografía del botánico valenciano Josep Cavanilles (1745-1804) fue fundamental para entender la costa valenciana. El botánico Josep Cavanilles escribió un libro de gran valor titulado “Observaciones del Reyno de Valencia” en el que describe de manera precisa cada rincón de la Comunidad Valenciana con sus aspectos históricos, culturales y paisajísticos. Dada su vocación por la botánica, sus descripciones tienen una componente naturalista que reflejan a la perfección la configuración paisajística del territorio. A su vez, los textos del geógrafo mallorquín Vicenç M. Rosselló, han reforzado de manera científica todas estas observaciones del doctor Cavanilles y han ayudado a configurar la realidad de este paisaje.

Como dice Anuradha Mathur “Is it time, then, to rethink our relationship to water and how we imagine both its presence and absence in design? Can new attitudes, questions, and techniques of visualization aid us in this creative endeavor?”(16) Los humanos hemos mantenido a lo largo de la historia una relación determinada con el espacio costero que va a variar en un futuro debido a las alteraciones de las dinámicas naturales. Para la aproximación metodológica, el primer paso fue buscar toda la cartografía antigua. Recurriendo a fuentes como el Instituto Cartográfico de Cataluña, el Cuartel Militar del Bruc, la Biblioteca de la ETSAB, el Instituto Geográfico Nacional y la Cartoteca de la Universidad de Valencia; se lograron encontrar mapas dibujados por militares o por geógrafos que grafiaban con sutileza muchos de los elementos del paisaje de la costa mediterránea. El gran descubrimiento fueron los mapas de Francisco Coelho, cartógrafo y militar español de relevancia durante el siglo XIX, autor del Atlas de España y sus posesiones de Ultramar. Sus cartografías representaban con distintas texturas, elementos del paisaje litoral, por ejemplo las zonas de prado húmedo y pantano. Coelho trazaba con cuidado todas las lagunas litorales que hoy se han extinguido, y aunque la superposición de planos no coincide exactamente con la actual, permite ubicar estos elementos ya que casi siempre van acompañados de una toponimia que los contextualiza. Las cartografías que se han utilizado de Francisco Coelho son del 1851 (Girona), 1852 (Castellón), 1858 (Tarragona), 1859 (Alicante) y 1862 (Barcelona). Las de Valencia y Murcia son de otros autores distintos; de Benito Chías (1918) y de A.H. Dufour (1849), respectivamente. En muchos casos, las cartografías antiguas son insuficientes para determinar algunos procesos naturales que la huella humana ha borrado. Por esto, es importante recurrir a bibliografía geográfica que desvele la

Como se ha mencionado, al superponer la cartografía histórica con la ortofoto actual, muchas situaciones empiezan a cobrar sentido. Por ejemplo, existen campos abandonados donde la vegetación que los ha colonizado responde a un tipo de vegetación hidrófila, debido a que sus raíces todavía absorben el agua de ese nivel freático tan cercano a la superficie terrestre. Otro caso es el de la aparición de elementos halófilos donde está comprobado que antiguamente había salinas o que el agua del mar está salinizando los acuíferos debido a la extracción humana de agua a través de los pozos de riego. Toda esta información se va extrayendo pormenorizadamente mediante la observación de la superposición de capas temporales y mediante el trabajo de campo. Al visitar el lugar de manera minuciosa se aprecian estos matices y sensibilidades del paisaje. Las texturas hablan de identidades distintas del paisaje, el tipo de vegetación muestra la riqueza del suelo y su grado de humedad y los asentamientos, según su patrón de ocupación, hablan de unas lógicas que en la Comunidad Valenciana se ha demostrado que corresponde a patrones de desecación. Es importante registrar mediante transeptos fotográficos, toda esta información de matices y latencias que el paisaje nos muestra, para que acompañe a las cartografías a modo de catálogo y se puedan extraer de ella conclusiones referentes a los paisajes del agua. El último paso de la nueva aproximación metodológica es la capa futura. Se trata de estudiar todos aquellos comportamientos futuros que acontecerán y que generarán un cambio en la percepción del paisaje. Por supuesto, en los paisajes de costa, los cambios más evidentes de los que podemos extraer información son los riesgos por inundación fluvial, los riesgos de inundación por incremento del nivel del mar a causa del cambio climático, las dinámicas litorales (sedimentación, erosión) y la salinidad.


Actualmente, existen geoportales que permiten la visualización online de estos escenarios futuros. Dos ejemplos interesantes son, en primer lugar, el visor del cambio climático desarrollado por la Universidad de Cantabria, el C3e. En segundo lugar una aplicación llamada Global Surface Water Explorer, desarrollada por la UE con tecnología del Landsat y la Nasa en la que se muestran toda la localización y distribución temporal de masas de agua a una escala global. Estos dos instrumentos nos ayudan a determinar la evolución del paisaje litoral a cuantificar las transformaciones que se van a producir. Dentro de este proceso, el debate más complicado es siempre el de definir una escala de representación. Según los ejemplos que hemos visto en los capítulos anteriores, los planos a escalas grandes no sirven para representar sensibilidades y latencias. En cambio, los planos a escalas municipales como por ejemplo 1/20.000-1/10.000, ya empiezan a dar resultados muy favorables dado que el nivel de detalle permite profundizar y ver casuísticas distintas. Cabe insistir que es imprescindible el trabajo de campo, la observación in situ de los procesos y la información bibliográfica para entender el paisaje en todos sus tiempos.

07 El Caso de

Burriana Para ensayar esta aproximación y aplicar la lectura cartográfica, se ha optado por analizar Burriana, una ciudad costera de la provincia de Castellón. Según el Plan de Espacios Turísticos de la Comunidad Valenciana, Burriana es un lugar de baja implantación turístico-residencial (17). El interés por este destino reside únicamente en su conocido festival el Arenal Sound, cuya duración es de una semana en agosto. Durante este festival, la costa de Burriana se colmata de jóvenes dispuestos a disfrutar de la oferta musical de calidad junto a un enclave privilegiado: la playa. El hecho de que sólo haya un hotel en toda la playa, no impide que se abarrote de gente ya que se habilitan campings en distintos solares que se saturan de tiendas de campaña y ambiente festivalero. Cartografías superior: Modelo de inundación del Cambio Climático extraído de la aplicación Global Surface Water Explorer. Foto derecha: Fotografía propia de la playa del Grao de Burriana

El resto de meses de verano, la playa es un lugar tranquilo en el que se puede pasear sin agobios. La mayoría de residentes de la playa de Burriana, son ciudadanos locales que tienen segundas residencias en primera línea, o ciudadanos de pueblos aledaños no costeros que se desplazan para disfrutar de las benevolencias de este litoral.



1’ 2’ 1 2

Zona SUR

Zona CENTRAL

Imágenes de elaboración propia: Ámbito de estudio. Secciones relación de cada zona con la

Burriana es una ciudad marcada por una fuerte tradición agrícola y la mayor parte de su economía gira en torno a esta industria. Las traseras de las residencias vacacionales, son extensiones de campos agrícolas de cítricos en plena producción. La topografía plana, el clima y la elevada fertilidad de los suelos, la convierten en una zona perfecta para el cultivo de esos frutales. Precisamente por esta tradición agrícola, el territorio está tejido por una red de canales, acequias y un acervo de elementos pertenecientes al patrimonio hidráulico. En principio, el municipio de Burriana no destaca a nivel turístico como otros de la provincia de Castellón como Benicasim, Oropesa del Mar o Peñíscola. Burriana es una ciudad sin topografía acusada, no cuenta con ninguna cadena montañosa litoral que configure un parque natural y que dé una singularidad paisajística a la zona. Al contrario, es una zona tan plana, que registra incluso cotas bajo el nivel mar hasta casi 500m hacia el interior. No cuenta con un patrimonio histórico y cultural tan evidente como el caso de Peñíscola, cuyo castillo en el peñón, es un reclamo para muchos turistas. Sin embargo, es una zona bien comunicada, tranquila, con una oferta gastronómica interesante y con dos humedales costeros de interés autonómico que aportan idiosincrasia a este lugar. Precisamente, por esta falta de interés turístico, Burriana se convierte en un lugar cautivador, sugestivo y atrayente. Y más, cuando se lee y estudia a fondo.

Tal vez este rechazo a la proliferación turística se ha generado debido a las virtudes de la potente industria de la naranja. Los terratenientes sacaron tanto beneficio con este oficio que no necesitaron vender las tierras para el desarrollo urbanístico o turístico. Incluso las infraestructuras con fines turísticos se construyeron de manera comedida, para un disfrute de los ciudadanos locales y de pueblos vecinos. La demanda de las naranjas de la Plana Baixa fue tan exitosa que incluso desencadenó la construcción del puerto para su exportación en 1931, actualmente destinado a fines pesqueros. Las casas unifamiliares o “masets” que vemos a primera línea de playa, son construcciones antiguas que los más adinerados terratenientes construían sobre suelo rústico para disfrutar de la calma de la playa. Actualmente, la explotación agrícola ha generado tantos problemas a los suelos rurales que los abandonos de los campos están facilitando la expansión urbanística. La construcción de pozos para extraer agua del freático, ha favorecido la intrusión marina, de manera que los acuíferos se salinizan y los cultivos son cada vez más complicados y exigentes. Es por esto que los agricultores deciden abandonar los terrenos y éstos acaban en el punto de mira de los inversores. El primer paso para abordar la aproximación metodológica de este caso de estudio, fue una lectura del estado actual a través de las ortofotos. De esta mirada, se extrajeron las tres primeras conclusiones en cuanto a aspectos morfológicos: La distinción de la


3’

3

1-1’

Zona NORTE

3-3’

2-2’

costa en tres zonas bien diferentes: -La zona más al sur, conocida como La Serratella, está ocupada por viviendas unifamiliares que se asientan sobre parcelas rústicas muy estrechas y con mucha profundidad. Este área coincide con la parte de playa más problemática debido a los grandes contratiempos de erosión que generan las escolleras del puerto. La relación entre las personas y la playa se resuelve a través de un muro de rocas que protege a los ciudadanos de las tempestades. El espacio inmediatamente después del muro es una carretera un poco más elevada respecto al nivel del mar. -La zona central que incluye el puerto, la playa del arenal y la playa de la Malvarrosa, es una zona mucho más urbana. Los edificios que se encuentran junto al puerto, son edificios de los años sesenta, altos, y asentados sobre parcelas de nueva urbanización, en cambio las viviendas que se sitúan junto a las dos playas, pese a ser de carácter urbano, se desarrollan sobre las antiguas parcelas rústicas y generan una trama que se corresponde a los patrones de desecación empleados para extraer el agua del freático y permitir las plantaciones. Este patrón de desecación genera unas parcelas muy alargadas y muy estrechas que reciben el nombre de “feixes”, las cuales se creaban cavando unas zanjas en el perímetro largo de la parcela y colocando el barro extraído sobre el centro, de manera que se favorecía el aumento de cota y las raíces de los árboles podían desarrollarse sin estar en contacto tan directo con el agua del freático. Las casas más próximas a la playa son las pertenecientes

a antiguos terratenientes. La relación con la playa en esta franja es mucho más suave. Las playas van creciendo debido al aporte sedimentario que las escolleras han facilitado. Son playas planas, accesibles y con gran desarrollo, incluso existe una micro reserva de flora en la Playa del Arenal, sobre las dunas que luchan por mantenerse. El final de esta zona es la desembocadura del Riu Sec o Riu Anna, que genera un ecosistema interesante de ribera conocido como El Clot de La Mare de Déu, catalogado como humedal de importancia en el Catálogo de humedales de la Comunidad Valenciana y es reconocido como LIC y ZEPA en el marco europeo. -Por último, el ámbito norte, es un ámbito sin desarrollo urbanístico,exceptuando una hilera de unas 30 viviendas unifamiliares que se asientan junto a la playa. Este tramo de playa virgen vuelve a ser erosivo y se protege de nuevo con una escollera paralela. Esta zona es la más singular ya que por una parte muestra un estado avanzado de abandono, pero por otro lado, está desarrollando pequeñas eflorescencias de paisajes latentes que van exhibiendo su naturaleza. Es también en esta franja, en la que existe una trama difusa de alquerías modernistas que se quieren potenciar como turismo rural. Por otra parte, esta zona abandonada ha sido condenada a un proyecto de urbanización y campo de golf que se asienta en el territorio sobre unas bases irracionales e irresponsables. Esta franja termina en la desembocadura del Río Mijares, un ecosistema interesantísimo, también catalogado y protegido.


El paso siguiente fue superponer los planos históricos de Francisco Coelho de la provincia de Castellón(1852) y las cartas náuticas de Burriana de Rafael Pardo de 1878, para comprobar cómo era este lugar hace unos siglos. Además de esto se recurrió a los textos del botánico Cavanilles para configurar una imagen antigua del territorio. La sorpresa fue muy grata. Los textos antiguos reflejaban un territorio formado por antiguas albuferas, una configuración de costas planas que debido a la desembocadura de los ríos colindantes generaban unos cordones de arena conocidos como “Restingas o Serratelles” que separaban el agua dulce, producido por las afluencias subterráneas, del agua salada del mar. La zona sur, La Serratella, empezaba a cobrar sentido. La toponimia había desvelado el trazado de la antigua restinga. Esa condición de topografía elevada confirmaba el hallazgo, ya que el cordón de arena se formaba por una acumulación continua de arena por las dinámicas marinas. Por tanto, todo el territorio anexo a esta restinga, era agua en la antigüedad. Toda la zona agrícola trasera y las actuales urbanizaciones, están asentadas sobre las antiguas marismas. Es por esto que el patrón parcelario, corresponde a este patrón de desecación de las feixes, ya que los ciudadanos se encontraron con la necesidad de extraer el agua para poder cultivar. La elevada productividad de los campos agrícolas en Burriana, se debe a la cantidad de materia orgánica que tiene el suelo, ya que las marismas y albuferas se colmataban por la descomposición de materia orgánica vegetal.

Ambas cartografías, la de Coelho y la de Pardo, mostraban resquicios de antiguas lagunas litorales. En el caso de Coelho, había una textura punteada que la leyenda identificaba como “Pantano y Marjales”. Coelho dibujaba claramente cuatro lagunas litorales, la cuarta corresponde actualmente con el Estanque de Nules o “L’estany de Nules”, un estanque de agua dulce junto al mar. En la carta náutica apreciamos tres pequeñas lagunas que se grafían con el nombre de Quadro. Un Quadro es una denominación de Castellón del humedal o prado que quedaba de la antigua albufera. Toda esta información había que contrastarla con trabajo de campo a través de la observación “in situ” de estos resquicios, buscando indicios de esta realidad que se contaba en las cartografías y los planos antiguos. El trabajo de visita y exploración del lugar se materializó a través de transeptos fotográficos los cuales plasmaban texturas, materiales e identidades. Se marcaron recorridos en los que se iba buscando estas huellas y estos procesos silenciados. El resultado de nuevo volvió a ser satisfactorio: -La vegetación espontánea que colonizaba los campos abandonados era vegetación hidrófila, como “el Senill” lo que indicaba una fuerte presencia de agua. -Las parcelas agrícolas o “feixes” se mostraban tal cual describía Cavanilles, con dos zanjas naturales cavadas en los extremos de la parcela donde afloraba el agua del freático. Estas zanjas, conoci-


das como “sequiols” albergaban interesantes microecosistemas en los que aparece vegetación hidrófila y es refugio para algunas aves como las garzas. -Hubo una zona, junto al Clot de la Mare de Déu que llamó especialmente la atención. Estaba cubierta por salicornia, una tipo de vegetación halófila. Su ubicación en una parcela con bordes perfectamente ortogonales sugería que esta zona podría haber sido ocupada por una salina en la antigüedad. Con esta duda, se recurrió posteriormente otra vez a textos antiguos encontrados en el archivo municipal del Ayuntamiento de Burriana, que hablaban de la presencia de unas salinas durante la Edad Media, unas de las más importantes de la Comunidad Valenciana en aquella época. La información adjuntaba unos planos muy antiguos que situaban estas salinas justo en la zona de la que se sospechaba. También el plano de la red de acequias y canales aportaba unas trazas interesantes que aún hoy en día existen. Las red de riego actual es la misma que muestran las cartografías, sólo que hay algunos elementos como las norias o los molinos que se han eliminado. También han aparecido nuevos pozos de bombeo para la extracción de agua del freático. Imágenes de elaboración propia: Superposición de ortofoto actual con plano de Coelho del 1851 y carta náutica de Rafael Pardo de 1878. Zoom del plano con superposición de capas antiguas. Fotografía propia: Salicornia. Antigua Salina.


A

B C

D E

G F

H

La Serratella

El Port de Burriana

Toda esta información, al volcarla en una cartografía generaba unas identidades y unos valores de la costa burrianera que a simple vista era muy complejo de identificar. Por esto la zona norte de la costa de Burriana, resultaba un territorio tan sugerente una vez estudiado. Este abandono de los campos agrícolas, de las antiguas salinas, su red de acequias y la notoria presencia de las masías modernistas antiguas, configuraba un paisaje que daba muchas opciones y sugería nuevos fragmentos de paisaje capaces de albergar nuevas formas de turismo rural, vinculados a la agricultura y al agua, de una manera sensible con toda esta trama hidráulica. Es una zona con un potencial enológico y cultural muy elevado y sin embargo su futuro viene marcado por un conjunto residencial de alta densidad que incluye un gran campo de golf. Hablando del futuro de este territorio, era necesario profundizar en cómo variaría esta costa según las dinámicas de los próximos años. Según los datos del estudio realizado por la Universidad de Cantabria para la Dirección General de Sostenibilidad de la Costa y del Mar, para la costa de Burriana (Castellón) en el año 2100 se estima un aumento del nivel del mar de 0,93 m, casi 1 m de retranqueo, lo que se traduce en un avance peligroso de la línea del mar de 115 metros aproximadamente debido a la condición de costa plana. (línea de puntos en el plano superior)

Además de esto, se recogió el riesgo de inundación en distintos tiempos desde 10 años, con alta peligrosidad, hasta 500 años con peligrosidad baja, y así se sacaba una envolvente de inundación fluvial y por crecida del freático que reflejaba todos los puntos de esta costa que iban a ser anegados. Esta envolvente era muy significativa precisamente en esta zona condenada a la nueva urbanización. La futura urbanización se solapaba con el área de riesgo de inundación. El resultado de toda esta superposición de capas confecciona unas cartografías en las que es más fácil adivinar unos escenarios que van a cambiar la relación de los habitantes con el agua. Es más evidente detectar qué zonas pueden albergar más capacidad de agua, ya que antiguamente ya lo hacían por su condición topográfica deprimida; qué zonas pueden acoger futuros asentamientos, ya que se ubican fuera del riesgo por inundación, e incluso qué zonas pueden maximizar el efecto de una intervención paisajística con energías mínimas. Esta aproximación metodológica es un humilde grito para el cambio. Actualmente los planeamientos urbanísticos, los planes territoriales o los catálogos del paisaje, se abordan desde escalas demasiado globales (con suerte se llega al 1/10.000) en las que la precisión de la caracterización del paisaje no llega a culminar, ya que la mirada es demasiado super-


I

J

L K Sant Gregori

Clot de la Mare de Déu

ficial. Pero adentrarnos a través de escalas locales o municipales, nos permite desgranar elementos del territorio imperceptibles o intangibles que nos están hablando a través de unas dinámicas que el tiempo evidencia. Las capas históricas nos indican, la relevancia del paisaje de agua en el Levante, y se coordinan con la experiencia del sujeto que camina, de las investiagdoras que cruzan/seccionan el territorio costero. A través de miradas interescalares en la costa de Castellón, en el municipio de Burriana se ensaya una aproximacion cartográfica con el fin de sobreponer y contrastar entre sí una serie de presencias, fragmentos, capas, y procesos, relacionados con el ciclo de agua y proponerles como un compendio de variables significativas, necesarias para poder definir la costa como lo que es: Un espacio variable, dinámico, incluso incierto. El formato transepto facilita esta lectura y comprensión de la costa como un waterscape ya que la grafía dentro de un ámbito que acoge todas las complejidades del litoral y los caracteriza como elementos paisajísticos de importancia y ecosistemas costeros con elevado valor ambiental. Los barridos fotográficos vislumbran la realidad de estos elementos cartografiados e identificados en los mapeos con rigor.

Estas cartorgafías, podrían llegar a ser un comienzo de una nueva base para inventar patrones de habitación costera resilientes y responsables. El reto de hoy en día es lograr que estas reflexiones germinen y que el proyecto del paisaje sea un nuevo instrumento para abordar las futuras dificultades y complejidades que se planteen en los territorios, en especial en los costeros. La crítica a las herramientas utilizadas hasta ahora no es más que una voluntad por intentar progresar, siempre entendiendo esta crítica desde la perspectiva constructiva, aceptando e interiorizando todo lo que ha funcionado e intentando cambiar todo lo que ha fallado hasta el momento, para evolucionar de manera responsable y construir un futuro mucho más coherente y sensible con el territorio. Queda mucho por hacer, pero el optimismo se palpa en las reflexiones y debates actuales. Cambiar la mirada, mirar con profundidad, leer entre líneas y entender el soporte desde la perspectiva dinámica son aspectos fundamentales que están arraigando entre los profesionales del mundo del paisaje y que van a permitir en un futuro, un desarrollo sostenible de nuestras comunidades y de nuestros paisajes. Imágenes de elaboración propia: Cartografía resultado de la superposición de las capas temporales. Transepto fotográfico de las situaciones de paisaje del agua.


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Bibliografía

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