Cuentos, disparates y otras genialidades.

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Tomás Digón, Alejandro Bobirica, Emma Carrión, Laura Castiñeiras, Susana Gonzálvez, Claudia A. Laborda, Ania Longares, Daniel Losilla, Lorena Salguero, Sorín Soare, Cristina C. Ungureanu y Yoel Vicente.

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Cuentos, disparates y otras genialidades CEIP MATEO VALERO GRUPO WAWEL



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GRUPO WAWEL 2017

CEIP MATEO VALERO

CUENTOS, DISPARATES Y OTRAS GENIALIDADES Tomás Digón, Alejandro Bobirica, Emma Carrión, Laura Castiñeiras, Susana Gonzálvez, Claudia A. Laborda, Ania Longares, Daniel Losilla, Lorena Salguero, Sorín Soare, Cristina C. Ungureanu y Yoel Vicente.

CON LA COLABORACIÓN DE LOS CONCURSOS:

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· “MARÍA MOLINER” DE CARIÑENA · BIBLIOTECA MUNICIPAL DE ALFAMÉN · PLATAFORMA POR LA DEFENSA DE LA ESCUELA PÚBLICA I CONCURSO DE MICRORRELATOS “BRAULIO FOZ” ORGANIZADO POR EL COLEGIO DE DOCTORES Y LICENCIADOS EN FILOSOFÍA Y LETRAS Y CIENCIAS DE ARAGÓN

ÁREA DE EDUCACIÓN Y CULTURA DE LA COMARCA CAMPO DE CARIÑENA

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A todos los maestros con los que he tenido la suerte de trabajar y, en especial, a mi mejor maestra, mi madre. Tomás Digón. Este libro se lo dedico a toda mi familia, especialmente a mis hermanos. Lorena Salguero. Para todos los niños del mundo. Sorín Soare. Este libro se lo dedico a mi madre, la primera persona que me enseñó que todos podemos triunfar. Laura Castiñeiras. Mi dedicatoria va para todos los maestros que me han ayudado a ser quien soy y a mi familia. Daniel Losilla. Se lo dedico a todas las madres por ser tan protectoras con nosotros, pero especialmente, a la mía. Cristina Ungureanu. Se lo dedico a mi abuela y a mi primo Ángel por servirme de inspiración, a mi madre y a mi padre por animarme a escribir y a mi profesor Tomás por hacer este libro posible. Emma Carrión. Se lo dedico a mi familia, a mis amigos y a mi profesor Tomás que me ha ayudado mucho. Susana Gonzálvez. Este libro se lo dedico a mi familia, pero en especial, a mi madre por ayudarme a llegar donde estoy. Yoel Vicente. Se lo dedico a toda mi familia, en especial, a mi tía Pili que me ayuda mucho a inspirarme para escribir cuentos. Claudia Laborda. Este libro se lo dedico a mi familia, especialmente a mis compañeros porque sin ellos este libro no hubiera sido posible. Ania Longares. Para mi perro de Rumanía que se llama “Votan” y para mi familia de Rumanía y de España. Alejandro Bobirica.

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AGRADECIMIENTOS ESPECIALES: Para el Área de Educación y Cultura de la Comarca Campo de Cariñena y en especial a Leticia, por ayudarnos a difundir nuestros cuentos. Para Inma, la bibliotecaria de Alfamén, y para los organizadores de los concursos literarios en los que hemos participado, por transmitir a los niños del pueblo vuestra pasión por la literatura. Para todo el personal del CEIP Mateo Valero, por ser tan buenos profesionales y mejores compañeros. Para Alejandra y José Ignacio, por su enorme dedicación y esfuerzo en dirigir a buen puerto el funcionamiento del colegio. Para todos los que nos ayudáis en la elaboración de nuestros cuentos. Para todos los maestros que han trabajado en Alfamén y, en especial, a todos los que nos habéis dado clase a lo largo de nuestra escolaridad: Alejandra, María José, Verónica, Sara, Gerardo, Cati, María Jesús, Susana, Juani, Tomás, Pilar, Ascen, Raúl, Tere, Jesús, Nerea, José Ignacio, Silvia Arguedas, Rocío, Guíller, María, Alicia, Penélope, Cristina, Marta y Yolanda. Para todos nuestros familiares y amigos y, en especial, a “los venas”. Para los pueblos que forman la Comarca Campo de Cariñena. Para Don Alejandro Gil Arnal y el Ayuntamiento de Alfamén, por acordarse siempre del colegio. Para el gran Mateo Valero, por mostrar siempre su cariño a la escuela. Para Estela y las madres y padres de “Leer juntos”, por hacer actividades maravillosas que hacen que en Alfamén seamos unos privilegiados. Para los alumnos y exalumnos del CEIP Mateo Valero, por formar parte de la historia del colegio, especialmente para nuestra excompañera María. Para el AMPA, por su implicación en las distintas actividades del colegio. Para todos los lectores que se animen a leer el libro y, en especial, para ti que lo estás leyendo.

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ÍNDICE Prólogo……………………………………………..….....…pág. 9 1.- Cuentos Comarca Campo de Cariñena. 1.1.- La sirena de la balsa de Cariñena……..………..pág. 14 1.2.- La cooperativa de vinos……………………...…pág. 27 1.3.- El monstruo del campamento…………………..pág. 31 1.4.- El hada del cabezo………….…………………..pág. 38 2.- Cuentos sobre escuelas. 2.1.- Mi mejor amigo………………………...………pág. 46 2.2.- Dos amigos especiales………………….....……pág. 49 2.3.- El viaje de Lorién……………………..………..pág. 52 2.4.- Todos somos mágicos……………….…………pág. 56 2.5.- El colegio maldito.…………………..…………pág. 60 2.6.- Un país de niños.………...……………..………pág. 64 2.7- Jaime y el colegio.………………………………pág. 67 2.8.- Las tres piedras del mago.……………...………pág. 70 2.9.- La raíz interminable..…………………...…...…pág. 84 2.10.- Una suma valiente……………………….……pág. 85

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3.- Cuentos de Navidad. 3.1.- El ángel de los deseos.……………………….…pág. 86 3.2.- El misterio de la Navidad.……………...………pág. 93 3.3.- Una visita inesperada.…………….…..………..pág. 98 4.- Cuentos locos. 4.1.- Mi armario es mágico.……………………...…pág. 100 4.2.- El misterio de Canfranc.…………...…….……pág. 102 4.3.- Leopoldo, un extraterrestre no muy amigable...pág. 109 4.4.- Adrián y los helados.……………...……..……pág. 113 4.5.- Guía para la rebelión de los niños.……...….…pág. 119 4.6.- Memoria de una abuela grafitera.……...…...…pág. 125 4.7.- ¿Es una casa encantada?………………………pág. 133 4.8.- El equipo rebelde……………...………………pág. 136 4.9.- El abuelo Karateka.………………………...…pág. 142 4.10.- La bruja y la princesa.………...………..……pág. 146

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PRÓLOGO (Carta de despedida) Queridos alumnos: Son muchos los recuerdos que guardaré de vosotros. Para comenzar, quiero destacar en este prólogo, el día que os pregunté cuál era el significado

de

la

palabra

felicidad.

Me

sorprendieron mucho vuestras respuestas, ya que se alejaban de grandes logros a largo plazo y se centraban en las pequeñas cosas del día a día. Los maestros nos empeñamos, a veces, en hablaros de un futuro que vosotros veis demasiado lejano y olvidamos que para vosotros no hay mayor realidad que el presente que vivís. Gracias a esa charla, decidimos marcarnos como principal objetivo de clase ser felices. Pero ello, implicaba que las familias, 9


los

maestros

y

vosotros,

los

alumnos,

tendríamos que poner de nuestra parte y asumir una serie de responsabilidades, derechos y obligaciones. Os aseguro que mi preocupación más grande y la del resto de profes ha sido veros a gusto dentro del colegio. También hablamos de cómo debería ser el boletín de notas perfecto. Decidisteis que la evaluación debería incluir aspectos como: la alegría, la amistad, la empatía, la autoconfianza, el optimismo, la creatividad, la capacidad de trabajo en grupo, la predisposición a colaborar y la capacidad para soñar. Los adultos sabemos que en la vida estas cualidades resultan igual de determinantes o más que cualquier asignatura. Os pregunté quién debería evaluar estas cosas y vosotros contestasteis que la autoconfianza, el optimismo y la capacidad de soñar os la 10


evaluaríais vosotros mismos. La amistad, la empatía y la capacidad para el trabajo en grupo, lo

decidirían

los

compañeros.

Y

la

predisposición a colaborar, la decidiría la familia y el maestro de forma conjunta. En otra tutoría hablamos sobre lo difícil que es tener que despedirse después de haber compartido tanto tiempo. Os hablé de mi oficio, de lo afortunado que somos los maestros. Os conté cómo nos reciben los niños al llegar al cole, especialmente los más pequeños. Con tanto grito y abrazo, nos sentimos como si fuéramos cantantes después de un concierto. Para

acabar

os

dije

que

sabíais

perfectamente cuánto os apreciábamos en el colegio. Por eso, os pedí que cerrarais los ojos y que pensarais en que momentos os habíais sentido queridos por mí. Rápidamente los 11


abristeis pues decíais tener muchos ejemplos, como: “Me diste tu manzana el día que se me cayó la mía”, “me lavaste una herida que me hice en patio”, “me explicaste varias veces cómo hacer la bisectriz de un ángulo”… Agradezco que recordéis todas esas cosas pero tengo que deciros que esas acciones no son pruebas de cariño. Los dos primeros casos son de ejemplos de empatía y el último, se trata de mi labor como docente. Yo os he demostrado mi cariño cada vez que me he ido a casa pensando cómo podía sorprenderos al día siguiente; cuando os he insistido en contenidos que no están en los libros como, por ejemplo, las palabras mágicas: “hola”, “por favor”, “gracias” y “perdón”; cuando observo como os lleváis entre vosotros dentro y fuera del colegio; cuando os hablo de las drogas, del alcohol y de 12


los peligros de las redes sociales; cuando os exijo para sacar lo mejor de vosotros mismos; y, aunque no lo creáis, también os demuestro mi cariño cuando me enfado. Cada vez que os he reñido por algo ha sido una muestra de que he querido haceros mejores personas. Y al igual que yo, el resto de profes del cole. Con esto me despido, ya sabéis que el colegio siempre será vuestra casa. Con cariño, vuestro maestro Tomás.

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1.-CUENTOS COMARCA CAMPO DE CARIÑENA. 1.1.- LA SIRENA DE LA BALSA DE CARIÑENA

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Hace muchos años, en un pueblecito

llamado Alfamén, había una balsa que se llamaba la balsa Cariñena. En ella vivían ranas, renacuajos, varios pájaros, conejos y liebres. Los animales iban todos los días a esa balsa a beber agua, también los pastores llevaban a sus ovejas a beber allí, ya que, Alfamén era un pueblo donde había muchos ganados de ovejas. Todos los fines de semana, los niños se reunían allí para coger renacuajos, siempre 1

Cuento premiado en el concurso de relatos “María Moliner” de Cariñena.

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algún niño volvía a su casa mojado de cuerpo entero por intentar coger muchos renacuajos, y a las personas mayores les gustaba dar largos paseos cerca de la balsa. Sobre el mes de abril, con las lluvias, la balsa quedaba completamente llena y para los meses de julio y agosto cuando hace más calor, no había tanta agua porque se evaporaba. La balsa Cariñena nunca se había quedado sin agua por completo, hasta que un año hubo una gran sequía y el verano fue tan caluroso que la balsa se secó por completo. Los niños se quedaron muy tristes, las personas mayores dejaron de pasear por allí porque lo que más les gustaba era contemplar la balsa y los pastores se empezaron a preocupar porque no tenían donde llevar a beber a sus ovejas. Nada se podía hacer para que volviera el agua a la balsa, lo único 15


que hacían los ciudadanos de Alfamén era rezar para que volviera a llover, pero la lluvia se resistía. Pasaron dos años y aún no había llovido lo suficiente como para rellenar la balsa. Tanto niños como mayores perdieron la esperanza, pero un niño llamado Jaime seguía esperando la lluvia. Se le ocurrió que podía hacer una danza para llamar a la lluvia, entonces convenció a todos sus amigos y a algunos adultos para que hicieran la danza de la lluvia con él. Al día siguiente se pusieron unos trajes muy divertidos, rodearon la balsa y se pusieron a cantar durante varias horas esta canción: “¡Qué llueva, qué llueva para rellenar la balsa, qué llueva, qué llueva para rellenar la balsa!”, pero no llovió ni una sola gota.

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Pasó una semana y Jaime volvió solo a la balsa ya que su mayor deseo era verla llena de nuevo, se tumbó en el suelo a la orilla de la balsa viendo las nubes e intentando encontrar diferentes formas de que volviera a llover. De repente vio pasar una nube en forma de sirena que le sonreía. Desde aquel momento supo que volvería a llover. Ese día regresó a su casa muy ilusionado porque estaba convencido de que llovería de nuevo. Después de cenar, cuando se dirigía hacia su habitación vio por la ventana una luz que iluminaba el cielo y, al asomarse escuchó un enorme trueno que al principio le asustó un poco, pero al escuchar los golpes de las gotas de lluvia se puso muy contento, porque si seguía lloviendo así, se llenaría la balsa. Enseguida se quedó dormido y soñó que la nube con forma 17


de sirena bajaba, se hacían amigos y se ponían a nadar en la balsa. Al día siguiente se levantó y fue corriendo a la balsa, continuaba lloviendo y la balsa había subido un palmo de agua, allí se juntó con el tío Andrés que tenía ganado y entendía mucho del tiempo, y le preguntó que si sabía cuánto tiempo duraría la lluvia. Él le dijo que con un poco de suerte continuaría lloviendo todo el día de hoy y no se equivocó, estuvo todo el día lloviendo pero no fue suficiente para que la balsa se llenara como en los viejos tiempos. Así pasaron muchos años lloviendo muy poco por lo que la balsa no se llenaba, muchos ganaderos tuvieron que vender a su ganado porque no tenían sitio dónde llevarlos a beber agua, y los niños ya se fueron olvidando de la

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balsa, todos menos Jaime que era un niño que no se daba por vencido. Pasados unos años nadie se acordaba de la balsa Cariñena. Jaime se había ido a estudiar a un instituto en Zaragoza y después se fue a estudiar a una universidad de Madrid donde hizo la carrera de veterinario y allí vive actualmente con su mujer, sus dos hijas y su perro Rufo. Desde los doce años no había vuelto a Alfamén, pero un día para San Isidro prometió a sus hijas que las llevaría al pueblo donde nació para visitar a sus abuelos que seguían viviendo en Alfamén. Llegaron por la mañana y en la plaza del ayuntamiento estaba todo el pueblo almorzando migas con huevo frito, las niñas le preguntaron a su padre al unísono: “Papá, ¿qué están comiendo?” su padre les contestó que estaban comiendo una 19


comida muy típica de pastores,

migas con

huevo frito. Alba la hija mayor le preguntó a su padre si las podía probar y él le dijo que sí. A Alba le gustaron tanto las migas que quiso repetir. Después de las migas se fueron a misa y viendo la misa baturra Jaime se acordó de que cuando tenía diez años y bailaba jota con sus amigos, en el grupo de jota de Alfamén. Después de la misa todo el mundo se fue al ayuntamiento a tomar un vermut, las niñas se lo estaban pasando pipa en el pueblo. Por la tarde su padre les tenía una sorpresa preparada, ¡se iban a ir a las vacas! Las niñas nunca habían visto las vacas en el pueblo. Primero se fueron a la churrería a por unos churros de chocolate y después se subieron a un remolque muy grande y alto para ver a las vacas desde cerca, la primera vaca que salió les dio un 20


susto de muerte pero luego fueron perdiendo el miedo

y cuando

salió la

tercera

vaca,

aplaudieron un montón a los recortadores que pasaban las vacas. Por la noche fueron a ver el toro de ronda y si las vacas les habían gustado, el toro de ronda les encantó. Fue un día maravilloso tanto para las niñas como para Jaime que estaba muy emocionado de volver a su pueblo con sus hijas. Toda la familia se fue a la cama muy cansada por el día tan movido que habían llevado. Jaime se despertó a la mañana siguiente inquieto porque soñó que la sirena que vio hace veinte años volvía a bajar, se hacían amigos de nuevo y le decía que tenía que volver a la balsa.

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Por la mañana desayunaron y se fueron hacia la balsa, cuando llegaron a la balsa Jaime se quedó desolado al ver que solamente había un palmo de agua y a las niñas no les gustó porque había poca agua y estaba muy sucia. Jaime pensó que tenía que hacer algo con la balsa antes de irse a Madrid. Cuando se dirigían a casa de sus abuelos las nubes empezaron a oscurecer, y Jaime reconoció en una de ellas la sirena de sus sueños. Jaime les preguntó a sus niñas si querían volver a la balsa para ver cómo se llenaba, y tuvo una idea. Podría hacer un canal de agua que vaya desde un pozo de agua hasta la balsa, se lo anunciaron al alcalde para ver si lo podían hacer y al alcalde le pareció una muy buena idea porque así nunca se acabaría el agua de la balsa. 23


A la mañana siguiente, la familia seguía de vacaciones y Jaime se fue a la balsa muy temprano para ver si ya habían empezado a construir el pozo. Observó que ya habían hecho el agujero para buscar el agua y se puso muy contento, así continuó la excavación durante toda una semana. Las vacaciones de Jaime y su familia ya estaban finalizando. Un día antes de marcharse recibió una llamada del alcalde comunicándole que ya habían encontrado agua y lo citó en el ayuntamiento para que viera el proyecto para la futura balsa de Cariñena. Jaime vio que querían plantar unos chopos, poner un merendero y un parque para niños, le pareció que podría ser una buena idea. Al día siguiente se fue con su familia a Madrid muy ilusionado porque al fin se

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cumpliría su sueño de ver la balsa otra vez completamente llena. Pasados unos seis meses el alcalde le llamó diciendo que ya habían plantado los chopos y habían hecho el parque para niños, Jaime le dijo al alcalde que si podían empezar ya el merendero, porque a él en dos meses le daban las vacaciones y tenía intención de ir al pueblo una semana. El alcalde le aseguró que estaría listo en dos meses. Transcurridos los dos meses Jaime y su familia volvieron a Alfamén para pasar sus días de vacaciones. Se fueron a comer con sus abuelos y después se fueron a la balsa para ver cómo había quedado, las niñas en cuanto lo vieron se fueron corriendo al parque. Jaime pensó que podía hacer una merienda-cena en el merendero de la balsa para todo el pueblo, a la gente le 25


gustó mucho la idea y quisieron colaborar trayendo comida. Trajeron tortillas, bocadillos de jamón y muchas cosas más. Un poco antes de oscurecer Jaime se dirigió a la orilla de la balsa, entonces vio a la sirena de sus sueños reflejada en el agua y escuchó que le susurraba gracias.

FIN Claudia Laborda Ferrier.

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1.2.- LA COOPERATIVA DE VINOS

Un día, una familia se fue a vivir a un pueblo deshabitado. Las calles estaban llenas de casas abandonadas. El más pequeño de la familia salía todas las tardes a explorar cada uno de los rincones del abandonado lugar y así fue como descubrió una antigua cooperativa de vinos, que estaba derrumbada por dentro. Con el paso de los años se fue haciendo mayor y comenzó a arreglar la vieja fábrica. Años más tarde consiguió ponerla en funcionamiento, contrató a gente de otros pueblos

que

no

tenían trabajo.

Además

construyó un colegio para que los hijos de sus trabajadores pudieran aprender.

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Para pagar los gastos originados por la construcción de la escuela, el jefe de la cooperativa se fue a un pueblo llamado Alfamén para vender todo el vino que habían producido pero… en mitad del trayecto tuvo un terrible accidente. Se estrelló contra un camión y todas las botellas de vino llenas que iba a repartir, se cayeron por el camino y se rompieron en mil pedazos. Como era una carretera secundaria, nadie se enteró de lo ocurrido. Al cabo de unas horas pasó un coche y al ver lo sucedido, llamó de inmediato a una ambulancia que acudió a rescatarlos. Un mes más tarde, el jefe se curó y pudo realizar el viaje a Alfamén. Cuando llegó a la bodega explicó el porqué no había acudido antes. Después entregó los vinos y se fue con 29


todo el dinero de vuelta hacia Cariñena para pagar la construcción del colegio y así, evitar que los niños se quedaran sin escuela. El dueño de la cooperativa se casó con la maestra y todos los vecinos fueron felices para siempre porque el pueblo abandonado volvía a ser grandioso otra vez.

FIN Lorena Salguero Gracia.

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1.3.-EL MONSTRUO DEL CAMPAMENTO

Un día de verano, Marta y unas amigas suyas salieron al parque porque no sabían qué hacer. Irene, una amiga de Marta, tuvo una idea y dijo: -¿Por qué no nos apuntamos al campamento comarcal de Cariñena? A Marta le pareció muy bien y a las demás también, menos a una chica llamada Silvia. Silvia era muy sofisticada como una princesa. Así que se fueron a sus casas para preguntarles a sus padres que si las dejaban ir. -Papá, ¿me dejas ir a un campamento? -dijo Marta. -Claro hija mía -contestó su padre Pepe. 31


Todas las amigas se reunieron en el parque para preguntarse si definitivamente, las dejaban ir. Como les dejaban ir a todas, se fueron a inscribirse al campamento. Les dieron un folleto para rellenarlo, después se fueron muy contentas. Era el gran día de irse al campamento cuando se subieron al autobús, miraron que había más chicos que chicas. Cuando llegaron, se instalaron en las tiendas de campaña. Después llegó la hora de irse a la cama. Ana le pidió a Inés que le acompañara al baño. Mientras Ana estaba en el baño, Inés oyó un ruido muy raro que venía de unos arbustos. -Ana, Ana, he oído un ruido raro -susurró Inés. -¿De dónde viene? -dijo Ana.

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-De los arbustos que hay a lo lejos, ¿vamos a mirarlo? -preguntó Inés. Caminaron hasta llegar a los arbustos, apartaron un poco las hojas y se encontraron con… ¡un monstruo que tenía cola de cocodrilo, patas de lagarto y boca de tiburón! Se fueron corriendo hacia la cabaña del director gritando: -¡Director, director! -¿Qué os pasa chicas? -Hemos visto a un bicho raro -dijeron a dúo las dos amigas. -¿Dónde lo habéis visto? - Ahí a lo lejos de los arbustos. El profesor caminó hacia los arbustos para ver lo que había ahí pero… no encontró nada.

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-Venga chicas iros a dormir que aquí no hay nada, ya lo buscaremos mañana. Todos se fueron a dormir, a la primera hora se levantaron e hicieron grupos para ir a buscar al bicho raro. Después las chicas empezaron a describir al extraño ser para que pudieran identificarlo. Empezaron la búsqueda separándose en distintos caminos. Ana, Inés y el profesor fueron juntos porque ellas sabían mejor cómo era. De repente, un grupo de chicos vio saltar al monstruo entre los arbustos. -¡Está saltando entre los arbustos! –gritaron. El profesor les dijo a todos: -Coged unos palos y una cuerda para que podamos hacer una trampa. Hicieron la trampa y esperaron pero no consiguieron capturar nada de nada.

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Al día siguiente, al levantarse miraron y tampoco había nada, esperaron otros tres días y nada. El cuarto día, Jorge el niño que no le temía a nada, oyó algo donde estaba la trampa, fue a mirar y vio al monstruo con cola de cocodrilo, patas de lagarto y boca de tiburón, y gritó: -¡El bicho ha picado!, ¡el bicho ha picado! En cuanto el profesor oyó los gritos fue corriendo hacia la trampa. Al llegar le hizo una foto, y dijo: -Inés, tráeme la jaula que hay en mi cabaña dijo el profesor. -Vale ahora voy -contestó Inés. En cuanto le trajo la jaula lo metió dentro, dejó la jaula fuera de las cabañas, atada a un árbol. 36


Después de pasar quince días en el campamento ya era hora de volver a casa. Recogieron las cosas y se subieron al autobús para regresar a su pueblo. Al llegar, el profesor llevó el bicho raro a un laboratorio donde lo tenían que examinar. Unos meses después, el profesor recibió los resultados y se los comunicó

a

los

que

estuvieron

en

el

campamento. Era… ¡una especie extraterrestre! Así que Marta y sus amigas fueron todos los años a los campamentos porque desde que encontraron ese bicho tan raro, les gusta explorar y aprender cosas nuevas.

FIN Cristina C. Ungureanu

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1.4.-EL HADA DEL CABEZO

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Cuando yo era pequeña mi bisabuela me

contaba muchas historias. A mí me gustaba mucho que me las contara porque me divertían mucho. En una de esas historias, me preguntó si conocía a la pequeña hada del Cabezo de Altomira. Era un hada que tenía su casita arriba del Cabezo. Su cueva estaba llena de vestidos y varitas de muchos colores y purpurinas. El hada tenía dos ayudantes que vivían cerca de su casa, eran un conejo y una liebre. El conejo y la liebre eran los vigilantes del pueblo y, si algo ocurría, los dos avisaban al hada para que solucionara el problema. 2

Cuento premiado en el concurso de relatos “María Moliner” de Cariñena.

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Una mañana que hacía mucho frío, los vigilantes, el conejo y la liebre, fueron muy deprisa a casa del hada para avisarle de que había un peligro muy grande en Alfamén. Un ogro enorme había llegado al pueblo y todo el mundo estaba muy asustado, tenían mucho miedo. Pero el hada se dio cuenta de que ella también necesitaba ayuda para poder derrotar al ogro porque era muy, muy grande. El hada pensó y se le ocurrió una idea… ¡Llamar a todas sus amigas! Otras hadas que vivían en otros pueblos. Mientras tanto, el conejo y la libre estaban distrayendo al ogro, intentando que se alejara de Alfamén para que la gente no tuviera tanto miedo.

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El hada subió muy rápido al Cabezo y entró en su casa. Cogió sus varitas de colores y las movió a la derecha y a la izquierda y hacia arriba y hacia abajo, para que sus amigas las hadas de otros pueblos supieran que le tenían que ayudar. Las hadas acudieron rápidamente para ayudar a su amiga. Cuando llegaron todas, se sentaron en lo alto del Cabezo y escucharon lo que su amiga les contó. - Amigas, os he llamado porque ha llegado a Alfamén un ogro gigante, que da mucho, mucho miedo. Es tan grande que la gente está muy asustada. - ¡Tenemos que hacer algo! –exclamaron todas.

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Mis amigos y vigilantes, el conejo y la liebre, están entreteniendo al ogro para que no se acerque mucho al pueblo, pero necesitan nuestra ayuda. Tenemos que pensar un plan para acabar con él. Por fin las hadas tuvieron un plan… Hacer que el ogro fuera bueno, para que no asuste a la gente. Entonces prepararon una poción para que el ogro se la bebiera. El hada avisó a sus ayudantes para saber dónde estaba el ogro y pensar cómo podían hacer para que se bebiera la poción. Entre todos pensaron que podían coger unas cuerdas y que con ayuda de los pájaros pudieran rodearlo y rodearlo hasta que no se pudiera mover y así poder darle la poción mágica.

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Los pájaros llegaron y les contaron cuál era el plan. A ellos les parecía bien ayudar para que se convirtiera en un ogro bueno, así que cogieron las cuerdas y fueron donde se encontraba el ogro. El ogro al principio se asustó también de ver a todos los pájaros dando vueltas alrededor de él, y con sus grandes manos quería quitárselos

de

encima,

pero

los

pájaros

consiguieron poder darle la poción. Al principio el ogro se quedó un poco dormido, pero cuando se despertó y vio a los animales y las hadas a su alrededor, no se enfadó ni se puso de mal humor. Los saludó a todos y les preguntó cómo se llamaban y qué hacían allí.

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El hada del Cabezo le contó que le habían dado una poción para que se convirtiera en un ogro bueno y así, la gente no se asustaría cuando lo vieran. El ogro no se lo podía creer, pero los ayudantes del hada ya habían ido al pueblo para decirle a toda la gente que vivía en Alfamén que ya no tenían que tenerle miedo, que gracias al hada del Cabezo, ya no era peligroso, que era un ogro bueno y nos podría ayudar. La gente se puso muy contenta al saber que el ogro ya no era peligroso y todos querían conocerlo. Al poco tiempo, el ogro ya era como otra persona más de Alfamén, aunque seguía siendo tan grande que casi daba miedo, pero tenía un

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gran corazón que hizo que todos le quisieran muchísimo. Como el ogro se portaba muy bien con todo el mundo, el hada le dejó que viviese en lo alto del Cabezo junto a su cueva. Al ogro le gustaba mucho su nuevo hogar y le dio las gracias al hada por hacerle bueno. Además le dijo que si ella quería sería también su ayudante, al igual que el conejo y la liebre. Al hada le pareció una idea estupenda, así que se quedó a vivir allí y fue uno de los mejores ayudantes del hada del Cabezo de Altomira.

FIN Emma Carrión Pérez

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2.-CUENTOS SOBRE ESCUELAS. 2.1.- MI MEJOR AMIGO

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Érase una vez un niño muy amable con sus

compañeros. Se llamaba Carlos y le gustaba mucho leer. Un día de verano, sus padres y él se fueron juntos a la playa en coche. Durante el viaje, Carlos estaba muy ilusionado porque era la primera vez que iba a la playa. De repente su padre, sin querer, se saltó un semáforo en rojo y se chocó contra un coche que venía de frente. María, la madre de Carlos, tuvo que llamar a una ambulancia.

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Cuento premiado en el concurso organizado por: “Plataforma por la defensa de la escuela pública”.

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Al dĂ­a siguiente, Carlos se encontraba en un hospital y, a lo que se quiso dar cuenta, estaba en una silla de ruedas porque al parecer habĂ­a perdido la movilidad de cintura para abajo. Cuando volviĂł al colegio sus amigos ya no le miraban igual y, uno a uno, dejaron de ser 47


sus amigos. Carlos se sintió muy triste porque nadie le quería hablar. Un día llegó un estudiante nuevo a la escuela, se llamaba Pedro. Los compañeros de clase no querían jugar con él en el recreo porque era extranjero. Carlos se percató de lo sucedido y sintió mucha pena. Al día siguiente, Carlos se quiso hacer amigo suyo. Le preguntó a Pedro si quería ser su amigo y sin pensárselo dos veces le contestó que sí. Se hicieron muy buenos amigos. Nunca más se quedaron solos y aprendieron que no hay que juzgar a una persona sin conocerla primero y aunque tenga alguna discapacidad siempre hay que apoyarla y nunca dejarla sola. FIN Claudia Laborda Ferrier 48


2.2.- DOS AMIGOS ESPECIALES

Érase una vez un niño llamado Julián. Era una persona muy amable y divertida pero nadie quería ser su amigo porque no jugaba bien al fútbol. Un día llegó un niño nuevo al colegio, Peter. Era alemán y no sabía hablar castellano. Los niños intentaban hablar con él pero como no entendía nada se ponía colorado como un tomate. Cuando sonó la sirena para salir al recreo, Julián se sentó al lado de Peter a comerse el almuerzo, y mientras los demás niños jugaban al fútbol, Julián empezó a enseñarle palabras en castellano.

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Al acabar el colegio Julián le preguntó a Peter: -¿Quieres que vaya a tu casa después del colegio para ayudarte con los deberes? Peter que comprendió a su amigo más por intuición que por el lenguaje, asintió con la cabeza. Al llegar a casa, Julián merendó rápido y se puso a hacer los deberes. Cuando terminó su 50


faena salió hacia casa de Peter con su perro. Los dos amigos se fueron a pasear con sus perros mientras Julián le enseñaba más palabras. Le enseñó las básicas: balón, perro, gracias, de nada, adiós, hola… Pero también le enseñó otras más complejas, propias de la jerga de los niños del pueblo: vena, trolear, LOL, emoji… Otro día quedaron para comer juntos y ya empezaron a conversar de forma más fluida. Al final, Julián consiguió que Peter fuera un experto hablando castellano. Y así fue como nació una amistad que duró todas sus vidas.

FIN Daniel Losilla Torres 51


2.3.- EL VIAJE DE LORIÉN

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El maestro abrió la cremallera de su vieja

cartera

de

cuero,

rebuscó

entre

sus

desordenados y arrugados papeles y sacó un dibujo para que el alumno que se había quedado castigado sin excursión lo pintara. Tarea fácil para un niño de seis años, pensó el maestro. La hoja contenía la silueta de un niño leyendo. -¿Te gusta el dibujo? -preguntó el docente. -Sí -afirmó Lorién, distraído. -Hay un niño leyendo, ¿verdad? ¿Por qué crees que es bueno leer? 4

Cuento premiado en el “I Concurso de Microrrelatos Braulio Foz” organizado por el Colegio de Doctores y Licenciados en Filosofía y Letras y Ciencias de Aragón. Dedicado al CRA “Río Aragón”, por la belleza de los pueblos y de las gentes que lo forman.

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-No sé

-contestó Lorién encogiéndose de

hombros. -Pues… porque leyendo mejoras la ortografía, aprendes vocabulario y sobre todo desarrollas tu imaginación. -¿Qué es la imaginación? -preguntó dubitativo, mientras en su interior trataba de comprender el porqué no había ido a la excursión. -Es una cualidad que tenemos los seres humanos… -explicó el maestro. El alumno, que llevaba un rato oyendo sin escuchar, vislumbró a sus compañeros jugando y riendo en su excursión al Valle de Hecho, en Aragón. Ensimismado se imaginó con ellos corriendo

por

los

verdes 54

prados

que


enmoquetan las altas montañas pirenaicas y disfrutó,

como

si

estuviera

allí,

de

la

inmensidad del cielo azul. Y así, mientras su mente viajaba, su mano seguía coloreando el dibujo. Lorién terminó la ficha y se la mostró al maestro. -Pero, ¿esto qué es? ¡Has pintado al niño de color verde y el pelo de color azul! -vociferó enfurecido. -¿Qué niño? -contestó extrañado Lorién.

FIN Tomás Digón Rodríguez

55


2.4.- TODOS SOMOS MÁGICOS

Un día Adrián, un niño rico, estaba jugando a la consola cuando, de repente, cortaron la señal para transmitir una noticia de última hora: “Han descubierto un poblado lleno de duendes, gnomos, trolls y hadas.” Adrián se puso a reír como un loco y fue a la cocina a tomar una limonada. Cuando la bebió, empezó a encoger y encoger hasta convertirse en un pequeño duendecillo. De pronto, una luz apareció delante de él y le llevó al pueblecillo que había visto por la televisión. Allí encontró un pequeño colegio en el que ponía a la entrada: “ESCUELA PÚBLICA: PUEDES SER QUIÉN TÚ QUIERAS SER“ 56


57


Esa frase se le quedó en la cabeza. Entró al pequeño edificio y se sorprendió mucho porque a pesar de que todos los alumnos eran diferentes unos de otros, se querían todos como si fueran hermanos. Cuando se dieron cuenta de que tenían un invitado lo acogieron con mucho gusto y satisfacción. Cuando Adrián aprendió que en el bosque la vida era feliz porque todos se querían aunque fueran diferentes, empezó a crecer y volvió a su tamaño normal. Al día siguiente, despertó en su cama como si nada hubiera pasado, cuando regresó a su colegio,

presentó

una

redacción

titulada:

“Todos los colegios están llenos de seres mágicos”, en ella explicó que no importaba como fueras por fuera, lo importante es ser buena persona en tu interior, que en la escuela 58


pública nadie es más que nadie, todos somos iguales

pese

a

nuestras

diferencias

e

imperfecciones.

FIN Emma Carrión Pérez

59


2.5.-EL COLEGIO MALDITO

5

Érase una vez un colegio en el que los

niños no sabían que estaba maldito, pero unos niños llamados: Óscar, Daniel, María y Susana, sospechaban que el cole era raro y querían resolver qué pasaba en el colegio. Una semana después encontraron una pista en la sala de profesores, se trataba de un vídeo. En el vídeo aparecía el director hipnotizando a los maestros. Óscar pensó que el director era malvado; María, creía que estaba maldito; y Susana, propuso hacerle preguntas al director. Daniel dijo que no, porque no tenían tantas pistas como para acusar al director.

5

Cuento premiado en el concurso organizado por: “Plataforma por la defensa de la escuela pública”.

60


De repente, apareció un niño muy pálido que se acercó y dijo: -Haced caso a Susana o tendréis que estar toda la vida en el colegio. -Creo que es el colegio el que está maldito, no el director. Tenemos que salvar al director y a los profesores -afirmó Daniel. -¡VAMOS ALLA! -exclamaron todos. -Tenemos que hacer un plan, primero tenemos que salvar al director para que los profesores ya no sigan hipnotizados -dijo Susana. -¿Cómo lo salvamos? -preguntó María. –Tenemos que ir al sótano –propuso Óscar.

61


62


Y fueron al sótano para salvar el colegio, allí encontraron un libro que hechizos. Los niños

contenía

buscaron la manera de

hechizar al colegio para que se transformara en una escuela ideal en la que todos los niños pudieran

entrar

y

ser

felices.

Después

rompieron el libro para que los conjuros malditos desaparecieran y así el colegio dejó de estar encantado y se convirtió en una escuela pública maravillosa.

FIN Laura Castiñeiras Valero

63


2.6.-UN PAÍS DE NIÑOS

Érase una vez un mundo el que solo había niños. Los niños eran felices. Hasta que un día… llegó un adulto de otro país. Los niños no sabían quién era hasta que se quitó su enorme casco… – ¡Hola! Me llamo Paco. Me he perdido, ¿dónde estoy? – En el mundo de los niños –le dijeron con una voz muy finita. Él se quedó muy sorprendido al escuchar eso. No podía imaginar un país en el que solo existieran niños. - No puedo volver a mi casa. ¿Me podéis llevar al sitio más grande de vuestra ciudad? 64


– ¡Por supuesto! -le contestaron todos. Los niños acercaron al señor al territorio más grande del país, ese lugar era el colegio, dónde los niños acudían todos los días. Era una escuela muy especial, ya que, ¡no había ningún adulto! – ¿No tenéis maestros? –preguntó extrañado el viajante. – No, nosotros aprendemos jugando. Aunque nos encantaría saber leer. – Yo soy un adulto y os puedo enseñar. – Ya, pero eres muy grande para nuestro cole. ¡No cabes por las puertas! El niño-mago de la ciudad dijo que tenía el antídoto perfecto. El caminante recibió la pócima y en un periquete se hizo pequeño. Como había encogido, la ropa le iba grande. 65


Al día siguiente, acudió a la escuela para enseñar a los niños más mayores a leer y escribir. Así ellos, enseñarían después a los más pequeños. Y colorín colorado, en el país de los niños, todos aprendieron a leer y escribir.

FIN Susana Gonzálvez Salguero 66


2.7.-JAIME Y EL COLEGIO

Érase una vez un niño llamado Jaime, era muy bueno pero también un poco despistado. Un día de cole, Jaime se despertó un poco tarde, se tuvo que vestir muy rápido y tuvo que desayunar camino al autobús. Cuando llegó el autobús notó que todos los niños lo estaban mirando con una cara rara, pero sin darle importancia se sentó en su sitio y oyó que los niños estaban hablando de un examen que tenían hoy. Llegaron al colegio y estaba preocupado porque era de matemáticas. Entró en clase y el profesor pasó lista para ver que alumnos faltaban. Mientras los alumnos tenían que

sacar

los

deberes,

una

ficha

de

multiplicaciones. Jaime no la trajo, se la dejó encima de la mesa y de castigo el profesor le 67


mandó hacer un resumen de los animales vertebrados e invertebrados. Llegó la hora de volver a casa, tocó el timbre y salieron todos menos Jaime que lo llamó el profesor para decirle: “Tienes que estar un poco más atento y no olvidarte las cosas.” Como salió tarde, perdió el autobús y se tuvo que ir a casa andando. Mientras caminaba se puso a reflexionar sobre qué tenía que mejorar en la escuela porque a él, su madre le 68


contó que algunos niños no podían ir al cole. Así que se sintió muy afortunada de poder ir al colegio, al llegar a casa merendó y se puso a hacer los deberes y a estudiar, aprovechando la gran oportunidad que tenía de aprender.

FIN Cristina C. Ungureanu

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2.8.-LAS TRES PIEDRAS DEL MAGO

En un pueblo pesquero, donde los graznidos de las gaviotas dan la bienvenida a los marineros que atracan en el muelle, vivía Julia, una niña de 12 años que no le gustaba ir a la escuela. Don Daniel, su maestro, era un hombre bueno e intentaba ayudarla para que fuera más responsable y trabajadora. Todos los días le daba una ficha de lectura pero nunca la leía, ni siquiera la sacaba de la mochila. Un día, el maestro entregó las notas del último

examen.

Tras unos

segundos

de

incertidumbre, los alumnos comenzaron a gritar de alegría al ver sus buenas puntuaciones. Todos, menos Julia que había suspendido.

70


Mientras sus compañeros sonreían, saltaban y se abrazaban, Julia lloraba desesperadamente. - Sé que puedes hacerlo mejor –afirmó el maestro, mientras le palmeaba la espalda-. No quiero que estés triste. Yo confío en ti y seguro que si te esfuerzas un poco más, mejorarás el próximo examen. - ¡Nunca aprobaré el curso! –contestó Julia entre sollozos.

Los

compañeros

de

clase

intentaron

consolar a la niña. El profesor alabó la empatía de sus alumnos y recordó lo importante que es ponerse en el lugar de los demás. Al finalizar la clase, Julia regresó a casa pensando cómo podría mejorar sus calificaciones. - ¿Qué tal el colegio? –preguntó su madre.

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- Mal, no consigo aprobar los exámenes – respondió

la

niña

mientras

se

le

humedecían los ojos. Su madre la abrazó y le susurró al oído: - Aprovechando que papá está navegando y que estamos solas, quiero contarte un secreto que nunca he compartido con nadie. Julia, intrigada, subió al dormitorio y se sentó en la cama. Su madre abrió el armario y sacó una misteriosa caja de madera. - Cuando era pequeña tampoco me gustaba ir a la escuela. - ¿De verdad? - Sí, pero un día ocurrió algo increíble. Mi madre, tu abuela Luisa, me mandó ir a recoger moras para hacer una mermelada. Yo cogí una cesta de mimbre y salí de casa 72


por la senda de zarzas que conducía al bosque del pueblo. Concentrada en mi tarea, elegí las mejores moras que encontré por el camino. Sin darme cuenta me adentré en el frondoso bosque pero, al ver que estaba anocheciendo, emprendí la vuelta a casa. De repente me pareció escuchar una voz misteriosa que venía de una cueva. ¡Hola!,

¿hay

alguien

aquí?,

pregunté

mientras me acercaba. La luz de la entrada apenas iluminaba el interior. Solo se apreciaba un túnel laberíntico formado por paredes de piedra. Asomé la cabeza por el interior e inesperadamente, una mano me agarró metiéndome dentro de la gruta. - ¿Era un monstruo? - Era un ser completamente terrorífico. Vestía con una túnica negra y una larga 73


capucha que le tapaba el rostro. Sus manos estaban cubiertas por unos guantes blancos. Sus dedos, largos y delgados, estaban decorados con un anillo de oro que sujetaba tres piedras preciosas. - ¡Qué miedo!, ¿qué te dijo? - Me pidió que no me asustara. Era un mago que venía allende los mares y quería darme un regalo. De su capa oscura sacó esta caja de madera que tengo ahora en mis manos. - ¿Puedo abrirla? –rogó la niña. - Claro, ahora es para ti. Llévatela a tu habitación y destápala. Julia ansiosa, se dirigió a su cuarto corriendo. Al llegar cerró la puerta y abrió la misteriosa caja. Dentro había tres piedras brillantes: una roja, una amarilla y otra azul. Además una nota que decía: 74


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“Si quieres el poder de la sabiduría debes cumplir tres normas muy sencillas: 1. Mira fijamente la piedra roja e imagina qué te gustaría conseguir. 2. Coge la piedra amarilla y lee lentamente el texto que quieras aprender. 3. La más importante, toma la piedra azul y llévala siempre contigo. No la olvides, es un amuleto de la suerte.”

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Julia siguió las instrucciones al pie de la letra y los resultados no tardaron en llegar. Todos los exámenes que hacía, los aprobaba. Además, sus notas eran cada vez mejores. Su madre, emocionada, la felicitaba sin parar y sus compañeros la aplaudían al finalizar las clases. Todos, menos su amigo Samuel que, sintiendo celos, aprovechó la salida de la escuela para acercarse a Julia. -¿Cómo has mejorado tanto en la escuela? – Le preguntó. -Tengo un amuleto –confesó Julia–. Es una piedra preciosa de color azul, la llevo siempre conmigo y me da suerte. -¿Dónde la guardas? -Es un secreto.

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-Confía en mí. Si me lo dices no se lo contaré a nadie. Julia sacó del estuche su piedra mágica, el reflejo del sol hacía que pareciera más asombrosa. «¡Ojalá fuera mía! Con el amuleto no tendría que estudiar, ni esforzarme para aprobar todas las asignaturas», caviló Samuel. Cuando llegó el final de curso, La niña preparó con esmero y dedicación el último examen. El día de antes, repitió, varias veces, las tres normas que indicó el mago y después se fue a dormir. A la mañana siguiente, todos los alumnos se acomodaron en sus pupitres para realizar la última prueba del curso. Samuel se levantó y se dirigió a Julia.

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- ¡Mucha suerte, amiga! ¿Me dejas un bolígrafo? –preguntó mientras le cogía el estuche. - Coge lo que necesites –contestó inocente. Samuel aprovechó la oportunidad para quitarle el amuleto de la sabiduría. Julia, que no se enteró de lo que había pasado, contestó con seguridad todas las preguntas y entregó el control al maestro. Al recoger las cosas se dio cuenta de que el amuleto ya no estaba en el estuche. Desconsolada regresó a casa para contárselo a su madre. - ¡Samuel me ha traicionado! ¡Me ha robado

mi

amuleto!

–exclamó

con

desesperación. - No necesitas las piedras –sentenció la madre sonriendo-. La historia que te narré era 79


un cuento para enseñarte cómo podías aprobar tus exámenes. - ¿De verdad? - Sí. La piedra roja son nuestros sueños. Sin ellos, nuestra vida sería como un barco sin timón, nuestras ilusiones deben dirigir nuestro rumbo. La piedra amarilla es el esfuerzo, a veces el viento sopla a favor y todo resulta más fácil. Sin embargo, otras veces tenemos que remar contra la corriente que nos empuja al fracaso. - ¿Y la piedra azul? - La piedra azul es la más importante de todas. - ¿Qué es? - Es la autoestima, es decir, la confianza y el amor en uno mismo. Todas las personas 80


somos especiales y tenemos infinidad de posibilidades. Pero es imprescindible creer en nosotros mismos. ¿Has pensado alguna vez que eres más valiosa que el oro? –preguntó la madre. - ¿Más que el oro? –dudó Julia. - ¿Acaso puede el oro amar, imaginar, crear o sentir? No necesitas la caja del mago porque todas las personas tenemos los poderes de las piedras dentro de nosotros, lo que pasa es que algunos no los utilizan o no saben usarlos. No olvides que la abuela Luisa preparaba la mermelada con moras, azúcar y limón, si faltaba alguno de los tres ingredientes no podía hacerla. Tú también tienes que utilizar tres ingredientes para conseguir todo lo que te propongas.

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- ¿Moras, azúcar y limón? –bromeó la niña. - No, julia. Tú necesitas tres cosas que nadie te podrá arrebatar: soñar, esforzarte y creer en ti. –sentenció entre risas. Unos días después, Don Daniel entregó las notas a sus alumnos. Julia, orgullosa de sus buenos resultados, regresó a casa para anunciar la buena noticia a su madre. A lo lejos, distinguió a Samuel en la playa, triste y solitario, con el amuleto en la mano. Se acercó un poco más y observó cómo armaba el brazo para arrojar la piedra al mar. - ¡Espera! No la lances –ordenó Julia, acercándose torpemente sobre la arena. Samuel, sobresaltado por el inesperado grito de su compañera, agachó la mirada y la obedeció de inmediato. 82


- Perdóname, no me he comportado como un buen amigo –respondió arrepentido. - Eres muy valiente por pedirme disculpas – recompensó Julia, a la vez que le extendía la mano-. Vamos a sentarnos junto a la orilla, me gustaría contarte una historia – afirmó mientras sacaba de la mochila la misteriosa caja del mago.

FIN Tomás Digón Rodríguez

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2.9.-LA RAÍZ INTERMINABLE Todos los

lunes, los alumnos de sexto

comenzaban las clases resolviendo cinco raíces cuadradas escritas en la pizarra. Alba, que era muy buena con las mates, las terminó rapidísimo y quiso ponerse una más. Pensó en un número pequeño para que fuera fácil y así no tardar mucho tiempo en terminarla. Eligió resolver la raíz de 3 porque era su número de la suerte. Se pegó hasta la hora del recreo pero… ¡nunca acababa! Salían números y más números. El profesor le dijo que tenía que ir al patio y Alba no quiso salir. Pasaron las horas y… ¡por fin la consiguió terminar! El resultado fue 1,73250807568877. FIN Claudia Laborda Ferrier 84


2.10.-UNA SUMA VALIENTE Érase una vez, una pequeña suma que se dirigía hacia un nuevo país donde nadie les tenía respeto. Al llegar a su colegio nuevo, los niños la abucheaban. Ella se sentía triste, pero como era muy valiente, decidió ir a ver al niño que llamaban “jefe”. Él era un paréntesis y siempre le acompañaban una multiplicación y una división de guardaespaldas. Cuando se acercó a él, el paréntesis le dijo de forma despectiva: -¿Qué quieres renacuajo? - Solo quiero que sepas que sin mí no acabarías la operación combinada. Y se dio la vuelta y se marchó. FIN Emma Carrión Pérez 85


3.-CUENTOS DE NAVIDAD 3.1.-EL ÁNGEL DE LOS DESEOS

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Hola me llamo Luis y no os vais a creer lo

que me ha pasado estas navidades. Todo comenzó cuando volvimos del viaje a Roma que hicimos por el cumpleaños de mamá, nos trajimos muchas figuras nuevas para el belén, entre ellas, un ángel de los deseos para ponerlo encima del portal, donde está el niño Jesús. Nos costó mucho hacerlo porque este año lo habíamos puesto en el salón, y como había más espacio lo decidimos hacer mucho más grande. Nos quedó genial, ¡hasta pusimos peces reales en el riachuelo que pasa por delante del huerto! Como todos los años al terminar el belén, mamá 6

Cuento premiado en el concurso: “Cuentos de Navidad” organizado por la biblioteca de Alfamén.

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nos preparó una merienda especial de navidad, chocolate con tortitas. A mi hermana Julia y a mí, nos encanta mojar las tortitas en el chocolate. En el colegio siempre vamos a ver el belén de mi amigo Lucas, pero este año no lo pudo montar por asuntos familiares. Entonces dije que podían venir a mi casa a verlo, y a los profesores les pareció muy buena idea. Al final vinieron y les encantó. Al día siguiente, fui a casa a merendar y me encontré a mi hermana con las manos y la cara llenas de pinturas acrílicas nuevas que me regalaron. Además me había roto más de 5 pinceles, uno de ellos estampado contra un lienzo. Me enfadé tanto con ella que cogí y le pegué un gran grito diciéndole: ¡Julia!, ¿por qué haces eso? ¿Estás tonta? Entonces vino mamá y 87


Julia, como siempre, se echó a llorar en el peor momento. Me cayó una buena regañina por gritarle a mi hermana y mi madre me castigó una semana sin salir. En medio de ese enfado fui hacia el salón para ver si se me pasaba viendo la televisión. Me puse a ver la tele y dije susurrando: “ojalá viviera en el belén para no llevarme regañinas y no tener que aguantar a la pelma de mi hermana”. Me quedé dormido viendo la televisión y de repente: ¡PUF! Me desperté dentro del belén. ¡No me lo podía creer! Al momento escuché una voz dulce que decía: “¿Tú eres el niño qué nos revive todos los años?” Enseguida me di cuenta de que la persona que me hablaba era una pastorcilla que 88


llevaba a su rebaño de ovejas y cabras de vuelta al corral. Se presentó muy alegremente diciendo: “Hola, yo soy Lidia, hija del pastor Jacobo”. Yo me presenté también diciéndole que yo era Luis. - Pero… ¿De verdad estamos dentro del belén? ¿No me estaréis gastando una broma? –dije yo asustado. -Sí – afirmó Lidia. Después de un largo silencio incómodo, Lidia me preguntó si me apetecía ir a dar un paseo para ver todo el belén. Yo le dije, inmediatamente, que sí porque tenía ganas de ver el belén desde dentro. - Vale iremos a dar ese paseo, pero primero tenemos que ir a dejar a mi rebaño de vuelta al corral - dijo ella. 89


Fuimos a dejar el rebaño a un inmenso corral, pero Lidia se dio cuenta de que se le había escapado la cabra más pequeña de todas y la más traviesa, mi amiga se preocupó por si estaba haciendo alguna trastada. Después de unas largas tres horas la pudimos encontrar, ¡se había subido hasta el castillo y estaba mordisqueando el traje de un guardia romano! ¡Madre mía la que se lio allí! Ya se nos habían hecho las ocho de la tarde y teníamos mucha hambre por pegarnos toda la tarde buscando a la pequeña cabrita, cenamos en casa de Lidia. Su padre Jacobo era muy majo y su madre Marta también. Me dejaron quedarme allí a dormir. Al día siguiente, Lidia y yo nos fuimos a ver el portal de belén y a ver al niño Jesús, cuando llegamos vimos a María muy desolada 90


porque Jesús no paraba de llorar. Yo me acordé de que llevaba en el bolsillo un chupete de mi hermana y se lo ofrecí. Al fin se calló y se quedó dormido. Yo tenía curiosidad de ver cómo era el pesebre, lo miré y lo remiré y no vi nada raro, hasta que vi al precioso ángel de los deseos y le pregunté que si sabía cómo había llegado yo allí, y él me dijo que pidiendo un deseo. Entonces pensé que si pedía otro podría volver a mi casa, me despedí de todos y lo pedí. Enseguida me encontraba otra vez en el sofá de mi casa, me alegré mucho de volver allí pero nunca me olvidaré de los amigos que había hecho y la aventura que había vivido. FIN Claudia Laborda Ferrier 91


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3.2.-EL MISTERIO DE LA NAVIDAD

7

En una ciudad pequeña, vivía una familia

con pocos recursos, que era muy humilde. Todos los días iban a una fábrica abandonada, para coger comida, donde vivía un perro que estaba siempre acurrucado en una esquina y temblando de frío. La familia se daba cuenta que cada vez que pasaban por al lado del perro maneaba la cola. Los padres miraban a los hijos que estaban ilusionados por tener el perro. Un jueves por la noche, en vísperas de Nochebuena, los padres fueron a hablar a la cocina y dijo el padre:

7

Cuento premiado en el concurso: “Cuentos de Navidad” organizado por la biblioteca de Alfamén.

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-¿Adoptamos al perro abandonado, y se lo damos de regalo a los niños en Navidad? Y la madre dijo: -Me parece bien, mañana por la mañana iremos a buscarlo. Al día siguiente, los hijos se quedaron en casa y los padres fueron a buscar al perro y ellos vieron que no estaba y se preguntaron: -¿Dónde podrá haber ido? Ellos se fueron tristes a casa porque no encontraban al perro, pero cuando llegaron… ¡Sorpresa! Estaba el perro en la puerta de su casa. Entonces ellos lo metieron en casa y los niños se quedaron emocionados de ver al perro. Pasaron una Nochebuena inolvidable todos juntos.

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El día de Navidad, los niños estaban ilusionados. Cuando llegó la hora de comer los padres y los niños se quedaron sorprendidos, porque vieron una comida estupenda y un árbol de navidad con luces, y se preguntaron: -¿Quién ha hecho esto? Los padres miraron el collar del perro y vieron que ponía: “Perro mágico de Santa Claus. No tocar”. Los padres mirándose uno a otro, se dijeron: -Si es de Santa Claus nos podrá traer los regalos que quieren los niños. Los padres les preguntaron a los niños que querían. Los niños le contestaron que en vez de tener todos sus regalos, les gustaría que el perro tuviera una caseta.

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Era la noche de Navidad y cuando llegó Santa Claus dejó una nota que decía: “Dejé a mi querido perro mágico en una fábrica abandonada para ver cómo le tratabais y vosotros le habéis dado un hogar, lleno de amor y cariño. Por eso, quiero que se quede con vosotros para siempre.” 96


Después se acercó al perro para despedirse. -Tú, te vas a quedar aquí porque le das suerte a esta familia. Al día siguiente, los niños se quedaron muy contentos al recibir el mejor de los regalos… El perro de Santa Claus.

FIN Yoel Vicente Caro

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3.3.-UNA VISITA INESPERADA

Había una vez, un niño llamado Jorge al que le gustaba mucho la Navidad. A este niño le gustaban estas fechas porque le encantaba recibir regalos.

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Él escribía siempre cartas de Navidad pero nunca recibía regalos.

Jorge

estaba

ilusionado porque se había portado bien y quería ver a Papá Noel, para que le hiciera un regalo. Jorge se puso a dormir y tres horas más tarde oyó un ruido en el salón, se levantó de la cama y se fue al salón, allí se encontró con Papá Noel. Jorge gritó: “¡Viva! ¡Estás en mi casa!” Y lo abrazó. Le preguntó por sus renos y le dijo que los había dejado en el tejado. Para Jorge esa noche fue la más estupenda de todas.

FIN Alejandro Bobirica

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4.-CUENTOS LOCOS. 4.1.-MI ARMARIO ES MÁGICO

Hola me llamo Cristian, tengo 7 años y creo que mi armario es mágico porque yo, por las mañanas, cuando meto las ropas en mi armario, lo dejo todo muy desordenado y cuando salgo de la escuela y miro en el armario, veo todo muy limpio y organizado como si me lo hubiera hecho alguien. Y siempre me pregunto: “¿Cómo se organiza el armario solo?” O mi armario es mágico o todos los días viene alguien a mi casa, sin que la vea mi madre, y me ordena el armario. A mí no me gusta tener el armario organizado, a mí me gusta ser desorganizado porque, por ejemplo, en el cole cuando me dan unas fichas de cálculo, 100


yo las quiero perder para no tener que hacerlas, ya que me aburren muchísimo. Por eso, no me gusta ser organizado y todos los días tengo que desorganizar mi armario. Un día mi padre me confesó que era él el que lo ordenaba y me abrió los ojos con sus palabras y ahora soy mucho más organizado que entonces, pues de mayor quiero ser tan genial como él. FIN Alejandro Bobirica

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4.2.-EL MISTERIO DE CANFRANC

Hace mucho, mucho tiempo, bueno… un 12 de mayo de 1995 en Canfranc, un pueblo fantasma donde vivían cuatro ancianitos, pero no de esos que… me duele esto o lo otro y luego, por la tarde, van al bingo. No, no, estos ancianos eran diferentes y se llamaban: Doña Fina, Gregoria, Koke y Vicente. - Gregoria, ¿vamos a echar el partidito de fútbol? –preguntó Doña Fina. - Espera que aviso a los otros –respondió Gregoria. Aunque el pueblo era pequeño, pobre y medio deshabitado. Tenían un campo de fútbol de cuando el pueblo tuvo una buena población. -Yo me pido ser Messi –dijo Doña Fina. 102


-Yo Cristiano –añadió Gregoria. -Yo Luis Suarez pero… esta vez sin morder que se me caerá la dentadura postiza. – dijo Koke. -Yo Soriano, que es de Alfamén – Anunció Vicente. Y así pasaban todas las tardes echando el partidito de las cuatro, hasta las seis y cuarto que iban a grafitear un rato por los trenes abandonados de la antigua estación. Pero un día… al despertarse el pueblo, estaba todo lleno de grafitis: las fachadas de las casas, los suelos, los coches, los remolques…

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- Pero, ¿quién ha hecho esto, si anoche nadie se meneo de la cama?, ¡si nos tomamos la pastilla para dormir! –preguntó Koke. - ¡Esto es peor que perder en el bingo! – exclamó Gregoria. - Esto hay que investigarlo –añadió Doña Fina. - Algo raro pasa aquí –razonó Vicente. Así que, quedaron todos juntos para hacer un plan para descubrir al culpable. La cosa se quedó en estar a las doce y cinco en la puerta de Vicente para esconderse detrás de un matorral que tenía en su puerta. Se hicieron las doce y cinco y ya estaban todos allí. - Ahora hay que hablar súper bajo y nada de chillar –ordenó Vicente. -Vale, vale –contestó Gregoria.

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- Chicos mirad, ¿eso no es un sombra? ¡Parece un niño! –dijo Koke. -Callaos que se acerca, ¡que viene, que viene! – exclamó Doña Fina. -¡Qué no chilles! –exigió Vicente. De repente se empezaron a oír el sonido de los timbres. La sombra se acercó a la puerta de Vicente y picó y de forma instantánea desapareció. Al rato se oyeron el ruido de los espráis como si el fantasma estuviera pintando las calles y, a las siete y media, las campanas de la iglesia se oyeron tocar, aunque hacía muchos años que no lo hacían. - Esto no puede ser otra cosa que un fantasma chungón –dijo Gregoria. Al día siguiente, volvieron a quedar para hablar sobre ese fantasma y hacer un plan para 105


poder expulsarlo del pueblo. Esta vez quedaron a las diez para sacar a ese fantasma del pueblo. La cosa quedó en que se iban a esconder en un tren con un espray rojo para que cuando pasara el fantasma, echarle el espray y poder capturarlo. - Vicente, ¿llevas el espray? –preguntó Koke. - El rojo, ¿no? - Sí, claro. Cuando llegaron las doce, con algún mordisco que otro por culpa de las ratas o por lo menos eso creían, la sombra apareció. Vicente le echó el espray pero no le dio al fantasma sino al árbol. - Pero Vicente, ponte las gafas que no hay muchas oportunidades –dijo Koke irritado.

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- Trae maño, que no haces cosa derecha – ordenó Doña Fina. Doña Fina tuvo más cuidado y a la primera le echó el espray y el fantasma, avergonzado, volvió a desaparecer de forma instantánea. - ¡Por fin lo hemos conseguido! –exclamó Gregoria. - Pero… a lo mejor se venga, bueno como tarde mucho igual nos morimos de viejos, así que… ¡a vivir la vida, que son dos días y uno lo pasamos durmiendo! –añadió Vicente. - ¡Viva la Pepa! –gritaron todos. Lo bueno es que siguieron viviendo sus vidas tranquilamente. Lo malo fue que nuestros cuatro amigos murieron y nuestro querido pueblo Canfranc se quedó deshabitado. Lo único que se sabe es que cada 12 de mayo los 107


trenes se ponen en marcha misteriosamente y las campanas suenan a las siete. Algún día ese misterio se resolverá o permanecerá oculto para siempre.

FIN Ania Longares Lamana

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4.3.-LEOPOLDO, UN EXTRATERRESTRE NO MUY AMIGABLE

Lunes Otro lunes más, ¿por qué empezamos otra vez la semana? Me parece que a nadie le gusta los lunes, bueno a lo que iba que me enrollo mucho. Hoy ha venido a clase un niño nuevo, un poco raro para mí, se llamaba Leopoldo. Lucas, Noelia y yo nos intentamos hacer amigos suyos pero al parecer ni nosotros le entendíamos ni él a nosotros, hablaba tal que así: “Abioadif disabiyaubiyau”. Era un tío rarísimo, ¡era de color verde y tenía escamas! Yo no tengo ni idea de cómo Srta. Carmen no se ha percatado en todo el día

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que lleva en el colegio. Bueno tengo que deciros que no ve tres en un burro. Llegó la tarde y le preguntamos a “Leopoldo” (si ese era su nombre real) si quería salir a pasar la tarde con nosotros y nos contestó exactamente lo mismo que por la mañana cuando nos queríamos hacer amigos suyos. La verdad es que en “google” tendría que haber un traductor español-alienígena. Noelia empezó a buscar y al final lo consiguió, encontró una web que al parecer era un súper traductor. Martes Al salir del colegio por la tarde, Noelia cogió su portátil y nos intentamos comunicar con el “alien”, la verdad es que no se nos dio nada pero nada bien y solo conseguimos alborotarle más aún. 110


111


Miércoles Vimos algo parecido a un OVNI que para el que no lo sepa es un objeto volador no identificado (lo sé porque lo dimos ayer en clase). De repente aterrizó y salieron muchos más extraterrestres parecidos a Leopoldo, nos asustamos un montón. Metieron a Leopoldo en la nave y cuando estaban un poco más arriba… ¡Nos abdujeron a nosotros! Se lo dije a mamá pero no se lo creyó y me dijo que había sido una pesadilla, que había gritado mucho por la noche, oye que no os he dicho mi nombre, soy Andrés y a mí me parece que la historia sí que fue real. FIN

Claudia Laborda Ferrier 112


4.4.-ADRIÁN Y LOS HELADOS

Un niño llamado Adrián le apasionaban todas clases de helados: los polos, los de tarrina…, todos menos la galleta de los cucuruchos. Pero llegó un día que el médico le prohibió comer más helados hasta que acabase el año por todos los que habían comido. 17 de agosto día del helado. Todas las personas de Alfamén podían comer, durante ese día, helados gratis hasta reventar, todos menos Adrián. - Mamá, mamá, ¿me puedo comer solo una tarrina

de

chocolate?

relamiéndose los labios.

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-preguntó

Adrián


- Adrián ya sabes lo que te dijo el médico que nada de helados hasta que acabe el año. -Pero solo por uno no va a pasar nada. –rogó triste. -¡Qué no, Adrián! -respondió su madre enfadada. Entonces al instante Adrián se acordó que en la panadería “Don Pan” todos los jueves traían helados en la furgoneta. Adrián se esperó dos horas para comprarse un helado a escondidas. Cuando fue a la panadería a comprarse uno dio la casualidad de que estaba su madre comprando el pan. -¿Qué haces aquí Adrián?

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-Es que no había desayunado porque no quedaba cola cao y me he venido a comprar un bollo. - Pídete el que quieras que te lo pago yo. -Gracias mamá. Adrián pensó: “Menuda casualidad que justo vengo a comprarme un helado y está mi madre cogiendo el pan”. Entonces pensó en esperarse a que viniese el repartidor de los helados y cogerlo directamente del camión, para eso le pidió ayuda a su amigo David. -David, que te parece si… Le contó toda la historia y se fueron manos a la obra, Allí estaba el camión matrícula: DFU835.

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El hombre que conducía el camión entró a la panadería a preguntarle qué necesitaban. -¡Corre! David esta es nuestra oportunidad. David corriendo a más no poder abrió la puerta del camión… -Pero… ¿qué? -Se extrañó Adrián. -No hay nada -contestó David. 116


Entonces cerraron la puerta y se fueron a pensar otro plan para conseguir helados. A la semana siguiente volvieron a hacer lo mismo y entonces… -¡Mira! Estaba completamente lleno de helados, se metieron para dentro y cerraron la puerta. De repente oyeron como sonaba el motor. -¡David, esto se mueve! -gritó. Consiguieron saltar del camión con una caja llena de helados pero lo malo era que eran de cucurucho y no le gustaba, entonces, decidió venderlos por el pueblo. -¿Quién quiere un helado? Solo 1 euro. Poco a poco vendió todos y se sacó 50 euros en una semana. 117


- Adrián, ¿quién te ha dado tanto dinero? – preguntó su madre. - Me lo he encontrado en el suelo. -Jo, ¡qué suerte! –respondieron entre risas. Como todos los amigos de Adrián jugaban a frontón, en vez de comprarse helados se compró una raqueta nueva.

FIN Daniel Losilla Torres

118


4.5.-GUÍA PARA LA REBELIÓN DE LOS NIÑOS

Dentro de unos años podrás experimentar un gran cambio en la sociedad, dejarás de ver a personas adultas en el telediario, en las novelas, en los partidos de fútbol, en todas partes porque… ¡los niños dominaremos el mundo! Tú, si tienes suerte y has tenido una buena infancia tal vez te libres de ser torturado con castigos infantiles. Todo el mundo, incluido tú decís que los niños no nos enteramos de nada, que solo estamos para hacer perder el tiempo y enfadar

a

la

gente,

pero

estáis

muy

equivocados, un niño no será, ni un ingeniero, ni un escritor de diccionarios, pero puede ser algo que ninguno de vosotros, los adultos, podéis ser, por ejemplo, un buen catador de 119


gominolas, un buen tirador de dados en el parchís o un buen probador de toboganes. El día 27 de noviembre de 2071 te despertarás y no escucharás ningún ruido por la calle, abrirás los ojos y verás delante de ti a un niño con ojos verdes observándote atentamente, te hará un par de preguntas de este tipo: -¿Te gustan las gominolas? -¿Sabes ir en bici? Y cosas así, tú, responde a todo que sí, si no quieres sufrir un terrible castigo de los niños, como tener que mascar chicle de menta para quitarle el sabor picante y luego devolvérselo al niño, hazme caso, los niños podemos ser muuuy malos. Ahora te contaré la historia de Pablo por si te sucede algo parecido al caso de los padres de Pablo: 120


Pablo era un niño al que sus padres le consentían todo porque tenían mucho dinero y no querían que a su hijo le faltase de nada. Cuando Pablo cumplió los doce años, pidió para su cumpleaños ser el dueño de una empresa. Sus padres, por mucho dinero que tuvieran, no podían permitirse mantener una empresa, entonces le dijeron que no a Pablo, este no dijo nada y sopló las velas de la tarta para subir a su habitación. Ahora estate atento que viene lo bueno: Al día siguiente, Pablo se despertó y bajó a desayunar, en la casa no había nadie. Pablo salió a la calle y tampoco vio a nadie, encendió la televisión y ningún canal estaba disponible, a Pablo esto no le preocupaba porque se había puesto de acuerdo con todos los niños de la 121


ciudad para hacer desaparecer a los adultos y que así ellos pudieran mandar, solo dejaron a unos pocos de adultos para que les hicieran de criados (ves lo que te decía). Pablo creó una empresa especializada en traficar con helados, su trabajo consistía en lo siguiente: Primero, como no tenía que pagar para comprar nada porque eran sus empresarios, cogía los “Megapolos” (helados más grandes de la tienda) y los derretía, con un molde de tartas, les daba formas chulas y por último, los metía al congelador de su casa. Segundo, cuando ya estaban congelados los vendía a cinco euros el helado y cuando los niños tiraban el “megapalo” del helado al contenedor especial solo para palos de helado, sacaba los contenedores, apilaba los palitos en

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montones de diez y se los vendía al empresario de construcción. Y tercero, con el dinero pagaba a tres euros la hora a sus empleados y lo demás para comprar videojuegos, cómics, gominolas y también para robar algún helado de su propia empresa. Al final, cuando Pablo creció dejó su empresa a cargo de los niños, ya que nadie sabe más de gominolas y de helados que un niño. ¡Ves como los niños pensamos!, eso sí, para lo que nos interesa. También

es

verdad

que

los

niños

aprendemos de los adultos, pero los adultos también aprenden de los niños. Espero que mi guía os sirva de algo y que sobreviváis a los mortales ataques de los niños 123


porque si dejas que un niño te manipule puedes acabar gordito (de comer muchos dulces) y sin dientes (porque tendréis muchas caries). Hay que admitir que los empresarios dentistas se enriquecerían un montón porque los niños solo queremos comer gominolas. Preparaos para nuestros ataques, a ver si os divertís un poco adultos que tenéis unas caras, os enfadáis por nada y aún encima os tenemos que soportar los niños.

FIN Emma Carrión Pérez 124


4.6.-MEMORIAS DE UNA ABUELA GRAFITERA

Hola me llamo Sol y quiero contarte una historia. Hace unos días murió la abuela de mi amigo Marcos, yo recordaba a su abuela como una mujer mayor pero muy activa y apasionada. Cuando nos enteramos de la terrible noticia fuimos al funeral. Alicia y yo nos sorprendimos mucho al ver aquella iglesia decorada con grafitis de todos los estilos y, al entrar, vimos el ataúd de la abuela de Marcos pintado también con grafitis, pero estos eran diferentes a los de la fachada, estos eran más detallados, estaban pintados con más sentimiento pues eran dedicatorias a la 125


mujer, era algo difícil de explicar con palabras. Me acerqué y busqué el de Marcos, lo vi allí justo al lado de la cruz pintado de un color azul acua, el favorito de Marcos y su abuela, y ponía: “Abuela, jamás olvidaré todas tus bromas, todas tus caricias, todas tus ayudas, todos los besos, todos los cuentos de por la noche, todas las veces que me has soportado, abuela hay cosas que no se pueden describir y algunos secretos que tú y yo tenemos, me prometiste que si algún día me olvido de ti que bajarías desde el cielo para darme una colleja, abuela TE QUIERO.”

126


No pude controlar mis lágrimas así que comencé a llorar y Marcos me acompañó. Al día siguiente, Marcos y Alicia vinieron corriendo a casa para enseñarme algo, fuimos al parque y allí Marcos me dijo: - ¡Sol, Sol, mira lo que he encontrado en casa de mi abuela!- dijo sacando un cuaderno de tapas azul celeste de su mochila y nos lo enseñó, en la tapa ponía: “Para Marcos”. - ¡Cómo me conocía! -exclamó dejando escapar una lágrima que cayó a la tapa del cuaderno. Yo me alargué la manga de la camiseta, le sequé las lágrimas a Marcos y le dije: -Así mejor. Abrimos el cuaderno y ponía:

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14 FEBRERO Hoy he ido a la esquina de la casa del médico

a

pintarle

unos

grafitis

con

estetoscopios y cosas de esas (nunca he sido buena en esto de la medicina) me han pagado 65€ por hacer unos dibujos en una pared. 23 ABRIL Hoy que es San Jorge y se celebra una pequeña fiesta. Mis amigos y yo hemos estado pintando dragones y caballeros por todas las paredes de casas abandonadas. 24 MAYO Hoy es el cumpleaños de mi nieto Marcos, le he regalado un set para el colegio pintado con mis grafitis y le ha hecho mucha ilusión, cosa que me ha alegrado el día.

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5 JULIO Hoy me nos han contratado para pintar la iglesia con grafitis. Nos ha costado mucho esfuerzo que quedase chula pero lo hemos conseguido, lo que empezó siendo un hobby para mí y mis amigos se ha convertido en un oficio. 30 AGOSTO Hoy he ido al médico y me han detectado un cáncer de pulmón, no le he dicho nada a Marcos ni a nadie, solo mi hija lo sabe. 17 NOVIEMBRE Hoy mi nieto jugaba un importante partido pero por desgracia estaban uno menos para poder salir a jugar. Entonces el entrenador ha pedido retirarse, pero de repente me he

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levantado de mi asiento, he bajado al campo y he dicho: -Yo jugaré. -Pero a ver señora Sol (la abuela de Marcos era mi tocaya), como va a jugar usted a sus edades- dijo el entrenador con paciencia. - A ver señor, ¿quién te crees que enseña a Marcos para que sea tan buen jugador? Y además que prefiere ¿abandonar el partido?dijo Sol cruzándose de brazos. El entrenador aceptó porque no tenía otra opción y comenzó el partido, íbamos empate y faltaba un minuto para que acabase la primera parte, yo corría con el balón por la banda izquierda hasta que oí gritar a Marcos: -¡Abuela pasa!- gritó poniéndose dentro del área. 130


Yo le pasé la pelota rasa y pasó por debajo de las piernas de dos jugadores del equipo contrario

y

Marcos

tiró

a

puerta

y…

¡GOOOOOOL!¡ HABÍAMOS GANADO EL PARTIDO! Marcos se acercó a mí, me dio un gran abrazo y me dijo que pusiese mi brazo derecho encima de mi nariz tapándome los ojos y el brazo izquierdo estirado a la altura del otro, yo hice lo que pude. 30 NOVIEMBRE Hoy me encontraba peor, así que fui al médico y vi los grafitis que había hecho hace unos meses, una sonrisa apareció en mi cara, al salir de la consulta no tenía esa sonrisa pues el médico me había dicho que me quedaban dos meses de vida. 131


23 ENERO Mañana seguramente moriré pero Marcos quiero que sepas que no me voy a olvidar de ti y espero que tú tampoco de mí, porque si eso pasa te prometo que bajaré de cielo en camisón para darte una colleja. Marcos cuando estés con tu amiga Sol acuérdate de mí porque ella es como yo pero en miniatura, TE QUIERE, TU ABUELA.

FIN Emma Carrión Pérez

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4.7.-¿ES UNA CASA ENCANTADA?

Hace muchos años vivía una familia en una mansión. Cuando los padres se murieron de forma

misteriosa,

la

mansión

quedó

abandonada, pero una familia la compró porque el precio era mucho más barato de su valor real. Los padres tenían tres hijos: Juan (15 años), Marta (10 años) y Claudia (7 años). Un día la familia se fue y dejaron a Juan, el más mayor, solo en casa. A Juan le daba un poco de miedo, se le ponían los pelos de punta solo con ver la fachada. Él subió arriba a su cuarto y se puso a escuchar música. De repente… en el salón se escuchó una silla arrastrándose. Él como estaba con la música no

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escuchó nada. Hasta que en su cuarto se oyó un ruido muy fuerte por el techo. Juan se quitó los cascos y fue corriendo hacia la puerta pero… ¡la puerta no se abría! Fue a coger el teléfono pero no tenía cobertura. Se empezaron a mover todos los muebles. Se fue al baño y se encerró con llave. Los grifos se abrieron solos, toda la habitación comenzó a inundarse y como no podía abrir la puerta, se empezó a ahogar. - Juan, Juan, ¡qué llegas tarde al colegio! – exclamó su madre.

Todo fue una terrible pesadilla. ¿O no…?

FIN Susana Gonzálvez Salguero

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4.8.-EL EQUIPO REBELDE

Roberto es un niño de 8 años que vive con sus padres en Zaragoza. A Roberto le gusta mucho el fútbol aunque no sabe jugar. Un verano, los padres de Roberto se fueron de vacaciones solos y dejaron a Roberto con su abuela Francisca, en Chodes. Chodes

es

aproximadamente

un

pueblo

150

pequeñito

habitantes

que

de se

encuentra en la provincia de Zaragoza. A las afueras del pueblo vivía su abuela Francisca en una gran casa con mucho jardín donde jugar. Al principio, Roberto se aburría porque no tenía con quién jugar y no hacía más que dar patadas al balón. Entonces, su abuela, al verle

136


triste porque no podía jugar con nadie, quiso enseñarle a jugar a fútbol. - Roberto, ¿quieres que te enseñe a jugar a fútbol? - Ja, ja, ja, ¡pero si eres muy mayor! - ¿Cómo que soy mayor? Cuando era joven, era la mejor delantera de mi equipo. - ¿Tenías

un

equipo?

–le

preguntó

sorprendido Roberto. - Claro que sí, con mis amigas de la infancia. Juntas, formamos un equipo llamado Rebelde. - Y… ¿por qué rebelde? - Te lo contaré… Éramos tan solo unas niñas cuando quisimos jugar a fútbol, pero los niños del pueblo se nos reían y decían que éramos chicas y no podíamos formar un equipo de fútbol. Entonces, nos juntamos 137


una tarde, empezamos a entrenar y una semana después, les dijimos a los chicos que si querían jugar contra nosotras. Los chicos se rieron pero quisieron echar el partido para vencernos. Pero no fue así, nosotras les ganamos y por goleada. Quedamos 5 – 1 ganando nosotras, por supuesto. Yo metí 3 goles y me empezaron a llamar la goleadora. Fuimos unas rebeldes que aunque no quisieran que jugáramos a fútbol, lo hicimos y además les vencimos. Por eso nos llamábamos las Rebeldes. - ¡QUÉ PASADA! –exclamó Roberto. – ¿Me enseñarías a jugar así? - Claro que sí, esta tarde llamo a mis amigas y empezamos los entrenamientos.

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139


Roberto, después de comer estaba muy nervioso por ver a las amigas de su abuela. Cuando éstas llegaron, Roberto se puso muy impaciente,

pues

quería

empezar

el

entrenamiento ya. Al principio, le enseñaron a pasar y coger el balón pero, poco a poco, fue aprendiendo a jugar en equipo, ya que es un deporte en el que tienes que jugar con tus compañeros de equipo. Comenzó el verano sin saber jugar a fútbol y cuando terminó estaba hecho todo un futbolista. Su abuela y sus amigas le habían enseñado muchos trucos para conseguir meter goles y ganar. Cuando volvió a Zaragoza, le llamaron sus amigos una tarde para jugar con el balón y

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Roberto les enseñó todo lo que había aprendido este verano con el equipo Rebelde. Cuando comenzó la temporada de fútbol, se apuntó al equipo de su barrio, Delicias. Y conforme pasaron los partidos, se dieron cuenta que era un gran jugador, fue el pichichi de la liga y al año siguiente, lo llamaron para jugar en la cantera del Real Zaragoza.

FIN Laura Castiñeiras Valero

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4.9.-EL ABUELO KARATEKA

Cuando me jubilé, me aburría mucho en casa y no sabía qué hacer. Entonces se me ocurrió hacer lo que voy a contar. Con el paso de los años me di cuenta de que perdía mucho tiempo viendo programas de televisión, el que más me gustaba era el de karate. Entonces como me gustaba tanto, decidí apuntarme a clases de karate. Los compañeros que tenía eran muy jóvenes y se reían de mí por mi edad, pero también se sorprendían por lo rápido que me movía y aprendía. Cuando cumplí los sesenta y cinco años, salió un campeonato de karate. Yo decidí

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apuntarme. Cuando estuve en el campeonato, me costó mucho clasificarme, pero lo conseguí. Todos los compañeros de mi clase me admiraban, porque con mi edad, estaba en los cuartos de final del campeonato. Conseguí pasar a la siguiente eliminatoria pero cada vez se complicaba más porque los contrincantes eran más buenos. Ahora estaba en la semifinal, este me fue muy apurado pero por el fallo que tuvo le gané. Mi rival se dio la vuelta para estornudar y aproveché para darle una patada en el trasero. -¡Llegué a la final del campeonato! -le dije a mi familia. Mis hijos y nietos no se lo creían.

143


-Papá, mamá, ¿podemos ir a verlo? -le preguntó emocionado mi nieto. Sí -contestaron con ilusión. Cuando llegó la final me di cuenta de que mis nietos, mi hijo y su mujer estaban ya entre el público. Yo sabía que no les podía defraudar. En la primera ronda me ganó él, que fastidio me llevé, pero como mi rival estaba muy cansado de los golpes que había hecho, entonces le 144


remonté y le gané. En ese momento no me lo creía. Aunque

gané

el

campeonato,

seguí

practicando y me convertí en un profesor de karate. Mi familia se sentía muy orgulloso de mí. Mi nieto le dijo a su padre: - Papá, de mayor quiero ser como el abuelo. - Si quieres ser como yo, practica lo que te guste –afirmé riéndome.

FIN Yoel Vicente Caro

145


4.10.-LA BRUJA Y LA PRINCESA

Érase una vez un pueblo gobernado por un gran rey. Todo el pueblo le quería aunque el mérito no era solo suyo, pues sus padres habían sido los anteriores reyes, y los padres de sus padres también lo fueron y los padres de los padres de sus padres también y así, hasta el principio de los tiempos. Todos ellos habían gobernado de forma magnífica y todos los aldeanos se sentían muy afortunados de tenerlos. El rey vivía orgulloso de sus súbditos pero tenía una preocupación que le impedía ser feliz, tener un bebé para poder seguir manteniendo la dinastía real. Pasaban los años y los reyes cada vez

más

mayores, 146

seguían

sin

tener


descendencia. Hasta que un día llegó la reina a casa con una gran noticia… estaba embarazada de una hermosa niña. La pareja emocionada comenzó a decorar una de las habitaciones del palacio y a pregonar por todo el pueblo la gran noticia. Cuando el bebé nació se celebró una gran fiesta por todo el pueblo. Todos los vecinos trajeron regalos al palacio. Todos los vecinos, todos, todos, todos los vecinos, todos… menos una mujer. Muchos decían que era una bruja, otros que estaba loca. Lo cierto es que era una mujer muy extraña, no tenía familia y vivía en una vieja casa llena de gatos. Un día la princesa, que ya tenía 11 años, estaba paseando por los alrededores de su pueblo, cuando de repente… comenzó a llover a cántaros. Rápidamente buscó refugio debajo de 147


un árbol. Observó cómo se acercaba una gran tormenta y pensó que estar ahí podría ser peligroso. Así que tapándose la cabeza corrió hasta la casa más cercana, con la mala suerte de que era la casa de la bruja. ¡Toc-toc! - ¿Quién viene a molestarme a estas horas? –preguntó malhumorada. - Soy la princesa, necesito protegerme de la tormenta –contestó asustada. La bruja dejó pasar a la princesa y como la lluvia no cesó, no tuvo más remedio que pasar la noche allí. La casa era vieja y sucia, estaba llena de gatos y frascos de cristal que parecían contener pócimas mágicas, cada frasco contenía una etiqueta con nombres muy raros: tracoma, viruela, peste de la garrapata negra, escorbuto, esterilidad... Un puchero hervía en la cocina y maullidos de angustia parecía proceder de allí. 148


La bruja le explicó que era curandera y que con esas pócimas podía curar cualquier enfermedad. Cualquier enfermedad, cualquier, cualquier, cualquier enfermedad, cualquier enfermedad… menos la muerte. La princesa, asustada, pensó que la bruja era más cruel de lo que nadie pudiera imaginar. Más tarde, la mujer le preparó una cama en una de las habitaciones. Cuando fue a dormir observó con decepción que la bruja había arrojado paja en el suelo de la habitación de los gatos. Ella estaba acostumbrada a dormir en una cama de oro, con un colchón de agua, cubierto con unas confortables sábanas de la mejor seda que existía en el reino. Para lograr dormirse en esa terrorífica habitación, empezó a contar los gatos que se acurrucaban junto a ella. Había una treintena, todos dormían allí. Todos los gatos, 149


todos, todos, todos los gatos, todos… menos uno. La bruja se llevó a su dormitorio un hermoso gato blanco de ojos amarillos. Era el gato más hermoso que había visto en su vida. A la mañana siguiente, la princesa se despertó llena de polvo, con un fuerte dolor de espalda pero feliz de no haber acabado dentro de uno de los pucheros de la cocina. Antes de marcharse, le pidió a la bruja que le diera uno de sus gatos. La mujer colocó a todos los gatos encima de la mesa del salón. Todos los gatos, todos, todos, todos los gatos, todos… menos uno. Y le pidió que cogiera el que ella quisiera. - Quiero el gato que falta -exigió la joven princesa. - No falta ninguno -respondió la bruja.

150


- Quiero el gato que está en tu habitación. El hermoso gato de pelo blanco y ojos amarillos. La bruja miró con rabia a la princesa, agachó la cabeza y se dirigió a su dormitorio para entregarle su gato blanco, el más bonito y especial de todos los que tenía.

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La princesa regresó feliz a su palacio, pensando qué habría pasado con el pobre gato en esa terrible casa. - Te he salvado la vida. No vas a acabar metido en uno de sus frascos de cristal – susurró al gato mientras lo abrazaba con fuerza. La princesa siempre cuidó del gato. No fue a ninguna parte sin él. Nunca le faltó comida, ni agua, ni leche. Durmió con los mayores lujos que cualquier persona querría tener. Hasta que unos años más tarde… el gato enfermó y la princesa buscó a los mejores veterinarios del pueblo. Ninguna de las medicinas curó al gato. La princesa deprimida puso carteles en el pueblo anunciando una millonaria recompensa a la persona que lograra salvar a su querido gato. 152


Una noche llamaron a la puerta del palacio, el mayordomo abrió la puerta y vio a la bruja del pueblo que ya era muy anciana. - Vengo a curar al gato –afirmó la bruja. - Enseguida llamo a la alteza –respondió el sirviente. La princesa bajó deprisa las escaleras del palacio con el gato en sus brazos. La bruja mostró una de sus pócimas y le pidió pasar la noche con el gato en una de las lujosas habitaciones

del

palacio.

La

princesa

desesperada aceptó, entregó su gato a la bruja y los acompañó hasta la habitación de invitados. A la mañana siguiente, el mayordomo se dirigió esperanzado a la habitación de invitados, abrió la puerta y… observó que ya no estaba la vieja bruja. Con gran tristeza descubrió que 153


encima de la cama yacía el cuerpo sin vida del gato de su ama. - ¡Ha envenenado al gato! –gritó disgustado. La princesa se despertó al oír los gritos del mayordomo y angustiada corrió hacia la habitación. Al ver el cuerpo inerte del gato comenzó a llorar violentamente. - ¡No soportó que me lo llevara y ha vuelto para

matarlo!

–se

decía

mientras

sollozaba con gran desesperación e impotencia. Llena de odio y rencor, anunció a gritos la terrible noticia entre todos los vecinos del pueblo. - ¡La bruja ha envenenado a mi querido gato! ¡La bruja ha envenenado a mi querido gato! –repetía fuera de sí. 154


Los vecinos querían tanto a la princesa que se armaron con palos y se dirigieron a la casa de la bruja. Cuando llegaron ya no estaba en allí. Los vecinos, alterados, arrasaron con todo lo que encontraron y acabaron quemando la casa de la rencorosa bruja, que ya nunca más volvió al pueblo. Algunos vecinos dicen que escapó volando en una escoba; otros, dicen que se transformó en un horrible dragón; y otros, aseguran escuchar aún las carcajadas de la terrible bruja desde el lejano bosque que rodea el pueblo. Todos los vecinos, todos, todos, todos los vecinos, todos… menos uno… la reina.

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156


La reina lloraba escondida en una de las habitaciones del palacio. Guardaba un secreto que nunca había compartido. Cuando era joven no podía quedarse embarazada hasta que la bruja le dio una pócima para curar su esterilidad y gracias a ella, pudo darle el regalo más importante que jamás recibiría, la vida de su hija. También sabía que las pócimas las hacía con plantas, no con animales y que podía curar cualquier enfermedad, pero no la muerte. El hermoso gato blanco murió nada más llegar a la habitación de invitados, antes de que la bruja pudiera darle la pócima... ¿Era realmente una bruja mala?

FIN Tomás Digón Rodríguez 157


158


159



Todo

comenzó

bajando

las

persianas

e

iluminando la clase con una misteriosa imagen proyectada en la pizarra digital. Después comencé a leer un cuento que les dejó fascinados. Pero lo mejor estaba por llegar, ya que les tocaba a ellos crear sus propias historietas. En este libro se recogen los cuentos (algunos premiados) que escribieron unos alumnos de Alfamén y su maestro, Tomás, a lo largo de su educación primaria.

A partir de 8 años


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