Internacionales
Suplemento Deportivo
Franklin Durán procesado en Miami
Llegó el gran día. Diego Maradona asumirá esta tarde como el nuevo director técnico de la Selección argentina. Será a las 17, cuando el cuerpo técnico que encabeza el ex capitán se oficializará en Ezeiza, con Maradona a la cabeza, más Carlos Bilardo (secretario general del Seleccionado), Sergio Batista y José Luis Brown (DT asistentes),
Condena por el Maradona asume y da la lista caso ValijaGate De traje oscuro y corbata, Franklin Durán ni se inmutó en la sala de la Corte Federal de Miami cuando la secretaria del juzgado anunció que el jurado lo había hallado culpable. Algunas filas más atrás, algunos de sus familiares y amigos no pudieron evitar los sollozos. Le tomó una semana de deliberación a los doce integrantes del jurado alcanzar una decisión unánime, indispensable para anunciar el veredicto de acuerdo a las reglas procesales estadounidenses. De acuerdo a lo anunciado ayer, el fiscal Thomas Mulvihill logró convencerlos de que Durán actuó como agente del gobierno venezolano en Estados Unidos para ocultar el origen y el destino de los 800 mil dólares que Guido Alejandro Antonini Wilson intentó ingresar a la Argentina en la madrugada del 4 de agosto del año pasado. Ahora, la jueza Jean Lenard deberá fijar la condena, que podría llegar a los 15 años de prisión. Continúa en la página 10
República Argentina Año LXIV N 23.884
Fernando Signorini y Javier Vilamitjana (PF). También, obviamente, estará Julio Grondona presentando al “nuevo técnico jefe”, según la gacetilla que entregó la AFA. Pero antes de asumir no está todo claro desde el momento en que Maradona anunció ayer. Continúa en el Suplemento Deportivo
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Barak Obama obtiene las elecciones El candidato democráta se impuso ayer a su par republicano con el 64% de los votos En medio de una gran expectación mundial, Estados Unidos ha comenzado a votar para poder elegir a su próximo presidente. Desde las primeras horas de hoy, millones de estadounidenses hacen cola para ejercer su voto en unas elecciones en las que se espera una participación sin precedentes. El pistoletazo de salida de este 4 de noviembre se ha dado en la localidad de Bennington, y en el Estado de Vermont, el más madrugador, aunque de manera simbólica el lugar que ha registrado los primeros votos ha sido el pequeño pueblo de Dixville Notch, en New Hampshire, que ha dado esta la primera victoria a Obama. El censo electoral se calcula en unos 153 millones de votantes casi el 75% de las aproximadamente 200 millones con derecho al voto, y se espera que el nivel de participación alcance los dos tercios, una cifra récord. Los votantes elegirán no sólo al presidente del país, sino también al un tercio de los 100 miembros del Senado y los 435 representantes de la Cámara Baja, además de las asambleas de muchos Estados, ediles, jueces, jefes de policía y otros cargos locales, incluso una serie de propuestas. En medio de una expectación mundial, Estados Unidos ha comenzado si a votar para elegir a su próximo presidente. Desde las primeras horas de hoy, millones de estadounidenses hacen cola para ejercer su voto en unas elecciones en las que se espera una participación sin precedentes. El pistoletazo de salida de este 4 de noviembre se ha dado en la localidad de Bennington, y en el Estado de Vermont, el más madrugador, aunque de manera simbólica el lugar que ha registrado los primeros votos ha sido el pequeño pueblo de Dixville.
Resultados Finales 80.043.661 votos
57.736.008 votos
64% Obama
34% McCain
2% Abstenciones Una dedicatoria especial
Un discurso prometedor para el futuro de un país en crisis económica En medio de una expectación mundial, Estados Unidos ha comenzado a votar para elegir a su próximo presidente. Desde las primeras horas de hoy, millones de estadounidenses hacen cola para ejercer su voto en unas elecciones en las que se espera una participación sin precedentes. El pistoletazo de salida de este 4 de noviembre se ha dado en la localidad de Bennington, en el Estado de Vermont.
El candidato demócrata a la Casa Blanca, Barack Obama, ha anunciado esta noche la muerte de su abuela materna enferma de cancer, según un comunicado publicado este lunes. La mala noticia llega diez días después de que el aspirante demócrata decidiera suspender por dos días los actos de campaña para visitar a su abuela en Hawai y en la víspera de una jornada electoral. “Con una gran tristeza comunicamos que nuestra abuela, Madelyn Dunham, ha muerto en paz después de dar la batalla al cáncer”, asegura Obama en un comunicado firmado junto a la su hermana. “Ella fue el pilar de nuestra familia, una mujer de extraordinario talento, fortaleza y humildad”. Duham ha fallecido de madrugada en su residencia de Honolulú y el candidato se ha enterado de la noticia a primera hora de la mañana en el estado de Florida a través de una llamada de teléfono, minutos antes de que se dispusiera a comenzar su última jornada de actos electorales para intentar captar los últimos votos del electorado indeciso.
Nacionales
Policiales
Busca confrontar al empresariado y obtener mas fondos
Anuncio su división en 4 zonas Presentan las nuevas pericias
Esta semana sin falta las AFJP deberán traer los dólares que resulten de la venta de los activos que tienen en el Mercosur, especialmente en Brasil. Así lo dispuso el Gobierno a través de una resolución conjunta que emitieron ayer el Banco Central, la Superintendencia de AFJP y la Comisión Nacional de Valores. La repatriación de estos fondos podría tener impacto en el mercado cambiario, ya que la venta de estos dólares podría aumentar la oferta de divisas donde la demanda no afloja. Se trata de unos 535 millones de dólares que las administradoras tienen invertidos en Fondos Comunes de Inversión (FCI) brasileños, que a su vez dependen de las cotizaciones que tengan las acciones de empresas latinoamericanas en las que estos fondos han invertido. “Es difícil calcular si la venta apresurada de las cuotas-parte de estos Fondos implicará una pérdida importante para las AFJP, porque si bien estos fondos pueden haber tenido fuertes bajas en los últimos meses, también es cierto que registraron fuertes subas en los últimos dos años”, advirtió un economista de las AFJP. La mayoría de los analistas coincidió en que éste no es el mejor momento para vender contra reloj activos muy depreciados por la crisis financiera internacional. “Está claro que no es un buen momento para vender activos, pero también hay que ver en qué se va a invertir ese dinero”, advirtió Luis Dubiski, analista de la división financiera de Deloitte. Enseguida aclaró: “Hoy, la plata vale más que cualquier otro activo, en especial por las tasas que se están pagando por plazo fijo.” Esta podría ser una
En un intento por moderar el impacto de la crisis de inseguridad en la provincia, el ministro Carlos Stornelli resolvió ayer reestructurar el esquema operativo y administrativo de la Policía Bonaerense. Dispuso la creación de cuatro jefaturas policiales que tendrán a su cargo el control y prevención del delito en áreas geográficas específicas para “estar más cerca de los problemas y actuar con mayor rapidez”, según explicó el responsable del área de Seguridad. La reforma parece otro cambio de timón para ajustar el control sobre la vigilancia de las comisarías y la efectividad policial. En los últimos diez años planes similares se repitieron una y otra vez, sin mayores resultados. Las nuevas superintendencias abarcarán el Norte; el Oeste y el Sur del conurbano, donde se registran casi el 70% de los robos, hurtos, asaltos y homicidios que se denuncian en Buenos Aires. Y una cuarta jefatura deberá controlar la delincuencia en el interior del territorio provincial. La reestructuración de la fuerza incluyó el relevo del responsable de la Departamental Conurbano Norte, comisionado Adrián Luongo por el inspector Omar Nasrala. Aunque las autoridades no lo admitieron, el desplazamiento está relacionado con el aumento del delito en esa zona. Hace dos semanas, asesinaron al ingeniero Ricardo Barrenechea. Este brutal episodio (lo mataron en su casa, delante de la familia) provocó una fuerte reacción vecinal que incluyó marchas en reclamo de seguridad. Y un planteo del intendente de San Isidro, Gustavo Posse, quien solicitó medidas urgentes para frenar. Continúa en la página 10
Cristina lleva al senado a las Scioli presentó Novedades en AFJP para tratar su estatización la nueva policía el triple crimen alternativa de inversión para los fondos que las AFJP deberán repatriar esta y semana. En realidad, la resolución conjunta que ayer emitieron el Banco Central, la Superintendencia de AFJP y la CNV apunta a que los fondos que las administradoras deberán repatriar sean invertidos en fideicomisos que apunten a financiar proyectos productivos o de infraestructura a mediano o largo plazo, tales como inversiones en materia energética o de obras públicas. La idea es que cumplan así con el mínimo requerido en el inciso “q” del artículo 74 de la Ley 24.241 que establece que las AFJP deben invertir al menos el 5% de su cartera en activos vinculados a infraestructura y proyectos productivos. Según el detalle de la cartera de los fondos de jubilaciones y pensiones que publica la Superintendencia de AFJP, a fines de septiembre las inversiones en esta materia representaban apenas el 0,5% de la cartera. Según detalla este informe, las AFJP sólo habían invertido $ 470,8 millones en estos proyectos, de los cuales $ 452,2 millones corresponden a Obligaciones Negociables (ON) de Loma de la Lata, y $ 18,6 millones a proyectos de infraestructura de la Municipalidad de Río Cuarto, provincia de Cordoba. En cambio, tenían $ 2.892 millones en Fondos Comunes de Inversión (FCI) del Mercosur, lo que representa apenas el 3,06% de su cartera. Sin embargo, las AFJP ya han ido desarmando posiciones en estos activos y, para fines de octubre, las inversiones en FCI del Mercosur sumaban apenas 1.821,5 millones de pesos, que representan el 2,11% de su cartera. Continúa en la página 8
De traje oscuro y corbata, Franklin Durán ni se inmutó en la sala de la Corte Federal de Miami cuando la secretaria del juzgado anunció que el jurado lo había hallado culpable. Algunas filas más atrás, algunos de sus familiares y amigos no pudieron evitar los sollozos. Le tomó una semana de deliberación a los doce integrantes del jurado alcanzar una decisión unánime, indispensable para anunciar el veredicto de acuerdo a las reglas procesales estadounidenses. De acuerdo a lo anunciado ayer, el fiscal Thomas Mulvihill logró convencerlos de que Durán actuó como agente del gobierno venezolano en Estados Unidos para ocultar el origen y el destino de los 800 mil dólares que Guido Alejandro Antonini Wilson intentó ingresar a la Argentina en la madrugada del 4 de agosto del año pasado. Ahora, la jueza Jean Lenard deberá fijar la condena, que podría llegar a los 15 años de prisión. Lenard aceptó postergar ese anuncio (previsto originalmente para el 12 de enero) ante la solicitud del abogado de Durán, Ed Shohat, que pidió tiempo para revisar la causa. Las palabras de Shohat abonan a la tesis de los funcionarios argentinos y venezolanos, que desde un comienzo negaron cualquier vinculación de los 800 mil dólares con sus gobiernos y sugirieron que toda el asunto había sido armado en EE.UU. con intereses políticos. Eso, a pesar de que Antonini aterrizó en Buenos Aires en un jet privado rentado por la petrolera estatal argentina ENARSA y de que era el único en ese avión que no era funcionario argentino o venezolano este no fue un juicio político. Continúa en la página 11
6 INTERNACIONALES
POLÍTICA 7 Cometa Urbano 4 de Noviembre 2008
4 de Noviembre 2008 Cometa Urbano
INTERNACIONALES
POLÍTICA
El senado vota
Las Claves de un triunfo histórico
En medio de una gran expectación mundial, Estados Unidos ha comenzado a votar para poder elegir a su próximo presidente. Ya desde las primeras horas de hoy, millones de estadounidenses hacen cola para ejercer su voto en unas elecciones en las que se espera una participación sin precedentes. El pistoletazo de salida de este 4 de noviembre se ha dado en la localidad de Bennington, y en el Estado de Vermont, el más madrugador.
La mayoría “K” se quiere imponer
Buenos augurios para Sudamérica
El censo electoral se calcula en unos 153 millones de votantes casi el 75% de las aproximadamente 200 millones con derecho al voto, y se espera que el nivel de participación alcance los dos tercios, una cifra récord. Los votantes elegirán no sólo al presidente del país, sino también al un tercio de los 100 miembros del Senado.
Barak Obama durante la conferencia de prensa luego del claro triunfo. Hubo emoción junto a toda su familia frente a miles de aficionados.
Los Kirchner siguen demostrando poder manejando sus influencias en el congreso y senado luego del revés en el enfrentamiento con el campo.
Estados Unidos votó hacia el cambio
Los “K” estatizan las AFJP
En medio de una gran expectación mundial, Estados Unidos ha comenzado a votar para poder elegir a su próximo presidente. Desde las primeras horas de hoy, millones de estadounidenses hacen cola para ejercer su voto en unas elecciones en las que se espera una participación sin precedentes. El pistoletazo de salida de este 4 de noviembre se ha dado en la localidad de Bennington, y en el Estado de Vermont, el más madrugador, aunque de manera simbólica el lugar que ha registrado los primeros votos ha sido el pequeño pueblo de Dixville Notch, en New Hampshire, que ha dado esta la primera victoria a Obama. El censo electoral se calcula en unos 153 millones de votantes casi el 75% de las aproximadamente 200 millones con derecho al voto, y se espera que el nivel de participación alcance los dos tercios, una cifra récord. Los votantes elegirán no sólo al presidente del país, sino también al un tercio de los 100 miembros del Senado y los 435 representantes de la Cámara Baja, además de las asambleas de muchos Estados, ediles, jueces, jefes de policía y otros cargos locales, incluso una serie de propuestas. En medio de una expectación mundial, Estados Unidos ha comenzado si a votar para elegir a su próximo presidente. Desde las primeras horas de hoy, millones de estadounidenses hacen cola para ejercer su voto en unas elecciones en las que se espera una participación sin precedentes. El pistoletazo de salida de este 4 de noviembre se ha dado en la localidad de Bennington, y en el Estado de Vermont, el más madrugador, aunque de manera simbólica el lugar que ha registrado los primeros votos ha sido el pequeño pueblo de Dixville.
En medio de una gran expectación mundial, Estados Unidos ha comenzado a votar para poder elegir a su próximo presidente. Desde las primeras horas de hoy, millones de estadounidenses hacen cola para ejercer su voto en unas elecciones en las que se espera una participación sin precedentes. El pistoletazo de salida de este 4 de noviembre se ha dado en la localidad de Bennington, y en el Estado de Vermont, el más madrugador, aunque de manera simbólica el lugar que ha registrado los primeros votos ha sido el pequeño pueblo de Dixville Notch, en New Hampshire, que ha dado esta la primera victoria a Obama. El censo electoral se calcula en unos 153 millones de votantes casi el 75% de las aproximadamente 200 millones con derecho al voto, y se espera que el nivel de participación alcance. Los votantes elegirán no sólo al presidente del país, sino también al un tercio de los 100 miembros del Senado y los 435 representantes de la Cámara Baja, además de las asambleas de muchos Estados, ediles, jueces, jefes de policía y otros cargos locales, incluso una serie de propuestas. En medio de una expectación mundial, Estados Unidos ha comenzado si a votar para elegir a su próximo presidente. Desde las primeras horas de hoy, millones de estadounidenses hacen cola para ejercer su voto en unas elecciones en las que se espera una participación sin precedentes. El pistoletazo de salida de este 4 de noviembre se ha dado en la localidad de Bennington, y en el Estado de Vermont, el más madrugador, aunque de manera simbólica el lugar que ha registrado los primeros votos ha sido el pequeño pueblo de Dixville.
La clara victoria del senador Obama replica al defectuoso gobierno de George Bush
Texas y California claves
Concluida la más larga y apasionante campaña electoral de la historia, el pueblo estadounidense está obligado hoy a optar entre un cambio sin precedentes que promete dibujar un nuevo escenario en este país y en el mundo o una ligera corrección del rumbo seguido en los últimos años. Barack Obama y John McCain representan dos visiones distintas de la vida y de la política, dos generaciones. Ambos son, en diferente medida, símbolos de la grandeza de esta nación. Pero, mientras McCain basa su credibilidad y su fuerza en el pasado, Obama es el mejor testimonio posible del futuro no ha sido ésta una batalla entre el bueno y el malo. No llegan hoy los estadounidenses a las urnas con la duda sobre qué figura les ha inspirado o cuál merece más confianza. Obama es el claro favorito a la victoria, no porque su rival haya fracasado, sino porque él representa el futuro y McCain, por su edad, por su
y en el Estado de Vermont, el más madrugador, aunque de manera simbólica el lugar que ha registrado los primeros votos ha sido el pequeño pueblo de Dixville. Concluida la más larga y apasionante campaña electoral de la historia, el pueblo estadounidense está obligado hoy a optar entre un cambio sin precedentes que promete dibujar un nuevo escenario en este país.
La decepción Repúblicana
En el mundo o una ligera corrección del rumbo seguido en los últimos años. Barack Obama y John McCain representan dos visiones distintas de la vida y de la política, dos generaciones. Ambos son, en diferente medida, símbolos de la grandeza de esta nación. Pero, mientras McCain basa su credibilidad y su fuerza en el pasado, Obama es el mejor testimonio posible del futuro no ha sido ésta una batalla entre el bueno y el malo. No llegan hoy los estadounidenses a las urnas con la duda sobre qué figura les ha inspirado o cuál merece más confianza. Obama es el claro favorito a la victoria, no porque su rival haya fracasado, sino porque él representa el futuro y McCain, por su edad, por su historia, por su mensaje, es el pasado. Un pasado no necesariamente aborrecido por electores o, al menos, no en todas sus facetas. Hay aspectos del patriotismo y la entrega de McCain que muchos votantes de Obama admiran y quisieran incluso ver en su propio candidato. Pero el tiempo en el que McCain le ha tocado pedir la confianza a sus conciudadanos para ser presidente no es su tiempo; es el tiempo de Obama. Desde el 11 de septiembre de 2001 hasta la fecha han pasado demasiadas cosas -demasiadas cosas malas- como para que los norteamericanos no deseen pasar la página. La popularidad del Gobierno de George W. Bush es raquítica -poco más del 20%- y el empacho de conservadurismo (especialmente de sus expresiones más toscas, como Guantánamo, las torturas, las escuchas telefónicas, la invasión permanente del espacio privado, los abusos de poder, la indiferencia ante el dolor de Nueva Orleans, la insensibilidad ante el deterioro de las condiciones económicas). El senador McCain no ha estado ligado a todas esas políticas. Incluso ha sido detractor de algunas de ellas. Pero su etiqueta partidista le pesa hoy más de lo que él quisiera, y su propia biografía no deja de ser una muestra de aquellos tiempos que millones de norteamericanos quieren dejar atrás. La alternativa que encuentran no es fácil: un negro con escasísima experiencia, hijo de un inmigrante que se desentendió de él cuando era niño,
El panorama económico cambia Un dolár inestable, la inflación y el desempleo como urgencias Como Obama, la precaución ha ganado protagonismo en esta última jornada de campaña republicana pero, a diferencia del senador por Illinois, McCain está por detrás en todas las encuestas. Sin embargo, el republicano se ha mostrado confiado: “Es estupendo estar en casa después de recorrer siete estados en un día y ver el entusiasmo que hemos recibido. De Vamos a ganar mañana”. McCain ha recorrido en el último día de campaña casi 6.000 kilómetros en un frenesí electoral que incluía muchos de los Estados clave el senador de Arizona votará en Phoenix y tiene previsto realizar actos electorales en Grand Junction, en Colorado, y a Albuquerque, en Nuevo México. Según la última encuesta de la cadena estadounidense CNN, el senador por Illinois lidera la intención de voto en Pensilvania, un Estado que en las últimas dos elecciones presidenciales mostró un fuerte apoyo por los demócratas Al Gore y John Kerry, pero ambos candidatos acabaron ganando en votos por muy poco margen. Pensilvania reparte 21 votos electorales y casi todas las encuestas se lo dan a Obama. Desde este Estado, en un mi-
la precaución ha ganado protagonismo en esta última jornada de campaña republicana pero, a diferencia del senador por Illinois, McCain está por detrás en todas las encuestas. Sin embargo, el republicano se ha mostrado confiado: “Es estupendo estar en casa después de recorrer siete estados en un día y ver el entusiasmo recibido. McCain ha recorrido en el último día de campaña casi 6.000 kilómetros en un frenesí electoral que incluía muchos de los Estados clave el senador de Arizona votará en Phoenix y tiene previsto realizar actos electorales en Grand Junction, en Colorado, y a Albuquerque, en Nuevo México. Pensilvania se reparte 21 votos electorales y casi todas las encuestas se lo dan al senador Obama. Desde este Estado, en un mitin en Township, el aspirante republicano John McCain ha sentenciado: “Sólo queda un día para que llevemos a América hacia una nueva dirección. Necesitamos ganar en Pensilvania y mañana, con vuestra ayuda, ganaremos”. “Voluntarios, llamad a las puertas, llevad a vuestros vecinos a los centros de votación. Necesito vuestro voto”, ha dicho.
En medio de una gran expectación mundial, Estados Unidos ha comenzado a votar para poder elegir a su próximo presidente. Desde las primeras horas de hoy, millones de estadounidenses hacen cola para ejercer su voto en unas elecciones en las que se espera una participación sin precedentes. El pistoletazo de salida de este 4 de noviembre se ha dado en la localidad de Bennington, y en el Estado de Vermont, el más madrugador, aunque de manera simbólica el lugar que ha registrado los primeros votos ha sido el pequeño pueblo de Dixville Notch, en New Hampshire, que ha dado esta la primera victoria a Obama. El censo electoral se calcula en unos 153 millones de votantes casi el 75% de las aproximadamente 200 millones con derecho al voto, y se espera que el nivel de participación alcance los dos tercios, una cifra récord. Los votantes elegirán no sólo al presidente del país, sino también al un tercio de los 100 miembros del Senado y los 435 representantes de la Cámara Baja, además de las asambleas de muchos Estados, ediles, jueces, jefes de policía y otros cargos locales, incluso una serie de propuestas.
Los cambios que se avecinan
En medio de una expectación mundial, Estados Unidos ha comenzado si a votar para elegir a su próximo presidente. Desde las primeras horas de hoy, millones de estadounidenses hacen cola para ejercer su voto en unas elecciones en las que se espera una participación sin precedentes. El pistoletazo de salida de este 4 de noviembre se ha dado en la localidad de Bennington, y en el Estado de Vermont, el más madrugador, aunque de manera simbólica el lugar que ha registrado los primeros votos ha sido el pequeño pueblo de Dixville. Concluida la más larga y apasionante campaña electoral de la historia, el pueblo estadounidense está obligado hoy a optar entre un cambio sin precedentes que promete dibujar un nuevo escenario en este país y en el mundo o una ligera corrección del rumbo seguido en los últimos años. Barack Obama y John McCain representan dos visiones distintas de la vida y de la política, dos generaciones. Ambos son, en diferente medida, símbolos de la grandeza de esta nación. Pero, mientras McCain basa su credibilidad y su fuerza en el pasado, Obama es el mejor testimonio posible del futuro no ha sido ésta una batalla entre el bueno y el malo. No llegan hoy los estadounidenses a las urnas con la duda sobre qué figura les ha inspirado o cuál merece más confianza. Obama es el claro favorito a la victoria, no porque su rival haya fracasado, sino porque él representa el futuro y McCain, por su edad, por su historia, por su mensaje, es el pasado. Un pasado no necesariamente aborrecido por electores o, al menos, no en todas sus facetas. Hay aspectos del patriotismo y la entrega de McCain que muchos votantes de Obama admiran y quisieran incluso ver en su propio candidato. Pero el tiempo en el que McCain le ha tocado pedir la confianza a sus conciudadanos para ser presidente no es su tiempo; es el tiempo de Obama. Desde el 11 de septiembre de 2001 hasta la fecha han pasado demasiadas cosas -demasiadas cosas malas- como para que los norteamericanos no deseen pasar la página. La popularidad del Gobierno de George W. Bush es raquítica -poco más del 20%- y el empacho de conservadurismo (especialmente de sus expresiones más toscas, como Guantánamo, las torturas, las escuchas telefónicas, la invasión permanente del espacio privado, los abusos de poder, la indiferencia ante el dolor de Nueva Orleans, la insensibilidad ante el deterioro de las condiciones económicas) resulta evidente. El senador McCain no ha estado ligado a todas esas políticas. Incluso ha sido detractor de algunas de ellas. Pero su etiqueta partidista le pesa hoy más de lo que él quisiera, y su propia biografía no deja de ser una muestra de aquellos tiempos que millones de norteamericanos quieren dejar atrás. La alternativa que encuentran no es fácil: un negro con escasísima experiencia, hijo de un inmigrante que se desentendió de él cuando era
medio de una gran expectación mundial, Estados Unidos ha comenzado a votar para poder elegir a su próximo presidente. Desde las primeras horas de hoy, millones de estadounidenses hacen cola para ejercer su voto en unas elecciones en las que se espera una participación sin precedentes. El pistoletazo de salida de este 4 de noviembre se ha dado en la localidad de Bennington, y en el Estado de Vermont. En medio de una expectación mundial, Estados Unidos ha comenzado si a votar para elegir a su próximo presidente. Desde las primeras horas de hoy, millones de estadounidenses hacen cola para ejercer su voto en unas elecciones en las que se espera una participación sin precedentes. El pistoletazo de salida de este 4 de noviembre se ha dado en la localidad de Bennington, y en el Estado de Vermont, el más madrugador, aunque de manera simbólica el lugar que ha registrado los primeros votos ha sido el pequeño pueblo de Dixville. Concluida la más larga y apasionante campaña electoral de la historia, el pueblo estadounidense está obligado hoy a optar entre un cambio sin precedentes.
El legado Bush
Crisis económica y guerra en Irak Promete dibujar un nuevo escenario en este país y en el mundo o una ligera corrección del rumbo seguido en los últimos años. Barack Obama y John McCain representan dos visiones distintas de la vida y de la política, dos generaciones. Ambos son, en diferente medida, símbolos de la grandeza de esta nación. Pero, mientras McCain basa su credibilidad y su fuerza en el pasado, Obama es el mejor testimonio posible del futuro no ha sido ésta una batalla entre el bueno y el malo. No llegan hoy los estadounidenses a las urnas con la duda sobre qué figura les ha inspirado o cuál merece más confianza. Obama es el claro favorito a la victoria, no porque su rival haya fracasado, sino porque él representa el futuro y McCain, por su edad, por su historia, por su mensaje, es el pasado. Un pasado no necesariamente aborrecido por electores o, al menos, no en todas sus facetas. Hay aspectos del patriotismo y la entrega de McCain que muchos votantes de Obama admiran y quisieran incluso ver en su propio candidato. Pero el tiempo en el que McCain le ha tocado pedir la confianza a sus conciudadanos para ser presidente no es su tiempo; es el tiempo de Obama. Desde el 11 de septiembre de 2001 hasta la fecha han pasado demasiadas cosas -demasiadas cosas malas- como para que los norteamericanos no deseen pasar la página. La popularidad del Gobierno de George W. Bush es raquítica -poco más del 20%- y el empacho de conservadurismo (especialmente de sus expresiones más toscas, como Guantánamo, las torturas, las escuchas telefónicas, la invasión permanente del espacio privado, los abusos de poder, la indiferencia ante el dolor de Nueva Orleans, la insensibilidad ante el deterioro de las condiciones económicas) resulta evidente. El senador McCain no ha estado ligado a todas esas políticas. Incluso ha sido detractor de algunas de ellas. Pero su etiqueta partidista le pesa hoy más de lo que él quisiera, y su propia biografía no deja de ser una muestra de aquellos tiempos que millones de norteamericanos quieren dejar atrás. La alternativa que encuentran no es fácil: un negro con escasísima experiencia, hijo de un inmigrante que se desentendió de él cuando era niño, con un nombre suajili y un segundo apellido tan explosivo en esta época como Husein. Ésa es la apuesta que los estadounidenses tienen que hacer si quieren optar por el futuro. Algunos de los rasgos personales de Obama lo certifican como una opción muy arriesgada, pero, al mismo tiempo, acentúan su dimensión de cambio y, en todo caso, si las encuestas no fallan, se trata de un riesgo que los estadounidenses están dispuestos a correr.
El gobierno tiene asegurado el 60% a su favor en el congreso
La oposición busca consenso
Concluida la más larga y apasionante campaña electoral de la historia, el pueblo estadounidense está obligado hoy a optar entre un cambio sin precedentes que promete dibujar un nuevo escenario en este país y en el mundo o una ligera corrección del rumbo seguido en los últimos años. Barack Obama y John McCain representan dos visiones distintas de la vida y de la política, dos generaciones. Ambos son, en diferente medida, símbolos de la grandeza de esta nación. Pero, mientras McCain basa su credibilidad y su fuerza en el pasado, Obama es el mejor testimonio posible del futuro no ha sido ésta una batalla entre el bueno y el malo. No llegan hoy los estadounidenses a las urnas con la duda sobre qué figura les ha inspirado o cuál merece más confianza. Obama es el claro favorito a la victoria, no porque su rival haya fracasado, sino porque él representa el futuro y McCain, por su edad, por su historia, por su mensaje, es el pasado. Un pasado
En medio de una gran expectación mundial, Estados Unidos ha comenzado a votar para poder elegir a su próximo presidente. Desde las primeras horas de hoy, millones de estadounidenses hacen cola para ejercer su voto en unas elecciones en las que se espera una participación sin precedentes. El pistoletazo de salida de este 4 de noviembre se ha dado en la localidad de Bennington, y en el Estado de Vermont, el más madrugador, aunque de manera simbólica el lugar que ha registrado los primeros votos ha sido el pequeño pueblo de Dixville Notch, en New Hampshire, que ha dado esta la primera victoria a Obama. El censo electoral se calcula en unos 153 millones de votantes casi el 75% de las aproximadamente 200 millones con derecho al voto, y se espera que el nivel de participación alcance los dos tercios, una cifra récord. Los votantes elegirán no sólo al presidente del país, sino también al un tercio de los 100 miembros del Senado y los 435 representantes de la Cámara Baja, además de las asambleas de muchos Estados, ediles, jueces, jefes de policía y otros cargos locales, incluso una serie de propuestas.
Nestór utiliza sus influencias
En medio de una expectación mundial, Estados Unidos ha comenzado si a votar para elegir a su próximo presidente. Desde las primeras horas de hoy, millones de estadounidenses hacen cola para ejercer su voto en unas elecciones en las que se espera una participación sin precedentes. El pistoletazo de salida de este 4 de noviembre se ha dado en la localidad de Bennington, y en el Estado de Vermont, el más madrugador, aunque de manera simbólica el lugar que ha registrado los primeros votos ha sido el pequeño pueblo de Dixville. Concluida la más larga y apasionante campaña electoral de la historia, el pueblo estadounidense está obligado hoy a optar entre un cambio sin precedentes que promete dibujar un nuevo escenario en este país y en el mundo o una ligera corrección del rumbo seguido en los últimos años. Barack Obama y John McCain representan dos visiones distintas de la vida y de la política, dos generaciones. Ambos son, en diferente medida, símbolos de la grandeza de esta nación. Pero, mientras McCain basa su credibilidad y su fuerza en el pasado, Obama es el mejor testimonio posible del futuro no ha sido ésta una batalla entre el bueno y el malo. No llegan hoy los estadounidenses a las urnas con la duda sobre qué figura les ha inspirado o cuál merece más confianza. Obama es el claro favorito a la victoria, no porque su rival haya fracasado, sino porque él representa el futuro y McCain, por su edad, por su historia, por
medio de una gran expectación mundial, Estados Unidos ha comenzado a votar para poder elegir a su próximo presidente. Desde las primeras horas de hoy, millones de estadounidenses hacen cola para ejercer su voto en unas elecciones en las que se espera una participación sin precedentes. El pistoletazo de salida de este 4 de noviembre se ha dado en la localidad de Bennington, y en el Estado de Vermont. En medio de una expectación mundial, Estados Unidos ha comenzado si a votar para elegir a su próximo presidente. Desde las primeras horas de hoy, millones de estadounidenses hacen cola para ejercer su voto en unas elecciones en las que se espera una participación sin precedentes. El pistoletazo de salida de este 4 de noviembre se ha dado en la localidad de Bennington, y en el Estado de Vermont, el más madrugador, aunque de manera simbólica el lugar que ha registrado los primeros votos ha sido el pequeño pueblo de Dixville. Concluida la más larga y apasionante campaña electoral de la historia, el pueblo estadounidense está obligado hoy a optar entre un cambio sin precedentes. Promete dibujar un nuevo escenario en este país y en el mundo o una ligera corrección del rumbo seguido en los últimos años. Barack Obama y John McCain representan dos visiones distintas de la vida y de la política, dos generaciones. Ambos son, en diferente medida, símbolos de la grandeza de esta nación. Pero, mientras McCain basa su credibilidad y su fuerza en el pasado, Obama es el mejor testimonio posible del futuro no ha sido ésta una batalla entre el bueno y el malo. No llegan hoy los estadounidenses a las urnas con la duda sobre qué figura les ha inspirado o cuál merece más confianza. Obama es el claro favorito a la victoria, no porque su rival haya fracasado, sino porque él representa el futuro y McCain, por su edad, por su historia, por su mensaje, es el pasado. Un pasado no necesariamente aborrecido por electores o, al menos, no en todas sus facetas. Hay aspectos del patriotismo y la entrega de McCain que muchos votantes de Obama admiran y quisieran incluso ver en su propio candidato. Pero el tiempo en el que McCain le ha tocado pedir la confianza a sus conciudadanos para ser presidente no es su tiempo; es el tiempo de Obama. Desde el 11 de septiembre de 2001 hasta la fecha han pasado demasiadas cosas -demasiadas cosas malas- como para que los norteamericanos no deseen pasar la página. La popularidad del Gobierno de George W. Bush es raquítica -poco más del 20%- y el empacho de conservadurismo (especialmente de sus expresiones más toscas, como Guantánamo, las torturas, las escuchas telefónicas, la invasión permanente del espacio privado.
En medio de una gran expectación mundial, Estados Unidos ha comenzado a votar para poder elegir a su próximo presidente. Desde las primeras horas de hoy, millones de estadounidenses hacen cola para ejercer su voto en unas elecciones en las que se espera una participación sin precedentes. El pistoletazo de salida de este 4 de noviembre se ha dado en la localidad de Bennington, y en el Estado de Vermont, el más madrugador, aunque de manera simbólica el lugar que ha registrado los primeros votos ha sido el pequeño pueblo de Dixville Notch, en New Hampshire, que ha dado esta la primera victoria a Obama. El censo electoral se calcula en unos 153 millones de votantes casi el 75% de las aproximadamente 200 millones con derecho al voto, y se espera que el nivel de participación alcance. Los votantes elegirán no sólo al presidente del país, sino también al un tercio de los 100 miembros del Senado y los 435 representantes de la Cámara Baja, además de las asambleas de muchos Estados, ediles, jueces, jefes de policía y otros cargos locales, incluso una serie de propuestas. En medio de una expectación mundial, Estados Unidos ha comenzado si a votar para elegir. Desde las primeras horas de hoy, millones de estadounidenses hacen cola para ejercer su voto en unas elecciones en las que se espera una participación sin precedentes. El pistoletazo de salida de este 4 de noviembre se ha dado en la localidad de Bennington, y en el Estado de Vermont, el más madrugador, aunque de manera simbólica el lugar que ha registrado los primeros votos ha sido el pequeño pueblo de Dixville. Concluida la más larga y apasionante campaña electoral de la historia, el pueblo estadounidense está obligado hoy a optar entre un cambio sin precedentes que promete dibujar un nuevo escenario en este país y en el mundo o una ligera corrección del rumbo seguido en los últimos años. Barack Obama y John McCain representan dos visiones distintas de la vida y de la política, dos generaciones. Ambos son, en diferente medida, símbolos de la grandeza de esta nación. Pero, mientras McCain basa su credibilidad y su fuerza en el pasado, Obama es el mejor testimonio posible del futuro no ha sido ésta una batalla entre el bueno y el malo. No llegan hoy los estadounidenses a las urnas con la duda sobre qué figura les ha inspirado o cuál merece más confianza. Obama es el claro favorito a la victoria, no porque su rival haya fracasado, sino porque él representa el futuro y McCain, por su edad, por su historia, por su mensaje, es el pasado. Un pasado no necesariamente aborrecido por electores o, al menos, no en todas sus facetas. Hay aspectos del patriotismo y la entrega de McCain que muchos votantes de Obama admiran y quisieran incluso ver en su propio candidato.
La voz de Cobos El vicepresidente dió su opinión
Pero el tiempo en el que McCain le ha tocado pedir la confianza a sus conciudadanos para ser presidente no es su tiempo; es el tiempo de Obama. Desde el 11 de septiembre de 2001 hasta la fecha han pasado demasiadas cosas -demasiadas cosas malas- como para que los norteamericanos no deseen pasar la página. La popularidad del Gobierno de George W. Bush es raquítica -poco más del 20%- y el empacho de conservadurismo (especialmente de sus expresiones más toscas, como Guantánamo, las torturas, las escuchas telefónicas, la invasión permanente del espacio privado, los abusos de poder, la indiferencia ante el dolor de Nueva Orleans, la insensibilidad ante el deterioro de las condiciones económicas) resulta evidente. El senador McCain no ha estado ligado a todas esas políticas. Incluso ha sido detractor de algunas de ellas. Pero su etiqueta partidista le pesa hoy más de lo que él quisiera, y su propia biografía no deja de ser una muestra de aquellos tiempos que millones de norteamericanos quieren dejar atrás. La alternativa que encuentran no es fácil: un negro con escasísima experiencia, hijo de un inmigrante que se desentendió de él cuando era niño, con un nombre suajili y un segundo apellido tan explosivo en esta época como Husein. Ésa es la apuesta que los estadounidenses tienen que hacer si quieren optar por el futuro. Algunos de los rasgos personales de Obama lo certifican como una opción muy arriesgada, pero, al mismo tiempo, acentúan su dimensión de cambio y, en todo caso, si las encuestas no fallan, se trata de un riesgo que los estadounidenses están dispuestos a correr. Algunas voces conservadoras extremistas están alertando del riesgo de que una presidencia demócrata, sumada al refuerzo de la mayoría de ese partido en el Congreso. Otros radicales del otro bando se frotan las manos ante la oportunidad que se le presentan a los sindicatos y a los activistas de izquierdas. Obama ha advertido a ambos lados que se olviden, parece mirar hacia el futuro, pero hacia un futuro con estabilidad.