“30 líneas. Una guía para pensar y escribir en las agencias de noticias”. Ediciones DE LA TRAVESÍA, 2003. Santa Rosa, La Pampa, Argentina. ISBN 987-20923-1-1
Hernán Di Bello. hdbello@yahoo.com Matías Sapegno. msapegno@hotmail.com
.Índice .Prólogo .Introducción .PRIMERA PARTE…………………………………………………..7 Las agencias .El pulso de la agencia .La agencia-escuela Las funciones de cada miembro .El director .El jefe de turno .Y en ese rincón, los redactores .Noticias del más allá. El corresponsal Tres agencias, tres experiencias .El caso de ANCLA .La experiencia de UP .La Agencia Estado y un servicio por segmentos Dos clásicos: Deportes y Policiales .La sección Policiales o ¿Cuándo un muerto es noticia? .La otra pata: Deportes SEGUNDA PARTE…………………………………………………26 ¿Un cable? .Organizar la información .Exactitud, rapidez y síntesis .30 líneas, la medida ideal .Desarmando un cable .Tipos de cables La personalidad de un cable .Comillas .(sic) .Modismos de cada país o región .Los pilares de un cable: la información de archivo y de contexto .Las fuentes .Lugares comunes .Otros vicios de redacción El eterno combate: Velocidad versus Calidad .Escribir rápido o con precisión, ¿qué está primero? .La belleza, ¿es posible? El manual de estilo TERCERA PARTE…………………………………………………52 La información .Asimetría en la producción mundial de noticias .El futuro de las agencias, según un experto
.El cambio. ¿Qué les pasó a las agencias? .Una empresa de servicio .Los caminos de las agencias .¿Adónde vamos? APÉNDICE………………………………………………………..65 .Breve cronología de las agencias .Guía de agencias en Internet BIBLIOGRAFÍA………………………………………………..…68
PRÓLOGO Buenos Aires, 2003.- El libro “30 líneas. Una guía para pensar y escribir en las agencias de noticias” es una aproximación a ese sector del periodismo tan importante dentro del mundo de la comunicación y a la vez ignorado por los análisis teóricos y críticos. Sin ánimo de exaltación ni de homenaje, la obra describe qué son las agencias de noticias, cómo se busca información y cómo se escribe en ellas, y cuál ha sido su evolución a lo largo del tiempo. También se hace una evaluación de los caminos que deben seguir para ser viables en los próximos años, marcados por las revoluciones tecnológicas y del conocimiento. La frase “Hora de cierre a cada minuto” da título a un libro sobre la historia de United Press (UP) y resume el desafío que enfrentan a diario los periodistas que trabajan en agencias. Debe ser consciente de ello cualquier agenciero del mundo cuando se sienta frente a una computadora para sintetizar en 30 líneas lo que ocurrió en los noventa minutos que duró un partido de fútbol, de forma rápida y atractiva. También es necesario que tenga en cuenta que en pocos minutos la crónica que va a escribir puede quedar superada por los disturbios que se produjeron en las tribunas luego del partido, y que deberá hacer otro cable que comience con una descripción de los desmanes. Lo mismo le sucede varias veces al día a los redactores de Deportes como a los encargados de cubrir accidentes de tránsito, renuncias de ministros, debates parlamentarios o el comportamiento de los mercados financieros. Claro, veloz y breve son tres condiciones que un despacho de agencia tiene que cumplir para que en pocos minutos la noticia llegue al público a través de sitios de Internet e irrumpa en las transmisiones de radio y televisión, además de aparecer publicada al día siguiente en la portada de los diarios. Llamadas mayoristas de noticias o la cocina de la información, desde el siglo XIX las agencias han contribuido de manera esencial para que un hecho trascendente ocurrido en cualquier lugar del mundo sea conocido por el resto de sus habitantes en el menor tiempo posible, e incluso mientras está sucediendo.
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INTRODUCCIÓN
Hoy la información es imprescindible. Eso es lo que suele escucharse cuando se publicita un medio de comunicación, sea un sitio de Internet, una emisora de radio, un diario o un canal de noticias por televisión ¿Imprescindible para quién? ¿Por qué? Esos mensajes aseguran que no podemos salir a la calle bajo ningún punto de vista sin antes no habernos informado, o que nos perdemos datos de suma importancia para nuestras vidas si no consumimos alguno de esos medios. Para que una persona no deje de estar en línea mientras está despierta, hay toda una infraestructura que la contiene. Están los teléfonos celulares que reciben noticias para leer o escuchar, pantallas de texto móvil en los colectivos urbanos, televisores en todos lados -incluso en los túneles del transporte subterráneo-, diarios pagos y gratuitos, aparatos de radio, y dispositivos portátiles donde leer el correo electrónico. También se ha oído que en la actualidad la verdadera censura, la que no permite informarse al ciudadano para tomar decisiones sobre su vida, es el inmenso cúmulo de datos que brindan los medios y que termina aturdiendo al receptor. En este mundo de la información periodística participan también las agencias de noticias, apabulladas hoy por la aparición de los portales de Internet, que transmiten noticias que se actualizan cada minuto. Este libro trata de definir el lugar que les corresponde en estas condiciones, donde hay una intensa avidez por informar y ser informado, aunque no siempre se sepa para qué. También propone pautas y criterios para el trabajo en ellas. Por eso se organiza en tres partes: -La Primera se asoma a la estructura de una agencia y a los miembros que la componen, se analizan los casos de las agencias ANCLA, UP y Estado, y se ven en profundidad las secciones Deportes y Policiales. -La Segunda es la que se ocupa del cable o despacho y las maneras de escribirlo mientras se evitan errores de redacción, además de buscar esa quimera que son los despachos escritos con belleza y proponer un concepto distinto de manual de estilo. -Y la Tercera, donde se plantean las posibilidades de las agencias en el presente y en el futuro, y el debate en torno a los desniveles que existen a nivel mundial en la producción de noticias. Concluye con un Apéndice donde se puede seguir cronológicamente la historia de las agencias en todo el mundo y una breve guía de los sitios de Internet de algunas de ellas.
PRIMERA PARTE
* Las empresas mencionadas entre paréntesis luego del nombre de un periodista indican las agencias en las que ha trabajado.
.Las agencias
En su profunda investigación sobre la historia y el rol de las agencias de noticias a través del tiempo, el español Esteban López-Escobar (1978) las definió como “esas organizaciones recolectoras y distribuidoras de noticias (…) en su sentido más inocente”. El sentido no tan inocente de las agencias sería el de convertirse a veces en generadoras de rumores interesados, en la cocina de oscuras operaciones de prensa o de servir a los intereses de un gobierno en lugar de a la verdad. Paradójicamente, el hecho de que en ocasiones sean objeto de estas manipulaciones es una muestra de la importancia fundamental que se les adjudica en la tarea de informar.
La agencia tiene una estructura parecida a la de un diario -periodistas organizados en secciones coordinadas por un jefe-, pero con menos redactores, menos tiempo para elaborar las noticias y menos margen para la investigación. La materia prima llega por fax, correo electrónico o teléfono en forma de gacetillas, entrevistas y llamados originados en instituciones oficiales y públicas, vecinos curiosos, partidos políticos, empresas de todo tipo, políticos, organizaciones no gubernamentales y toda aquella entidad que quiera dar a conocer algo. También la trae un periodista desde la calle o se capta en la misma agencia mientras se escucha radio o se mira televisión. En la redacción, esos datos son seleccionados y ordenados, se les da una jerarquía dentro de un texto, se les agregan datos de archivo, un contexto, se les otorga una prioridad y son emitidos a los clientes abonados al servicio en forma de cable o despacho, como se denominan a los artículos escritos en las agencias. Todo esto siempre se hace de la manera más rápida posible. ¿Para qué? ¿Por qué un diario o una radio necesitan pagarle a una agencia en lugar de recurrir a su propia estructura? El periodista español Miguel Ángel Bastenier (2001) opina que los cables funcionan como “una red de seguridad, una estructura que permite a la redacción disponer de una narración de acontecimientos casi en bruto, para poner en marcha sus estrategias informativas, distribuir las fuerzas de la redacción, hacer el mapa diario de lo que se quiere destacar, y, también, completar el texto de los periodistas que van a redactar una información, puesto que no es descrédito que uno no haya visto, oído o asistido a la totalidad de la representación teatral que suelen ser los hechos”. Jorge Brinsek (UPI, NA, DyN, Infosic) coincide y agrega que el servicio de una agencia le permite a un cliente “auditar” lo que está pasando informativamente. “Si la agencia es
buena”, aclara. De esta manera un medio informativo, como un canal de noticias por televisión, vigila que en su propia cobertura no se le esté escapando ningún hecho importante. Como se dice en la jerga, que no se está comiendo nada. La brasileña Marina Guimarães (Estado) apela al pragmatismo y dice: "Es mucho más barato tener contratado un servicio de una agencia buena que pagar a un corresponsal para que viva en otro lugar". Es de la misma opinión que Balzac. El escritor francés opinó sobre su contemporánea agencia Havas: “Todos los periódicos de París han renunciado, por motivos de economía, a hacer, por su cuenta, los gastos a los que M. Havas se dedica, tanto más cuanto que tiene ahora un monopolio, y todos los periódicos, dispensados de traducir como antaño los periódicos extranjeros y de mantener agentes, subvencionan a M. Havas con una suma mensual, para recibir de él, a hora fija, las noticias del extranjero”. (Citado por López-Escobar, 1978)
Pero los medios de comunicación no son los únicos clientes. Un ministerio puede comprar el servicio para saber qué pasa en términos informativos en su ámbito de interés, como el trabajo o la educación. Otros abonados pueden ser escuelas de periodismo, gremios, clubes, empresas y consultoras interesadas en seguir la actualidad hora a hora.
El pulso de la agencia
Rapidez y exactitud son la base del prestigio de una agencia, sostiene Alejandro Méndez (DyN, EFE), y explica que la forma de trabajo consiste en organizar la pauta de tareas del día en base a la agenda de noticias previstas. A esa rutina de los hechos que ya se sabe que van a ocurrir -conferencias de prensa, entrenamientos, inauguraciones- hay que agregarle "ideas, enfoques y hasta notas de análisis que puedan aportar los miembros de la redacción". Esa hoja de ruta no es inmodificable, sino que se ajusta a medida que aparecen los hechos y las declaraciones que no estaban previstos. "A media jornada siempre es útil pasar revista al cumplimiento de la pauta", aconseja Méndez. Pero el palpitar intenso de una agencia corre peligro porque el seguimiento diario de la agenda, de los hechos predecibles y de las declaraciones repetidas por los mismos personajes de siempre pueden hacer que se adormezca o se aturda, y ya no se sepa qué es noticia y qué no lo es. Enrique Escande (EFE) sostiene que las mismas características de una agencia evitan que esto suceda: “El ambiente que se respira en una agencia de noticias y la presión que ejerce el oficio hacen que la capacidad de reacción se mantenga sin necesidad de que haya que proponérselo como orden del día. Es una cuestión de adrenalina”.
Méndez cree que la capacidad de reacción se mantiene con "una actitud de alerta permanente, cosa difícil cuando los 'pozos' informativos fomentan un relajamiento de la redacción. Pero es importante el olfato para detectar que algo puede suceder en determinado asunto, cosa que depende tanto de un buen nivel de información como de la capacidad de analizar lo que sucede. Los acreditados en ministerios y otros entes públicos, que deben tener como rutina la visita o consulta periódica a sus fuentes, son quienes deben estar más atentos".
La agencia-escuela
Todos los periodistas que hayan comenzado su carrera en una agencia dirán que es la mejor escuela para un periodista. Escande no lo duda y asegura que es “la mejor de todas. El que se hace periodista en una agencia puede trabajar después en cualquier lado”. Para él, escribir en una agencia es la manera más pura de hacer periodismo porque ahí se “cocina” la noticia. "En ningún lugar como en una agencia se aprende claramente lo que es una noticia y a escribir en forma precisa y concisa", aporta Méndez. Y Brinsek apuntala el argumento de la agencia como “semillero”, porque sostiene que al redactor le da “velocidad, capacidad de síntesis, agilidad y responsabilidad, porque muchas veces se tiene que manejar solo, sin los medios que puede tener en un diario”. Por eso, asegura, los periodistas formados en agencias siempre han sido buscados por los diarios. Sin embargo, el redactor que pase de una agencia a un diario o una revista tendrá que luchar sobre el teclado con el ya adquirido y cultivado estilo de agencia, que algunos llaman "impersonal". Y quizás se lleve otra tara, que es la de no poder empezar a escribir un artículo hasta no sentirse realmente presionado por la hora de cierre. No planteamos acá que los periodistas de diarios y revistas no sufran esos momentos. En los diarios siempre hay noticias de último momento que deben escribirse cuanto antes para no retrasar la impresión y las revistas semanales siempre están atentas a los acontecimientos de última hora para no perder actualidad. Pero en las agencias esa actitud es permanente, o debería serlo.
.Las funciones de cada miembro
A la cabeza de una agencia hay un director periodístico, responsable de lo que se emite y de la línea editorial; le siguen los jefes de turno, que deciden qué noticias se escriben, de qué manera y con qué prioridades; y los jefes de las secciones Política, Economía, Tribunales (o Judiciales) y Policiales, Deportes e Información General, o como las haya organizado y denominado la agencia. La edición final de los despachos puede ser responsabilidad de los jefes de turno o
de los jefes de sección, según la empresa. Y formando la tropa están los redactores.
El director
Jorge Brinsek, que ha conducido algunas agencias, describe al director como el “que impone su estilo, es el alma de la agencia”. Cree que lo importante es que se haga respetar por su capacidad profesional y después deje hacer a los redactores. “Hay que formar sucesores, tantos como sean posibles”, porque sostiene que eso le permitirá al director dedicar más tiempo a otras cosas, como la planificación. “El mejor jefe es aquel que no se ve”, sentencia. En ocasiones, los directores también se han ocupado de asuntos ajenos a lo periodístico, como a negociar los sueldos de los empleados o a conseguir clientes. Para Alejandro Méndez esto afecta para peor la calidad del periodismo. "Todo desvío de estas funciones (periodísticas) termina por generar conflictos que afectan la eficiencia de la agencia -dice-. A menos que sea también empresario, el periodista debe dedicarse a lo suyo, no a la administración, el personal o la venta del servicio. Lamentablemente, en los últimos años ha proliferado el criterio del director polifuncional, al calor del dudoso criterio de eficacia empresarial y reducción de costos". Opina que el trabajo del director es el de definir la línea editorial y la pauta general y básica del trabajo, a la vez que supervisa la ejecución de ambas. "También debe contar con fuentes de alto nivel y, obviamente, estar al tanto de lo que está pasando" en la actualidad, concluye.
El jefe de turno “Un buen jefe de turno reconoce una noticia importante en un segundo, la sintetiza en su mente en treinta y la escribe en un minuto”, es el resumen que hace Mariano Fontenla (DyN, Infosic, EFE, Télam) del para qué está alguien conduciendo a un grupo de periodistas, asignando temas y tareas. Y como el jefe de turno es el que debe evaluar qué es lo que la agencia manda al aire, “en ningún caso puede admitir redacciones deficientes, así como el cajero de un banco no puede permitir que le entreguen billetes falsos”. Escande describe al jefe de turno como “el que tiene la batuta. Propone, distribuye, edita, encamina y aceita la máquina”. Lo que siempre debe tener en la cabeza es a los clientes, para tratar de brindarles el material que necesitan. Esta situación se va haciendo más compleja a medida que crece la magnitud de cobertura de la agencia, porque hay que tener en cuenta a abonados de provincias separadas por miles de kilómetros o incluso de distintos países.
Y en ese rincón, los redactores
Fontenla afirma que la primera cualidad de un agenciero es la que cree que debe tener todo profesional donde sea que trabaje: la honestidad. A eso le suma la independencia y una “pizca de picardía” para eludir los intentos de censura de los superiores, “muchas veces presionados por los funcionarios del gobierno y, más aún, por las empresas”. En cuanto a una característica específica a la hora de escribir un cable, opina que conviene que el redactor sea rápido para reaccionar en la detección de una noticia, elaborarla y transmitirla. Lo que nunca debe hacer un agenciero es apresurarse, atropellarse. “Es mejor dudar antes de apretar la tecla para enviar -aconseja Escande-, que dudar una vez que mandaste la noticia”. "Nunca debe perder la calma ante un suceso imprevisto, como un atentado o un accidente grave, porque ello conduce al error -advierte Alejandro Méndez-. Su trabajo es más arduo que el de los periodistas de diarios o revistas. En el caso de noticias comprometidas, no debe confiar nunca en una sola fuente. Cuando se trata de algún asunto polémico, debe cuidar que sus cables sean equilibrados, que incluyan los puntos de vista de todos los involucrados en orden a su importancia”. Y considera un “crimen de lesa humanidad periodística" limitarse a reproducir gacetillas del gobierno o de empresas sin agregar otros datos de contexto. Además de los redactores todo-terreno, a los que se les asignan temas de los más variados, están los destinados exclusivamente a una sección. Para Fontenla, “los especialistas tienen la ventaja de poder cultivar buenos contactos en ámbitos específicos, algo que no pueden hacer tan cómodamente quienes están en la redacción general y escriben de asuntos económicos, policiales y políticos”. También hay quienes están ubicados –acreditados, les dicen- en lugares de constante generación de noticias, como la Casa de Gobierno, el Ministerio de Economía, o los Tribunales. En estos casos el peligro para el periodista –y a la vez para la agencia- es el de mimetizarse con la institución en la que ha sido destinado y que termine siendo más leal a ella que a su agencia, con lo que eso implica en deterioro de calidad informativa.
Noticias del más allá. El corresponsal
El corresponsal es un redactor que forma parte de una gran agencia y que se encarga de informar desde una provincia, un país o un grupo de ellos, estando en esos mismos sitios. En una entrevista que ofreció en 1987 el entonces corresponsal-jefe de Reuters para la Argentina, Uruguay y Paraguay, John Reichertz, dio una síntesis de las tareas de esta clase de periodistas -y hasta de todos los agencieros- relatando su propia manera de trabajar. "Cuando ocurre algo trato de estar allí en el momento o me trato de informar de otro modo. Luego, según mis averiguaciones, escribo una nota y la pongo en un contexto claro. Esto es, 'enmarco' la noticia en la situación -lo más completa posible- que la generó,
porque afuera podría no entenderse bien. Una vez escrita, mando la nota a la Mesa (de Edición). Allí la miran, hacen cambios si son necesarios; si falta algo, si hay un agujero o algo que no se explique bien, me consultan a mí; cuando está todo OK, directamente se envía la información a los clientes". Cuando llegó a trabajar a Buenos Aires, primero como periodista de televisión, la brasileña Marina Guimarães sólo sabía decir camarógrafo, buenos días y buenas tardes. Después hizo un curso de idiomas y siguió aprendiendo español con la práctica. Como corresponsal de la agencia Estado, su rutina es la siguiente: se levanta a las 5:30 de la mañana y lee los diarios de Argentina y de Brasil. Escribe una nota que plantea el panorama económico y financiero para ese día, que debe estar lista antes de las 7. A esa hora se supone que los clientes de Estado, principalmente los inversores financieros, ya están auscultando sus monitores para saber qué hacer con el dinero. Después, el día se reparte en llamados telefónicos a sus fuentes, entrevistas y conferencias de prensa. Sólo escribe los cables en portugués porque traducirlos al español le haría perder tiempo. Su ritmo de trabajo es intenso. "Los clientes pagan por el privilegio de la información, para tener información de primera mano. Yo tengo que responder a eso", sostiene. Según la importancia y el peso de la noticia, envía primero apenas una línea de información y después manda la nota completa, pero el segundo envío no debe alejarse mucho en el tiempo del primer alerta. "Si yo estoy hablando con un personaje y me dice una bomba, salgo y paso la bomba a la agencia, y después vuelvo y sigo hablando con él". Así de sencillo, así de intenso.
Como síntesis de las herramientas que desde hace miles de años los agencieros deben tener prestas, valen las palabras del escritor jujeño Héctor Tizón (2000):
"El hombre hirsuto, aún encorvado, con las manos abatidas hasta las rodillas, ha regresado de prisa a la boca de la caverna donde su gente espera, contrita y acuclillada junto al fuego que no deja morir. El hombre, mediante sonidos guturales, ademanes precisos y el movimiento y fulgor de sus ojos relata aquello que acaba de acontecer y de lo cual ha sido testigo oculto y tal vez involuntario. En esos momentos el hombre hirsuto que narra, hechiza aun más que las llamas del fogón que se consume. Desde entonces, las armas y los dones de un narrador son los mismos que los de un cazador: el ojo, el oído, el olfato y el corazón".
.Tres agencias, tres experiencias
En esta parte del libro se hace una aproximación a las experiencias de tres agencias de noticias: Agencia de Noticias Clandestina (ANCLA), un órgano de
difusión y contrainformación implementado por los Montoneros durante la última dictadura militar de Argentina; la estadounidense United Press (UP), que se enfrentó a las grandes agencias internacionales -AP y Reuters- y les ganó algunas batallas; y Estado, de Brasil, concentrada en información de los mercados financieros. El objetivo no es ponerlas como ejemplo sino conocer cómo se las han arreglado para conseguir, escribir y difundir información en diversos contextos.
El caso de ANCLA
La Agencia de Noticias Clandestina fue una experiencia ideada por el escritor y periodista Rodolfo Walsh dentro del departamento de Informaciones e Inteligencia de la Secretaría Militar del grupo guerrillero Montoneros. En su investigación sobre esa iniciativa, Natalia Vinelli (2002) explica que ANCLA tuvo tres objetivos centrales: “informar a los que informan”, o sea a los periodistas, para romper el bloqueo informativo implementado durante la dictadura argentina (1976-1983); ser una herramienta de denuncia sobre las violaciones a los derechos humanos y sobre aspectos de la política económica, la situación social y la movilización obrera; y acentuar las contradicciones existentes en el seno de las Fuerzas Armadas y otros sectores de poder. “ANCLA, en síntesis, venía a representar la necesidad de contar con un medio eficaz para la circulación de información en un momento de tenaz bloqueo informativo. También, la necesidad de un instrumento político de contrainteligencia”, escribe Vinelli. La agencia empezó a funcionar en junio de 1976, y hasta junio de 1977 despachó doscientos cables, que eran enviados por correo a periodistas, militares, miembros de la Iglesia, empresarios, y a corresponsales y medios extranjeros. Los datos provenían desde dentro de Montoneros, de la lectura de la prensa y de los discursos públicos, de escuchas a comunicaciones radiales de las Fuerzas Armadas y de seguridad, de otros periodistas y de cualquier persona que tuviera algún dato valioso y quisiera aportarlo. También se nutrían con el seguimiento de medios de comunicación extranjeros, como las radios BBC de Londres y Canadá Internacional, además de los noticieros radiales La Voz de Alemania y La Voz de Estados Unidos. El equipo de redacción estaba compuesto principalmente por Lila Pastoriza, Lucila Pagliai, Carlos Aznárez y Eduardo Suárez. Walsh prácticamente no intervenía en el funcionamiento de la agencia, sino que su rol fue el de ideólogo e impulsor del proyecto. Él había vivido la experiencia de los primeros años de Prensa Latina en Cuba, luego de la revolución de 1959, época en la que escribió "poco para él mismo y mucho para las teletipos", según el recuerdo del periodista Rogelio García Lupo (2000).
El servicio se interrumpió por los secuestros o la salida del país de algunos de sus protagonistas, y luego fue reactivado durante algún tiempo por Horacio Verbitsky. Un cable de ANCLA decía: “Una docena de personas convencidas de la importancia de romper el bloqueo informativo, un mínimo pero bien organizado archivo, unas pocas máquinas de escribir, un sencillo equipo de impresión y un pequeño local que aparentemente se dedica a otra actividad, son suficientes para garantizar la continuidad de sus despachos”. Para Vinelli, ANCLA funcionó como “una herramienta política ofensiva” y sostiene que “todo el trabajo estaba destinado a generar grietas que minaran el muro de poder, al tiempo que se desarrollara, lentamente, la resistencia popular al régimen”. Pero finalmente tuvo una difusión escasa, entre cuyas causas no debe haber sido un factor menor el fuerte clima represivo. “La divulgación a través de ANCLA presumiblemente quedó acotada a espacios específicos vinculados a militantes políticos e intelectuales, o incluso a miembros de las fuerzas represivas”, sintetiza la autora.
El Informe Mac Bride (1993) afirma que entre los grupos que se oponen a la comunicación institucionalizada y oficial hay muchos que “se han concentrado en el contenido antes que en la forma, en la información socialmente útil antes que el entretenimiento”, y que “la comunicación alternativa tiene una importancia fuera de toda proporción con su volumen”.
La experiencia de UP En el clásico libro “Hora de cierre a cada minuto. Historia de la United Press” (1959), Joe Alex Morris cuenta parte del recorrido de esa agencia creada en 1907, reuniendo anécdotas en las que destaca el ímpetu de sus miembros para dar una noticia antes que nadie. Esa actitud le costó la vida a algunos de ellos. Las historias muestran cómo los unipresser -así asegura Morris que llamaban a sus redactores- iban a cubrir el frente en las guerras mundiales, un rescate de náufragos, un terremoto, un incendio o una revolución, y de qué insólitas maneras se las arreglaban para eludir la censura de los gobiernos y transmitir sus crónicas con los precarios medios de la primera mitad del siglo XX. De entre las anécdotas se pueden espigar algunas de las normas que guiaron el trabajo en UP, que se convirtió en UPI en 1958 (ver Apéndice al final del libro):
1.Para explicar su estilo de redacción sencillo y objetivo, cierto unipresser dijo: “„No tiene nada de particular. Simplemente escribo para el lechero de Omaha (ciudad agrícola de Estados Unidos). Supongo que si él entiende lo que digo, también lo entenderán todos los demás‟. El escribir para el „lechero de Omaha‟ convirtióse en el axioma de las oficinas de la United Press, axioma que se repetía
con insistencia a los jóvenes reporteros deseosos de aprender a narrar una noticia con rapidez y simplicidad”. 2.”Tratar de hacer oír las dos campanas en los asuntos contradictorios (...) presentar al público todos los aspectos de una cuestión”. 3.”La monotonía y la rutina no son sinónimos de objetividad (...) los despachos noticiosos, además de objetivos, pueden ser legibles y a veces amenos”.
4.Un presidente de UP repetía como publicidad la frase que reflejaba lo que pretendía ofrecer la agencia: ¡Hoy las noticias de hoy! 5.”A menudo la parte más importante de la labor del cronista se realiza antes de que salga a recoger una noticia”, en relación con la investigación previa sobre acontecimientos que ya se sabe que van a ocurrir, como un juicio. 6.Según un jefe de UP: “A veces hay que insistir en una noticia ante el jefe de redacción (de un diario cliente) ocupado y cansado (...) Si la noticia es extraordinaria, algo que no están acostumbrados a manejar, hay que insistir varios días. Algunas noticias no prenden sino hasta el tercer día”. 7.”Precisión y rapidez eran los principios fundamentales de la labor de la agencia noticiosa”. 8.”Todo encabezamiento sobre una huelga debe hacerse de manera que refleje un serio y sincero esfuerzo por presentar a ambas partes (...) Si un grupo no quiere que se lo cite, demuéstrese claramente en el texto de la crónica que se trató de conseguir la versión de ese sector”. 9.”En el fondo de la mayoría de las primicias hay muchas horas y a menudo semanas de preparativos y planes por anticipado”. 10.”Iniciativa y previsión”; ésta podría ser la síntesis del trabajo en una agencia, donde se debe mantener un equilibrio entre ambas puntas para no ser abrumado por cada nuevo acontecimiento y tener que estar inventando la rueda todos los días –para eso la previsión-, y a la vez tener la suficiente reacción para encarar un hecho totalmente imprevisto –para esto la iniciativa-.
11."Por lo general suele ser buen síntoma de información objetiva cuando un corresponsal recibe quejas de ambos bandos en cualquier litigio".
12.Los unipresser "siempre van consciente o subconscientemente en pos de noticias, sabiendo que el próximo instante puede embarcarlos en la emocionante aventura del acontecimiento noticioso más grande de hoy. Para esos hombres y mujeres hay una hora de cierre a cada minuto". “Hora de cierre...” también da un ejemplo, surgido durante la Primera Guerra Mundial, que ilustra sobre la importancia de presentar de forma distinta una noticia que tienen todos: Londres, agosto 3 (UP).- Se ha librado la primera „batalla del aire‟. Las naves en combate fueron un gigantesco zepelín alemán y un aeroplano francés. El francés se sacrificó con su máquina embistiendo al zepelín. Ambos fueron destruidos, pereciendo ocho alemanes y el aviador francés. “Esta crónica no fue „primicia‟ –aclara Morris- porque en general estuvo al alcance de los corresponsales, pero éstos en su mayoría la presentaron como „nueve muertos en un choque aéreo‟“.
Un servicio de noticias inteligente
Para salvar la lentitud y la dificultad en la transmisión de datos que existía a principios del siglo XX, dentro del servicio de UP estaba contemplado que los corresponsales escribieran y enviaran con mucha anticipación notas de fondo – que hoy llamaríamos antecedentes o background- sobre hechos que ya se sabía que iban a ocurrir, como “un festival anual en Rumania, la celebración del cumpleaños del rey en España o los participantes del Derby de Inglaterra” para emitirlos el día en que se producía la noticia. Sólo había que agregarles un encabezamiento escrito en la misma jornada, y así se tenía un artículo completo, con rica información de archivo. Otro recurso particular implementado por la UP en su servicio fue el “undated lead” (encabezamiento sin fecha). Consistía en encomendarle a un buen redactor que escribiera un solo despacho –con una visión global- con los datos enviados desde diversas ciudades sobre un mismo tema, o incluso reprocesando media docena de cables ya emitidos. Esta modalidad se usó mucho en la Segunda Guerra, aunando informaciones enviadas por los corresponsales desde diversos frentes, con lo que se podía elaborar un artículo que marcara alguna tendencia en el conflicto. “El arte de la colaboración (...) dependía en parte de la acumulación diaria de decenas de millares de palabras provenientes de todos los puntos del mundo y también dependía en parte de la capacidad para analizar con inteligencia esta información”, sostiene Morris.
Una perla nacida de la historia de la United Press ocurrió cuando el jefe de una sección escribió un cable para argumentar por qué se retiraba de la agencia para irse a trabajar a una universidad, y que sintetiza los sentimientos de más de un agenciero:
HORAS DEMASIADO LARGAS SUELDOS DEMASIADO BAJOS VIDA DEMASIADO CORTA
La Agencia Estado y un servicio por segmentos
"En una agencia lo fundamental es que sea en tiempo real, lo más real posible, porque si no, no cumple su función", explica Marina Guimarães, quien día a día trata de cumplir con ese mandato para la empresa que la emplea, Estado, con sede en la ciudad brasileña de San Pablo. Este concepto, el del tiempo real, significa que se informa mientras el hecho ocurre, tal como hacen las agencias especializadas en información financiera respecto de las subas y bajas de las acciones. Según Guimarães, Estado es la principal agencia de noticias de Brasil desde que la agencia Globo dejó de funcionar como tal. Distribuye notas para diarios, radios y canales de TV de todo el país, y es una fuente fundamental de información sobre la actividad de los mercados financieros y de los diversos sectores de la economía. Hay periodistas de la agencia que sólo se dedican a averiguar todo lo que suceda en el mundo con el café, otros hacen lo mismo con el azúcar o con la ganadería, por ejemplo. De esta manera, un cliente puede pedir que se le envíe todos los días información sobre un área o sección informativa, y pagar solamente por eso. El abonado debe instalar un programa en su computadora y hacer su menú de cables. Incluso puede programarla para que haya un sonido de alerta siempre que entre una noticia sobre el café. Estado también tiene un servicio central que son las AE-News (Agencia Estado-News), que es on line y está conectado con inversores y hombres de negocios de Brasil. Ahí están las noticias que mueven al mercado, ya sean políticas, económicas o acontecimientos relevantes que estén pasando en el país y en el resto del mundo. "Básicamente es para dar información a los tipos que están moviendo la plata", es la síntesis de Guimarães. Para estar a la altura de la demanda de sus clientes, la agencia tiene corresponsales en Buenos Aires, Londres, Bruselas, Washington y Nueva York. La periodista siente la falta de una agencia similar en la Argentina, que tenga una gran credibilidad y un mayor acceso a las fuentes de peso. "Hoy no ves a una agencia dando una primicia porque las primicias se las dan a los diarios
Clarín o Ámbito Financiero, según quién sea la fuente. A mi me gustaría tener un servicio fuerte de una agencia, porque me facilitaría el trabajo". La posibilidad de una mayor integración entre Brasil y Argentina, que se vislumbra en lo que va del siglo XXI, supondrá también una necesidad de mejores coberturas periodísticas a los dos lados de la frontera. Guimarães opina que si la integración se "traduce concretamente en acciones, habrá una necesidad de que los medios abran más espacio sobre este tema". Y las agencias, entre ellas Estado, tendrán que estar preparadas para suministrar ese material.
.Dos clásicos: Deportes y Policiales
En esta parte presentamos en profundidad dos secciones de una agencia: Policiales y Deportes. Creemos que deben estar más atentas, ser más dinámicas y aplicar los principios periodísticos agencieros -formas de redacción, manejo de fuentes, velocidad- con más intensidad que ninguna otra sección.
La sección Policiales o ¿Cuándo un muerto es noticia? Policiales “quizás sea la más entretenida” de las secciones de una agencia, opina Diego Igal (Télam, Infosic), no por una inclinación morbosa sino por “la cantidad de hechos nuevos” que surgen a diario. “No hay dos días iguales, no hay dos cosas iguales”, agrega Luis María Abad (DyN) desde la sala de periodistas del Departamento Central de la Policía Federal, en Buenos Aires. El criterio para determinar cuándo un muerto es noticia en la sección Policiales se establece día a día, dice Abad mientras está pendiente de dos teléfonos fijos, de un teléfono celular, de lo que se ve en un televisor y de lo que emite una radio. Sostiene su opinión diciendo que eso depende de lo que pase en la jornada -en términos de importancia periodística- y en todos los ámbitos, como el político y el económico. Si el presidente del país anuncia por la tarde un aumento de sueldos a los empleados públicos, pasará a segundo o tercer plano la noticia de la persona que falleció en un choque de camiones que ocurrió a la mañana. Descartando los suicidios, que él no cubre por creer que no son noticia salvo que sea alguien famoso, considera que a las muertes por accidente u homicidio hay que aplicarles ciertas observaciones. “Hay que ver cómo murieron, cómo fue y por qué, para que la noticia tenga más volumen”, dice, y para dar un ejemplo aprovecha un caso que cubre mientras se realiza la entrevista. Fueron asesinados dos asiáticos en algún punto del Gran Buenos Aires y ese es el título que recorre en los primeros momentos las redacciones de todo el país. Abad advierte que hay que estar atentos para ver si les faltan los dedos de una mano o si los cuerpos están atados con alambre de púas. Detalles que un veterano periodista –él lleva quince años haciendo Policiales- sabe que puede haber en
estos casos, y que hay que aprovechar para vestir la noticia y que las historias de homicidios no sean todas iguales. “Hoy un muerto ya casi no es noticia”, opina Abel Sanabria (NA, Télam, Infosic) y avisa que el interés y la curiosidad se desplazaron hacia los secuestros extorsivos, actividad en auge en la Argentina durante 2002/3. Aclara que no es noticia si una persona murió en un accidente de tránsito pero que sí es interesante un muerto en un barrio privado, en relación al caso García Belsunce (enero 2003), en el que personas con dinero se vieron envueltas en un extraño homicidio y en intentos por encubrirlo. Acerca del mismo caso, Abad considera que el alto poder adquisitivo de los protagonistas “hace más atractiva” toda la historia, y en realidad todas las historias, porque los adinerados “tienen medios para eludir a la Justicia”, tales como pagar abogados eficientes, tratar de corromper a miembros del Poder Judicial o irse del país antes de ser atrapados. Y que personas con mucho dinero no terminen en la cárcel, cuando para el público son claramente culpables, le agrega el toque que tanto para Sanabria como para Abad convierte a una historia en una buena historia: que sea increíble. “Una buena historia es una que no se pueda creer, que sea incomprensible que algo tan a la vista no se pueda resolver”, asegura Abad. “Vende lo increíble –sostiene Sanabria-. Hay que sorprender con lo real sin inventar nada. Eso hay que buscarlo en cada nota, así sea un accidente de autos”.
Estilos propios
Ambos rastrillan el día buscando hechos policiales, pero cada uno con su estilo. Abad expone sus líneas de trabajo:
.Tiene respeto absoluto por el anonimato de las fuentes que le dan información.
.Cree que si no hay certezas en una información, se debe dar a una persona por herida y luego matarla, y no darla por muerta y luego tener que resucitarla.
.Evita escribir los nombres de los involucrados, salvo de personas conocidas por el público. Lo hace para que los familiares de una víctima no se enteren por los medios que ocurrió una tragedia, antes de que se lo informe la Policía. Además, no es raro que los nombres vengan equivocados y que se dé por fallecida a una persona que está viva.
.Confía en su memoria como archivo, usa una guía especial con números de teléfono, nombres y jerarquías de la Policía, y tiene un gran mapa de la ciudad de Buenos Aires en la pared.
.Chequea todo, aún si un dato se lo pasó alguien que él conoce y que sabe que no tiene mala fe.
Sanabria detalla sus preferencias:
.Como lector, agradece los cables con dos o tres fuentes. Lo mismo le pasa cuando los conflictos están desarrollados enteros, con todas las campanas. .También como lector, detecta y desprecia las notas “sacadas de encima”, que tienen cuatro párrafos y en las que se nota que el redactor quiso hacer eso, sacárselas de encima rápidamente.
.Como redactor, trata de explotar al máximo las historias, buscando datos llamativos o curiosos. .Escribe un “que” por párrafo, para evitar las oraciones subordinadas; no pone potenciales, como “habría sido...”, porque dice que “algo es o no es”. .Redacta “presunto” en casos muy especiales ("presunto homicida"), ya que cree que es “un truco de disimulo” para evitar juicios. .Prefiere usar “el lenguaje de la gente”, más crudo y más duro, porque acerca más al lector a la situación que se narra.
.Usa el archivo de las agencias en las que trabaja. Opina que su uso tiene un beneficio extra: mientras se buscan los datos, el periodista tiene más tiempo para pensar la nota. En ocasiones usa Internet para buscar datos sobre un personaje desconocido involucrado en un hecho policial; por alguna razón puede estar presente en la red, tal como por su actividad profesional.
.Opina que el periodista debe permanecer equidistante entre las partes Involucradas en un hecho policial; presentar el caso tal como es, con neutralidad y sin jugarse por una de las partes.
Las fuentes, las benditas fuentes “Para mí una fuente puede ser un taxista”, indica Abad, desarmando con la frase el aura de misterio que puedan tener las fuentes en el ámbito de la
información policial, donde el suministro de datos va más allá de jueces y comisarios. Y sigue: “Puede ser un diariero, un vecino o un familiar (de una víctima)”. Para Abel Sanabria las fuentes son desde un oficial de servicio hasta un comisario; los fiscales; los peritos, quienes sin llegar a dar el resultado de un estudio o análisis pueden explicar cómo es el procedimiento y esa información puede aprovecharse en otra nota; los abogados de las partes, algunos de los cuales “tienen estructura de prensa propia”; y los vecinos, que son los “dueños de la verdad, porque la gente le cree a la gente”. Y advierte que no es bueno ser dócil con las fuentes: “Sin llegar al conflicto, hay que parar la charla si se nota que están mintiendo”.
La otra pata: Deportes
¿Cómo hace la sección Deportes para diferenciarse de las de otras agencias? Para Ezequiel Fernández Moores (Télam, NA, Dyn, ANSA), cuya primera tarea como agenciero fue cubrir un entrenamiento de River Plate en 1978, lo primero es "definir qué querés hacer. Y eso hacerlo bien. No hay misterios, sino laburo fuerte para buscar la información y después originalidad para ver cómo lo contás. Un buen dato o un buen copete hacen la diferencia. Pero eso tiene que formar parte de un trabajo regular en ese mes, no con un solo despacho, sino con todo el laburo. Así los abonados te van tomando confianza y terminan publicándote". Enrique Escande (EFE) dice conocer el secreto. La diferencia se hace contando con "periodistas despiertos, organización y planificación, tanto en la tarea cotidiana como en las coberturas de los grandes acontecimientos". Opina que el abonado tiene que saber que tiene aseguradas sus espaldas, y que eso se logra con la planificación de las coberturas, tarea que permite abarcar toda la información de un acontecimiento. Como en el resto de las secciones, la dinámica de trabajo no deja mucho lugar a notas de investigación o al menos de profundidad. Pero hay ciertos huecos. "A veces podés ser bien profundo y agudo en un despacho de tres parrafitos -asegura Fernández Moores-. Un ejemplo: si yo digo que los dirigentes del Milan (club italiano de fútbol) fueron absueltos del delito de fraude administrativo y nada más, es una cosa. Pero si digo que fueron absueltos gracias a que una ley fue cambiada por el gobierno de Berlusconi y que Berlusconi es propietario del Milan, estoy informando del modo más correcto. Informar, me dijeron una vez, es dar forma. Es decir: contextualizar, siempre contextualizar, porque si una información no se entiende entonces no tiene sentido darla". Escande cree que siempre hay margen para elaborar material de fondo y de investigación, pero aclara que para lograrlo hay que insistir en la planificación y la estrategia de trabajo.
No es usual que un periodista haga toda su carrera en una agencia. Suele ser común que un redactor se inicie en una y que migre a otro medio -diario, radio, televisión- en cuanto se le presenta la oportunidad. Tal vez esté relacionado con el trabajo intenso que exige una agencia, aunque no está mal sospechar que muchas veces se trata de una necesidad del ego de que la firma propia se lea completa (o se conozca su voz y su cara) y no sólo sus iniciales, como se hace en los cables de agencias. Fernández Moores, con una trayectoria reconocida en el periodismo argentino, nunca rechazó a las agencias ¿Por qué? "Creo que sigo en ellas porque se dio que empezara allí y les tomé el gusto. Me atrae no tener que escribir de más, largo, con supuestas figuras poéticas, meloso o lo que fuere. La agencia es al pan, pan y al vino, vino”.
Copa del Mundo y Juegos Olímpicos ¿cómo abarcarlos?
"Una Copa del Mundo (de fútbol) o unos Juegos Olímpicos se cubren con una dedicación diaria de no menos de doce horas, aunque podría ampliarse según las circunstancias", revela Enrique Escande, y pasa a enumerar los trabajos que debe encarar el enviado de una agencia:
.Viajar a los sitios de concentración, entrenamiento y competencia.
.Redactar las previas y las crónicas de los partidos o de las competiciones.
.Cubrir la actividad en los vestuarios y recoger las declaraciones cotidianas de los deportistas y los entrenadores.
.Hacer varios recuadros con información de los entrenamientos, de las pruebas previas y de los antecedentes de cada partido.
.Además, buscar una noticia de carácter exclusivo, un dato que distinga la información propia por sobre la del resto de los periodistas.
Tanto en un Mundial como en unos Juegos Olímpicos, los primeros quince días son "abrumadores" -según Escande-, y a medida que las competencias avanzan el clima se descomprime y es entonces cuando hay más tiempo para profundizar, hacer entrevistas más largas, dedicarle tiempo a la redacción de crónicas y de comentarios más jugosos. Hasta que aparecen las grandes sorpresas, como el positivo que dieron los análisis de dóping del atleta Ben Johnson en Seúl '88 y de Diego Maradona en Estados Unidos '94. "Eso agrega
horas de dedicación, búsqueda e investigación para todos y cada uno de los enviados", afirma. A las grandes coberturas, Fernández Moores las analiza de acuerdo a dónde le toque trabajar al redactor: editando material desde la agencia o siguiendo a una delegación en el lugar de los acontecimientos.
Desde la agencia: se hace un horario "bien de esclavo, atornillado a la mesa (de edición), editando todo el material que te mandan los enviados que están en las respectivas sedes". Y como también mandan material las corresponsalías de los otros medios (por ejemplo: Juan Verón da una nota exclusiva a un diario argentino estando en el Mundial de Japón), la agencia levanta esa nota citando la fuente y emite el cable desde Buenos Aires. Se mejoran copetes, se achican o se alargan materiales, se piden precisiones a los enviados y a los corresponsales, se traducen algunas notas, se chequea que hayan salido al aire todos los anuncios de los partidos y que se trasmitan boletines con resultados y crónicas después de los partidos o pruebas deportivas. "Ese trabajo se está haciendo cada vez más desde la mesa central", aclara Fernández Moores, y agrega que se realiza mirando el partido por televisión (si es un Mundial) y manteniendo el contacto telefónico con el periodista que lo está cubriendo en la cancha.
Siguiendo al equipo: "Si seguís a un equipo tenés que hacerlo a sol y sombra", advierte. Una complicación que suele surgir es que la delegación deportiva abra una rueda informal a la prensa y salgan muchos jugadores juntos y cada periodista "agarre al que pueda". Entonces "resulta que mientras vos estabas con Verón, Hernán Crespo por otro lado tiró una bomba. Bueno, eso depende de la buena leche de tus colegas. En las agencias suele haber buena gente y es difícil que si sale una bomba no nos enteremos todos". Si se trabaja para un servicio con abonados en América latina, la prioridad se pone en los deportistas latinoamericanos y en las estrellas internacionales con peso propio, como Michael Jordan o Marion Jones. "Como ANSA no tiene la misma infraestructura ni cantidad de gente que muchas otras agencias, somos muy selectivos -aclara Fernández Moores-. Enviamos los resultados imprescindibles y buscamos divertirnos un poco, buscando temas con pimienta, polémicas de dóping, dirigentes chorros (ladrones), Nike y sus negocios, y otras cosas, además de perfiles humanos de las figuras del día".
Escande sostiene que en las Copas del Mundo de fútbol las agencias nacionales suelen enviar material propio de la selección argentina a la vez que dependen de las agencias internacionales para completar el resto, tal como la
información de los otros equipos del mismo grupo en la primera fase, o de los demás participantes en octavos, cuartos, semifinales y final. "En los Juegos Olímpicos la tarea se multiplica -continúa Escande- porque el enviado puede comenzar la mañana con el tenis, seguir al mediodía con el hockey, meterse en el boxeo por la tarde y culminar la jornada con el fútbol, con crónicas e información de cada cosa. Si está dedicado al atletismo o a la natación, la intensidad del trabajo es la misma, aunque esta tarea tiene la ventaja de que el lugar de competición está casi siempre concentrado en uno o dos sitios". El agenciero pasa a ser "el complemento imprescindible" del enviado de otro medio, como un diario o un sitio de Internet, que "no puede estar en todos lados ni escribir tanto durante un día para cubrir páginas y páginas". La previa Gabriel Túñez (Infosic) explica cómo debe ser una previa, luego de calificar la tarea de escribirla como un “desafío”. Consiste en una nota que anuncia con detalles una actividad deportiva. En el fútbol, informa sobre las novedades de cada equipo con relación al partido que se disputará, cambios entre los titulares, algunas declaraciones de entrenadores o jugadores, y las respectivas posiciones en el campeonato (si aspiran al título, a ingresar en un torneo internacional o evitar el descenso). Al final del despacho se incluyen las formaciones de ambos conjuntos. También se brinda el horario del partido, quién será el árbitro y en qué estadio se jugará. Aclara que cuando se trata de un partido entre dos clásicos rivales se apela al historial, a los últimos duelos y al protagonismo de determinados jugadores. Si además del orgullo es el título lo que está en juego en ese encuentro, entonces la nota buscará expresar la cercanía al éxito de tal o cual equipo, “y el redactor tendrá alguna licencia periodística para que el texto esté a la altura de la emoción que provoca la definición”. Las previas de otros deportes son similares, aunque en algunos se puede poner más énfasis en las estadísticas, como en el básquet o el automovilismo. Después del acontecimiento deportivo es el momento de los comentarios, donde “se permite, quizás, una extensión mayor en el texto, el detalle minucioso de alguna jugada clave, el elogio y la crítica”, según explica Túñez.
"En 1996 estuve durante un mes cubriendo los Juegos Olímpicos de Atlanta, en Estados Unidos, como miembro del equipo que envió EFE para ese acontecimiento. Volví a la Argentina y al poco tiempo me enviaron a Lima, donde el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru tomó durante meses la embajada japonesa. Lo primero fue la cobertura de una fiesta que tuvo como corolario los podios y las medallas, aunque se manchó con un atentado. Lo otro fue trabajar en un terreno en el que todo se encaminaba hacia una tragedia. Y terminó con una
masacre. En ambos sitios tuve las mismas obligaciones, las mismas presiones y las mismas responsabilidades". Enrique Escande
SEGUNDA PARTE .¿Un cable?
El cable, el de palabras, le debe su nombre al cable del telégrafo, de cobre. Ese era el medio de transmisión de datos que comenzó a utilizarse en el siglo XIX, cerca de la fecha de nacimiento de la agencia Havas, la más antigua de todas (ver Apéndice al final del libro). Hasta entonces se usaban caballos, lanchas, palomas mensajeras y señales de luz o colores para recibir y distribuir noticias. Entre 1836 y 1837, investigadores separados entre sí lo inventaron casi en simultáneo, y en los años siguientes fue extendido en paralelo con las vías del ferrocarril, principalmente en Europa y Estados Unidos. Dice el historiador Eric Hobsbawm (1998) que la Edad Media del periodismo “finalizó en la década de 1860 cuando las noticias internacionales podían cablegrafiarse libremente desde una gran cantidad de lugares esparcidos por la Tierra para llegar a la mañana siguiente a la mesa de desayuno. Los éxitos de una publicación periodística ya no se medían en días o, si se trataba de territorios más lejanos, en semanas o meses, sino en horas o incluso minutos”. Y señala la paradoja de que al “ampliarse la separación existente entre los lugares con acceso a la nueva tecnología y el resto, aumentó el atraso relativo de aquellas regiones del mundo donde el caballo, el buey, la mula, el porteador humano o la barca seguían determinando la velocidad del transporte”. De ese modo, el cable de cobre compartió su nombre con los despachos que transmiten las agencias, aunque la cablera moderna sea una computadora capaz de almacenar millones de palabras que viajan a la velocidad de la luz. Si bien ya casi no se oye hablar de aquel "cable de último momento" con cuya lectura un locutor interrumpía las transmisiones de la radio o la televisión, las informaciones que generan las agencias de noticias siguieron llamándose así a medida que pasaron los años y fue evolucionando la tecnología. Y terminaron de imponer su denominación alrededor del mundo después del estallido de la Segunda Guerra Mundial, cuando las agencias abandonaron los cables del telégrafo para comenzar a utilizar el teletipo, un sistema telefónico que a través de una cinta de papel amarillo con perforaciones proporcionaba una capacidad de transmisión de 45 palabras por minuto, todo un récord para la época. Después llegaron los sistemas más sofisticados, como el satélite o Internet, pero los cables de las agencias siguieron siendo cables, aunque en algunas redacciones también pasaron a denominarse despachos. Organizar la información
Cuando hay información, es muy probable que si se busca bien se descubra una noticia. Organizarla y determinar el orden de importancia de los
datos es una de las tareas básicas al momento de escribir un cable. Puede haber muchísima información, como una conferencia de prensa de más de tres horas de duración grabada o apuntada en papel, o algo tan breve y concreto como una fuerte explosión en un concurrido comercio del centro de una ciudad. En el caso de la conferencia, al menos habrá uno o varios anuncios, algunos conceptos novedosos, una reflexión inteligente o hasta la más cruda ausencia de información en más de tres horas de conversación, y eso también será noticia. Más allá de la cantidad de información con que se cuente, en una agencia es muy importante captar dónde está la noticia o cuál es la novedad. La renuncia de un presidente es fácil de identificar por su enorme trascendencia e impacto, pero no ocurre lo mismo si ese mismo gobernante hace unas breves declaraciones en un aeropuerto cuando está a punto de irse de viaje y responde preguntas de periodistas sobre varios temas. Ahí se disparan las preguntas en la cabeza del periodista: ¿esto ya lo dijo?, ¿es nuevo?, ¿agrega algo? Un cronista puede considerarse plenamente integrado a la forma de trabajo en una agencia cuando caza noticias al vuelo sin necesidad de ser advertido por otros periodistas con más experiencia, y piensa en un título, en el primer párrafo y el desarrollo completo del cable mientras la información se genera. Aunque, como dijo Luis María Abad (DyN) en la Primera Parte, lo que es noticia depende de lo que pase en el día. El 10 de septiembre de 2001 las secciones de Internacionales de los diarios porteños se ocupaban de una conferencia sobre racismo en Sudáfrica, el aumento de la pobreza de la clase media en Estados Unidos y las elecciones en Bielorrusia, entre otras. Al otro día, las noticias serían otras. Exactitud, rapidez y síntesis
Cuando ocurre un hecho que es noticia, en las agencias vale tanto la exactitud para informar como la rapidez y la capacidad de síntesis. Al principio podrá parecer demasiado pretencioso reunir estas tres condiciones, pero con el correr del tiempo cualquier periodista las tendrá incorporadas casi sin darse cuenta de cuándo y cómo es que, de repente, se convirtió en agenciero. Trabajar en una agencia es una forma de hacer periodismo que tiene muchas similitudes con las del resto de los medios de comunicación, pero también varias diferencias. Una de ellas es la sensación de urgencia, de cierre permanente que se respira en las redacciones, una presión que se siente en el aire cuando surge una información muy trascendente. Para colmo, en ese caso todo debe ser a gran velocidad y con escaso margen de error, porque una vez ocurrido un hecho y redactado el cable sólo la revisión de uno o a lo sumo dos editores separa a una noticia del público, que en algunos casos puede ser nada menos que el mundo entero. Para hacer fácil algo que parece difícil, Mariano Fontenla (DyN, EFE, Infosic, Télam) dice que “bastan muy pocas palabras para difundir una noticia de
impacto y el 12 de octubre de 1492 hubieran alcanzado apenas cuatro para resumir una epopeya histórica: Colón llegó a América”. Diego Igal (Télam, Infosic) cree que una línea es suficiente para contar una noticia. “Los detalles, en las que hagan falta”, sostiene. Con exactitud, rapidez y capacidad de síntesis aplicadas a un título y un párrafo de cuatro o cinco líneas alcanza para presentar una noticia. Claro que ni bien ese cable haya sido enviado a través de una agencia, un país entero o todo el planeta querrán saber más acerca de esa información, que deberá ser ampliada, actualizada y documentada, y que probablemente contará con antecedentes y generará consecuencias o reacciones.
Crónica de una primicia “Allá por comienzos de mayo de 1986, nos enteramos al caer la tarde que Jorge Luis Borges se había casado con María Kodama, por poder y en Paraguay, en vista de que el escritor estaba separado de su esposa, Estela Canto. Nos avisó Adolfo Bioy Casares, quien tenía muy buena relación con EFE y dijo que esto sólo lo sabía él (además de la pareja, claro). Sólo pidió que no lo citemos como fuente y prometió que mantendría reserva a menos de que alguien le preguntara si sabía algo del asunto. Esa noche iba a estar fuera de casa y era muy difícil que alguien lo encontrara para preguntarle. Lo cierto, según descubrimos después, es que también conocían la noticia Clarín y La Nación, que la estaban trabajando en riguroso secreto. De un modo u otro, todas las agencias de noticias (nacionales y extranjeras) se vigilan mutuamente, por lo que había que pensar cómo soltar la noticia y sacar ventaja. Se resolvió antes que nada escribir el boletín, el avance y la ampliación, de modo de tener todo listo para dar el golpe. Mientras tanto se discutió cuándo largar la noticia y se decidió apostar a esperar a una hora más avanzada pero antes del cierre de "último momento" de los matutinos europeos, para hacerle las cosas más complicadas a la competencia. Se descartó hacer notas de color porque no había mayor documentación de la vida sentimental de Borges y además la noticia del casamiento ya era lo suficientemente fuerte. Por la hora, los matutinos de todo el mundo ya tenían su pauta completa y no le iban a dar espacio a ese agregado. Al rato de largar los avances y la ampliación, estaban todas las radios y canales de televisión citando a EFE y sin poder confirmar ni desmentir la noticia. Al otro día, Clarín y La Nación publicaron grandes notas sobre el asunto con fuentes propias y recuadros sobre la relación Borges-Kodama. Fueron los únicos, porque el resto tuvo que darle el crédito a EFE, incluso en portada”. Alejandro Méndez.
30 líneas, la medida ideal
"Ahora quiero treinta líneas”, sentencia un jefe de sección, un editor o simplemente un docente a un grupo de estudiantes de periodismo en plan de simulacro de agencia. En treinta líneas caben un título, una cabeza y cinco párrafos de desarrollo. Entonces a la noticia pura habrá que agregarle datos sobre el protagonista o el hecho en sí, el contexto y los antecedentes, en caso de haberlos. No más de cuatro o cinco líneas y dos conceptos por párrafo, dicen los que ya llevan escritos decenas de miles de cables de treinta líneas. Con esa extensión, el cable tiene una versatilidad como para ser leído en un informativo de radio, acompañar las imágenes de un noticiero o ser publicado en un sitio de Internet o en un diario. La importancia de esta especie de genérico de la información radica en que se escribe una sola versión de la noticia que sirve para todos los medios de difusión. Las treinta líneas son una gimnasia cotidiana para los agencieros, suelen utilizarse como práctica en la enseñanza del periodismo y cualquier profesional de los medios de comunicación debería estar capacitado para hacerlas, cualquiera sea su especialidad. En la teoría parece sencillo, en la práctica muchas veces no lo es. Por eso conviene practicar, cubrir un hecho cualquiera y transformarlo en un cable de treinta líneas. Ese entrenamiento servirá de mucho el primer día de trabajo en una agencia, cuando el tiempo apremie y la información disponible sea una breve gacetilla de prensa o un extenso reportaje radial con un diputado.
A todos los cables, incluidos los de treinta líneas, les caben las generales de la pirámide invertida. De acuerdo con este concepto, en lo más alto de la pirámide deberá estar el título y la cabeza, que deben concentrar lo esencial de la información, al punto de que con leer solamente esa parte del cable la noticia ya esté, de alguna manera, contada por completo. El resto quedará para el desarrollo, que también se ceñirá al mismo concepto piramidal, según el cual la importancia de la información va decreciendo a medida que pasan los párrafos hasta llegar al final. La pirámide invertida ha estado relacionada con el trabajo en los diarios, que publican un cable o parte de él usando sus criterios. Una información puede ir a la tapa de un periódico, que la desarrollará ampliamente en sus páginas, y en otro no ocupar más de un par de párrafos entre las noticias breves. Ambos podrán utilizar el mismo cable en espacios muy diferentes. Además, las radios, la televisión y hasta los portales de Internet siguen aprovechando las bondades de la pirámide invertida, que les permite resumir la noticia en pocos segundos o en reducido espacio. En el caso de la red informática, de un buen título y de una cabeza apropiada dependerá que el lector decida hacer click para acceder al resto del cable.
El escritor uruguayo Juan Carlos Onetti (Reuters) se rebeló contra los que destacan con crudeza los errores de los periodistas. “Es frecuente leer críticas de personalidades sabias y muy bien intencionadas al lenguaje que se emplea en los periódicos. Y está bien porque esos errores pasan al público que desea mostrarse culto. Lo mismo ocurre con los locutores de radio y televisión, sobre todo cuando están relatando un partido de fútbol. Pero yo quisiera saber si los mencionados críticos han estado algún tiempo en el entrañable ambiente de una redacción donde todo es humo, griterío y urgencia. Si alguna vez –todos los días o todas las noches- escuchó la voz imperativo-categórica del señor Secretario ordenando por encima y a través de tumultos, chistes y las ametralladoras de las máquinas: ¡Fulano! ¡Necesito para ayer veinticinco líneas sobre la catástrofe de Ñanducurá!”. (1995). Desarmando un cable
Las siguientes son las partes que componen un cable o despacho. Guía o antetítulo: es el primer dato que se ve de un cable y constituye una carta de presentación para los receptores. Nunca puede faltar en una información y generalmente consta de una o dos palabras en mayúsculas separadas por un guión. Con la guía ELECCIONES, los abonados de una agencia podrán identificar fácilmente las noticias vinculadas con los comicios. De ese modo, todas las informaciones relacionadas llevarán la misma guía, a la que se podrán añadir palabras como GOBIERNO, CANDIDATOS o DISTURBIOS para dar más precisiones sobre el contenido del despacho. El primer concepto tiene que ser más amplio, mientras que el segundo deberá estar referido al hecho concreto o a su protagonista. En las agencias internacionales, generalmente la primera palabra del Antetítulo corresponde al país donde se genera la información (ARGENTINAELECCIONES) y cuando hay guías generales que involucran a más de un país se puede utilizar una tercera palabra separada por una barra (ARGENTINAELECCIONES/BRASIL). Así como el título guía da los primeros datos básicos, a continuación o antes del mismo suele utilizarse una palabra entre paréntesis que describe la importancia o el carácter de la información y constituye una pista más para quien está leyendo el cable sobre su contenido, extensión o condición: ARGENTINAELECCIONES (Previsión). Sobre la Previsión, ver más adelante. Cuando el cable ya tiene guía o antetítulo, lo que sigue se puede dividir en tres partes: título, cabeza y desarrollo.
Título: es el que vende la noticia y hay quienes dicen que cuando se pone el título se le está dando la vida o el alma a un despacho. Lo concreto es que de un
buen título puede depender la suerte de toda una información, tanto de un breve cable escrito a las apuradas como de una crónica elaborada con gran esmero y tras una larga investigación. La clave pasa por invitar a la lectura de toda una noticia con pocas palabras, tan pocas que algunas agencias destinan al título un espacio determinado (generalmente una línea) que no admite excederse ni siquiera por una letra. No hay una técnica o un método para los títulos sino algunas recomendaciones básicas y ciertas costumbres, como escribirlos al principio o reservarlos para el final, cuando es posible utilizar alguna idea o concepto presente en el desarrollo. El título es una buena oportunidad para poner a prueba el ingenio y la imaginación, obliga a utilizar al máximo la capacidad de síntesis y al mismo tiempo a ser lo más claro y contundente posible. No es recomendable repetir la información que da la guía ni eliminar los artículos para economizar caracteres porque se corre el riesgo de caer en títulos telegráficos tan desagradables a la vista como al oído. Decir “Deuda externa argentina aumenta 20 por ciento pese plan ajuste gastos” ocupa el mismo lugar que afirmar que “Creció el 20 por ciento la deuda de Argentina a pesar del ajuste del gasto” y, aunque parezca mentira, todavía hay agencias de noticias cuyos títulos se parecen más al primer ejemplo que al segundo. Enrique Escande (EFE): Para escribir un título “hay que ser creativo y colar esa cualidad en una síntesis estricta. Pensar un par de minutos más en la elaboración de un título, lo enriquecerá”. Alejandro Méndez (DyN, EFE): “Es lo más difícil, porque el título es en sí mismo la noticia y su extensión está limitada. Hay que tener imaginación, por supuesto sin caer en excesos que desvirtúen los hechos. Hay veces en que es muy complicado cumplir ese requisito, por lo que en esos casos recomiendo ensayar varios títulos y elegir el que resulte más adecuado”. Fernando Alonso (Télam, Infosic): “El título del 22 de noviembre de 1963 fue „Asesinaron al presidente Kennedy‟. Cuatro palabras fueron suficientes para que la gran mayoría del mundo tomara conocimiento y elaborara infinidad de escenarios. Todo lo que se agregó después habrá servido para dar contexto, ampliar o precisar la noticia, pero con ese título al mundo le alcanzó para saber de qué se trataba”.
Cabeza: el primer párrafo es la otra parte esencial del cable, que de alguna manera debe cerrar el círculo que comenzó con la guía y el título. Una cabeza no puede dejar dudas o interrogantes, tiene que resumir todo en no más de cuatro o cinco líneas. Además, es necesario que tenga algún atractivo para conseguir que el lector no abandone la lectura del cable.
Tampoco hay una fórmula para escribir cabezas o copetes, pero no es conveniente que comiencen con oraciones subordinadas, frases entrecomilladas, adverbios y números. La claridad es esencial, y leer una cabeza en voz alta puede ayudar a comprobar si permite una comprensión rápida de lo que se quiere decir o si se trata de una sucesión de palabras confusas parecida a un trabalenguas. Un buen primer párrafo es tan importante para un cable como una vidriera bien presentada para un comercio de ropa o una mesa correctamente puesta para un restaurante. Allí se detendrá el editor de un diario al que se le acerca la hora del cierre, el productor de una radio que tiene esperando al locutor para que el informativo salga al aire y hasta cualquier lector común que cada mañana hace un breve paseo por portales de noticias de Internet antes de ir a trabajar. Como nadie tiene el tiempo o el interés suficientes para leer todo lo que pasa delante de sus ojos, se utilizan filtros y entre los cables de las agencias la cabeza es uno de los preferidos tanto para los periodistas como para el resto de los mortales. Puede ser impactante o puramente informativa, estar bellamente escrita o despertar curiosidad y hasta resultar cómica, pero necesariamente la cabeza de un cable debe tener algo distinto. Lo que no varía es el fragmento del comienzo, donde se escribe el nombre de la ciudad desde donde se emite el cable, el día y el mes, y el nombre de la agencia, algo que en los comienzos de la historia de las agencias no se indicaba y que fue una innovación de Paul Julius Reuter, según el periodista Alfonso Rojo (1998). El comienzo de un despacho es el que genera la mayor cantidad de comentarios, críticas, discusiones o elogios en las redacciones de las agencias. Algunas cabezas pasan a la historia por su originalidad, muchas son borradas por los mismos redactores que acaban de escribirlas y otras cambian de contenido por obra y gracia de los editores. Por eso vale la pena pensar y esmerarse cuando de ellas se trata. Jorge Brinsek (UPI, NA, DyN, Infosic): “Cinco líneas son más que suficientes para contar una noticia y en ese espacio hay que explicar las cosas para que se sepa todo”. Enrique Escande (EFE): “Una cabeza va con sujeto, verbo bien conjugado y predicado; creatividad, sin gerundios y debe escribirse con filo fino, no con serrucho”.
Desarrollo: para hablar del resto del contenido de un cable se puede repasar el concepto de la pirámide invertida, ya que una vez que los datos principales de la noticia aparecieron en la guía, el título y la cabeza, llega el momento de desarrollarlos por orden de importancia. Para el segundo párrafo habrá que reservar aquello que, por una cuestión de espacio, quedó afuera del primero o algún dato que apareció en el título y no figuraba en la cabeza.
A partir del tercer párrafo el desarrollo puede volverse cronológico si, por ejemplo, se trata de un hecho policial como un intento de robo a un banco, que comenzó cuando un grupo de hombres armados entró a la sucursal, lo que provocó un tiroteo con los policías que custodiaban el lugar y terminó con la detención de los asaltantes. Es posible utilizar el mismo recurso con un partido de tenis o un accidente de tránsito. En cambio, si la noticia pasa por el anuncio de una serie de medidas económicas será cuestión de priorizar las de mayor trascendencia o las que tengan más consecuencias inmediatas para la población y seguir con las de menor impacto. Lo mismo vale para las declaraciones de un diputado que opina sobre el aumento de impuestos que acaba de disponer el gobierno. Todo esto apunta a que si es necesario cortar el cable en algún punto, lo que se pierda sea lo menos importante. Así como la pirámide invertida existe porque los medios gráficos no pueden dedicar el mismo espacio a todas las noticias, también es cierto que en estos tiempos de urgencias cotidianas todos solemos abandonar la lectura de una información cuando deja de interesarnos o ya nos enteramos de lo que queríamos saber. Esto no significa que un redactor debe esforzarse por escribir bien la cabeza y el segundo párrafo para luego encadenar frases inconexas con repeticiones y errores ortográficos. Desde la primera línea hasta sus iniciales -la firma que llevan todos los despachos-, todo será obra suya. Y si en el último párrafo tiene un remate atractivo, que de alguna manera resuma el espíritu de la información, mejor todavía.
Tipos de cables
En las agencias existe el criterio común de dividir los géneros o tipos de información de manera que los receptores puedan identificar y relacionar noticias con rapidez. No es lo mismo la información sobre el asesinato de una persona famosa o el resultado de la final de un Mundial de fútbol que un despacho sobre el próximo estreno de una obra de teatro o la evolución de las exportaciones de lana durante el último semestre.
Flash: se utiliza ante un acontecimiento inesperado y de enorme trascendencia. Generalmente se escribe todo con mayúsculas, con la palabra FLASH primero y no tiene más de una línea. Cuando las noticias se transmitían por telégrafo y aún por teletipo, los flashes llegaban a destino precedidos por el estridente sonido de una campanilla para advertir sobre su importancia. Tampoco ha cambiado el hecho de que un Flash interrumpe el envío del resto de las noticias, que pasan a la lista de espera.
Urgente o Boletín: también se utiliza para noticias muy importantes y en algunas agencias es denominado Avance o Anuncio. Puede figurar antes de la guía o después y entre paréntesis. Es el primer cable con aspecto de tal, ya que lleva título, lugar de procedencia y fecha. Generalmente no tiene más de dos párrafos de extensión, que deben concentrar la mayor cantidad de información posible. Ante una noticia sobre la que paulatinamente van agregándose nuevos datos, como un accidente grave en el que aumenta el número de víctimas o los primeros resultados de una votación, se pueden enviar varios Urgente.
Ampliación: es el despacho de treinta líneas mencionado más atrás, que completa la información adelantada en el Avance. Después de uno o más boletines, hay un tiempo máximo para enviar una Ampliación que depende de cada agencia y va entre los quince minutos y la media hora. Con esta versión del hecho los receptores ya pueden contar con una información breve y completa sobre lo que acaba de ocurrir o está sucediendo. Hay agencias de noticias que amplían sus anuncios sin colocar la palabra Ampliación y la utilizan cuando se redacta otra versión de un cable enviado con anterioridad pero que contiene nuevos datos o declaraciones. Inclusive es muy frecuente encontrarse con cables que dicen Segunda Ampliación o simplemente Actualización.
Cartelera o Previsión: así suelen llamarse los despachos más importantes, amplios y elaborados que transmiten las agencias. Se anuncian con esa denominación en unas listas que se envían entre una y tres veces al día a los receptores avisándoles que esas son las informaciones significativas que se enviarán en las próximas horas, las que probablemente ocupen la tapa de los diarios o abran los noticieros de radio y televisión. Las notas de Previsión no exceden una determinada extensión, ya sea en líneas como en número de caracteres o palabras, para facilitar la tarea de los medios gráficos, que pueden reservar a esos despachos el espacio justo en sus páginas. Además, las agencias suelen anunciar la hora aproximada a la que será emitida una Cartelera, de modo que los abonados calculen cuándo podrán contar con la información. Las listas surgen de reuniones y charlas entre el director periodístico, los jefes de sección, los editores y en ciertas ocasiones algún redactor, mientras que en las agencias internacionales se elaboran desde una central con el aporte de los corresponsales o enviados especiales a distintos países.
Otras posibilidades para informar
También existen las notas denominadas Análisis, Comentario y Crónica, que suelen ser las únicas que llevan la firma completa de su autor y no solamente
sus iniciales. Las primeras contienen la valoración o la interpretación del periodista sobre un hecho, mientras que las otras dos pueden incluir datos de color, ser un trabajo de investigación y hasta no referirse estrictamente a la actualidad.
Además están:
.El Resumen, que es un cable que concentra una serie de sucesos trascendentes relacionados con una noticia principal, que pueden ocupar varios cables de Cartelera. Es similar al Undated Lead de la UP, mencionado en la Primera Parte. .Las Reacciones, que son opiniones y declaraciones que puede generaruna noticia. .El Perfil o Biografía del protagonista de una noticia. .Ante una noticia prevista, las agencias envían una serie de notas antes del acontecimiento. En el caso de Deportes, se emite la Previa de un partido o de una competencia. .Repetición, es una prolongación del título guía que aclara que se reitera la emisión de un cable. .Corrección, también acompaña a la guía, y corrige determinado dato de un cable ya emitido. .La nota Embargada no puede darse a conocer públicamente hasta un momento determinado en el mismo despacho. .Aviso, que es cualquier advertencia dada a los clientes receptores ante retrasos, cambios o incidencias que vayan surgiendo y modifiquen la pauta establecida en la Cartelera.
.La personalidad de un cable
Todos los cables se construyen con palabras, números y signos. Pero con la combinación de ellos cada uno adquiere su personalidad propia, tan parecida a la de su autor. De esta manera, los rasgos de un despacho se van formando en base a los antecedentes que se le agreguen, la variedad de fuentes consultadas y a la cantidad de comillas, entre otros detalles. En esta sección vemos algunos de esos elementos, con sus usos y abusos.
Comillas
El criterio ideal central sobre el uso de las comillas es tratar de usarlas en su punto justo, para que contribuyan a enriquecer la noticia y no a volverla confusa o tediosa. No es bueno abusar, sobre todo de los párrafos entrecomillados enteros, y conviene reservar las comillas para los conceptos más interesantes y relevantes dichos por un entrevistado. Básicamente, las comillas sirven para
reflejar fielmente las afirmaciones de alguien, aunque a veces su uso termina por sacarlas de contexto. Las polémicas al respecto entre periodistas y entrevistados abundan y por ahora parecen estar lejos de culminar. Para que no haya dudas acerca de las frases delicadas, que pueden dar lugar a varias interpretaciones, éstas se pueden incluir completas entre comillas, pero hay editores que para prevenir excesos prohíben a los redactores colocar dos párrafos seguidos que empiecen y terminen con comillas. Otros afirman que no conviene empezar un despacho con una frase entre comillas y recomiendan hacerlo solamente cuando la frase se destaca por su fuerza u originalidad. “Hoy siento un odio que sería capaz de salir a matar”, fue el comienzo de un cable de DyN del 3 de julio de 2002, que recogió las declaraciones del padre del joven Darío Santillán, asesinado por la policía de un disparo en la espalda durante una feroz represión a manifestantes en uno de los accesos a la ciudad de Buenos Aires. En este caso, el editor consideró que la utilización de las comillas al principio del cable era correcta. Lo que sin lugar a dudas está mal (muy mal) es escribir una información que diga “El ministro afirmó que si no mejora la recaudación de impuestos „me voy‟”. Si la frase empieza en tercera persona el fragmento entre comillas no puede ir en primera, y basta con leer la frase en voz alta para darse cuenta de que algo anda mal. Parece obvio pero el error se sigue cometiendo a diario. En el caso de las citas textuales, el español Bastenier (2001) opina que las comillas son “letales enemigos” del periodista. “Cuando las utilizamos estamos renunciando a nuestra propia voz; estamos retirándonos –aunque lo entrecomillado lo haya elegido el autor- para dejar que otra persona aparezca en primer plano y sea ella la que lleve la batuta de la información”, explica. Sin embargo, admite algunas posibilidades: cuando la narración avance gracias al entrecomillado, por tratarse de “amenazas, alusiones, anuncios y exhortaciones”; cuando aquello que expresa el entrecomillado no puede contarse de mejor manera con la propia redacción de los hechos; y cuando quien habla sea de tal rango, o lo que diga sea de suficiente importancia, como para que “no queramos intermediarios demasiado obvios entre sus palabras y el lector”. Y redondea: “Si optamos por callar, lo mínimo que hay que pedir es que valga la pena escuchar lo que otros tienen que decir”. Como en el resto de los medios escritos, las comillas también suelen usarse en las agencias -a veces con escaso criterio y no mucha coherencia- para resaltar ciertos términos como sobrenombres, palabras en otros idiomas o que puedan resultar desconocidas para los lectores. En un cable que tiene al futbolista Gabriel Batistuta como protagonista, alguna vez se le puede llamar “Bati”, como lo conocen en Argentina, o “Batigol”, el apodo que le pusieron en Italia. Pero tratándose precisamente de un sobrenombre ideado por el mismo público que leerá la noticia, no parece haber una necesidad imperiosa de ponerlo entre comillas. Lo mismo ocurre con el “shock” productivo que pretende generar un
gobierno con una serie de incentivos a las exportaciones o con la “tormenta” de rumores sobre la separación de la pareja “del momento”. En estos casos habría que preguntarse: ¿qué es exactamente lo que se quiere decir con determinada palabra? Algo puesto entre comillas, ¿qué es?, ¿un guiño de complicidad al lector?, ¿un aviso de que se trata de una metáfora? Como no está claro, se pierde precisión, y eso está penado en el periodismo de agencia. Fernando Alonso (Télam, Infosic): “El abuso de las comillas es muy duro para el lector. No conviene estar abriendo y cerrando comillas varias veces en un mismo párrafo, las frases enteras son más legibles. Hay que meter la menor cantidad de veces los dedos en un texto en el que un entrevistado cuenta algo”. Mariano Fontenla (Dyn, EFE, Infosic): “Cuanto más pasajes del reportaje vayan entre comillas, menos posibilidades habrá de que el testimonio quede fuera de contexto”. Alejandro Méndez (Dyn, EFE): “Es una cuestión de equilibrio para lograr un cable bien escrito. Las comillas son muy útiles para dar frescura y contenido a la noticia. Hay que usarlas en aquellas palabras o frases que mejor cumplan esa función sin que esto suponga desvirtuar la intención de quien las dice. Por tanto, también es una cuestión de ética profesional”.
(sic)
El 25 mayo de 2003 se produjo el traspaso del poder presidencial en Argentina y autoridades de distintos países asistieron a la ceremonia. Unos días antes de entregarle el mando a Néstor Kirchner, el presidente saliente Eduardo Duhalde declaró exultante que “el Príncipe de Gales” iba a viajar especialmente a Buenos Aires. La presencia de Carlos de Inglaterra en Argentina hubiera sido toda una noticia, ya que las relaciones entre ambos países distan de ser las mejores debido al conflicto por la soberanía sobre las Islas Malvinas. El problema es que Duhalde se estaba refiriendo al Príncipe de Asturias, Felipe de Borbón, heredero de la corona de España, que fue quien finalmente estuvo en Buenos Aires. Después de unos pocos minutos de confusión, distintas fuentes oficiales salieron a enmendar el error del gobernante. Entonces, la noticia pasó a ser que Duhalde se había confundido de príncipe y, para ponerlo en evidencia, algunas agencias recurrieron al adverbio “sic”, que en latín significa así y se coloca entre paréntesis. De ese modo, los despachos pudieron reflejar fielmente las palabras que usó el presidente -que estaba contento de la llegada del “Príncipe de Gales (sic)”, porque así lo dijo- y luego explicar que en realidad estaba hablando del de Asturias.
Modismos de cada país o región “Un colectivo mató hoy a un anciano de 74 años al atropellarlo en la esquina de las calles Hipólito Yrigoyen y Entre Ríos, del barrio porteño de Congreso, mientras se realizaba una manifestación de docentes en reclamo del pago de salarios atrasados”. En Argentina todos saben perfectamente lo que es un colectivo y para una agencia local la cabeza de esta información es correcta. ¿Pero qué ocurre si esta misma noticia llega a oídos de un español? No entenderá absolutamente nada o, peor aún, pensará que ocurrió algo que realmente no pasó. Para un madrileño que nunca estuvo en Buenos Aires, un colectivo es un grupo de personas que bien podrían ser los docentes que reclamaban por sus salarios y no un autobús, que es como llaman en España a ese medio de transporte. Como alguien dijo respecto de ambos países, lo único que nos separa es el idioma. Por eso, los redactores y editores de agencias internacionales deben tener en cuenta a diario que las informaciones que pasan por sus manos serán leídas o escuchadas por personas que hablan el mismo idioma pero de maneras muy diferentes. El lenguaje elegido por estas agencias es el llamado español neutro, que no necesariamente debe hacer honor a su nombre, ya que cuenta con una gran cantidad de variantes para, por ejemplo, distinguir entre huelga y paro, palabra que para los españoles además de cese de actividades puede ser sinónimo de desempleo. Pablo Valle (2001) propone una lista de “americanismos y argentinismos que conviene evitar si se busca un español „neutro‟”, al que califica como “ese monstruo exigido (y creado a medias) por el fluctuante mercado internacional”, en relación a la industria editorial. Aquí publicamos un fragmento: Evitar
Reemplazar por
-birome
-bolígrafo
-bolsa
-saco
-chico
-niño
-cuadra
-calle, esquina, cien metros
-diario
-periódico
-heladera
-nevera, refrigerador
-muchacho/cha -joven -saco
-chaqueta
-sandwich
-emparedado, bocadillo
-torta
-pastel
-vereda
-acera
-vidriera
-escaparate
Los pilares de un cable: la información de archivo y de contexto
Tanto la detención de un famoso delincuente como la muerte de un actor de larga trayectoria, pasando por un empate por los cuartos de final de la Copa Libertadores, tienen una historia detrás, se producen en un contexto determinado y suelen registrar antecedentes. Un cable sobre el ladrón detenido que no tenga datos sobre los robos más célebres que cometió, difícilmente sea publicado por algún medio, lo mismo que otro sobre el artista fallecido que no hable de su carrera en el cine y la televisión, con los detalles más recordados de su vida. Y ni hablar del despacho referido al encuentro futbolístico, que puede haber sido el primero entre ambos equipos por el torneo más importante del continente, en el que un goleador marcó su tanto número cien o durante el cual se produjo la mayor concurrencia a un estadio en la historia de la Libertadores. Para todo es necesario echar mano a bastante más que la memoria, mal que les pese a ciertos redactores que se jactan de poder escribir prácticamente de cualquier cosa en base a sus recuerdos. La información que surge del archivo, que en la actualidad ya no es necesariamente un lugar polvoriento y repleto de papeles amarillentos, es tan importante como el hecho mismo, y a veces más. Un cable con background (que en inglés significa, entre otras cosas, historial, antecedentes) es otro cable, mucho más rico en información. En algunos casos el back, como se le llama en las agencias, puede llegar a cambiar el sentido de un despacho y en otros dar lugar a una o varias informaciones complementarias relacionadas con los antecedentes de un hecho. Con el avance tecnológico, el archivo de una agencia bien puede ser una computadora instalada en medio de la redacción. Desde hace varios años EFE tiene un sitio llamado Efedata, en el que pueden consultarse con rapidez cables y biografías elaborados por la agencia española desde 1988 hasta la actualidad, previo ingreso de una contraseña. En el caso de que la empresa no cuente con uno propio, ahí está Internet, con páginas de información confiable pero también de las otras. Incluso los sitios digitales de los diarios poseen motores de búsqueda muy útiles. A la hora de escribir un despacho también es necesario advertir en qué contexto se produce un hecho y eso muchas veces también puede surgir del archivo. No es lo mismo una noticia que habla sobre el asesinato aislado de un policía que otra en la que se destaca que ese crimen se produce en medio de una ola de violencia que ha causado la muerte de nueve miembros de esa institución en menos de un mes. Es recomendable que además cada periodista posea su propio archivo con datos que pueden resultarle útiles para los temas sobre los que escriba, principalmente si trabaja en una sección determinada. Lo más práctico es guardar la información en una computadora, aunque no es condenable poseer un cajón del escritorio atiborrado de papeles, siempre que se pueda encontrar lo que se busca.
Eso sí, cuando la montaña de hojas crece en forma desmedida conviene eliminar lo que no se utiliza.
Las fuentes “¿Murió el Papa? Busquemos alguna fuente que nos lo confirme”. Sin pestañear, un jefe de redacción puede (y debe) aguantar la difusión de una noticia de peso hasta que alguien en la agencia logre confirmarla con una o más fuentes confiables o calificadas. Ante hechos de gran trascendencia se puede optar por salir segundo en la pelea por la primicia pero mantener el primer puesto en la carrera por el prestigio y la seriedad. Un periodista debe contar con muchas fuentes de información propias, la mayor cantidad que pueda, y nunca dejar de incrementar su número. Mientras, hay que ir diferenciando entre las fuentes que siempre cuentan con datos ciertos o indicios de algo que finalmente ocurre y las que mienten, presionan o falsean la realidad por algún interés determinado. Tener buenas fuentes y variadas depende de la experiencia y del tiempo, pero más que nada de la dedicación. Los otros medios de comunicación también son fuentes, aunque en los últimos años las agencias han pasado a utilizarlos como tales con exageración. Para escribir un cable se pueden aprovechar la entrevista que un periódico le hizo a un líder sindical, el testimonio de un empresario que se emitió por televisión o las declaraciones de un ministro a una radio. Pero el problema es que se han llegado a publicar despachos que informaron sobre la renuncia de un presidente citando como fuentes a un canal de TV o una emisora radial. Levantar noticias del diario, la radio y la televisión muchas veces es necesario, conveniente y muy útil, pero todo tiene un límite. Además, cuando se hace, es imprescindible citar la fuente.
El tema de las fuentes involucra dos conceptos sobre los que hay que ahondar un poco: lo cierto y lo auténtico. Según el Diccionario de la Real Academia Española (DRAE), es cierto algo “conocido como verdadero, seguro, indubitable”. Por otra parte, define como auténtico lo “acreditado de cierto y positivo por los caracteres, requisitos o circunstancias que en ello concurren”, y en la cuarta acepción de la misma palabra habla de la “certificación con que se testifica la identidad y verdad de algo”. El tema de la autenticidad de las noticias que son ciertas está directamente relacionado con el de las fuentes y la importancia de que una agencia tenga informantes propios a la hora de emitir despachos sobre hechos de enorme trascendencia. Si un país le declara la guerra a un vecino por un conflicto fronterizo, una agencia de noticias seria no puede dar una información sobre el tema en cuyo texto se cite como fuente a una radio o a un canal de televisión, salvo que se trate de un medio de comunicación estatal y oficial.
Además, ¿qué grado de confiabilidad le pueden otorgar los receptores a una agencia que ante un suceso del impacto y de la importancia del posible estallido de un conflicto bélico se limita a copiar lo que dicen otros medios? En el DRAE también figura la palabra documentado, que en su segunda acepción quiere decir “persona que posee noticias o pruebas acerca de un asunto”, lo que para el caso del ejemplo sería contar con algún comunicado o testimonio oficial sobre la declaración de guerra. Es cierto que un redactor o un editor de esa agencia –la que cita a otro medio como fuente- pueden argumentar que dieron rápido una noticia cierta, incluso antes que la competencia, pero nunca podrán afirmar que esa información era auténtica y mucho menos documentada. Es muy común encontrar agencieros que recuerdan las épocas no tan lejanas cuando ellos daban la gran mayoría de las primicias y luego las escuchaban en los informativos radiales o televisivos. En la antigüedad, un escriba era llamado copista o amanuense, que de acuerdo con el DRAE significan, respectivamente, “persona que se dedica a copiar escritos ajenos” y “persona que tiene por oficio escribir a mano, copiando o poniendo en limpio escritos ajenos o escribiendo lo que se le dicta”. A los periodistas que trabajan en agencias de noticias no les gusta nada cuando, despectivamente, los llaman escribas.
El italiano Furio Colombo (1997) sostiene que el periodista debe imitar al agrimensor respecto del manejo de las fuentes: “buscará continuamente la triangulación entre los elementos disponibles, con tal de no rendirse a la interpretación que le es propuesta”. Para él, sólo “queda el recorrido honesto y testarudo de los hechos verificados con independencia, utilizando las fuentes, por muy autorizadas que sean, sólo como uno de los posibles materiales de construcción de la noticia”. También menciona el “deber cada vez más estricto y riguroso de dos verificaciones: la del hecho, cuando es posible. O bien aquella, hasta ahora demasiado descuidada, de la fuente. ¿Quién habla?, ¿por qué?, ¿por qué ahora?”. Alejandro Méndez (Dyn, EFE) recuerda: “Para las agencias extranjeras, cualquier medio estatal es una fuente oficial. Durante los agitados días de la rebelión militar de la Semana Santa de 1987 en Argentina, un periodista del canal de televisión del Estado, que entonces se llamaba Argentina Televisora Color (ATC), en su afán por apuntalar una primicia propia con otras fuentes comenzó a leer en un noticiero un cable de EFE. Hasta que se dio cuenta de que la fuente de la agencia era... ATC. Aclaró el asunto a los televidentes y aprendió la lección”.
Lugares comunes
”El presidente salió al cruce de los ataques de la oposición”, “El dirigente desembarcó en la provincia”, “El enfrentamiento terminó con el luctuoso saldo de seis muertos”, “La actriz echó por tierra las versiones sobre su separación”, “En una maratónica sesión, el Parlamento aprobó la ley”, “El futbolista está enfrascado en una polémica con el entrenador”. El párrafo anterior es una sucesión de algunos de los tantos lugares comunes que no solamente se encuentran en despachos de agencias, sino en diarios y comentarios radiales o televisivos. En el caso de las agencias de noticias, muchos periodistas argumentan que el uso de esta clase de palabras o frases es culpa de la velocidad con la que están obligados a escribir. Probablemente sea imposible no caer nunca en lugares comunes pero mientras se los pueda evitar, mejor. Además, se puede decir que el presidente respondió a los ataques de la oposición, que el dirigente incursionó por primera vez en la provincia o que los incidentes causaron seis muertos. Y es tan rápido escribir de esta manera como de la otra. Además de contener palabras ampulosas y términos que muchas veces confunden al público, en algunos casos los lugares comunes responden a una especie de repetición automatizada de algo que de tanto escucharlo o leerlo se vuelve correcto, o mejor dicho corriente. En muchos cables es normal ver que una persona herida o enferma fue “intervenida quirúrgicamente”. Si en ese mismo despacho se menciona que la persona está o estuvo internada en un hospital o que fue trasladada de urgencia a un centro médico, ¿no es más fácil decir que fue operada o intervenida? Lo mismo ocurre con el “paquete de medidas” que prepara el gobierno. ¿No puede ser un conjunto, un bloque o directamente las medidas que prepara el gobierno? O los autos que “colisionaron frontalmente” en una esquina, que para cualquier vecino que vio el accidente simplemente chocaron de frente. Además no existe tal verbo, existe el sustantivo colisión. Sobre los llamados lugares comunes, Miguel Ángel Bastenier (2001) opina que uno “de los enemigos mortales del periodista es esa voz anónima, colectiva, popular, que repite y fabrica latiguillos sin cesar, porque prende en el público una expresión que inicialmente hasta habría podido parecer ingeniosa. Puede tratarse de una sola palabra, como carismático, auténtica plaga del ingenio de los repetidores, y que le cae a los personajes más insospechados (...) o construcciones como dar luz verde, cuando lo que se quiere decir es dar permiso para algo”. Un buen ejemplo para advertir sobre el peligroso acecho de los lugares comunes es el que utiliza con sus alumnos Carlos Werd, editor de EFE en Buenos Aires y docente en una escuela de periodismo deportivo (el lector está invitado a descubrirlos):
EL GOLEADOR QUE MURIÓ EN EL MÁS COMÚN DE LOS LUGARES
No sin esfuerzo logró sobreponerse a aquellos meses de soledad en los que se llamó a silencio para no precipitar los acontecimientos. Una apretada síntesis de su vida revelaba que aquel "crack" del Caballito Juniors había sido recluido en las sombras luego de que varios agentes del orden quedaron sorprendidos en su casa con un macabro hallazgo de insospechadas derivaciones: el cuerpo sin vida de su novia, que ejercía la profesión más antigua del mundo, yacía al lado de un cuchillo de grandes dimensiones. Haciendo gala de un inusitado coraje, el "Beto" Flores logró renacer como el Ave Fénix y, tras una paciente investigación de los servidores del bien público que provocó un encendido debate en la sociedad, el único goleador de raza del fútbol argentino recuperó su libertad. Atrás había quedado el luctuoso suceso que interrumpió su meteórica carrera deportiva. El Día D había llegado. Al despuntar el alba, el "Beto" salió de la prisión curiosamente ataviado sin esperar la ola de intenso frío que azotaba a la ciudad. Una nube de fotógrafos que lograron evadir el cerco policial eternizaron aquel imborrable momento de la vida del goleador, que fue transmitido por la pantalla chica y seguido por los aficionados del balompié con marcado interés. Presa de pánico ante semejante marco, el "Beto" tomó tímidamente un micrófono televisivo e hizo uso de la palabra por breves instantes ante el silencio espectral de los presentes, que bajo una pertinaz llovizna vieron cómo el "centroforward" iniciaba una veloz carrera hacia el automóvil de un acaudalado empresario, dueño de una compañía de transporte público de pasajeros y presidente de su club. Después de detenerse unos minutos en la casa de Dios, donde recorrió mentalmente los caminos insondables de su vida que bien podrían ser trasladados al séptimo arte, el "Beto" llegó al estadio donde una abigarrada multitud lo esperaba para ver su regreso a la verde gramilla, un acontecimiento para alquilar balcones. Tras un conmovedor recibimiento de los hinchas, que daban al espectáculo un marco imponente, Flores ofreció su cuota habitual de talento, más necesaria que nunca para un equipo apremiado por el fantasma del descenso. Cuando el cero parecía sellar el resultado, el "Beto" recogió el esférico a veinte metros del arco, eludió a tres rivales y fue víctima de una fuerte infracción del arquero, que privó a los espectadores de observar un gol de preciosa factura. A instancias del banderín solferino, el hombre de negro sancionó la pena máxima ante el delirio de la parcialidad. Flores, que ya se había metido a la hinchada en el bolsillo, tomó con seguridad el balón y se aprestó para ejecutar el penal, en un final no apto para cardíacos. Con una frialdad alemana, el "centroforward" demostró que su olfato goleador seguía intacto y definió como los dioses al colocar la pelota donde anidan las arañas y haciendo estéril el esfuerzo del arquero.
Cuando el entrenador del Caballito Juniors ordenó su reemplazo por un hombre de refresco, la hinchada de su equipo despidió al "Beto" con una lluvia de papelitos, aunque no faltaron los inadaptados de siempre que le dedicaron una abrumadora silbatina y le arrojaron objetos contundentes. Ferviente opositor de las declaraciones de ocasión, Flores abandonó rápidamente el vestuario y emprendió una rauda marcha hacia el circo palermitano, donde lo esperaba otra de sus pasiones: los nobles equinos. Sin embargo, en la intersección de las arterias Acoyte y Avellaneda, tres delincuentes con frondoso prontuario que circulaban a bordo de un automóvil azul se interpusieron en su camino y, fuertemente armados, sostuvieron con Flores un nutrido intercambio de disparos, mientras el alarmado vecindario preveía el desenlace fatal. El "Beto", la infortunada víctima de las circunstancias, quedó tendido en la carpeta asfáltica al tiempo que un dantesco incendio se desataba en su vehículo como consecuencia del estallido del tanque de nafta. En tanto y en cuanto los vecinos controlaron las voraces llamas, un próspero comerciante de la zona llevó al "centroforward" a un nosocomio cercano. Fuentes fidedignas aseguraron que su órgano vital no pudo resistir la cruenta agresión pese al titánico esfuerzo de los facultativos. “El periodismo actual, devaluado por la multitud de indocumentados que ejercen la profesión, es un tacho lleno de pestilentes lugares comunes”. Enrique Escande.
Otros vicios de redacción
Existe una gran cantidad de palabras que se utilizan como enganche entre párrafos o simplemente responden a una especie de vicio de redacción que puede comenzar por un cronista o un editor para luego extenderse hacia todas las agencias de noticias. El término “Asimismo” seguido de una coma es uno de los nexos más clásicos y puede aparecer varias veces en un cable, como si una ley nunca escrita impidiera la utilización de palabras tan simples como “También” o “Además”. Tampoco es que siempre exista la obligación de vincular los párrafos y, con tal de hacerlo, abusar de los “Asimismo” o los “En tanto”. Entre los incontables vicios de redacción, la conjugación del verbo cosechar se ha vuelto uno de los más comunes, y no precisamente en informaciones referidas a la agricultura. Un político “cosecha” apoyos de otros partidos y una obra de teatro “cosecha” elogios de la crítica, pero muy pocas veces ambos “consiguen”, “logran” u “obtienen” apoyos o elogios.
También, un ministro se “autoproclama” candidato presidencial, otro miembro del Poder Ejecutivo se “autoexcluye” de la lucha por el poder y un funcionario ejerce su “autodefensa” ante un escándalo de corrupción. Ese ministro puede proclamarse candidato, el otro puede excluirse y el tercero salir en defensa propia, sin tantos autos de por medio. Generalmente, en los cables de agencias las organizaciones terroristas se atribuyen la autoría de los atentados, cuando lo que hacen es directamente atribuirse el atentado. Sería lo mismo si a un escritor le dan un premio por la autoría de su novela, cuando es más directo –y ahorra palabras- decir que lo premiaron por su novela. En las informaciones sobre accidentes o enfrentamientos armados, casi siempre el redactor hace un “balance” de víctimas en lugar de ir al grano y escribir que “hubo cuatro muertos”.
Palabras nuevas, inventadas y otros dialectos
Prácticamente todos los días surgen palabras o términos nuevos desde el imaginario popular. Aunque en los últimos años ha habido una gran apertura en este sentido, generalmente las agencias de noticias las encierran entre comillas o las reemplazan por eufemismos que quieren decir lo mismo pero de una manera más formal. No sería raro que en el servicio que en el servicio de una agencia un cable diga que “La policía secuestró más de diez mil discos compactos „truchos‟”, cuando en Argentina desde los presidentes y los jueces hasta el peatón de cualquier ciudad utilizan la palabra trucho desde hace por lo menos una década para referirse a las cosas, personas o hechos falsos, inventados o adulterados. La cosa cambia si la agencia es internacional y hay que explicarle a una persona que vive en Nicaragua por qué en diciembre de 2001 los argentinos protestaban contra el corralito financiero. En esos casos se puede poner el término entre comillas y acompañarlo con una breve explicación: “como se conoce en la Argentina a las restricciones para el retiro de depósitos bancarios que impuso el Gobierno”. En esa misma época, cacerolazo se convirtió en la palabra más representativa de las protestas callejeras que precedieron al estallido social en el país. Sin embargo, algunas agencias internacionales se resistían a utilizarla y preferían hablar de “caceroladas” o de “movilizaciones en las que la ciudadanía manifestó su descontento golpeando cacerolas”. Claro que había que explicar lo que era un cacerolazo, pero no por eso esconder el término que usaban sus mismos protagonistas. Mariano Fontenla (DyN, EFE, Infosic, Télam) opina que el momento en que deja de ser necesario recurrir a las comillas o a las explicaciones de las palabras
nuevas es cuando las acepta el público. “Un periodista es también, aunque a veces no lo parezca, un miembro más de la sociedad –aclara-. De manera que habla y escribe como el resto de los mortales. Al margen de los términos que se agregan al vocabulario popular por un acontecimiento específico, hay algunos periodistas que pretenden ser finos y usan en la redacción de sus informaciones palabras que jamás tendrían en cuenta en un diálogo coloquial”. “Por ejemplo, ¿alguien llamaría a su madre a la casa para avisarle que calcula „arribar a la vivienda pasadas las 20‟? Pues muchos de los personajes a los que siguen los periodistas no llegan a ningún lugar sino que „arriban‟ y en ocasiones los heridos no son llevados a un hospital sino „trasladados a un nosocomio de la zona‟. ¿Alguien fue alguna vez a un nosocomio?”, insiste. Algo muy distinto son las palabras que inventan los propios periodistas o que tratan de imponerse desde los medios de comunicación hacia la gente. En política basta que el dirigente Rodríguez ocupe un cargo importante o forme un nuevo partido para que exista el rodriguismo, el entorno rodriguista y hasta la rodriguización de una corriente. Así se confunde a los lectores, que ni siquiera pueden llegar a saber quién es el tal Rodríguez. En un diario porteño se llegó a mencionar al “chichismo” para referirse al grupo de adherentes a Hilda “Chiche” González, esposa del ex presidente Eduardo Duhalde. Sumemos otra invención literaria. Si es fácil decir que además el pobre Rodríguez está acusado de haber cometido una gran defraudación o un enorme engaño antes de dedicarse a la política, ¿por qué hay quienes dicen que se lo vincula con un megafraude?
Habría un abuso del condicional “Habría acuerdo con el FMI”, “Romario pasaría al Manchester United”, “Subirían los impuestos”. Ejemplos sobre usos de verbos en condicional abundan tanto en los títulos como en el desarrollo de las noticias, al punto de que hay días en los que en ciertas ediciones de periódicos, informativos de televisión o boletines radiales todo está a punto de ocurrir. Muchas veces la necesidad de difundir un hecho que puede generar un gran impacto o despierta mucha expectativa en la población alienta a redactores y editores a utilizar el condicional antes de confirmar definitivamente que lo que puede haber ocurrido efectivamente sucedió. La situación se torna más grave aún si en un cable se difunde el dato de que como consecuencia de una explosión “habría cuatro muertos” o que el derrumbe de una pared “habría sepultado” a los ocupantes de una vivienda, como tampoco es correcto informar que “los asaltantes habrían liberado a los rehenes” o que “el canciller habría presentado su renuncia”. Sin que haya necesidad de abolir el condicional, está claro que se utiliza en exceso y que en algunas ocasiones resta claridad y hasta seriedad a la
información. Desde “es posible” y “cabe la posibilidad”, hasta “se cree” o directamente “puede”, existen múltiples recursos para evitar la abundancia de “ías” en un despacho. Lo que hay que tener en cuenta es que siempre es mejor informar bien que hacerlo rápido.
.El eterno combate: Velocidad versus Calidad
Escribir rápido o con precisión, ¿qué está primero?
Para un periodista es vital escribir bien, pero un agenciero además de tener esta condición debe hacerlo rápido y con la menor cantidad de errores de tipeo. Generalmente los editores son los encargados de foguear a los redactores novatos mediante un inconformismo aparente pero eterno. Al grito de “esto no es un semanario”, “tu cable lo tuve que reescribir entero” o “fíjense bien dónde ponen los dedos”, azuzan sin pausa a los cronistas y de ese modo logran corregir errores o vicios. A los clientes de una agencia de noticias no les sirve recibir una información correctamente escrita sobre el cierre de la Bolsa dos horas después de la finalización de los negocios, como tampoco un despacho que diga que un índice subió cuando en realidad bajó o que contenga palabras imposibles de leer. Cuando ocurre un hecho, la rapidez para enviar un cable sobre el mismo es muy importante pero las fallas en su contenido pueden conspirar contra esa requerida inmediatez al momento de la edición, cuando se pierde tiempo en corregirlo. Y, en caso de salir al aire sin modificaciones, directamente minar el prestigio de la agencia. Para Fernando Alonso (Télam, Infosic), “una información rápida pero errónea o mal escrita puede generar confusión y no es útil”, pero también “una información bien escrita pero tarde pierde en la competencia por la primicia. En una agencia siempre el secreto fue escribir bien y rápido”. John Reichertz (Reuters) lanzó una advertencia para los que creen que la prioridad es que el cable propio se emita antes que los de la competencia, cueste lo que cueste y salga como salga. "El tiempo es una cuestión importante -reconoce-, pero también lo es la calidad. No se está midiendo siempre qué nota llegó primero. Por ejemplo, si en un diario un cable de AP llegó a las 3 y el de Reuters llegó a las 4, pero tienen hasta las 5 o las 6 para decidir dónde van a poner la noticia, también tendrán tiempo para evaluar cuál de los dos cables es el de mejor calidad, y el que van a usar". En cuanto a la presión con la que conviven diariamente redactores y editores, Alejandro Méndez (DyN, EFE), afirma que “entre los medios de comunicación, las agencias de noticias son las que más cierres informativos tienen, porque son los mismos que los de sus variados clientes: diarios, radios, canales de televisión y, desde hace unos años, Internet”.
“Esto cobra mayor importancia cuando ocurre una „crisis noticiosa‟, un suceso de enorme trascendencia mundial que genera consecuencias. Y todo se hace más difícil cuando se trata de una agencia internacional debido a las diferencias de horarios entre los países, razón por la cual se los agrupa por regiones”, agrega. Aunque la presión disminuye una vez lanzada la primera noticia de la crisis, Méndez asegura que “tarde o temprano llega el momento en que todas las agencias han dicho lo mismo sobre el asunto en cuestión” y entonces la exigencia pasa por “la calidad del servicio: la puntualidad en los resúmenes, las cabezas atractivas y, sobre todo, los enfoques correctos e ingeniosos”. Según su punto de vista, la solución es que “alguien mire el trabajo de sus compañeros desde afuera, tanto para cumplir con los horarios de los resúmenes como para detectar cualquier ángulo novedoso de la información y evitar el goteo“, como se llama al exceso en los envíos de noticias relacionadas con el tema principal. “El goteo confunde a los clientes de la agencia y suele cometerse en el fragor de la crisis, cuando varios redactores están escribiendo sobre el mismo tema y se termina por perder la perspectiva del servicio”, apunta Méndez.
La belleza, ¿es posible?
Ante tantas urgencias, presiones y exigencias, cabe preguntarse si es posible encontrar cables bellamente escritos y que al mismo tiempo cumplan con la premisa básica de informar. Aunque es cierto que un hecho, su protagonista o un entrevistado pueden contribuir en gran medida a darle lustre a un despacho de agencia, también depende de lo que aporte quien lo haya escrito. Fernando Alonso considera que “un cable que responde a todas las preguntas, en forma sencilla y comprensible para el conjunto de la sociedad, es bello”, para luego aclarar que “las crónicas de Gabriel García Márquez son piezas literarias de incalculable valor, pero difícilmente habrían podido ser cursadas en el formato típico de una agencia”. “Un cable simple puede ser bello. Cualquier abuso lo estropeará”, dice Enrique Escande (EFE), quien también recurre a García Márquez para sostener que “antes de ser Nobel de literatura es periodista y jamás encontrarás en sus textos una palabra que no entiendas. Si se utilizan las palabras adecuadas se puede hacer una bella información”. Basta con comparar estos dos cables que EFE transmitió desde Japón el 27 de junio de 2002, mientras en ese país y en Corea del Sur se disputaba el Mundial de fútbol. Ambos están bien escritos pero el segundo, firmado por Nemesio Rodríguez, indudablemente le da un fuerte valor agregado a la misma información.
Caso 1
LOCURA EN JAPON POR DORMIR EN LA CAMA DE BECKHAM
Los miles de admiradores japoneses del centrocampista inglés David Beckham han inundado de llamadas para pedir reserva en el hotel Westin Awaji, donde se alojó la selección inglesa en Hyogo, para tratar de dormir en la misma cama que su ídolo. Los dueños del hotel-centro de conferencias se han dado cuenta de la rentabilidad que acompaña a los británicos y cobran un sobreprecio de 5.000 yenes (41 dólares) por cada una de las 28 habitaciones del décimo piso, donde estuvieron los futbolistas ingleses. Sin duda el ídolo de Inglaterra en Japón ha sido Beckham, que sin haber exhibido su mejor fútbol durante las últimas semanas ha conseguido una legión de admiradores de ambos sexos. Siguiendo la práctica habitual de este país, donde se suelen esconder con celo extraordinario detalles sobre la intimidad de los clientes, el hotel no ha desvelado cuál es la habitación exacta en que durmió Beckham, lo que alimenta el misterio mientras se rentabilizan las visitas. El fenómeno Beckham ha sido sin duda alguna uno de los acontecimientos extradeportivos más sobresalientes del Campeonato Mundial Corea-Japón en un país enamorado de las celebridades sin importar especialmente cual sea su peculiar destreza. La sonrisa pícara del rubio jugador y su peculiar peinado han estado presentes en decenas de noticieros, portadas de revistas, publicaciones sobre moda, periódicos deportivos, de información general o especializada, en este Mundial. Los medios japoneses, ignorantes de buena parte de los lances del juego, optaron por centrarse en glosar detalles sobre futbolistas particulares y no hacer tanto énfasis en lo que ocurría sobre el césped para no aburrir al gran público. Inglaterra jugó todos sus partidos en Japón, en las ciudades de Saitama, Sapporo, Osaka, Niigata y Shizuoka, con un balance de dos victorias, dos empates y una derrota ante Brasil en cuartos de final por 2-1 que la dejó fuera del campeonato”.
Caso 2
TONTO, SI, PERO OLIENDO A BECKHAM
¿Te imaginas acostado en la cama del hotel donde durmió David Beckham? La verdad es que no, ¿dónde está el gusto? Hay que preguntárselo a los miles de admiradores japoneses del "Spice boy" de la selección de Inglaterra que han inundado de llamadas para pedir
reserva a la centralita del hotel Westin Awaji de Hyogo donde se alojó el equipo durante el Mundial. Los dueños del hotel se frotan las manos porque adivinan que de las 28 habitaciones del décimo piso van a sacar un dinero extra, sobre todo en la de Beckham, un jugador que parece más un divo de Hollywood que alguien que sale a un campo embarrado a mancharse las medias. Beckham pasa por oler muy bien -lo dijo Ronaldo de su camiseta-, pero se supone que en los hoteles mudan la ropa de cama cada vez que accede un nuevo cliente a la habitación. A uno le engatusan diciendo que tendrá el privilegio de dormir en la cama donde acostó su millonario cuerpo la estrella de Inglaterra. Uno va, se mete entre las sábanas y qué siente. Nada. El roce de una sábana. Tomas aire con fuerza y nada. Como todos los aires de las habitaciones de hoteles, acondicionado. ¿Y si no la han mudado? Eso es otro cantar. Uno va, se mete entre las sábanas y percibe aquel olor. A perfume, muy intenso. Ya puedes contar que te has acostado en la misma cama de Beckham y que olía a perfume. ¡Menuda experiencia!, te dirán. ¡Qué excitante! ¿Y qué perfume era? No sé, perfume. ¿Y por qué sabías que era el perfume de Beckham? No sé, porque olía bien, normalmente las sábanas de las camas de los hoteles no huelen a nada. Podía ser de otro. Sí, podía, pero era el de Beckham. ¿Cómo estás tan seguro? Porque me salió muy caro. ¿Cuánto? Ahí te entra la duda: si presumes al alza te van a decir que hace falta ser tonto para pagar tanto por dormir en la cama del "Spice boy" y si tiras a la baja te señalaran que era muy barato como para que fuera la de Beckham. Entonces, al alza. Pues, me costó 5.000 yenes (41 dólares) más que el precio normal de la habitación. ¿5.000 yenes? Tú eres tonto. Tonto, sí, pero oliendo a Beckham.
.El manual de estilo
Los manuales de estilo suelen ser lindos libros con los que los medios periodísticos fortalecen su imagen institucional, pero no se ha sabido de ningún redactor que se haya peleado con un compañero después de acusarlo de robarle el suyo. En realidad, el estilo por lo general es impuesto por el director, y cada nuevo jefe trae sus propias pautas. Éstas pueden implicar la prohibición de usar determinadas palabras en los cables, un ritmo de trabajo, cierta actitud frente a las noticias, y la exigencia de más o menos rigor informativo. ”El mejor manual de estilo es un buen diccionario de la lengua castellana”, opina Jorge Brinsek. Y aporta una idea. Para él, los manuales deben tener datos que sirvan para explicarle las noticias a la gente, por ejemplo, cuántos litros tiene un barril de petróleo o las diferencias entre un batallón y una brigada militar. Debe responder a las necesidades de la región que cubre el medio informativo porque “a
un diario de la ciudad de Alta Gracia (provincia de Córdoba, en el centro de Argentina) no le sirve el manual de estilo del The New York Times. Es muy relativo según dónde estés”. Cada periodista debería armar su propio manual con los números de teléfono que usa con más frecuencia, direcciones de portales de Internet con información útil para su sección, y nombres y cargos de personas (por ejemplo, los miembros de la Corte Suprema o los presidentes de los clubes de fútbol más importantes). En Policiales se puede hacer una pequeña ficha de antecedentes de algunos de los personajes más relevantes (comisarios, delincuentes, abogados, jueces), y aportarle datos a lo largo del tiempo para recurrir a ella cuando esa persona reaparezca en las noticias. Especializada en información económica, Marina Guimarães (Estado) tiene en su casa de Buenos Aires, cerca de la computadora desde donde envía material a San Pablo, un diccionario portugués-español con lenguaje de ese ámbito y hasta uno de lunfardo (argot de la ciudad de Buenos Aires y suburbios). Además pega papelitos sobre una plancha de corcho con advertencias y datos que siempre debe tener presentes cuando escribe. Entre ellos, la diferencia horaria con París -hacia donde también transmite información-, o cómo se escribe "analiz/sa", según sea en español o en su lengua de origen. "Yo suelo llevar un pequeño archivo de datos que en sí mismos no son una noticia pero sé que me servirán en el futuro -dice Méndez-, como el endeudamiento de las empresas, la situación del sector financiero y análisis de otros medios sobre determinados asuntos". El manual de estilo no sería entonces un libraco olvidado en un cajón, sino un conjunto de datos acopiados por cada periodista de acuerdo a sus necesidades, que le facilitaría el trabajo diario. Se trata de hacer un repaso de los apuntes que se necesitan con más frecuencia, y organizarlos en el papel o en la computadora para que sea muy cómodo acceder a ellos y encontrar lo que se busca.
TERCERA PARTE
.La información
El mundo de la información ha cambiado para las agencias de noticias desde que en el siglo XIX Charles Havas usaba palomas mensajeras para enviar algunos cables. Cuando Ignacio Ramonet, de Le Monde Diplomatique, pasó por Buenos Aires en 2001, aseguró que “hoy la comunicación es el quinto elemento”, equiparando con el fuego, el aire, la tierra y el agua al actual flujo de voz, imagen y texto por vía digital. Esa posibilidad de emisión y recepción, dijo, permite el transporte de riqueza mediante bits, tal como lo hacen las bodegas de los barcos, los aviones y los trenes con los contenedores. Juan Olaechea (1986) opina que el producto manufacturado “cederá su puesto" en la escala económica ante el avance de la comunicación y de la información, que se constituirán en factores de dominio y poder. “En un mundo altamente tecnificado y automatizado -escribió-, el sector de los servicios, y en especial la información y la comunicación, constituirán el centro de gravedad económico y el mensaje recibirá una cotización superior a los productos industriales”. La información es tan vital para la autora Gloria Ponjuán Dante (1998), que califica como "imprescindible" para un país desarrollar sus propias capacidades para interactuar con la industria mundial de información. Sostiene que las "infoestructuras" nacionales contribuyen a que datos e informaciones puedan convertirse en conocimientos y que éstos conduzcan a una acción que aporte al desarrollo económico y social de los países.
El Informe Mac Bride (1993), elaborado por la Unesco en 1980, sostiene que la información y la capacidad para transmitirla, almacenarla y usarla es un "recurso decisivo, al igual que los energéticos o las materias primas”. En los países subdesarrollados la información debe considerarse como un recurso nacional, agrega el documento, que pueda aprovecharse como un instrumento educativo, aunque la información transmitida no esté relacionada directamente con la educación. "La información es un derecho social, no una mercancía. Debe tratar de que los individuos cobren mayor conciencia, de que entiendan plenamente la situación económica y política de sus problemas (...) La información debe ser un instrumento de liberación y también, en los países industrializados, un medio para la eliminación de los prejuicios etnocéntricos prevalecientes”. Recomendamos repasar la última oración. Vinculado con este tema, se está planteando en el Derecho la posible necesidad de pensar en un nuevo concepto de soberanía. Pongamos un caso: un país con tecnología de punta observa mediante uno de sus satélites el suelo de un país subdesarrollado para evaluar sus recursos, pero no comparte su información
con el observado, que no tiene los medios para hacer el mismo estudio. Lo más probable es que le venda esos datos, después de aprovecharlos para saber si hay cierto mineral o de cuántas toneladas será la próxima cosecha de trigo. ¿Esto representa la idea de la libre circulación de la información? ¿O una intromisión de una nación sobre otra? Por ahora, el que posee la tecnología pone las condiciones.
El periodista polaco Ryszard Kapucinski (PAP, polaca) cree que desde que está considerada como una mercancía, la información dejó de verse sometida a los criterios tradicionales de la verificación, la autenticidad y el error. “Ahora se rige por las leyes del mercado. Esta evolución es la más significativa entre todas las que han afectado al mundo de la cultura. El mercado se ha salido de su espacio natural económico y hace imperialismo con la información”, dijo el célebre reportero (2001). Pero este fenómeno no es novedoso. López-Escobar (1978) recuerda que ya en la década del ‟80 del siglo XIX se acercaba “el momento de decidir si las noticias deberían continuar como elementos de un tráfico estrictamente comercial, o podía pensarse en algo que las hiciera más afines a un servicio público, que las hiciera cumplir más exactamente la función pública a la que sirven” Al mercado podríamos sumarle el espectáculo y así terminar de devaluar del todo a la información periodística. Para la columnista española Maruja Torres (2003), el "cínico maridaje entre el periodismo y el espectáculo" se debe a la forma en que se reclama la información. Ella escucha un grito que dice: "Entreténganme, por favor. Denme noticias, en cantidad y con amenidad suficientes como para construir el olvido a medida que las voy deglutiendo. Esa vocecilla terrible del que paga y manda, que pide el estrépito de lo accesorio y la depreciación de lo importante". En este contexto, el contorno de la información varía su forma mientras es tironeada por un editor y un receptor. Sólo queda confiar en la honestidad y la inteligencia de cada uno, para que el primero emita lo que considere útil para su audiencia y para que el segundo sepa discernir entre los datos que lo ayudan a vivir y lo que es mero ruido. Camino a los dos siglos de historia en los hombros, las agencias siguen buscando su espacio en este mundo.
El periodista Angelo Agostini (1998) cree que con la informática la actividad periodística se convierte "en lo que es realmente: un trabajo intelectual colectivo, una interacción entre profesiones diferentes. Y, sobre todo, un modo de producción atenazado entre la ley del mercado, que rige toda actividad industrial y comercial, y la responsabilidad social a la que el periodismo no podría renunciar sin perder su identidad, que le diferencia de los mil oficios de la comunicación”.
Asimetría en la producción mundial de noticias
Toda asimetría o desigualdad que existe en los más diversos campos a nivel mundial no es independiente de las que se dan en el orden económico internacional. El contraste entre la superabundancia de información producida en el mundo desarrollado y la magra elaboración del subdesarrollado es una manifestación más de esa estructura. Al respecto, el Informe Mac Bride acierta con tres aseveraciones: * “Es evidente la conexión entre los problemas de la comunicación y el nuevo orden económico internacional: los cambios requeridos en ambas esferas forman parte del mismo proceso necesario para la generación de una división internacional del trabajo más equitativa y justa”. * “Las corporaciones transnacionales tienen una responsabilidad especial porque, aunque proveen información al resto del mundo, ayudan a crear modelos económicos y sociales y una uniformidad del comportamiento de los consumidores poco conveniente para muchas sociedades”. * “Pocos niegan que la corriente unilateral de la comunicación sea un reflejo de las estructuras políticas y económicas dominantes en el mundo, las que tienden a perpetuar la dependencia de los países más pobres frente a los países más ricos”.
Entre las naciones ricas se destaca Estados Unidos, una aplanadora de información. El italiano Furio Colombo (1997) se queja de que aunque Europa tiene una "fuerza considerable de difusión" de las propias noticias y de que Japón "controla con firmeza" las informaciones que lo afectan, sólo el paso a través de las agencias estadounidenses "transforma una noticia de acontecimiento local en acontecimiento internacional”. Desde México, Luis Ramiro Beltrán y Elizabeth Fox de Cardona (1980) denuncian que “la esencia del problema no sólo reside en cuán poco es lo que se informa sino también en qué es lo que no se informa y en qué es lo que se informa y cómo”. Y agregan: “tanto por omisión como por comisión y por accidente y designio, la cobertura noticiosa de América Latina por Estados Unidos es sistemáticamente superficial e invariablemente sesgada”. Como escribió el uruguayo Eduardo Galeano (1998), “América Latina es una información condenada al olvido”. Pero el mundo industrializado responde. “Desde que la primera fuente de noticias y clientes para las agencias es el mundo desarrollado, es inevitable que dediquen la mayoría de sus recursos a cubrir esas áreas y producir servicios para ellas”, resume Jonathan Fenby (1986). El autor considera que agencias como AP, Reuters, AFP y -cuando jugaba entre las grandes- UPI “no están presionadas por sus suscriptores de los principales mercados para aumentar la cobertura de África, Asia o América latina,
excepto cuando los acontecimientos en una de esas regiones están relacionados directamente con el mundo industrializado”. Y no ahorra crudeza cuando opina que “las noticias y el comercio continuarán yendo unidos internacionalmente. Las naciones pobres, por definición, no tienen un gran potencial comercial”. Si existe una dependencia en el mundo en la cual una mayoría de naciones pobres es sometida por la minoría industrializada, agrega, "no es el trabajo de las grandes agencias rectificar esa situación pero sí informar sobre ella, cubriendo las malas noticias tanto como los acontecimientos y situaciones de una naturaleza más positiva”. Por último, pronostica:
* Las grandes agencias seguirán ejerciendo su monopolio, dominando la cobertura y la distribución de información instantánea para los medios de comunicación de países ricos y pobres.
* Ante la ausencia de alternativas viables, las grandes agencias también seguirán siendo los mejores medios prácticos para asegurar que “el mundo recibe un razonable flujo de información sobre sí mismo”.
Podríamos calificar como cínicas las afirmaciones de Fenby, pero también deberíamos plantearnos si la situación que describe no ilustra lo que hacen las agencias ubicadas en las capitales de cada país u otras grandes ciudades, cubriendo al detalle lo que sucede en ese sitio y sus suburbios, e ignorando gran parte de lo que ocurre en el resto del territorio nacional. Volviendo al tema de la desigualdad de capacidades para recolectar y difundir información, insistimos en que es una manifestación más de la desigualdad económica. Como dice LópezEscobar (1978): “el interés periodístico está vinculado a unas posibilidades tecnológicas y financieras que no se pueden desdeñar. En este sentido el desnivel informativo no sería el elemento esencial, sino un rasgo más dentro del complejo haz de relaciones existentes entre el mundo desarrollado y el que se encuentra en vías de desarrollo”. Las grandes agencias están apoyadas en países ricos, que pretenden difundir y a veces imponer al resto del mundo su visión global sobre asuntos culturales, políticos, económicos o militares. Por ejemplo, el crecimiento que ha tenido EFE en los últimos años no es ajeno al de España, acuciada por hacer oír su voz entre las grandes naciones. Como dice López-Escobar, se intenta exportar “un modo de contemplar la realidad”.
El futuro de las agencias, según un experto “El modelo de negocio tradicional de las agencias se tambalea”, opina Ramón Salaverría, director del laboratorio de Comunicación Multimedia de la Universidad de Navarra, España. Cree que eso sucede a raíz de que las agencias
de noticias, tras la difusión de Internet, perdieron el monopolio de provisión de información de los medios de comunicación. En la actualidad un diario o una estación de radio pueden encontrar en Internet materia prima que complemente el suministro de las agencias, como en los portales de universidades, bases de datos de acceso libre y publicaciones especializadas. Para Salaverría, el “gran temor” de las agencias es que esas nuevas fuentes digitales pasen de ser complementarias a sustitutivas. “Es evidente que las agencias ya han dejado de ser la fuente de información única para los medios”, recalcó en la entrevista que se le hizo por correo electrónico en 2002, especialmente para este libro.
- En la práctica profesional ¿hubo una adaptación a las innovaciones técnicas o se siguen dando noticias como en la época del teletipo?
Ramón Salaverría: Las agencias de noticias se enfrentan a un doble reto estilístico a raíz del proceso de convergencia multimedia que se ha desencadenado en los últimos años. Por un lado, se enfrentan a una novedosa demanda de información por parte de los nuevos medios: el paulatino desarrollo de la información multimedia (aquella que combina texto, imágenes y sonidos) reclama de las agencias la capacidad de suministrar paquetes informativos que integren materia prima informativa en esos tres formatos, simultáneamente. En segundo lugar, por lo que se refiere más concretamente a la redacción periodística, las agencias se enfrentan a la necesidad de suministrar textos que permitan su fácil descomposición estructural. La creciente tendencia de la prensa en internet de elaborar notas informativas hipertextuales va a reclamar de las agencias la capacidad de ofrecer materia informativa en bruto que resulte fácilmente editable. Esto no implicará la desaparición del servicio tradicional de noticias redactadas conforme a estructuras clásicas, como la pirámide invertida. Sin embargo, es probable que fomente el surgimiento de nuevas formas paralelas de suministrar la materia prima informativa a los medios, de manera modular. En estos momentos, augurar como serán esos nuevos servicios supone hacer ciencia ficción. Sin embargo, pienso que una posibilidad sería ofrecer aisladamente cada uno de los elementos básicos de la información para que después el medio receptor los organice a su antojo. Este servicio podría incluir un resumen de la noticia (en dos o tres párrafos) y piezas independientes muy detalladas sobre el qué, quién, dónde, cómo, cuándo y por qué de la noticia. De hecho, creo que esta novedosa forma de ofrecer la información resultaría hoy día muy útil para los medios interactivos que se animan a elaborar las primeras informaciones hipertextuales e, incluso, para aquellos periódicos impresos que emplean diseños modulares y que incorporan abundantes despieces y recuadros.
- ¿Qué efecto causó en las agencias la irrupción de internet? ¿Aprovecharon las posibilidades que ofrece?
R.S.: Al igual que ocurrió con otros medios, la aparición de Internet no ha sido incorporada estratégicamente por las agencias. La prensa en general acogió los primeros pasos de la Red con cierto menosprecio, sin otorgarle apenas crédito respecto de su desarrollo futuro. Más tarde, mientras se evidenciaba el crecimiento exponencial de la Red, llegó la fase del temor: los medios tuvieron pánico ante la posibilidad de que la ola internet se llevara por delante a los medios clásicos. Buena parte de ese pánico aún pervive entre los medios, pero estamos alcanzando un tercer estadio en el que los medios empiezan a entender la Red como un escenario natural para su desarrollo. No en vano una de las expresiones de mayor éxito en este comienzo de siglo es la de Convergencia Multimedia. Los medios han entendido que su futuro radica en saber distribuirse las tareas informativas en función de las potencialidades de cada cual y en buscar círculos virtuosos en los que las audiencias de un medio alimenten a las de sus medios hermanos. La desorientación y crisis de identidad que ha afectado estos últimos años a las agencias de noticias no es, por tanto, algo privativo de las agencias. Ha sido algo común a todos los medios. Y en todos ellos cabe afirmar que se ha producido un insuficiente aprovechamiento de las enormes posibilidades que ofrece la Red como fuente y como soporte para la información periodística.
- ¿Cree que las agencias son las más acérrimas ejecutoras de las formas de redacción periodística tradicional, como la pirámide invertida? Si es así, ¿eso debería cambiar?
R.S.: Creo que sí. En términos estilísticos, la producción informativa en las agencias apenas se diferencia de la que se realizaba hace un siglo. El formato textual de la pirámide invertida sigue siendo el molde con el que se elabora la práctica totalidad de las noticias que suministran las agencias. Y no hay que olvidar que ese formato estaba pensado para un tipo de periodismo que rendía culto a la noticia de última hora y en el que importaba más el dato que la interpretación. La irrupción de Internet ha reverdecido el culto a la última hora, por lo que al menos desde esa parte sigue siendo -el de la pirámide invertida- un formato eficaz. Sin embargo, en el periodismo de hoy también importa sobremanera la interpretación y contextualización de la información. Y es aquí donde la pirámide invertida muestra notables carencias. La prensa en Internet, por ejemplo, permite añadir a la nota de agencia elementos contextualizadores que amplíen la
información y permitan al lector profundizar en aquellos aspectos de la noticia que más le interesa. En este nuevo entorno informativo, limitarse a ofrecer la información en pirámides invertidas de apenas unos pocos centenares de palabras resulta, en muchos casos, insuficiente e insatisfactorio para el lector.
- ¿Siguen siendo viables las agencias?
R.S.: Como ya he apuntado antes, el modelo de negocio de las agencias se ha resquebrajado notablemente en los últimos años. Ahora bien, en la medida en que las agencias acierten a diversificar sus servicios adecuadamente tendrán grandes posibilidades de salir adelante. En el nuevo panorama mediático que ha traído consigo la digitalización son muy necesarios los medios que suministran información de última hora y que lo hagan con credibilidad contrastada. Hoy por hoy, las agencias siguen siendo los medios que mejor saben responder a esa demanda.
El cambio. ¿Qué le pasó a las agencias?
Jorge Brinsek (UPI, NA, DyN, Infosic) pinta con una experiencia personal el desplazamiento que han vivido las agencias.
Escena 1: Estaba en la oficina de UPI en Buenos Aires el 22 de noviembre de 1963 cuando la teletipo empezó a moverse para todos lados. En la agencia trabajaba un estadounidense, que cuando se acercó a la máquina lanzó un fuerte grito. Sus compañeros pensaron que se trataba de una mala noticia familiar, porque el circuito de transmisión a veces era usado por los empleados para mensajes personales. Era el atentado contra el presidente John F. Kennedy, que provocó que la agencia fuera “el epicentro” del país, donde esa noche se concentraron periodistas de otros medios y políticos para seguir la noticia. Escena 2: En la década del ‟90, Brinsek estaba recostado esperando para comer cuando su nieta se le acercó y le dijo: “Dice la abuela que pongas el televisor porque empezaron a bombardear Belgrado”. “Éramos dueños de la información y nos convertimos en un espectador más”, reflexiona el veterano agenciero, quien opina que en la actualidad los camarógrafos y los corresponsales de televisión son “los nuevos héroes” del mundo de la comunicación. Al oscurecimiento de las agencias puede haber contribuido el hecho de que estén “muy achanchadas” y que sólo sean “recolectoras de testimonios radiales y televisivos”. Predica que a ese material hay que ponerle antecedentes, convertirlo en un “producto manufacturado”, y de esa
manera darle forma al que considera el desafío actual de las agencias: explicar el porqué de las cosas. Para Mariano Fontenla (DyN, Infosic, EFE, Télam), hasta mediados de la década del ‟80 la agencia era considerada como la cocina de las noticias. De ellas surgían todas las primicias que recogían las radios, los diarios y los canales de televisión. “El jefe de turno de una agencia nacional de noticias daba la orden de salida a un cable, se cruzaba de brazos y a los pocos segundos escuchaba de boca de los locutores de radio y televisión la lectura del texto que acababa de corregir”. Considera que la agencia fue perdiendo terreno en el campo de las primicias frente a la radio y la televisión por razones de presupuesto y el avance de la tecnología. Entre esos avances está Internet, que le vino a complicar la existencia a la agencia y su estructura convencional. Un diario que tiene su sitio en Internet y da noticias minuto a minuto, ¿es una agencia de noticias? Cuando ocurrieron los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos, las personas no tuvieron que esperar hasta el otro día a que saliera el diario y enterarse de los detalles, sino que se volcaron a sus diarios digitales preferidos y en muchos casos los saturaron. Marina Guimarães (Estado) dice que aunque muchos diarios los artículos en sus sitios de Internet, ella no llamaría a eso una agencia. “Una agencia tiene que producir la nota en un corto tiempo y distribuirla para que otros medios la utilicen", aclara. Pero reconoce que "los sitios de los diarios reemplazan en cierta forma a las agencias, aunque no cumplan la función tradicional de ellas de distribuir las notas". La diferencia que destaca es que en el sitio digital de un diario el lector decide acceder a él; en cambio, una agencia debe distribuir la información a cada uno de sus clientes. Uno de los periodistas que ha pasado de trabajar en una agencia tradicional a un sitio de Internet -Terra- es Diego Igal (Télam, Infosic). Aclara que un portal tiene proveedores de noticias (que son las agencias), por lo que es poca la información que se produce. “Lo que cambia es la forma de presentar la noticia: en Internet escribimos para un lector/consumidor final, mientras que en una agencia hay cosas que pueden obviarse porque te dirigís a un editor/periodista”. Por ahora, muchos portales siguen siendo entidades muy publicitadas y con poco personal, donde las noticias son una parte más entre una numerosa cantidad de ofertas del mismo sitio. Mientras, las agencias continúan manteniendo una estructura de redactores preparados para escribir noticias. En la era de la tercerización de los servicios y la letanía de bajar costos, a un portal le conviene más pagar por un servicio de noticias que armar su propio equipo. Alguien debe cubrir una conferencia de prensa, ir a la calle por un choque múltiple de autos o hacer una guardia periodística a la salida de un juzgado, y no parece que a los sitios de Internet les interese –ni les convenga- destinar personal a esas tareas.
Una empresa de servicios
Las agencias son, básicamente, empresas de servicios. Para que vivan y crezcan, el experto en marketing Philip Kotler (1996) les sugiere elevar la diferenciación competitiva, la calidad del servicio y la productividad.
1) El primer punto consiste en desarrollar una oferta, entrega e imagen diferenciadas. La empresa de servicios que busca e introduce innovaciones con regularidad ganará una serie de ventajas temporales sobre los competidores y, al hacerse de una reputación de innovación, podrá retener a los clientes que desean ir con el mejor. En 1997, Infosic implementó una sección que consistía en la selección de las frases más destacadas del día, tanto de políticos como de deportistas, jueces o cualquier protagonista de una noticia, y que era publicada por varios diarios de la Argentina. También se seleccionaban opiniones de periodistas de la radio y la televisión, y brevísimos diálogos jugosos mantenidos entre éstos y sus entrevistados. Otro servicio innovador de la misma agencia consistía en poner cada hora en su página en Internet un noticiero grabado, que podía ser emitido por cualquier radio abonada. La idea es presentar la información que tienen todos de una manera más ingeniosa, creativa o impactante. Deportes podría elegir al deportista nacional de la semana, por su desempeño en el país o en el exterior, y escribir un perfil del mismo. Otro hecho novedoso ya implementado ha sido ofrecer el servicio vía Internet, mediante el uso de una contraseña. En 1994, la ya desaparecida agencia porteña Interdiarios puso a la venta un CD-Rom con un archivo de notas escritas desde 1989. Así la diferenciación puede ser tanto en el contenido como en la forma de transmitirlo, aunque siempre será mejor apuntalar lo primero, por convicción o porque el presupuesto no permite innovar en nuevos equipos. Sobre el tema, el periodista español Bastenier (2001) escribió algo respecto de los diarios: "Cuando tengamos todos los medios expresivos en la mano, cuando lo que sepamos, hayamos visto y oído, sea sólo cosa nuestra, cuando en virtud de lo anterior nos convirtamos en fuente de nuestra propia información, es cuando ésta nos distinguirá más y mejor de nuestro competidores". Traducido al idioma de las agencias, esto significaría dejar de reprocesar lo que se publica en los diarios o se escucha en las radios y producir material genuino con fuentes propias.
2) Acerca de la calidad, la clave consiste en cumplir con -o superar- las expectativas en el servicio de los clientes. Estas expectativas se forman por las experiencias pasadas, recomendaciones verbales y publicidad de la empresa. Algunas prácticas enfocadas a la calidad son:
*Obsesión en satisfacer las necesidades de los clientes. Aquí se pueden hacer notas y entrevistas a pedido de los clientes, y no sólo ofrecerles un paquete cerrado.
*Establecer normas de alta calidad en el servicio. Esto implica no prestarse a operaciones políticas o empresariales que pretendan difundir información con un sentido que no sea periodístico; y despachar cables sin errores de ortografía o incompletos, con variedad de fuentes y bien escritos.
*Vigilar o auditar el desempeño del servicio. Además de leer todo lo que sale al aire, hablar con frecuencia con los clientes para conocer sus necesidades.
*Responder con rapidez a las quejas de los clientes.
*Satisfacer a los empleados tanto como a los clientes, porque las relaciones con los primeros se reflejarán en las relaciones con los segundos. No sólo implica pagar un salario justo, sino también crear un entorno agradable que puede incluir el respeto del tiempo del redactor para almorzar, tener disponible un servicio de bebidas calientes y frías, pantallas en los monitores que protejan la vista y sillas que alivien las espaldas de los periodistas.
3) Kotler indica que hay seis enfoques para mejorar la productividad:
*Trabajar con mayor inteligencia, que puede lograrse con un mejor procedimiento de selección y capacitación del personal. Dada la tendencia a un fortalecimiento del Mercosur (bloque regional formado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, que tiene a Chile y Bolivia como socios comerciales) y, quizás, hacia una mayor integración latinoamericana, las agencias deberían apoyar a sus periodistas para que estudien portugués o español, según el caso. Esto mejoraría la cobertura de los asuntos de la región, que no sólo son políticos y económicos, sino que abarcan todas las secciones de una agencia. Otra manera de aplicar este consejo es dedicar más tiempo a la planificación de coberturas noticiosas.
*Elevar la cantidad del servicio, aunque perdiendo cierta calidad. Un legítimo objetivo empresario puede ser ofrecer más cables que la competencia o darle prioridad a emitir una noticia antes que nadie, aún sin tener mucha certeza sobre lo que ocurrió realmente. Claro que se corre un serio riesgo de pérdida de calidad y credibilidad.
*Industrializar el servicio al agregar equipo y estandarizar la producción. El segundo aspecto, el de la estandarización, suena peligroso para aplicar en una agencia de noticias. Pero podría concretarse en establecer y respetar los horarios
en los que se anuncie a los abonados la lista de temas que serán los más importantes de la jornada, y la hora en que efectivamente se emitirán esos cables.
*Reducir o hacer obsoleta la necesidad de un servicio al inventar una solución de producto. En 2002 un grupo de diarios chicos de la Argentina implementó un sistema para recibir todos los días vía Internet y desde Buenos Aires el suplemento Edición Nacional -ya diseñado y listo para imprimir en papel- con las noticias nacionales e internacionales, y así se dedicaban sólo a escribir y diagramar las noticias locales. Una agencia podría evaluar la posibilidad de ofrecer un servicio similar, porque para hacerlo ya tiene gran parte de la infraestructura.
*Diseñar un servicio más eficaz. No siempre significa poner más plata, sino hacer las cosas de mejor manera. Es posible que un cliente -por ejemplo, un diariotenga suficientes recursos para dedicarlos a Policiales. Renunciaría entonces a pagar por una provisión de notas de esa sección pero estaría dispuesto a pagar – menos- por el resto del servicio. De esta manera una agencia podría segmentar sus secciones y venderlas por separado, permitiendo a un jefe de redacción o al productor de un noticiero armar su propio menú entre varios proveedores. "Las agencias serán viables en tanto den un servicio especializado", es la profecía de Guimarães (Estado).
Los caminos de las agencias
Es probable que cada medio siga peleando por encontrar o mantener su lugar en el mundo de la información y que de esa manera cada uno de ellos vaya profundizando su tipo de lenguaje de acuerdo al público al que se dirija. Mario García, diseñador integral de diarios, opinó que vamos hacia una complementación de medios en la que tendremos que pensar más en la información y no tanto en el soporte. Todos buscarán la primicia, pero quizá uno se especialice en impactar, otro en dar múltiples visiones sobre un hecho, otro en suministrar información económica y financiera, y otro en ofrecer notas sobre deportes, espectáculos y casos policiales. Cada discurso probará si se siente más cómodo montado sobre el papel, los bits, las imágenes, las ondas de radio o una combinación de algunos de ellos. Agostini (1998) acerca su pronóstico: “El periodismo multimedia ocupará, pues, su lugar al lado de los periodismos tradicionales. La información del futuro será la obra de medios de comunicación que propongan cada uno una información diferenciada. En resumen, ya es tiempo de renunciar a esa entidad casi mitológica que se llamaba el periodismo, y de admitir la existencia de periodismos diferenciados en función de los públicos, de los contenidos, de las formas, de los modos de producción, de difusión y de consumo de la información”.
Respecto de las posibilidades de desarrollo de las agencias, otra vía es la de convertir parte de su andamiaje para ser, también, minoristas de la información. Así lo cree Salaverría, de la Universidad de Navarra, para quien el futuro de las agencias pasa por convertirse “hasta cierto punto en un medio más, es decir, en un canal informativo que no sólo dirija sus productos a otros medios sino también directamente a los propios ciudadanos”. Además, sostiene que otra “potencial fuente de negocios” es ofrecer algún tipo de acceso pago a los “fabulosos archivos” que las agencias vienen construyendo desde hace años.
En resumen, surgen algunas posibilidades para que las agencias subsistan y se desarrollen:
*Insistir en darle un contexto a los hechos y explicar el porqué de las cosas.
*Modificar su estructura de emisión y apuntar al mercado minorista.
*Proveer información a portales de instituciones y empresas que quieran brindar noticias a sus visitantes.
*Profundizar en su manera de decir las cosas y elaborar sus propios contenidos, para apuntar al sector del público que no se sienta satisfecho con los otros medios informativos.
*Ofrecer y cobrar sus secciones por separado, de acuerdo a las necesidades del cliente.
*Aprovechar el valioso capital que conforman sus archivos para implementar algún servicio pago para acceder a ellos. También podría utilizarse ese acopio de datos para elaborar otros productos informativos. ¿Adónde vamos?
Olaechea (1986) cree que los medios de comunicación están en proceso avanzado de crear un nuevo lenguaje de conocimiento, y que el empleo a gran escala de las computadoras contribuye a una concepción diferente de la lógica. "Un modo nuevo de lenguaje y un modo nuevo de juicio o de proceso lógico -agrega- implican una nueva cultura y, consecuentemente, una nueva sociedad”. A medida que las nuevas generaciones vayan adaptándose a los “medios multisensoriales”, se habrá ido desarrollando la capacidad de las facultades perceptivas e “irá reviviendo el dominio de las formas de comunicación anteriores a la imprenta”.
El cambio en la capacidad receptora de las personas exigirá que se les ofrezca “el objeto correspondiente y la comunicación adecuada a su función y rechazarán lo que no se ajuste a ella, aboliendo así „la tiranía de la imprenta‟, desplazada por vivencias multisensoriales que pondrán al ser humano en una relación más auténtica con su medio natural y social”. De acuerdo a este audaz pronóstico, podemos sospechar que aún no hemos visto el medio de comunicación que atravesará el tercer milenio. Pero tal vez podría parecerse al hombre hirsuto del que hablaba Tizón en la primera parte de este libro, en referencia a una relación emisor/receptor más auténtica y una capacidad más honda de de transmitir sensaciones; a aquel que con un relato armado con gestos y gruñidos conmovía, e informaba, a un auditorio reunido en torno al fuego.
Apéndice
.Breve cronología de las agencias
1832. Charles Louis Havas abrió en París una oficina que ofrecía traducciones a los periódicos, y en 1835 se convirtió en agencia. Usaba, entre otros medios, palomas mensajeras. En 1944 tomó el nombre de Agence France Presse (AFP). Fueron empleados suyos Bernhard Wolff y Paul Julius Reuter, que luego fundaron sus propias agencias.
1848. Surgió la primera Associated Press (AP) cuando se unieron seis diarios de Nueva York. En 1900 fue refundada, esta vez como cooperativa.
1849. Bernard Wolff fundó la agencia del mismo nombre en Berlín, luego denominada Kontinental.
1851. El alemán Paul Julius Reuter creó la Reuter Telegraph Agency en Londres.
1865. El periodista español Nilo María Fabra creó el Centro de Correspondencias, antecedente de la agencia que llevó su nombre.
1900. Leandro Saporiti fundó la Agencia Noticiosa Saporiti en Buenos Aires. El Servicio de Inteligencia del Estado la compró en 1976 y dejó de funcionar en 1984.
1907. La United Press Associations (UP) comenzó a emitir en junio desde Nueva York, fundada por E. W. Scripps; empezó con la venta del servicio a 369 periódicos.
1925. Se fundó la agencia soviética Telegrafnoie Agentstvo Sovyetskoyo Soyouza (TASS), que con el tiempo sustituyó a su antecesora Rosta, creada por Lenin.
1931. Se constituyó en Río de Janeiro, Brasil, la Agencia Meridional.
1937. En Pekín, China, nació la agencia Hsinhua.
1939. Nació EFE en España sobre la agencia Fabra, que fue disuelta.
1945. Se creó la Agencia Nazionale Stampa Associata (ANSA) en Italia como una cooperativa de medios, en reemplazo de Stefani, fundada en 1854 y que fue un instrumento de propaganda fascista.
1945. Se fundó Telenoticiosa Americana –hoy Télam- el 14 de abril en Buenos Aires, por decisión del gobierno de Edelmiro Farrel-Juan Perón para oponer información propia a la que producían UP y AP.
1949. Un grupo de medios de la República Federal Alemana creó la agencia privada Deutsche Presse Agentur (DPA).
1953. La Unesco publicó un estudio donde asentaba que AP, UP, International News Service (INS), Reuter, AFP y Tass informaban a 144 países que reunían al 98,7% de la población mundial.
1955. Tres periodistas chilenos fundaron en su país la Agencia Informativa ORBE.
1958. En mayo se aliaron United Press e International News Service, ésta del grupo Hearst, y conformaron la UPI.
1973. Se fundó Noticias Argentinas (NA) en Buenos Aires, cuando el gobierno prohibió a las agencias extranjeras transmitir información nacional y las empresas nucleadas en la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (Adepa) compraron UPI-Argentina. El primer director fue David Kraiselburd. Fue la única agencia clausurada durante la Guerra de Malvinas (1982).
1981. Se fundó Diarios y Noticias (DyN) en Buenos Aires -como un desprendimiento de NA- el 15 de diciembre, y comenzó a operar el 15 de marzo de 1982. Su primer director fue Horacio Eduardo Tato.
1982. Nació la Alianza Iberoamericana de Agencias de Noticias, con DyN, EFE, ORBE, FIDES (Bolivia), Colprensa (Colombia), AEP (Ecuador), ACAN (Panamá), APN (Paraguay), Andina (Perú), y la adhesión de Notimex (México).
1986. El magnate mexicano Mario Vázquez Raña compró UPI, que estaba en crisis desde hacía años, por 41 millones de dólares. En 1992 fue vendida por 6 millones al predicador evangelista estadounidense Pat Robertson.
1995. Cerró en Buenos Aires la agencia Interdiarios.
1997. Se fundó Infosic en Buenos Aires.
.Guía de agencias en internet
AP: ap.org (EE.UU.) AFP: afp.com (Francia)
ANSA: ansa.it (Italia) DPA: dpa.com (Alemania) DYN: dyn.com.ar (Argentina) EFE: efe.com (España) ESTADO: estadao.com.br (Brasil) INFOSIC: infosic.com.ar (Argentina) NA: noticiasargentinas.com (Argentina) NOTIMEX: notimex.com.mx (México) O GLOBO: oglobo.globo.com (Brasil) REUTERS: reuters.com (Reino Unido) TÉLAM: telam.com.ar (Argentina)
.Bibliografía
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