Las Aventuras de los Hermanos Gato
Créditos Estos cuentos fueron creados por un equipo de jóvenes Voluntarios de UNICEF estudiantes de la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI), como parte de su compromiso para prevenir el abuso sexual contra las niñas, niños y adolescentes nicaragüenses: Francela Pavón, José Luis Guevara, Brenda López Sequeira, María Isabel Núñez, Irene Bravo, Kenneth García, Sharon Meynard, Yelitza Dolmuz, Diego Chévez, Victor Chavarria, Karla Tejada, Alfredo Lohlofthz, Dania Sequeira, Yolaina Mayorga y Douglas Martínez Márquez. Junto a ellos trabajaron 50 niñas y niños de Granada que pusieron todo su amor y dedicación en las ilustraciones aquí presentadas. Revisión técnica de UNICEF: María Lily Rodríguez, Especialista de Protección de la niñez contra la violencia Karen González, Oficial de Protección de la niñez contra la violencia Emmanuel Michaud, Oficial Adjunto de Proyectos de Participación juvenil Comité Editorial: Ivan Yerovi H. Representante de UNICEF-Nicaragua Paulo Sassarao, Representante Adjunto de UNICEF-Nicaragua Olga Moraga, Especialista en Comunicación Esta publicación contó con el apoyo técnico y financiero de UNICEF como parte de la Estrategia de Voluntariado con ocho universidades en Nicaragua. Diseño y diagramación: Francisco Saballos Ilustración: Mauricio Alguera Julio 2020
Esta historia se basa en la vida de tres gatitos hermanos: Tom, Coco y Lulú. Únete a ellos, aprende a respetar tu intimidad, descubre los secretos buenos y secretos malos y aprende a decir no en las circunstancias correctas.
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Capítulo 1:
Secretos Buenos y Secretos Malos
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H
abía una vez tres hermanos gatitos que vivían en el campo; sus nombres eran Tom, Lulú y Coco. Tom, el mayor de los hermanos, es un gatito de color café con una personalidad muy alegre, bondadoso y protector. Lulú es una gatita muy lista, cariñosa y atenta con sus hermanos. El menor de la camada es Coco, un gatito muy astuto y amistoso. Los tres se llevaban muy bien. Un día de camino a casa...
Coco: Saben, el día de ayer llegaron unos voluntarios a clase, nos hablaron acerca de los “secretos buenos y malos”, dijeron que siempre debemos prestar atención a nuestras emociones, si nos incomoda algo debemos contárselo a alguien de confianza.
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Tom no le dio importancia… Tom: ¡JA!, yo puedo cuidarme solo, saben, ¡ya tengo 13 años!... Soy muy fuerte y puedo cuidar de los dos. *dijo con un tono alegre y sonriente* Lulú: Tom eso lo sabemos, pero hay personas malas. Coco: Es cierto, debemos cuidarnos entre nosotros y si no podemos, debemos pedir ayuda.
Tom pensativo afirmó con la cabeza…
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A la mañana siguiente, como de costumbre, Tom llevó a sus hermanos a la escuela. Terminando el día Tom se dirigía a buscar a sus hermanos; un Profesor vio a Tom pasar por el pasillo solo y de forma discreta lo llamó…
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Profesor: Hola Tom, ¿Tienes un momento libre?, Necesito que me hagas un favor... *dijo con voz persuasiva*
Tom, con tono dudoso respondió... Tom: Hmm… está bien Profesor… *dijo de forma tímida* Profesor: No tengas miedo, si me ayudas te daré caramelos para ti y tus hermanos… *dijo con voz persuasiva*
A Tom le gustó la idea y con una sonrisa aceptó. Profesor: Pero que esto quede entre nosotros, ¿De acuerdo?, nadie debe saber de esto… Ven, vamos a fuera de la escuela, será algo rápido… *dijo con voz misteriosa* mientras lo tomó de la mano*
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Tom estaba un poco inseguro porque no sabía cuánto tiempo le tomaría, y debía encontrarse con sus hermanos; no quería preocuparlos.
Pensó: ¿Por qué el Profesor me pide que no se lo cuente a nadie? y ¿Por qué tenía que ser fuera de la escuela?
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Profesor: ¡Tom no te puedes ir, debes ayudarme! ¿Acaso no quieres ver a tus hermanos felices con los caramelos? *dijo alterado mientras forcejeaba con Tom* Tom: ¡¡Pero ya es tarde!! *dijo en voz alta*
En eso aparece la maestra Mimí, interrumpiendo… Mimí: ¡¿Qué sucede aquí?! *dijo molesta y en voz alta* Profesor: No… ¡No es nada!, Tom y yo solo estábamos jugando… *dijo impresionado*
Tom se escondió detrás de la maestra Mimí, mientras ella lo veía con una mirada de preocupación. Mimí: Tom, puedes irte, yo me quedaré aquí con el Profesor… Y usted, venga conmigo.
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Tom corrió en busca de sus hermanos para contarles lo que sucedió y lo inseguro que se sintió. Al día siguiente, el Profesor no volvió a verse con Tom y este fue a contarle a la maestra Mimí lo que había pasado. Mimí: Debes tener cuidado, si alguien te pide que guardes un secreto y tú te sientes incómodo ¡No lo hagas!, debes de contarselo a alguien de confianza.
El joven gatito aceptando el consejo de la maestra le dio las gracias.
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Capítulo 2:
Aprender a decir No
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Después de un día en el parque, los gatitos Tom, Lulú y Coco deciden regresar a casa, era un camino largo, pero siempre aprovechaban para jugar y darse bromas entre sí. En eso Tom le dice a Lulú… Tom: ¡Mira, una piedra de oro! *dijo mientras señala hacia abajo* Lulú: Ja ja. No caeré en tus bromas; es más, ¡Apúrate!, ya tengo hambre. *dijo sacando la lengua al final*
Acelerando el paso, a lo lejos, logran ver al Señor y la Señora Conejo; eran los padrinos de Lulú, solían pasar la navidad y los cumpleaños con ellos. El Señor Conejo siempre cargaba a Lulú y le hacía cariñitos. Aunque a Lulú ya no le gustaban esas cosas, porque la hacían sentir incomoda. No le decía nada porque no quería crear malos entendidos entre ella y sus padrinos.
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Coco: Lulú mira, ¡Ahí vienen tus padrinos! Saludémoslos, talvez nos regalan comida de camino a casa. Lulú: Coco caminemos más rápido ¿Sí? *contestó incomoda* Coco: ¿Ah? ¿Por qué?... ¿Pasa algo? *dijo de forma curiosa mientras observa a Lulú* Lulú: ¿Recuerdas que mi padrino suele chinearme y hacerme cosquillas? Pues ya no me gusta y me hace sentir incómoda. .*dijo mientras se sentía más incómoda*
El señor y la señora Conejo se encontraron con los gatitos… Sr. Conejo: ¿Qué veo? ¡Pero si ahí están mis lindos gatitos y mi preciosa ahijada! *dijo de forma alegre y bonachón*
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El Sr. Conejo estaba a punto de cargar a Lulú entre sus brazos, pero Lulú de repente retrocedió un poco para evitar que la tocara. Entonces el señor Conejo, extrañado, comenzó a recordar que últimamente Lulú no sonreía cuando la chineaba y le hacía cosquillas, como en los viejos tiempos. Sr. Conejo: Lulú, ¿Estás bien?, ¿Te hice sentir incómoda?
Lulú un poco incómoda afirmó con la cabeza; en ese momento el señor Conejo comprendió la situación y dijo. Sr. Conejo: Oh, lo siento ahijada, sabes que te quiero mucho y a veces olvido que hay cosas que cambian con el tiempo y que tú vas creciendo, no volverá a ocurrir.
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Charlaron un poco más mientras la señora Conejo les regalaba unas galletas para que comieran mientras llegaban a casa. Se despidieron y cada uno continuó con su camino.
Tom: Sabes Lulú, que bueno que te hayas animado a contarle a tu padrino cómo te sentías. Es importante decidir si algo está bien o mal para ti. ¡Eres muy valiente!
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Capítulo 3:
Derecho a la Intimidad
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De camino a casa, comenzó a brisar en el campo; los gatitos comenzaron a correr para llegar rápido a casa de la tía Pelusa. Tom: Nuestra tía Pelusa nos está esperando para almorzar y hacer nuestras tareas. Coco: Si, luego de hacer nuestras tareas podremos jugar. Lulu: Coco apúrate, o nos mojaremos más.
Llegaron a casa donde los estaba esperando la tía Pelusa con unas toallas, al verla los gatitos saludaron… Tía Pelusa: Hola mis gatitos, que bueno que llegaron, séquense para almorzar y luego hagan sus tareas.
Los tres hermanos asintieron con la cabeza.
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Terminado el almuerzo se apuraron para terminar rápido la tarea, en eso la brisa ya había pasado. Tía Pelusa: Bueno mis gatitos, ya que terminaron pueden salir a jugar. Lulu: Tom juguemos a las carreras, ¡Apuesto que soy más rápida que tú! Tom: ¡Ja! Pues no, ¡Yo soy el gatito más rápido del mundo! Coco: Entonces corramos de aquí hasta el río, el que gane será el más rápido de todos.
Los gatitos salieron corriendo mientras la tía Pelusa los seguía con paso lento y seguro. Tom tropezó con una piedra, Coco y Lulú tropezaron con Tom. Al darse cuenta, los tres estaban llenos de lodo. En eso los alcanza tía Pelusa…
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Tía Pelusa: Oh mis gatitos, veo que se han llenado de lodo. Vengan, los bañaré en el río para que estén mejor.
Mientras los hermanos se bañaban, Coco recordó la charla que tuvo hace unos días con los Voluntarios que llegaron a la escuela. Lulú: Tía, fíjese que en la escuela nos enseñaron lo importante sobre el respeto a nuestro cuerpo y nuestra intimidad. Tía Pelusa: Así es Coco, me alegra que lo sepan, el respeto a nuestro cuerpo es muy importante, si algo nos hace sentir incómodos es bueno decirlo, recuerden que ustedes tienen derecho a que sus cuerpos sean respetados en todo momento. Lulú: Sí tía, que bueno que ya lo sabemos.
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Los gatitos terminaron de bañarse y se fueron a casa a dormir, felices de haber aprendido sobre el respeto a la intimidad y lo importante de decir no.
Fin
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Dibuja lo aprendido
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Ayuda a los hermanos gatos a
encontrarse con su Tía Pelusa
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Sopa de letras Y N K C O N F I A N Z A Z N Y
amor
E K H P D J P V U C E J W W K
confianza
A M O R E S P E T 0 Z Q D N H
derechos
V D G I C O T R 0 E R D L B M
privacidad
H X B V I H W D E R E C H O S
secretos malos
F D K A R M J A S C K C F E Z
autoestima
F Q M C N S F D T R R D 0 M R
decir no
G W Y I O T I M I D A D I T M
intimidad
T B I D O Q E Q M A S D A V N
respeto
C L X A H V B W A X R V C K L
verdad
Y R D D L S J F D M F Q M A N J S J W N G T W D Z V Y G W K V S E C R E T O S M A L O S S E M N Q H A T M Q R A O F L W M Y R J O K R A X S P H T V U
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