EE.UU Mauricio Martínez Carrasco
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“Si los americanos se creen ahora superiores ….”
El fenómeno más impactante de este siglo fue el de la formación de los Estados Unidos de América como nación independiente, el éxito de su sistema político y la expansión de su territorio hasta convertirse en una potencia continental.
Expansión Demográfica La expansión demográfica de los Estados Unidos fue exponencial: 2 millones de habitantes en 1750 7 millones de habitantes en 1800 26 millones de habitantes en 1850
Las corrientes migratorias de Europa comenzaron a fluir a los Estados Unidos. La gente migraba huyendo de las crisis agrarias europeas y de los primeros efectos de la revolución industrial que desplazaba a la población del campo a las ciudades y de las ciudades a Norteamérica. Estados Unidos fue visto como tierra de promisión.
El Expansionismo La democracia americana tuvo éxito porque se fundo en dos solidos pilares: mantenerse al margen de los conflictos europeos y tener continuidad en el ejercicio del poder. Un grupo dominó la escena política entre 1789 y 1829: la dinastía de Virginia. Tenían un proyecto común de nación que incluía como punto principal la extensión territorial: ampliar el área de la libertad y cumplir el destino divino de la nación americana.
Cada avance norteamericano hacia al oeste acercaba a la nación americana con nuestra entidad política. En 1819 se levanto el primer muro de papel entre la Nueva España y los Estados Unidos. La victoria sobre México en la guerra de 1846 a 1848 venia a confirmar la tendencia expansionista iniciada en 1776.
La única fuerza que detuvo el proceso vino del interior de la sociedad americana, de las contradicciones entre el norte industrial y el sur de economía esclavista de plantación. La sangrienta guerra civil, entre 1861 y 1865 fue ganada por el norte industrial. En la segunda mitad del siglo XIX siguieron creciendo territorialmente, pero sobre todo tuvieron una revolución industrial de grandes proporciones.
Conclusión Podemos decir que el siglo de las revoluciones ( 1756–1855) fue el siglo de los cambios violentos, en todos los ordenes de la vida humana. La Nueva España nunca fue un mundo aislado, los procesos del mundo occidental acaecidos en 1756 y 1855 en Europa y Estados Unidos afectaron también a nuestro territorio. En España la dinastía de los Borbones llegaba a la corona con Felipe V . España participo en la guerra de los siete años la cual tuvo grandes consecuencias para el imperio.
Los Borbones vieron la necesidad de introducir reformas de fondo al sistema colonial. Al conjunto de reformas políticas, administrativas, económicas y militares se les llamaron las “ reformas borbónicas”. Estas reformas ocasionaron que los novohispanos sufrieran fuertes presiones económicas para el mantenimiento de las guerra de España y todas las clases sociales vieron afectados sus intereses en cuatro niveles diferentes.
El sentimiento autonomista nació espontáneamente en el novohispano de fines del s. XVIII. Por diversos factores. Hidalgo desencadenó una revolución popular de grandes proporciones, seguida después por Morelos y finalizada por Vicente Guerrero en 1821. La guerra de independencia contribuyó al aumento del regionalismo, al momento de la independencia lo que existía era un espacio fragmentado en regiones y dentro de las regiones fuertes localismos.
Las relaciones entre el estado y la iglesia es otro de los procesos significativos entre 1756 y 1855. La idea ilustrada de un Estado moderno estaba en conflicto con el poder de la iglesia católica. Así mismo otro fenómeno es el de la revolución ideológica, una de las revoluciones de mayores proporciones en este siglo fue la de la de las ideas.