LOS PRIMEROS TROPIEZOS (2da parte) MAURICIO MARTÍNEZ CARRASCO 135512
UNA ECONOMÍA EN BANCARROTA
El nuevo Estado se estrenaba sobre bases endebles. Se había desvertebrado la economía y la pérdida de la mitad de la fuerza de trabajo en la lucha afectaba a todas sus ramas.
La bancarrota era total. La rebaja de impuestos y la desorganización de los cobros impidieron obtener los recursos que requería el funcionamiento del Estado.
El problema hacendario iba a ser el escollo contra el cual se estrellarían todos los gobiernos.
El choque con una realidad, económica adversa influyo en la formula de dos proyectos ideológico que postulaban soluciones que dividían profundamente la nación.
Un grupo que se iría identificando como liberal, heredaría el convencimiento Borbón de que la solución hacendaria estaba en desamortizar los bienes del clero, para que se aliviara el peso de la deuda publica, como para que la circulación del capital sentara las bases.
Otro grupo, más tradicional, iba a considerar anatema tocar los bienes de la Iglesia y favorecería la centralización y el proteccionismo y los impuestos directos
Durante todos los años que siguieron a la independencia hubo una gran escasez de recursos.
La misma Iglesia carecía de efectivo, pero fue hostigada por las necesidades de todos los gobiernos.
Gran parte del fracaso del Imperio derivó del problema hacendario.
El advenimiento de la república se recibió como un respiro, al suprimirse los prestamos forzosos, detenerse la emisión de papel moneda y hacer esfuerzos para economizar
Al gobierno federal se le destinó el noveno del diezmo que había correspondido a la Corona y la Iglesia hubo de ceder a los estados una parte de los diezmos correspondientes a gastos de culto y mantenimiento.
Las necesidades del gobierno no podían alivianarse con esos recursos, por lo que el congreso iba a autorizar el 1 de mayo de 1823 un préstamo extranjero de 8 millones
El préstamo contratado por Borja resultó muy desfavorable.
El grueso del dinero se gastó en compra de armas y municiones para la defensa, gastos del gobierno y pago de deudas
El monopolio del tabaco como fuente de ingresos tuvo fluctuaciones; por una parte muchos lo desaprobaban y por el otro, la administración no logró organizar su manejo. Los estados recibían la hoja para su venta, pero no lograban recuperar el costo, pues el contrabando resultó una competencia difícil de vencer.
El “contingente” que debían pagar los estados también fracasó. De tal manera que las únicas entradas seguras para el gobierno nacional eran los impuestos aduanales
La caída de Guerrero tuvo relación con la crisis financiera, obligado a repetir los errores de Iturbide.
El orden que logró el gobierno de Bustamante significó un verdadero alivio. Solicitó un empréstito voluntario a propietarios y prelados; restableció el monopolio del tabaco y organizó una recaudación más eficiente.
El orden de las finanzas logrado por la administración de Bustamante se fue al traste con el desorden de 1832, lo que hizo que en 1833 se intentara una política diferente.
Mas las amenazas externas que se sucedieron no solo requirieron recursos, sino que significaban bloqueo de puertos, lo que reducía la fuente más importante del presupuesto gubernamental.
En 1839, ante la falta total de dinero para pago de salarios, el congreso aprobó un impuesto de 15% sobre artículos importados. Este impuesto se convertiría en una de las causas de la caída de Bustamante del poder.
La dictadura abolió ese impuesto, pero necesitada de ingresos, pronto lo sustituyo por otros nuevos.
No obstante el fracaso del gobierno nacional, algunos estados lograron éxito en sus pequeñas esferas.
La republica confió en reconstruir la opulencia del siglo XVIII, con base en la minería.
Alamán, importante promotor de la minería y de la industria, no solo atrajo capital, sino que promovió que se derogara la prohibición de que los extranjeros explotaran las minas. Mas el éxito fue disparejo. La ambición de las compañías las llevo a extender sus explotaciones, aunque no tenían capacidad sino para explotar unas cuantas.
La industrialización fue el sueño de algunos visionarios que lucharon contra múltiples obstáculos.
Alamán se percató con claridad de los problemas que suponía el desarrollo industrial. Sus esfuerzos permitieron que se iniciara la nueva industria textil.
La agricultura sufrió no solo la desaparición de brazos durante la independencia, sino también la fundición de aperos de labranza para hacer armas. La producción, reducida a la mitad con la lucha, tardo bastante en recuperarse.
La agricultura se fue reponiendo lentamente. Alamán también fomentó mejores técnicas como la importación del arado de reja y de semillas.
Las apertura de puertos mexicanos a barcos de todas las naciones y la liberación a las importaciones de toda carga, favorecieron las actividades mercantiles
Como el progreso y el incremento del comercio interior dependían de mejores caminos, el gobierno nacional hizo esfuerzos para favorecerlos pero con poco éxito.
Surgieron nuevas rutas comerciales terrestre, especialmente en el norte.
La falta de bancos y de un sistema monetario moderno iba a pesar sobre el comercio.
De todas formas, aunque no era visible, la reconstrucción económica se iba fincando, en particular en el ámbito privado.
CULTURA Y SOCIEDAD
La sociedad que entro gozosa a la vida independiente fue el obstáculo más grande para poner en práctica la retórica de los políticos.
El problema de “igualar” una sociedad tan compleja era difícil, pero todos confiaban en que se lograría con educación y nuevas instituciones.
La sociedad mexicana se dividió en cuatro clases: empresarial, eclesiástica, oficialista y popular
Clase empresarial
La clase empresarial estaba constituida por comerciantes, industriales, mineros, grandes hacendados.
Los criollos dominaban la agricultura y la minería.
El comercio fue acaparado por extranjeros recién llegados y por los españoles que sobrevivieron a las expulsiones.
Clase eclesiástica
La clase eclesiástica sufrió algunos cambios con el predominio criollo y la radicalización de ideas entre algunos de sus miembros.
Se vio acosada por los prestamos al gobierno y la amenaza de la desamortización de sus bienes, la desaparición de los diezmos y de obvenciones parroquiales.
La Iglesia estaba profundamente dividida. Las diferencias entre el clero alto, bajo y regular reflejaban el contraste de la sociedad en general.
Los conventos y monasterios perdieron atractivo con las reformas liberales y la “ disminución de las vocaciones”.
El numero de monjas también disminuyó.
El clero regular vivía del dinero que les proporcionaban las fincas rusticas o urbanas arrendadas, las limosnas y los legados, que seguían dando ingresos
Clase oficialista
La clase oficialista la formaban los oficiales del ejercito y la enorme y endeble burocracia que constituía la “clase media urbana”, que sobrevivía raquíticamente del presupuesto y servía en forma ineficiente e irregular.
La republica iba a abrigar el ideal liberal de lograr un ejercito profesional pequeño, respaldado por una gran milicia.
El pecado original de deslealtad que significó el movimiento de Iguala deterioró la disciplina y alimentó un aspirantismo de ascenso y poder que aumento la decadencia del ejercito y lo hizo ineficiente.
Es claro que un ejercito semejante no sirvió para imponer la autoridad del gobierno nacional, ni para defender al país y fracasó en la guerra de Texas y la invasión norteamericana.
Clase popular
La mayor parte de la población quedaba comprendida en la clase popular: rancheros, indios, peones, etc.
De manera general puede decirse que en el interior, sobre todo en pequeños pueblos, haciendas y ranchos, se mantuvo sin grandes cambios el ritmo de la vida colonial.
No obstante su viuda cambio con la inseguridad. Los bandoleros quedaron como herencia del desorden de once años de lucha por la independencia.
La gente se fue adaptando al desorden.
En las zonas urbanas el cambio exterior y de las costumbres fue mas notorio, en especial en la ciudad de México y en los puertos de Veracruz y Tampico, donde los extranjeros influyeron en las modas, las ideas y los gustos en las clases altas.
La gente se entusiasmaba con cualquier novedad.
Las fiestas religiosas continuaron siendo las mas concurridas.
La revoluciones no interrumpían esta vida de satisfacciones más o menos sencillas, pero si las epidemias y desastres.
Algunos fenómenos despertaron el temor de la gente . Tal es el caso de la aurora boreal.
A pesar de las múltiples diferencias que separaban a los mexicanos desde la independencias, la fe profunda en el poder transformador de la educación los mantenía en la tarea de lograr el progreso y se fueron esbozando ideas que mas tarde entrarían en vigor.
Conclusión
Podemos ver que la situación económica después de la independencia no fue muy buena en realidad , México pasó por muchos problemas para salir de deudas extranjeras y de problemas internos ocasionados por el mal manejo del gobierno para asegurar la economía del país.
Así mismo la situación del país no cambio mucho a comparación de la época de la colonia, ya que no se alcanzo la igualdad para todas las clase sociales, también hubo un aumento en la inseguridad y así mismo el gobierno apoyo la educación para poder sacar el país adelante.