Ediciones Las Villegas Rionegro - Colombia
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Editorial: Las villegaas
El tiempo de Dios
EDITORIAL: Por una divinidad más humana. Luego del Concilio ecuménico vaticano II convocado por el Papa Juan XXIII se hace la invitación directa a la Iglesia católica cristiana y universal Para que “se abran las ventanas de la iglesia”. El trasfondo de esta invitación es dar una palabra de aliento, es que se aprecie, comprenda y movilice al clero y todas las realidades sociales y políticas que afronta el mundo, no sólo occidental y cristiano por que según la tarea misional del cristiano es traer a la luz de la fe a todos los hombres y mujeres hijos de Dios. Es así como la iglesia comienza a pronunciarse a partir de unas reflexiones en pro de la equidad, el respeto a la diferencia y el rol decisivo de la mujer en la sociedad y en el mundo. A continuación desglosaremos cada uno de estas categorías en la que se ha buscado enmarcar la reflexión a la que exhortan estas encíclicas. Respecto al principio de equidad se exige como una contrapropuesta a la cultura del capitalismo, en la que la acumulación de bienes y la desigualdad, es una dinámica que provoca una contrapuesta debiendo ser objetada por el `principio cristiano según el cual somos hermanos y son los menos favorecidos aún en términos económicos los preferidos por Dios (revisar capítulo 25 de San Mateo el juicio de las naciones). No se trata dejar a merced de la realidad apagando el deseo de superación si no que es un llamado a compartir no de lo que sobra si no de lo que para uno es más gustoso e importante. En cuanto al respeto a la diferencia estas encíclicas abogan por un cambio de actitud, pues no se puede imponer a Dios, se debe testimoniar con la propia vida. Es cierto que los totalitarismos y las generalizaciones frecuentemente conducen a equivocaciones por ello como cristianos estamos llamados a ver a los otros desde su individualidad (ver Juan 15 . 9 al 17). Atendiendo al rol de la mujer en la sociedad la iglesia invita al pueblo cristiano a sobrevalorar a la mujer no como un complemento si no como otro que aporta desde su feminidad, desde sus roles.(ver Lucas 24 .13 al 35). Es la mujer la primera en experimentar la resurrección y es la mujer la que demanda un lugar en una sociedad equitativa y diversa. Es necesario que los cambios recientes ocurridos al interior de la iglesia continúen traduciendo estas encíclicas en propuestas y acciones que bajen de
los altares y lleguen a los centros de trabajo, a los centros de consumo y a cada familia para que este mensaje se arraigue como una consideración imperativa ,para que la propuesta Benedictina del “Ora et Labora” sea un binomio articulado y significativo en el día a día del pueblo cristiano como una manera de volver a la gratitud la contemplación y la caridad.
QUE ES ENCICLICA Las encíclicas son cartas solemnes sobre asuntos de la Iglesia o determinados puntos de la doctrina católica dirigidas por el Papa a los obispos y fieles católicos de todo el mundo. Tienen su origen en las epístolas del Nuevo Testamento y es el documento más importante que escribe el Pontífice. Suele estar redactada en latín, el idioma oficial de la Santa Sede, y traducida a las principales lenguas del mundo y su título se toma de las primeras palabras del documento.
Pacem in terris (latín: Paz en la tierra) Carta encíclica del papa Juan XXIII Sobre la paz entre todos los pueblos que ha de fundarse en la verdad, la justicia, el amor y la libertad. Pacem in terris (latín: Paz en la Tierra), es la última encíclica de las ocho escritas por el Papa Juan XXIII. Publicada el día 11 de abril de 1963, 53 días antes de fallecerel pontífice, coincidiendo con la celebración del Jueves Santo. En ella hace una profunda reflexión sobre las condiciones que han de imperar para que haya una verdadera paz en el mundo. Pretende hacer ver la común pertenencia a la familia humana e iluminar respecto a la aspiración de la gente de todos los lugares de la tierra a vivir en seguridad, justicia y esperanza ante el futuro. El Papa plantea 4 principios fundamentales para alcanzar la PAZ: 1ro. La Verdad: Fundamento de la justicia. 2do. La Justicia: Marco de la Paz. 3ro. El Amor: Motor de la Paz. 4to. La Libertad: Clima de la Paz. La Paz construida sobre el fundamento de la Verdad. Paz que ha de fundarse en la verdad justicia, amor y libertad . Cuando hablamos sobre esta encíclica nos estamos refiriendo a los Derechos del Hombre. Su Santidad nos recuerda y nos explica cómo debe ser la convivencia (en todo sentido) para lograr la paz en los tiempos que nos toca vivir. Es un tema que al Santo Padre le preocupo debido al análisis que hacía de la situación mundial. Expone de forma concreta y simple, cuales son los mecanismos que como humanos no debemos olvidar, esos principios son la base para lograr la paz. Juan XXIII insistió que la paz se logra con con justicia, amor, libertad y solidaridad. Ya que son pilares fundamentales, pero la paz no se logra infundiendo temor, miedo ni equipándonos con armas (carrera armamentista, década del 60), con esto solo se logra que entre los pueblos se funde el egoísmo, el odio y la división, entre los mismos hermanos volviéndose ciegos y sordos ante los que no fueran del mismo sistema.
Es de resaltar que es el primer documento que está dirigido no solo a los católicos sino como el Papa lo expresa "A todas las personas de buena voluntad", esto nos dice a todas aquellas personas (no importa el credo). La encíclica es muy clara al defender a la persona y el bien común de la sociedad, además no solo fue escrito por lo que pasaba en esos tiempos (década del 50, 60), sino que tiene tanta vigencia en nuestros días que por ejemplo solo con observar nuestra realidad tanto a nivel nacional y mundial nos damos cuenta de la sed de paz que tenemos. Recordemos el Mensaje de su Santidad Juan Pablo II para la celebración de la Jornada Mundial de la Paz, 1º de enero de 2003, donde nos invita no solo a tener en cuenta las enseñanzas de Juan XXIII sino a ponerlas en práctica. El Papa Juan XXIII definió al bien común como "el conjunto de las condiciones sociales que permiten y favorecen en los seres humanos el desarrollo integral de su persona" (Encíclica Mater et Magistra). La globalización acompañada de un "capitalismo salvaje" dejo a vastos sectores de la población marginados y excluidos. Ante esta realidad se deben aplicar políticas sociales de inclusión que permita que todos los hombres que habitan nuestra bendita tierra puedan vivir dignamente. El gran problema de nuestro país es de carácter cultural y moral. Para revertir esta situación necesitamos recuperar el rol de nuestras instituciones y que nuestra dirigencia política y empresarial tome en cuenta que el ser humano no es solo un instrumento para sus beneficios personales, sino para mejorar la sociedad en su conjunto.
POPULORUM PROGRESSIO Populorumprogressio (latín: El desarrollo de los pueblos) es la carta encíclica del Papa Pablo VI promulgada el 26 de marzo de 1967.
La encíclica está dedicada a la cooperación entre los pueblos y al problema de los países en vías de desarrollo. El Papa denuncia el desequilibrio que existe entre países ricos y pobres que se ha ido agravando, critica al neocolonialismo y afirma el derecho de todos los pueblos al bienestar. Además presenta una crítica al capitalismo y al colectivismo marxista. Finalmente propone la creación de un fondo mundial para ayudar a los países en vías de desarrollo. Es una de las más famosas e importantes de Pablo VI aun cuando en su momento fue objeto de debates (por ejemplo, en cuanto al derecho de los pueblos a rebelarse incluso con la fuerza contra un régimen opresor) y críticas por parte de los ambientes más conservadores. La Encíclica interpreta el tiempo actual y focaliza su pensamiento, en orden a promover el progreso de los pueblos más pobres y a favorecer la justicia social entre las naciones.
DEBER PERSONAL Y COMUNITARIO "El hombre tiene el camino abierto hacia un progreso nuevo, hacia un humanismo trascendental, que le brinde su mayor plenitud; tal es la finalidad suprema del desarrollo personal que cada uno de los hombres es miembro de la sociedad, pertenece a la humanidad entera, y no es solamente este o aquel hombre sino que todos los hombres están llamados a este desarrollo pleno. Debemos `propender por el crecimiento de los pueblos tanto social como económico, ya que unos pocos aprovechan la riqueza que es colectiva generando pobreza y miseria.
HACIA UNA CONDICCIÓN MÁS HUMANA La tierra está hecha para procurar a cada humano los medios de subsistencia y los instrumentos de su progreso, todo hombre tiene el derecho de encontrar en ella lo que necesita. El reciente Concilio lo ha recordado: "Dios ha destinado la tierra y todo lo que en ella se contiene, para el uso de todos los hombres y de todos los pueblos, de modo que los bienes creados
deben llegar a todos en forma justa, según la regla de la justicia, inseparable de la caridad”
RACISMO El racismo no es patrimonio exclusivo de las naciones Jóvenes, en las que a veces se disfraza bajo las rivalidades de clanes y de partidos políticos, con gran perjuicio de la justicia y con peligro de la paz civil. Es también un obstáculo a la colaboración entre naciones menos favorecidas y un fermento de división y de odio en el seno mismo de los estados, cuando con menosprecio de los derechos imprescriptibles de la persona humana, individuos y familias se ven injustamente sometidos a un régimen de excepción, por razón de su raza o de su color. Los pueblos más jóvenes o más débiles reclaman tener su parte activa en la construcción de un mundo mejor, más respetuoso de los derechos y de la vocación de cada uno: a la responsabilidad de cada uno queda el escucharlo y responder a él.
GAUDIUM ET SPES .
Gaudium et Spes es el documento más importante en la tradición social de la Iglesia. Señala el deber que tiene el pueblo de Dios de observar los signos de los tiempos a la luz del Evangelio, para darse cuenta de la pérdida de valores, de los cambios que caracterizan al mundo actual. Las ideas centrales sobre las cuales gira este documento son: la misión de la iglesia acerca de la persona humana; de la familia y su actividad en el mundo, procurando atender lo más urgente, familia, economía, política, cultura y solidaridad internacional. El mensaje de la Gaudium et Spes, ha dicho el Pontífice, es Cristo mismo. Él es el Señor de la historia, su centro y su fin. Él es la luz del mundo que ilumina el misterio del hombre. Su gracia, por la acción del Espíritu Santo, trabaja activamente en el corazón de todo hombre de buena voluntad.
LABOREM EXERCENS Laborem Exercens Sobre el trabajo Humano Carta Encíclica del Sumo Pontífice Juan Pablo II en el 90 aniversario de la RerumNovarum 14 de septiembre de 1981 La presente encíclica trata la concepción del hombre y del trabajo. Con la Laboren Exercens la Iglesia va más al fondo, llega al corazón del concepto mismo del trabajo humano. En lugar de trazar un modelo ideal, Juan Pablo II ayuda a comprender lo que ha acontecido y sigue aconteciendo en la historia, de qué modo puede el hombre transformarse con su trabajo, hacerse más hombre. La civilización occidental se ha preocupado sobre todo por desarrollar el lado objetivo del trabajo para someter a la naturaleza y liberar al hombre de condiciones de vidas de gran pobreza y miseria. Ha logrado de modo extraordinario acrecentar el control del hombre sobre la naturaleza. Sin embargo, el lado subjetivo del trabajo ha sido totalmente descuidado.
El hombre ha elegido las formas de cooperación en el trabajo y, por ende, su organización social en total independencia de la exigencia de asegurar el justo desarrollo de la persona humana en su trabajo. El resultado es que hoy nos hallamos infinitamente más seguros que en el pasado frente a las amenazas que provienen de la naturaleza (carestía, sequía, inundación, etc.), pero muchas veces más inseguros ante las amenazas que nos vienen de los demás hombres o que surgen de nuestra propia intimidad personal (crisis económica, guerras, alienación, neurosis de las grandes concentraciones urbanas
CENTESIMUS ANNUS CARTA ENCÍCLICA CENTESIMUS ANNUS (1 de Mayo/1991)DE JUAN PABLO II A SUS HERMANOS EN EL EPISCOPADO AL CLERO A LAS FAMILIAS RELIGIOSAS A LOS FIELES DE LA IGLESIA CATÓLICA Y A TODOS LOS HOMBRES DE BUENA VOLUNTAD EN EL CENTENARIO DE LA RERUM NOVARUM
Se expide en conmemoración de los cien años, donde se confirmará el valor de las enseñanzas de la carta encíclica escrita por León XIII “RerumNovarum”, en la cual encontramos capítulos que hablan de sus rasgos característicos como también de aspectos que enmarcan el estado y la cultura, el hombre dentro del camino de la Iglesia y la propiedad privada y el destino universal de los bienes. La “RerumNovarum” en su contenido se presta para ser apropiada dentro de la situación actual, puesto que su marco histórico y previsiones apuntan sorprendentemente a las consecuencias negativas bajo los aspectos políticos, sociales y económicos de un ordenamiento de sociedades propuestas por el socialismo. En cuanto a la diferencia de clases sociales, la encíclica afirma que no están limitadas a negar el respeto por la dignidad del otro y por tanto en si mismo, que excluyen en definitiva, un acuerdo razonable y persiguen no ya el bien general de la sociedad, sino más bien en un interés de parte que suplanta al bien común y aspira a destruir a lo que se opone. Finalmente en el amor por el hombre y, en primer lugar, por el pobre, en el que la Iglesia ve a Cristo, se concreta en la promoción de la justicia. Ésta nunca podrá realizarse plenamente si los hombres no reconocemos en el necesitado que pide ayuda para su vida, no a alguien inoportuno o como si fuera una carga, sino la ocasión de un bien en sí, la posibilidad de una riqueza mayor.
“Caritas in veritate” DEL 29 DE JUNIO DE 2009 Propone profundizar en algunos aspectos del desarrollo integral de nuestra época, a la luz de la caridad en la verdad: La doctrina social de la iglesia y el desarrollo sostenible a la luz de las pobrezas y desigualdades existentes en el mundo y la actual crisis económica global. Aborda con realismo y esperanza los problemas creados por la crisis financiera, por la falta de instituciones internacionales capaces de reformar la ineficacia burocrática que alarga el subdesarrollo de muchos pueblos y por la falta de ética de muchas mentalidades que predominan en las sociedades opulentas. En una primera parte examina las enseñanzas de sus dos predecesores: Pablo VI y Juan Pablo II. Los dos estaban convencidos de la capacidad del corpus de la denominada Doctrina Social de la Iglesia para dar la luz necesaria a un mundo que busca desesperadamente esperanza y claridad. También hace referencia a otras encíclicas Rerum novarum (León XIII), Pacem in terris (Juan XXIII), Centesimus annus, Laborem exercens y Sollicitudo rei socialis (Juan Pablo II), la Constitución Gaudium et spes (Concilio Vaticano II), así como otros documentos pontificios. En la segunda parte recorre las grandes amenazas que se ciernen sobre la humanidad en nuestros días. Siempre el punto de partida es la falta de consideración de la dignidad de la persona humana, y su conclusión será el ataque a la propia vida humana, la pobreza, la guerra, el terrorismo, el medio ambiente. El Papa proporciona los principios morales para afrontar estos problemas sociales y económicos, promoviendo una verdadera cultura de la vida y de la paz.
Papa Benedicto XVI, “Deus Caritas est”, sobre el amor cristiano
La encíclica "Caritas in veritate" (Caridad en la verdad) es la tercera del papa Benedicto XVI en sus cuatro años de pontificado, después de las mencionadas anteriormente, "Deus caritas est" “Dios es amor; quien está en el amor,
habita en Dios y Dios habita en él” (1 Jn 4, 16). Estas palabras, con las que comienza la encíclica, expresan el centro de la fe cristiana. En un mundo en el cual al nombre de Dios se le asocia a veces con la venganza o incluso el odio y la violencia, el mensaje cristiano del Dios Amor es de gran actualidad. El término “amor”, una de las palabras más usadas y de las cuales más se abusa en el mundo de hoy, El amor es gratuito; no viene ejercido para alcanzar otros objetivos. Pero esto no significa que la acción caritativa deba, por así decirlo, dejar a Dios y a Cristo aparte. El cristiano sabe cuando es el tiempo de hablar de Dios y cuándo es justo hacer silencio sobre Él y dejar hablar sólo al amor.
LA IGLESIA Y EL DESARROLLO La Iglesia nunca ha dejado de promover la elevación humana de los pueblos y sus misioneros han construido hospitales, escuelas y universidades. Enseñando a los indígenas el modo de sacar mayor provecho de los recursos naturales, los han protegido contra la codicia de los extranjeros, buscando fidelidad al mensaje evangélico.
Un llamado La Iglesia, hace un llamado a las naciones para interpretar el momento presente, con el uso de los bienes, con la participación como ciudadanos, con la colaboración en las decisiones económicas y políticas y con la propia actuación a nivel nacional e internacional, sobre la base de las medidas inspiradas en la solidaridad y en el amor preferencial por los pobres.
La preocupación social de la Iglesia La Iglesia ha mostrado su preocupación por la cuestión social de muchas formas. La Iglesia intenta guiar a las personas para que, con la ayuda de la razón y de las ciencias humanas, respondan a su vocación de constructores de la sociedad terrena. La iglesia se preocupa la situación de miseria que sufren muchos seres humanos. La miseria y subdesarrollo son “las tristezas y las angustias”. El Concilio quiere indicar que todavía existe un horizonte de “gozo y esperanza”.
A través de los tiempos La iglesia a través de los tiempos y apoyada en su doctrina social a actualizado algunas de sus pautas, esta actualización se hace siempre propendiendo por la defensa de la dignidad humana. Defensa a una dignidad de manera integral, es decir, abarcando en su totalidad todos los aspectos en que el hombre se desarrolla.No podemos negra que la política, la economía el trabajo, y la propiedad privada, son factores que inciden de una manera u otra en el desarrollo pleno del ser humano. Nosotros como cristianos, debemos estudiar, conocer y transmitir lo que en estas encíclicas la iglesia sabiamente nos enseña.
La Iglesia siempre se ha preocupado por la paz. La paz puede darse en la sociedad, si primero se da en el interior de cada persona, debemos constantemente respetar el orden que Dios a establecido. Con esta verdad el hombre está obligado a respetar a sus semejantes (seres
humanos), además de valorar el mundo del trabajo, la actuación de la mujer en la vida pública, entre otras cosas. La iglesia es mediadora con os gobernantes (políticos) para propender por la paz que proporcionen la re-ubicación de los refugiados, la sociedad basada fundamentalmente en la solidaridad esto se opone a los beneficios o intereses personales y al egoísmo o individualismo. No se puede vivir en un mundo de sometimiento ya sea territorialmente o económicamente por satisfacer los interese de pocos, que a su vez imponen un modelo de vida, en los cuales son muy pocos lo que entran a dicho sistema y no da solución a los que quedan excluidos. “La paz no se logra solo con la ausencia de la violencia sino llevando a la práctica los valores que hace que la paz exista.”
Cibergrafía Lebrel, LG, OP Dynamigue concrete du developpement, Paris, E.C.J, Año Cfr. Maritaim, Les contitionsspiritualles du progrres et de la Paix, en recontre des cultures a L’UNESCO sous le signe du concilie o ecumenigueVatican II. Paris : Mane, 1996, p. 66 Mt. 5,3. Concilio Vaticano II, documento completo, sociedad de San Pablo. Bogotá Colombia. Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, Conferencia Ep.
A H T U E N C I C L I C A
S J U A N X X I I I D S P
I C E A T L D Z A P L E O
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R R A D U G M I A C B S U
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M I B A D L V G U S E I M
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A E P O L B E U P U R A O
F R B N O H I D A S C G G
I I G L E S I A B A E L R
N T D X F L O P L N N D E
O A M O R S R A O N S W S
P T F G V H E P I U C F S
D E Y N A Ñ L D I S Q T I
B E N E D I C T O X V I O