Lesiones de la rodilla

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LESIONES DE LA RODILLA TAREA DE PATOLOGIA. La rodilla es una articulación, que se apoya en los músculos y ligamentos y que está revestida de cartílagos, está expuesta a una serie de lesiones.


Mayeli González Cruz

LESIONES DE LA RODILLA TAREA DE PATOLOGIA. La articulación de la rodilla se compone de hueso, cartílago, ligamentos y líquidos. Los músculos y los tendones ayudan a que la rodilla se mueva en su articulación. Cuando alguna de estas estructuras se lastima o se enferma, surgen los problemas con la rodilla. Los problemas con la rodilla pueden provocar dolor y dificultades para caminar.

La artritis es la enfermedad más común que afecta los huesos de las rodillas. El cartílago de la rodilla se desgasta gradualmente y provoca dolor e inflamación. Las lesiones en los ligamentos y tendones también causan problemas con la rodilla. Una lesión común se produce en el ligamento cruzado anterior (LCA). Estas lesiones frecuentemente suelen ocurrir por un movimiento de torsión repentino. Las lesiones del LCA y otras son lesiones deportivas comunes.

¿CUÁLES SON LOS PROBLEMAS DE LA RODILLA?

Los Huesos.

Los Cartílagos.

Músculos.

Tendones.

El tratamiento de los problemas con la rodilla depende de la causa. En algunos casos, el médico puede recomendar un reemplazo de rodilla.

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¿Qué es la osteoartritis de rodilla? La osteoartritis es la enfermedad degenerativa más común de la rodilla. Una rodilla sana puede flexionarse y enderezarse sin dificultad, gracias a un tejido blando y resbaladizo llamado cartílago articular, que cubre, protege y amortigua los extremos de los huesos que forman la rodilla. Entre estos huesos, hay dos meniscos (cartílagos) en forma de C que actúan como "amortiguadores" de la articulación de la rodilla. La osteoartritis desgasta estos cartílagos. ¿Cómo se presenta? La osteoartritis se presenta con el paso del tiempo. Al desgastarse, el cartílago se deteriora y se pone áspero. Entonces, cuando usted se mueve, siente dolor en la zona que no está protegida por el cartílago. Cuando el cartílago se desgasta por completo, los huesos se frotan una contra otro. Y, para compensar la pérdida de cartílago, los huesos dañados pueden comenzar a crecer y formar dolorosos espolones. Síntomas. El dolor y la rigidez son los síntomas más frecuentes de la osteoartritis de rodilla. En general, los síntomas empeoran por la mañana o luego de un período de inactividad.

Una rodilla sana

Una rodilla con osteoartritis

¿Qué causa la osteoartritis de rodilla? Varios factores aumentan el riesgo de desarrollar osteoartritis. Edad. La capacidad del cartílago de repararse puede disminuir con la edad. La osteoartritis normalmente afecta a las personas de mediana edad y mayores.

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Herencia. Se ha observado una vinculación entre ciertos genes y la osteoartritis. Algunas características hereditarias, como tener las piernas arqueadas, las rodillas juntas o laxitud articular, pueden aumentar su riesgo de tener esta enfermedad. Peso. Cuanto mayor es su peso, mayor es el peso que soportan las articulaciones de sus rodillas. Lesiones. Una lesión previa de la rodilla, como una lesión deportiva, puede causar osteoartritis en el futuro. Uso excesivo. Las personas que deben arrodillarse o agacharse, levantar objetos pesados y caminar como parte de su trabajo, son más vulnerables a las lesiones por tensión reiterada en la rodilla. Esto hace que sean más propensas a desarrollar osteoartritis. Otras enfermedades. Si tuvo otros problemas en la rodilla, como gota, infección o enfermedad de Lyme, tiene un mayor riesgo de presentar osteoartritis. ¿Es mejor realizar un diagnóstico temprano? Como la osteoartritis empeora con el transcurso del tiempo, cuanto antes inicie el tratamiento mejor será el resultado. Después de analizar sus síntomas y antecedentes médicos, el médico puede indicarle radiografías para confirmar la presencia de osteoartritis. Las radiografías muestran si el daño al cartílago ha reducido el espacio articular que separa los huesos de la rodilla.

Espacio articular normal entre el fémur y la Espacio articular reducido tibia cartílago dañado y espolones

debido

al

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HUESOS DE LA RODILLA. La articulación de la rodilla está integrada por la epífisis distal del fémur, la epífisis proximal de la tibia y la rótula.

Epífisis distal del fémur: Es decir, la parte inferior del fémur. Constituida por los dos cóndilos femorales, con forma redondeada. Entre ambos cóndilos existe la escotadura intercondílea que los separa por la parte de atrás. En los lados de ambos cóndilos hay unos relieves óseos llamados epicóndilos. Rótula: Se sitúa en la parte anterior de la rodilla, por delante de la tróclea femoral. No aparece en la imagen. En la rótula inserta el tendón del cuádriceps. Desde la rótula a la tuberosidad anterior de la tibia va el tendón rotuliano. Epífisis proximal de la tibia: Es la parte superior de la tibia, que es aplanada, por lo que recibe el nombre de meseta tibial. En la imagen se muestra una vista desde delante de una rodilla derecha. Aparece el peroné (abajo a la izquierda), pero el peroné no forma parte de la articulación de la rodilla Meniscos

Los cóndilos femorales tienen forma redondeada, aunque no son perfectamente redondos. Además, la meseta tibial es plana, con lo que las superficies articulares entre femur y tibia son muy diferentes entre sí, no pueden articular al tener formas muy incompatibles.

Los meniscos favorecen la congruencia entre estas superficies articulares tan diferentes. Son anillos de fibrocartílago con forma de cuña. El menisco externo es una nillo casi cerrado, mientras que el interno no es tan cerrado.

CARTILAGO DE LA RODILLA. ¿Qué es una lesión del cartílago articular? El cartílago articular es la cubierta que desarrolla el hueso en la zona vecina a otro, y sirve de protección para evitar que ambos huesos se rocen al moverse entre sí. Está cubierta puede alterarse por causas mecánicas, es decir, por golpes, giros bruscos o sobrecargas continuas en casos de deportistas. Imagen de una rodilla Las lesiones de rodilla son típicas de deportistas y trabajadores de fuerza.

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El cartílago entonces sufre diversos tipos de lesiones: se puede reblandecer o se puede romper formando desflecamientos, grietas y hasta úlceras, que pueden afectar al hueso que se halla por debajo; o bien liberar fragmentos de cartílago al espacio articular (cuerpos libres). Estas lesiones son típicas de la vida de deportistas y trabajadores que usan la fuerza física. El reblandecimiento suele ser más frecuente en mujeres que en varones. Cuanto más profunda y extensa sea la lesión, existe más riesgo de evolucionar a una artrosis y también con más rapidez. La artrosis es el desgaste que sufre el cartílago por envejecimiento y básicamente tiene dos causas: La alteración en la composición del cartílago: por edad avanzada del paciente o por otros fenómenos poco conocidos. La alteración en la forma del cartílago: cuando su superficie en vez de lisa se hace irregular (fisuras, cráteres) aumenta el desgaste por rozamiento al utilizar esa articulación.

MÚSCULOS DE LA RODILLA

El cuádriceps es el músculo principal. Es los más voluminosos, formados por cuatro vientres musculares. Realiza el movimiento de extensión de rodilla. Los isquiotibiales, situados en la parte posterior del muslo (también denominados músculos femorales o isquiosurales) se encargan del movimiento de flexión (doblar la rodilla). Principalmente son el bíceps femoral, el semitendinoso y el semimembranoso.

TENDONES Y LIGAMENTOS Varios tendones y ligamentos trabajan conjuntamente para ayudar a la rodilla a moverse con normalidad.

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Los tendones son como cables de un tejido muy resistente que conectan entre sí músculos y huesos. Los tendones de la parte anterior de la rodilla son el tendón del cuadriceps y el tendón de la rótula. El tendón del cuadriceps está conectado a la parte superior de la rótula y permite extender la pierna. El tendón de la rótula conecta la parte inferior de la rótula con la parte superior de la tibia (el hueso de la espinilla). Los tendones del isquiotibial se encuentran en la parte posterior de la rodilla. Los ligamentos son como cables de un tejido muy resistente que conecta huesos con huesos o cartílagos con huesos. En la rodilla hay cuatro ligamentos que ayudan a conectar el fémur con la tibia y a mantener las piernas estables: 

Ligamento colateral interno. Conecta el fémur con la tibia por el lado interno de la rodilla. Mantiene estable la parte interna de la rodilla y ayuda a controlar el movimiento lateral de esta articulación, por ejemplo, impidiendo que se doble hacia dentro.

Ligamento colateral externo. Conecta el fémur con la tibia por el lado externo de la rodilla. Mantiene estable la parte externa de la rodilla y ayuda a controlar el movimiento lateral de esta articulación, por ejemplo, impidiendo que se doble hacia fuera.

Ligamento cruzado anterior. Conecta el fémur con la tibia por el centro de la rodilla. Ayuda a controlar el movimiento hacia delante y de rotación, por ejemplo, impidiendo que el hueso de la tibia se desplace hacia delante del fémur.

Ligamento cruzado posterior. Conecta el fémur con la tibia por la parte posterior de la rodilla. Ayuda a controlar el movimiento de la rodilla hacia atrás, por ejemplo, impidiendo que la tibia se desplace hacia atrás en la dirección del fémur.

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