Asumí este tremendo desafío debido a la inmensa pasión que tengo por este deporte: la Vela. Llevo navegando en Algarrobo y en la Cofradía Náutica del Pacífico, desde que tengo 5 años. Conozco esta bahía, escenario ideal para la navegación, como si fuera el patio de mi casa, es por eso que era un sueño recibir en este lugar el Campeonato Sudamericano de Optimist. Sin duda, una de las competencias náuticas más lindas y entretenidas que un club de yates puede aspirar a organizar. Un Campeonato de esta envergadura es sin duda una competencia de altísimo nivel y rendimiento, donde los protagonistas son los niños. Éstos, aún están en su etapa de formación deportiva, por lo que se requiere de un alto compromiso, atención, cuidado y entrega de grandes valores que nos regala este deporte, con el que se forman grandes personas y excelentes deportistas de calidad mundial. Este Sudamericano fue especial para la Cofradía Náutica del Pacífico. Somos un club donde la vela oceánica ha sido la predominante y donde la vela menor jugaba un papel secundario. Quisimos poner a la Clase Optimist como prioridad y apostar por las nuevas generaciones de timoneles y así fue como tomamos el reto de organizar este torneo internacional. Fue un tremendo aprendizaje para todo el equipo y para la directiva de nuestro club, creo que todos entendimos la importancia de la clase Optimist y el foco que requiere para seguir desarrollándola hacia el futuro. Quisimos hacer un campeonato lleno de vida y que fuera un recuerdo imborrable para todos los niños y también para sus padres. De aquí nacen amistades eternas entre navegantes de diferentes países, que seguirán encontrándose en otros campeonatos alrededor del mundo, ya sea en Optimist o en otras categorías. Es importante para nosotros como organizadores dejarles la imagen de Algarrobo como un escenario que les genere un lindo recuerdo, que sea un hito importante en sus vidas. Otro objetivo que nos propusimos como organización, fue involucrar a la comunidad de Algarrobo en el desarrollo de este campeonato. La ceremonia inaugural se hizo en las calles de la ciudad con la masiva presencia de los vecinos, invitamos a los artesanos algarrobinos a mostrar sus productos y más del 90% de los servicios se realizaron con proveedores locales. De esta manera, este campeonato tiene un sello absolutamente local y entrega una identidad náutica a Algarrobo. Este libro ilustra la experiencia vivida durante esos días en la capital náutica de Chile. La magia de estas excelentes fotografías da muestra de los colores, ambiente y la energía que se respiró durante el campeonato. Finalmente quiero agradecer a todos los que hicieron posible la realización de este campeonato Sudamericano Optimist: a la dirección y los trabajadores de la Cofradía Náutica del Pacífico, a los auspiciadores y patrocinadores, a todos los voluntarios que trabajaron sin descanso, a la IODA, a los jueces de regata y los jurys, a todos los amigos que vibran con este deporte y que me apoyaron para sacar esto adelante y finalmente a mi querida Bárbara por alentarme y respaldarme en todo momento.
Santiago Lorca