La historia “El día que Simeón terminó la espera” nos invita a enseñarle a nuestros hijos, la importancia de esperar y escuchar a Dios, así como creer en Jesús, como el Mesías prometido. Está basada en Lucas 2: 25-35
Esperar, en este tiempo, podría ser un reto para los niños, puesto que llevan más de sesenta días en cuarentena debido al COVID19. Según transcurre el tiempo, vendrá el aburrimiento, la preocupación por la salud y el deseo de salir del hogar, regresar a sus escuelas, ir al cine, la iglesia, a la playa o jugar con sus amiguitos. Por lo tanto, Dios nos llama a sembrar la esperanza en sus corazones. Sobre todo, depositar nuestra entera confianza en el Señor.
Esperar es tener la confianza que algo va a suceder. Simeón, un hombre lleno del Espíritu Santo, creyó que vería al Salvador. Los años pasaron y su fe fue puesta a prueba, pero nunca dejó de creer en Dios. Finalmente, Simeón conoció a Jesús, cuando con apenas unos días de nacido, fue llevado por María y José al templo, para ser presentado