Tú que fuiste elegida por el Señor para ser instrumento de consolación en su obra redentora, ruega a Dios con la fuerza de tu amor y tu fidelidad, para que nosotros vivamos también como fieles hijos suyos, buscando en todo y sobre todo el bien de nuestros hermanos. Intercede por nosotros, peregrinos en el tiempo, para que las realidades temporales no nos aparten de nuestro destino eterno, antes bien, sepamos descubrir en todas ellas la huella de nuestro Dios y podamos vivirlas con pureza de corazón.
HH. Ntra Sra. de la Consolación María Rosa Molas, 2 43590 JESÚS-TORTOSA (Tarragona)
Donativos de Enero a Junio 2011: Veli Travieso, Villablino (León); Teresa Tondo Noria, Barcelona; Familia Aparicio Espada, Villacañas (Toledo); Donativos anónimos por gracias obtenidas; Juan y Conchita Vallverdú , Reus; María Segura Ribera, Fontanars; María Cinta Guimerá, Arnes; Familia Ros Nebot, Burriana; Pilar Pérez, Ponferrada; Pepita Ballester Ontinent; Trinidad Osorio, Villablino (León); Antiguas alumnas de Nules; donativo anónimo de Almazora; Pepita Ballester, de Ontinent; Familia Avila Borrell en acción de gracias; donativos anónimos de Castellón; María Tena. De Bullas (Murcia): María Sánchez Martínez, Josefina Jiménez Puerta, Esperanza López, Guadalupe, Ana María Alvarez, María García Lorenzo, María García, Josefina Jiménez.
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HH. Ntra. Sra. de la Consolación C/ Rosa, 15 18193 - MONACHIL (GRANADA) huellashc@gmail.com - www.consolacion.org
Dirección y redacción: Maribel Sánchez Colaboran: Maquetación: Mª José Condomina Secciones: Antonia Munuera Alemán Dorys Contreras Sonia González Porteros Imprenta: (GRANADA)
Enero Año 2012
Nº 83
Hoja Informativa sobre la Espiritualidad de Santa Mª Rosa Molas
LA PREGUNTA OBLIGADA Y OLVIDADA “¿ERES FELIZ?” A menudo la hacemos a otros. Es hermoso compartir desde lo más profundo y no sólo hablar de lo que, casi obsesivamente, podemos cuantificar. Pero olvidamos preguntarnos a nosotros mismos; tal vez temerosos de no sacar buena nota en el único examen que contará en nuestro haber al concluir el camino que comenzamos cuando entramos en la escena de la historia humana: “¿SOY FELIZ?” Tal vez tememos turbarnos, confundirnos ante este concepto absoluto - la felicidad- que se tambalea en la cuerda floja de nuestras opciones vitales (¡ a veces tan inconsistentes!, escritas con letra chica o dichas con la boca pequeña de quien ‘juega a probar’, no sea que cambie el aire y nos haga dar la vuelta) La felicidad -mi felicidad- tan ligada a mi ser más auténtico y profundo, y no tanto a las circunstancias que a menudo son las que nos asustan porque parecen que se vuelven contra uno mismo.
La felicidad -mi felicidad- alimentada cada día con la gratitud profunda de saberse inmerecidamente regalados por el Dios de la vida con tantas capacidades para el bien. Mi felicidad, conducida desde la certeza de estar siempre en sus manos de Padre. La vida de los santos no es más que eso: una respuesta afirmativa, tozuda, consciente, a esta pregunta obligada; una respuesta agradecida y fiel, generosa y servicial, que lleva hasta las últimas consecuencias -a pesar de muchas dificultades, oscuridades y dudas= ‘circunstancias’- la opción vital a la que se sintieron invitados por el Dios de la vida, por el Dios de su historia. A lo largo de este año vamos a ir describiendo el proyecto de felicidad de Jesús de Nazaret, plasmado en las Bienaventuranzas. Ojalá sea para cada uno de nosotros la mejor invitación a hacer de nuestra vida -con un esfuerzo sereno y gozoso- una agradecida respuesta y un desinteresado servicio a nuestro Dios, en cada uno de nuestros hermanos.
Maribel Sánchez
2 DE FEBRERO: JORNADA MUNDIAL DE LA VIDA CONSAGRADA Celebramos una vocación en la Iglesia que aglutina muchas formas de vida, con un mismo ideal: el seguimiento de Jesucristo como memoria de su mismo estilo de vida entre nosotros. No existe mejor homenaje que el recuerdo de alguien que vivió de puntillas, implicándose hasta el extremo, como el Maestro...
El testimonio del P. Fausto Tentorio, una vida para la fe en Filipinas Fue un misionero italiano que se hizo uno más con su pueblo, los indígenas filipinos a los que les eran robados sus recursos. Lo denunció… y fue asesinado. Un ejemplo más de una Iglesia profética… El padre ‘Pops’, como era cariñosamente conocido por los indígenas, con y para los que vivía, no era en absoluto ajeno a los problemas y amenazas diarias en el conflictivo valle de Arakan. Llevaba más de 32 años desempeñando su misión con entrega y fervor incondicionales. Una misión evangelizadora que incluía el compromiso de defender los derechos de las etnias tribales; indígenas siempre marginados, a los que las grandes multinacionales del sector minero siempre intentan usurparles su tierra ancestral. A sus 59 años, no tenía miedo a nada ni a nadie. Pese a las constantes amenazas, nunca pidió que se le trasladara a otro lugar. El padre Tentorio decidió entregar su vida por los demás, sin condiciones de ningún tipo. Antes de asumir su responsabilidad, envió una carta firmada a la sede del PIME en la que declaraba solemnemente: “Doy gracias a Dios por haberme concedido el magnífico don de la vocación misionera. Soy consciente de que esto implica la posibilidad de encontrarme en serias situaciones de riesgo para mi salud y para mi seguridad
personal como epidemias, secuestros, asaltos, guerras y, eventualmente, una muerte violenta. Con la confianza puesta en Dios, acepto todo lo que haya de venir y ofrezco mi vida por Cristo y por la propagación de Su Reino”.
EL DERECHO A LA SALUD, TAMBIÉN PARA LOS MÁS POBRES El 12 de febrero se celebra la 53ª Campaña contra el Hambre de Manos Unidas a través de la cual se nos invita a ayunar como símbolo de solidaridad con aquellos que “ayunan” por necesidad durante todo el año. En la campaña de este año, Manos Unidas nos recuerda la especial incidencia que enfermedades como el sida, el paludismo y la tuberculosis tienen entre los colectivos más pobres de la Tierra. Todos tenemos derecho a la salud.
MENSAJE DE BENEDICTO XVI PARA LA CUARESMA 2012 “Fijémonos los unos en los otros para estímulo de la caridad y las buenas obras” (Hb 10, 24)
La Cuaresma nos ofrece una vez más la oportunidad de reflexionar sobre el corazón de la vida cristiana: la caridad. (No dejéis de leerlo)
• Motivación inicial: La Palabra de Dios nos invita a la “ALEGRÍA”, “estar alegres en el Señor”. La alegría es sincera cuando brota del corazón agradecido porque reconoce que todo lo ha recibido de Dios y actúa con libertad y paz. Siente en su interior el impulso de darse a sus hermanos más necesitados porque confía plenamente en la misericordia de Dios. • Palabra de Dios: DICHOSOS LOS POBRES DE CORAZÓN, PORQUE EL REINO DE DIOS LES PERTENECE…” “Estando Jesús sentado delante del arca de la ofrenda, miraba cómo el pueblo echaba dinero en el arca; y muchos ricos echaban mucho. Y vino una viuda pobre, y echó dos monedas, o sea un cuadrante. Entonces llamando a sus discípulos, les dijo: De cierto os digo que esta viuda pobre echó más que todos los que han echado en el arca; porque todos han echado de lo que les sobra; pero ésta, de su pobreza echó todo lo que tenía, todo su sustento.” (Lc. 21, 1-4) • Comentario a la Palabra de Dios: El discípulo de corazón pobre, vive feliz porque reconoce que todo lo ha recibido de la generosidad de Dios. Por eso no se queda con nada, TODO LO DA CON ALEGRÍA Y GENEROSIDAD. • Desde la experiencia de Santa Mª Rosa Molas: María Rosa, supo descubrir en su vida la inmensa generosidad de Dios, que la llevó a desprenderse de “todo” para estar totalmente libre en la entrega a los más necesitados, viviendo eternamente agradecida en una entrega sin límites. En su oración, supo captar la pobreza de Cristo, en su día a día, supo palpar la pobreza de los niños, ancianos, enfermos, hermanas… haciendo presente con su donación y alegría, el REINO DE DIOS… María Rosa lo dio todo porque entrego su vida llena de consolación. • Pistas para la oración personal: En silencio, levanta los ojos al cielo y desde lo profundo de tu corazón clama: “GRACIAS PADRE, POR TODO LO QUE ME HAS DADO, POR TANTA GENEROSODAD PARA CONMIGO”. Siente en tu corazón su presencia y la invitación a cambiar tu vida. Pídele que te ayude a vivir verdaderamente desprendido de “TODO” para llegar LIBRE a todos los pobres que nos rodean, y hacerles partícipes de la ALEGRIA DEL REINO. • Oración final: Padre, mira mi corazón, transfórmalo en Ti, que toda mi confianza sea puesta en Ti, que con corazón humilde y sencillo esté más atento a las necesidades de mis hermanos, y más libre para proclamar tu Evangelio con alegría. Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor, Amén.
EL POBRE QUE NOS CUESTIONA
En estos tiempos de crisis, tal vez la
palabra pobre pueda incomodarnos,.. ¡ojala sea así! Mª Rosa Molas vive desde una confianza ilimitada en Dios y desde esta realidad es capaz de lanzarse a vivir y ayudar a que otros VIVAN. “En general la vida de esta mujer extraordinaria, fue una manifestación continua de su confianza en la divina Providencia…especialmente en el emprender obras de tanta importancia sin medios humanos adecuados y suficientes”. ¿El secreto para vivirlo…? “si ella no puede, Dios sí que puede; si ella es pobre, Dios es rico; si ella es débil, Dios es fuerte, Dios es fiel”. Ese es el gran secreto al que se acerca cada día Mª Rosa y se deja descentrar; ella ya no puede vivirse, sentirse, verse como el centro de su vida, sus preocupaciones, su ser y hacer. Los pobres, jóvenes, ancianos, enfermos… se convierten junto con Dios en su centro. Y nosotros, ¿en quién y dónde ponemos hoy el centro de nuestra vida? Por un momento me atrevo a imaginar a Mª Rosa Molas andando de puntillas por nuestras calles, nuestros trabajos, entre nuestras relaciones… en nuestro hoy. ¿Qué ves Madre?, ¿qué nos dices? - Hago mías y vuestras las palabras de Lucas: “Marta, Marta, estás preocupada e inquieta por muchas cosas, pero una sola es necesaria”. En ocasiones vivís encerrados en vuestras pequeñeces y enredos cotidianos, esto os quita fuerzas, entusiasmo y creatividad para hacer realidad entre vosotros, en este mundo el verdadero sentido de la pobreza evangélica, de la plena y total confianza en la divina Providencia y no en vuestras fuerzas y posibilidades. Salid de vuestros espacios protegidos, de la estrechez de vuestros egos y aprended, despertad y recibid la realidad que cada día vivís en donde aquellos que no tienen sitio aparente en vuestra sociedad tienen mucho que deciros. En 1849 la Madre es enviada junto con
otras hermanas a la Casa de Misericordia de El Jesús. Allí encontró pobreza y miseria material y espiritual. Ella no se acobarda y se compromete con el que sufre. “Sólo su confianza en Dios le hace acometer aquella labor de reforma, saneamiento y restauración en todos los campos. Lucha contra la miseria y defiende los derechos de sus pobres con todas sus fuerzas y por todos los medios a su alcance, pero sobre todo con una confianza ilimitada en la Providencia”. La Madre no se dejó engañar, no tenía que aparentar, ni buscaba la recompensa edulcorada; sabía que entre los más pobres encontraría luz para verse en su propia verdad y que aprendería a ser aún más humana. Esta realidad que Mª Rosa encontró, está en nuestras calles, lugares de trabajo, de estudio, de ocio… Pero ¿descubrimos en nuestro día a día quiénes son los pobres de hoy? ¿Queremos continuar alimentando el autoengaño o abrir los ojos a esta realidad? Pobre es el niño que vive el no ser recibido ni bendecido desde el momento de su concepción y así lo experimenta a lo largo de su infancia y adolescencia si es que llega a vivir. Pobre es la mujer que “vende su cuerpo”, y no sólo en la prostitución, sino la que vive pendiente de agradar a los demás… que no vive desde la libertad de sentirse hija querida de Dios. Pobres son los leprosos, los rechazados a causa de su raza, cultura, religión, orientación sexual… a los que nadie se acerca. Pobres son los ciegos, los que no quieren ver, los que se alejan de lo hermoso de la vida quizá porque nadie les ha enseñado a mirar con unos ojos limpios. Pobres son los sordos, los que se cierran a la escucha del hermano, de la Palabra de Dios. Pobres son los enfermos, y los que carecen de amor, de compresión… Estos son hoy los pobres de Mª Rosa Molas… y los nuestros también.El ayer de la Madre se hace vida en nuestro hoy ¿nos atrevemos hacerlo realidad? Sonia González
Hermana de la Consolación
Experiencia con las Hnas de la Consolación: “¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho?” Así podría yo resumir todo lo vivido en este año y medio con las Hnas de la Consolación. Desde que las conocí, mi vida es otra y ha dado un gran giro. Todo ello se lo debo al Señor que entró en mi vida con fuerza y de lleno, mostrándome un camino hermoso de Consolación. Todo comenzó en una Pascua de servicio con discapacitados. Ahí me acerqué al Misterio Pascual, al Amor verdadero viéndolo en los hermanos, los jóvenes y las hermanas que nos acompañaban. Fue un paso del Señor impresionante que me enganchó de tal forma que no sabía qué me estaba pasando, pero algo me enamoró, me sedujo y seguí buscando en Córdoba. Dios salió a mi encuentro y descubrí que me llamaba a algo más en mi vida cristiana, a comprometerme más y a entregarme más y por completo. Estuve un tiempo discerniendo y conociendo el carisma, a la Madre y a las hermanas, porque para mí todo era nuevo. Seguí con mi vida de cristiana comprometida en mi parroquia y en mi diócesis, con la vida apostólica en la Delegación de juventud, con mi vida de oración y sacramentos, con mi trabajo, amigos y familia. Pero todo ello lo vivía de forma diferente, transformada, con visión de futuro… y entré en la vida de la Familia Consolación, empecé con el voluntariado en Córdoba, con las convivencias y encuentros. Formamos un grupo de laicos al cual debo mucho. Llevo un grupo del COM, he participado de la vida misionera en Togo y he compartido con las hermanas oración, Eucaristía, comidas, charlas… Han sido muchas cosas vividas, pero con el paso de los meses y, sobre todo, con la JMJ, la última vivencia en Togo, el encuentro de voluntarios de septiembre y toda su prepa-
ración, la vida en la residencia con las hermanas y todas las actividades con los ancianos y los jóvenes... llegó un punto en el que no veía la hora de irme de la casa y cuando no iba un día, me faltaba algo… Y, por último, en la Casa Madre, cuando fui a la profesión religiosa de Mª Ángeles y a unos votos perpetuos, allí delante de la tumba de la Madre no sabría explicar qué me pasó, pero algo muy dentro me empujaba muy fuerte, me llenaba y se me pasaban muchas cosas por la cabeza. Aún así decidí esperar, como tenía previsto, a terminar mi especialización en mayo de 2014. Pero el Señor no me dejó pasar, no eran sus planes, aunque los míos sí. A finales de septiembre en una oración de jóvenes en un papelito me tocó “el que quiera seguirme que cargue con su cruz, se niegue a sí mismo y me siga” y ahí me descolocó otra vez, porque yo quería y más después de todo eso, pero… el MIR uf! Empecé un discernimiento más intenso y ya en un retiro, el 12 de agosto di mi respuesta, cómo no darla si una cosa me faltaba como al joven rico, porque lo demás ya lo cumplía, VENDE, DA Y SIGUEME. Y desde ahí, con fuerza e ilusión preparamos la entrada al postulantado de Hnas de la Consolación, el 3 de diciembre. Podría contar muchas más cosas, cómo ha estado presente el Señor en cada momento, en cada paso que daba,… Y ahora, puedo decir que merece la pena. Toñi Cabello (Córdoba)
BIENAVENTURADOS LOS POBRES,... - ¿”Dichosos” es lo mismo que malos? - ¡No, todo lo contrario! - ¿Buenos? - Sí. - Entonces, los buenos son invitados a comer.
Este pequeño y aparentemente insignificante diálogo, es el que mantuve con un niño poquito antes de comulgar el domingo, él me hizo inclinar para hablarme al oído. Un niño que no entiende el significado de lo que escucha: “Dichosos los invitados a la cena del Señor”, está atento, desea comprender el misterio del que participa, se hace preguntas y las verbaliza buscando respuestas. Seamos como este niño ante la Palabra, hagámonos preguntas, busquemos respuestas, profundicemos en el Dios-Padre que nos revela Jesús. Así llegaremos al conocimiento de la Verdad, a la Sabiduría que van adquiriendo los que caminan humildemente con su Dios. La Palabra que hoy nos consuela es la primera Bienaventuranza de Mateo. Sí, nos consuela, porque la Palabra se hace tiempo y espacio, carne de nuestra carne, cada vez que la proclamamos dejando que nos habite. ¿Acaso hay mayor consuelo que éste? Dejémonos consolar por la Palabra.
“Bienaventurados los pobres porque de ellos es el Reino de los cielos” Hagamos como el niño: - ¿Bienaventurados es lo mismo que dichosos? ¿es lo mismo que felices? ¿lo mismo que benditos? ¿que predilectos? ¿es estar en el corazón de Dios día y noche, noche y día? - Sí, todo esto significa bienaventurados. - Entonces, los pobres son felices, dichosos, benditos, predilectos y permanecen en el corazón de Dios eternamente. - Sí, así es. - ¿Y quién son los pobres? ¿los que no tienen el pan nuestro de cada día? ¿los que tienen muy poca agua o ninguna, poca ropa o ninguna? ¿los que no tienen ni casa, ni tierra, ni escuela, ni salud, ni trabajo, ni libertad, ni posibilidades…? ¿pobres son a los que les han robado la dignidad humana? - Sí, ese es el pobre, pero también el que no tiene nada porque lo ha dado todo; el que no se apropia de nada porque sabe que todo lo ha recibido; el que no acumula tesoros para sí; el que comparte lo que es y tiene; el que todo lo recibe como don y gracias; el que confía, espera y trabaja para que todos tengan vida; el que vive su relación con Dios desde su condición de criatura y le reco-
noce como Señor de la historia; el que en medio de sus hermanos está como el que sirve… Al llegar a este punto, el niño que llevamos todos dentro puede hacernos una pregunta… pero para escucharla debemos inclinarnos… un poquito más, para oírla mejor: - ¿Y tú eres pobre? ¿te encuentras entre estos pobres? - …… Sí, una respuesta en blanco porque al niño le respondemos personalmente cada uno. Ese “niño” quiere entrar en el Reino, ese Reino que comienza aquí y ahora, que es gozo porque los hermanos se quieren y todo lo tienen en común, no hay necesitados entre ellos y tienen una sola alma y un solo corazón. El Reino que es fraternidad universal. A ese Reino, la Palabra y nuestro “niño” interior, nos quieren conducir. Cada día podemos estar más cerca de Él porque Él ya está cerca de nosotros. En el Reino los pobres viven y ponen toda su esperanza en Aquel que siendo rico se hace pobre por amor. En este camino que recorremos como pobres para alcanzar y extender el Reino, nos acompaña un testigo cualificado de este Reino: Mª Rosa Molas. Alguien que la vio vivir dice: “… era generosa
y abundante en socorrer a los prójimos y espléndida para Dios y su casa, pero fue muy limitada consigo, no tolerando cosas superfluas en su uso, ni en su obsequio”. Ante el testimonio de esta mujer bienaventurada por ser pobre, nos podemos hacer muchas preguntas con sus correspondientes respuestas.
Dejemos a nuestro “niño” que pregunte y seamos audaces para responderle. Bienaventurada tú, Mª Rosa, por ser generosa y esplendida, dando abundantemente todo a los hermanos y a Dios has extendido el Reino y a Él perteneces. Antonia Munuera Alemán Hermana de Ntra. Sra. de la Consolación