Boletín dedifusión difusión n° n°4 Boletín 1
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Boletín de difusión n°
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INDICE Presentación - pág.4 a - pág.6 all nt pa la pa ta e nd do co Hacer fo ural - pág 8 lt Cu ro nt Ce r: sa pa o id Prohib s - pág 10 te an di tu Es de ro nt Ce un Qué y para qué
DONDE ESTAMOS?
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iva t c e p s r e p a estr u n y e j a u g n Sobre el le cal r a i r t a p i t n diaria y a s o m i m u l as
ltura u c o r contra t a n h e i c u m l i v e o d Como m ua tarea d r a mientos a l a s e n t e n p e y m s e t o conscien entimient s , s o ación de t i r b o l á a h v , s e r a c b i las práct do, a la so a c r ón, por a r i a r t v a o p v l i t a c s e arraigado os (del col r t es). Es o d s a o l d i t e r n b e o d i s un género esto de las r l e mo una o y c s e e j r a e j u g u n sobre las m que concebimos al le lizarlo, a r u t a n , s a e l l d ecesario en esa bata n ra así o a d p n e , i s n ó , i s c á u t i m n y const trinchera e g i r ta más o n e i u s m a n r e r e r h profundiza convertirlo en una oy modificarl ración o p r o c n i a os que l m e de lucha. d aer en n c e r o p n m a o r c a , p go rocesual, p r Sin embar e sonas s r e e p b e s a d l s e o i d mb mayoría a l a de estos ca r a proa l p e e l d b i o g n e a l i ra , y de la m ) ” e una escritu “ o ática. ” m X e t ,” ” a l @ a “ o s es en torn so de (uso de la t u a l b e e d n e s o r l a n de de avanz a i c n fundizació cuana t y r e o r p p m m i i s a os l ero, Remarcam n perspectiva de gen sino como , o m s i l o c a e m mero for l un lenguaj e las relae d e s d e d a a r o b i d s a n do no se co una praxis tranform de expresion istentes. x e s e l a i c o ciones s
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4 enseñar y aprender, para construir colectivamente un conocimiento crítico que nos ayude a vivir mejor, que nos ayude a organizarnos mejor para así enfrentar con más herramientas los problemas que la sociedad actual genera permanente e inevitablemente; un movimiento cultural que construye y fomenta centros culturales, para aportar a un circuito alternativo de producción, distribución y exposición artística, que sea propio de los trabajadores de la cultura; construimos centros culturales que a su vez sean centros sociales, centros que no son indiferentes a los más de 60 muertos en las inundaciones de la Plata, que no son indiferentes a los chicos asesinados por el gatillo fácil, centros que participen activamente de la realidad que los atraviesa; un movimiento cultural que fomenta el desarrollo de medios comunitarios, alternativos y populares, que en el ejercicio de la contrainformación se basen en los intereses populares, difundiendo lo que ni Clarín ni 678 tienen planeado informar.
Hay que tener valor, ¿o no que sí? Para mí sí. Y en realidad pensándolo bien creo que muchos tendrán el mismo parecer. Hay que tener valor. Son de esas afirmaciones universales, que le cierran a todos. Dicen que es bueno aclarar desde dónde uno habla, así dicen. Y a mí me parece que eso está bien. Porque bueno, hay que tener valor, pero ¿Cómo es eso? ¿Cómo hacemos para tener valor? ¿Ejercitamos la valentía? ¿Nos ponemos en venta? ¿Qué es el valor? Como que doy vueltas ¿no? Pero pasa que no es fácil, a algunos le salen esas frases heroicas, que resumen grandes conceptos e ideas en una sola oración. Yo no soy de esos, pero sí leí a algunos de esos. Entonces bueno, voy a citar a uno de esos hablando del valor. El tipo lo escribió a las apuradas, en una carta a sus hijos, muy cortita, le tiró un par de consejos y una de las cosas que les dijo fue: “Acuérdense que cada uno de nosotros, solo, no vale nada”. Y ese es nuestro “desde Pero claro, así parece que estos pibes se quieren crear dónde”: si solos no valemos nada, no nos pongamos en su mundito, un mundo piola y en paralelo al actual, con venta, juntémonos, organicémonos. sus medios, sus barrios, sus artistas y demás. Un mundo que se hace el boludo y es indiferente a los grandes “Somos los actores de la cruda reali- problemas de la sociedad. Pero no, esas ideas ya fueron dad” superadas por la historia, construimos nuestro (contra) mundo, para pelear mejor por el mundo, para disputarlo, En eso andamos con el Movimiento Cultural Hagamos para que sea de quienes lo construimos todos los días Lo Imposible, haciéndonos valer, organizándonos para con nuestro trabajo: los pobres, los trabajadores, los esaportar a la construcción de un mundo nuevo, a la trans- tudiantes. formación de la sociedad actual. Somos un Movimiento de jóvenes que no nos conformamos con lo que hay, con “Yo he preferido hablar de cosas imposibles, porque de los malos menores, creemos que otro mundo es posible, lo posible se sabe demasiado” siempre y cuando trabajemos conscientemente para lograrlo. Y tampoco nos conformamos con quienes nos invitan a elegir la faceta menos dolorosa de este mundo. Y esto es Somos un Movimiento de talleristas barriales, artistas, porque bueno, a uno le hacen preguntas medio tendencomunicadores y educadores populares que vamos a los ciosas ¿no? Por ejemplo: “¿Más, o menos?” Si tenemos barrios a socializar nuestros conocimientos, a confron- que elegir, entonces más, está clarísimo. ¿Un mundo más tar nuestros saberes con los de los propios vecinos, para justo o uno menos? ¿Un mundo más bello o uno menos?
5 Y sí, uno más justo y más bello. Pero ahí hay gato encerrado, porque si esos son los términos, siempre tenemos un mundo más o menos… Y entonces si nos preguntan: ¿Tenes mundo? Y qué se yo… más o menos. Seamos claros y categóricos, peleamos por un mundo justo, no por uno más justo; peleamos por otro mundo, no por este un poco mejorado. Y así es que no vamos a los barrios a embellecer la pobreza, para que sea menos dolorosa, vamos a organizarla para superarla definitivamente. Y así con el resto de los dolores, duele la contaminación ambiental, duele la inflación y que “la pucha… no llego a fin de mes”, duelen las inundaciones, duele que sube el alquiler y que no llego a los apuntes. Y todos estos dolores son los síntomas de la enfermedad enferma que nos enferma y duele. Y hay que hablar sin miedo de esa enfermedad. Cuando éramos niños costaba nombrarla, era tan difícil como nombrar a Voldemort en Harry Potter… pero si costaba nombrarla no era porque fuéramos niños, sino porque éramos niños en los 90’. Y hoy somos jóvenes hijos del 2001, hijos del pueblo y no de los gobiernos, jóvenes que nos atrevemos a decir, nuevamente, que esa enfermedad tiene nombre: esa enfermedad se llama capitalismo. Y entonces bien, bajemos la fiebre, pero también matemos al virus que la genera, che. Ayuda memoria: hay que destruir al capitalismo… y no es un problema de si este es un capitalismo jodón, neoliberal, o si es un capitalismo careta, que se rescata y se hace el serio. EL PROBLEMA ES EL CAPITALISMO.
“No acepten lo habitual como cosa natural pues en tiempo de desorden sangriento, de confusión organizada, de arbitrariedad conciente, de humanidad deshumanizada, nada debe parecer imposible de cambiar.”
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Hacer foco donde tapa la pantalla Una pantalla es, según el diccionario, una superficie llana, lisa y blanca donde se proyectan imágenes cinematográficas o fotográficas. Una imagen es, según el mismo diccionario, la figura, representación y fundamentalmente, la apariencia de una realidad. Y la imagen fotográfica, o cinematográfica, es la captura de esa apariencia según la mirada consciente de un realizador.
6 Desde la Comisión Audiovisuales del Movimiento Cultural Hagamos Lo Imposible, utilizamos la herramienta cinematográfica como instrumento de difusión, pero también en un medio de problematización, para así transformar nuestras producciones en un bien cultural que sirva para disputarle terreno a la cultura dominante. Este tipo de intervención fue la que empezamos a ensayar al acercarnos a la problemática de los trabajadores de la fábrica EMFER-TATSA, productora de colectivos y vagones de tren, ubicada al costado de General Paz entre San Martín y la Ciudad de Buenos Aires.
Es decir, una pantalla (como la de la tele con el noticiero o la computadora donde leemos el diario en el laburo) es una superficie donde se proyecta la apariencia de las cosas, según una mirada intencionada. ¿Qué es, entonces, un medio de comunicación? Bueno, en principio, millones de pantallas que reproducen una apariencia ordenada según intereses: los intereses de los dueños de todo. Debido a la instalación social y la estructura de la que gozan estos medios, la información que producen se convierte en un dato de la realidad, en ideas-fuerza que machacan imágenes en el sentido común.
En los últimos meses, los trabajadores de la fábrica padecieron la progresiva represión y persecución por parte del Grupo Cirigliano (procesados como responsables de la Tragedia de Once), con la complicidad del Gobierno Nacional y la connivencia de los medios masivos. La fábrica, única en el país con la capacidad de reparar y producir vagones de tren, hoy funciona a menos del 5% de su capacidad. Hace años que sufre un progresivo e imparable vaciamiento: ahora el Grupo Cirigliano no percibe más subsidios para reparación de vagones del Gobierno Nacional, quién ahora prefiere comprar trenes Ahora bien, la mayoría de los teóricos de la comuni- y vagones por sumas millonarias en China. Este vaciacación nos dicen que contra-informar es hacer comuni- miento vino acompañado de despidos y suspensiones, cación contra-hegemónica, es trabajar la información pero también de la respuesta de los laburantes. desde una mirada no mercantil, poner en agenda la voz y los temas de los de abajo, temas y conflictos que son ignorados por los grandes medios masivos que responden a intereses de los de arriba. Sin embargo ¿Cómo lograr que ese producto comunicacional alternativo trascienda? ¿Qué rol juega para instalar socialmente una problemática? ¿Cómo discute con la idea que instalan los medios masivos? Entendemos que este problema es político. Que un laburante no se reconozca con otro laburante, no solo tiene que ver con la idea fuerza que transmiten los medios hegemónicos, sino también con la deshumanización que vivimos día a día. Es por eso que para generar una intervención, no podemos desentendernos de la subjetividad instalada, sino De todas estas cosas nos fuimos enterando cuando fuique debemos hacer foco con audacia, ahí donde otros mos a filmar la fábrica que se encontraba tomada por los laburantes, que decidieron ocuparla para evitar que hacen la vista gorda. continuara su vaciamiento. Al enterarnos de todo esto, Partimos de esta caracterización para generar un mate- también vimos lo que significa no saber si te van a pagar rial que no solo se diferencie por su contenido, sino por el sueldo, ver cómo se oxidan las máquinas, mientras se su forma, y que desde la utilización de recursos cine- escucha una tragedia semanal en el Sarmiento, mientvras matográficos pueda aplicarse la tarea de humanizar la se transmiten discursos en la tele, que hablan del “desarvisión del conjunto de la sociedad, los conflictos y prob- rollo de la industria nacional” a la par que los medios muestran imágenes de despedidos cortando la Gral lemáticas que sufren los laburantes.
7 Paz y los califican de “vagos que no quieren trabajar”. Es evidente que los medios masivos tienen una postura sistemática de deslegitimar los reclamos de los trabajadores centrando sus coberturas en las medidas de lucha, descontextualizándolas para ocultar la naturaleza real del conflicto. El rol principal de los medios hegemónicos es una de las palancas que hace que el dato, sea la estigmatización de los trabajadores, en lugar sus reclamos. Es por eso que, a la hora de cubrir el conflicto, decidimos disputar no sólo la postura que plantean estos medios, sino las herramientas con las cuales se realizó. Nosotros buscamos generar medios alternativos que en el ejercicio de informar, visibilicen los verdaderos intereses populares extintos por los grandes medios hege mónicos. Es así que decidimos plantar la bandera de la contra información para mostrar el conflicto desde adentro y a través de los trabajadores. No solo no propusimos contar el nefasto del vaciamiento de Cirigliano, o la negativa del Gobierno Nacional a avanzar con la estatización de la fábrica, sino también que hay 400 familias que cada 15 días tienen un nudo en garganta porque no saben si se paga la quincena o si levantan la fábrica y terminan todos en la calle. Lo que en los medios hegemónicos esconden atrás de un número, de un discurso hablando de los vagones chinos o de la demora en la Panamericana, es que la ganancia de un puñado de empresarios se pone todos los días por encima de los sueños de miles de laburantes. Para ello, nos apartamos de la idea de “hacer una cobertura” e intentamos salir a contar una historia. Establecimos una metodología de trabajo que consistió en dividir el registro en cuatro capítulos que cristalicen el lado más humano del conflicto a través de las voces de los trabajadores y sus familias. Asimismo, buscamos que la salida y difusión acompañen el recorrido de los compañeros, tanto en los malos momentos como en las pequeñas victorias. Con esto, buscamos retomar el conflicto pero desde el testimonio de los trabajadores y visibilizar los lazos fraternales y solidarios que existen entre los compañeros y que los medios masivos se niegan a mostrar. Por ese camino estamos, firmemente convencidos que el cine no es solo un espejo para reflejar la realidad al mundo, sino que los realizadores tenemos que convertirlo en un martillo para transformarla.
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Prohibido pasar: Cen tro Cultural Sin saber con precisión qué día es hoy, nos animamos a decir que en los últimos meses se han clausurado y cerrado distintos Espacios y Centros Culturales a lo largo y ancho del país. Y sabemos que fue en los últimos meses, porque lamentablemente es una situación cotidiana de los últimos años, o de los últimos gobiernos (tanto nacional, como provincial y/o municipal). La pregunta es: por qué castigar a los Centros Culturales que quieren hacer un aporte al barrio y a la sociedad, que buscan compartir experiencias y conocimientos, que buscan difundir y potenciar las expresiones del arte y la cultura, y que lo hacen sin un fin de lucro, sino con el deseo real de abonar a la construcción de un circuito alternativo en donde no se comercialice con el arte, sino que se potencia su carácter transformador. Desde el Movimiento Cultural Hagamos Lo Imposible trabajamos diariamente en distintos espacios culturales: la Casa José Martí y el Corralón de Floresta en C.A.B.A., el Centro Cultural Pampero en Bernal, el Centro Cultural Raymundo Gleyzer en Quilmes y el Centro Cultural Roque Dalton en Varela, y lamentablemente nos ha tocado padecer de cerca las “políticas culturales” de los gobiernos de turno.
8 edificio, hasta ese momento su reclamo no había sido atendido. Pero… lo que son las casualidades: cuando el municipio quiso dar una respuesta, solo pudo resolver que el único terreno disponible para iniciar la obra era donde estaba el Centro Cultural. Claro, de esta forma nosotros pasamos a ser los que estorbamos, los que estamos de más. Pero nos preguntamos ¿Por qué destruir un Centro Cultural para construir una Escuela? Esto sería como vender la tele para comprar el DVD. La respuesta apareció rápidamente: ¡Queremos más escuelas y más centros culturales! Y en lo posible que no sean escuelas donde llueva dentro de los aulas o que el cielo raso no se desprenda sobre la cabeza de los chicos que están estudiando. La campaña “Yo defiendo al Gleyzer” apunta a poner sobre la mesa que los intereses del pueblo no deben contraponerse, y que los gobiernos deben garantizar el acceso a la educación y también a la cultura.
Yo defiendo al Gleyzer. El Centro Cultural Raymundo Gleyzer se encuentra en el centro de la ciudad de Quilmes. Hace cinco años que abrimos las puertas al barrio, a toda la comunidad y por él han pasado miles de artistas e iniciativas culturales de diferentes lugares del país, así como también de países vecinos como Chile, Uruguay y Paraguay. En todos estos años hemos hecho un aporte indiscutible a la cultura trabajando de conjunto con vecinos, artistas y varias organizaciones con las que día a día construimos desde abajo. Desde ahí, desde la independencia de los gobiernos y de los mercados, con la autogestión como único medio para financiar nuestras construcciones. Pero para la gestión de turno en Quilmes estos cinco años de trabajo no significan absolutamente nada. Es así que han elevado varios pedidos de desalojo para el Centro Cultural que no han tenido efecto en la justicia dado a que no existen elementos que lo justifiquen. Para hacer su campaña se apoyaron en una escuela de la zona que reclamaba un nuevo edificio para la institución. Si bien la escuela hace sesenta años que espera su nuevo
Callejon sin salida.
Situaciones semejantes se replican en los distintos territorios: clausuras y desalojos se vuelven moneda corriente, y las propuestas que se presentan para resolver esta situación están íntimamente ligadas a una resolución legal a partir de una Ley de Habilitación, que lejos de ser una solución, devienen en un callejón sin salida. En la Ciudad de Buenos Aires hay varios proyectos de Ley presentados (de distintas fuerzas políticas), pero todas se circunscriben al marco habilitatorio, a construir una figura legal. En otras palabras, describen con mucha cautela nuestras obligaciones, pero nada dicen de nuestros derechos. En primer lugar, porque igualan a los pequeños bares y PYMES culturales con los Centros Culturales, Políticos y Sociales. Y ¡ojo! No es que estemos en contra de estos
9 espacios, pero como dijese un famoso poeta: una cosa es una cosa, y otra cosa, es otra cosa. En segunda medida, no incluyen ningún tipo de cláusula que contemple el financiamiento o el fomento para los espacios sin fines de lucro. O sea, nos piden costosas reformas sin ofrecernos un mecanismo para acceder a ellas. Así seguimos siendo presa fácil para que nos cierren y censuren. Dicen que necesitamos una habilitación y un permiso, nosotros retrucamos: lo que necesitamos es un reconocimiento. Es nuestra tarea entonces pelear para que se garantice el desarrollo y el fomento de los espacios culturales sin fines de lucro.
La cultura es los pueblos, no de los gobiernos Como Movimiento Cultural apostamos al Encuentra Nacional de Espacios Culturales Autónomos (ENECA), un espacio de coordinación de distintos grupos y organizaciones que construyen cotidianamente una cultura contrahegemónica, desde abajo y la izquierda. Desde hace 5 años que realizamos un Encuentro anual en el cual socializamos experiencias, intercambiamos herramientas y pensamos de conjunto iniciativas vinculadas a la política cultural de nuestro país. Como encuentro que agrupa experiencia de diferentes territorios, venimos impulsando la campaña: “La cultura es de los pueblos, no de los gobiernos”, porque entendemos que el desarrollo de la cultura es una necesidad que nos empodera como hombres y mujeres, que nos hace protagonistas de nuestra historia, nos devuelve la palabra para hacernos oír con más fuerza.
La Cultura popular no se clausura Los espacios culturales son una expresión fundamental de nuestra lucha por un mundo justo. Es desde allí, como así también desde los barrios, los centros de estudiantes, la comunicación y los diversos mecanismos de intervención, desde donde vamos prefigurando el mundo por el cual luchamos. Hoy más que nunca debemos defender nuestros espacios, punto de reunión de vecinos, lugar de encuentro de la juventud, circuito alternativo que difunde y construye una cultura y un arte crítico. Y debemos hacerlo de conjunto, fomentando redes y coordinaciones con espacios vecinos que son víctimas de las mismas situaciones. Porque esto no es un hecho aislado, porque es el reflejo de una política de Estado. A todos ellos, los que gobiernan para los intereses de un pocos les decimos: La cultura popular no se clausura.
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¿Qué y para qué un centro de estudiantes? La educación pública. Pensemos un minuto en la situación de la educación pública hoy en día. ¿No hace falta pensar mucho para que de pronto nos venga una larga lista de problemas en la cabeza, no? Cotidianamente en nuestros espacios de estudios nos deparamos con las dificultades y la precarización que atraviesan los secundarios, terciarios y universidades. Esa lista va desde limitaciones materiales muy concretas y visibles como, por ejemplo, las pésimas condiciones edilicias y mobiliarios insuficientes que impiden que tengamos condiciones dignas para estudiar, hasta problemáticas más indirectas como el bajísimo sueldo docente que influencia en la calidad de su trabajo, la falta de medidas que aseguren la permanencia de los estudiantes (becas, viandas, jardines materno-paternales) generando un alto nivel de deserción, sólo para citar algunos ejemplos. ¿Y qué hacemos entonces? Esa situación no se da porque si, sino que es fruto de un conjunto de políticas y de una visión donde prima la lógica de la mercantilización y de la privatización de la educación pública. En la provincia de Buenos Aires el mayor número de matrículas se concentra en instituciones privadas, el presupuesto estatal que tendría que ir en su totalidad a las instituciones públicas y así solucionar sus enormes deficiencias, termina teniendo una finalidad más acorde a otros intereses. Frente a ese complicado escenario de desentendimiento de los gobiernos al tema, a nosotros como estudiantes no nos queda otra salida que no sea defender y pelear por una educación realmente pública, gratuita y de calidad. Sin embargo, para combatir el vaciamiento de la educación pública, es necesario que seamos muchos (¡cada vez más!) y que estemos también cada vez más organizados. Por eso, desde el Frente Juvenil Hagamos Lo Imposible entendemos que una de las herramientas fundamentales a ser construida en los espacios de estudios es el Centro de Estudiantes. Es esa la instancia, que como estudiantes, tenemos para capitalizar y potencializar nuestras luchas y reivindicaciones, problematizar las condiciones y contenidos con
10 los que nos formamos y proponer a la vez, nuevas formas de concebir la educación y la sociedad. El centro de estudiantes es el espacio de organización y representación, tanto a la interna como a le externa, que tenemos como estudiantes. Tiene como principal objetivo defender nuestros derechos y velar por que estos se cumplan, generando soluciones a los problemas cotidianos que se presentan y fomentando la participación crítica de todos. Para ello, el centro tiene que ser un espacio amplio, con actividades de todo tipo, que pueda contener desde las inquietudes e intereses más inmediatos hasta problemas vinculados a la educación general, por ejemplo.
De funciones, formas y contenido
Creemos que el centro debe tener tres principales funciones: 1) La de la representación ya que debe representar, habiendo sido legitimado por la mayoría, el conjunto de los estudiantes frente a las autoridades legales, sean directivos y/o a los distintos órganos del Estado; 2) Ser un espacio organizativo, impulsando e incentivando que los estudiantes puedan organizar y realizar distintas actividades e intervenciones en su espacio de estudio, desde el funcionamiento de comisiones de trabajo, asambleas, como también festivales, charlas, jornadas de trabajo, etc.; y 3) ser una herramienta de lucha, garantizando que hayan instancias de participación, formación y organización de los estudiantes para que puedan intervenir en las distintas luchas y conflictos que afectan nuestra condición como estudiantes, la educación pública, y otros sectores. El centro de estudiantes puede asumir distintas formas. Partimos de la suposición de que no hay una separación entre forma y contenido, o sea, la estructura que asume esa herramienta tiene que ser funcional y un reflejo de las tareas que tiene que desarrollar. Por lo tanto, para cumplir con determinados objetivos y funciones es necesario poseer determinada forma organizativa que responda adecuadamente a su ejecución. No podemos, por ejemplo, pensar el centro como una herramienta de lucha, si tenemos una estructura burocratizada. Pensamos que ninguna herramienta preconcebida puede ser implantada indiscriminadamente en los distintos espacios sin un análisis previo de la situación, como por ejemplo, el nivel de participación y politización, los conflictos que atraviesan el espacio y la historia de lucha que tienen. Es por eso que
11 cada propuesta organizativa debe ser reinventada colectivamente en el propio proceso de construcción de la herramienta gremial. Sin embargo, creemos que hay determinados principios que son fundamentales y que deben guiar la construcción de un gremio que pretenda aportar a la lucha estudiantil: Independencia de los directivos y del estado; Democrático y participativo, ya que apunta a ser un espacio donde haya real participación de los estudiantes en la construcción del centro, en sus distintas instancias y en las tomas de decisión. Para eso, también es importante generar mecanismos de comunicación efectivos entre la herramienta gremial y el estudiantado y espacios de debate; Dialógico porque cree en la necesidad de garantizar que el centro sea un espacio amplio y masivo, que pueda interpelar a la mayoría de los estudiantes (los politizados, no politizados, agrupados y no agrupados); Solidario con las luchas que llevan a cabo otros estudiantes o miembros de la comunidad educativa, y con otros trabajadores; que haya una separación entre el Centro de Estudiantes y su conducción, ya que el centro debe ser una herramienta de todos los estudiantes, al servicio del movimiento estudiantil y no propiedad de las agrupaciones que los conducen. Cuando el centro se torna lo mismo que la conducción, éste pierde su carácter ya que hace difícil que este se constituya como una referencia para la gran mayoría de los estudiantes.
¡Organicémonos! Los movimientos estudiantiles en nuestro país y en Latinoamérica han estado, desde sus orígenes, en permanente lucha por reivindicaciones específicas, pero también codo a codo con otros sectores que peleaban por una sociedad más justa e igualitaria. Es nuestra tarea como estudiantes recuperar esas experiencias y seguir el hilo de la lucha estudiantil, que solo es posible mediante nuestra organización: ¡Apostemos en la construcción de nuestra herramienta gremial en los espacios de estudio!
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