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Cotidiano es ir al barrio y que se acerque la vecina pidiéndonos ayuda porque está sufriendo violencia, que se acerque la piba que se acaba de enterar que está embarazada y no sabe qué hacer, o enterarte de la piba que lleva varias semanas fuera de su casa y no aparece. Como también es cotidiano el acoso constante que sufrimos en la calle, el “piropo”, el grito o el manoseo; el profe machista que insiste con sus comentarios denigrantes, la tele insistente en reducirnos a pedazos de carne. Cotidiano es sentirnos discriminadxs cuando no encajamos en los típicos estereotipos de “varón” y “mujer”, o cuando nos vemos atraidxs por alguien del mismo sexo. Pero también es más cotidiano estar cansadxs de todo esto, negarnos a vivir en una sociedad que nos violenta, nos oprime y nos mata por el simple hecho de ser mujeres, gays, tortas, trans… Por eso no nos conformamos, nos organizamos. Es por esto que construimos el espacio de géneros Amaguaña en el Frente Juvenil Hagamos Lo Imposible.
¿Y quién fue Amaguaña? Tránsito Amaguaña fue una mujer originaria ecuatoriana, emblema de la resistencia indígena y de la lucha feminista. Recuperamos su nombre porque la historia oficial lo borró, así como el de tantas otras mujeres que pelearon por un mundo sin opresiones de ningún tipo.
¿Dónde estamos? CAPITAL FEDERAL LANÚS
AVELLANEDA QUILMES
¿Qué andamos haciendo? Las Amaguañas vamos multiplicando nuestra furia violeta por diversos territorios de Buenos Aires y a través de diferentes propuestas artísticas y formativas: Espacio de la mujer 1-11-14 Mateadas feministas Juegoteca Anti princesas Talleres para todas las edades: trata, aborto, violencias, sexualidades, grooming, etc. Festival artístico: “Viste como son las minas-Rebeldes y Organizadas”. También participamos y construimos la “Campaña Nacional Contra las Violencias hacia las mujeres”. Si vos también andas cansadx de tanto machismo, de tanta injusticia, no te quedes en tu casa, salí a las calles, sumate a Amaguaña, no esperes más: LA SALIDA ES FEMINISTA Y COLECTIVA!!! FB: Amaguaña - Espacio de Géneros HLI
Índice
Las pibas se andan preguntando: ¿Y el feminismo qué? .............................................................................. 3 Para arrancar: ¿Qué es el feminismo para nosotras? ................................................................................... 4 Línea Histórica .......................................................................................................................................... 6
Feminismos y construcción de poder popular – Luciano Fabbri ................................................................... 8 Las historias de las de ABAJO ..................................................................................................................... 12 Feminismos Negros ................................................................................................................................ 12
Mujeres blancas, ¡escuchad! El feminismo negro y los límites de la hermandad femenina (Hazel Carby) ..................................................................................................................................... 16 Las revolucionarias ...................................................................................................................................... 18
Los ríos del feminismo popular – Claudia Korol .......................................................................................... 20 Un feminismo para defender la paz ........................................................................................................ 21 Ni golpes de Estado ni golpes a las mujeres.......................................................................................... 21 Travas sudacas originarias .......................................................................................................................... 22 Romper el binarismo, cuestionar todo lo que siempre fue considerado como natural .......................... 22
Soy india – Patricia Karina Vergara Sánchez ............................................................................................... 24 Mapa Latinoamericano ................................................................................................................................ 25
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Las pibas se andan preguntando: ¿Y el feminismo qué? “El feminismo es un impertinente –como llama la Real Academia Española a todo aquello que molesta de palabra o de obra–. Es muy fácil hacer la prueba. Basta con mencionarlo. Se dice feminismo y cual palabra mágica, inmediatamente, nuestros interlocutores tuercen el gesto, muestran desagrado, se ponen a la defensiva o, directamente, comienza la refriega. ¿Por qué? Porque el feminismo cuestiona el orden establecido y la moral y la costumbre y la cultura y, sobre todo, el poder. El feminismo todo lo que toca, lo politiza. No hay nada más políticamente incorrecto que el feminismo porque pone en evidencia los ejercicios ilegítimos de poder de la derecha y de la izquierda; de conservadores y progresistas; en el ámbito público y en el privado; de los individuos y de los colectivos”. NURIA VARELA Este cuadernillo se propone habilitar un espacio de exploración y reconstrucción de las historias de resistencias y subversiones que han protagonizado mujeres y disidencias organizadas, muy lejos de estas tierras y también, especialmente, en nuestra Latinoamérica. Creemos que es necesario retomar nuestras raíces, ponerles nombres a todas aquellas que lucharon antes que nosotras, recuperar sus historias y hacerlas nuestra guía, no podemos pensarnos en el presente por fuera de esa gran manada de luchadoras furiosas que en diferentes momento históricos, en pantalla grande o invisibilizadas, salieron de sus casas para intentar romper la matriz histórica que las oprimía en mano de los ejecutores del patriarcado. Hoy salimos a las calles cada tres de Junio, y durante muchísimos días más…
Vivas y Libres nos queremos”; pero semejante acto de Salimos a gritar con toda nuestra potencia: “Vivas liberación, de amor a la vida y a la libertad, lleva tras sí años de organización feminista, producciones teóricas, propuestas políticas, lecturas contextuales, estrategias anti hegemónicas, luchas específicas contra el patriarcado y el capitalismo. Entonces las invitamos a recorrer este material como propuesta de diálogo con nuestro pasado, con el objetivo de que tantas huellas nos disparen preguntas, reflexiones, encuentros, de construcciones individuales y colectivas; y sobre todo, la posibilidad de hacer una reflexión crítica sobre nuestro presente y comenzar a prefigurar un futuro distinto. Como agitaban nuestras precursoras en las barricadas contra tanta muerte, la opresión y la desigualdad: Revolución en las plazas, en las casas y en las camas!!! Larga vida al feminismo!!!
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Para arrancar: ¿Qué es el feminismo para nosotras? Para nosotras el feminismo es una herramienta para la liberación y la transformación de las condiciones de opresión y explotación de todas las identidades no hegemónicas; pensándolo desde la praxis política, nos da la posibilidad de luchar para cambiar las condiciones que nos oprimen como mujeres, disidencias; pero también, de sumarnos a otras luchas desde una perspectiva integral, por ello creemos que la liberación convoca a todos los sectores oprimidos a unirse en un mismo puño que golpee fuerte y revierta los sistemas Si que solo traen muerte, hambre y opresión para nuestro pueblo: el capitalismo y el heteropatriarcado. (Si tenés ganas de seguir profundizando podés consultar nuestro cuadernillo “Sistemas de opresión”) opresión” A lo largo de su propia historia en movimiento nos ha dado la posibilidad de romper el silencio y visibilizarnos en el espacio público como sujetas históricas, que hacen historia, que se plantan ante las desigualdades, que se hermanan con otras y que trabajan profundamente en el plano subjetivo constituyendo identidades desde lógicas diferentes a las que proponen el capitalismo y el patriarcado con sus alabanzas al individualismo, a la competencia, a los estereotipos de la delgadez, la sumisión y la doble moral. Sabemos que el movimiento de mujeres y disidencias es heterogéneo y plural, con diferenciaciones y matices de todos los colores hacia su interior. Pero si hay algo en su centro, es la revelación de que las opresiones son construcciones culturales que nos atraviesan a todxs, que las trabajamos generando criterios claros y marcando limites que busquen visibilizar machismos y micromachismos; y que son reversibles si nos juntamos, si nos mezclamos, si nos problematizamos, si tejemos redes de sororidad. Por ello también, creemos en el rol pedagógico del feminismo, contagiando su poder de abrir puertas nuevas en los vínculos cotidianos y en las organizaciones y diversos/as colectivos/as, sumando a nuestra lucha a todas las identidades, incluso a los varones que se propongan transitar un camino honesto de pérdidas de privilegios y de deconstrucción practica y teórica. La Cope
De esas herramientas en movimiento, de esa pedagogía del amor y la rebeldía, hablamos cuando decimos feminismos, y aparecen en escena todas aquellas mujeres que se sumaban a otros procesos rebeldes, que se agrupaban en grupos de lectura y estudio, y luego llevaban adelante producciones teóricas que nos 4
aportan para reconstruir nuestra propia historia latinoamericana callada por cientos de años. Aparecen ante nuestros ojos, revolviendo nuestra memoria que no olvida: aquellas locas insumisas que salían a anunciar que lo “Personal es político”; aquellas madres con sus pañuelos blancos y paso lento, haciendo cada jueves la ronda en Plaza de mayo, saliendo al espacio público a buscar a sus hijas, a sus hijos, con un amor infinito a la vida; aquellas morenas piqueteras que quemaban gomas y revolvían la leche en los cortes de ruta, aquellas travas sudacas guerreras contra la yuta y la doble moral. De cada una de ellas, de todas ellas, de todas esas redes de mujeres, tortas, travas hablamos y el pecho se nos enciende y los ojos lagrimean nuestro amor a la libertad y a la vida; ellas son nuestra historia clandestina, y nuestra guía para construir el futuro que soñamos… Entonces, juntas y organizadas, pensamos y construimos un feminismo colectivo, de base, respetuoso y conectado con nuestros orígenes latinoamericanos, presente y en dialéctica con nuestra lucha histórica como clase, estratégicamente posicionado en las calles, los barrios, en los encuentros de mujeres. Construimos desde la lucha por la autonomía de nuestros cuerpos, por la deconstrucción cotidiana, contra todo tipo de violencias; por un mundo sin femicidios, sin travesticidios, sin violencia a lesbianas y gays; por un mundo donde donde podamos ser. Buscamos construir en la praxis un feminismo rebelde, crítico, juvenil e irreverente. Es hora de levantarse, de multiplicarnos en otras pieles, en otros rostros, de ser cada vez más pibas, mujeres, viejas, trans, tortas, unidas porque como siempre decimos: “Juntas somos poderosas”.
“Desde las fauces del tiempo venimos resistiendo: el yugo feudal la expropiación de nuestros territorios ancestrales la conquista de nuestros mares y nuestras cuerpas la racialización de nuestras comunidades la heteronormativización de nuestros deseos la clandestinidad de nuestras luchas revolucionarias. Desde hace siglos venimos exigiendo y luchando por: *El Aborto seguro legal y gratuito * Para que no nos falte ninguna piba, compa, amiga hermana, trava, torta más: Gritando bien fuerte: “Vivas y libres nos queremos”. *Saliendo a las calles para que se terminen todas las violencias, para que arda el patriarcado”. Venimos llegando, estamos llegando Que tiemblen los tiranos y los machistas, Que se arme el aquelarre Larga vida a las brujas, que viva el feminismo”. 5
Rescatamos algunos de esos nombres, algunos de esos rostros, sabiendo que faltan muchisimos más, pero como un pequeño aporte para pensar esas trayectorias de lucha e invitar a seguir visibilizando, esas historias que se vienen tejiedo por abajo desde hace siglos!!!
Emitxin
Partimos este recorrido con una línea histórica que representa la necesidad de develar nuestras raíces y circular nuestras voces, voces que fueron calladas por siglos de heteropatriarcado blanco. Algunas voces de mujeres lograron emerger, por tener cierto privilegio de clase y se convirtieron en las representantes de “la historia oficial” de nuestra lucha, sin embargo no fueron las únicas voces que surgieron: por abajo hay muchas “otras” historias, algunas concienzudamente dentro del feminismo, otras dentro de luchas sociales o políticas, pero aportando a construir otros modos de ser mujer, liberalizando los modelos heteropatriarcales, visibilizando otras identidades, luchando contra el racismo, contra la explotación.
Línea Histórica A continuación les proponemos continuar con el texto de Luciano Fabbri que nos permite identificar, antes que nada, que cuando hablamos de feminismo, no hablamos de uno, sino de muchos, y que fueron surgiendo como respuesta a las situaciones concretas que vivan las mujeres. No es causal que exista una especie de historia “oficial”, que rescata la historia del movimiento anclado en los hitos donde las mujeres blancas, europeas, burguesas generaron algunos sacudones. Pero ¿qué hay del resto de las mujeres? ¿Qué pasaba con las pobres, con las mujeres que trabajan en las fábrica, en los cafetales, en los cañaverales de Nuestra América? ¿Qué pasabas con las mujeres negras? ¿Qué pasaba con las lesbianas? Nos proponemos completar ese recorrido, sumando algunos elementos para comprender mejor la historia de nuestro movimiento. Desde que existen registros, que hay mujeres que resisten, que escriben otras cosas, que denuncian y cuestionan la realidad que les hacían entender como “natural”. Por eso, son tiempos de desempolvar esa historia olvidada, de ver que nos dicen las de abajo sobre sus propios procesos rebeldes, por eso…
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Feminismos y construcción de poder popular Luciano Fabbri
Para reflexionar sobre las palabras de Liliana Daunes, proponemos par r de algunas preguntas: ¿de qué hablamos cuando hablamos de feminismo? ¿Hay uno, muchos? ¿Es teórico, es prác co? ¿Quiénes somos los sujetos del feminismo? ¿Cómo se cons tuye como movimiento? ¿Con qué protagonistas? ¿Con qué crí cas y luchas? ¿Desde qué perspec vas emancipatorias?
Rousseau escribe el Emilio en el año 1762 donde propone una educación diferencial entre hombres y mujeres. Para este autor, la educación de las mujeres tenía como finalidad conver rlas en criaturas pudorosas y altruista con el único obje vo de servir a su marido. Mientras tanto Mary Wollstonecra salió a discu r con Rousseau sobre sobre la degradación que el hombre hacía de las mujeres al proponerlas como inferiores, y a ellas les advir ó “No les deseo que tengan poder sobre los hombres, sino sobre sí mismas.”
"El feminismo es una ideología denostada sin ser leída, por puro prejuicio, incluso en la izquierda. Y con esto se pierden importantes posibilidades teóricas y prácticas de ganar radicalidad en la crítica al sistema capitalista y patriarcal y en su transformación”. LILIANA DAUNES [en Korol (comp.), 2007], “Hacia una pedagogía feminista”. Géneros y Educación Popular.
Generalmente, solemos encontrar que la historia del feminismo es explicada a través de las metáforas de las “olas”, como los flujos históricos de mayor crecimiento del movimiento. En esa clave, la primera ola estaría signada por el surgimiento de las reflexiones y acciones en clave feminista, a finales del Siglo XVIII, cuyas reivindicaciones más destacadas estaban vinculadas al derecho a la educación, al trabajo, derechos matrimoniales y respecto a los hijos, y derecho al voto. Aquí estarían inscriptos los mencionados aportes de Wollstonecraft y de Gouges, como síntoma de un despertar histórico de las luchas del Gouges movimiento de mujeres feministas.
Pero estos debates no eran puramente filosóficos o teóricos sino que tensionaban y configuraban las bases legales del código napoleónico, base del actual código civil argen no sancionado en 1869, proponiendo la inferioridad de las mujeres, dando lugar a una avanzada conservadora que ponía “al marido” como fiel representante nuestro mientras nos relegaba a una vida sin derecho a la educación, ni a las ac vidades comerciales y como víc mas de penas severas por adulterio confirmando la instauración jurídica de la doble moral.
sufragista, cuyo origen y destino era, La segunda ola está marcada por el surgimiento del movimiento sufragista básicamente, conquistar el derecho al voto para las mujeres. 8
Si bien su auge fue en las últimas décadas del Siglo XIX y primeras del Siglo XX, tiene un antecedente importante en 1848 (conocido como el año de publicación del Manifiesto Comunista de Marx y Engels), cuando se dio a conocer la Declaración de Seneca Falls (o Declaración de Sentimientos), manifiesto del movimiento sufragista norteamericano, surgido de una Convención por los derechos de la mujer, que reunía básicamente a liberales y abolicionistas. “Este acontecimiento marcó un hito en el feminismo internacional al quedar consensuado uno de los primeros programas políticos feministas” (Varela, 2005).
En paralelo a las sufragistas (como vimos en la línea de empo) las mujeres trabajadoras también se organizaban y luchaban por la igualdad!!
La tercera ola estaría constituida básicamente por la emergencia del feminismo radical en los 60 y 70. Algunas de sus aportaciones más importantes las hemos podido ver en apartados anteriores: la politización de la sexualidad y de los cuerpos de las mujeres, la emergencia del concepto de Patriarcado, la teorización de la situación de las mujeres en términos de opresión, etc. “Con el slogan lo personal es político, las feministas radicales identificaron como centros de la dominación áreas de la vida que hasta CORRIENTES: El feminismo de la igualdad, buscaba la igualdad de entonces se consideraban “privadas” derechos y pretendía abolir las diferencias entre los generos. Nace con y revolucionaron la teoría política al el movimiento sufragista burgués. Pero también aquí se identifica a las revolucionarias socialistas y marxistas. Sus esfuerzos estaban puestos analizar las relaciones de poder que por poder ampliar su participación en los partidos políticos sindicatos, y si estructuran la familia y la sexualidad” bien se organizaban por separado, también daban la disputa dentro de las organizaciones políticas junto a los varones. (Varela, 2005). Estas son básicamente las señaladas como las tres primeras y fundamentales olas del movimiento feminista. Luego podríamos hablar de la emergencia del movimiento feminista de las mujeres negras, del entrecruzamiento del movimiento feminista y con la luchas de gays, lesbianas, bisexuales, transexuales y transgéneros, contra la pandemia del HIV-SIDA, por los derechos civiles, o desde perspectivas más disidentes, contra el régimen político de la heterosexualidad obligatoria y la despatologización de las identidades de género no heteronormativas. Ya a fines del Siglo XX y principios del XXI, y particularmente en el contexto latinoamericano y argentino, de la emergencia de un feminismo popular (Di Marco, 2011) extendido hacia y apropiado por las mujeres de
En contraposición a esta tendencia, el feminismo de la diferencia descree de los varones, los ve como a sus propios enemigos, reivindicando el estereotipo de lo femenino como superior. Se organizan por separado. Es esencialista y también es biologicista, es decir, el hecho de portar vagina te da determinadas cualidades, por ejemplo la sensibilidad, la exaltación de la maternidad, etc. Tuvo una impronta fuertemente heterosexista y por su esencialismo rechaza a los movimientos trans. Nacerá más tarde otra tendencia del feminismo radical construido toda una crítica entorno a la sexualidad dando paso al feminismo lesbiano. Algunas autoras como Monique Wittig afirmaron que las lesbianas no son mujeres porque el concepto "mujer" es una categoría existente en relación a la dominación del hombre, por lo tanto se afirman en la identidad lesbiana como una disputa política. Además las radicales identificaron como centros de la dominación patriarcal esferas de la vida que hasta entonces se consideraban "privadas". A ellas corresponde el mérito de haber revolucionado la teoría política al analizar las relaciones de poder que estructuran la familia y la sexualidad;.-lo sintetizaron en un slogan: “lo personal es político”. Desde Amaguaña, pensamos que es fundamental retomar las tendencias como procesos dialecticos e históricos, que transitaron sus caminos de lucha buscando respuestas, estrategias de emancipación y debatiendo entre sí en momentos específicos. Nosotras como jóvenes estamos atravesadas por dichas tendencias, somos hijas de ellas en ese proceso de mestizaje de intercambio. Los aportes de cada una fueron abonando, en algunos casos a procesos de síntesis, y en otros siguen debates abiertos, que nos solemos encontrar, por ejemplo, en el Encuentro Nacional de Mujeres ¿cuál es el rol de los varones en nuestro movimiento? ¿Las/los trans pueden/ deben participar de los ENM? ¿La prostitución es trabajo o sistema de opresión? ¿Buscamos la igualdad o que se valore la diferencia?
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los sectores populares que protagonizaron las experiencias de resistencia al neoliberalismo y fueron problematizando progresivamente sus experiencias en tanto mujeres, aproximándose a las perspectivas feministas. Pero esta historización en términos de “oleajes” tiene sus limitaciones. Querríamos mencionar al menos dos: por un lado, que es básicamente un recorte occidental, occidental tomando como referencias a los acontecimientos sucedidos en Francia, Inglaterra y EE. UU, y la más de las veces ligados a reivindicaciones de mujeres blancas, de clases medias-altas y heterosexuales. heterosexuales Por otro, que al centrarse en los momentos de auge del movimiento, subestima o invisibiliza los procesos políticos de menor espectacularidad, que son los momentos donde en general, se van gestando los debates y prácticas que dan emergencia a los momentos de auge. Vínculo esta última reflexión a la propuesta de Collin (1996), acerca de recuperar las marcas de las acciones de las mujeres, pero no reduciéndolas a una “historia de los hechos”, a una “memoria de lo representable”, ligada a lo que deja marca, es determinante, produce efectos, transforma lo dado, sino a aquellas huellas silenciosas, invisibles, indecibles, corpóreas, emocionales, generalmente expropiadas de su carácter político y epistémico. Habiendo dado cuenta de algunos elementos básicos y generales que hacen a la genealogía e historia del movimiento feminista, pasaremos a una modalidad de exposición menos cronológica y más arbitraria, a partir de los elementos que recuperamos de diversas corrientes políticas del feminismo para informar e interpelar nuestros proyectos emancipatorios. El feminismo (o los feminismos) es un movimiento plural que, a grandes rasgos, tiene como común denominador las luchas por “desenmascarar el patriarcado como sistema, a través de demostrar la construcción social, cultural y económica de las diferencias sexuales que se asumían como biológicas y naturales” (Curiel, 2009), y en base a las cuales se sostuvo y sostiene la subordinación de las mujeres a la dominación masculina. El alcance de dichas luchas, la concepción de la opresión sufrida, las condiciones necesarias para la modificación de las situaciones desfavorables, las tácticas y estrategias a adoptar, los marcos de alianza, las modalidades organizativas, son sólo algunos de los ejes a partir de los cuales se configura el diverso espectro político-ideológico-organizativo que podría identificarse bajo el paraguas de “el feminismo”. Sería ingenuo hacer una división tajante entre lo teórico y lo práctico, entre lo académico y lo político, porque, de hecho, tal división no existe, y solo se justifica ser con fines analíticos. Como vimos en anteriores apartados, todo planteo teórico tiene sus consecuencias prácticas en el campo de batalla: toda práctica puede (y debe) ser pensada, elaborada, evaluada y sintetizada teóricamente. Cuando hacemos referencia al feminismo como una ideología, lo hacemos recuperando la dimensión práxica que toda cosmovisión debería llevar consigo. No hablamos de una ideología de biblioteca, dogmática y escleroCreemos que si el feminismo es “praxis”, para sada, que arroje luz sobre nuestras prácticas desde algún nosotras significa que no es letra muerta, sino lugar en las alturas. Hacemos referencia a una ideología que nuestra tarea de base es transversalizarlo, llevándolo a todos los territorios donde nos como sistema de ideas-fuerza que orienta nuestro hacer insertamos: barrios, universidades, y centros y pensar respecto a la política, pero que no por ser un culturales; como herramienta de deconstrucción sistema se encuentra cerrado, inanimado, suficientemente crí ca y colec va, prefigurando nuevos vínculos, y reinventándolos para crear el mundo por el que probado. Para poder dar cuenta de realidades dinámicas y luchamos. complejas, dicho sistema de ideas debe tener la capacidad 10
de mantenerse alerta a las constantes transformaciones del mundo que describe, sujeto a múltiples contradicciones producto de los movimientos dialécticos que caracterizan a la historia. Esta dimensión práxica del feminismo nos invita a pensar en la localización de los saberes recuperados como insumos del pensamiento político emancipatorio. En este sentido es que Donna Haraway, importante exponente de la epistemología feminista contemporánea, nos propone la perspectiva del conocimiento situado que, dando cuenta de la naturaleza encarnada de la producción de saberes, asume explícitamente su parcialidad, en un acto ético y político que da un golpe fundamental a la pretensión objetivista que caracteriza al pensamiento androcéntrico, patriarcal y colonial (Haraway, 1995).
Nosotras que habitamos las grandes ciudades y sus periferias; tampoco nos olvidamos de las experiencias de las feministas populares, de las revolucionarias, de las travas, las piqueteras, etc.
En este sentido, nos interesa recuperar la denominación de “feminismo nuestroamericano” propuesta por Francesca Gargallo, que remite a la utopía histórica de “Nuestra América”, pregonada por el libertador cubano José Martí, posibilitando así un locus de enunciación autodesignado, cuya carga geopolítica territodecoloniales. rializada adquiere una peso simbólico estratégico en un contexto de luchas decoloniales Cabe destacar, que lejos de ser un invento de escritorio, dicha noción surge del seno de las luchas de movimientos sociales y populares de América Latina, posibilitando, como señala la autora, abrir “el nominativo a los pueblos y culturas que quedan fuera de la raíz lingüística latina, principalmente pueblos originarios y afrodescendientes, para que se incorporen al nosotras/os desde su voluntad de pertenecer a un colectivo incluyente” (Gargallo, 2011).
Es necesario construir un feminismo dialógico con su empo, con sus territorios, que haga carne nuestra historia de lucha la noamericana y an mperialista, que luche contra el individualismo y trabaje en forma dialéc ca el encuentro entre teoría y prác ca; que en enda intrínsecamente que la lucha solo avanza hacia nuestra emancipación si es integral an capitalista, an racista, an patriarcal y an imperialista. Un feminismo que lucha por derrocar al patriarcado a la vez que acompaña y hace carne la lucha obrera, entendiendo que no es un movimiento acabado y cerrado sino en con nua transformación , que se hace cargo de su historia y de los múl ples colores de quienes habitamos el sur, que con ene iden dades diversas y trabaja co dianamente por sus propias contradicciones.
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Las historias de las de ABAJO
Imaginemos cuántas mujeres han come do actos de rebeldía a lo largo de la historia, cuántas hermanas se han renegado a ser some das a la ignorancia, a la violencia, y que no han quedado en ningún libro de historia. O tal vez quedaron como un número dentro de los conteos de los libros de la “Santa Inquisición”. Todas esas “brujas” perseguidas y enviadas a la hoguera por resis r los mandatos que querían imponerles a través del lá go por intentar vivir una vida sexual libre, por intentar decidir sobre sus cuerpos, por intentar vivir sin un marido, o no querer quedarse recluidas en las casas…
“Cuántas duras y brutales palizas, sin razón y sin causa, cuántas lesiones, cuántas crueldades, insultos, humillaciones y ultraje han sufrido tantas mujeres rectas sin que ninguna pidiera ayuda y pensad en todas las mujeres que mueren de hambre y de pena en una casa llena de hijos mientras que sus maridos se corren juergas disolutas o se emborrachan en todas las tabernas de la ciudad, y todavía las mujeres son golpeadas por sus maridos cuando vuelven a casa, y ésa es su cena”. CRISTINE PISANE (1364-1430)
Queremos sumar algunos aportes teóricos que han surgido desde la propia práxis de las de abajo:
Feminismos Negros ¿Acaso no soy una mujer? – fragmentos de “Feminismos Negros: Una Antología” (https://www.traficantes.net/sites/default/files/pdfs/Feminismos%20negros-TdS.pdf)
“Cuando el patriarcado nos desprecia, promueve nuestro asesinato. Cuando la teoría feminista lesbiana y radical nos desprecia, promueve su propia extinción. El desdén se alza como un tremendo obstáculo para nuestra comunicación. Obstáculo que hace mucho más fácil daros la espalda que tratar de comprender el pensamiento que alienta vuestra forma de proceder. ¿Será el siguiente paso la guerra declarada entre nosotras o la segregación? Ciertamente, la asimilación a una historia de mujeres exclusivamente europeo-occidental no es aceptable”. A diferencia del feminismo blanco, que tiene su momento fundacional en la Ilustración y reproduce la racionalidad del pensamiento ilustrado, el feminismo negro surge en un contexto esclavista. Desde aquí, se pretende romper con la construcción individual del pensamiento filosófico ilustrado, apostando por la inclusión de distintos saberes, lógicas, actrices sociales. Si tuviéramos que hacer referencia a un “texto” fundacional del feminismo negro sería el discurso “Acaso no soy una mujer” de Sojourner Truth en la Convención de los Derechos de la Mujer en Akron de 1852. Encontramos en él algunos de los rasgos que permiten entender el carácter contra-hegemónico de este movimiento. En primer lugar, la oralidad del relato frente a la racionalidad de la escritura de los textos fundacionales del feminismo blanco. (…) y en segundo lugar por ser un texto creado desde la colonialidad. 12
Desde ahí, con un lenguaje propio que no se ve reflejado en el espejo impuesto, Sojourner Truth deconstruye la categoría (hegemónica) de mujer: una categoría desde la que se la niega reivindicando su propia identidad en tanto que mujer.
¿Acaso no soy una mujer? Sojourner Truth
La intersección de la “raza” con el género, que desde el sistema hegemónico construye a las mujeres negras como no-mujeres, re-aparece en el discurso de Sojourner en términos inclusivos. Detrás de su “¿Acaso no soy una mujer?”, detrás de las luchas de otras ex esclavas como Harriet Jacobs, aparece un anhelo que pugna por re-significar el término mujer. Su aspiración era ser libres, no sólo de la opresión racista, sino también de la dominación sexista (…)
Creo que tanto los negros del Sur como las mujeres del Norte están todos hablando de derechos y a los hombres blancos no les queda más que ceder muy pronto.
Diciembre de 1851 Convención de mujeres, Akron, Ohio, EEUU Bueno hijos, cuando hay mucho alboroto es porque algo está pasando.
Pero, ¿De qué se trata de lo estamos hablando aquí? Los caballeros dicen que las mujeres necesitan ayuda para subir a las carretas y para pasar sobre los huecos en la calle y que deben tener el mejor puesto en todas partes. Pero a mí nadie nunca me ha ayudado a subir a las carretas o a saltar charcos de lodo o me ha dado el mejor puesto! y ¿Acaso no soy una mujer? ¡Mírenme! ¡Miren mis brazos! ¡He arado y sembrado, y trabajado en los establos y ningún hombre lo hizo nunca mejor que yo! Y ¿Acaso no soy una mujer? Puedo trabajar y comer tanto como un hombre si es que consigo alimento y puedo aguantar el la gazo también! Y ¿Acaso no soy una mujer? Parí trece hijos y vi como todos fueron vendidos como esclavos, cuando lloré junto a las penas de mi madre nadie, excepto Jesús Cristo, me escuchó y ¿Acaso no soy una mujer?
En la década de 1890, cuando aparecen las obras de referencia de las primeras académicas negras, la distancia entre las mujeres negras y las mujeres blancas, que se había hecho visible dentro del movimiento sufragista, era todavía más profunda. La abolición de la esclavitud, que la comunidad negra recibió con esperanza, solo transformó la superficie de la sociedad de castas que dividía a las personas entre amos y esclavos. Pronto, la discriminación racista sustituyó a la esclavitud como “moderno” criterio de desigualdad (…)
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El primer club de mujeres negras se organizó en respuesta a la El movimiento sufragista quedó fadesenfrenada ola de linchamientos y al abuso sexual indiscriminado talmente impregnado de racismo, lo cual del que eran objeto. Ida B. Wells fue una de sus fundadoras e introdujo uno de los temas que sería central en el feminismo negro: no solo abriría una brecha insalvable en la forma en la que la intersección entre «raza» y género construye el feminismo norteamericano (feminismo de forma desigual la sexualidad de la población blanca y de la blanco versus feminismo negro) sino que se población negra. Lo hizo subrayando los mecanismos a través de los cuales se demonizan las relaciones raciales entre hombres negros convertiría en un instrumento (más) en el y mujeres blancas usando el término de violación para cualquier proceso de objetivación de la mujer negra. po de contacto o acercamiento entre unos y otras y la forma en la que se naturaliza cualquier forma de agresión sexual (violación) de Al asumir para sí mismas el papel de “guarhombres blancos a mujeres negras. dianas y protectoras naturales del hogar”, La alianza racial entre hombres y mujeres negras crecía en paralelo a al reivindicar el voto femenino desde su la gran brecha que se abrió en el movimiento sufragista. rol como madres de futuros ciudadanos, las mujeres blancas excluían del voto, y de la categoría de madre y por ende de mujer, a las mujeres negras. Los clubs de mujeres negras fueron excluidos; e incluso en las grandes marchas por el sufragio femenino, las líderes (blancas) del movimiento asumieron la política segregacionista instando a las mujeres negras a caminar de forma separada. Esta vivencia constante del racismo incluso entre las intelectuales negras de los grupos más acomodados sirvió, también desde el principio, como nexo de unión con las mujeres negras de clase trabajadora, creando un vínculo interclasista que ha diferenciado al feminismo negro del feminismo blanco de origen burgués. Y que además está en la base de esa conciencia de hermandad [sisterhood sisterhood] que reclaman para sí las teóricas del feminismo negro.
Mientras el feminismo moderno / ilustrado se desarrolló a partir de Simone de Beauvoir y su afirmación “No se nace mujer. Se llega a serlo”, los discursos de género en el feminismo negro parten de una negación, de una exclusión, de un interrogante, el que retoma bell hooks de Sojourner. Desde el feminismo negro la identidad de la mujer es simultáneamente reclamada y reconstruida. Frente a los ejercicios “constructivistas” del feminismo blanco, el feminismo negro parte de una no-categoría (no-mujer). La única estrategia posible desde la negación es un ejercicio de de-construcción. Destruir la negación Mercedes Jabardo, antropóloga, explica: desde donde se ha excluido de la "De hecho, lo que ocurrió en las plantaciones es que los esclavos reinventaron el concepto de familia. Y lo hicieron a par r de su propio categoría de mujeres a las mujeres bagaje, adaptándolo (adaptándose) a un entorno no solo nuevo, sino negras, para avanzar, repensarse y hos l. Los términos “hermano” y “hermana”, por ejemplo, son centrales en la experiencia negra en Estados Unidos. Son términos polí cos que reconstruirse desde otras categorías. inmediatamente establecen solidaridad y sen do de conexión entre la Re-conocer las imágenes de no-mujer gente negra. Ambos términos, inexistentes en lenguas africanas, fueron como estrategias de hegemonía. Dou lizados por primera vez en América y su uso está muy relacionado con la experiencia de la esclavitud. La conciencia de afinidad racial como tarse de las herramientas adecuadas base de solidaridad se debió desarrollar en el mismo momento en que para reflejarla y para superarla, unas los africanos se pusieron en el mismo barco en compañía de esclavistas blancos. Fue entonces cuando tuvieron conciencia de raza, como signo herramientas que como dice Audre iden tario. En ese momento –tal y como argumenta Oyebumi (2001), la Lorde no podrán ser las herramienconciencia racial transformó el significado de parentesco. Ambos términos tas del amo: “Las herramientas del (brother / sister), que los afroamericanos u lizan a la par, expresan parentesco en el feminismo negro. El término “sisterhood” (sororidad), amo nunca desmontan la casa del que hace referencia a la igualdad entre mujeres, ahora u lizado por las amo. Quizá nos permitan obtener una feministas blancas, como signo de expresión iden taria, se lo apropiaron de las comunidades negras aquellas feministas que par ciparon en el victoria pasajera siguiendo sus reglas movimiento pro derechos civiles. del juego, pero nunca nos valdrán 14
para efectuar un auténtico cambio”. Para dejar de ser constituidas como objetos y pensarse como sujetos, tuvieron que tomar la palabra, recuperar la voz y generar un nuevo discurso. En definitiva, crear una “nueva epistemología” epistemología”.
Algo similar plantearan las kurdas en su recopilación de textos “Mujer, vida, libertad” movimiento de mujeres de Kurdistán. Ellas hacen una profunda crí ca a las ideas de civilización y modernidad que impuso el pensamiento occidental capitalista. Y se proponen revisar esas matrices de pensamiento colonizado. Veámoslo con sus propias palabras: “el obje vo de la discriminación de género es negar a las mujeres cualquier esperanza de cambio. La forma más eficaz de funcionar de la ideología sexista es atrapar al varón en las relaciones de poder y anular a la mujer a través de la violación con nua. A través del cien ficismo posi vista, el capitalismo neutraliza el mundo académico y la juventud. Les convence de que su única elección es integrarse en el sistema. (…) la eliminación de las mujeres de las posiciones y cues ones cien ficas nos obliga a buscar una alterna va radical. En primer lugar, es preciso saber vencer en el campo ideológico y cómo generar una mentalidad libertaria y natural contra la dominación dominante y ávida de poder del hombre. No debemos olvidar que el some miento femenino tradicional no es sico sino social. Se debe a una esclavitud arraigada. Por consiguiente, la necesidad más urgente es la de superar los pensamientos y las emociones de some miento en el campo ideológico.(…) es en este punto q proponemos la Jineologi. Se ha visto que es necesario superar el sistema del campo dominante de la ciencia y la construcción de un sistema alterna vo de ciencia(…)la solución de nuestros problemas sociales será un movimiento por la libertad, igualdad y democracia de la mujer, un movimiento basado en la ciencia de las mujeres. La jineologi es descripta como la creación de un” paradigma de las mujeres”.
Lo que denunciaban era el propio concepto de género, en la medida en que formaba parte del sistema de relaciones jerárquicas de “raza”. Denunciándolo, comenzaban a escuchar su propia voz, una voz que había estado oscurecida en un sistema de dominación que las había construido con las herramientas de los grupos hegemónicos. Como grita Bell Hooks: “Mi anhelo de encontrar fuentes que pudieran explicar la experiencia negra (especialmente mi presunción de que los libros escritos por blancos podrían contener tal explicación) es precisamente un reflejo de la socialización de los grupos oprimidos y explotados en una cultura de dominación. Nosotras aprendemos que no tenemos poder para definir nuestra propia realidad o para transformar las estructuras opresivas. Nosotras aprendemos a buscar en aquellas capacitadas por los sistemas de dominación, que nos hieren y nos dañan; buscamos ser liberadas y nunca lo hayamos. Para nosotras, es necesario hacer el trabajo por nosotras mismas si queremos conocer más acerca de nuestra experiencia, si queremos ver esa experiencia desde perspectivas no conformadas por la dominación”.
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Mujeres blancas, ¡escuchad! El feminismo negro y los límites de la hermandad femenina (Hazel Carby)
Las críticas de las mujeres negras a la historia no sólo señalan “ausencias”; también nos indigna cómo se nos ha hecho visibles, cuando elegían vernos. La historia ha construido nuestra sexualidad y nuestra feminidad alejándolas de las cualidades atribuidas a las mujeres blancas, en tanto que objetos valorados del mundo occidental. También hemos sido definidas con términos que están por debajo de lo humano. Nuestra continua lucha con la historia comenzó cuando ésta nos “descubrió”. Las mujeres negras han vivido sujetas simultáneamente a las opresiones del patriarcado, la clase y la “raza”, lo que hace que su posición y su experiencia no sólo resulten marginales, sino también invisibles. (…) Si las feministas blancas enfatizan únicamente el patriarcado, nosotras queremos redefinir el término y hacer el concepto aún más complejo.
Tres de los conceptos centrales de la teoría feminista se vuelven problemáticos en su aplicación a las vidas de las mujeres negras: la “familia”, el “patriarcado” y la “reproducción”. Cuando se usan, se sitúan en el contexto de la herstory de las mujeres blancas (normalmente de clase media) y se tornan contradictorios al aplicarse a las vidas y experiencias de las mujeres negras. En un reciente informe exhaustivo de teoría feminista contemporánea, “La actual opresión de las mujeres”, Michèle Barrett encuentra en la familia contemporánea (en concreto en la familia bajo el capitalismo) la fuente de opresión de las mujeres. El interrogante inmediato para las feministas negras es si este marco puede ser aplicado en su totalidad para analizar nuestra herstory de opresión y lucha. No es que deseemos negar que la familia pueda ser una fuente de opresión para nosotras, sino que deseamos examinar, además, cómo la familia negra ha funcionado en su origen como fuente de resistencia a la opresión. Necesitamos reconocer que durante 16
la esclavitud, en los periodos coloniales y bajo el actual Estado autoritario, la familia negra ha sido terreno de resistencia política y cultural contra el racismo. Las ideologías de la sexualidad femenina negra no provienen originalmente de la familia negra. El modo en el que se construye el género de las mujeres negras difiere de las construcciones de la feminidad blanca, puesto que también está sometido al racismo. Las feministas negras venimos explicándolo desde el siglo pasado, cuando Sojourner Truth señaló la forma en que se negaba la “feminidad” a las mujeres negras. (…) Michèle Barrett argumenta que el término patriarcado ha perdido todo el poder analítico o explicativo y ha sido reducido a un sinónimo de dominación masculina. Al cuestionar la aplicación de los conceptos de “familia” y “patriarcado” necesitamos también problematizar el uso del concepto de “reproducción”. Al utilizarlo en relación al trabajo doméstico de las mujeres negras, encontramos que a pesar de su aparente simplicidad debe ser deconstruido. ¿Qué significa el concepto de reproducción en una situación en la que las mujeres negras han realizado el trabajo doméstico fuera de sus propios hogares al servicio de familias blancas? En este ejemplo, las mujeres negras se sitúan fuera de la relación salarial industrial, pero aseguran la reproducción de la mano de obra en su propia esfera doméstica y, simultáneamente, la reproducción de la mano de obra blanca en el hogar “blanco”. El concepto, de hecho, es incapaz de explicar exactamente qué relaciones son las que necesitan ser reveladas. Lo que necesitamos comprender es, ante todo y precisamente, cómo el rol de las mujeres negras, en tanto que fuerza de trabajo rural, industrial o doméstico, afecta a la construcción de las ideologías de la sexualidad femenina negra, que se La manipulación de nuestros cuerpos y la capacidad reproduc va es una constante diferencian de las de la sexualidad femenina blanca y habihistórica. Aun hoy, en nuestros barrios se prac ca tualmente están construidas en oposición a ésta. Y por otro la ligadura de trompas sin el consen miento de las mujeres; por ser pobres y migrantes. lado, cómo se relaciona este rol con la lucha de las mujeres negras por el control sobre su propia sexualidad. (…) Una lucha importante, enraizada en estos mecanismos ideológicos, que determinan representaciones de género racialmente diferenciadas, ha sido la batalla de las mujeres negras por hacerse con el control de su propia sexualidad en el campo de la experimentación racista con el anticonceptivo.
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Las revolucionarias
De las trabajadoras revolucionarias surge una de las certezas fundamentales que tenemos: la lucha es tanto contra la explotación de clase, como contra la opresión de género. Esta mirada que hoy nos puede parecer sencilla de identificar, no resultaba tan obvia hace unos siglos, y tampoco fue fácil de aceptar dentro de los propios movimientos revolucionarios. Flora Tristán, escritora de origen peruano, creció en Francia, fue una socialista utópica que mezcló las ideas que venían plantando las mujeres de la revolución francesa con la necesidad de atravesarlo con la cuestión de clase. Para ese entonces, debemos recordar que las mujeres de la clase trabajadora no estábamos contenidas en ninguno de los pliegos de reivindicativos de la lucha revolucionaria ya que los compañeros varones se negaban a renunciar privilegios, aludiendo que la verdadera lucha era contra los patrones. Flora con gran claridad va a denunciar “hay alguien todavía más oprimido que el obrero, es la mujer del obrero”. obrero” Sus obras fueron de inspiración para las feministas marxistas y anarquistas que vinieron después. Todas ellas construyeron desde su vivencia de oprimidas, una praxis “feminista”; en algunos casos sin reconocerse como parte del movimiento, pero si enfrentando y dando batalla a los obstáculos que se encontraban al querer ser protagonistas de sus propias vidas o de las luchas sociales o políticas de su tiempo. En esa praxis se destacan en nuestro país las obreras anarquistas, y entra en escena su principal organizadora, Virginia Bolten, una mujer inconveniente y aguerrida para su época, activa militante de la FORA (Federación Obrera Argentina), quien público durante 1896– 1897 un periódico llamado “La voz de la Mujer”, cuyo lema principal fue la famosa consigna “ni dios ni patrón ni marido”. Sus editoriales trabajaban críticas al matrimonio, y la búsqueda de emancipación de la mujer en el ámbito familiar, lo que provocó grandes debates dentro del movimiento anarquista ya que los compañeros varones, lo sentían como un ataque al género masculino, y las atacaban diciendo que dividían al movimiento. “Hastiadas de pedir y de suplicar, de ser el juguete, el objeto de placer de nuestros infames explotadores o viles esposos, hemos decidido levantar nuestra voz. Si vosotros queréis ser libres, con mucha mayor razón nosotras, doblemente esclavas de la sociedad y del varón. Ya se acabó aquello de ‘Anarquía y libertad, las mujeres a fregar’. ¡Salud!” VIRGINIA BOLTEN Dentro de las feministas socialistas, no podemos dejar de destacar a Alejandra Kollontai. Su figura emerge del proceso revolucionario ruso, en donde las mujeres campesinas y obreras construyeron codo a codo los soviets con sus compañeros varones. Así lograron sentar fuertes bases de emancipación, como la ley de divorcio y el derecho al aborto, que luego barrió la contrarrevolución estalinista. La producción teórica de Kollontai reflexiona principalmente sobre el amor, la liberación sexual de la mujer y su rol servil en el Estado y la familia, así como prefigura como debería ser el rol de la mujer en la futura sociedad comunista. 18
“Para llegar a ser verdaderamente libre, la mujer debe desprenderse de las cadenas que le arroja encima la forma actual, trasnochada y opresiva, de la familia. Para la mujer, la solución del problema familiar no es menos importante que la conquista de la igualdad política y el establecimiento de su plena independencia económica”. ALEJANDRA KOLLONTAI
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Los ríos del feminismo popular Claudia Korol (…) Entre los ríos del feminismo que recorren Nuestra América, vienen fluyendo los del feminismo popular, que tienen sus fuentes en movimientos indígenas, campesinos, populares, que han venido protagonizando rebeldías frente al capitalismo colonial y patriarcal. Son ríos que arrastran en su caudal piedras, algas, ramas caídas de árboles vecinos, donde por momentos parece enredarse y perder su fuerza, pero son parte de su color, de su identidad, de su movimiento. Son ríos que a veces confluyen creando una playa donde las olas van y vienen con memoria de luchas ancestrales, frente a los patriarcas conquistadores y colonizadores de todos los tiempos, que impusieron violentamente su “civilización”, sus religiones, saqueando para la corona ayer, y para las corporaciones hoy. Son ríos convulsionados por las revoluciones que intentan los pueblos, por la sinuosidad de las búsquedas transformadoras, por las caídas que esos esfuerzos sufren, que a veces parecen interrumpir el sueño colectivo, pero que son momentos de los que las aguas regresan con mayor fuerza. Van y vienen en su recorrido, buscando andar al ritmo y en el vaivén de las mujeres del pueblo. Uno de esos ríos que fluyen en el corazón del continente, es el que constituyen las mujeres, lesbianas, bisexuales, trans, travestis, que forman en Venezuela la “Escuela de Feminismo Popular, Identidades y Sexualidades revolucionarias”. Participando de su tercer encuentro nacional, tengo la oportunidad de dialogar con sus integrantes sobre los colores y sabores de ese feminismo popular. Lela Melero dice: ”Lo llamamos feminismo popular, porque queremos diferenciarnos de un feminismo de derecha, elitesco, blanco, europeo, académico; que ha tributado a la lucha de las mujeres, pero desde una acera en donde nosotras no nos reconocemos. Es popular, porque es desde la comunidad, desde los sectores más marginados, desde las mujeres negras, pobres, que cuestionan la opresión desde la opresión y no desde un aula. Un feminismo que construye identidad y reivindica lo popular, pero lo cuestiona también, porque no todo lo popular es bueno. Es un feminismo con una identidad crítica, y crítica de sí mismo también". En nuestro país, a finales de los 90, en el contexto de avanzada neoliberal, las mujeres tuvieron que salir de sus casas a parar la olla. Las panzas se vaciaban como las escuelas y todas ellas se unían en las rutas desde Tartagal hasta Cutral Co, aprendiendo a organizarse, venciendo las resistencias de sus compañeros varones, y de sus maridos. Pero si hablamos de feminismo, de resistencias, de amor a la vida, de insurrecciones, de ingobernables, también hablamos de travas sudacas. Hablamos de Diana y su hermosa sonrisa, hablamos de Maite y los cortes de ruta, ambas piqueteras sudacas, militantes dentro de las organizaciones de base, ambas luchando por el pan y el trabajo digno, contra la yuta y los edictos policiales, contra la asignación de la pros tución como único futuro. De todas ellas nacía un feminismo popular y disidente, luchando por una vida digna. Asi se llenaba de barricadas el mapa nacional, construyendo sueños y Veinticuatro/Tres asambleas.
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Un feminismo para defender la paz En nuestro continente, el capitalismo héteropatriarcal y colonial, se ha impuesto violentamente a través de genocidios, guerras, invasiones, golpes de estado. Los cuerpos de las mujeres han sido un blanco principal de esas políticas. Carolina Pineda, del Congreso de los Pueblos, recuerda a su vez que “la militarización del territorio afecta a las mujeres, incrementa la violencia sexual. Hace poco tiempo salió el caso de los militares norteamericanos que violaron a muchas niñas. La presencia de los batallones en cada una de las regiones, lleva a que se fragmenten los vínculos sociales, familiares, pero sobre todo los de las mujeres jóvenes. Las niñas son abusadas sexualmente, se dan muchos casos de embarazos no deseados, de abortos, de una situación alterada por la presencia de los militares”. La feminista colombiana Paola Salgado Piedrahita propone que “si bien es cierto que el cuerpo de las mujeres se utiliza como instrumento y como botín de guerra, el control del territorio por parte del Estado a partir de las fuerzas militares y paramilitares, también exacerba las formas de control sobre la vida cotidiana de las mujeres, para mantener un statu quo sobre los estereotipos y los roles de género, la sexualización dual de la sociedad. Hay una regularización de la vida alrededor de los códigos de conducta, de vestimenta, y los tipos de castigo que sufren las mujeres al eludir esa normalización de la vida”.
Ni golpes de Estado ni golpes a las mujeres
El 03 de marzo del 2016, fuerzas paramilitares hondureñas asesinaban a Berta Caceres. Una no cia que no sólo conmovió al pueblo lenca, sino a todas las organizaciones sociales alrededor del mundo. En el contexto de las avanzadas represivas en nuestro país y en el con nente, hoy más que nunca nos encontramos pariendo resistencia, con la certeza de que Berta no murió, sino que se mul plicó. Y como nos afirmaba ella… nos lo dijo el río, VAMOS A VENCER!!!
Los ríos del feminismo popular parecen salirse de su cauce en las honduras del continente. Sin embargo, en esas experiencias, el vértigo del precipicio detona una fuerza incontenible de mujeres de pueblo. La memoria del agua, se hace de muchos afluentes. Laura Zuniga es hija de Berta Cáceres, líder del COPINH (Consejo de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras), una de las mujeres emblemáticas en la resistencia al golpe de estado, y en la lucha contra las políticas extractivistas, en particular en los últimos años en la defensa que el pueblo lenca está realizando del Río Gualcarque, frente a los intentos de la empresa china, Sinohydro, y de DESA, una empresa del estado hondureño, de represarlo. Berta Cáceres ha venido sufriendo persecuciones, cárcel, judicialización, agresiones patriarcales. Ella se levanta de cada golpe, y es parte del feminismo indígena que nos enseña que nuestros ríos, como nuestros cuerpos y territorios, tienen que ser defendidos ante las políticas colonizadoras y patriarcales.
Los ríos del feminismo popular se van cruzando en su recorrido con otros ríos, como los del feminismo comunitario aymara, en Bolivia, o el feminismo maya xinka en Guatemala. Por momentos confluyen, por momentos divergen. Si hay algo que representa estos esfuerzos, es esa síntesis de cuerpos y territorios que se rehacen en la acción colectiva, solidaria, en la memoria de las mujeres del pueblo, en su andar. Son ríos que nos hablan desde la historia de mujeres que se acompañan a buscar agua, a enfrentar la violencia machista, a abortar, a presentarse frente a los tribunales patriarcales. Ríos en movimiento, en movimientos, en colectivas, en comunas, en las que a pesar de las piedras, y de las grandes represas que buscan detenerlos, se sigue regando el horizonte feminista y socialista. 21
Travas sudacas originarias
Corrían los años 90 llenos de hambre y explotación, el prestigio de las instituciones iba cayendo denunciando la falta de respuestas a las necesidades del pueblo, el malestar se sentía en las panzas, las barriadas, y también… en las esquinas de Buenos Aires. Fue precisamente allí, entre las sombras de la noche que surgían aguerridas luchadoras contra la violencia de la policía, luchadoras que difícilmente los viejos y acartonados partidos de izquierda hubieran podido predecir. Estas nuevas sujetas que vinieron a revolucionarlo todo, eran ni más ni menos que las travas, que encontrándose en situación de prostitución, fruto de la estigmatización social que no les ofrece otra posibilidad de subsistencia, se las tenían que ver cara a cara con la policía corrupta que utilizaba los edictos policiales contra ellas, pero también contra la moralina burguesa transfóbica que las extorsionaba, violentándolas con todo tipo de abusos. Desde esos márgenes, las compañeras comenzaron a organizarse, fueron creciendo juntas en esas barricadas contra la discriminación, las violencias, la yuta y también contra el hambre. Algunos nombres nos resuenan: Diana sacayán, Lohana Berkins, Marlene Wayar… Todas ellas mariposas en un mundo capitalista, furiosas, rabiosas, hermosas, de todos los colores… Y protagonistas de las luchas por la identidad de género, por la ley de cupo laboral trans, contra los travesticidios: luchas que atravesaron sus vidas, y que fueron gestando desde su propia praxis, sacudones teóricos, que despabilaron a los sectores del feminismo más rancio.
Romper el binarismo, cuestionar todo lo que siempre fue considerado como natural Trans-formarse (Entrevista a Marle Wayar – 15/08/2015 Periódico: “La Vaca” https://www.lavaca.org/mu91/trans-formarse/) “Una regla que nos permite medir cómo el movimiento trans cambió nuestro mundo es la del lenguaje. Ni La ni Él. Ok. ¿Entonces? “Personas”, dirá Marlene Wayar, una de las más brillantes cabezas de este movimiento. Si seguimos la regla sintáctica, “personas” tiene por género el femenino plural. Habrá que corregir, entonces, el párrafo anterior: mundos, muchas, otras, todas. (…) La mirada de Lohana, entonces, permite reconocer quién movió el primer milímetro que convirtió lo trans en algo enorme”. Las que comenzaron a revertir todo el proceso fueron las Madres de Plaza de Mayo. 22
Y lo hicieron porque ampliaron el concepto de derechos humanos. A nosotras se nos negaba el derecho a la educación, a la salud, a la vivienda, al trabajo digno, y nuestro único destino social era la prostitución. Pero nadie percibía eso como una violación a los derechos humanos. Ellas fueron las primeras”. Respecto a la ley de identidad de género, “dirá Lohana, fue al núcleo de “uno de los grandes problemas que tiene la sociedad y, por ende, nosotras también”. ¿Cuál es? “La creencia de que la biología es un destino”. Explica Lohana: “Si tenés un pene, tenés que ser macho, fuerte, proveedor, padre de familia, no llorar en público y estar siempre dispuesto a satisfacer a una mujer. Y si tenés vagina, tenés que ser delicada, abnegada, madre, sensible y estar siempre dispuesta a obedecer. Esa binariedad todavía nos sigue construyendo. Varón y mujer siguen siendo los patrones de nuestras sensibilidades, conductas y acciones. No es lo mismo ser Juan que Juana y no son los mismos mandatos los que se les impone a cada uno. Eso lo tenemos marcado a fuego. Romper esa binariedad significa re significar todas las posibilidades de ser. Incluso dentro de nuestro movimiento. A mí, por ejemplo, la palabra trans no me expresa. Prefiero identificarme como travesti porque es una categoría política”. En este mismo sentido agrega Susy Shock, en entrevista http://www.agenciapacourondo.com.ar/generos/ susy-shock-nosotras-salimos-buscar-el-derecho-y-pusimos-el-cuerpo-para-que-suceda Periodista: –¿Por qué te definís “trans sudaca”? Susy Shock: –Esto que han sido señales y palabras de insulto, tanto lo sudaca como lo trava, de repente nosotras lo empezamos a resignificar con un sentido de orgullo político desde donde nos gusta visibilizarnos. Es un modo de apropiarnos de esos insultos y descolocar al enemigo cuando le sacás eso con lo que te acusa. Si yo empiezo a sentir un orgullo de ser trava, esa palabra dejar de ser un insulto y pasa a ser una postura política desde donde abrir los diálogos. Somos unas generaciones que andamos reabriendo diálogos, rediscutiendo discursos. Desde mi lado, por el arte, y otras en otros campos del activismo. En el libro Crianzas la excusa es una tía trans que dialoga con su sobrino Uriel, ese es un poco el esquema, y de ahí plantear la posibilidad de que se nos mire desde otro lado que no sea la estigmatización de la sociedad. No solamente estamos para estar paradas en una esquina y ejercer la prostitución, sino que también tenemos otros saberes, podemos armar nuestras familias y un montón de cuestiones que tienen que ver con este re dialogar”. Por toda esta claridad política, provocadora, y fuertemente enclada en la conciencia de clase y de origen, con los pies bien embarrados y plantados en nuestro territorio, es que las amamos tanto!
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Soy india Patricia Karina Vergara Sánchez Morena, chata de la cara, en un país obsesivamente racista. Soy lesbiana, en una nación que compulsivamente me persigue. Insisto, en la libertad de decidir sobre mi cuerpo, en territorio de quienes realizan realizan leyes que buscan doblegarme. No creo en su dios, aun cuando habito un Estado opresivamente católico. Invoco a las diosas, dentro de un patriarcado que hace miles de años intenta ocultarlas. Participo en la lucha laboral, de un pueblo ya comerciado y en las manos del patrón. Conozco la importancia de la labor contestataria, cuando en mi patria se encarcela a quien disiente. Soy antiimperialista, viviendo al lado de Bush. Soy gorda, en la cuna de la tortura estética, de la anorexia y de la bulimia. He dado a luz, en una era que acabó con la esperanza, ya hace tiempo. 24
Le apuesto a la lucha libertaria, en el reino del televisor. Soy pobre, en un planeta en donde comen migajas tantos millones de pobres. Soy feminista, en una tierra hostil a la palabra mujer. Soy mujer. En un tiempo en que el feminicidio nos ha vuelto desechables. Por supuesto, dicen que estoy loca, extremadamente loca. Que soy rara, que me he vuelto extraña. Que no tengo lugar en el mundo. Entonces, no me queda de otra: Tengo que darle nombre al racismo, que señalar el desprecio, que elegir sobre mi vida, que rebelarme contra el patrón, que amar mi cuerpo, que buscar justicia para las mías, que demandar castigo a los asesinos. Es por todo ello, que no tengo más remedio que darles la mala noticia a las buenas y tranquilas conciencias: Estoy aquí. Exigiendo a gritos, la parte que me corresponde del mundo. Y no voy a callarme la boca, ni a desaparecer
Mapa Latinoamericano
Te invitamos a poner en práctica lo que hemos explorado juntxs a través de la historia de las mujeres y disidencias, proponiéndote una dinámica lúdica para que realices colectivamente con tus compañerxs. A la vez, es importante que brote la creatividad y que nuevas dinámicas sean imaginadas por vos…
Juego inicial:
Se coloca en las espaldas de todxs lxs compañerxs un papel con el nombre de las feministas y disidentes que fuimos conociendo a lo largo del cuadernillo: Tránsito Amaguaña, Berta Caceres, Diana Sacayan, Bartolina Sisa, Juana Azurduy, Alejandra kollonatai, Virginia volten, lohana berkins, Flora Tristan, Monique Wittig, Sojourner Truth, Bell Hooks, Movimiento de Mujeres Kurdas, y todas las que querramos sumar. Si son muchxs compañerxs también se pueden repetir los nombres. Lxs compañerxs no deben saber a quién tienen pegadx en sus espaldas. Sí van a poder ver a todxs lxs demás, pero es condición necesaria que no puedan observar lx suyx. Luego, hay que explicar a todxs lxs participantes que lamentablemente han perdido la memoria, que no recuerdan quiénes son. Es tan grave el problema que sólo pueden decir pocas palabras y contestar con “sí”, “no”, o “tal vez”. Para recobrar el conocimiento necesitan la ayuda de todxs lxs compañerxs, razón por la cual se irán realizando preguntas mutuamente. Por ejemplo: Se cruzan María que tiene en su espalda a “Berta Cáceres” y Josefina que tiene en su espalda a “Flora Tristán”, como también otrxs compañerxs que leen a la luchadora de su eventual pareja sin decírselo. Nadie conoce su propia identidad y debe comenzar a preguntar a lxs demás para saber cuál es. Siguiendo con el ejemplo, María (Berta) puede preguntar a Josefina (Flora) ¿Soy latinoamericana?; a lo que su compañera contestará que sí. Otras preguntas posibles podrían ser: ¿Nací en el siglo XIX?; ¿Nací en el siglo XX?; ¿Lucho en alguna guerra por la independencia? ¿Corto rutas? ¿Soy socialista?, etc. Cuando lxs compañerxs van acertando a quien están encarnando, se colocan el nombre que llevan en las espaldas en el pecho y continúan colaborando con quienes aún no descubren su identidad. Al finalizar, se recomienda producir un momento de reflexión colectiva, donde logren expresar lo que les fue sucediendo al ponerse en los zapatos de quienes han luchado en todo el mundo desde sus diversas trincheras para construir los cimientos sobre los que hoy nos encontramos luchando en la actualidad. ¡A jugar!
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Durante estas páginas hemos investigado, explorado y aprendido juntxs las historias de mujeres y disidencias a lo largo del mundo en diferentes tiempos, y desde diferentes opresiones y estrategias, ahora te invitamos a que escribas reflexiones, sentimientos, preguntas o tu propia historia en la página que sigue… No te olvides que la salida es colectiva, que circule la voz, que rueden estas páginas y que contagien para que seamos muchxs más…
Pero si quedaste manija, querés seguir profundizando, toma nota que acá te pasamos algunas opciones para ver y leer:
Videoteca Ni Dios, ni patrón, ni marido (You Tube). Película sobre la vida de Virginia Bolten y “La Voz”, primer perió-
dico anarco-feminista en la Argentina. Suffragette.
Acercamiento al movimiento sufragista que nació en Inglaterra en vísperas de la Primera Guerra Mundial (1914-1918).
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13 Rosas. Las Trece Rosas es el nombre colectivo que se le dio a un grupo de trece jóvenes, la mitad de
ellas miembros de las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU), fusiladas por el régimen franquista en Madrid, el 5 de agosto de 1939, poco después de finalizar la Guerra Civil Española. A
golpe de tacón. Anita Sirgo y Constantina Pérez tenían 30 años cuando estalló la revuelta minera en el año 1962. Tanto los hombres como las mujeres lucharon por defender sus derechos. La historia, sin embargo, valoró el trabajo de los mineros, relegando a un segundo plano la lucha de las mujeres.
Pan y Rosas. La historia cuenta la explotación de las personas encargadas de la limpieza en un edificio de Los
Ángeles y su lucha por mejorar las condiciones laborales así como hacer uso del derecho a sindicarse. Libertarias.
En los primeros días de la Guerra Civil Española una joven monja que huye de su convento, conoce casualmente a un grupo de milicianas anarquistas de la organización feminista del movimiento libertario español llamada Mujeres Libres. Las acompañará al frente del Ebro cerca de Zaragoza, donde vivirá los rigores de la guerra y de la revolución social española de 1936. Rosa Luxemburgo. Narra un retrato de la líder socialista Rosa Luxemburg, desde fines del siglo XIX hasta
su muerte en 1919. She’s beautifull when she’s angry. Minidocumental (Netflix).
Para armar este cuadernillo las Amaguañas usamos Feminismos negros, una antología. Hacia una pedagogía feminista (Claudia Korol). Apuntes sobre feminismos y construcción de poder popular (Luciano Fabbri). Feminismo para principiantes (Nuria Varela).
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Este cuadernillo se terminรณ de imprimir en Buenos Aires, Argentina Octubre de 2017 en Impresiones Hermanadas y en Manada
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