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C oopera C ión
Llegó a Pamplona con el objetivo de recopilar información y conocer el funcionamiento, organización y gestión del sistema de urgencias navarro. El Dr. Guy Rodirgue Takoudiou ha iniciado el programa formativo, liderado por el Colegio de Médicos de Navarra, que permitirá financiar la estancia en Navarra de tres médicos del Hospital Le Bon Samaritain de N’Djamena, la capital del Chad, durante los próximos años.
En tan solo un mes, Guy Rodrigue Takoudjou, médico y jesuita, ha exprimido al máximo la experiencia y se lleva al Chad aprendizajes y sobre todo “buenos amigos” con los que continuar este intercambio formativo entre Navarra y N’Djamena. Asegura que no puede trasladar el modelo sanitario a su país, “porque no tenemos medios para ello”, pero sí algunos de los principios que lo sustentan.
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Guy Rodrigue es camerunés, se formó en Teología en España, en farmacología en Estados Unidos y en Medicina en el Chad, en la Facultad en la que ahora es decano. Este médico, sacerdote, investigador y docente, forma parte del equipo directivo del Hospital Le Bon Samaritain de N’Djamena.
Durante un mes ha acompañado a profesionales del sistema navarro de urgencia hospitalaria y extrahospitalaria, pediatría, ginecología, Atención Primaria… y ha conocido las peculiaridades de la formación pregrado de Medicina en las dos universidades navarras. Antes de regresar al Chad, el Colegio de Médicos reunió a quienes han posibilitado esta experiencia (médicos, jesuitas, responsables de centros e instituciones y representantes de las entidades implicadas en el proyecto: Fundación Diario de Navarra, Alboan y Colegio de Médicos) para despedirle y conocer la valoración que hace de su periplo por la sanidad navarra.
DESDE LA OtRA ORILLA
El Dr. Guy Rodrigue hace una valoración de nuestro sistema sanitario que sorprende, poniendo el foco en aspectos en los que no hubiésemos reparado. Su mirada nos conduce de Navarra al hospital Le Bon Samaritain de N’Djamena, que aúna sanidad y educación en unos de los países más pobres de África.
– ¿qué es lo que más le ha llamado la atención del sistema sanitario navarro?
Todo lo que he aprendido es extraordinario para mí. Por ejemplo, la limpieza e higiene. Hice un cálculo aproximado y en un día se cambian más de mil sábanas en urgencias, una cifra que está lejos de nuestras posibilidades. En nuestro hospital solo tenemos a una persona encargada de lavar las sábanas, pero podemos mejorar la limpieza sin que nos cueste mucho dinero. Lo que más me ha sorprendido ha sido el seguro médico.
– ¿Valoramos suficientemente lo que tenemos?
Para valorarlo es posible que se tenga que ver antes lo que nosotros tenemos. El seguro médico es un privilegio para pacientes y profesionales, en nuestro hospital se paga por todo. El seguro proporciona al médico los medios necesarios para hacer su trabajo, sin presiones ni limitaciones. En la entrada de nuestro hospital hay un cartel que indica los precios de cada intervención y muchas veces –demasiadas– el paciente no puede completar el tratamiento o pagar las pruebas.
– ¿qué cosas se puede copiar de lo aprendido?
Podemos ir adaptando a nuestro contexto los protocolos y algoritmos que en Navarra existen para cada procedimiento y el reposicionamiento inmediato de la medicación o el instrumental utilizado para que siempre esté listo. También podemos mejorar la trasmisión de la información entre médicos cuando llega la hora del relevo y avanzar en la informatización de la historia clínica. Me ha llamado también la atención el triaje, la simulación de casos para la formación de los profesionales, las segmentación de las etapas en el análisis y resolución de los problemas, la ecografía en consulta, la disponibilidad y rapidez de las pruebas complementarias, la comida de los pacientes, las llamadas para avisos de derivación, el porcentaje de mujeres sanitarias, la consulta y presencia en urgencias de pacientes con síntomas resueltos o leves, la alta prevalencia de patología psiquiátrica y el poder que tienen los pacientes.
– ¿Qué dificultades ha encontrado?
Pocas. Estoy muy agradecido por el interés y la atención prestada durante mi estancia formativa. Ha sido un regalo. Entre las dificultades, destacaría el frío y la lengua porque, a pesar de que hablo español, supone un gran esfuerzo vivir todas las horas del día en un idioma que no es el tuyo. Me ha llamado mucho la atención el tratamiento que se da aquí a los perros, impensable en África. Como anécdota, cada día me perdía buscando la lavandería del Hospital para sustituir mi bata.
LA uRGENCIA quE NO ES
– ¿Por qué ha puesto el foco en las urgencias sanitarias?
El programa de formación nos permitía elegir un área para centrar mi estancia en Navarra. Mi hospital cuenta ahora con una sala de urgencias, con 6 camas y en los próximos años queremos construir y organizar un edificio de urgencias. Vine aquí con el objetivo de ver y aprender cómo organizar y gestionar un servicio de urgencias hospitalario. Pero mi estancia también me va a permitir otras cosas como, por ejemplo, avanzar en la digitalización de la historia clínica de nuestros pacientes.