Documento Político de la Alianza Latinoamericana Y Caribeña de Juventudes rumbo a Cairo+20
Análisis de Contexto Entre el 5 y el 13 de septiembre de 1994, en la ciudad de El Cairo, Egipto, bajo el auspicio de las Naciones Unidas, se llevó a cabo la IV Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo (CIPD/Cairo). Más de 180 Estados participaron en esta cita que aprobó un nuevo Programa de Acción (PA-CIPD) como guía para la acción nacional e internacional en el área de población y desarrollo para los próximos 20 años (2014). Éste Programa puso énfasis en la relación integral entre población y desarrollo y se concentró en responder a las necesidades de las personas, en lugar de aspirar sólo al logro de metas demográficas. La CIPD está íntimamente relacionada con un cambio de paradigma global, en el cual se comienza a considerar a las personas como sujetos de derechos. Cairo fue uno de los primeros foros internacionales en reconocer el rol central de las mujeres en el proceso de desarrollo y en considerar el concepto de derechos reproductivos. Después de la Guerra Fría, se realizaron distintas conferencias que abarcan los más diversos temas esenciales para el desarrollo de las personas, tales como la Conferencia sobre Desarrollo Sustentable (Río de Janeiro, 1992), la IV Conferencia Mundial de la Mujer (Beijing, 1995), la Conferencia Mundial de Educación (Jomtien, 1990), y la Conferencia Mundial contra el Racismo, la Discriminación Racial, la Xenofobia y las Formas Conexas de Intolerancia (Durban,2001). Así mismo, en materia de juventud en la región Iberoamericana, se han dado importantes eventos que han marcado la historia y han fortalecido el derecho internacional, en la búsqueda del posicionamiento de los derechos humanos a través de la Convención Iberoamericana de La Juventud (Badajoz, 2005). En la Alianza Latinoamericana y Caribeña de Juventudes rumbo a Cairo+20 consideramos que los documentos emanados de la IV CIPD representan una transformación profunda para el sistema internacional, brindando una amplia plataforma que exige mantener a los derechos humanos como el centro de gravedad del desarrollo. Consideramos fundamental avanzar en una perspectiva integradora, en tanto que, más allá de los espacios formales del sistema de Naciones Unidas; tenemos un firme compromiso propio. Dicho compromiso busca construir un mundo donde las personas puedan vivir con dignidad, la igualdad se convierta en realidad, las personas hagan de sus cuerpos territorios de autonomía y placer, el medio ambiente y los recursos naturales dejen de ser vistos como elementos infinitos sujetos a la explotación, los pueblos del mundo puedan definir su destino sin la intromisión de poderes ajenos, y especialmente, donde los pueblos originarios y poblaciones afrodescendientes del mundo puedan vivir libres de racismo y violencia colonial, donde las y los jóvenes podamos participar de manera efectiva en la toma de decisiones. El enfoque integral de derechos humanos que sostenemos en la Alianza, busca dinamitar los nudos de poder que limitan el ejercicio pleno de los derechos humanos de mujeres, jóvenes, indígenas, afrodescendientes, personas de la diversidad sexual y personas con discapacidad. Esto a través del reconocimiento de relaciones de poder injustas, que en su núcleo concentran inmensas cargas de violencia.
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Documento Político de la Alianza Latinoamericana Y Caribeña de Juventudes rumbo a Cairo+20 Reconocemos los cambios y avances en América Latina, consideramos positivo que nuestra región sea la de mayor cumplimiento de la agenda de Cairo, así como los avances en la disminución de la pobreza y la entrada de gobiernos progresistas al escenario regional. Es importante señalar que América Latina y el Caribe redujo a la mitad la mortalidad infantil y en la niñez entre 1990 y 2007 y su nivel en este último año (22 y 24 defunciones por cada mil nacidos vivos, respectivamente) fue inferior a la meta del PA-CIPD para 2015 (35 y 45 por mil, respectivamente, párrafo 8.13 del Programa). En el caso de la esperanza de vida, la meta era de 70 años para ambos sexos en 2005 (medida 8.5), y a esa fecha la región superaba los 72 años. Sin embargo, éste promedio oculta países que no cumplieron todas o algunas de estas metas, como Guatemala, el Estado Plurinacional de Bolivia y Haití. Aunque en general están disminuyendo las brechas de la mortalidad infantil entre los distintos grupos sociales, las inequidades persisten, estando especialmente rezagadas las personas que viven en pobreza y los pueblos indígenas y afrodescendientes. Por otro lado, entre 1995 y 2005 la proporción de mujeres unidas con necesidad insatisfecha de planificación familiar bajó del 12,5% al 10,5%. Si bien dicha disminución es un avance rumbo a la meta del 100% de demanda satisfecha en 2015 que plantea el PA-CIPD (medida 7.16), representa un desafío importante para los próximos años. La mayoría de los países de la región ha disminuido la proporción insatisfecha de esta demanda, alcanzando valores de entre el 6% y el 15% alrededor de 2000, cuando estos guarismos se situaban entre el 12% y el 25% alrededor de los años noventa. Es destacable que sean las adolescentes las que registran mayor necesidad insatisfecha. Entre 2002 y 2007 el número de personas viviendo con VIH/SIDA se estabilizó, y si la tendencia se mantiene, la región habrá avanzado significativamente en el diagnóstico, la atención y el tratamiento de las personas viviendo con VIH, llegando al 62% en 2007 –cifra más alta del mundo en desarrollo- aunque aún estando lejos del 100% que plantean los ODM para 2010. Sin embargo, el Caribe presenta altas tasas de prevalencia en la comparación internacional, y en toda la región despierta preocupación la falta de información y de prácticas preventivas sistemáticas, incluida la educación sexual integral, en particular en los grupos que viven en pobreza. La mortalidad materna y la fecundidad adolescente presentan niveles mucho más elevados de los que cabría esperar. Durante los últimos 15 años no han dado muestras de un descenso sostenido y sus niveles son mucho más altos entre las mujeres pobres, de menor nivel educativo e indígenas. En el caso de la mortalidad materna, los altos niveles de atención institucional del parto, no han sido suficientemente efectivos hasta ahora. Siete países de la región tienen tasas mayores a 200 muertes maternas por cada 100.000 nacimientos, y en otros ocho el valor se sitúa entre las 100 y las 200. En cuanto a la fecundidad adolescente, inquieta su leve descenso en el período examinado pese al intenso despliegue de acciones en la materia que declaran los países. En el período 2004-2007, entre el 12% y el 25% de las jóvenes de 15 a 19 años ya eran madres. Sin duda, se trata de dos asignaturas pendientes en la implementación del PA-CIPD. En lo que respecta al acceso universal a la educación primaria, particularmente para las niñas (medida 4.18), desde el primer informe de avance quinquenal del PA-CIPD quedó claro que la región tenía un alto grado de avance en la cobertura, cercana al 100%, aunque hay algunos países rezagados, y dentro de los que han alcanzado la meta existen grupos que aún están al margen. Adicionalmente, la cobertura es mayor para las mujeres, tanto a nivel regional como para casi todos sus países. Sin embargo, hay 2
Documento Político de la Alianza Latinoamericana Y Caribeña de Juventudes rumbo a Cairo+20 consenso en que la región requiere otras metas educativas además de la cobertura, como la calidad. Es en esta dimensión donde se están expresando con intensidad creciente las desigualdades sociales.1 Reconocemos avances en la lucha contra la pobreza, misma que con estimaciones de CEPAL pasó del 43.8% de la población en 1990 al 31.4% en 2010. Por otro lado, el Índice de Desarrollo Humano regional pasó del .624 en 1990, al .728 en 2010 en la escala del mismo. Sin embargo vemos que el gran flagelo de la región, la desigualdad, apenas se ha movido en los últimos 20 años: el coeficiente de Gini regional varió del .53 al .52 entre 1990 y 2010. Vemos con preocupación que a pesar de los avances en América Latina y el Caribe, hemos sido testigos de terribles retrocesos en materia de derechos humanos y democracia en algunos países como: Honduras, Nicaragua y Paraguay; así mismo, lamentamos que políticas económicas progresistas no se hayan traducido en avances en materia de derechos sexuales, y sí en el mantenimiento de políticas y estructuras racistas que violentan los derechos de poblaciones afrodescendientes e indígenas. Somos las y los jóvenes quienes estamos pagando el mayor costo de las múltiples crisis, quienes tenemos las peores tasas de desempleo. Ponemos una gran parte de la atención en las políticas de seguridad, y accedemos a menos espacios de participación democrática efectiva, situación que se agudiza en el caso de mujeres jóvenes, quienes siguen viviendo mayores grados de marginación y son sistemáticamente invisibilizadas en políticas públicas. El rol de las juventudes rumbo a Cairo+20 Las y los jóvenes de la Alianza, pertenecemos a la primera generación que ha disfrutado de los logros obtenidos a raíz del PA-CIPD. Reconocemos el papel fundamental que han tenido los movimientos sociales, especialmente los movimientos de mujeres, feministas, movimientos en respuesta al VIH, movimientos juveniles, estudiantiles, afrodescendientes, indígenas y de la diversidad sexual como impulsores del cambio social, y garantes del respeto a los derechos humanos. Las juventudes latinoamericanas y caribeñas tenemos un papel fundamental en el empuje de la agenda de Cairo, somos la generación más grande y con mayores recursos a nuestra disposición –como las tecnologías emergentes y el acceso a la información-. Nuestra generación es una aliada estratégica para la implementación de Cairo. Creemos que es necesario transitar hacia un paradigma de gestión intergeneracional del desarrollo y la democracia, por lo que buscamos una sociedad donde los recursos naturales y la toma de decisiones no sean monopolizadas por una sola generación; queremos ser actores sociales determinantes en el presente y participar en la gestión de los recursos naturales.
1Fuente: Naciones Unidas (1994), “Programa de Acción de la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo”, en “Informe de
la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo” (A/CONF.171/13), El Cairo; Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) (2004), Medidas clave para seguir ejecutando el Programa de Acción de la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo; Naciones Unidas (2008), Objetivos de Desarrollo del Milenio. Informe 2009, Nueva York.
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Documento Político de la Alianza Latinoamericana Y Caribeña de Juventudes rumbo a Cairo+20 Queremos además, jugar un papel articulador de las distintas agendas que luchan por el respeto y la garantía de los derechos humanos, buscamos impulsar el nivel de prioridad de la agenda que afecta directamente a nuestras vidas, impulsando una perspectiva generacional de las grandes soluciones que exigen los problemas globales. Nuestra generación ha impulsado una renovada ola de participación social, desde las plazas árabes, pasando por las asambleas españolas, a los pasos de los y las estudiantes chilenos y las reivindicaciones del movimiento #YoSoy132 en México. Somos las juventudes quienes hemos conmovido y movilizado sociedades enteras, y tenemos la convicción de construir una nueva mayoría social capaz de defender las conquistas en materia de derechos humanos y de construir soluciones que den cuenta de los nuevos retos globales. Reivindicaciones Reivindicamos la igualdad entre hombres y mujeres, así como la autonomía de las mujeres como condiciones indispensables para el ejercicio pleno de los derechos humanos; especialmente los derechos sexuales y reproductivos, los derechos de las personas que viven con VIH, la superación de la pobreza y la desigualdad, así como el alcance de un modelo de desarrollo sostenible. Reivindicamos nuestra diversidad como un valor fundamental para la democracia, una característica intrínseca de nuestra generación y una perspectiva urgente para garantizar las la atención a necesidades específicas de las poblaciones y la igualdad en el ejercicio de los derechos humanos. Reivindicamos la necesidad de avanzar hacia modelos económicos, energéticos, productivos y sustentables, que garanticen el derecho de los pueblos a la autodeterminación sobre el uso de sus recursos naturales, y el empuje de nuevos patrones de producción y consumo que no comprometan la satisfacción de las necesidades de las generaciones futuras. Reivindicamos a los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales como condiciones necesarias para que las juventudes puedan acceder de manera informada, placentera y libre de violencias al ejercicio de los derechos sexuales y la participación en la toma de decisiones. Reivindicamos el rol de la juventud –en tanto que es la generación más grande en la historia-, que la mayor parte de los países en desarrollo posee una alta proporción de personas jóvenes en su población y que somos la primera generación en disfrutar los logros alcanzados por la CIPD; por nuestro número e importancia, merecemos un lugar central en los esfuerzos por alcanzar los objetivos de desarrollo acordados internacionalmente, especialmente el Plan de Acción del Cairo. Reivindicamos la Cooperación Internacional como una vía idónea para el aseguramiento del desarrollo sustentable y compartido, especialmente la cooperación juvenil como una vía para la construcción de solidaridad generacional, la paz y el entendimiento entre los pueblos. Reivindicamos al Estado laico como el mejor marco para garantizar el desarrollo de la democracia, la igualdad ante la ley, el respeto por la diversidad y el ejercicio pleno de los derechos humanos. 4
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Demandas Igualdad e inclusión social ● Formular, elaborar y promover políticas económicas y sociales inclusivas con vista al crecimiento económico sostenible para reducir la pobreza y combatir la desigualdad, así como incluir y mantener a las personas jóvenes en la vida productiva, ya sea por medio del empleo formal o por medio de transferencias condicionadas en los casos que se requieran. ● Invertir en la formación de las juventudes por medio de programas y proyectos que promuevan su potencial y mejoren sus condiciones de vida, tanto en las ciudades como en zonas rurales; así como luchar por la erradicación de la miseria y el hambre, con especial atención a los segmentos juveniles tradicionalmente excluidos. Trabajo Digno ● Promover políticas públicas de trabajo digno para jóvenes y fomentar la educación prolongada antes de ingresar al mercado de trabajo. ● Fomentar la promoción del trabajo formal y el acceso de jóvenes a los mecanismos de protección social, por medio de reformas a las normas y políticas públicas que garanticen el pleno respeto a los derechos laborales. ● Visibilizar y promover la participación de jóvenes en organizaciones de trabajadores y trabajadoras. ● Reconocer la asociación sindical como una forma de empoderamiento de las y los jóvenes en el ámbito laboral para la preservación de sus derechos. ● Reconocer el trabajo doméstico como una forma de trabajo remunerada y no remunerada y proveer los mecanismos para el cumplimiento de los derechos laborales que permitan a las y los jóvenes ejercerlo de forma digna, segura y libre de discriminación. ● Eliminar toda forma de esclavitud, explotación, extorsión, violencia y discriminación en el ámbito laboral; en particular hacia las mujeres jóvenes, adolescentes, indígenas, personas con discapacidad y afrodescendientes. Educación para todas y todos ● Promover una educación gratuita, laica y de calidad a la cual tengan acceso todos y todas las jóvenes, sin importar su condición socioeconómica, racial, física, religiosa o sexual. ● Considerar la educación de las personas jóvenes como condición esencial para el desarrollo humano integral, cuidando las necesidades educativas de todos los grupos juveniles, especialmente los segmentos en condición de vulnerabilidad, jóvenes indígenas, afrodescendientes y jóvenes con discapacidad. ● Promover la educación intercultural como herramienta de fortalecimiento de las identidades a través del intercambio de conocimiento y aprendizaje. ● Generar un amplio acceso a la educación sin limitaciones territoriales, de distancia, de acceso, de lenguaje o dialecto, que permita que la educación llegue a cada persona sin excepción. ● Prestar atención a la educación universal, científica, laica, y de calidad con enfoque al desarrollo integral de jóvenes; que garantice el acceso a la educación sexual integral, permitiendo que las personas jóvenes tomen decisiones libres, conscientes e informadas. 5
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Eliminar los estereotipos y toda forma de discriminación basados en el género en el sistema educativo.
Salud como factor de inclusión social. Garantizar el pleno derecho al acceso a la salud sexual y reproductiva de las personas jóvenes, especialmente a los servicios de salud sexual y reproductiva de alta calidad, así como a programas que permitan la prevención del embarazo no planificado y/o no deseado en la adolescencia por medio del acceso al derecho a la información científica y laica. Estimular programas de prevención al VIH/SIDA y reducir progresivamente todas las formas de discriminación, incluyendo la discriminación a personas afectadas e infectadas por el VIH/Sida y la desigualdad en el acceso a la salud. Fomentar estilos de vida dignos, saludables, estimulando actividades culturales y deportivas en la adolescencia y en la juventud; con especial atención en la prevención de la mortalidad como consecuencia de incidentes, complicaciones en el parto de mujeres jóvenes, VIH/Sida, aborto en condiciones precarias e inseguras, enfermedades de transmisión sexual, reducción de daños por el uso de drogas y trastornos alimenticios. Igualdad entre hombres y mujeres Promover la igualdad entre hombres y mujeres, la autonomía y el empoderamiento de las mujeres jóvenes como medio eficaz de combatir a la pobreza y el hambre, estimulando el desarrollo sostenible y garantizando el ejercicio de los derechos humanos. Promover la inclusión de un lenguaje no sexista en la forma de comunicación oral y escrita, y la deconstrucción de los roles y estereotipos basados en el género. Garantizar el empoderamiento de las mujeres jóvenes, promoviendo condiciones para su emancipación, igualdad y participación real y equitativa. Elaborar políticas y tomar medidas para aumentar el acceso de adolescentes y mujeres jóvenes a la educación y al mercado de trabajo con equivalencia salarial, en condiciones dignas, libres de prejuicios y discriminación. Desarrollar políticas, programas y servicios para erradicar la violencia basada en género, especialmente aquellas causadas por la misoginia, la discriminación y el odio; así como garantizar el acceso universal a la salud, incluyendo salud sexual y reproductiva y servicios de aborto legal, seguro y gratuito. Incluir la perspectiva de género en todos los programas y políticas públicas, con especial atención a la condición de etnia y raza. Erradicar toda forma de explotación laboral, sexual, psicológica y física que denigre a las personas por su expresión de género. Paz con Justicia y Dignidad Aplicar los principios contenidos en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, incentivando medidas que garanticen la seguridad personal y comunitaria de la población joven; asimismo, garantizar el derecho a la paz, y protección frente a grupos paramilitares, del crimen organizado y fuerzas de seguridad en territorios donde persistan conflictos armados. Prevenir cualquier tipo de violencia o agresión a través del uso de las armas contra las y los jóvenes, los pueblos originarios y las poblaciones afrodescendientes, así como el 6
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involucramiento forzado de adolescentes y jóvenes en los conflictos armados o cualquier forma de opresión contra mujeres, niñas y niños. Promover la eliminación de las armas y su comercialización, ya que son el principal detonante de la violencia en los países más pobres de la región, como mecanismo de opresión para el genocidio de la población y de las ideas. Desarrollar políticas y programas nacionales de desarrollo que vislumbren las necesidades especiales de las personas jóvenes excluidas o marginadas, buscando incluirlas en la vida productiva, social y cultural, garantizando medidas de reparación para mujeres y hombres jóvenes que viven en territorios de conflicto armado y marginación social. Enfrentar, por medio de políticas públicas, formas de estigmatización de la juventud y discriminación, dando especial atención al combate y a la prevención de la discriminación y violencia. Es importante el impulso a programas y políticas que restituyan el tejido social de las comunidades y la paz. Priorizar medidas alternativas a la privación de libertad de adolescentes en conflicto con la ley, utilizando la reclusión como último e inevitable recurso, en consonancia con la Convención Internacional de los Derechos del Niño y del Adolescente.
Nuevo modelo de desarrollo ● Impulsar un nuevo paradigma de gestión del desarrollo, que garantice la equidad generacional a través de la participación intergeneracional en el mismo, así como nuevos patrones de consumo y producción que no amenacen la satisfacción de las necesidades de las generaciones presentes y futuras. ● Fomentar políticas públicas de prevención del éxodo rural juvenil y de convivencia urbana, atendiendo prioritariamente a las personas jóvenes en situación de riesgo personal y vulnerabilidad social. ● Promover a toda escala un modelo sustentable y sostenible que minimice el impacto en el medio ambiente y permita generar un equilibrio entre desarrollo poblacional, conservación de la cultura y preservación de los recursos naturales no renovables. Migración Internacional ● Garantizar las condiciones necesarias que permitan el desarrollo pleno de las y los jóvenes de forma integral, igualitaria y equitativa de tal forma que se reduzca la movilidad de personas por cuestiones de carestía, hambre, falta de oportunidades, discriminación o prejuicios. ● Adoptar políticas migratorias que potencien los efectos positivos y reduzcan los efectos negativos de la migración juvenil, concediendo protección plena de los derechos humanos a jóvenes migrantes, protegiéndoles de cualquier tipo de discriminación, segregación y violencia étnica-racial. ● Fomentar la firma de acuerdos internacionales y favorecer procesos adecuados de integración social por medio de la ampliación de los medios legales del ejercicio laboral, así como el reconocimiento histórico de las condiciones sociales y económicas que han originado el papel de países emisores y receptores de migrantes. Derechos Sexuales y Reproductivos ● Reconocer los derechos sexuales y reproductivos, como derechos fundamentales de las y los jóvenes y adolescentes para su desarrollo individual desde una perspectiva amplia e integral de 7
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la salud para bienestar físico, psicológico, psíquico, biológico, neural y emocional, así como para el desenvolvimiento pleno en los espacios de participación, autonomía y empoderamiento para el cambio social. Impulsar programas y políticas que garanticen el ejercicio libre y placentero de la sexualidad, garantizando la protección contra todo tipo de violencia y promoviendo la autonomía juvenil sobre el ejercicio de sus cuerpos, incluyendo el acceso a servicios de salud sexual y reproductiva de calidad y gratuitos. Garantizar el derecho a decidir, de mujeres y hombres jóvenes, sobre sus cuerpos promoviendo el autocuidado, la autonomía, la información científica y pertinente, así como el respeto a la diversidad. Garantizar el respeto al Estado Laico como marco necesario para la garantía del derecho a decidir de las y los jóvenes. Generar políticas y programas que regulen el impacto negativo de los estereotipos, prejuicios, dogmas y fundamentalismos que limitan el acceso universal a la salud sexual y reproductiva. Generar o adaptar políticas y programas que permitan la transversalización de los derechos sexuales y reproductivos.
Diversidad en la igualdad ● Garantizar el ejercicio de los derechos humanos a todos los jóvenes, sin discriminaciones y en condiciones de igualdad, sin importar su orientación sexual, identidad de género, raza, etnia, religión, discapacidad, y condición de salud. ● Enfrentar, por medio de políticas públicas, la violencia basada en género, orientación sexual, identidad, raza, etnia, condición de salud, intolerancia religiosa y por discapacidad física. ● Promover la erradicación de políticas o leyes que denigren la integridad física y psicológica de las y los jóvenes por su orientación sexual e identidad de género cuyos fundamentos estén basados en estereotipos o dogmas de carácter religioso. Democracia Participativa Promover e incentivar la participación sistemática de jóvenes en todos los entornos de la sociedad y en sus procesos de toma de decisión. Impulsando su participación en parlamentos, gobiernos locales, y espacios de consulta ciudadana. Hacer de la democracia un proyecto de presente y futuro compartido, reconociendo el papel de las juventudes como actores sociales fundamentales, e impulsando dinámicas intergeneracionales en la toma de decisiones y la gestión del desarrollo. Invertir recursos públicos y privados en el fortalecimiento juvenil, así como promover la participación de la juventud por medio de la creación y fortalecimiento de las plataformas y consejos nacionales e internacionales de juventud. Tecnología y Comunicación Generar políticas y programas que permitan el acceso amplio, pleno y en iguales condiciones al acceso a la información y el aprovechamiento de las tecnologías de información y comunicación (TICs) como herramienta de empoderamiento y desarrollo. Proveer mecanismos que permitan el pleno aprovechamiento de las tecnologías emergentes, con énfasis en la disminución de su impacto en el medio ambiente, mantenimiento renovable y sostenible y la preservación de la cultura e identidad de los pueblos. 8
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Datos Demográficos y Estadísticos Generar datos desagregados de acuerdo a las diversidades y contextos de las y los jóvenes en la región, que permitan tener un panorama más amplio, integral y realista de la situación demográfica poblacional. Promover la investigación para la recopilación de información basada en indicadores sociales y desde una perspectiva social con énfasis en las juventudes y sus diversidades. Promover el desarrollo de aplicaciones y sistemas de información basados en estándares actualizados que minimicen los márgenes de error, la ambigüedad en la recolección de datos y que incorporen indicadores sociales desde una perspectiva de género y juventud.
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