Una palma milagrosa que mana leche y es capaz de curar todos sus males
EL ENIGMA DEL ORIGEN DE SANT PAU D’ALBOCÀSSER Y SUS MISTERIOSAS GRISALLAS “Una palma misteriosa que mana leche y es capaz de curar todos sus males” Vicent Melià i Bomboí Una de las grandes pistas para descubrir el motivo del origen del Ermitorio de Sant Pau de Albocasser, provincia de Castellón, lo encontramos en el detalle de un medallón pintado en la capilla por el Maestro Vicent Guilló, entre 1687 y 1690, en el que representa unas palmeras de las que de una de ellas brota un manantial de leche. Si nos detenemos fijamente en esta obra, podemos observar que éstas no son palmeras africanas, son palmeras tropicales. Es decir, el artista está representando un paisaje de las Américas, con la siguiente inscripción: “A esta palma milagrosa, que en leche arroxa corajes, para curar de sus males, buscan todos misteriosa”.
Vicente Meliá Bomboí
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Una palma milagrosa que mana leche y es capaz de curar todos sus males
Otra pista importante la encontramos en una grisalla pintada en la planta baja de la hospedería, la que representa a San Cristóbal (fechada entre los siglos XVII y XVIII). San Cristóbal es el que protege a Jesús, cargando con él en su hombro para que pueda pasar las turbulentas corrientes. Este Santo es una metáfora protectora de los viajeros y marineros que recorren las rutas de América (sin olvidar el nombre del descubridor de América). Al interpretar las tres pistas en su conjunto, la de las “palmeras tropicales manando leche” (símbolo de las tierras de ultramar), la de la figura de San Cristóbal (el protector para cruzar con éxito las corrientes) y la de la inscripción “palma misteriosa, que su leche cura los males” (referencia a una sustancia farmacológica), nos resuelve el enigma ofreciéndonos la siguiente hipótesis: “El Ermitorio de Sant Pau de Albocasser fue el primer centro de tratamiento, mágico-médico, de las enfermedades de origen tropical o americano. En el que se trataba estas enfermedades con una sustancia lechosa (secreta) de origen vegetal” ¿De qué planta procedía esa sustancia lechosa? ¿Era de una palma del Maestrazgo?... Es interesante destacar que en una de las Grisallas principales de la hostería, la que representa la Última Cena, ante Jesús está representado un manojo de un tipo de planta... ¿Es de esta planta de dónde se obtenía “la leche para curar todos sus males”? Vicente Meliá Bomboí
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Una palma milagrosa que mana leche y es capaz de curar todos sus males
Esta hipótesis de que era un templo “mágico-médico” para tratar enfermedades de origen americano, explicaría porqué pasaron por este santuario personajes tan importantes como, el Duque de Saboya (Algunos historiadores sostienen que fue Carlos Manuel I, yerno de Felipe II, apodado “Cara de fuego”que, curiosamente murió en 1630 de unas fiebres repentinas y violentas), también mantienen que en los muros había una referencia al Conde Duque de Olivares, así como a burgueses importantes, de Barcelona, Valencia... entre otros muchos. Éstos peregrinaban al Ermitorio bien para tratar una enfermedad propia o bien para conseguir “la sustancia o fármaco secreto”. El tratamiento se fundamentaba en oraciones (religiosidad), en farmacología (sustancia vegetal lechosa) y en baños, se construyeron bañeras de piedra en las que se bañaban los enfermos. Una de las dos que se conservan tiene la siguiente inscripción, traducida del original en latín: “El Señor Baltasar Pastor Monsonís la donó a Sant Pau Apóstol el año 1670” Vicente Meliá Bomboí
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También el tratamiento “mágico-médico”se fundamentaba en una dieta gastronómica representada en la Grisalla de la Última Cena: Carne de cordero (poca cantidad por eso está representado el cordero muy pequeño), pan (en forma del signo del universo), agua de Sant Pau, frutas como la granada y un tipo de verduras de la zona... y sobre todo “con la sustancia lechosa misteriosa y milagrosa de una palma”
Otra interesante reflexión pintada por Vicent Guilló en otro medallón del templo: “Por ser tan hermoso el Cielo, te busco con tanto anhelo”, ésta nos transmite que el pintor ve cercana su muerte, quizá también sufra de alguna enfermedad cuyo origen esté en el Nuevo Mundo y esta frase sea su epitafio encubierto. Esta intuición no es descabellada pues en 1698, el pintor muere en Valencia de un ataque cerebrovascular... y en la tercera fase de la Sífilis, aparecen complicaciones del tipo: lesiones cerebrales, cardiopatía, pérdida de coordinación de las extremidades y trastornos oculares... estas complicaciones parece que quedan reflejadas en una de sus últimas obras en la Capilla de los Santos Juanes de Valencia en la que se le acusa: “...que se han empleado figuras pequeñas sin las debidas proporciones y sin tener en consideración la distancia desde la que debían ser vistas, resultando de ello gran confusión”. (Según informe de Antonio Palomino 1698) Así, el Ermitorio de Sant Pau de Albocasser, puede ser el primer centro de la Península Ibérica en el tratamiento “mágico-médico” (con una sustancia lechosa vegetal, una dieta especial a base de carne de cordero y frutas (granadas) acompañado de baños terapéuticos) de las enfermedades tropicales y de origen en las Américas. Vicente Meliá Bomboí
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Aunque no hay que olvidar, y es de gran interés, que en él también hay representadas un conjunto de grisallas (pinturas monocromas que intentan dar sensación de volumen) con referencias a la vida y martirio de San Pablo, así como una fascinante simbología griálica y una iconografía relacionada con tradiciones de origen cátaro, entre ellas destaca una “representación sensual de María Magdalena, que a simple vista da la sensación de estar embarazada”, con lo que esta grisalla plantea el dilema de la posible existencia de una descendencia directa de Jesús.
Vicente Meliá Bomboí
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El Ermitorio de Sant Pau de Albocàsser (Provincia de Castellón) fue el primer centro de tratamiento “mágico-médico” de las enfermedades de origen tropical o americano. En este lugar sagrado se trataba estas enfermedades con misticismo (religiosidad), baños terapéuticos, una dieta gastronómica especial representada en la grisalla de la Última Cena: Carne de cordero (poca cantidad), pan santificado, frutas (entre ellas las granadas) agua de Sant Pau, verduras de la zona... y sobre todo con una farmacología basada en “ una sustancia lechosa (misteriosa y secreta) de origen vegetal”
Vicente Meliá Bomboí
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