Colaboradores de este número: (SIC)
Tungjen García @Tungjen Lucía Miranda @xitlalium
M. Arízaga @_M1965
Abel Gómez @norteando Bethsabé A. Holi @bethsabe_
Manuel Díaz @themanu
Citlalli Ixchel @lallixc Víctor Hernández @elvictorh
Eme @cafeleeria
Melissa Amezcua @chinampa
Iván Quintero @liqs
J. Pablo Ampudia Diseño Camisa: nadie http://desvisible.tumblr.com 2
El supuesto aniversrio EDITORIAL
(sic) fanzine surgió hace mas de un año en DF, pensábamos sacar una edición cada mes o mínimo cada dos mes. No ocurrió así y esta publicación se comenzó a hacer cada que pudimos, que teníamos los suficientes colaboradores y los recursos. Este número en realidad no es un aniversario porque eso debió haberse realizado en julio de este año; de todas formas, nos gusta decir que si lo es. Aunque en realidad es más como un regreso bajo promesa de lograr periodicidad. La última edición que armamos (únicamente en versión digital) fue sobre la Primavera Mexicana y hasta fotos del Attolini pusimos, ahora pedimos una disculpa por eso. (¡Qué íbamos a saber!). Entonces, el tema de este número: CORAJE, es digamos, una consecuencia del sentimiento de esa edición y en general, de la situación actual del país y de nuestra generación: Estamos hasta la madre de todo. A fin de cuentas, quienes hacemos (sic) compartimos el odio hacia las mismas cosas. Melissa.
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Así es como desperdicio mi juventud Melissa Amezcua
Estoy sentada en la silla de un hospital, quinto piso. Llevo doce días así, fuera de mi casa, del DF, preocupada, cansada, encabronada, serena, pero sobretodo...TRISTE.
detestables, taxis de madrugada o zapatillas que no se usar. Pero eso es lo que más me da coraje. Que uso la cabeza para agobiarme por ese tipo de ESTUPIDECES.
Tengo más de dos meses preguntándome ¿qué me da coraje? No lo sé. Bueno, sé que me encabronada el regreso del PRI, la gente huevona, los hombres violentos, las mujeres dejadas, la apatía y muchas cosas más, pero eso qué. Llego a la conclusión de que a pesar de que me caen mal muchas personas, pocas cosas me dan coraje por razones personales. Mi desesperación es una de ellas.
Quizás sea un método auto destructivo de negación o tal vez sea culpa. Yo qué se. Preguntaba mi hermano qué era lo que hacía feliz a mi papá, y él mismo respondería que era ese momento del día en que comía flan o chocolates o los domingos cuando veía jugar a los Pumas. Pregunté ¿y qué le daba coraje? Que no le dieran su medicina, llamada Levodopa, la cual eleva la dopamina y entre otros, sus efectos son generar movilidad, tranquilidad, felicidad, pero sobretodo, me confesaba, unas pinches ganas de vivir. Algo que no suelo tomar en cuenta muy seguido.
Puta madre. Mi poca adaptabilidad social o mi falta de voluntad, ya que por ejemplo; no puedo dejar de comer harinas. Carajo. O mi facilidad para caer en vicios, apenas dejo uno y ya caigo en otro. También me choca ser tan llorona.
Soy una tonta por pasar el tiempo pensando puras pinches pendejadas. Ahora ya se. ¡Eso me da coraje!
En cosas aún más superficiales, confieso que no sé ahorrar un centavo y la mayoría de lo que gano lo gasto en pendejadas como tragos en bares
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Sigamos así, dormidos Tungjen García
Pensé en iniciar este texto con una definición académica de coraje pero ¿para qué? El coraje es una de las sensaciones humanas que todos hemos experimentado. La conocemos bien.
Pero más que nada es darse cuenta de que nuestros propios compatriotas nos miran mal porque odiar a México es criticar lo malo y amarlo es quedarse callado y soportarlo. Es pensar que ellos se conforman con colocarse, cada 15 y 16 de septiembre, una falsa identidad de poliéster entre la nariz y el labio superior y sacar a pasear su patriotismo por 48 horas.
Es ese perder control de nuestra boca, el golpe puberto a la pared que nos rompe los dedos, los dientes apretados, los músculos tensos y el no poder razonar más allá de una dirección hacia donde debemos tirar todo.
El coraje es también darte cuenta de que estás tan desesperado, tan decepcionado, que prefieres desentenderte de todo, dejar de luchar, dejar de criticar y dejar de ser el “naco”, el “resentido social”, el “amargado” y el “inconforme” para abandonar a todos, inclusive a ti mismo, a su suerte.
Es ese momento en que sale el presidente que saqueó al país y que dejó a millones de nuevos pobres a decir que necesitará de una cirugía plástica para borrarse la sonrisa que el triunfo de Enrique Peña Nieto le dejó en el rostro. Es saber que nadie hará algo, que cambiará nada, que no somos ni seremos nunca más un país de revolucionarios, ni siquiera de ideas. Es entender que nuestro pueblo será por siempre la nación Godínez, la que se conforma con tener un iPhone o comprar una Macbook a 13 meses sin intereses, en lugar de tener su libertad, su razón. Es sufrir el hecho de que hemos renunciado a cualquier intento.
“Cualquiera se puede enojar, eso es fácil. Pero enojarse con la persona correcta, en el grado correcto, en el momento indicado, por una razón justa y en la manera ideal, eso no todos pueden lograrlo y no es fácil” -Aristóteles Enrique Peña Nieto tomará protesta como presidente de México el 1 de diciembre de 2012. Sigamos así, dormidos.
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Valiendo verga Lucía Miranda
¿En dónde se depositan todos los corajes y pensamientos malvibrosos que de vez en cuando aparecen al recordar cuando alguien nos hirió a propósito o intencionalmente? Nos enseñan a manejarnos en una suerte de estoicismo pacifista en el cual poner la otra mejilla es requisito para ser aprobados. No, la gente que nos hace daño no arderá en ningún infierno, no será juzgada por diosito en otra vida; y desde mi punto de vista sería bueno de vez en cuando poder decir abiertamente: me emputa que te hayas pasado de verga. Así de simple. Me revienta que me hayas partido la madre, me jode que te hayas ido con otra, me humilla que te hagas pendejo, etcétera. También me caga que tus novias te ofrezcan una copia al carbón de lo que solíamos tener. Las personas que en algún momento se empeñaron tanto en destruir lo de uno deberían ser exhibidos como los cobardes que son en alguna plaza pública, o algo. Pero ésta y otras ideas son bastante fascistoides...
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Así es como se ganan las guerras M. Arízaga
Sin entrar en divagación sobre los mil y un significados distintos sobre la palabra, sentimiento y acción bautizada como “coraje”, personalmente lo relaciono a una vivencia donde fui corregida por el mal uso de esta palabra, es decir, la interpretación una vez más hace de las suyas para complicarnos la existencia y abrirnos las puertas al mundo de la redundancia basada en antecedentes personales. Es por eso que decidí atrincherarme en las experiencias de alguien más qué intento explicar el sentimiento con el libro “The Anatomy of Courage” publicado en 1945 por Charles McMoran Wilson, después conocido como Lord Moran el medico de W. Churchil, quien padeció la Primera Guerra Mundial desde el campo de batalla siendo un joven pasante de medicina. Fue ahí donde comenzó a llevar una bitácora sobre las experiencias de valentía y coraje vividas en carne propia por los soldados que atendía a diario, así se gestó la idea de la procedencia del sentimiento-acción que hacía a los combatientes enfrentarse a la muerte día tras día.
la búsqueda. La Anatomía del Coraje no es más que una oda al miedo, conocerlo, identificarlo y aprender a manejarlo; así es como se ganan las guerras. Recalca, que en todos los estratos de la milicia vio cobardía en sus ojos, y también cómo ese miedo irracional se convertía en furia estratégica durante la batalla. Evidentemente tiene muchas deficiencias, carente de un enfoque psicológico es un tratado más que un libro, lleno de hipótesis que muchos años después serían olvidadas y remplazadas por los estudiosos de las neurociencias. Ahora sabemos exactamente que secciones en el cerebro procesan el miedo y que el coraje no es más que una respuesta fisiológica a la liberación de adrenalina ligada a la huída, pero controlada por un proceso de mando interno, que obliga al ser humano afrontar aquello que debería temer.
Por su formación, asumió que la adrenalina era la causante de estos estallidos de furia, pero aún así siguió recopilando información y a su regreso de las trincheras, prosiguió con
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Coraje Manuel Díaz y Citlalli Ixchel
Ambas fotografías nacieron como resultado de diferentes conclusiones a las que llegué estos últimos días con respecto al coraje y la cantidad necesaria que se debe tener para afectar nuestra realidad.
un tipo de prueba confirmada y real de nuestra propia felicidad y valor. Compramos palabras para confirmar la idea especifica de valor socialmente positivo que se nos esta vendiendo. Queremos ser propietarios de nuestro propio valor, como si la sensación de la felicidad se hiciera en todos lados menos adentro de nuestras propias cabezas. Somos parte de la ideas de otras personas y confundimos a la cultura con la propaganda hasta volverla tradición.
Me parece que como seres humanos nos hemos convertido en esclavos de la satisfacción instantánea, del creer que cualquier cosa sumamente ridícula que nos presentan como una caja de Pandora, cambiara nuestro estado de humor y nuestra relación con otros. Creemos que si seguimos una serie de normas y conductas que giran alrededor de pequeños papeles de colores con un valor mágico al cual llamamos precio, vamos a lograr validación por parte de todo lo que nos rodea y automáticamente tendremos
Esta serie de fotografías simboliza el querer alzar las manos y gritar “soy un ser humano y mi vida tiene un valor que nada más puede reemplazar o mejorar”. Nuestra libertad y el planeta tierra son suficientes y tienen un valor absoluto.
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-Coraje-
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-Coraje-
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De la Calzada pa’lla Abel Gómez
De noche, cuando la moral de la ciudad se relaja, de las calles del centro brotan decenas de alebrijes, como hongos en las heces de los bóvidos en temporal de lluvias. Ánimas en pena, de una sola edad y un sólo sexo, todos con dientes podridos y ojos marrón. La escasa luz de los portones y esquinas que eligen para ofertarse es su maquillaje.
propias causas arriban y detienen el combate que más que combate era un caso de bullying. El caballero, que a pesar de lo holgado y mal calzado de su traje, se logró escurrir cual agua en tierra seca, mientras los uniformados apaciguan a la hembra furiosa; la frustración de la transacción no lograda se transforma en coraje hacia los chotas que le impidieron cobrarle a “aquel culero”, y entonces sucede el milagro, los policías se tornan en mártires y reciben los insultos ajenos.
De este carnaval dantesco, una mujer sigue a prisa a un hombre ataviado en Milano o en alguna boutique de menos glamour. “Hijo de tu puta madre, págame cabrón”.
Después de hablar en cifras sin aparente lógica y al ver que “aquel culero” había desparecido, los oficiales deciden no alborotar más las aguas de ese purgatorio que está de la Calzada pa’ llá. Si se hizo justicia o no, quién sabe, si se evito otro incidente donde las desgracias no existen, eso es seguro.
El tipo camina más recio, pero sin éxito, ella lo alcanza y sujeta fuertemente del brazo y siguen los conjuros, el pobre diablo no es capaz de entablar una palabra, está cagado de miedo y espera un milagro, huir no es una opción ya. Mientras la mujer sangolotea al individuo, exhibe un pecho que su corta y entallada blusa no pudo sujetar más, también su abultado vientre tatuado de estrías y algo parecido a una cesárea es oreado al fulgor del jaloneo; de pronto, la escena se ilumina con luces azules y rojas. Los justicieros de sus
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A quién corresponda Bethsabé A. Holi
Te la vives gritando que eres diferente, pero te comportas como todos los demás. ¿Qué pasó? ¿Qué fue de aquella persona que se dibujaba una vida alternativa en tecnicolor en medio de este mundo monocromático? ¿En qué momento se aburrió y envejeció su alma? ¿Qué pasó con tus decisiones erradas y tu espíritu de «¡ME VALE MADRES!»? ¿Dónde te perdiste? ¿Dónde estás? Solías decir que eso sería así por siempre, que la locura era tu amiga y las críticas te las pasabas por los huevos (aunque no tuvieras), ¿qué cambió? Siempre te he querido tal como eres, tus amigos, los pocos a quienes tú puedes llamar amigos, te han querido así siempre: Irreverente, poco común, con tornillos de menos, valemadres, sin respeto alguno, diferente. No te pierdas, que el pinche mundo no te cambie, no seas otro pedazo de este excremento. Sé tú. Todas las mañanas me repito lo mismo, y es que no quiero dejar de ser eso que a todos les cae mal. Puedo perderlo todo, menos a mí.
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Convocamos
La convocatoria para colaborar en (sic) fanzine estĂĄ abierta todo el tiempo. MĂĄndanos tus textos, ilustraciones y fotografĂas a equipozine@gmail.com o en @sicfanzine. Los textos no deben pasar de una cuartilla y media.
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