5 DIPLOMADO
MÓDULO
UNAN - León
GENERO, GENERACIÓN Y JUVENTUD
Juventud, Desarrollo y Salud Sexual y Reproductiva SSR
5 Diplomado
Mรณdulo
UNAN - Leรณn
Universidad Nacional Autรณnoma de Nicaragua Nicaragua, Leรณn
GENERO, GENERACIร N Y JUVENTUD
Juventud, Desarrollo y Salud Sexual y Reproductiva SSR
Diplomado Juventud, Desarrollo y Salud Sexual y Reproductiva SSR
Elaborado:
Revisado por:
-Lic. María Rosalina Meléndez. M.Sc. Profesor Titular Facultad de Ciencias Médicas. Carrera de Psicología. UNAN – León -Lic. María Isabel Caballero S. M.Sc. Profesor Auxiliar Facultad de Ciencias Médicas. Carrera de Psicología. UNAN – León
-M.Sc. Gustavo Pineda. Coordinador del diplomado. Juventud, Desarrollo y Salud Sexual y Reproductiva -Dra. Rosa Romero. Miembro del Equipo del Programa Voz Joven. Diseño por: Melvin Lezama Impresión: Editorial Universitaria, UNAN - León. Nicaragua, Agosto, 2011
Nota aclaratoria: El presente documento es una recopilación bibliográfica, con fines académicos y dirigido a los adolescentes y jóvenes participantes del diplomado Juventud, Desarrollo y Salud Sexual y Reproductiva.
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GENERO, GENERACIÓN Y JUVENTUD
«Hay tres grupos de personas: los que hacen que las cosas pasen; los que miran las cosas que pasan y los que se preguntan qué pasó.»
(Nicholas Murray Butler)
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Diplomado Juventud, Desarrollo y Salud Sexual y Reproductiva SSR GENERO, GENERACIÓN Y JUVENTUD
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Presentación Introducción Objetivo Plan temático Contenidos temátios 1.1 RELACIONES INTERGENERACIONALES
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CONTENIDO
1.1.1 Una posible explicación histórica al surgimiento de las Generaciones de género e intergeneracionales. 1.1.2 Juventudes, lo juvenil y las generaciones. 1.1.3 Identidades Juveniles y Sociedad Adultocéntrica
1.2 ENFOQUE DE GÉNERO Y SU IMPORTANCIA PARA EL DESARROLLO DE LA JUVENTUD
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1.2.1 Género. 1.2.2
Diferencia entre Sexo y Género.
1.2.3
El género como enfoque y perspectiva.
1.2.4
Género y violencia.
1.2.5
1.3 CAMBIO
Género y sexualidad
ADOLESCENTES Y JÓVENES COMO ACTORES DE
1.3.1
El cambio en los paradigmas y su impacto en las políticas de juventud.
1.3.2
Visibilización, participación juvenil empoderamiento.
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50 54
GLOSARIO
BIBLIOGRAFÍA
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GENERO, GENERACIÓN Y JUVENTUD
GENERO, GENERACIÓN Y JUVENTUD JUVENTUD, DESARROLLO Y SALUD SEXUAL Y REPRODUCTIVA SSR
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PRESENTACIÓN La Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo (CIPD), celebrada en El Cairo en Septiembre de 1994, permitió alcanzar un importante consenso en varios temas relevantes, en particular en el reconocimiento de la adolescencia y juventud como grupos poblacionales de interés estratégico, y la necesidad de la visibilización de sus derechos y necesidades específicas en materia de Salud Sexual y Salud Reproductiva. Con el desarrollo de este módulo se pretende proporcionar a los adolescentes, jóvenes y Técnicos que se encuentran involucrados en las Casas Municipales de Adolescentes y Jóvenes (CaMAJ) de 31 municipios de Nicaragua, información relacionada sobre género, generación y juventud, Esperamos que sirva como insumo para el trabajo de consulta de las demandas juveniles y a su vez para la planificación de acciones orientadas hacia el desarrollo de los adolescentes y jóvenes de la localidad. Las ideas de este módulo pueden cobrar fuerza en la búsqueda de equidades de género y generacionales, y en la afirmación de los derechos sexuales y reproductivos de jóvenes y adolescentes.
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La participación juvenil en la construcción de las respuestas no es solo un avance democrático: se ha convertido en una necesidad. Sin participación activa de los y las adolescentes en las metas de calidad de vida y bienestar, no será posible el desarrollo humano de calidad, ni el desarrollo efectivo de nuestras sociedades. INTRODUCCIÓN El mundo tiene hoy la mayor cantidad de jóvenes que registra la historia: una mitad de la población mundial tiene menos de 25 años, una de cada tres personas tiene entre 10 y 25 años de edad, legisladores, planificadores de programas y la sociedad adulta con frecuencia asocian la adolescencia y la juventud con una edad problemática. En lugar de ser estigmatizadas o discriminados por pertenecer a un cierto grupo de edad o por su condición de género es necesaria que las personas jóvenes sean reconocidas como actores estratégicos para conseguir el desarrollo sostenible y el cambio social positivo, pero la realidad es diferente ya que el
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Diplomado Juventud, Desarrollo y Salud Sexual y Reproductiva SSR proceso de participación social de los adolescentes y jóvenes resulta poco visible. Informe 2005 del Fondo de Población de la ONU, pág 14. “Los adolescentes y los jóvenes en su mayoría consideran que no hay sitios para ellos en una sociedad cuyo desarrollo es limitado, llena de desigualdades y exclusiones”1, encontrándose en constante búsqueda de un espacio capaz de representarlos y de responder a sus demandas. En este sentido, para ellos la política se constituye en un mundo ajeno, en el cual los jóvenes no poseen representación ni injerencia y frente al cual no disponen de medios para generar cambios. El funcionamiento social impuesto al mundo juvenil le impide tener incidencia en la toma de decisiones. Con este módulo se pretende proporcionar a los adolescentes, jóvenes y Técnicos que se encuentran involucrados en las Casas Municipales elementos que le permitan el análisis de las relaciones de poder e ir creando nuevas formas de interacción entre las generaciones, entre los sexos y entre las instituciones sociales. Con el objetivo de incentivar la participación juvenil en la construcción de planes municipales en bases a sus necesidades e incluir un nuevo marco conceptual que aborde la salud sexual de los jóvenes y de las jóvenes desde una perspectiva de desarrollo humano.
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OBJETIVOS: GENERAL. Adolescentes, jóvenes y técnicos que se encuentran involucrados en las Casas Municipales (CaMAJ) de 31 municipios de Nicaragua dotados de herramientas básicas para comprender y modificar las relaciones de poder – subordinación basada en el adultismo y sexismo.
ESPECÍFICOS. - Participantes comprenden como las relaciones intergeneracionales influyen en sus vidas y en las políticas de desarrollo y cambio social. - Participantes sensibilizados sobre la importancia del enfoque de género para desarrollar relaciones de género más justas y equitativas. - Participantes pueden proponer y realizar acciones orientadas a las equidades de género y generacionales. - Participantes con visiones más claras sobre el enfoque de género relacionado en la salud sexual y reproductiva. 1
Alain Touraine, Como salir del liberalismo, Editorial Paidó, pag 73, España 1999.
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GENERO, GENERACIÓN Y JUVENTUD - Participantes pueden proponer y realizar acciones orientadas al cambio de las inequidades de género en temas de sexualidad y salud sexual y reproductiva. - Participantes conscientes de su rol como actores en toma de decisiones y promoción de cambios sociales.
Trabajo extra clase
Temática
Clases Teóricas
Unidad
Clases Prácticas aula
PLAN TEMÁTICO
I Relaciones
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Genero, Enfoque de género y su generación importancia para el desarrollo y juventud de la juventud
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Adolescentes y jóvenes como actores de cambio
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Intergeneracionales
Totales
Contenidos temáticos: 1.1 RELACIONES INTERGENERACIONALES 1.1.1
Una posible explicación histórica al surgimiento de las Generaciones de género e intergeneracionales.
1.1.2
Juventudes, lo juvenil y las generaciones.
1.1.3
Identidades Juveniles y Sociedad Adultocéntrica
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Diplomado Juventud, Desarrollo y Salud Sexual y Reproductiva SSR 1.2 ENFOQUE DE GÉNERO Y SU IMPORTANCIA PARA EL DESARROLLO DE LA JUVENTUD 1.2.1 Género. 1.2.2
Diferencia entre Sexo y Género.
1.2.3
El género como enfoque y perspectiva.
1.2.4 1.2.5
Género y violencia. Género y sexualidad
1.3
ADOLESCENTES Y JÓVENES COMO ACTORES DE CAMBIO
1.3.1
El cambio en los paradigmas y su impacto en las políticas de juventud.
1.3.2
Visibilización, participación juvenil empoderamiento.
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GENERO, GENERACIÓN Y JUVENTUD
I
UNIDAD
GENERO, GENERACIÓN Y JUVENTUD
1.1 RELACIONES INTERGENERACIONALES. Se entiende por generación grupos de edades similares desarrollados de manera sucesiva y que cuentan con ciertas características sociales, éticas y culturales específicas. Este concepto caracteriza a conjuntos de personas que nacen en un período similar de años (aproximadamente entre diez y treinta años de tiempo son suficientes para marcar una generación) y que comparten elementos culturales, morales o de creencias que han marcado sus vidas. Actualmente, desde la segunda mitad del siglo XX en adelante, las sociedades occidentales han presentado cambios culturales tan significativos y profundos que cada diez años se sucede una nueva generación con intereses, perspectivas, actitudes y valores completamente distintos y, a menudo opuestos a la precedente. Las relaciones de poder de generaciones más viejas sobre las más jóvenes y estas diferencias tan acentuadas entre generaciones adultas y jóvenes pueden explicar las grandes dificultadas de comunicación y convivencia que marcan las relaciones intergeneracionales. Se utiliza el término de relaciones intergeneracionales para hablar de las interacciones, del tipo que sean, que se dan entre los miembros de distintas generaciones que conviven en un mismo tiempo. Las relaciones intergeneracionales, así como veremos más adelantes las relaciones de género, no se pueden comprender si no acudimos al concepto de poder. El poder es la capacidad relacional que permite a un actor social influir de forma asimétrica en las decisiones de otros actores sociales de modo que se favorezcan la voluntad, los intereses y los valores del actor que tiene el poder. Las relaciones intergeneracionales y las relaciones de género se comprenden más claramente si se reconoce de entrada que son relaciones atravesadas por relaciones de poder. Las relaciones intergeneracionales ponen en claro su marca de relaciones de poder adulto sobre adolescentes y jóvenes, las d género, las relaciones de poder de los hombres sobre las mujeres. La sociedad está atravesada por complejas y diversas relaciones de poder.
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Diplomado Juventud, Desarrollo y Salud Sexual y Reproductiva SSR El campo intergeneracional es un conjunto de conocimientos (teorías, investigaciones, práctica) y de acciones (en especial las políticas públicas y los programas intergeneracionales) encaminados a aprovechar de modo beneficioso el potencial de la intergeneracionalidad. Las relaciones intergeneracionales se abordan desde diferentes disciplinas y profesiones de las ciencias sociales y humanas: la perspectiva política, la social, el desarrollo económico, la cultura, la educación, y el punto de vista psicológico, entre otros. El trabajo intergeneracional tiene un gran potencial como agente de la política de desarrollo social y el cambio. Son muchos los países y entidades internacionales que lo han reconocido así y han puesto en marcha programas intergeneracionales en fases muy diferentes de desarrollo y de reconocimiento. 1.1.1 UNA POSIBLE EXPLICACIÓN HISTÓRICA AL SURGIMIENTO DE LAS RELACIONES DE GÉNERO E INTERGENERACIONALES. En las sociedades primitivas el ejercicio de los diversos roles que cada actor social desplegaba en su cotidianeidad, generaban diferenciaciones que tendían a la apropiación de ciertas funciones y tareas, así como al goce de cierto status social en las comunidades. Las mujeres y los hombres tenían espacios de acción definidos en cada comunidad, algunos compartidos y otros complementarios, lo mismo las y los mayores y menores, quienes poseían ciertas atribuciones y deberes en el marco de su propia cultura. Esta diferenciación social de trabajo, de roles, y de autoridad, entre otras, no necesariamente generaba desigualdad ni discriminación, ya que el significado que se otorgaba a las distintas acciones que cada sujeto desplegaba, no dependía de su género ni de su pertenencia generacional, sino más bien del carácter propio de cada acción. En el proceso posterior de apropiación violenta de la capacidad reproductora y productora de la mujer, por parte del grupo masculino, es que comienzan a generarse situaciones en que la diferencia es transformada en asimetría social. Esto surge desde el establecimiento de ciertas castas y más tarde clases sociales al interior de cada comunidad, lo que las va transformando en sociedades con estructuras organizacionales y relacionales cada vez de mayor complejidad, en que la dominación de unos sobre otros se vuelve patrón tradicional de dichas relaciones. Estas asimetrías sociales se basan en lo que posteriormente se denomina la estructura patriarcal de nuestras sociedades, en que la sexualidad femenina y su autonomía económica o su aporte a la economía doméstica, pasan a ser controladas por los hombres del grupo. La matrilinealidad que existía en dichas comunidades, y que le daba a la mujer un mayor control sobre su sexualidad y sobre la maternidad se va perdiendo, para dar paso a la pertenencia que ellas tienen respecto del mundo masculino en las nuevas sociedades nacientes. Surge la familia y una nueva forma de estructuración social que se basa en ella y en la cual los roles asignados a mujeres y hombres fortalecen la reproducción de la asimetría patriarcal. Las relaciones de género que desde ahí se configuran están significadas en ese ámbito y en la permanente invisibilización de lo femenino a favor de la sobre valoración de los aspectos masculinos de dichas relaciones. Por ejemplo, en lo económico los hombres van asignándose la conducción
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GENERO, GENERACIÓN Y JUVENTUD pública y las mujeres van siendo relegadas a lo doméstico, a lo más como administradoras de dicho espacio; esto junto a una división de lo real social entre lo público y lo privado, que relega a las mujeres a este último y posiciona a los hombres en la esfera pública, a partir de la pretensión de que sólo en ella se definen las cuestiones importantes de nuestra sociedad, mientras que lo doméstico es mirado con desprecio; en el ámbito de la sexualidad, además de reducir la sexualidad de la mujer a la reproducción y negarle su posibilidad de placer, se la define como perteneciente a algún hombre, que vive su sexualidad con ansias de propiedad sobre dicha mujer; y desde una perspectiva religioso cultural, el hombre se asume como hecho a imagen y semejanza de Dios, mientras que la mujer es presentada como inferior, objeto y proyección del pecado. Es la imagen de Eva asociada a todo lo femenino. De esta forma se van generando un conjunto de imágenes que muestran a la mujer como incapaz, débil, dependiente, estúpida, pasiva, servicial, entre otros atributos que la relegaron por mucho tiempo a un plano inferior en las relaciones sociales y que la han invisibilizado en las distintas esferas sociales. En contraposición, los hombres construyen sus autoimágenes como seres capaces, fuertes, independientes, inteligentes, activos, líderes, entre otros atributos que les señalan como los que controlan las relaciones sociales, en la intimidad y en el ámbito externo, y ejercen su poder de acuerdo a un designio definido como divino. Así, se ha dado una naturalización de estas relaciones de género, que por una parte esconden sus raíces de producción histórica, y por otra, pretenden negar cualquier posibilidad de transformación de ellas. A partir de esto que se ha señalado, nuevos estudios muestran que en el plano de las generaciones, esta asimetría social “se gestó en un paulatino proceso histórico que tuvo características específicas de acuerdo a cada cultura y al tipo de sociedad en que se daba”. Sin embargo, existen cuestiones de orden común, que se presentan cuando los grupos mayores fueron construyendo una autopercepción de su rol social, en que se atribuyeron las responsabilidades de educar y transmitir sus conocimientos a los nuevos grupos menores. Dicho proceso, fue asentando la noción de poder adulto frente a otros grupos que en el tiempo han sido nominados de distinta manera (infantes, niños, niñas, jóvenes, adolescentes, púberes, muchachos, muchachas). Este poder adulto se reforzó en la medida que se construyeron una serie de símbolos, discursos y normas que avalan el rol social atribuido. De forma similar a las relaciones de género, la construcción de la familia permite la consolidación de este estilo relacional asimétrico, en que ser mayor implica gozar de una serie de privilegios en deterioro de las y los considerados menores. Así, los padres y madres, los hermanos y hermanas mayores, los familiares cercanos de mayor edad, poseen una posibilidad de controlar y definir las opciones que niños, niñas y jóvenes asumen. La racionalidad que orienta este poder plantea que ser menor implica estar «naturalmente» en preparación para ser mayor-adulto, generando la consolidación de este estilo relacional asimétrico, en que ser mayor implica gozar de una serie de privilegios en deterioro de las y los considerados menores. En cada cultura y en cada contexto específico, las formas de relaciones que se van estableciendo entre los grupos sociales así mirados, están caracterizadas por esta condición de poder y control
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Diplomado Juventud, Desarrollo y Salud Sexual y Reproductiva SSR que los mayores poseen respecto de los menores y cómo éstos, de una u otra forma, reaccionan resistiéndose a la situación, o bien amoldándose a ella por medio de diversos mecanismos. El dato duro más usado para generar la pertenencia a uno u otro grupo es la edad, pero ella a nuestro juicio, no construye realidad y constituye sólo un referente de aproximación. A partir de estos elementos, se puede afirmar que, en tanto la sociedad construye sus relaciones de género desde una perspectiva patriarcal, en que lo masculino posee una valoración positiva permanente en deterioro de lo femenino, desde la perspectiva de las relaciones entre adultos y los diversos grupos denominados menores, estamos en presencia de una sociedad que se articula desde una perspectiva adulto céntrica. Es decir, se sitúa como potente y valioso a todo aquello que permita mantener la situación de privilegio que el mundo adulto vive, respecto de los demás grupos sociales, los cuales son considerados como en preparación para la vida adulta (niños, niñas y jóvenes) o saliendo de (adultos mayores). Es decir, ser adulto y además hombre, lo constituye y otorga status y control en la sociedad. Si se es hombre, rico, blanco, cristiano y adulto, con seguridad se posee una ventaja sobre el resto de la población. La discriminación sufrida por efecto de la edad, como clave de rotulación social, posee una fuerza definitoria, tanto como las discriminaciones de género, raciales, económicas, etc. En el mismo proceso, se da una suerte de valorización de lo juvenil, en cuanto lo bello, lo romántico, el tiempo de los ideales, etc. Si bien en el imaginario social este reconocimiento a lo juvenil pareciera contradictorio con las versiones adultocéntricas, podemos ver que él está asociado directamente con las nociones de consumo para tener belleza; cumplimiento de patrones de género dominantes para ser romántico (sumisa la mujer, conquistador el hombre); ideales que son permanentemente desalojados en importancia al ser asumidos como «sueños juveniles..., que ya pasarán». Como se observa, este reconocimiento positivo en el imaginario social puede ser leído críticamente como una fórmula de buscar integración al consumo, adaptación a roles y patrones de conducta establecidos como normales. 1.1.2 JUVENTUDES, LO JUVENIL Y LAS GENERACIONES Con lo expuesto hasta ahora, se puede mencionar que es necesario ahondar en lo que la sociedad entiende como juventud, adolescencia dado que a estos sectores en conjunto con la infancia se dirigen los principales esfuerzos realizados por el sistema educativo. Para hablar de lo juvenil, y de lo adolescente hay que ir más allá de las descripciones estadísticas o los análisis que sólo consideran parcialidades del mundo juvenil y adolescente. Esto permitirá establecer las distinciones entre los diversos modos de ser joven y hablar desde sus diversidades y pluralidades.
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GENERO, GENERACIÓN Y JUVENTUD Un eje fundamental para el despliegue de nuevas formas de conocer lo juvenil y lo adolescente, se encuentra en las diferentes identidades, como expresión de la integralidad y potencialidad de la vida de quienes están en un momento importante de su ciclo vital y que requieren de una nueva comprensión y autocomprensión en la sociedad. Por ello lo etáreo, lo biológico y la perspectiva de roles, son sólo referentes analíticos para el acercamiento a estos sectores. De esta manera, concebimos a estos grupos etáreo como un sector social que presenta experiencias de vida heterogéneas, con capacidades y potencialidades, como un grupo social que busca resolver una tensión existencial entre las ofertas y los requerimientos del mundo adulto para insertarse en dichos ofrecimientos, aquello que desde sus propios sueños y expectativas deciden realizar y una situación socioeconómica que condiciona las posibilidades de tales proyectos. Lo juvenil lo comprendemos como las expresiones sociales y (contra) culturales que el grupo social juventud despliega (con toda su pluralidad), en la vivencia de la tensión por resolver las expectativas que el mundo adulto plantea de integración social y las propias que se van construyendo y que la mayor de las veces no coinciden con lo ofrecido o impuesto. Así, lo juvenil se presenta como una construcción sociocultural, en que los diversos actores aportan sus criterios y cosmovisiones, en una tensión que resuelve cada individuo y sus grupos de expresión. Surgen en la historia, por medio de este complejo y dinámico proceso, grupos en pugna, los que se caracterizan por semejanzas hacia dentro y por diferenciación hacia fuera. Estos grupos, llamados generaciones, se autoidentifican y son significados por otros, en tanto logran producir códigos propios que les caracterizan entre sus semejantes y que en el mismo movimiento les diferencian de otros grupos contemporáneos, anteriores y posteriores en el tiempo. Desde esta última perspectiva es que nos interesa indagar en las formas en que se dan las relaciones entre estos grupos sociales. Desde esta óptica lo juvenil y adolescencia como producción (contra) cultural, se hace parte de una categoría relacional, en que su existencia no está dada en sí misma, sino en la medida en que se constituye la relación (por ausencia o presencia de ella) con otros grupos sociales, a los que hemos llamado generaciones. Dichas generaciones son referentes de relación en lo contemporáneo y en la memoria colectiva que repone el pasado en el presente. Es decir, la generación de jóvenes rockeros latinos de este tiempo actual, puede comprenderse a sí misma a trasluz que le ofrecen los grupos-generaciones de su propio tiempo histórico, como también aquellos rockeros latinos (Los Prisioneros) u otros rockeros (Tumulto), u otros grupos sociales que existieron en otros momentos de la historia. En el colegio se recuerda a ciertos grupos de estudiantes según el año de su egreso, así se habla de las diferentes generaciones como los del 95, los del 2000 o los del 2005, etc. En la poesía y en la novela por ejemplo, se reconocen las generaciones de escritores y escritoras según los años en que han tenido o tuvieron auge en su producción o marcaron un cierto hito. Esta categoría relacional: lo generacional, nos permite pensar y comprender las acciones, discursos, cosmovisiones, sentimientos y otras formas de vida de los grupos juveniles o adolescentes en distintos momentos de la historia, desde los estilos que las relaciones sociales que asumen van
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Diplomado Juventud, Desarrollo y Salud Sexual y Reproductiva SSR tomando, en directa relación con otros grupos sociales —adultos, adultos mayores, infancia y entre ellos mismos. El uso de lo generacional como categoría analítica nos posibilitará entonces, desnaturalizar la existencia de los conflictos generacionales, en que grupos sociales diversos se debaten por las diferencias de perspectivas, que están directamente vinculadas a cómo cada cual procesa las marcas históricas de su tiempo. Por largos años se ha planteado como natural la existencia de conflictos entre padres y madres e hijos-hijas, y en general entre adultos y jóvenes, señalando casi una cierta normalidad en que ello suceda. Dicha mirada tiende a negar el carácter de producción histórico-cultural, además como expresión del pensamiento adultocentrista, quiere hacer ver que la responsabilidad en todo caso de la incomunicación generacional, y las “rebeldías juveniles” se deben a los propios jóvenes, por inmaduros, o por lo cambios hormonales, cuando la esencia del conflicto generacional radica en el poder que el adulto quiere seguir ejerciendo en un joven que reclama afirmar su autonomía y autodeterminación y que quiere hacer su vida a su manera y no a la manera que el adulto le impone. En última instancia es el adulto y su ejercicio de poder sobre el joven lo que explica los conflictos e incomprensiones intergeneracionales, que este tipo de conflictos posee y, por lo tanto, también se niegan las posibilidades de efectuar transformaciones en ello.21 1.1.3 IDENTIDADES JUVENILES Y SOCIEDAD ADULTOCÉNTRICA. En nuestros países se habla permanentemente de las y los adolescentes, y jóvenes. Los medios de comunicación, las y los adultos, el profesorado, las iglesias, los actores de las esferas políticas, las ciencias sociales y médicas, la policía, entre otros, están diciendo algo respecto a estos, como grupo social y también de las formas en que estos viven. De esta manera, se van construyendo discursos sociales, imágenes y estereotipos que muchas veces no dan cuenta cercana de lo que les pasa, hacen, sienten o sueñan como adolescentes y jóvenes. Se quedan en la apariencia y no van a lo que significa hoy ser adolescente y joven. Así, toda la intensidad y la calidad que las y los adolescentes y jóvenes logran en sus acciones, cantos, versos, juegos, besos, caricias, gritos, son raramente tomadas en cuenta por el mundo adulto Tres formas de ver estas identidades: 1.- La identidad como meta y ausencia, visión estática e invisibilizadora. • “Ser adolescente o joven es algo natural que a todos nos pasa”, esta perspectiva ve la vida sólo con criterios biológicos y confunde ámbitos del crecimiento humano con expresiones culturales del ser social. O sea, nos están diciendo que ser adolescente o joven depende del desarrollo hormonal que cada individuo tenga y que sea algo que a todos y todas les pasará. Nos parece más bien que ser adolescente o joven es una construcción social e histórica y que constituye una relación con otros sectores sociales (niñas, niños, adultos, adultos mayores). En este sentido las influencias históricas y culturales (si vive en el campo o en la ciudad, en un sector rico o pobre, si es mujer u hombre, si es estudiante, trabajador o cesante, etc.) 2 Rodríguez, Ernesto. Mundos jóvenes, mundos adultos: lo generacional y la reconstrucción de los puentes rotos en el liceo. Una mirada desde la convivencia escolar. Chile: Red Última Década, 2006. p 3. Este artículo es una producción en el marco de la implementación de Proyectos de Promoción de la Convivencia Escolar que realiza la ONG ACHNU-PRODENI (Asociación Chilena para las Naciones Unidas, Programa de Defensa de los Derechos de Niños, Niñas y Jóvenes) en distintas regiones del país.
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GENERO, GENERACIÓN Y JUVENTUD • “Los adolescentes están en una etapa entre ser niño y ser adulto”, esta noción enfatiza el carácter de proceso lineal que tendría el crecimiento humano en su ciclo vital. Al mirar a los adolescentes y jóvenes como edad de tránsito: invisibilizan lo propio de ser joven, y a su vez ven al joven como el “adulto en carencia” el joven no es lo que es, sino lo que le falta para ser adulto, luego el joven es un “adulto deficiente” de ahí que esta proyección adultocéntricas vea al joven despectivamente: como inmaduro, irracional, incapaz de, inestable, etc. Los orígenes de esta concepción están en algunas corrientes de la psicología del desarrollo, cuyas bases han sido descontextualizadas y usadas fuera de toda la ambientación específica que exigen las realidades locales. Por otro lado, la concepción del tiempo en esta noción es de pasado, presente y futuro como etapas desconectadas y que no se reconstruyen simultáneamente una a otra. En ese sentido es importante la enseñanza de los pueblos originarios de nuestro continente, que ven el despliegue de los momentos de la vida en un espiral ascendente en el que pasado, presente y futuro se vinculan estrechamente. En atención a nuestro tema, vemos que es posible vivir todo a lo largo del ciclo vital actitudes de niñez, adolescencia, juventud, adultez y vejez en un movimiento simultáneo e integrador. Es decir, no es necesario dejar de ser niño-niña para ser joven, ni dejar de ser joven para ser adulto-adulta. • “Los jóvenes son el futuro del país”, en el mismo sentido de la versión anterior, este discurso enfatiza que la juventud, en tanto grupo social, no existe y tampoco existen en el presente sus intereses, proyectos, gustos propios, sus necesidades, sus expresiones musicales, deportivas, políticas, afectivas, intelectuales, etc. Al sacarles del hoy, para ubicarles en un mañana que no posee ninguna señal de seguridad para las y los adolescentes y jóvenes sobre todo para aquellos/ as de sectores empobrecidos, se les está haciendo invisibles ahora, pierden su espacio para decir y aportar hoy para construir relaciones humanas en su país, familia y comunidad. O sea se les suprime como actores desarrollo y sujeto de derechos en su existencia presente. • “Los adolescentes y la juventud está viviendo una crisis de identidad”, desde esta afirmación se remarca la idea como problema social o como una “enfermedad que pasa pronto”. Es importante señalar el carácter negativo que se le atribuye a la noción de crisis, despojándola de su sentido dinámico y de tensión para el cambio con que también es posible significarla. El caos, como expresión de desorden social es el principal sinónimo atribuido desde este discurso. Una de las mayores preocupaciones de madres, padres y educadores, se da cuando comienzan a aparecer ciertos cambios que marcan el inicio biológico (primera menstruación, aparición del vello, cambio de la voz, etc.) y se les confunden con cambios conductuales, bajo el discurso de que “cuiden a sus gallinas que mi gallo anda suelto”. • “También se dice que todos son irresponsables”, esta acusación manifiesta una sanción social respecto de cómo se espera que actúen ante las exigencias del mundo adulto. Esto respecto de roles de estudiante, hijo-hija, trabajadora-trabajador, etc., en los cuáles se les somete a la tensión de exigirles respuestas. Pero estas respuestas son definidas por otros y otras, generalmente adultos/as que comúnmente poseen la imagen del poder. Con esta tensión, se tiende a generar en
15
Diplomado Juventud, Desarrollo y Salud Sexual y Reproductiva SSR las y los adolescentes una suerte de indefensión aprehendida, que les entrega un aprendizaje en el que “los otros” son los encargados de tomar decisiones por ellos y ellas, y a la vez se tiende a justificar el poder del adulto sobre el joven, si el joven es irresponsable alguien debe encargarse de su vida, le toca al adulto, sea padre, madre, maestra/o, tutor, líder religioso, líder comunitario, etc. Con esta idea se avala que el adulto le debe estar aconsejando al joven que debe hacer y cuál es su papel, está en la base de lo que se ha llamado participación manipulada del joven. Las decisiones de su vida aparecen entonces fuera de su control: el padre decidirá si su hija puede o no vincularse con tal muchacho, según lo que él decide es bueno para ella. De la misma manera, como las decisiones que tienen que ver con la comunidad y con el país, también las toman otros y otras, se genera esta ausencia de participación social juvenil en los ámbitos que el mundo adulto espera. Ya veremos que hay otras formas de participación, en las cuales las decisiones fundamentales les corresponden a las y los adolescentes y jóvenes. • La juventud como edad problema. Favorece la visión del período como “edad de crisis” o “la edad difícil”. Por eso no es raro que esta percepción se relacione con preocupaciones en torno a los jóvenes y adolecentes. ¿Quién no ha oído decir ‘espera a que tus hijos sean adolescentes, para que veas los rollos y conflictos que vivirás’ con ellos y ellas? Es interesante e inquietante saber que este grupo etario ha sido visibilizado a partir de sus problemas. Fueron los problemas de salud sexual y reproductiva los primeros en poner de relieve a la adolescencia, como sujeto prioritario de atención de la salud. Luego, otros comportamientos fueron considerados dignos de ser atendidos y se descubre que una proporción impactante de las muertes, durante la adolescencia y la juventud, ocurren por las llamadas causas externas: accidentes, homicidios, suicidios, etc. Se modifica entonces el paradigma que establecía la equivalencia “adolescencia = edad más sana”, por el paradigma “adolescencia = etapa de riesgo”; y se focaliza la atención de los y las adolescentes según el problema específico del que son portadores. Esta representación social de la adolescencia/juventud, visualizada como problema, se revela al ser definida con relación al embarazo prematuro, la delincuencia, las drogas, la deserción escolar o las pandillas. La consecuencia es la construcción de una percepción generalizada de la adolescencia y la juventud, a partir de esos polos sintomáticos y problemáticos. Esto explica y justifica el énfasis en controlar a los jóvenes, por los adultos y las instituciones adultas, que favorece el estigma negativo de la juventud, porque de la juventud viene la rebeldía, el caos y la oposición, entre otros problemas. • “Ser adolescente y joven es ser bello”, esta afirmación es engañosa y muchas veces dificulta la vida en los mundos juveniles de sectores empobrecidos, ya que aparece como una afirmación positiva en comparación con las que anteriormente hemos mencionado. Su contenido matriz es que la belleza está asociada al despliegue de ciertos cánones estéticos que son dependientes de la capacidad de consumir determinados productos y que permitirían el logro de metas como la aceptación social, el afecto de pareja, el éxito laboral, la confirmación de la virilidad en el caso de los hombres o de la feminidad en el de las mujeres. Sumado a esto, aparece el heroísmo como
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GENERO, GENERACIÓN Y JUVENTUD refuerzo del ser bello y que reafirma el carácter épico y romántico. Así no se hace mención a las condiciones históricas de vida en que están las y los jóvenes y les pone niveles de exigencia inalcanzables. Esto último porque aunque consigan comprar lo que se ofrece, difícilmente lograrán los objetivos que se presentan: trabajo exitoso, felicidad familiar y de pareja, etc. Estos discursos corresponden a una primera noción de la identidad como una meta, como un logro que se encuentra al final de un camino. La identidad no sería en esta noción un proceso históricamente producido, sino una determinación natural-biológica, que es más fuerte que nosotros y respecto de la cual no se puede hacer nada. Aparece como premio al desarrollo de ciertos parámetros definidos socialmente Esta manera de concebir la identidad de los jóvenes , produce una forma de visibilización social negativa que justifica el control del adulto sobre la vida de estos, que justifica porqué los jóvenes no pueden aún ser el relevo del adulto, porqué no se les puede otorgar poder No se les considera presente, no se toman en cuenta sus aportes, se les discrimina por ser jóvenes. 2.- La identidad como integración al Mercado. • “Ser adolescente o joven es estar a la moda”, esta afirmación, vinculada a la que vimos sobre la belleza, hace énfasis en la consideración que existe en nuestra sociedad respecto de las y los jóvenes como potenciales consumidores. La mayor parte, por ejemplo, de los programas televisivos dirigidos a las y los jóvenes están asociados al consumo, en especial aquellos de música. Las y los jóvenes serán considerados como personas en tanto se integren activamente en el mercado, vale decir, si consumen con opulencia las ofertas que éste les hace. La moda es la principal vía que se utiliza para estimular el consumo y por ello se puede afirmar que para ser joven debes estar a la moda, usar las marcas actuales, la ropa de temporada, escuchar al grupo top, etc. • “Ser joven es ser emprendedor”, esta afirmación tiene que ver con la participación en el mundo del trabajo. La mayor parte de las y los jóvenes de sectores populares no encuentra trabajo o se desempeña en espacios laborales con bajos sueldos, malos tratos y sin perspectivas de mejoras futuras, el subempleo es muy común entre jóvenes. La falta de capacitación adecuada y la desprotección laboral, aumentan la incertidumbre juvenil cuando se trata de buscar trabajo. Lo que se espera socialmente, es que las y los jóvenes se integren al mercado laboral de manera “eficiente”, pero muchas veces eso significa que no reclamen por los sueldos, acepten las condiciones que se les imponen, no se sindicalicen, etc. • “Ser joven es estar modernizado tecnológicamente”. Vale decir, si quieres sentirte integrado a las supuestas bondades que la tecnología de punta va imponiendo en nuestras sociedades, debes saber usar computadora con las últimas versiones de los programas, tener automóvil último modelo, última generación de teléfono celular, etc. No se trata de no utilizar la tecnología actual, se busca no terminar al servicio de ella. Más bien debemos poner la tecnología al servicio de cada una y cada uno de nosotros/as y de nuestras comunidades. Por otra parte, la mayor parte de las y los jóvenes de sectores empobrecidos están excluidos o ven dificultado su acceso a este tipo de tecnología y cuando buscan trabajo, por ejemplo, no conocen lo último en computación, etc. Por otro lado, la oferta de felicidad que el consumo trae implícito no se cumple al poseer el producto
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Diplomado Juventud, Desarrollo y Salud Sexual y Reproductiva SSR ofrecido. Es decir, se accede a la tecnología de punta, pero no se consigue la felicidad que la seducción publicitaria ofrecía, y ello produce nuevas frustraciones. Estos discursos enfatizan la idea de que la identidad se consigue si se cumplen las expectativas económicas que la sociedad tiene de las y los jóvenes. La dificultad más fuerte de esta noción es que las posibilidades concretas del mundo juvenil de sectores empobrecidos para consumir con la opulencia ofrecida, producir con la eficiencia exigida y modernizarse tecnológicamente no existen, y esto produce frustración y desencanto. En el ámbito específico de las mujeres jóvenes, se agrega que ellas sufren todavía un confinamiento a los quehaceres de la casa. Vale decir a la marginación producto de la pobreza, se suma la exclusión de género en tanto mujeres y la expectativa que se tiene de ellas en lo doméstico y familiar. 3.- La identidad como peligro social, la visión normativa. • “Adolescentes y Jóvenes pandilleros asesinaron a...”, éste que aparece como titular de noticias en las páginas rojas de los diarios, señala una tendencia que se ha venido instalando en nuestros países: se acusa sin fundamentos de situaciones delictivas a grupos de jóvenes por el sólo hecho de ser pobres, pertenecer a determinada corriente contracultural o de vestir de determinada forma (hip hoperos, rockeros, punks, etc.). La mayoría de las veces no se sabe al como resultado de las investigaciones y si realmente fueron jóvenes y hip hoperos los que efectuaron tales actos. Se habla de las pandillas en forma muy generalizada y como forma de enjuiciar a cualquier grupo de jóvenes que se pasea en cualquier sector pobre de cualquier ciudad. Es más, los grupos que se juntan para salir a pasarlo bien por la noche, son tachados como potenciales delincuentes, sin mayores escrúpulos, estar en un grupo en la calle, es considerado como peligro social y amenaza, como gente que no cumple la norma esperada. De esta manera se construye una identidad que se basa en la criminalización de lo juvenil. • “Violencia en manifestación estudiantil”, en algunas coyunturas políticas se vive un clima de fuerte agitación de los y las estudiantes secundarias y/o universitarias, que reclaman por mejoras en el campo de la educación. Durante esas movilizaciones, los medios de comunicación transmiten en forma privilegiada los aspectos violentos de ellas, despojándolas de los contenidos y propuestas que contienen. Así la imagen transmitida es de: jóvenes organizados políticamente, sinónimo de terror social. Lo mismo sucede con otras expresiones de agrupaciones juveniles de nuevo tipo, cuando se trata a las radios comunitarias, a las bibliotecas populares, etc., como si con su pensamiento y acción pusieran un componente desestabilizador en la sociedad. Se transmite así la idea de que las agrupaciones juveniles de este tipo son expresiones de una forma de caos y desorden social. Esta identidad promueve una terrorificación de lo juvenil. • “Jóvenes no participan de procesos electorales”, este titular de periódico hace mención a la no participación juvenil en los procesos electorales. Esto da pie para que personajes públicos, en especial del ámbito de la política, hablen de la apatía juvenil y de lo que denominan irresponsabilidad cívica. Sin embargo, es importante considerar que más que apatía juvenil, lo que existe es antipatía hacia las formas tradicionales de hacer política y por ello se da esta forma de no participación.
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GENERO, GENERACIÓN Y JUVENTUD Pero existen otras formas comunitarias juveniles de participar, que muestran las simpatías de las y los jóvenes, hacia nuevas formas de hacer política. La identidad que se quiere promover con el discurso antes citado, es la de la apatía-inconsciencia juvenil. • “Los jóvenes están llenos de ideales”, en contradicción a la afirmación anterior, se ha construido una imagen en que se muestra a las y los jóvenes como portadores de una fuerza sobrenatural que les llevaría a participar en la sociedad y a proponer ideas para su transformación. Esta afirmación es también engañosa, ya que pretende ser positiva hacia el mundo juvenil, pero reproduce una fórmula que les trata como si no existieran o tuvieran historia. Vale decir, supone que los ideales que ustedes como jóvenes tienen, dependen de manifestaciones biológicas, hormonales, propios de una etapa de la vida que ya pasará, cuando maduren y los dejen de lado. Muchos partidos políticos y otras organizaciones tratan así a las y los jóvenes y generan esta identidad idealizada, romántica del mundo juvenil. Estos discursos, se mueven dentro de una lógica que busca enfatizar la identidad juvenil en los sectores medios y empobrecidos como algo que está siempre en el límite de la norma social que se espera cumplan a cabalidad. La preocupación para el mundo adulto es que las y los jóvenes tienden a no cumplir dichas normas y expectativas y muchas veces más bien las cuestionan. De esta manera, la identidad que se promueve está referida al peligro social que serían las y los jóvenes, tanto en sus formas políticas de actuar como en sus expresiones culturales.
¿Cómo llamar a una sociedad que (mal) trata de esta manera a sus jóvenes? A partir de lo planteado, desde las discriminaciones vistas y desde la perspectiva de las relaciones entre los grupos considerados mayores y los diversos grupos denominados menores, decimos que estamos en presencia de una sociedad que se articula desde una perspectiva adultocéntrica. Es decir, se considera potente y valioso todo aquello que permita mantener la situación de privilegio que el mundo adulto vive respecto de los demás grupos sociales, los cuales son considerados como en preparación para la vida adulta (niños, niñas y jóvenes) o saliendo de la vida adulta (adultos mayores). Los mundos adultos aparecen como dominantes y protectores de la formación-preparación de adolescentes, niños y niñas para su vida futura, los mundos juveniles como obedientes y dejándose formar, aunque a ratos también rechazando estas posiciones de sometimiento en que se encuentran. Con esto, nos referimos a que se pone en condición de superioridad a algunas personas por sobre otras por el sólo hecho de tener cierta edad, ser mayores o cumplir ciertos roles sociales (trabajar, estar casado, participar en las elecciones, etc.). Vale decir, si eres adulto, hombre, blanco, de clase alta, heterosexual, con seguridad estás en ventaja y puedes discriminar a otras y otros que no son como tú.
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Diplomado Juventud, Desarrollo y Salud Sexual y Reproductiva SSR No se trata de recomendar a los jóvenes, en desconfiar de cualquier persona mayor de 30 años, eso repetiría lo que se está criticando. Se trata de comprender que el adultocentrismo es una cultura que se ha venido produciendo por mucho tiempo en nuestra sociedad, y que para erradicarla se precisa, que sobre todo las y los jóvenes descubran su existencia y construyan formas de enfrentarla. Esto nos ayudará a generar estilos de relaciones en los cuáles lo juvenil sea respetado en tanto tal y se produzcan diálogos intergeneracionales que acerquen los distintos mundos culturales que componen nuestra sociedad. Luchar contra el adultocentrismo no es luchar contra los adultos, sino contra las expresiones de esa cultura dominante y, al mismo tiempo, construir identidades juveniles basadas en los aportes que las y los jóvenes pueden hacer a nuestro mundo desde las potencialidades que poseen32 . Jóvenes y adultos conscientes son aliados en esta empresa que en última instancia busca revertir relaciones de discriminación y las inequidades entre adultos y jóvenes. 1.2 ENFOQUE DE GÉNERO Y SU IMPORTANCIA PARA EL DESARROLLO DE LA JUVENTUD El enfoque de género o la igualdad entre hombres y mujeres consiste en la capacidad de que las mujeres y los hombres disfrutemos por igual de los bienes valorados socialmente, las oportunidades, recursos y recompensas, la igualdad no significa que un hombre sea igual a una mujer, sino más bien que las oportunidades que tengamos y los cambios que existan en nuestras vidas no dependan de nuestro sexo, sino de nuestras capacidades. Tenemos que aprender a valorar por igual y sin distinción de géneros, tanto a las similitudes como a las diferencias entre hombres y mujeres y por supuesto a las variadas funciones que desempeñamos. En todas las sociedades, las mujeres y los hombres desempeñan ocupaciones diferentes y asumen diversas responsabilidades en las actividades del hogar, en el caso de la mujer, el trabajo y la familia siempre están vinculadas entre sí y gran parte de sus labores no son retribuidas monetariamente, aún cuando sean tareas productivas. Por su parte, el hombre suele desempeñar un papel marginal en las labores domésticas, ya que en teoría es a él a quién le corresponde realizar el trabajo retribuido fuera del hogar. Se ha reservado, prioritariamente, para el hombre, la esfera pública de la producción; y, para la mujer, la esfera privada de la reproducción y el cuidado de los otros. Se debe tener como principio fundamental el reconocimiento de que todos los seres humanos, sin distinción de raza, credo o sexo tienen derecho a perseguir su bienestar material y su desarrollo espiritual en condiciones de libertad y dignidad, de seguridad económica y de igualdad de 3 . Klaudio Duarte Quapper. Género, generaciones y derechos: nuevos enfoques de trabajo con jóvenes. Una caja de herramientas Fondo de Población de las Naciones Unidas. Family Care International® Noviembre 2006
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GENERO, GENERACIÓN Y JUVENTUD oportunidades, esto implicaría la misión de promover la igualdad de oportunidades y de relaciones entre mujeres y hombres. 1.2.1 GÉNERO El concepto de género se refiere a las formas masculinas y femeninas de ser y vivir la vida, esa construcción social de las relaciones aprendidas a través del proceso de socialización, cambiantes con el tiempo que varían entre una cultura a otra, y aun dentro de una misma cultura. El término fue utilizado en los años setenta para describir las características de mujeres y varones que son construidas socialmente, en contraste con las que son determinadas biológicamente. Esta distinción tiene implicancias muy importantes43.
ESTO NOS DEMUESTRA QUE NO NACEMOS CON ATRIBUTOS Y CARACTERÍSTICAS FEMENINAS O MASCULINAS, LAS DESARROLLAMOS A PARTIR DEL APRENDIZAJE, SOLO NACEMOS CON SEXO
Elemento constitutivo de las relaciones sociales basadas en las diferencias percibidas entre los sexos, y una forma primaria de relaciones significantes de poder”. Está conformado por cuatro elementos interrelacionados en los que se expresa y a través de los cuales se reproduce, los símbolos, los conceptos normativos, lo político – socia –institucional y la identidad subjetiva. Supone un conjunto de ideas y comportamientos y el rechazo a la validez interpretativa de dos esferas o mundos separados: hombres y mujeres. Postula que uno no puede ser comprendido sin el otro, que uno de ellos no puede cambiar si no cambia el otro. El concepto aparece entre las feministas a mediados de los años 70 para insistir sobre el carácter eminentemente social de las distinciones basadas en el sexo y rechazar los determinismos biológicos que se apoyan en la diferencia sexual. El concepto pone énfasis en la construcción social de los roles y en las relaciones entre los géneros (en tanto que productos culturales y no biológicos). Se reconoce así la subordinación de las mujeres como un producto social, situado en una cultura y un tiempo histórico específico, resultado de arreglos sociales privados54. 4
Williams, Suzanne Y otros. Manual de Capacitación en Género de OXFAM. Edición adaptada para América Latina y el Caribe. Lima, Atenea, 1997. Tomo I
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Pinzás, Alicia. Las mujeres, las palabras y el mundo global. Lima, Flora Tristán, 1995. p. 19).
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Diplomado Juventud, Desarrollo y Salud Sexual y Reproductiva SSR Se conoce como Género, el conjunto de relaciones sociales basadas en las diferencias percibidas entre los sexos, además es una forma primaria de relaciones significativas de poder que se traducen en símbolos culturales, conceptos normativos, instituciones y organizaciones sociales e identidad subjetiva.65 El concepto que se refiere a las diferencias socioculturales que existen entre mujeres y hombres en determinados períodos históricos y culturas. Las sociedades configuran una serie de responsabilidades, papeles y funciones y determinan diferencias en el acceso a los recursos, en las necesidades y en la visión del mundo de las mujeres y los hombres de las distintas clases sociales. En el léxico del desarrollo, el género es una variable de análisis que permite analizar los papeles que desempeñan las mujeres y los hombres y sus respectivas dificultades, necesidades y oportunidades. El término “género” no es sinónimo de “mujer” sino que hace referencia a los atributos socioculturales, al análisis de las funciones de cada sexo y de sus interrelaciones76. Es el sexo socialmente construido, nos referimos a características, roles, espacios y rasgos de personalidad que la sociedad asigna a varones y mujeres en función de su sexo y a las relaciones entre ambos87. El concepto de género se desarrolla al interior del debate teórico feminista y su objetivo fundamental fue evidenciar la fragilidad y falsedad de las explicaciones biologicista de la subordinación de la mujer. Se trató de distinguir dos esferas que se confunden cuando se trata este tema: la biológica y la cultural. Sexo alude a los aspectos físicos, biológicos y anatómicos que distinguen lo que es un macho y una hembra. Género por el contrario nos remite a las características que social y culturalmente se atribuyen a hombres y mujeres a partir de las diferencias biológicas, constituyendo así lo que se conoce como género masculino y género femenino. Cuando asumimos una perspectiva de género pensamos en los dos polos de la relación y no sólo en uno de ellos. Género no alude solamente a construcciones socio - culturales y psicológicas. Implica también mirar las relaciones que se desarrollan a partir de estas construcciones, que son relaciones de desigualdad. Los roles, espacios, atributos y en general lo que identifica como lo femenino tiende a ser subvalorizado. El trabajo doméstico es un buen ejemplo98.
6
Scott, Joan. “El género: una categoría útil para el análisis histórico”. En Género, conceptos básicos. Lima, Facultad de Ciencias Sociales, PUCP, 1996
7 8
PROGRAMA MUNDIAL DE ALIMENTOS. Glosario sobre género. Roma, sin editorial, 1995?, p. 27
9
Serie: Mujer. CREATIVIDAD Y CAMBIO. Género; anotaciones para una reflexión. Lima, 1996. p 2
ASOCIACIÓN BENÉFICA PRISMA. Guía del asesor. Componente socio–humano. Módulo género. Lima, Servigraf América, 1998. p. 17
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GENERO, GENERACIÓN Y JUVENTUD 2.2.2 DIFERENCIA ENTRE SEXO Y GÉNERO Veamos algunas ideas importantes que nos servirán para desarrollar este importante tema: Ä El término SEXO alude a las diferencias biológicas entre hombres y mujeres (órganos genitales y reproductivos) y que son naturales, congénitas y universales, por lo tanto inmutables, irreversibles. Ä El término GÉNERO se refiere a las diferencias construidas por la sociedad para hombres y mujeres, a su forma de ser y de relacionarse. Estas diferencias se pueden modificar y cambian según el tiempo, contexto y clase social, etnia, edad, región, cultura, religión. Se expresan en “lo femenino” y “lo masculino”. Son las características sociales, culturales, políticas, psicológicas, jurídicas y económicas que hacen diferentes a las mujeres y los hombres. Las relaciones de género están además interrelacionadas e implicadas en otras relaciones sociales: de producción, etnicidad, nacionalidad, religión y otras de carácter generacional. El sistema de género como tal, no está aislado, que se articula con otros sistemas de relaciones sociales. DIFERENCIAS ENTRE SEXO Y GÉNERO10
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Sexo
Género
Mujer-Hombre
Femenino- Masculino
Es determinado biológicamente
Es asignado culturalmente
Mujeres: Posibilidad de gestar y alumbrar. Posibilidad de dar de lactar. Desarrollo de los senos. Aparato reproductivo interno.
Producción de espermatozoides.
Restricciones diferenciadas para varones y mujeres. Prescripciones diferenciadas para mujeres y varones. Derechos y obligaciones distintas para mujeres y varones: Privilegios y exclusiones Vestido y ornamentos diferentes. Usos y costumbres sobre el arreglo personal diferenciado.
Se nace hombre o mujer, es innato
Se aprende socialmente
Es inmutable, no cambia
Puede cambiar con el tiempo Genera distintas identidades, dis tintas expectativas sociales, varía de cultura en cultura
Varones: Aparato reproductivo externo. Inviabilidad de gestar, alumbrar y dar de lactar.
Es universal
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Tomado de: Ministerio de la Mujer y Desarrollo Social. Módulo de Capacitación especializada sobre Derechos Humanos con enfoque de género. Lima, 2003, página 8.
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Diplomado Juventud, Desarrollo y Salud Sexual y Reproductiva SSR Comprensión del género en la familia • Explica las diferencias de características de varones y mujeres • Visibiliza la asignación de roles en función del sexo. • Permite entender que el género se aprende desde el nacimiento y nos enseña a comportarnos para ser percibidos como mujeres y varones. • La Familia es considerada como la Institución primaria para la organización de las relaciones de género en la sociedad. • Es en la familia donde la división del trabajo, la regulación de la sexualidad y la construcción social de los géneros se encuentran enraizadas. 2.2.3 EL GÉNERO COMO ENFOQUE Y PERSPECTIVA El enfoque de género es una herramienta teórica - metodológica desarrollada para analizar los significados, prácticas, símbolos, representaciones, instituciones y normas que las sociedades elaboran a partir de la diferencia biológica entre varones y mujeres. Contempla específicamente la dimensión de las relaciones sociales y de las estructuras de poder, y hace hincapié en la necesidad de entender cómo se realizan estas relaciones en cada contexto social y cultural. Como metodología aporta en el análisis, los modos en que las diferencias sociales y de género trascienden a las personas enraizándose en las sociedades. El enfoque de género explica el ordenamiento social y la distribución desigual de los recursos, las decisiones, el poder y el trabajo entre mujeres y hombres, basados en las diferencias de género y en relaciones de subordinación. La perspectiva de género busca fortalecer la familia, promover relaciones equitativas, armónicas y solidarias entre varones y mujeres y la promoción de la igualdad de derechos y oportunidades para niños, niñas, jóvenes, mujeres, varones y adultos mayores. Esta perspectiva busca promover un conjunto de medidas de equidad que permitan compensar las desventajas que les impiden disfrutar por igual, de los beneficios del desarrollo y tener un acceso igualitario a las decisiones públicas y privadas. Es considerada como la Visión a lograr en el largo plazo. Esta perspectiva considera los problemas necesidades e intereses que surgen de las desigualdades socialmente constituidas, para que mujeres y varones puedan realizarse plenamente en su identidad, roles y capacidades, sin discriminación alguna.
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GENERO, GENERACIÓN Y JUVENTUD 2.2.4 GÉNERO Y VIOLENCIA Durante las últimas décadas ha habido un aumento considerable del nivel de violencia en el mundo, que ha adquirido proporción de epidemia, llegando a ser uno de los problemas más serios de salud pública de la Región (Franco, 1990). El 28,7% de las muertes por homicidio en la Región ocurren en adolescentes entre los 10 y 19 años. Colombia, Puerto Rico, Venezuela, El Salvador y Brasil son los países con las tasas más elevadas de homicidios en varones de 15 a 24 años de edad y éstas tasas están en aumento (La Salud en las Américas, OPS 1998. Vol. I).La violencia intrafamiliar y contra la mujer recién empieza a aparecer. Las elevadas tasas de abuso sexual y la incidencia de violaciones, especialmente entre las madres adolescentes más jóvenes, empiezan a conocerse en la Región.1110 En nuestra sociedad hombres y mujeres dan como características inherentes al concepto femenino primero el de ‘dadora de vida’ o ‘maternidad’, segundo ‘delicadas’ y tercero ‘débiles’ cabe señalar que la mayoría de las mujeres menciona ‘fortaleza’ y ‘luchadora’ principalmente. Las características inherentes al concepto masculino son ‘fuerza física’, ‘machista’ y por ultimo ‘agresividad’ y ‘prepotencia’, en este caso los hombres hacen mención a ‘tener pené’ como tercer característica. Lo anterior influye necesariamente en como nos vemos nosotros mismos y a los demás y por ende influye en nuestras relaciones interpersonales como la de la pareja o a la de amistades. El tema de violencia, en cuanto una forma particular de conducta humana, es una cuestión interesa particularmente a la psicología pero también a otras disciplinas que como la Filosofía, la Sociología, la Ética o la Biología , entre otras, están implicadas desde diferentes perspectivas en la explicación del comportamiento humano. Definición. En ocasiones, las distintas denominaciones de los malos tratos lleva a confusión: Violencia de Género, Violencia Doméstica, de pareja, hacia las mujeres, masculina o sexista…
La violencia doméstica hace referencia a aquella que se produce dentro del hogar, tanto del marido a su esposa, como de la madre a sus hijos, del nieto al abuelo, etc. Excluye aquellas relaciones de pareja en las que no hay convivencia. La violencia de género tiene que ver con “la violencia que se ejerce hacia las mujeres por el hecho de serlo”, e incluye tanto malos tratos de la pareja, como agresiones físicas o sexuales de extraños, mutilación genital, infanticidios femeninos, etc.
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Organización Panamericana de la Salud, Oficina Sanitaria Panamericana, Oficina Regional de la Organización Mundial de la Salud. División de Promoción y Protección de la Salud, Programa de Salud de la Familia y Población Salud del Adolescente. Noviembre de 1998
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Diplomado Juventud, Desarrollo y Salud Sexual y Reproductiva SSR LA VIOLENCIA PRESENTE El ser humano actúa en forma violenta cuando mata a un animal –víctima que no puede huir, esto para su consumo o por placer. En otras especies animales, la lucha entre ellos no llega a la muerte salvo que la agresión obedezca a necesidades de sobrevivencia como el hambre. El ser humano en cambio, puede llegar en una lucha hasta la muerte de su contrincante. La situación de la víctima en la violencia física (en los seres humanos) es no poder huir; no puede escapar del victimario o sea que no hay defensa posible. En la violencia psicológica no hay escape para la víctima. La misma se va instalando de a poco en la relación y va por una parte minando el yo de la víctima y al mismo tiempo incrementa el poder del agresor. La violencia por lo tanto responde a una situación en la que los participantes no se encuentran en el mismo plano estructural desde la perspectiva del plano social que ocupan. Entre los involucrados existe una diferencia que permite a uno de ellos el uso del poder y el sometimiento. Dicho poder se ha adquirido por delegación y en las familias es igual que en las instituciones sociales. Al mismo tiempo la misma sociedad en su estructura ha ido generando mecanismos por los que la relación se hace compleja en su disolución más que en su constitución. Es más sencillo fundar una unión conyugal, que disolverla, para lo cual este proceso puede llevar, en algunos casos, varios años. De esta manera la familia parece normal en su fundación y cuestionada en su disolución, reproduciéndose en su estructura, el poder que impera en la estructura social. Una condición básica de la violencia es no poder huir aunque se lo desee. Violencia es también querer divorciarse y demorar años en poder hacerlo, por problemas burocráticos, normativos, institucionales, que son generadores de violencia. La violencia se encuentra en todos los ámbitos de la vida social. Para muchos autores, se debe hablar de la violencia como un elemento equilibrador en la homeostasis de las disfuncionalidades de pareja, los menores de edad que son criados en hogares con violencia familiar y doméstica a veces generan agresión también hacia sus progenitores en el caso específico hacia su madre. Durante la infancia, la internalización de normas de conducta en el niño, se canaliza a partir de la configuración de pautas de educación que son capaces de transmitir por diferentes vías padre y madre y otros agentes de socialización como la escuela, los compañeros de la misma edad o la televisión, en un plano adicional. Diversos mecanismos de aprendizaje tienen influencia en este proceso, desde las asociaciones más simples adquiridas por observación o modelado de la figura adulta, hasta los más complejos sistemas de reforzamiento y castigo instrumentales para el mantenimiento de las conductas. A través de ellos, el niño aprende cuáles son las conductas que otros, fundamentalmente sus figuras de referencia, su padre utiliza para afrontar situaciones y problemas. En escenarios dominados por agresiones sistemáticas del padre hacia la madre, el niño
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GENERO, GENERACIÓN Y JUVENTUD aprende, sobre todo, que la violencia es una vía válida de relación con el entorno y de consecución de objetivos. El padre agresor expone constantemente a su hijo a escenarios de violencia ante los que el niño comienza en forma adaptativa a manifestar habituación frente a la percepción del dolor, de manera que cada vez empatiza menos con la figura agredida - su madre- y copia modelos de conducta que practicará con compañeros y compañeras de juego, primero, y con su madre, después. En paralelo a la conducta modelada y a las emociones deformadas, el comportamiento violento de la figura de referencia paterna o la permisividad educativa en la utilización de la agresión como medio de afrontamiento sugerirán al niño una determinada imagen de la persona agredida, de la mujer. El joven asumirá una configuración de ideas distorsionadas sobre las relaciones afectivas y de familia, y sobre los roles interpersonal y social hacia la mujer, que serán resistentes al cambio y servirán de esquema de justificación mental para racionalizar y respaldar su comportamiento violento. Estas estructuras mentales, fortalecidas tras cada agresión, se traducen en actitudes que orientan la acción, e incluirán mecanismos específicos de deshumanización de la víctima de la violencia y de autoexoneración de responsabilidad en el agresor. De esta manera, conducta, emociones y esquemas mentales son transferidos intergeneracionalmente a los hijos de agresores domésticos, convirtiendo a la cifra actual de niños violentos con sus madres en un porcentaje importante de los maltratadores de las estadísticas del mañana. 2.2.5 GÉNERO Y SEXUALIDAD La sexualidad es un proceso que se manifiesta y evoluciona a lo largo de todo el ciclo de vida: la infancia, la adolescencia y la adultez y, forma parte inseparable de quiénes somos; implica múltiples aspectos que pasan desde ser hombres o mujeres; los papeles y expectativas asociadas a esas creencias; las conductas e interacciones con las demás personas y la aceptación del propio cuerpo. El tratarla exclusivamente desde las manifestaciones individuales es una limitante, porque en su ejercicio los procesos sociales y culturales convergen en la vivencia de lo sexual; así entonces toda la trama de percepciones, aspiraciones, saberes y sentimientos son configurados de múltiples maneras por la sociedad en que se vive; donde la edad, sexo, género, clase social, etnia, religión y orientaciones sexuales constituyen fundamentos esenciales para actuar en el mundo. El concepto de sexualidad integral, se refiere a que la sexualidad es el conjunto de características biológicas (del cuerpo), psicológicas (de la manera de sentir y pensar) y sociales (de las relaciones con otros/as y de la cultura en la que vivimos) que nos posibilita entender el mundo y vivirlo, a través de nuestro ser como hombres o como mujeres. De esta forma, resulta claro que la sexualidad no se refiere solamente a las partes genitales o aparatos reproductivos del cuerpo, sino que también tiene que ver con las relaciones que establecemos con las otras personas y con nosotras/os mismas/os, con la comunicación, los
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Diplomado Juventud, Desarrollo y Salud Sexual y Reproductiva SSR sentimientos, los pensamientos, las emociones, sentir placer y cariño, ser feliz, sentirse bien con una/o misma/o, en fin, con todas las expresiones humanas. Componentes de la sexualidad integral: a) Componente vincular: se refiere a las relaciones (o vínculos) que se establecen con otras personas (por ejemplo: con la familia, las amistades o la pareja) o con una/o misma/o, a partir de la sexualidad. Esto se relaciona con la atracción física, con el cariño, con el deseo de compartir y la necesidad de comunicarse. También tiene que ver con la posibilidad de conocer nuestros deseos y necesidades, así como comprender y preocuparse por los de las otras personas. b) Componente erótico: se relaciona con la posibilidad de disfrutar, sentir amor y placer a través del cuerpo y los cinco sentidos, sin miedo, vergüenza ni culpa. Incluye las conductas de seducción (como miradas, gestos o palabras) y todo lo que la persona haga para sentirse bien y obtener placer, siempre y cuando no se haga daño a sí misma/o ni a otras/os. La vivencia del placer no se deriva únicamente de los órganos genitales y de las prácticas sexuales, sino que también se puede obtener de otras actividades, como bailar, caminar junto a alguien especial, practicar deporte, entre otras. c) Componente corporal: está relacionado con la posibilidad de conocer, aceptar y valorar el propio cuerpo, para así poder aceptar y valorar el cuerpo de la persona que queremos. De esta forma, también se logra que esa persona acepte y valore nuestro cuerpo. Además, desde este componente se considera al cuerpo como un instrumento para comunicar afectos y emociones, así como un medio para acercarse a una/o misma/o y a otra/o. También incluye la capacidad que tienen todas las personas para sentir placer físico. d) Componente ético: significa la responsabilidad, el respeto y la honestidad que se tiene consigo misma/o y con las/os otras/os. Es respetar los valores, deseos, necesidades y gustos, tanto los propios como los de la otra persona. También se refiere a prevenir el riesgo de adquirir o contagiar enfermedades de transmisión sexual y prevenir el riesgo de embarazos no planificados. e) Componente cognitivo: abarca los pensamientos, ideas, creencias y reflexiones que cada persona tiene sobre la sexualidad, las cuales están marcadas por los mensajes que se transmiten socialmente sobre esta (en la familia, la escuela, el trabajo, la iglesia, las amistades, etc.). Por eso, es importante que podamos identificar estos pensamientos, para lograr cuestionarlos y darnos cuenta de la influencia que tienen en la vivencia de la propia sexualidad. Dado que la sexualidad es algo que nos acompaña durante toda la existencia, lo que vivimos, sentimos y creemos acerca de esta responde al proceso de socialización que hemos tenido, es decir, los mensajes y valores que nos han transmitido desde que nacimos hasta el día de hoy sobre la sexualidad.
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GENERO, GENERACIÓN Y JUVENTUD También intervienen en la socialización sexual las actitudes y comportamientos de las personas cercanas con respecto a su propia sexualidad. En este proceso toman parte nuestra familia, la educación que recibimos en la escuela o el colegio, los amigos y amigas, la iglesia, los medios de comunicación social, los prestadores de salud, en fin, todas esas personas e instituciones que representan a la cultura. Ahora entendemos de que las ideas, valores y sentimientos que tenemos de la sexualidad y las formas de vivirla están determinadas por todos los mensajes o discursos que provienen del afuera y que has ido incorporando a tu propio modo de pensar, sentir y actuar. El problema se da cuando esto limita la posibilidad de entender y vivir la sexualidad integral, al considerarse que solo tiene que ver con los genitales, o la reproducción o el placer erótico. También cuando crea culpas, miedos o rechazos y entonces preferís ocultar todas tus necesidades y experiencias. La importancia de entender la sexualidad desde esta visión integral, radica en la posibilidad de poder vivir la sexualidad plena, responsable y sanamente. 2.2.5.1 Las falsas creencias y mitos sobre la sexualidad En nuestra cultura existe una serie de creencias, mitos y prejuicios con respecto a la sexualidad y sus diferentes dimensiones. Cuando hablamos de mitos, nos estamos refiriendo a aquellas explicaciones o interpretaciones falsas, como mentiras, que se han transmitido o heredado por generaciones, a tal punto que se llegan a considerar como verdades naturales y aceptables. Los mitos además determinan el comportamiento y los pensamientos de las personas, por lo que pueden afectar o poner en riesgo tu vivencia de la sexualidad. Por eso es muy importante que poder identificar y cuestionar estas falsas creencias, para que también poder orientar a otras y otros jóvenes que no han descubierto aún las mentiras que en los mitos se encierran. Los principales mitos se clasifican de la siguiente forma: • Sobre el "para qué" de la sexualidad: Plantean que el único fin de la sexualidad es la reproducción, en la mujer, por lo que solo sirve para tener hijos/as. En cambio para el hombre la sexualidad es igual a placer y erotismo. Además se considera que la sexualidad se vive exclusivamente a través de la penetración del pene en la vagina (a esto se le llama genitalización de la sexualidad, pues reduce la vivencia de la misma a los órganos genitales). Tenemos que recordar que la sexualidad también tiene otras finalidades, además de la reproducción, que son igualmente importantes, como proporcionar y obtener placer, dar afecto y cariño a la persona que se quiere, comunicarte, expresar el amor, entre otras. Ejemplos de estos mitos son: “si uno no ha hecho el amor (relaciones coitales) no ha vivido la sexualidad”, “solo se obtiene placer sexual con la penetración”, “todas las parejas deben tener hijos”, “la sexualidad fue creada para reproducirse”, entre otros.
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Diplomado Juventud, Desarrollo y Salud Sexual y Reproductiva SSR • Sobre la moral: Estos mitos transmiten la idea de que la sexualidad es sucia, mala, dañina y vergonzosa, provocando culpa en quienes viven placer en sus experiencias sexuales, en el caso de las mujeres. Para los hombres es algo que se debe de experimentar y vivir como algo placentero ya que se considera el sexo experto. Es necesario recordar que, siempre y cuando se respeten los gustos y necesidades personales y de la otra persona, y no se cause ningún tipo de daño físico o psicológico, no hay nada de malo, dañino o sucio en la sexualidad. Algunos de estos mitos pueden ser: “la masturbación causa locura”, “a las personas que se masturban les salen espinillas”, “tener deseos sexuales es malo e indecente”, “una muchacha buena no debe pensar en el sexo”, debemos señalar que estos mitos generalmente afectan las prácticas sexuales de las mujeres y hombres adolescentes. • Sobre el género: Son todos aquellos mitos que establecen diferencias que causan discriminación entre hombres y mujeres respecto a su sexualidad. Estos mitos corresponden a la ideología patriarcal, la cual otorga mayor permiso al hombre para expresar su sexualidad y en cambio reprime y censura a las mujeres. Se debe tomar en cuenta que tanto hombres como mujeres tienen deseos sexuales, capacidad para sentir placer y para expresar su sexualidad, es decir, que todas y todos tenemos los mismos derechos. Estos mitos sostienen cosas como las siguientes: “los varones tienen que demostrar su hombría conquistando mujeres y llevándolas a la cama”, “un hombre que dice no a una relación coital es homosexual”, “los hombres no deben llorar ni ser tiernos”, “el hombre tiene más necesidades o deseos sexuales que la mujer”, “hay dos tipos de mujeres: una para casarse y otra para acostarse”, “la mujer que no es virgen no vale nada”, “una mujer no debe tomar la iniciativa para tener relaciones genitales”, entre otras muchas más. • Sobre los peligros del conocimiento: Se cree que informarse y aprender sobre la sexualidad va a provocar que las personas solo piensen en tener relaciones genitales, esto es un mito que se refuerza por el adultismo que pretende reservar la sexualidad al adulto y de nuevo aclarar que recae más contra mujeres que hombres. Por eso, algunas personas adultas pueden creer que la educación sexual integral, o que hablar sobre sexualidad clara y abiertamente con los adolescentes es como incitarle o darle permiso para la actividad genital o coital. Sin embargo, se sabe que el conocimiento -verdadero, claro y sin mitos- puede ayudar a vivir la sexualidad con mayor responsabilidad, sin ignorancia, vergüenza ni culpa. Esto porque la información permite que tener más capacidad para tomar decisiones, así como para cuidarse y cuidar a la pareja de riesgos que afecten su salud y desarrollo (como embarazos no planificados o el contagio de alguna infección de transmisión sexual). Entre estos mitos se pueden citar: “hablar con los hijos de sexo es como prestarles la cama para que lo hagan”, “la educación sexual debe limitarse a hablar de los aparatos reproductivos, porque si no se les despiertan las ganas”, “la persona que sabe mucho de sexo es porque tiene mucha
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GENERO, GENERACIÓN Y JUVENTUD experiencia”, “una mujer que conoce cómo se usan los métodos de planificación, seguro se anda acostando con todos”, por ejemplo. • Sobre las prácticas sexuales normales y permitidas: Estos mitos plantean que existen algunas prácticas sexuales que son prohibidas, anormales o “antinaturales”, como la masturbación, los juegos sexuales, el sexo oral, o practicar diferentes posiciones durante el coito. Esto provoca que las personas se sientan culpables o temerosas si disfrutan alguna actividad de este tipo. Las verdaderas restricciones que deben tenerse con respecto a las prácticas sexuales tienen que ver con: a) que ambos miembros de la pareja estén de acuerdo en practicarlas; b) que no exista presión o chantaje para que la otra persona haga algo que no quiere o le incomoda; c) que se respeten los gustos, deseos y preferencias de ambas personas; d) que se converse abiertamente sobre lo que gusta o desagrada; y e) no causar ni causarse daño físico o psicológico. Sobre la edad: Se considera que la sexualidad es exclusiva de las personas adultas, por lo que en la infancia y vejez no se tiene vida sexual ni intereses sexuales. Muchos de estos mitos son: “los bebés son asexuados”, “cuando uno se hace viejo pierde el interés sexual”, “los deseos sexuales aparecen hasta que se llega a la adolescencia”, entre otros. Lo importante es que saber que la sexualidad está presente durante toda la vida, y que lo que cambia en los distintos períodos de la vida son las manifestaciones de la sexualidad. Es decir, que de niños o niñas vivimos la sexualidad de una forma, y que cuando somos adolescentes, adultos o ancianos la expresamos de manera diferente. 2.2.5.2 La genitalidad Todo lo que tiene que ver con los genitales y las sensaciones que estos nos producen forma parte de la sexualidad. Como ya habíamos señalado, lo genital es entonces un componente más de la sexualidad. Existen diferentes opciones para vivir la sexualidad genital. Todas las personas tenemos valores, sentimientos y formas de pensar distintas. Por eso se deben respetar y tolerar las decisiones que cada una/o tome con respecto a su sexualidad genital. Este es un derecho que nadie nos puede quitar. Vamos a referirnos a cuatro situaciones que son importantes de revisar, por el interés que generan y porque forman parte de ese proceso por el que estás pasando. Estas son: la masturbación, la abstinencia, las caricias o juegos sexuales, y las relaciones sexuales coitales. La masturbación: Es una actividad que consiste en tocarse y acariciarse los propios genitales con el fin de producirse placer. Tiene una función muy importante para el desarrollo, especialmente de las y los adolescentes, ya que permite explorar el cuerpo, conocer mejor la forma y funcionamiento de los genitales, así como las sensaciones que de ellos se derivan. Además, gracias a la masturbación se logran liberar los deseos e impulsos sexuales acumulados, que vuelven a surgir tan impetuosamente
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Diplomado Juventud, Desarrollo y Salud Sexual y Reproductiva SSR a estas edades. Otra función que ocupa esta actividad, es que nos permite prepararnos para el encuentro genital con otra/o, a través de la fantasía y la imaginación que la acompañan. Se generan mensajes diferentes para hombres y para mujeres. Los hombres reciben mayores mensajes permisivos con respecto a la masturbación, en cambio a las mujeres se les reprime y censura más esta práctica. Esto provoca mayores sentimientos de culpa y vergüenza en ellas. Lo importante es tener claro que hombres y mujeres tienen deseos sexuales por igual. Que todas y todos tenemos derecho a explorar nuestro cuerpo y a sentir placer, y que esto no nos vuelve personas malas o de menor valor. La abstinencia: Es una expresión en la cual se decide no realizar ninguna actividad sexual genital (caricias y juegos sexuales, sexo oral o anal), coital (penetración del pene en la vagina) ni autoerótica (auto estimulación). Sin embargo, algunas personas deciden solo abstenerse de las relaciones coitales, y no de la o de las relaciones genitales. Las presiones y mensajes sociales influyen mucho sobre la posibilidad de abstenerse, ya que en el caso de los hombres esta situación es vista como falta de masculinidad. Así, los varones que no tienen relaciones sexuales genitales o coitales son catalogados de "pendejos", "poco hombres" u "homosexuales". Mientras tanto, a la mujer se le refuerza la abstinencia, al esperar que se mantenga virgen hasta el matrimonio o que no exprese ningún tipo de deseo sexual. Vivir la abstinencia no quiere decir que se es asexuado, o sea, que no se tienen intereses, deseos o necesidades eróticas. La abstinencia puede ser positiva en algunas circunstancias que permite protegerte al riesgo de un embarazo o ITS/VIH-SIDA, así como de vivir una experiencia sexual para la que no se encuentre preparado(a), en la cual en vez de obtener satisfacción física y emocional, viva mucha culpa, frustración y temor. Por eso, para que el encuentro sexual sea algo placentero y positivo debe esperar al momento indicado, y sólo uno saber cuándo llegará ese día en que te sientas con deseo y responsabilidad de tener relaciones sexuales sean coitales o de otro tipo. Todas estas influencias dificultan que la abstinencia pueda ser vivida como una opción libre que tienen las personas adolescentes en el ejercicio de su sexualidad. Se debe tener presente que la abstinencia es una decisión personal, que debe ser respetada, y que todas y todos tenemos derecho a decidir sobre la forma en que queremos vivir nuestra sexualidad. Las caricias o juegos sexuales: A partir de que se empiezan a vivir relaciones amorosas con personas de tu edad, surgen mayores deseos de sentir el cuerpo de la otra persona y de obtener placer en estos encuentros. Es así como se puede llegar a las caricias o juegos sexuales, que son expresiones placenteras con otra persona sin llegar a la penetración. Pueden ser besos, tocamientos, caricias, y masajes en los genitales con fines eróticos (masturbación mutua). Este tipo de juegos generalmente se viven de manera progresiva, primero con caricias sobre la ropa y tiempo después explorando la desnudez del otro(a). Además estas experiencias permiten, poco a poco, familiarizarse con los genitales de la otra persona y con las reacciones que tiene ante la excitación sexual. Todo esto sirve de preparación para el encuentro coital. A veces se cree que la sexualidad genital sólo se vive en el coito, por lo que se dice "no pasó nada" refiriéndose a la ausencia de la penetración.
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GENERO, GENERACIÓN Y JUVENTUD También se considera que solo a través de la introducción del pene en la vagina, se puede obtener placer o alcanzar el orgasmo. Sin embargo, estos juegos y caricias son expresiones importantes de la sexualidad y fuentes de mucho placer. Muchos y muchas adolescentes que deciden postergar el momento de tener relaciones sexuales coitales, encuentran en este tipo de juegos una vía adecuada para vivir su genitalidad. Se debe tener cuidado con aquellos juegos en los que los genitales desnudos de ambas personas (el pene y la vagina) se rozan, llegando a colocar la punta del pene en la vagina como parte de las caricias eróticas. Esto porque cuando el hombre está excitado, sale por su pene el semen que contiene espermatozoides que pueden entrar en la vagina. Además si el hombre eyacula cerca de la vagina, la rapidez con que se mueven los espermatozoides les puede permitir entrar a la vagina. Todo esto trae el riesgo de un embarazo o del contagio de una ITS y VIH-SIDA, por lo que se recomienda que el varón se coloque un condón, aunque no vaya a penetrar a la mujer, para que ambos se protejan. Las relaciones sexuales coitales: Cuando una relación amorosa con otra persona se vuelve más duradera, estable y segura, la vivencia del amor adquiere matices diferentes. Se desea tener mayor intimidad y cercanía, tanto emocional como física. Esto hace que muchas parejas sientan mayores deseos de "hacer el amor". Esta frase hace referencia a las relaciones sexuales coitales, las cuales consisten en dar y recibir caricias eróticas hasta llegar a la penetración del pene en la vagina (coito). Estas relaciones permiten el intercambio de amor, sentimientos, placer y comunicación. Por eso, lo más adecuado es que se vivan dentro de una relación de pareja seria, estable y comprometida. Muchos y muchas adolescentes tienen experiencias coitales por curiosidad, porque se dejaron llevar por el momento o por presión de otras personas (amigos/as, novio, novia). Es importante que se llegue a vivir un encuentro coital por decisión personal y de pareja, tomando en cuenta los riesgos y buscando las formas de protegerse. Es muy importante que las y los adolescentes puedan tener claridad sobre las ventajas y desventajas de tener relaciones coitales en esta etapa, así como de lo que quieren, piensan y sienten, a fin de que puedan tomar una decisión, individual y en pareja, y actuar responsablemente. 2.2.5.3 Las conductas de autocuidado y de mutuo cuidado Cuando se toma una decisión sobre cómo vivir la sexualidad genital, es muy importante que se asuma la responsabilidad sobre el bienestar de una/o misma/o y de la pareja. El autocuidado tiene que ver con las cosas que una/o hace, dice y siente para asegurarse y proteger la salud física, sexual, mental y espiritual propia. Entre estas se incluye la protección contra ITS/VIH-SIDA y la prevención del embarazo. Hay muchas cosas que podemos hacer para cuidarnos a nosotras/os mismas/os, tanto si decidimos abstenernos o si optamos por tener relaciones sexuales genitales o coitales. Algunas de estas cosas son: • Conocer bien nuestros genitales y su funcionamiento. • Tener hábitos de limpieza (lavar bien los genitales, cambiarse la ropa interior todos los días, cambiarse las toallas con regularidad, etc.). • Revisar si hay presencia de fluidos extraños o malolientes en nuestros genitales, y buscar atención médica si es así.
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Diplomado Juventud, Desarrollo y Salud Sexual y Reproductiva SSR • Chequear si aparece alguna lesión, llaga o grano en nuestros genitales, y visitar al médico(a) inmediatamente. • Hacernos el autoexamen de los testículos o los senos 1 vez al mes. • Estar atento(a) a cualquier cambio de la orina: la frecuencia, el color, una sensación de urgencia, o si se siente dolor o ardor al orinar. • Acudir al centro de salud cuando algo parezca no estar bien en nuestros genitales, su funcionamiento o se tenga algún problema de tipo sexual. • Conversar con una persona de confianza sobre nuestras dudas e inquietudes sobre sexualidad. • Buscar información confiable y verdadera sobre la sexualidad y sus manifestaciones. Si se tiene relaciones sexuales genitales o coitales, el autocuidado puede ser: • Usar siempre y adecuadamente el condón, aunque solo se tenga una pareja sexual. • Tener una sola pareja y serle fiel, solicitándole a ella o él que haga lo mismo. • Realizarse la prueba del VIH si se ha tenido alguna conducta riesgosa. • Andar con una/o misma/o siempre un condón, en un lugar adecuado que no lo exponga a dañarse. Se debe recordar que muchas veces se tienen encuentros sexuales sin planearse con anticipación. • Exigirle a la pareja el uso del condón si se va a tener un encuentro sexual. • Acudir al médico/a o consejero autorizado para que sugiera cuál método utilizar para evitar los embarazos. • No realizar prácticas sexuales de alto riesgo (como tener relaciones con varias personas, el coito interrumpido, el ritmo, no usar condón, etc.). • No mezclar el sexo con el alcohol o drogas, ya que si se está bajo los efectos de una droga es más probable que se corran riesgos y se hagan cosas que no se harían en otro momento. Por ejemplo, que se te olvide usar el condón y tener relaciones coitales sin protección. • No permitir que nos presionen o manipulen para realizar ciertas prácticas sexuales que no queremos o que nos harían sentir incómodos(as). • Además, si se quiere postergar el coito (la penetración), se pueden explorar otras formas de disfrutar la experiencia sexual, como las caricias eróticas, la auto estimulación mutua, el sexo oral, etc. El mutuo cuidado es la responsabilidad que tenemos de proteger a nuestra pareja de cualquier riesgo para su salud física, mental, sexual y espiritual. Se expresa en los actos, los pensamientos y los sentimientos. Incluye cuidarla del contagio de ITS/VIH-SIDA y del embarazo. Algunas cosas que se deben hacer para proteger a tu pareja si deciden abstenerse son: • Respetar la decisión de la pareja, aunque no se comparta. • Ayudar y colaborar para mantener la decisión. • No presionar a la pareja para que haga algo que vaya en contra de su decisión. • Compartir espacios juntos con otras personas, para que un momento de soledad no los lleve a buscar un acercamiento físico más intenso. • Hablar sobre lo que van a hacer cuando se viva un momento de mucha excitación. • Identificar las cosas que podrían llevarlos a poner en riesgo su decisión, para poder evitarlas. • Compartir actividades recreativas, que les permitan disfrutar de hacer cosas juntos. Si se tienen relaciones sexuales genitales o coitales, las conductas de mutuo cuidado deben ser: √ Acordar que siempre van a usar el condón y aprender cómo se coloca.
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GENERO, GENERACIÓN Y JUVENTUD √ Usar siempre y adecuadamente el condón. √ Realizarse la prueba del VIH y conocer los resultados de ambos. √ Guardarse fidelidad mutuamente. √ Asegurarse que uno de los dos ande siempre condones, en un lugar adecuado que no los exponga a dañarse. Esto porque muchas veces el encuentro sexual no se planea con anticipación. √ Acudir en pareja al médico(a) para que les aconseje cuál método utilizar para evitar los embarazos. √ No tener prácticas sexuales de alto riesgo (como el coito interrumpido, el ritmo, no usar condón, etc.). √ No tener encuentros sexuales si alguno o los dos han consumido alcohol o drogas, ya que es más posible que se les olvide o no le den importancia al uso del condón y tengan relaciones coitales sin protección. √ Conversar abiertamente sobre lo que les gusta y no les gusta, así como los temores, dudas y expectativas sobre el encuentro sexual. √ No presionar o manipular a la pareja para que haga cosas que no quiere o que le harían sentirse incómodo(a). √ Buscar que la experiencia sexual sea positiva y gratificante para los dos, que les permita obtener placer físico y emocional, sin correr ningún riesgo. √ Si se quiere postergar el coito (la penetración), pueden recurrir a otras opciones como: las caricias eróticas, la auto estimulación mutua, el sexo oral, etc. √ Decidir juntos el momento en que se va a llegar a tener una relación sexual coital. 2.2.5.4 ¿Qué es la salud sexual? La salud sexual es el desarrollo de las capacidades de las personas que les permite tener una vida sexual placentera, segura y responsable. No se limita a la prevención de embarazos, de ITS y VIH-SIDA, o de enfermedades y disfunciones, sino que se orienta al disfrute de la vida y de las relaciones interpersonales de las relaciones de pareja y del ejercicio de la sexualidad. En la salud sexual se integra la parte física, emocional y social de las personas, por medios enriquecedores y positivos, para favorecer el amor, la comunicación, la responsabilidad y la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres. Como parte de la salud sexual, resulta muy importante el derecho a la información y el derecho al placer. 2.2.5.5 ¿Qué es la salud reproductiva? Es el desarrollo de las capacidades físicas, mentales y sociales de las personas en todo lo que se relaciona con el sistema reproductivo, sus funciones y procesos, que permita disfrutar de la sexualidad sin riesgo. Por eso, no se reduce a la ausencia de una enfermedad o trastorno en el aparato reproductivo. Implica los siguientes elementos: • La libertad para decidir tener o no tener hijas/os, la cantidad de hijos/as que se plantea tener la pareja, y los momentos para tenerlos/as. • La posibilidad de tener un embarazo, parto y post-parto sin riesgos para la madre ni para el niño(a).
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Diplomado Juventud, Desarrollo y Salud Sexual y Reproductiva SSR • La posibilidad de tener relaciones sexuales coitales (por decisión libre y responsable) que sean gratificantes para ambas personas, y sin el peso del temor a un embarazo no planificado o una ITS/VIH-SIDA. • La información y el acceso a métodos de protección que sean seguros y eficaces. Como parte de la salud reproductiva, es fundamental el derecho a acceder a una sexualidad plena y enriquecedora, como parte del bienestar de las personas y las familias. La salud sexual y reproductiva son importantes porque permiten abordar todos los aspectos relacionados con la sexualidad, su disfrute, responsabilidad, valores, mitos y falsas creencias, etc. Además tienen una orientación preventiva en la que se busca el fomento a la salud, evitando las cosas que ponen en riesgo la salud y fortaleciendo aquellas que la protegen. LOS DERECHOS SEXUALES Y REPRODUCTIVOS DE LAS Y LOS ADOLESCENTES Estos derechos forman parte de los derechos humanos, es decir, los que tienen todas las personas por igual. Por eso, todas las personas adolescentes –sin importar su edad, sexo, etnia, religión, situación económica, orientación sexual, etc.- tienen derechos sexuales y reproductivos. Estos son: • Derecho a ser una/o misma/o, con libertad para tomar decisiones sobre su salud sexual y reproductiva, a expresar lo que piensa, disfrutar de la sexualidad, estar segura/o de querer casarse o no y de tener una familia. • Derecho a recibir información sobre sexualidad, anticonceptivos, ITS y VIH/Sida, así como sobre sus derechos sexuales y reproductivos. • Derecho a estar protegida/o de embarazos no planificados, ITS, VIH/Sida, y de abusos sexuales, explotación y violencia. • Derecho a tener acceso a servicios de salud confidenciales, de calidad y respetuosos. • Derecho a promover asociaciones que busquen la promoción de la salud, y la defensa de los derechos sexuales y reproductivos; así como a tratar de influir en los gobiernos y políticas públicas para darle prioridad a la salud. 2.2.5.6 LA IMPLEMENTACIÓN DE LA POLÍTICA PÚBLICA DE SALUD SEXUAL Y REPRODUCTIVA (SSR) EN EL EJE CAFETERO COLOMBIANO: ANÁLISIS DEL TEMA DEL EMBARAZO EN ADOLESCENTE. Durante los últimos años, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) ha dado pasos importantes para la inclusión de la salud sexual y reproductiva en los programas nacionales de salud adolescente de la Región, proponiendo un nuevo marco conceptual que aborda la sexualidad de los jóvenes y de las jóvenes desde una perspectiva de desarrollo humano, integrando la salud sexual dentro de un marco más amplio de salud y desarrollo. Este enfoque reconoce que la salud sexual es un objetivo del desarrollo humano y que su condición está relacionada con factores culturales y familiares, y con el ambiente social, político y económico en el que viven los adolescentes y las adolescentes. El enfoque defiende un desarrollo positivo y reconoce a la juventud como una oportunidad para la región y ha sido diseñado para llegar a diferentes niveles de influencia, como los encargados de formular políticas y los planificadores de programas a escala nacional, con el fin
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GENERO, GENERACIÓN Y JUVENTUD de alentarlos para que integren en sus programas de salud de los y las adolescentes (OMS, 2007). Para la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la Salud Sexual es un proceso continuo físico, psicológico y sociocultural relacionado con la sexualidad. La Salud Sexual se evidencia en las expresiones libres y responsables de capacidades sexuales que conducen al bienestar personal y social, enriqueciendo la vida individual y social. No es simplemente la ausencia de disfunciones, enfermedades y/o malestar. Para poder conseguir y mantener la salud sexual es necesario que se reconozcan y se defiendan los derechos sexuales de todas las personas En Colombia, la política nacional considera la Salud Sexual y Reproductiva, de los adolescentes y las adolescentes como el ejercicio de una sexualidad libre, satisfactoria, responsable y sana, lo que implica la prevención del embarazo precoz y la prevención y atención de eventos relacionados con la sexualidad y la reproducción (PNSSR, 2003). Para ello se plantean varias estrategias complementarias entre sí. a fin de lograr el mejor y más rápido efecto en la problemática. Esas son: 1) la Promoción de la SSR de las adolescentes y los adolescentes mediante estrategias de Información Educación Comunicación (IEC), 2) la Coordinación intersectorial e interinstitucional, 3) el Fortalecimiento de la participación, 4) el Fortalecimiento de la gestión institucional, 5) la Potenciación de las redes sociales de apoyo, y 6) el Desarrollo de la investigación (PNSSR, 2003). Para las adolescentes en particular, la Política Pública Nacional de SSR dispuso como meta principal reducir el embarazo en este grupo de población………. Las áreas de la SSR más preocupantes desde el punto de vista de la salud pública, y por lo tanto las áreas que deben ser prioritariamente atendidas, son: la falta de servicios de atención integral para adolescentes, el aumento de las tasas de embarazo a edades cada vez más tempranas, y el alto porcentaje de embarazos no planeados, que afectan no sólo las condiciones de salud de las adolescentes y de los adolescentes, sino también el ejercicio de sus derechos humanos fundamentales, limitando las posibilidades de convivencia social y afectando su proyecto de vida y el desarrollo de sus potencialidades. El embarazo en la adolescencia tiene graves consecuencias sobre la calidad de vida de los futuros padres y madres y de las hijas e hijos por nacer: limita sus posibilidades de desarrollo personal y social en la medida en que reduce sus oportunidades de educación y, por lo tanto, afecta la calidad del empleo, aumenta el número de personas con dependencia económica en una familia que con frecuencia tiene recursos económicos escasos y, en general, se convierte en un factor que afecta la calidad de vida de las personas. También es un factor que contribuye a perpetuar el círculo de la pobreza, que a su vez se encuentra relacionado con el aumento de la fecundidad entre la población de adolescentes, al igual que el bajo nivel de escolaridad. Las adolescentes en condiciones de pobreza y sin educación formal tienen su primera relación sexual y su primer hijo o hija mucho antes que las demás adolescentes. El otro factor asociado al embarazo adolescente es el lugar de residencia: las jóvenes de las zonas rurales tienden a tener relaciones sexuales e hijos o hijas más temprano que las de las zonas urbanas. Así mismo, la condición de desplazada forzada posibilita en gran medida la presentación de embarazo en edades más tempranas. En lo que refiere al embarazo en la adolescencia, factores como el nivel de escolaridad, los recursos económicos y las relaciones familiares se asocian con la relación sexual temprana. Se ha observado que cuanto más bajo es el nivel socioeconómico y la escolaridad de los padres y las adolescentes, mayor es la probabilidad del embarazo precoz; adicionalmente se ha visto una clara
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Diplomado Juventud, Desarrollo y Salud Sexual y Reproductiva SSR relación entre abuso sexual en la infancia y la pubertad y el embarazo en adolescentes, en especial en niñas que tuvieron actividad sexual antes de los 14 años. A partir del momento en el que la adolescente queda embarazada se enfrenta a una serie de conflictos que alteran sus relaciones familiares en donde con frecuencia, a cambio de encontrar apoyo económico y moral, experimenta rechazo y abandono por parte de su familia, la sociedad y las instituciones educativas. Esta situación aumenta su vulnerabilidad frente a las consecuencias negativas de su gestación, disminuyendo sus posibilidades a corto y mediano plazo de mejorar su situación de manera activa (Pro familia, 2005). Adicionalmente, se puede presentar menor posibilidad de relaciones estables, aumento de la carga al escaso presupuesto familiar, abandono y maltrato del fututo hijo o hija, una posible relación afectiva madre-hijo o madre-hija deficiente, limitación de las posibilidades laborales futuras, trastornos psicológicos como depresión por la responsabilidad y periodo de adaptación que exige el nuevo ser, que puede inducir al alcoholismo, la drogadicción y en casos extremos al suicidio, a la prostitución y al matrimonio servil. El embarazo de la adolescente es, hoy por hoy, una de las problemáticas más costosas para la Salud Pública, dado que compromete no sólo el proyecto de vida de la adolescente y del adolescente, su salud y bienestar, sino también la calidad de vida del bebé. Está ampliamente descrita la importante prevalencia de mortalidad materna y mortalidad perinatal de la gestante adolescente y de los bebés nacidos o nacidas de madres adolescentes, generando costos sociales, económicos y de calidad de vida, no sólo en este grupo poblacional, sino en general en la sociedad y el país. La conducta reproductiva de las adolescentes es un tópico de reconocida importancia, tanto en lo concerniente a embarazos no deseados y abortos, como en relación con las consecuencias sociales, económicas y de salud. Los embarazos a muy temprana edad forman parte del patrón cultural de algunas regiones y grupos sociales, pero en las grandes ciudades generalmente no son deseados y se dan en parejas que no han iniciado una vida en común, configurando así el problema social del “madre-solterismo”. Muchos de estos embarazos terminan en abortos practicados por personas empíricas y en condiciones sanitarias inadecuadas, poniendo en peligro la vida de la futura madre (Pro familia, 2005). Si bien las tasas de fecundidad de las adolescentes han descendido en la mayoría de los países en vías de desarrollo durante los últimos 20 años1211 (ver Cook Et al., 2003), aún así la conducta reproductiva de este grupo es una gran preocupación. En comparación con los cambios en fecundidad observados en los grupos de mujeres de mayor edad, en gran parte como resultado del uso de métodos de planificación familiar, las reducciones en la fecundidad de adolescentes son principalmente obtenidas mediante el acceso a métodos anticonceptivos adecuados y de fácil uso, acceso a educación sexual integral y de calidad, reducción de la pobreza y acceso al sistema educativo.
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En Nicaragua la fecundidad adolescente desciende pero a un ritmo menor que en otras edades, comparando las encuestas ENDESA 2001 Y ENDESA 2006/07 se redujo en 23,6% siendo la tasa de reducción más baja.
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GENERO, GENERACIÓN Y JUVENTUD Las mujeres adolescentes están entrando cada vez más temprano a la vida sexual activa, usando relativamente poco los métodos anticonceptivos, lo que propicia la probabilidad de quedar en embarazo e incidir en una mayor tasa de fecundidad con una mayor proporción de hijos e hijas no deseados y de abortos (Profamilia, UNFPA, 2002). Este inicio temprano de las relaciones sexuales, asociado a las condiciones de pobreza, múltiples compañeros o compañeras sexuales sin protección y la intensa actividad sexual, que puede caracterizar la adolescencia, al facilitar la contaminación con el virus del papiloma humano. Todos estos componentes, además de gestaciones tempranas, configuran condiciones de mucho riesgo para el cáncer de cuello uterino. En Risaralda es la primera causa de muerte de mujeres entre 15 y 44 años (Gobernación de Risaralda, 2005). Para Risaralda en particular, la anormalidad de la citología se presenta 2,7 veces más que la media nacional que esta en 9% (ENDS, 2005). 1.3 ADOLESCENTES Y JÓVENES COMO ACTORES DE CAMBIO Los cambios que enfrentan las sociedades a finales de este siglo, han transformado significativamente la vida adolescente, hacen evidente la necesidad de abrir espacios a una participación juvenil con claro establecimiento del ejercicio de sus derechos. Los insumos tradicionales no son los únicos que reciben las juventudes; su desarrollo ocurre con el impacto de múltiples estímulos. Se modifica la caracterización del período juvenil, y por ende, el concepto de desarrollo y el lugar de la adolescencia en las sociedades. La globalización ha influido en que los y las adolescentes se encuentren expuestos a influencias multiculturales. Ha roto la homogeneidad de las culturas y por consiguiente, la inmovilidad de los roles. Se ha facilitado la diseminación de avances en el desarrollo humano como la inclusión prioritaria de los derechos humanos en la política y en la legislación. El replanteamiento de las relaciones de género ha ido logrando el reconocimiento e la plena capacidad de las mujeres y a la creación de condiciones para la igualdad de derechos en ambos sexos. Los cambios propios de la globalización, modernización y de los modelos económicos han ido acompañados de importantes transformaciones sociales y culturales. Se dan nuevas formas de interacción entre las generaciones, entre los sexos y entre las instituciones sociales. Dichas condiciones modifican las perspectivas que predominaban en la orientación y alcance de los derechos, las relaciones entre los sexos y entre las generaciones. La modernización ha traído herramientas de avance productivo, una rápida obsolescencia tecnológica y la prolongación de la esperanza se vida. Se generan nuevas metas en el recorrido de vida. Se plantean la reducción de la fecundidad, el control de las enfermedades sexualmente transmisibles, la postergación del matrimonio y el fomento de la autonomía económica para hombres y mujeres. Existe mayor facilidad de aprendizaje en los grupos de jóvenes que en los adultos para adquirir rápidamente conocimientos y habilidades sobre tecnologías innovadoras.
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Diplomado Juventud, Desarrollo y Salud Sexual y Reproductiva SSR El futuro como meta orientadora se ha tornado incierto por la velocidad de las reestructuraciones sociales y culturales. Para los grupos en pobreza está marcado por la desesperanza. Para niños y adolescentes, si no hay opciones y derechos en el presente, disminuye el valor de la preservación de la vida. Los beneficios del desarrollo tecnológico no favorecen por igual a todos los estratos sociales. Esto ha influido en la polarización socioeconómica al interior de las sociedades nacionales y en la ruptura de fronteras para los grupos económicamente más privilegiados. Así, los jóvenes con mayores recursos económicos de todas partes del mundo, tienen acceso a la informática, a los conocimientos vigentes, más exposición a los adelantos. Los medios de comunicación y la electrónica producen realidades virtuales que, a su vez, contribuyen a una mayor aproximación y articulación internacional para los grupos de más recursos económicos y mayor aislamiento para los sectores más pobres. Los grupos de menores recursos, van quedando alejados de los avances (Lechner, 1997). Este proceso de reordenamiento de las sociedades en el planeta, aumenta la dualidad al interior de los países y plantea un gran desafío en la concepción de las políticas y programas de juventud. Se hace necesario reconocer la situación de los adolescentes, saber que son grupos heterogéneos, que requieren políticas diversificadas. En estas condiciones la homogeneidad resta equidad. Por ejemplo, en el sistema educativo de América Latina se ha establecido una gran brecha de acceso y calidad entre la educación privada y la educación pública. La institucionalidad se ha modificado con la reducción del tamaño del Estado. El paso del modelo de Estado de bienestar al modelo actual, demanda la construcción de las políticas sea un trabajo conjunto de la sociedad civil y de los gobiernos, con lo cual la participación ciudadana y la visibilización de las juventudes se hace absolutamente necesaria. Las instituciones políticas y la sociedad se encuentran ante el desafío de dar inclusión prioritaria a los derechos humanos en las políticas y legislación para la juventud.1312 1.3.1 EL CAMBIO EN LOS PARADIGMAS Y SU IMPACTO EN LAS POLÍTICAS DE JUVENTUD. Las políticas y programas para la juventud son fundamentales en la ubicación que la adolescencia encuentra en el tejido social y se han visto determinadas por diversos paradigmas, que se han modificado con el correr de los tiempos y que actualmente coexisten. Hemos clasificado los paradigmas como tradicionales, a los que destacan la adolescencia como un período preparatorio; transicional, a los que enfatizan la juventud problema y avanzados, a los que reconocen a los y las adolescentes como ciudadanos y actores estratégicos del desarrollo.
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La participación social y política de los jóvenes en el horizonte del nuevo siglo, Dina Krauskopf, Balardini, Sergio. Editorial: CLACSO-Argentina Fecha de publicación: 2005
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GENERO, GENERACIÓN Y JUVENTUD Adolescencia: período preparatorio Desde el paradigma que identifica la adolescencia como un período preparatorio, los adolescentes son percibidos fácilmente como niños grandes o adultos en formación. Tal enfoque se sustenta en el paradigma que enfatiza la adolescencia como un período de transición entre la niñez y la adultez. Le corresponde la preparación para alcanzar apropiadamente el status adulto como la consolidación de su desarrollo. En dichos conceptos se aprecia un vacío de contenidos para la etapa propiamente tal. Lütte (1991:64) aclara que “La rapidez de los progresos técnicos y científicos obligan a los adultos a una formación permanente. Por lo tanto, cada vez es menos posible distinguir la adolescencia de la edad adulta en función de la preparación para la vida”. El reduccionismo del paradigma de etapa preparatoria surge como una postergación de los derechos de los niños y adolescentes, al considerarlos carentes de madurez social e inexpertos. Implícitamente se les niega el reconocimiento como ajustes sociales. A partir de ello se prolonga la dependencia infantil, se limita la participación y se genera la distinción-oposición entre menores y adultos, en la que las mujeres no salen de su condición de minoridad (Lütte, 1991). En la mitad del siglo XX se da la extensión de la adolescencia a todos los grupos sociales, junto con la extensión de la cobertura educativa y comienzan a mortificarse las relaciones de género. En el contexto de este paradigma, el sistema tradicional de servicios se organiza básicamente para niños y adultos, apoyándose en el concepto de la adolescencia como el período de edad más sano. Como señala Jiménez (1998). “Les hemos cobrado a los jóvenes la factura de no estar enfermos.” Adolescencia: etapa problema Los paradigmas transicionales enfatizan la visión de la adolescencia como crisis normativa: “la edad difícil”. De allí que no sea de extrañar que su visibilización programática haya tenido origen en manifestaciones preocupantes para el acontecer social. Fueron los problemas de salud sexual y reproductiva los primeros en poner a la adolescencia en el tapete como sujeto prioritario de atención de la salud. A partir de ello otros comportamientos fueron considerados dignos de ser atendidos. Es cuando se descubre que una impactante proporción de las muertes durante la adolescencia se producen por las llamadas causas externas. Se modifica así el paradigma que establece la equivalencia adolescencia = edad más sana” por el paradigma “adolescencia = etapa de riesgo” y se focaliza la atención de los y las adolescentes de acuerdo al problema específico de que son portadores. La fragmentación programática de la adolescencia como problema se revela al definirla en relación con el embarazo, la delincuencia, las drogas, la deserción escolar, las pandillas, etc. Se construye una percepción generalizadora sobre la adolescencia a partir de estos polos sintomáticos y problemáticos. La prevención y atención se organiza para la eliminación de estos problema y peligros sociales más que para el fomento del desarrollo integral de los grupos de adolescentes y jóvenes (Krauskopf, 1997). La evaluación que se ha hecho de esta práctica de intervención,
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Diplomado Juventud, Desarrollo y Salud Sexual y Reproductiva SSR demuestra que un enfoque basado en la enfermedad y los problemas específicos tiene efecto positivo en el desarrollo humano adolescente e involucro un alto costo económico (Blum, 1996). A esto puede agregarse que el énfasis en el control favorece la estigmatización criminalizante de la juventud. Adolescencia: etapa de desarrollo humano y ejercicio de la ciudadanía En la segunda mitad de este siglo se crean las condiciones para establecer, de modo claro y explícito, que los niños y adolescentes tienen derecho a la ciudadanía. Esto queda concretado en la Convención de los Derechos del Niño, el instrumento de mayor aceptación en el mundo, pues todos los países, salvo dos, la han ratificado (Moriachetti, 1998). El concepto de ciudadanía también ha ido evolucionando. Ya no sólo la ciudadanía formal de ejercer el derecho al voto a partir de los 18 años. La Convención define como niño a “todo ser humano menor de 18 años” (artículo 1) y extiende sus regulaciones hasta dicho límite y no establece una clara diferenciación entre niñez y adolescencia. Un avance en el reconocimiento diferenciado de estas etapas se encuentra actualmente en diversos programas y en nuevos Códigos de la Niñez y la Adolescencia. La valoración de las capacidades y responsabilidades ciudadanas durante el desarrollo se expresan en el artículo 12 de la Convención al señalar que deben tenerse en cuenta las opiniones del niño en función de su edad y madurez. Como destaca Maxera (1997), el artículo 12 “divide la historia de la niñez, entre una niñez y adolescencia muda y una niñez y adolescencia con palabras”. Se legitima así la participación crecientemente decisoria de niños y adolescentes como parte sustantivo de la ciudadanía. El enfoque de derechos abandona el énfasis estigmatizante y reduccionista de la adolescencia como problema. El paradigma de la juventud ciudadana reconoce su valor como sector flexible y abierto a los cambios, expresión clave de la sociedad y la cultura global, actor estratégico del desarrollo, con capacidades y derechos para intervenir protagónicamente en su presente, construir democrática y participativamente su calidad de vida y aportar el desarrollo colectivo, Concomitantemente, la salud se vincula al desarrollo y los servicios procuran brindar una atención integral, Se reconoce el paradigma “Desarrollo = fomento del uso efectivo de capacidades y participación” y entiende la adolescencia como el período por excelencia en el cual se pueden efectuar con éxito acciones de promoción del desarrollo y la prevención de problemas que tendrán repercusiones más severas durante la adultez, si no son abordadas a tiempo. Para sintetizar este apartado presentamos un cuadro que muestra esquemáticamente la relación entre los tipos de paradigma, la relevancia de la perspectiva de desarrollo y los modelos de atención para la adolescencia que derivan de ello.
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GENERO, GENERACIÓN Y JUVENTUD Paradigmas de Adolescencia y enfoque de programáticos Paradigmas
Orientación Salud de la Adolescencia Estrategias de atención
Tradicionales Transicionales Avanzados
Preparación Problema Ciudadanía
Edad más sana Indiferenciada Etapa de riesgo Focalizada Desarrollo Integral y Participativa Dina Krauskopf, 1998
1.3.2 VISIBILIZACIÓN, PARTICIPACIÓN JUVENIL EMPODERAMIENTO En las políticas y programas de juventud son ejes estratégicos su visibilización positiva y la participación protagónica. Constituyen formas de inclusión social diferentes y complementarias que, en ocasiones, se han tendido a confundir. Para el fomento y la apertura de espacios apropiados a la participación juvenil es conveniente profundizar en el análisis de sus características y hacer algunas precisiones. Ejes estratégicos en Políticas y programas de Juventud Visibilización positiva de la adolescencia; incluye: •
Modalidades representativas de participación
•
Mostrar el aporte juvenil a la sociedad
•
Orientar hacia una aceptación positiva de la vida adolescente
•
Demostrar la perspectiva estigmatizada del énfasis de la adolescencia como problema social
•
Demostrar el efecto “boomerang” de priorizar el control sobre la perturbación social que causan los adolescentes
•
Capital humano
LA VISIBILIZACIÓN En los apartados anteriores ha quedado en evidencia la dificultad social para visibilizar positivamente a los y las adolescentes. La juventud ha sido invisibilizada en sus capacidades por los dos paradigmas que antecedieron el paradigma de desarrollo y ciudadanía.
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Diplomado Juventud, Desarrollo y Salud Sexual y Reproductiva SSR El énfasis en el período preparatorio se manifiesta, por ejemplo, cuando el sistema educativo habla de educando, y no se visibilizan integralmente los adolescentes como personas. En el paradigma que corresponde al período problema, los adolescentes son visibilizados de forma estigmatizada, descalificatoria. Se generaliza como problema social el hecho de ser joven lo que despierta reacciones de temor y rechazo. Para instalar políticas y programas de juventud es necesario romper con este enfoque de peligrosas consecuencias. Si no se cultiva una visibilización positiva, los y las jóvenes pueden desarrollar una visibilización atorrante. La visibilidad atorrante es una forma de empoderamiento, mecanismo de autoafirmación, de negación de la devaluación, de apropiación de las gratificaciones al alcance adolescente. Ante la carencia de visibilidad por la inclusión, se detona la visibilidad juvenil desde la exclusión. Esta visibilidad incluye las alteraciones violentas, las apariencias desafiantes, la defensa de la territorialidad del cuerpo (tatuajes por ejemplo) y de los espacios que se apropian (Krauskopf, 1996). Los adolescentes que se sienten privados de reconocimiento positivo, al no ser escuchados, al sentirse desvalorizados, construyen la visibilidad desde esa exclusión. Tienen poder e identidad porque ven el rostro del temor en los demás. Es como si al sentir que no pueden construir, dijeran:”Respétenme desde este poder de asustarlos; si ustedes no me aceptan tal como soy, si no me ven cuando me comporto adecuadamente, no valoran cuando estudio y solo valoran mis calificaciones; no me reconocen cuando estoy proponiendo cosas interesantes, entonces véanme cuando asusto, cuando transgredo, cuando me veo terrible, pero véanme. “ La visibilización positiva de la adolescencia muestra el aporte juvenil a la sociedad, la orienta hacia una aceptación positiva de la vida adolescente, demuestra que la perspectiva estigmatizada de la adolescencia como problema social tiene un efecto ‘boomerang’ y lleva a priorizar el control sobre la perturbación social que causan los jóvenes sin fomentar su desarrollo, resolver las situaciones ni reconocer su valor como sujetos de derechos y capital humano. La visibilización positiva incluye modalidades representativas de participación. No puede ser confundida con la participación efectiva, la cual, como ya se ha señalado, es también imprescindible. Es además necesario no inducir a los y las adolescentes a pseudovisibilizarse adoptando formatos adultistas que suponen tendrán un reconocimiento positivo de los adultos. LA PARTICIPACIÓN PROTAGÓNICA Para diferenciarla de formas aparentes de participación se ha denominado participación protagónica a la participación social efectiva de los y las adolescentes. Esta meta demanda abandonar el adultocentrismo, tomar en cuenta las diversas situaciones de exclusión que viven los y las adolescentes (en estas últimas, una modalidad es la reclusión doméstica), dar voz a los y las adolescentes en los más diversos ámbitos (incluyendo los medios de comunicación) abrir amplios
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GENERO, GENERACIÓN Y JUVENTUD espacios para la expresión de capacidades adolescentes, contribuir con acompañamiento, asesoría y formación en herramientas para la audoconducción. Desinteresarse bajo la apariencia moderna del argumento de que a los adolescentes hay que dejarlos totalmente libres porque son capaces y deben desarrollar solos sus ideas, favorece la desconexión y el estancamiento del desarrollo. Para fortalecer la participación es fundamental lograr autorreconocimiento de todos aquellos jóvenes que entran constructivamente a la toma de decisiones, a la participación y ceder los protagonismos adultos ante los logros juveniles, sin dejar de brindar el acompañamiento y la asesoría que son cruciales. Roger Hart (1993) elabora una escala de participación de niños y adolescentes en la que pueden reconocerse dos grandes dimensiones que hemos denominado la participación aparente y la participación efectiva. En la primera no hay participación genuina y se distinguen tres grados: 1) manipulación, 2) decoración y 3) participación simbólica Los grados siguientes corresponden a la participación efectiva. Estos son: 4) los niños y adolescentes son asignados para las actividades, pero informados; 5)
los niños y adolescentes son consultados e informados;
6) la participación es iniciada por los adultos y las decisiones compartidas por los niños y adolescentes; 7) la participación es iniciada por los niños y adolescentes; dirigida por los adultos; 8) la participación e iniciada por los niños y los adolescentes, las decisiones son compartidas con los adultos. Rodríguez-García y Macinko (1994, citado en Rodríguez García et al 1998) sistematizan una gradiente en las etapas de empoderamiento juvenil que guarda importantes coincidencias con la escala que se acaba de analizar y aportan nuevas precisiones. Estos autores consideran una progresión que va desde la mera información hacia la participación, el fortalecimiento con el compromiso, la culminación con el empoderamiento que se expresa en la toma de decisiones y la iniciativa en las acciones.
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Diplomado Juventud, Desarrollo y Salud Sexual y Reproductiva SSR
Ejes estratégicos en Políticas y programas de Juventud 2) participación protagónica •
romper adultocentrismo
•
tomar en cuenta la exclusión
•
dar voz a los y las adolescentes
•
espacios para la expresión de capacidades adolescentes
•
asesoría y herramientas para la autocondución
•
acompañamiento
•
propuesta de iniciativas (no siembre un gran planteamiento)
. Negociación para alcanzar objetivos trazados . Vinculación de programas y políticas básicas . Decisión en instancias gubernamentales . Participación en la articulación del plan Los niveles de participación de los jóvenes y la comunidad no se dan cuando sólo son informados por grupos externos que fijan los objetivos y metas para los programas juveniles. La participación puede comenzar cuando son consultados, se les solicita retroalimentación, pero pueden o no influir las decisiones. Hay participación y puede comenzar al compromiso cuando la participación juvenil y comunitaria provee información y retroalimentación para mejorar los objetivos y los resultados. Junto a la participación y el compromiso puede comenzar el empoderamiento de los jóvenes y la comunidad cuando toman decisiones y son consultados para establecer, priorizar y definir objetivos. La plenitud de la triada participación, compromiso y empoderamiento se da cuando los jóvenes inician la acción y junto con los líderes locales fijan los objetivos, priorizan, planifican, evalúan y son responsables de los resultados. La participación juvenil no solo requiere ser entendida desde su relación de empoderamiento respecto del sector adulto, sino que cabe considerar cambios de paradigma que se expresan en las formas y contenidos de la participación juvenil. Serna (1998) efectúa un importante estudio que destaca los viejos y nuevos paradigmas en que se basan identidades, orientaciones y modos de actuar juveniles. Lo hemos sintetizado en el esquema que se presenta a continuación.
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GENERO, GENERACIÓN Y JUVENTUD A. Identidades: En el viejo paradigma, las identidades colectivas están en función de códigos socioeconómicos e ideológico-políticos (estudiantes, jóvenes urbano-populares, socialistas, etc.). En el nuevo paradigma, las identidades son construidas en relación con espacios de acción y mundos de vida como: sexo, preferencia sexual, sobrevivencia de la humanidad (medio ambiente) y derechos indígenas, feministas, democráticos, etc. Se plantea una ética global en cuanto a las relaciones con la naturaleza, la relación entre los géneros, la relación con el cuerpo, las relaciones entre los individuos (dejar morir en paz a los enfermos de SIDA). Serna reconoce como característica juvenil actual, pensar globalmente y actuar localmente. A pesar de que el barrio ha dejado de ser el epicentro del mundo, es en la vida cotidiana y en los microespacios donde constituyen sus trincheras. B. Orientación: El viejo paradigma se apoyaba en el supuesto de que el cambio social debe modificar la estructura para que los individuos cambien. El nuevo paradigma que orienta la participación juvenil considera que el cambio social implica al individuo. Por lo tanto es necesario cambiar en el presente las actitudes individuales como autonomía e identidad. Se prioriza la acción inmediata, la búsqueda de la efectividad palpable de su acción. Retoma la observación de Foucault: No apuntan al enemigo principal, sino al enemigo inmediato. Tampoco esperan encontrar la solución a sus problemas en una fecha futura. C. Modos de actuar: El viejo paradigma se apoyaba en la organización piramidal con énfasis en el centralismo y tendía a una participación altamente institucionalizada. Se daba prioridad a la protesta masiva. El nuevo paradigma se expresa en la oposición a la burocratización y regulación y el apoyo en formas poco o nada institucionalizado. La organización es preferentemente horizontal y tienen un fuerte impulso las redes vinculantes y flexibles. Se reivindica la participación individual. Serna destaca así el cambio en la ubicación del individuo en la organización o movimiento y en el énfasis en la horizontalidad de los procesos de coordinación. El respeto a la diversidad y las individualidades se constituye en el centro de las prácticas y el grupo es una mediación que debe respetar la heterogeneidad. De allí que las organizaciones donde el individuo queda “ ... anulado en pro de lo colectivo masificado han dejado de ser de interés para las nuevas generaciones. Las redes de jóvenes buscan fungir como facilitadoras y no como centralizadoras”. Porque valorizan su autonomía, a las juventudes no les interesa ser hegemonizadas por grupos específicos, crean coordinaciones transitorias y no pretenden asumir una total representatividad. EMPODERAMIERNTO1413 Proceso por el cual las personas fortalecen sus capacidades, confianza, visión y protagonismo como grupo social para impulsar cambios positivos de las situaciones que viven. La filosofía del empoderamiento tiene su origen en el enfoque de la educación popular desarrollada a partir del 14
Instituto de Estudios sobre Desarrollo y Cooperación Internacional, Universidad del País Vasco
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Diplomado Juventud, Desarrollo y Salud Sexual y Reproductiva SSR trabajo en los años 60 de Paulo Freire, estando ambas muy ligadas a los denominados enfoques participativos, presentes en el campo del desarrollo desde los años 70. Aunque el empoderamiento es aplicable a todos los grupos vulnerables o marginados, su nacimiento y su mayor desarrollo teórico se ha dado en relación a las mujeres. Su aplicación a éstas fue propuesta por primera vez a mediados de los 80 por DAWN (1985), una red de grupos de mujeres e investigadoras del Sur y del Norte, para referirse al proceso por el cual las mujeres acceden al control de los recursos (materiales y simbólicos) y refuerzan sus capacidades y protagonismo en todos los ámbitos. Desde su enfoque feminista, el empoderamiento de las mujeres incluye tanto el cambio individual como la acción colectiva, e implica la alteración radical de los procesos y estructuras que reproducen la posición subordinada de las mujeres como género. Desde entonces, el término “empoderamiento” ha ampliado su campo de aplicación. Por un lado, de su inicial utilización exclusivamente en los análisis de género, ha pasado a aplicarse al conjunto de colectivos vulnerables, habiendo adquirido una amplia utilización en los estudios sobre el desarrollo, el trabajo comunitario y social, o la cooperación para el desarrollo. Por otro lado, si originariamente el concepto era patrimonio de los movimientos de mujeres, después ha comenzado a ser utilizado también por las agencias de desarrollo, las naciones unidas, el banco mundial o algunos estadistas. Sin embargo, para cada cual el significado del empoderamiento es diferente. Para estos nuevos usuarios del término, el empoderamiento significa un incremento de la capacidad individual para ser más autónomo y autosuficiente, depender menos de la provisión estatal de servicios o empleo, así como tener más espíritu emprendedor para crear microempresas y empujarse a uno mismo en la escala social. También implica mejorar el acceso tanto a los mercados como a las estructuras políticas, con el fin de poder participar en la toma de decisiones económicas y políticas. En definitiva, supone en realidad un proceso que lleva a una forma de participación, pero que no cuestiona las estructuras existentes. Por el contrario, la visión de los grupos de mujeres y otros movimientos sociales va más allá. El empoderamiento sería una estrategia que propicia que las mujeres, y otros grupos marginados, incrementen su poder, esto es, que accedan al uso y control de los recursos materiales y simbólicos, ganen influencia y participen en el cambio social. Esto incluye también un proceso por el que las personas tomen conciencia de sus propios derechos, capacidades e intereses, y de cómo éstos se relacionan con los intereses de otras personas, con el fin de participar desde una posición más sólida en la toma de decisiones y estar en condiciones de influir en ellas. En este sentido, Friedman (1992) señala que el empoderamiento está relacionado con el acceso y control de tres tipos de poderes: a) el social, entendido como el acceso a la base de riqueza productiva; b) el político, o acceso de los individuos al proceso de toma de decisiones, sobre todo aquellas que afectan a su propio futuro; y c) el sicológico, entendido en el sentido de potencialidad y capacidad individual. De forma similar, Rowlands (1997) señala tres dimensiones: a) la personal, como desarrollo del sentido del yo, de la confianza y la capacidad individual; b) la de las relaciones próximas, como capacidad de negociar e influir en la naturaleza de las
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GENERO, GENERACIÓN Y JUVENTUD relaciones y las decisiones, y c) la colectiva, como participación en las estructuras políticas y acción colectiva basada en la cooperación. Empoderar a los adolescentes no sólo cumple el objetivo de permitir su autocuidado y protección mutua, sino que contribuye a potenciar el desarrollo colectivo al tornarse en agentes de cambio que influyen en los adultos y en sus comunidades. De esta forma se trasciende la competencia por el poder, para hacer realidad la formación de la ciudadanía. La participación social de las juventudes discurre, cada vez más, en contextos informales y en metas innovadoras. Es la diversificación programática, con participación efectiva de jóvenes y comunidades, proyección y vinculación a las políticas más globales, lo que va a permitir los procesos acordes con las necesidades de desarrollo actual de las juventudes. El fomento de una cultura de equidad entre los géneros, el cuestionamiento de la discriminación etérea, así como la ampliación de la atención, con la participación ciudadana, permitirá fortalecer lo ya alcanzado. La promoción de la salud y el desarrollo humano en la adolescencia no pueden ser exclusividad de un sector y la educación debe validar su lugar en las políticas con un replanteamiento actual de las juventudes. Etapas de empoderamiento juvenil
Los jóvenes y la comunidad son:
1. Informados: Grupos externos fija objetivos y metas para los programas juveniles 2. Consultados: Puede comenzar la participación a los jóvenes y la comunidad se les solicita retroalimentación, pero pueden o no influir las decisiones 3. Proveen información: Hay participación y se puede comenzar el compromiso, la participación juvenil provee retroalimentación para mejorar los objetivos y los resultados 4. Inician la acción: Hay participación, compromiso y empoderamiento los jóvenes junto con los lideres locales fijan los objetivos, priorizan, planifican, evalúan y son responsables de los resultados La convergencia entre los organismos gubernamentales, las organizaciones de la sociedad civil y la consolidación participativa de los derechos de niños y adolescentes, permitirá avanzar en el establecimiento de políticas articuladas del Estado, con el compromiso de las comunidades nacionales, que garanticen estrategias orientadas a alcanzar el desarrollo integral. Estamos frente al desafío de los tiempos. Es el momento de la juventud de tomar su lugar.
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Diplomado Juventud, Desarrollo y Salud Sexual y Reproductiva SSR
GLOSARIO ADULTOCENTRISMO .
El adultocentrismo corresponde a la visión de que desde el mundo adulto se podía implementar el futuro de los jóvenes, su preparación, su desarrollo, su protección y se traduce en el enfoque de las políticas y programas El “adultocentrismo” se traduce prácticas sociales que orientan los programas y políticas desde un enfoque exclusivamente adulto, basado en la discriminación por edad y la representación del adulto como modelo acabado de las metas futuras.
ADULTISMO
Es el prejuicio contra una persona o grupo por motivos de edad. Se refiere específicamente a la discriminación por edad contra las personas jóvenes. Lo entendemos como producto de los cambios acelerados de las realidades sociales y culturales que han dejado a los adultos desprovistos de suficientes bases en su propia experiencia para orientar y enfrentar a los adolescentes sin tomar en cuenta sus propias perspectivas. Esto se traduce en la rigidización de las posturas adultas ante la inefectividad de los instrumentos psicosociales con que cuentan para relacionarse con la gente joven.
SOCIALIZACIÓN
Proceso mediante el cual se inculca la cultura a los miembros de la sociedad, a través de él, la cultura se va transmitiendo de generación en generación, los individuos aprenden conocimientos específicos, desarrollan sus potencialidades y habilidades necesarias para la participación adecuada en la vida social y se adaptan a las formas de comportamiento organizado característico de su sociedad.
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GENERO, GENERACIÓN Y JUVENTUD PATRIARCADO
El patriarcado es un sistema en el que los varones dominan sobre las mujeres. Como concepto de las ciencias sociales ya había sido utilizado, pero fue retomado por el feminismo en siglo XX para explicar la opresión y dominación que de acuerdo a su visión sufren las mujeres.
ROLES SEXUALES
Los roles sexuales son para los antropólogos aquellas características que en cada cultura son asignadas a los hombres y a las mujeres. El predominante en casi todas las culturas es el del hombre frente a la mujer a la que se priva de ciertos medios.
GÉNERO
El significado social atribuído a la diferencia biológica entre mujeres y hombres. El conjunto cultural especifico de características que identifica el comportamiento social de las mujeres así como la relación entre ellos. El género es una herramienta analítica para comprender los procesos sociales que incluyen tanto a los hombres como a las mujeres.
SEXO
La diferencia biológica entre hombre y mujer
SEXISMO
Mecanismo por el que se privilegia un sexo sobre otro. El uso más frecuente se refiere a la convicción de la superioridad del varón respecto a la mujer.
ENFOQUE DE GENERO
Una manera sistemática de explorar las normas, roles, y responsabilidades actuales y potenciales de mujeres y hombres, y su acceso y control sobre recursos y beneficios dentro de cualquier situación (proyecto, hogar, comunidad u otro). El enfoque o análisis de género identifica, analiza e informa acciones para abordar desigualdades que se llevan de los roles distintos de mujeres y hombres, las relaciones desiguales de poder entre ellos, y las consecuencias de estas desigualdades sobre sus vidas, su salud y su bienestar.
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Diplomado Juventud, Desarrollo y Salud Sexual y Reproductiva SSR EQUIDAD
El proceso de ser justo. La equidad en salud no implica la existencia de tasas iguales de mortalidad y morbilidad en mujeres y hombres, sino la eliminación de diferencias remediables entre unas y otros en las oportunidades de disfrutar de salud, de no enfermarse, discapacitarse o morir prematuramente por causas prevenibles.
IGUALDAD
La igualdad de género significa que las mujeres y los hombres tienen las mismas condiciones para realizar su potencial de alcanzar metas. Igualdad de género se refiere a la ausencia de discriminación en base al sexo sobre las oportunidades, asignación de recursos o en el beneficio de estos últimos o en el acceso a los servicios de los cuales la persona goza.
CULTURA
Conjunto de rasgos distintivos, espirituales y materiales, intelectuales y afectivos, que caracterizan a una sociedad o grupo social. Engloba además modos de vida, ceremonias, arte, tecnología, sistemas de valores, derechos fundamentales del ser humano, tradiciones y creencias.
PARTICIPACIÓN
La participación se concibe como el ejercicio del derecho ciudadano a incidir sobre los procesos que afectan el propio bienestar. La participación desempeña un papel crucial en el logro efectivo y sostenible de los objetivos de la equidad.
EMPODERAMIENTO
Tener control sobre las decisiones y los asuntos que afectan la vida de uno/a. Eso implica tener representación en los cuerpos de toma de decisiones, un nivel de control sobre la distribución de recursos, y participación en procesos de planificación.
VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES
“Cualquier acción o conducta, basada en su género, que cause muerte, daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico a la mujer, tanto en el ámbito público como en el privado”(OEA, 1997:10)
VIOLENCIA FISICA
Consiste en el uso de la fuerza física o coerción por parte del agresor contra la víctima, para lograr que esta haga algo que no desea, o deje de hacer algo que desea y por encima de sus derechos.
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GENERO, GENERACIÓN Y JUVENTUD VIOLENCIA INTRAFAMILIAR
La violencia intrafamiliar puede ser comprendida como cualquier acción u omisión que resulte en un daño a la integridad física, sexual, emocional, social o patrimonial de un ser humano donde media un vínculo familiar o íntimo entre la víctima y su agresor. Puede manifestarse en forma de abuso directo, abuso por descuido o como cualquier conducta que tenga por propósito la amenaza, la degradación, la privación arbitraria de la libertad, el control del comportamiento o la coacción. Incluye, por ejemplo, la violencia conyugal, el abuso físico o sexual de niños y niñas y la agresión ejercida contra personas adultas mayores.
VIOLENCIA PSICOLÓGICA
Se considera como violencia emocional los constantes malos tratos verbales, amenazas, hostigamiento, necesidad de hacer evidente la posesión sobre la persona, aislamiento de amigos y familiares, denegación de recursos físicos o económicos, dificultar el acceso a la educación, degradación, humillación en privado o en público, destrucción de objetos o animales favoritos.
VIOLENCIA SEXUAL
Es la agresión que ejerce una persona sobre otra mediante una actividad sexual: incluye actos sexuales, caricias, relaciones emocionales sexualizadas, uso forzado de materiales pornográficos y objetos sexuales y relaciones forzadas con animales
PARADIGMA
Paradigma es un modelo o patrón en cualquier disciplina científica, religiosa u otro contexto epistemológico. El término tiene también una concepción en el campo de la psicología refiriéndose a acepciones de ideas, pensamientos, creencias incorporadas generalmente durante nuestra primera etapa de vida que se aceptan como verdaderas o falsas sin ponerlas a prueba de un nuevo análisis.
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Diplomado Juventud, Desarrollo y Salud Sexual y Reproductiva SSR BIBLIOGRAFIA - Abad, Miguel. Las políticas de juventud desde la perspectiva de la relación entre convivencia, ciudadanía y nueva condición juvenil. Red Última Década-Chile. 2006 - Balardini, Sergio. La participación social y política de los jóvenes en el horizonte del nuevo siglo. Editorial: CLACSO-Argentina.2005. - Castillo Matamoros, Sara E. del Roth Deubel, André-Noël Wartski Patiño, Clara Inés. La implementación de la política pública de salud sexual y reproductiva (SSR) en el eje cafetero colombiano: el caso del embarazo adolescente. Universidad de Manizales-Colombia. 2009 - Guendel González, Ludwig. Políticas públicas y derechos humanos. Red Revista de Ciencias Sociales, Costa Rica. 2006. - Saintout, Florencia; Forni, Pablo (Contributor). Jóvenes e incertidumbres: percepciones de un tiempo de cambios: familia, escuela, trabajo y política., Argentina: FLACSO, 2010. http://site. ebrary.com/lib/sibulsp/Doc?id=10390651&ppg=2.
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