Descansa en el Señor, camina sin temores - Pst. Parrish Jacome H.

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Mensaje Dominical

Agosto 28/ 2016

Descansa

en el

Señor,

Camina

Sin Temores Pst. Parrish Jácome Hernández

Texto: Salmos 34: 4

El Gran Panorama

La recesión económica enfrentada en los últimos meses sigue imparable, los despidos masivos, el cierre de operaciones, la reducción de los créditos, contribuye a un ambiente de incertidumbre, donde la fortaleza espiritual es determinante para enfrentar estas circunstancias. Considerar la posibilidad de cambios a corto plazo no es sencillo, los indicadores macroeconómicos prevén una mayor contracción, acentuada en el último trimestre de este año. Reactivar la economía requerirá tiempo, capitales frescos, esfuerzo en conjunto, mostrando la disposición de un pueblo a sacrificar sus intereses personales, para dar cabida al bien común. Esperar una salida sin costo es iluso, alimenta una falsa esperanza que pronto se desploma al palpar que el índice de precios, al igual, que el costo de la vida, sigue creciendo. Desarrollar una actitud adecuada en medio de estos escenarios es fundamental, determinante, generando una visión que nos involucre como parte de la solución, donde los temores sean combatidos con verdades, convicciones, prestas a fortalecer nuestro ser interior. Allí radica una de las riquezas tangibles de la fe, sosteniendo y animando, recordando las promesas que en tiempos de angustias, no se pueden olvidar. La zozobra crea rápidamente escenarios futuros, donde la ansiedad por un posible cuadro, tiende a nublar el entendimiento, afectando el buen juicio y la mesura, características indispensables para enfrentar los tiempos difíciles. Negar la realidad no es el propósito de la fe, minimizarla o pretender desconocerla, no es su objetivo. Acompañar brindando esperanza para el mañana, inspirando a segur trabajando con dedicación y entusiasmo, reafirma el compromiso natural, de quien entiende que el cambio esperado, es una suma de muchos factores, donde las sabias decisiones serán gravitantes. Buscar al Señor siempre será una sabia decisión, descansar en sus promesas, seguir sus instrucciones, encarnar sus valores, irá formando el carácter de un discípulo, donde las circunstancias serán el mejor escenario para crecer y madurar. Los tiempos difíciles sirven para examinar nuestras convicciones, son los periodos donde estamos rindiendo el examen práctico de la fe. Pasar la prueba debe ser el anhelo de todo creyente, consciente que el Señor jamás abandonará a los suyos, siempre los cuidará y estará pendiente para protegerlos y respaldarlos.


El Texto No es un Pretexto Los salmos siguen siendo una perla preciosa en el contexto de los libros sagrados, la poesía que se vierte en diferentes contextos responde a esas vivencias que el pueblo judío está enfrentando. Proclamar la grandeza del Dios de Israel se torna en una constante que no desmaya, presentando en cada circunstancia una faceta diferente del Eterno y Soberano creador. La mezcla entre las vivencias del pueblo y la soberanía del Señor se entremezclan presentando ese vínculo tan fuerte que a pesar de las adversidades más complejas no desaparece. Una relación que se fue fraguando en el tiempo, en las generaciones, en los desencantos y en las alegrías, donde el nombre del Todopoderoso se tornó familiar, cotidiano, parte de una historia que seguía levantándose. David tiene esas historias que las vierte en este libro remembrando cada episodio de su vida, donde la grandeza infinita del Dios de sus padres se hizo presente. Cada emoción y cada estado de ánimo se ve reflejado en los salmos, mostrando la complejidad de un caminar de fe que debe atravesar los más complejos y desafiantes momentos. El Salmo 34 es una declaración cabal, firme, concreta, donde la persona de Dios es descrita para señalar su accionar irrestricto en medio de las necesidades de su pueblo. No existe angustia, dificultad, prueba, que no reciba el respaldo contundente del Eterno, en formas tan manifiestas que no exista duda de su participación. Un accionar que produce una respuesta de alabanza, expresando con gratitud y certeza la convicción que en todo tiempo se manifiesta. La alabanza al Señor es permanente, donde las palabras son el instrumento que deja sentado un testimonio imperecedero de la bondad y misericordia del Señor. La certeza interior se convierte en un agente de influencia que irradia y contagia, invitando a quienes lo conocen y aún no han experimentado de su gracia a reconocer su grandeza. Exaltar, manifestando con alegría y sin vergüenza alguna sus hechos es el medio que entrelaza a quienes son conscientes de esa presencia que nunca se ausenta. Una experiencia que tiene un punto real de partida, no es una afirmación lírica de quienes asumen la fe como manifiestos de normativas o liturgias que deben cumplirse de forma independiente a la vida, al caminar, a la lucha diaria que trae sinsabores y alegrías. Las experiencias son las que van formando el carácter, donde los diálogos con el creador se gestaron sobre escenarios de carne y hueso que al mirarlos siguen hablando. David al recordarlos recoge lo mejor, perpetuando para las postreras generaciones aquellas decisiones que fueron gravitante en los momentos más adversos. Buscar al Eterno fue la clave, procurando por los medios que había conocido esa palabra, esa orientación, esa conducción que requería para no perder la ruta que lo sacaría a la victoria. La búsqueda del Señor siempre debe ser intencional, respondiendo a esa convicción que no decae al saber que en su presencia siempre hay plenitud, gozo, vida, aquella que se manifiesta en medio de los signos y señales de muerte. Una manifestación que se hace visible cuando los oídos del Eterno se acercan para escuchar el clamor de los suyos. @iglesiaisraelec


La búsqueda del Eterno no es en vano, produce resultados tangibles, que se manifiestan de forma oportuna cuando las emociones buscan reaccionar sin medir el costo. La misericordia del creador llega para socorrernos, impidiendo que las brazas de un corazón enceguecido actúe por instinto y sin ningún tipo de prevención que evite heridas emocionales innecesarias. Los temores son una de las emociones con las que se libra continuamente, afectados por una percepción que asume como reales eventos o circunstancias que sin tener certeza se esperan. Estos temores van ganando espacio, centrando las conversaciones, pensamientos, acciones, en un círculo donde el eje es la expectativa de un hecho que está por acontecer y no se sabe como enfrentarlo. Enfrentar los temores no es sencillo, no se trata de seguir una serie de pasos que de forma gradual o inmediata produzcan la liberación de esos miedos que alteran la conducta. En el ámbito de la fe estos temores necesitan ser confrontados a la luz de la palabra, confrontado con la verdad de las escrituras las mentiras que han ido ganando fuerza y afectando la confianza en el creador.

“Quien descansa en el Señor sabe que su presencia nunca es accidental, responde a su compromiso de acompañar a los suyos, proveyéndoles esa garantía de paz y seguridad en medio de la más férrea tormenta.”

David descubre en su experiencia de caminar con el Señor que los temores pueden ser superados, dejando atrás esas emociones que paralizan y detienen. Este aprendizaje se alcanzó en el camino, en la vivencia de quien abrumado por un escenario complejo y poco favorable busca la intervención del Eterno sobre esa situación en particular. La confianza en el Señor liberta colocando la mirada no en la circunstancia sea está adversa o compleja, sino en quien tiene la capacidad y el poder de cambiarla provocando un escenario diferente. Mirar al Eterno siempre permitirá descubrir algo más de su grandeza, poder, soberanía, amor, afectando positivamente una experiencia que paso de ser una teoría a una vivencia que todo lo fue transformando. La vergüenza siempre es el temor más grande, donde el ser expuesto ante una colectividad que asume partido o emite juicios favorables o contrarios, no se desea enfrentar. La confianza en el Señor no avergüenza al observar el cumplimiento de las promesas y verdades de la palabra en la vida de su pueblo, demostrando que el accionar del creador responde a un pacto inquebrantable que sigue vigente para los suyos. El caminar diario con el Señor tiene esas particularidades que convierte la relación en un constante descubrimiento, con el creador nada está cerrado, todo su accionar se sigue escribiendo, estableciendo esas pautas o espacios para seguir reafirmando las convicciones que de su mano se han ido forjando. Nada queda exento de esa gracia, de esa presencia tierna que todo lo transforma y libera, donde los cánticos de acción de gracias se conjugan con declaraciones que dan testimonio de ese cambio que sólo en el accionar del creador es posible de alcanzar. La libertad de todos los temores es una prueba contundente que la quietud de un alma abatida no es utópica, es real cuando el Dios Eterno creador de todo y de todos está de por medio. IglesiaIsraelEC


Define el Enfoque En el caminar de fe, la búsqueda del Señor no puede ser circunstancial, fortuita, menos aún accidental, debe ser una experiencia espontánea, fresca, producto de una comunión que intencionalmente se fue cultivando. Acercarnos al Eterno diariamente debe convertirse en una prioridad, donde las preocupaciones o afanes no impidan ese tiempo, ese encuentro, presto a repetirse a lo largo del día. Un encuentro sin agenda, donde las temáticas y los tiempos, no se marcan, se generan libremente. La calidez de la relación personal con el Señor, va rompiendo ese esquema rígido, religioso, donde no hay espacio para transparentar los sentimientos, ahogando la voz de quienes necesitan liberarla. El beneficio de ir descubriendo al Señor tendrá implicaciones prácticas, tangibles en el camino, donde los temores o dudas deben enfrentarse. Incorporar estas verdades hará la diferencia, superando el conocimiento elemental del creador, enriqueciendo nuestra comprensión del Dios que seguimos conociendo y amando. Conocer al Señor nos libera de temores, afirmando en nuestro corazón el accionar del Todopoderoso, siempre presto a cuidar, acompañar, atender las necesidades de sus hijos. Enfrentar los temores es fundamental, confrontando las dudas que van sembrándose en el corazón y la mente con la Palabra, trayendo las promesas del Señor, vigentes y poderosas. Un ejercicio de la vida, donde nuestras emociones procurarán desestabilizarnos, fruto de los sinsabores o angustias. Descansar en el Señor es sabio, libera las tensiones, reafirma las convicciones del corazón.

Tu Rol en el Cuadro Cuando llegan los temores, ¿cómo los enfrentas? Si hay temores con los que se luchan por algún tiempo, ¿cuáles son los que todavía no has superado? ¿Has experimentado el poder liberador del Señor en medio de los temores? ¿Podrías compartir alguna experiencia? Buscar al Señor es la clave para mantenerse libre de temores; ¿De qué forma lo estás haciendo? ¿Cuál es tu compromiso para enfrentar en adelante tus temores?

Acción a Realizar

Enfrenta tus temores, con la verdad de Dios, vence tus dudas.

www.iglesiaisrael.ec


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