Mensaje Dominical
Octubre 23/ 2016
DESCANSA EN SU PAZ,
NO TEMAS, Testifica DE CRISTO
Pst. Parrish Jácome Hernández
Texto: Juan 20: 21
El Gran Panorama
Una semana llena de alegrías acabamos de terminar, donde las casas de vida estuvieron envueltas en diversas actividades testimoniales, que tuvieron como objetivo dar a conocer al Maestro. El entusiasmo que se vivió encendió los corazones, trayendo consigo la verdad irrefutable del gozo que un discípulo experimenta al compartir de su experiencia personal con Jesucristo. Las imágenes captadas en las distintas reuniones daban evidencia de espacios fraternos, donde la camaradería y el buen ambiente contagiaron a quienes estaban presentes. Compartir del maestro siempre será gratificante, imprime esas nuevas fuerzas que van desgastándose, requiriéndose estos espacios que nos retornan a la esencia de nuestra decisión de seguir al Maestro. Testificar es hablar de quién conocemos, aquel que llegó a nuestras vidas para transformarlas, mostrándonos que esa promesa de vida abundante es real. Abandonar los temores, la vergüenza, es determinante, asumiendo esa identidad como hijos de Dios, que no se esconde, menos aún se oculta, siempre se muestra. Las lecciones de esta semana deben ser asimiladas, incorporadas a nuestra vida cotidiana, mostrándonos que siempre existirá interés en personas por conocer de Jesucristo. Asumir con alegría la oportunidad de testificar en cada oportunidad que se nos presente, será la decisión de quienes disfrutaron del gozo de acercar a sus amigos, familiares, al Maestro. Hacer de esta experiencia una práctica cotidiana es el desafío, entiendo que la fe no se reduce a los espacios religiosos, la fe tiene que ver con todos los aspectos de la vida. Los tiempos que estamos enfrentado nos presentan el mejor escenario para compartir de la fe que es en Cristo Jesus, la esperanza que se requiere no puede ocultarse, hay que proclamarla, hay que darla a conocer. Estimular a los creyentes es la responsabilidad de la iglesia, recordándoles que la presencia del Maestro va con nosotros, acompañándonos y abriéndonos camino, liberando los temores e invistiéndonos de autoridad. Una experiencia que al ser cotidiana ira formando un ejército de hombres y mujeres, prestos a compartir la gracia que transformó sus vidas. Enfocar el ministerio de la iglesia al trabajo en las calles es determinante, nuestras voces, nuestras energías, deben enfocarse en caminar con una comunidad necesitada de conocer al Maestro. Hagamos de esta experiencia una constante, donde la alegría de compartir de Jesucristo nos anime a testificar sin temor. Las promesas de la palabra se verán cumplidas unas tras otra, mostrando que quien se acerca al Señor recibirá la bendición de ver a sus familiares llegando también a la familia de Dios.
El Texto No es un Pretexto La incertidumbre de un futuro incierto se apodera de los discípulos, las largas jornadas con el maestro quedan atrás, dejando fijo en sus mentes una muerte cruel, impensada para quienes vieron como la multitud seguía, vitoreaba a Jesús. Los días luego de la crucificación se hicieron tan largos, densos, provocando una terrible tensión, algunos permanecieron juntos tratando de animarse, precautelando sus vidas creyendo que estarían en peligro al asociarse con quien fue condenando a la cruz. Llegó el primer día de la semana dejando atrás un día de reposo sombrío, donde el trabajo, actividad queda suspendida, la visita de las mujeres a la tumba será el primer anuncio del cumplimiento profético, declarado por el Mesías mismo al expresar que al tercer día resucitará de entre los muertos, estas palabras habían sido olvidadas, dejando en el ambiente una estela de gran confusión. “Porque aún no habían entendido la Escritura, que era necesario que él resucitase de los muertos. Y volvieron los discípulos a los suyos. ” Juan 20:9-10 La tumba vacía no genera recordatorio de una verdad cumplida, realizada ante sus ojos, segando su entendimiento al regresarlos a las faenas diarias, quedando estos tres años como un lindo recuerdo, un tiempo especial sin trascendencia para el futuro. Equivoca percepción que pronto va a derrumbarse cuando Jesús aparece a María Magdalena, dándole claras instrucciones de comunicar a los hermanos esta nueva, el Maestro vive, resucitó, va pronto al Padre. El domingo transcurre en medio de muchas emociones, llegando pronto la noche, recibiendo la noticia de Maria, quedando poco espacio para meditar, reflexionar, apareciendo el Maestro en escena, colocándose en medio de ellos, saludándolos con un clásico Shalom (Paz a vosotros) útil en un momento de profunda inquietud. Y cuando les hubo dicho esto, les mostró las manos y el costado. Y los discípulos se regocijaron viendo al Señor. Juan 20:20 La presencia de Jesús es determinante, clara en el inicio de un nuevo tiempo para los discípulos, presentar en testimonio sus manos, su costado traspasado no es el objetivo, lo realiza para autenticar que es el, quien compartió con ellos. Su verdadera motivación viene de inmediato, la obra debe seguir, estos días de agonía terminan, siendo necesario llenarse de fortaleza, entusiasmo, característico en quienes descubriendo su propósito de vida, abrazan con valentía los desafíos por delante. La reiteración de la expresión Shalom (Paz a vosotros) es intencional, nada incidental en un grupo que recibe un comisionamiento, una misión tan clara para distraerse, perdiendo el rumbo. Esta paz sostiene, aquieta el vendaval de emociones intensas
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manifiestas cuando las circunstancias no acompañan, garantizando la presencia real, indubitable del Creador con los suyos. Quien recibe el encargo del Padre, lo entrega, colocando una misma línea conductual, capaz de entremezclar mensaje con vida, enseñanza con práctica, carácter con voluntad, integrando la sangre con la carne, los huesos con los músculos, un evangelio que encarna la persona de Jesús mismo en sus discípulos. Las implicaciones de este envió no dejan cabos sueltos, alejando la retórica de aquellos maestros que hablan y no obran, disertan y no aplican. El Padre en vía a Jesús para darse a conocer, mostrarse, restableciendo una relación resquebrajada, trasvaleante, rota a consecuencia de un hombre que olvida al Creador. Jesús asimila esta misión tomándola en su propósito, razón de existencia aprovechando cada instante, oportunidad, momento, para presentar a ese Dios único, verdadero, real, evidente en sus palabras, enseñanzas, acciones de amor, milagros sobrenaturales. Darlo a conocer a esta y a las próximas generaciones es tarea de la iglesia, bendita y honrosa responsabilidad que recibe todo el respaldo. Apoyo, presencia del Maestro, otorgando su compromiso a quienes son investidos para dar a conocer al hijo del hombre, Emanuel, Dios con nosotros. Pedro declara una vez más, aquello que en su tiempo le fue revelado, siendo confirmado por la muerte de la cruz y posterior resurrección, una expresión que conmueve al mismo Jesús al bendecirlo. Los compungidos ahora son otros, una multitud que no atina a responder al ser consciente de su grave equivocación, error al despreciar, condenar, matar al Salvador. “Y habiendo dicho esto, sopló, y les dijo: Recibid el Espíritu Santo”. Juan 20:22 El Espíritu Santo inicia plenamente su ministerio testificando de Jesús como el Mesías, Salvador, proporcionando en esta circunstancia un anticipo de esa manifestación poderosa, colosal, de un descenso del Espíritu en la vida de los ciento veinte reunidos en el aposento alto, donde aguardaban la promesa del Padre. Este soplo tipifica el accionar de un Dios que da de sí, soplando al hombre en Génesis para convertido en alma moviente, soplando a estos discípulos para Llenarlos de su persona, soplando con viento recto a los ciento veinte para garantizarles su acompañamiento, gracia, poder. El campo de acción está señalado colocando a los discípulos como un recurso celestial, vehículo, agentes mediante el cual el pecado, la desobediencia, inmoralidad, al ser confrontado con la Luz de la verdad, se opaca, desapareciendo e instaurando un tiempo de paz, seguridad. Un poder nada terrenal, incapaz de alcanzarse con medios humanos, como la plata o el oro, es sin duda una gracia divina, inserta, manifiesta en la vida d cada hombre que al decirle si a Jesús, le dice si, a su llamado, a su misión de encamarlo a él, como él lo encamo al Padre.
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Define el Enfoque Un evangelio encamacional, donde el mensaje se constituye en carne y sangre, imposibilitando la separación entre mensaje y mensajero es la comisión impartida por el Maestro, presentando una clara continuación, vinculación entre el ministerio de Jesús y el de la iglesia. Recibir su apoyo en la persona del Espíritu Santo es la garantía de respaldo, emprendiendo toda tarea, labor, actividad, con el único propósito de mostrar en este tiempo al Maestro, a fin de que el mundo crea, lo conozca y sea salvo, cumpliendo el propósito, de traer luz al mundo que está en tinieblas. Testificar es el llamado s la iglesia, movilizando a los creyentes a vivir esa experiencia cotidiana donde la espontaneidad permita que en toda circunstancia podamos compartir de Jesucristo. Pretender encerrar esta experiencia en programas, métodos, termina por sepultar la frescura que debe caracterizar s un discípulo. Aprovechar toda oportunidad para compartir de Jesucristo, identificará a sus discípulos, aquellos que en su forma de vivir están mostrando a quien decidieron seguir, honrar y encarnar en todos los aspectos de su diario vivir.
Tu Rol en el Cuadro Considere las siguientes preguntas, reflexione en cada una de ellas y responda con honestidad. ¿Cuál es en tu lectura, la misión dada por el Padre a Jesús? Al ser parte de la iglesia, ¿Qué misión tienes? ¿Encuentras similitud entre la misión de Jesús y la misión de la iglesia? Comparte algunas cualidades, virtudes, valores en la vida de Jesús que ayudaron a cumplir su misión ¿Cuántos de estos valores están en tu vida y cuántos faltan? ¿Reconoces la presencia y apoyo del Espíritu Santo en tu vida para cumplir la misión de qué forma? Cuando eres enviado a una misión, ¿Estás dispuesto a cumplirla?, ¿Por qué? Realiza un compromiso de vivir para tu misión como cristiano. Escriba que harás en los próximos días para eso.
Acción a Realizar Cumple tu misión, Testifica de Jesucristo.
Telfs.: (593 4) 454 91 73 / 460 48 65 / 461 22 01 www.iglesiaisrael.ec