Mensaje Dominical
Octubre 2/ 2016
Libres para
Construir La
PAZ
Pst. Parrish Jácome Hernández
Texto: Mateo 6: 5-8
El Gran Panorama
Impulsar a la comunidad de fe a asumir una posición activa, vigilante, combativa, pertinente con las circunstancias actuales es fundamental para construir una sociedad justa y digna, dejarla de lado es incoherente con los principios que se promulgan. “Jesús salió con sus seguidores hacia el lago de Galilea y una gran multitud los siguió. La gente venía de Galilea, Judea, de Jerusalén, de Idumea, del oriente del Jordán y de la región de Tiro y de Sidón. Todos iban a ver a Jesús porque habían oído del bien que estaba haciendo”
El contraste de Jesús identificado, comprometido, involucrado, proporcionando respuestas a toda una colectividad empobrecida y agobiada por las segregaciones existentes, difiere de una iglesia institucionalizada, ocupada en sostener una estructura, enfocada en sí misma, diseñando actividades para su crecimiento sin que el mismo implique mejorar su impacto e influencia, evidenciando su incapacidad de afectar su entorno. La salvación alcanzada en Jesús queda rezagada al plano personal, en muchos casos apenas llega al ámbito religioso, sin responder a la esfera social. Divorciar al hombre de su entorno evidencia la falta de compromiso con la ausencia de paz que se experimenta, asesinatos, secuestros, violaciones, inestabilidad política, contribuyen a un clímax de inseguridad e injusticia convertida en una patología social que acepta como natural e ineludible lo que se está viviendo. Ser capaces de vivir como agentes de transformación en esta sociedad donde la carroña de injusticia y corrupción está presente, es la más fehaciente expresión de que el mensaje de paz del evangelio de Jesús de Nazareth, es imprescindible encarnarlo en el diario vivir. “No todo el que afirma que yo soy su Señor entrará en el reino de Dios. Sólo entrará el que obedece a mi Padre que está en el cielo”
El Texto No es un Pretexto Pablo, escritor del libro de Colosenses, presenta a los creyentes el valor práctico del cristianismo por medio de la reflexión y comparación de una vida antes de la intervención de Jesucristo y la influencia de cambio en una vida posterior a la presencia de Cristo. Esta transformación requiere de los creyentes madurez, a tal grado que podamos entender que en esta nueva faceta de vida aún se lucha contra aquellas cosas que no debiendo ser parte, aún tienen expresión manifiesta. “Pero ahora, quiten de su vida todo esto: el enojo, la ira, la maldad, los insultos y las malas palabras. No se mientan unos a otros porque ya se despojaron del antiguo ser humano que eran y del mal que hacían. Ustedes se han revestido de una nueva forma de ser” Colosenses 3:8-10ª Tomar conciencia de esta realidad ante la cual se está expuesto, con la que se debe combatir decididamente, recuerda que una actitud permisiva en nada contribuye, más bien llena de frustraciones, complejos, rencores que son el principal aguijón. “A ustedes Dios los amó y los eligió para que sean su pueblo santo. Por eso, vivan siempre con compasión, bondad, humildad, gentileza, y paciencia. No se enojen unos con otros, más bien, perdónense unos a otros. Cuando alguien haga algo malo, perdónenlo, así como también el Señor los perdonó a ustedes” Colosenses 3:12-13 Asumir una posición clara y determinante frente a aquello que se entiende como cristianismo, invita a reflexionar en el ideal a buscar, una nueva sociedad, digna del hombre, en la que finalmente se implante la fraternidad, la igualdad y la solidaridad entre todos, para lo cual es imprescindible la reconciliación como el puente que permite acceder al mensaje del evangelio de paz. “Se les enseñó a dejar atrás la forma de vida que llevaban antes. Ese viejo ser va de mal en peor por los deseos engañosos. Aprendieron a renovar su forma de pensar por medio del Espíritu, y a revestirse del nuevo ser que Dios creó a su imagen para que practique la justicia y la santidad por saber la verdad” Efesios 4:22-24 El término “paz” aparece unas cien veces en el Nuevo Testamento, fortaleciendo el criterio de que su concepto es de importancia fundamental para la comprensión del evangelio, al igual que para la vida de las iglesias en las sociedades. El Evangelio de paz abre las posibilidades de una nueva relación con Dios, personal y social, capaz de llevarse a cabo en la medida en que vivimos en una nueva relación con nuestros semejantes. En esta perspectiva las diferencias y las barreras que separan a los hombres son superadas; nacionalismos, racismos, prejuicios de género, competitividad económica, diferencias culturales, religiosas y sociales que contribuyen a actitudes de superioridad de parte de unos y de inferioridad de parte de otros. La concepción bíblica de la paz (SHALOM) se caracteriza por una relación de bienestar, respeto y justicia del ser humano con Dios, sus semejantes y la naturaleza. “Yo les dije esto para que encuentren paz en mí” Juan 16:33a, Jesús nos introduce a la primera dimensión de la paz, denominada el nivel interno o personal. Cuán importante es el estar en paz con uno mismo, es imposible emprender y participar de los cambios que el Señor desea hacer en nosotros a menos que estemos dispuestos a reconciliarnos. Perdonándonos, solucionando nuestros conflictos internos que nos desgastan hasta llevarnos a perder la perspectiva de nuestra razón de vida, a tal grado que no estamos disfrutando la presencia de paz de nuestro Señor. “Traten de hacer lo posible para vivir en paz con los demás” Romanos 12:18. Pablo hace referencia a la segunda dimensión de paz, a lo que llamamos el nivel interpersonal e intergrupal en el cual la necesidad de paz es fundamental con el propósito de restaurar relaciones deterioradas, curar heridas, sobreponerse a desilusiones, a fin de dar @iglesiaisraelec
término a una serie de secuelas que van carcomiendo el gozo de la vida cristiana, debido a que no hemos superado experiencias dolorosas que no permiten nuestro crecimiento. “Y dijo: Si sólo supieras hoy lo que te trae paz, pero no puedes saberlo porque está oculto para ti” Lucas 19:42 Jesús presenta la tercera dimensión de paz, a la cual denominamos nivel estructural. Cuán necesario se torna develar los ojos de aquellos que están en autoridad para entender la razón por la que no se puede percibir lo que es para la paz en nuestras sociedades, donde el índice de desarrollo humano según el Banco Mundial revela, que la mayor parte de la población en todo el globo, tiene ahora menos acceso a la educación, vivienda, los servicios de salud. Nos preguntamos, ¿sólo basta experimentar la paz interna o, en el mejor de los casos, pulir nuestros desacuerdos con otros? ¿Habrá paz donde no hay justicia, en donde no hay auténtica libertad, solidaridad, en donde el que más tiene explota al que menos tiene, en donde existe segregación racial y social, en donde la iglesia temerosamente calla pensando que el cambio de esta realidad no le compete? “Busquen el bienestar de la ciudad a la que los he enviado y oren por ella al Señor, porque el bienestar de ustedes depende del bienestar de ella” Jeremías 29:7 Ernesto Sábato, escritor y pensador argentino, en uno de sus últimos ensayos expresó: “Hace tiempo escribí que la vida se hace en borrador, lo que indudablemente da trascendencia pero no impide, dolorosamente reparar equivocaciones y abandonos” (La Resistencia 2da. Edición Pág. 76) Muchos creyentes han quedado en una vida cristiana en borrador, en la cual se prefiere mantenerse atados a un pasado que hace daño o a una concepción legalista de la vida que imposibilita crecer y madurar. “¡Son tan hermosos los pies de los que anuncian las buenas noticias!” Romanos 10:15b Este llamado realizado por el Señor no deja de lado ninguna dimensión de la paz, ya que por medio de ella se está efectuando su voluntad, RECONCILIAR AL MUNDO CON DIOS. “Así que hemos sido enviados para hablar en el nombre de Cristo. Es como si Dios estuviera llamando a la gente a través de nosotros. Hablamos por Cristo cuando les rogamos a ustedes que se reconcilien con Dios” 2 Corintios 5:20 Los cristianos debemos entender que para alcanzar esta reconciliación plena con Dios no podemos dejar de lado nuestro compromiso de ser constructores de paz, guiados por la visión misma que nuestro Señor dejó, entendiendo que Dios mismo quiere la justicia y la paz en nuestra sociedad realizadas en Jesucristo. “Estamos esperando el nuevo cielo y la nueva tierra que Dios nos prometió, donde todos harán lo que Dios quiere” 2 Pedro 3:13 Pablo coloca el sustento práctico para alcanzar la paz, a fin de que no sea un sueño utópico que no motive a los creyentes a buscarla. Estos versos muestran el valor de la palabra de Dios como agente orientador que enseña y exhorta en sabiduría, este rol de la palabra es fundamental a fin de no buscar la paz por medio de mecanismos que desvirtúen el camino. “Entonces hagamos lo que trae paz y ayudémonos unos a otros a fortalecer nuestra fe” Romanos 14:19 Pablo habla del haced, del actuar, entendiendo que la paz no llega por sí sola, se requiere construirla, participando en todo aquello que contribuya en levantar las bases para crear una cultura de paz. “La justicia traerá para siempre paz y seguridad” Isaías 32:17 La idea de una cultura de paz, no implica una sociedad sin conflictos, ya que los conflictos son comunes, naturales, hasta inevitables cuando los seres humanos habitan juntos. Estos conflictos pueden manifestarse de modo constructivo y así producir cambios personales, sociales y políticos en mejores vidas, mejores relaciones, mejor organización social. IglesiaIsraelEC
Define el Enfoque La paz no es simplemente la ausencia de guerra o violencia, tampoco es el mero equilibrio entre partes encontradas, ni mucho menos el concepto romano de destrucción y exterminio de toda oposición. La paz bíblica incorpora ideas positivas de salud, bienestar y prosperidad. Jesús nos hizo libres para construir la paz, entendiendo sus distintas dimensiones, aceptando el desafío de su llamado, transitando por el camino de paz. De allí es necesario considerar los siguientes aspectos: • Cambia tu enfoque, pasa de lo personal a lo colectivo. • Combate lo que esclaviza, denuncia y confronta. • Identifícate con el dolor, se solidario. • Pregona la justicia, vive por principios no por conveniencia. • Establece puentes de reconciliación, presenta el evangelio de la paz. • Promueve una cultura de paz, aprende de los conflictos. • Construye la paz, aprovecha los espacios no los esquives.
Tu Rol en el Cuadro Considere las siguientes preguntas, reflexione en cada una de ellas y responda con honestidad. La primera dimensión de paz es estar en paz con uno mismo, perdonándonos, solucionando nuestros conflictos internos. ¿Estás viviendo a plenitud esta dimensión de paz o que estás enfrentando, que no te permite disfrutarla? La segunda dimensión de paz es a lo que llamamos el nivel interpersonal en el cual la necesidad de paz es fundamental con el propósito de restaurar relaciones deterioradas. ¿Estás gozando de la paz con los que te rodean, tu familia, tus compañeros de trabajo , de estudio, de ministerio? ¿Tienes que trabajar más para disfrutar de la paz de Dios en este nivel? La tercera dimensión de paz es a nivel estructural, es la paz para nuestra sociedad, donde la justicia, la libertad, la solidaridad, la inclusión, la igualdad se ven reflejados en nuestro país. ¿Cómo ves este nivel de paz en nuestro país y qué puedes hacer para contribuir a que logremos alcanzar esta paz como nación?
Acción a Realizar
Construye la paz, combate las guerras
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