AMA TU DOLOR JOANNA DE ANGELIS DIVALDO FRANCO

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AMA TU DOLOR Paradójicamente, anhelas la paz cuando construyendo el bien entre los seres humanos, y te encuentras enfrentado por la incomprensión y el repudio. Te sientes desencantado cuando ves que las tareas sagradas a las que te encomiendas son recibidas con acritud y desconfianza. Te desanima con el comportamiento de aquellos en quienes confías, en el rebaño donde trabajas, produciendo amargura y malestar. Te entristece la forma en que te tratan tus amigos de la siembra en el que te mueves, desconfiando en relación a tu entrega. Ves competencias locas donde la cooperación debería multiplicarse, como si el trabajo perteneciese de cada uno y la siembra estuviera desprovista de administrador y abandonada por el Señor. Te sientes cansado y no consigues una renovación íntima, dada la falta de tiempo adecuado para la reflexión. Pensaste que los corazones cariñosos que sonríen contigo quedarían accesibles a los tuyos en los momentos difíciles, notando, sin embargo, que en ellos predomina el ego, en relación al colectivo en el grupo en el que estás.


Te rindes y vuelves a tus orígenes, porque el paraíso que creías a tu alcance, en convivencia con los demás servidores, es solo una apariencia con los mismos vacíos que encontraste en la convivencia anterior por donde andabas. Sufres porque anhelas la armonía y acaricias el sueño de la plena solidaridad, que te parece lejano... No te olvides, sin embargo, de que los santos y serafines transitaron también en el cuerpo y alcanzaron ese nivel de evolución porque enfrentaron equivalentes o más ásperas refriegas. Nadie intente el altiplano sin la caminada por las llanuras lúgubres y de difícil acceso. Revitalízate en la lucha, siendo tolerante con todos y exigente contigo mismo. El reino de los cielos se construye con materiales de renuncia y compasión, bondad y conmiseración, bajo el patrocinio del amor. Repara en la Naturaleza frecuentemente sacudida por los fenómenos destructivos que la visitan, permitiéndole, poco después, renovación, exuberancia y belleza en la producción de los tesoros de la vida. También ocurre en el bosque humano. Por tanto, no te desencantes de los demás que, a su vez, también se dejan frustrar en relación contigo. Si amas a Jesús y tu objetivo es servirle, sigue adelante con alegría, como lo hizo el hermano Alegría. A En el momento en que tu amor sea capaz de superar el sufrimiento, sin rebelión ni queja, habrás alcanzado la meta que buscas. El dolor es un buril cortante de la anfractuosidad de los duros minerales de los vicios y los arraigados hábitos infelices. Quienes no afrontan los desafíos de la evolución con armonía interior, cuidando el sufrimiento, permanecen en un lamentable estancamiento que conduce a la parálisis emocional en relación al crecimiento íntimo.ma tu dolor-


Los caminos del Gólgota, como los de Umbría, aún permanecen con sombras por encima y espinas en su lecho, exigiendo coraje y abnegación para ser recorridos con alegría. Superarlos es el deber que te impone la fe racional, al servicio de Jesús, a quien amas. Si anhelas alegría y bienestar en los moldes profanos, estás en otro campo de acción, pero si buscas servicio con el Maestro de Nazaret, lo tuyo son alegrías profundas y emociones superiores muy diferentes a las habituales. No relates, por tanto, pistas y errores, sino aprende a extraer lo mejor, esa buena parte que existe en todos los seres humanos y enriquécete con estos valores, sin preocuparte por la otra parte, la enferma, aún no recuperada por los dones de salud espiritual. Ten más paciencia y aprende a comprender en lugar de censurar y exigir. Cada uno solo puede hacer lo que esté a su alcance, no disponiendo de recursos para auto superarse en el momento. Jesús, Modelo y Guía de la Humanidad, convivió con mujeres y hombres muy parecidos a aquellos con los que hoy compartes tu vida, trabajando a tu lado, soportándose recíprocamente y entregados al amor. Si, por casualidad, sientes la visita sutil de la intriga, la acusación y otras dolencias que atormentan a la sociedad, ojo, no les des cobijo ni atención, ignóralas y sigue, impecablemente, adelante. Es mejor estar en la lucha de la sublimación que en el lecho de la recuperación bajo la imposición de límites y restricciones que impone el proceso de crecimiento para Dios y para uno mismo. En cualquier situación, alégrate de encontrarte reencarnado, por lo tanto, en el camino de auto iluminación. Ama tú dolor y él se te tornará amena, amiga, gentil compañera da existencia. Y mientras amas, trabaja por el Bien, compénsate con las bendiciones de los resultados óptimos que ofrezcas al Señor, que tránsito por sendas idénticas y más dolorosas que esas por donde sigues.


Actuando así, continúa en paz, viajero de las estrellas que te esperan en la cúpula celeste. Francisco de Asís amaba sus dolores y trascendía todos los límites, logrando demarcar hechos históricos con renuncia, sencillez y cantos de inefable alegría. Y Clara, que seguía su sublime ejemplo, se impuso plena dedicación y, al salir de la Tierra, se encontró aureolada por el sufrimiento en el cual encontró la plenitud. Por tu parte, ama también tu dolor y experimentarás un bienestar incomparable. Por: Joanna de Angelis, Psicografía de Divaldo Pereira Franco, http://www.divaldofranco.com.br/mensagens.php?not=483


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