AUXILIANDO LOS ERRORES Auxilie a todos para el bien. Auxilie sin condiciones. Aun mismo con despecho, auxilie sin descansar, en la certeza de que, así, muchas veces, podrá usted conquistar la cooperación de los propios adversarios. Aún mismo con envidia, auxilie infatigablemente, porque, de ese modo, acabará usted asimilando las cualidades nobles de aquellos que respiran en el Plano Superior. Aun mismo con fastidio, auxilie espontáneamente a los que se cruzan en el camino, porque, de esa forma, se librará usted de las pesadillas de la hora inútil, sorprendiendo, por fin, la bendición del trabajo y el templo de la alegría. Aun mismo con ostentación, auxilie a quien pasa bajo el yugo de la necesidad y del dolor, porque, en esa dirección, atenderá usted al gran entendimiento, descubriendo las riquezas del amor y de la humildad. Aun mismo bajo la presión de gran vergüenza, auxilie sin reposo, porque, en la tarea del auxilio, recibirá la colaboración de los otros, capaz de disolverle los problemas y extinguirle las inhibiciones.
Aun mismo bajo el imperio de la aversión, auxilie siempre porque el servicio al prójimo le disuelve todas las sombras, en la generosa luz de la comprensión y de la simpatía. Ayude auxiliando Aun mismo en los espinos de la amargura o de la ilusión, auxilie sin reclamar el auxilio de otro, sirviendo sin amargura y sin paga, porque los errores, hijos del sincero deseo de auxiliar, son también caminos bendecidos que, aunque oscuros y pedregosos, nos conducen el espíritu a las alegrías del Eterno Bien. Xavier, Francisco Cándido. Da obra: Apuntes de la Vida. Dictado por el Espíritu André Luiz. Traducido por: M.C. R